Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I.
II.
Se llama neurosis traumática a un estado que sobreviene tras accidentes con riesgo de muerte.
El cuadro de la neurosis traumática se aproxima al de la histeria por presentar en abundancia
síntomas motores similares; pero lo sobrepasa, por lo regular, en sus indicios de padecimiento
subjetivo. En la neurosis traumática común se destacan dos rasgos: la causación se sitúa en el
factor sorpresa, en el terror y que un daño físico o herida contrarresta la producción de la
neurosis. La angustia designa cierto estado de expectativa frente al peligro y preparación para
él, aunque se trate de un peligro desconocido. El miedo requiere un objeto determinado
presente. El terror se produce cuando se corre un peligro sin estar preparado: destaca el factor
sorpresa. El sueño de los neuróticos traumáticos reconduce al enfermo a la situación de su
accidente de la cual despierta con renovado terror [función del sueño alterada]. El enfermo
está fijado psíquicamente al trauma. La función del sueño resultó afectada y desviada de sus
propósitos. Ahora pasa a ser un intento de cumplimiento de deseo. Freud observa el juego
infantil, un niño jugaba a arrojar lejos de sí todos los pequeños objetos que hallaba a su
alcance. Y al hacerlo decía con expresión satisfacción "o-o-o-o", que significaba “fort” (se fue).
El niño jugaba que sus juguetes "se iban". Al tirar su yoyo, desaparecia y este decia "n-o-o-o",
luego tiraba del hilo, apareciendo así el yoyo mientras y decía “da” (acá está). Este era, el juego
completo. La mayor parte de las veces no realizaba el juego completo (lo cual sería
placentero), sino que repetía el primer acto (fort). Esta interpretación fue certificada con otra
observación, en la cual, luego de que su madre se ausentó muchas horas, fue saludada por el
niño diciendo “bebé o-o-o-o”, durante la soledad el niño había encontrado hacerse
desaparecer a sí mismo. El juego simbolizaba su renuncia pulsional (renuncia a la satisfacción
pulsional) de admitir sin protestas la partida de la madre. Se satisfacía escenificando, con los
objetos de su alcance, ese desaparecer y regresar de su madre. Si la partida de la madre era
desagradable ¿Cómo se concilia con el principio de placer que repitiese en calidad de juego esa
vivencia penosa? Se pueden hacer varias interpretaciones: jugaba a la partida porque era
condición previa de la gozosa reaparición, la cual contendría el genuino propósito del juego,
aunque la mayoría de las veces sólo jugaba a la partida; en la vivencia era pasivo, era afectado
por ella, ahora se ponía en un papel activo repitiendola como juego, a pesar de que fue, vuelve
activo lo que vivió pasivo; el acto de arrojar el objeto para que se vaya, quizás es la satisfacción
de un impulso, sofocado por el niño en su conducta, a vengarse de la madre por su partida (no
te necesito, te echo). Cuando el niño repitió en el juego una impresión desagradable, se debió
a que la repetición iba conectada a una ganancia de placer de otra índole, pero directa. Bajo el
imperio del principio de placer existen medios y vías para convertir en objeto de recuerdo y
elaboración anímica lo que es displacentero.
III.