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Cs eae La caida de Roma J. Fernandez, J. Cabrera y J. M. Roldan CUADERNOS historia 16 | {ta Cartago "T3: La Espana de Alfonso XW: Esparta «1: La Revolucion rosa.» 16 Loa Mayas "17: La peste nogra = %8-Elnacimiento dl castellano » 18 Pussy lor origonas de (Alsnonia 20; Loe colts en Eapafia "21: El nacimnto del lem ¢ 22 Lal Repscice ape’ ols’ 28 Lee Sumerion =’ Loe comuneros’” 25: Los Omayas « 29: Numancia cons Roma * 27: Los Artecas » 28: Economia y sociedad on la Espahe dol siglo XVII” 29. Los ‘Abbasles 20:€1desastre del 96 "31: Alejandro Magno ” 22 La cong arn, igios XEXI "4 El boom ecandmico eapahol» 3. La Guerra Mon "Gusira Mundial 2)» 27: £1 Mercado Comin » 2: Los judios en a Expane media parto de Ari «a0; Tartesos "#1: Le dagregacion del alam 42: Lost ‘tonto de lalla» 44 Arve y cultura de a llustracion espafola 4: Los ‘ha de Aregon on ol Mediterraneo * 7: El nacimionto da Estado de lore! "€: Las Germa- ‘las " 48 Los nose" 50; La Guerra Fis» St Las Cortes Madievales "62 La conguista dal ers» 63 Jaime 1 su epoca ° 54 Los Eruscor 88: Le Revolucion Mexicana »S6 Ca eultara ‘epafols del Siglo de Oro 7: Hitler al poder » 58 Las quoras eontabras "58 Los rigonee I monseato "80: Antonio Perez 6: Loe Mites 62: Don Juen Manuel y au space” 63: Sr ‘on Bolivar“ 64: La regancia Se Maria Cristina” 68 La Segunda Guerre Rll)» 68: La ‘Scgunde Guerra Mundi! (2) » 67 La Segunde Guerra Mundial fy 3)" 88 Las herjas mes ‘oles "63: Economia socieded on le Espahe del siglo XVIl 70: Et reinado de Alfonso Xi FR Elnacimlente de Andalucia" 72: Los Oimeces "78 (a caida del Impert Romane ~ 7, Las Internacionales Obreras "75. Esplondor dol Imperio Antiguo de Egipto » 7. Los conciion mmodiovales » 77:Aro y cult Conquista de Canarias » 80: La religion romana » 8 El Estado eepafal onl Siglo de Oro 2"El neracks del 29» BB La Conquista Je Toledo ~ 84: La sociedad colonial on America {ating “85, BI Camino do Santiago " 86: La Guerra do Ios Telmta Afos 7” El nock tal «BB Law cor esperar de Ati de ramenea » 4: La indepen spat ‘iliemo'e imperialamo= 37. La Espana de Carlos V8: EV Terear Mundo y el problema del otro "9 ta Espana de Afonso Xl 100: Las crise del oho 68 | "historia | 1] Secon oe RLCACENS Pe an ye | | tomar nee ote may 15 oe, | | FREDACOON: Asunoén Domdrach y Manual Longares “e008 Barosana Tess 2470 6, 27 08 20 alisomcon sreGAL ws sobnene eww | | conic mera eRe. 8A Mane Mer, 7 Saas Amanat gies ees ISON 80:76781039-2 Tomo Wt Depot ep Mt 155 Tas. (One Saar Taos at6 0 Yey Sia sce 08 wt de San Amora ote 48 un urs de etc de Mie) Indice CAIDA DE ROMA ta clad! ipa Romano Ia nina de Roma Por Furano bia falc Por tne abe Mearo Solomaremsam=™ Loon oe ers Pores Manuel olin Hers Salome Bitogata Crono 2 28 30 El dointva hundimientodel Imperio Romana de ‘Oceidente, consumada an el afa 476, es radicio: nalmente considerado pols historiadores como Uno de los momentos clave en la evolucién de la Humanidad Los efectos materiales de este hecho, ‘culminacin de un complejo y prolongado proce: #0, habrian de determiner 9 parr de entonees los formas de vide y pensamienta de la practica 1otalidad de as poblaciones europeas,y por exten- sin las de [a mayor parto de los habitantes del mundo, El sentimiento de generalzada decadencia que define sl mundo tardorramana no habia hecho ‘mass quo inerementarsea parti del sigio ll, cuando fl cristanismo comenzs 2 actuar actvamente Como instrumento debiitador de las estructuras Imporiales. La permanente nestabiidad. la