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1299-Texto Del Artículo-9128-1-10-20141210 PDF
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ARQUITECTURA REGIONAL.
UNA BREVE HISTORIA DE LA VIVIENDA Y LA DOMESTICIDAD
EN EL SURESTE MEXICANO: MÉRIDA
Data recepción: 2013/06/28 Gladys Noemí Arana López
Data aceptación: 2014/01/14 Universidad Autómona de Yucatán
Contacto autora: gladys.arana@gmail.com
RESUMEN
Se parte del supuesto de que al cambiar la relación entre el ámbito público y el privado, surgieron múltiples ele-
mentos arquitectónicos, los cuales conformaron espacios intermedios mismos que coadyuvaron en la transición y
definición de las viviendas de la burguesía yucateca hacia finales del siglo XIX y los primeros años del XX.
Considerando como punto inicial de análisis a las viviendas de fines del siglo XIX y principios del XX, se realiza
una aproximación crítica comparativa entre aquellos elementos, objetos y ámbitos observados en las viviendas
virreinales, para posteriormente analizar a aquellas de la primera mitad y de finales del siglo XX.
Se estudia tanto el papel de los espacios intermedios entre el adentro y el afuera, como los vínculos y articula-
ciones entre aquellos construidos cercanos a él realizándose una somera aproximación a su significación en los
contextos culturales y sociales correspondientes a cada una de las épocas en cuestión.
ABSTRACT
Considering paradigmatic houses built in the late XIXth and early XXth like a virtual starting point and a symmetry
axis between the past and the future of yucatecan houses, will be made a critical comparative analysis between
those elements seen in the homes of the viceroyalty, and then in the properties of twentieth century.
Also, this paper analyzed the role of the spaces between the inside and the outside, such as links and joints bet-
ween constructed spaces closest to these, its materiality or constructive conditions and its significance in cultural
and social contexts for each of the periods in question.
infraestructura urbana,3 mientras que gran parte considera que esta temporalidad es la ideal para
de la sociedad con el afán de participar en esta iniciar el análisis de la constitución moderna de la
vorágine modernizadora, modificaba el interior vivienda de la clase alta yucateca, ya fuera desde
de sus viviendas y la fisonomía de sus fachadas la presencia o la ausencia material de las escali-
o construía nuevas residencias, cuyas propuestas natas exteriores, de la terraza, de los caminos y
rompieron con las tipologías formales, espaciales de los jardines, así como de los vínculos entre los
y funcionales prevalecientes.4 espacios, el mobiliario contenido en ellos y las
Jardines, escalinatas, pórticos y vestíbulos dinámicas de los usuarios, hasta el lenguaje no
fueron algunos de los elementos y ámbitos ar- explícito de las relaciones entre diversos niveles
quitectónicos que empezaron a ser observados y sociales, las mujeres y los hombres o bien entre
disfrutados por propios y extraños en las vivien- los visitantes y los visitados.
das de la burguesía yucateca, sobre todo en el Este trabajo parte del supuesto que al cam-
espectacular Paseo de Montejo5 el cual se carac- biar la relación entre el ámbito público y el priva-
terizó por sus aires europeos y por representar do –hacia finales del siglo XIX– entre la calle y las
un nuevo modo de vida6 (Fig. 1). casas, así como entre el adentro y el afuera de
Desde la calle permeaban sutilmente a través estas, surgieron múltiples elementos y espacios
de los enverjados y cruzando los jardines múl- que coadyuvaron en la transición y definición de
tiples imágenes, sonidos y olores, mismos que las viviendas y que su surgimiento es un parte
derivaban en las escaleras que separaban la casa aguas en la historia de la arquitectura regional,
del suelo y se detenían en la pausa impuesta mismo que paradójicamente puede ser entendi-
del pórtico o de la terraza, siendo este último do como el punto a partir del cual se construyó
el espacio que anunciaba lo que el interior de la la historia de la arquitectura habitacional de la
residencia resguardaba. élite yucateca.8
Así pues, el principal interés de este docu- Deriva de dos documentos más extensos. El
esta, se remontan al siglo XVI cuando se escribió cima una esterilla donde duermen cubiertos por
Gladys Noemí Arana López
La relación de las Cosas de Yucatán.13 sus mantas de algodón; en verano duermen co-
múnmente en los encalados con una de aquellas
…de la manera (que los indios tenían de) ha- esterillas especialmente los hombres…14
cer sus casas era cubrirlas de paja, que tienen muy
buena y mucha, o con hojas de palma, que es pro- Esta vivienda es el resultado de un prolonga-
pia para esto; y que tenían muy grandes corrientes do proceso de decantación cultural, compuesto
para que no se lluevan y que después echan una por múltiples experiencias acumuladas, que han
pared de por medio a todo lo largo, que divide sido transmitidas de generación en generación.
toda la casa, y en esta pared dejan algunas puertas El solar en donde se encuentra15 así como el po-
para la mitad que llaman las espaldas de la casa,
blado en general puede ser entendido como un
donde tienen sus camas y la otra mitad blanquean
todo complejo16 y a la vez como resultado de la
de muy gentil encalado los señores las tienen pin-
tados de muchas galanterías; y esta mitad es el suma de múltiples microcosmos.
recibimiento y aposento de los huéspedes y no tie- La casa se encuentra constituida por dos
nen puerta sino toda es abierta conforme a lo largo módulos simples completamente rodeados de
de la casa y baja mucho la corriente delantera por espacios abiertos. El primero de ellos, construido
temor de los soles y aguas, y dicen que también
cercano a la calle y paralelo a esta, presenta una
para enseñorearse de los enemigos de la parte de
planta absidal con una puerta de acceso, misma
dentro en tiempo de necesidad. El pueblo menudo
hacia su costa las casas de los señores; y que con que se encuentra alineada con otra que comu-
no tener puertas tenían por grave delito hacer mal nica con la cocina, conformando un eje de luz y
a casas ajenas. Tenían una puertecilla atrás para a su vez, dos espacios de oscuridad. Este es un
el servicio necesario y unas camas de varillas y en- espacio multifuncional por excelencia.
El segundo módulo, más pequeño y semia- tectónicas virreinales, con un patrón arquitectó-
Fig. 3. Vivienda porfiriana con jardín y rejas delanteras. Gladys Arana, Mérida, 2011
cido del lote y posibilitando que las edificaciones riosos y permitían la percepción de la grandeza
se percibieran dentro de un contexto más gran- de la vivienda y con ello la importancia de sus
de. La vida de las calles permeaba lentamente moradores, pero prevaleciendo la conciencia de
a través de ellas y con sus detalles, adornaban, que la fluidez y el intercambio entre el adentro y
bordeaban, marcaban y enfatizaban los límites el afuera se entendían como sinónimos de vida y
de las propiedades revelando las bellezas que posibilidad de transformación. El espacio conte-
se encontraban en el jardín inmediato. La casa, nido se volvió contenedor o envolvente.
como símbolo de status social, podía ser admira- No hay que olvidar que para entonces la
da, más no se podía tener acceso a ella (Fig. 3). concepción de jardín era muy diferente a la del
El jardín cobró importancia como elemento patio que anteriormente se encontraba en el
de recogimiento y protección del exterior, sus centro de las viviendas. El patio como concepto
múltiples variantes trataban de recuperar gran de espacio delimitado por edificaciones, era uno
parte de la calidad de vida pretérita e intentaban de los elementos arquitectónicos de influencia
emular las condiciones habitacionales de las vi- europea que más arraigo había tenido en las vi-
viendas campestres. También fue resultado del viendas que se produjeron en Mérida. El patio
carácter, de la cultura y de un gusto muy parti- español fue adquiriendo más presencia dentro
cular no sólo del creador, sino de quien lo iba a del esquema de estas, muy probablemente debi-
disfrutar, de quien lo atendía y mantenía.21 do a las condiciones ambientales que hacían que
Estos jardines se podían ver a través de las su función inicial propiamente de corral, sufriera
rejas y fueron creados para amortiguar el bullicio modificaciones, hasta llegar a ser el elemento
de la calle, para satisfacer las exigencias higiéni- proveedor de un microclima interno.