disgre- {gavin de los poderes ylaanulacién practica delat Imttuciones existentes.serian por entonces los ‘signos més visibles de esta verdadera preparacion para eli neste Cuaderno, J Fernéndez Ubi estudiaen ppnmer lugar la diferentes visionasointerpretaci hes que la posterior historograa dio a este Wascendental proceso. A continuacién. Juliana Cabrera efectéa una aoroximacion ala existencla delimpero durante os sigios que prececieron a su \desaparicion. desde perspectivas sociales, cond: micas, polticas y miltares. Por ult, José Ma- ‘uel Rldén ata acerca del hecho material de los Suceswvas nonetraciones de elementos fordneos an ltortors romano, como imprescindible comple. ‘mento 3 la consideracion de su propia siuacén La ruina de Roma Por J. Fernéndez Ubifia Profesor de Historia Antigua, Universidad de Granada L. decaimiento econémico, las luchas, socia- ies, fa anarquia milar, el recrudecimento do las invasiones barbaras... lodas las advers- {dades que conmocionaran ai Estado romano en Su época de decadencia, parecen concertar su primera ca devastadora an las fronteras y en el Interior del Impero a inicios del siglo ‘Sen la ceriuria siguiente Roma es todavia el indiseutibie amo del mundo, ello solo sera pos bie al precio de una profunda transformacion de Sus esttucluras socigacondmicas, de los apa’a- tos de Estado y hasla de as’ mertaidades: transfomacion que de ningun mado puede as- miarse a una evolucién storica armoniosa rgarica, sino que expresa su naturaleza revolu- tionaria en el racicalsmo y en la trascendencia {9 Jos cambios sulridos. El precio de la continuidad incluye tambien Ia soparacién de facto, y ya ieversible, de las dos partes impent desde el ano 364, en que se ‘acoraé que el emperador Valentniano acminis- trase la parte occidental y su hermano Valente la orienta Tan drdsticas medidas lograrén fortalecer y salvar Orienie, donde arraiga una, combaiva Conciencia nacional que firma con éxito su vo- luntad de dominacian sobre terior de la Vela civiizacion nelenica e Impone el g'ego co- mmo idioma ofcial, Pero sla pars Orients cia fast una peculiar y brilante andadura (esa sera Ta historia cel Imperio bizantino), Occidente que- dda ain mas debiitado, ineapaz de hacer trnte alas amenazas interas y externas que se de- Sencadenan desde finales de! siglo. ‘A las derroas miltares frente a los barbaros, algunas tan numilantes como la de Acrianépolis (78) 0 el saco de Roma por Alarico (410). se tine a pérdiia on catarsta de tose y cada una {de las provineas: Bitania, Gala, Hispania, Afi- ta... La propia italia, en fin, se convierte en un Feino mas bajo el mando dsl germane Odoacro fen ao 476. Asi termina, brufaimante dasmoro nado, el Estado imperial de Occidente, si bien Como realidad y como proyecto police ala idea de Impero le aguardan todavia largos sigios de existencia, La reflexion actual sobre esta catéstote debe tender dos Tacetas diferentes: por una parte, Semtimiento que desperté en los coe- taneos ia prolongada agonia de tan poderoso imperi, y por otra, los and- Fis valoracones realizados por la histotlogratia maderna y que deber'a mas presumir mas desapasionados y distantes. Veamosio separadamente Los antiguos romanos carecian de un utilaie cientico que les permitiese examinar con rigor Sus estructuras sociopolicas, sus progresos © us decives. Por eso no cabe encontrar en nin- {una fuente andisis simiares sobre la erie del Sib 1! y e! progresivo abatimiento del Estado imperial Sentimiento de decadencia Elo nos obliga a ser cautelosos a la hora de valorar