cas y recreativas del positivismo, al tiempo que Trasponiendo las grandes rejas que delimita-
se distraían las miradas indeseables de los cu- ban el ámbito público del privado, los caminos
de acceso a la vivienda sobriamente vinculaban Por otra parte, definiendo un límite no explí-
la calle con la casa, marcando un eje de compo- cito estaba el pórtico, ámbito en donde se llevaba
sición y de direccionalidad, señalando el punto a cabo el rito del saludo inicial y el de despedida,
más importante del conjunto y dominando sim- mientras que el vestíbulo a manera de transep-
bólicamente al visitante, ya que su disposición to ordenaba y articulaba la casa en relación a
ayudaba a definir la primera impresión de toda sus gradientes de intimidad y zonas funcionales,
la propiedad. enfatizaba el eje de composición de la vivienda
y debido a su ubicación estratégica marcaba los
Al final de ese camino se encontraba la casa,
recorridos a desarrollarse por la servidumbre, por
misma que estaba desplantada del suelo, lo que
los propietarios de la casa y por los visitantes,
implicaba encontrarse con escaleras que ascen- al tiempo que condicionaba la dirección de las
dían hasta el acceso principal. Esta escalinata miradas de propios y extraños (Fig. 4).
estaba bordeada por balaustradas y construidas
Este último espacio derivó del zaguán, mismo
en mármol y tenían elegantes pasamanos que
que era el elemento de transición entre el ámbito
remataban con copones o maceteros. Al térmi-
público y el privado.22 Era la primer área con la
no de la escalera, la transición entre el interior
cual se tenía contacto al acceder a la vivienda –ya
y el exterior se daban mediante un pórtico que
fuera en vehículo de tracción animal o a pie– y
vinculaba funcionalmente tres espacios: por
servía de vestíbulo al patio central. Se localizaba
un lado la escalera, en el interior el vestíbulo y
dentro del esquema general de la planta, abrién-
lateralmente la terraza. Regularmente estaba
dose al exterior con un portón de madera con
enmarcado por columnas de fuste circular, tex-
postigos de remates conopiales y coronado por
turizas y rematadas con ostentosos capiteles, al una gran portada de piedra (Fig. 5).
centro se localizaba un dintel con el monograma
de la familia, reivindicando el ser y tener de la Y es que si bien el esquema de organización
que prevalecía era en “L” este al ser situado
sociedad porfirista.
dentro de un conjunto tendía a ser delimitado a
Los pórticos fueron muy ricos en sus mani- manera de un patio central definido con elemen-
festaciones formales y en sus relaciones espa- tos arquitectónicos secundarios o auxiliares tales
ciales, proveían de espacios espontáneos para el como cercas, bardas, portadas y vegetación. Este
descanso complementándose con las terrazas. ámbito central adquirió un rol relevante hacia fi-
Estas fueron exactamente la contrapropuesta nales del siglo XVIII e inicio del XIX cuando se
de la arcada interior que existía en las viviendas empezó a decorar y se le añadieron pórticos en
virreinales, compuestas por siete o nueve arcos, dos o tres de sus lados con arcos y columnas de
regularmente de medio punto. diversos órdenes.23
Fig. 5. Esquema señalando los espacios intermedios de una vivienda virreinal. Gladys Arana, Mérida, 2013
nencia aún ante su nueva conformación Las escaleras de acceso que desplantaban a
social, y por ello se hacía referencia al pa- la vivienda –solo un metro sobre el nivel de la ca-
sado próximo, mismo que se encontraba lle aproximadamente– tampoco eran más aquel
directamente relacionado con las glorias elemento de representación y dominio que ejer-
económicas y políticas, cía el propietario de la residencia sobre aquel
3. la necesidad de expresar su valor social, que osaba invadir su intimidad y el pórtico más
sacando parte de su vida al exterior de las que un espacio de resguardo y espera, explícita-
viviendas (Fig. 6). mente se convirtió en continuidad del espacio
social, siendo las terrazas complemento tanto de
La modernización de las viviendas se expresó
él, como del jardín28 (Fig. 7).
tanto en sus propuestas formales, como en las
reconfiguraciones funcionales y en la definición El vestíbulo y el hall se definieron individual-
integral de los espacios.25 Sin ser ya ninguna mente, siendo este último el gran espacio de
novedad, desde la calle se podían ver los jardi- representación social. En él se encontraban las
nes a través de los enverjados. Las rejas,26 más escaleras que derivaban en el área íntima, las
que guardianes de la intimidad eran entendidas cuales habían reforzado su papel protagónico
como indicadores de los límites materiales de la en la organización de la casa, ya que además
propiedad, mientras el jardín era una extensa de ser un espacio de representación fortalecido,
área con césped o con una que otra planta de también era un elemento escultórico y de vincu-
ornato dispuestos en la periferia de la masa edi- lación espacial, conjuntando las posibilidades de
ficada de la casa.27 traslado con la belleza (Fig. 8).
Fig. 8. Esquema señalando los espacios intermedios de una vivienda posrevolucionaria. Gladys Arana, Mérida, 2013
memoria volviéndose parte del imaginario colec- lenguaje que simbólicamente expresaba orden,
tivo regional. protección y representación. Al paso del tiempo,
La casa se fortaleció como el sitio de la vida estos planteamientos espaciales se fortalecieron
privada, por lo que poniendo distancia por me- y estuvieron presentes en el lenguaje de las vi-
dio, las rejas y los jardines demarcaron la pro- viendas de la renovada élite yucateca posrevolu-
piedad y el ámbito individual consolidando el cionaria, así como en aquellas residencias de la
concepto de distancia-límite y si bien se debilitó modernidad funcionalista.
la relación entre la calle y la casa, el vínculo entre En la actualidad se percibe una hibridación
interior y exterior nunca había sido tan equili- tipológica-temporal en la definición de los es-
brado, empleando para ello elementos de un pacios o elementos intermedios. Las casas se
Fig. 10. Esquema señalando los espacios intermedios de una vivienda moderna. Gladys Arana, Mérida, 2013
primero de los casos se privilegiaron los por imposición española, con el objeto múltiples cambios que los edificios han
24
Las propuestas espaciales y fun- henequenera perdió el poder guber- p. 291 yJ. Ortiz Gaitán, “Casa,
Gladys Noemí Arana López
cionales características del porfirismo namental de la región desatándose un vestido y sustento. Cultura material en
se modificaron, al grado tal que estas fuerte debate sociopolítico en el cual se anuncios de la prensa ilustrada (1894-
pueden llegar a ser consideradas como incluyó una contundente óptica socia- 1939)” en Pilar Gonzalbo (dir.), Aure-
la base experimental que culminaría en lista. Así, ante el debilitamiento de las lio de los Reyes (coord.). Historia de la
las expresiones arquitectónicas raciona- altas esferas de la sociedad se propició vida cotidiana en México. Vol. v. T. 2, El
listas, mismas que fueron partícipes de que individuos pertenecientes a estra- Colegio de México-fce, México, 2006,
la construcción de imágenes domésti- tos más bajos socialmente ascendieran p. 118.
cas reconocibles hasta la actualidad en vertiginosamente. 28
G. Arana López, “La fuerza de
la región. Una vez sobrellevada la crisis re- la memoria y la búsqueda de la moder-
25
El proceso de modernización de volucionaria, los nuevos tiempos eran nidad. De la vivienda porfirista a la vida
las viviendas se expresó en sus propues- propicios para la restructuración de las cotidiana en la posrevolución, 1925-
tas formales, en las reconfiguraciones redes sociales, en donde lo secular y lo 1940” en María Elena Torres (coord.)
funcionales y más que nada, en la religioso se amalgamaban, al mismo Enfoque para una crítica del modelo de
definición integral de cada uno de los tiempo que se iniciaba el intrincado te- expansión urbana de la ciudad de Mé-
espacios. jido social resultado de la convivencia rida, Yucatán. Las áreas habitacionales
26
En la segunda década del siglo entre los resabios de la élite porfirista del primer medio del siglo XX, FAUADY,
XX, se publicó una orden en donde y la cada vez más poderosa clase po- Mérida, en prensa.
se indicaba que los propietarios de vi- lítica y militar revolucionaria. G. Arana 29
E. González Canto, Arquitectura
viendas y demás fincas urbanas debían López, “Espacios y Objetos en la Vi- Residencial en Mérida, tesis que para
de colocar rejas u otros elementos que vienda. Historias del Habitar en Mérida, optar el grado de Maestro en arqui-
delimitaran las propiedades, en aras 1900-1940” en Laura Alarcón y Estre- tectura se presentó, FAUADY, Mérida,
de mantener una adecuada imagen llita García (coords.) Cambios Sociales y 2001.
urbana. construcción de imaginarios en el siglo
27
Poco a poco la sociedad cambió, XX, El Colegio de Jalisco, Guadalajara,
sobre todo debido a que la oligarquía 2013, M. Lapointe, Historia de Yucatán:
siglos xix-xx, UADY, Mérida, 2008.