nstencamente las reacciones oficiales y Populares ante la gravedad de la situacién, on ‘special las reacsiones anticsianas que de manera cada vez mas violenta brotaban a 10 “ncho de! Imperto. PPoderios no equivocarnos si decimos que De cio promulgo en el aho 250 un edicto de perse- ‘cuclon contra las cristianos, pero ese jie ocul. {a algo fundamental: que la pretension de este ‘excelente emperador, cuya memoria fue pronto ‘empafiada por la propaganda cisiana, era sen- Gllamente feagrupar las debiles y. desmoraliza as energias de la sociedad y Gel Estado en foro a sus closes Iradiconales, en los que eos habian creido ftmemente duranie muchos siglos ya bs que siempre so anbuy la wrandoza'oe Por es0 no fueron pocos los cristianos que vieron an of edicto una llamada ala unidad Ya patrotsmo ante la Incontenible escalada de los poligros extoriores.. y sacrficaron y quemaron Ineienso en los. alares. paganos, convencidos seguramente de que tal actitud era obigada pa ‘a todo buen cludadano, y aunque heterodoxa ‘Son respecto a la nueva relgién erstana, man figstamente fie! a Ia piedad eecular do los antepasados. Matzaciones similares cabria hacer sobre carras multiples facetas de esta turbulento perio- 10, de modo que tal vez podamos entender me: Jor aquellos acontecimientos a parr de otros presupuestos ttricos. ‘Como todas las épocas de miseria, el siglo fue también una. época de tracionalidad que ‘contagié por igual a paganos y a cristianos. Es fos, sin embargo, se encontraran_solidamente ‘apiados, parapetados was la idea ‘Se un inminerte in del mundo, que legicamente venia a identticarse con et fina del impero romano. Signo de allo eran precisamente los ‘males de la época, tan claramente protetizados en el libro oe Daniel y Isto Nesnat Roma” te iste in cae dees «ic i Me as Tas Fecha ae os de ‘ap at Apocalipss Si pace antes el pagano Dién Casio, atentndose al esquema clésice que sim bolizaba el proceso histrico como una jerarqula do metals, anunciaba el inicio de una penosa ‘edad de hierro, Cipriano adviere con terminos apocalipticos y escatologicos en su escrito Ad Demetrianum: ti, que ignoras ®! plan divino y la verdad, debes saber, en primer lugar, que él ‘mundo ba entrado ya en su senectud.. pues la decadencia de las cosas prueba’ que se apraxia a su ocase. Este élat despnit no podia propiciar la adop- cién de medidas 0 proyectos de transtormacion de las adversas condiciones abjetivas del mun- 10 exterior los erictianos ni siquera parecen pensar en ia posbilidad de una conversion del or lo. genera, a nagar las pueblo les hacia responsab lzandoles de todoe los malee de la. épocs. Pero su pasividad es mas comprensible que la de los gentles, pues estaban a la espera de la segunda venida de Cristo para implantar, se- gun estaba profetizado. el Heino de Dios. En fla expectante espera, :para qué preocuparse fen mejorar un mundo desgasiado, ve, Carrom pico y'a punto de perecer? Pr su parte, los paganos —absoluta mayoria ‘en Occidente— parecen atenazados entre el fe {alismo y ia impotencia los mas conepicuos 53: ben que la etemidad no se ha otorgad ma los hombres nia ios Estados, y tal vez n siquera a los doses, y en todos nace mela la brutal real- {dad de esta herrumbrosa edad donde no cabe ‘esperar ninguna recuperacion, Pr el contrario, como una epidemia més, se propaga el reco a fa mutable y ahora adversa Fortuna, ol pesimismo ante la vejez del imperio, 2 fantasma de la impotencia mia y la posibi- ad de que salvajes y hostles gentas externas, barbaras'o cistianas, se conviertan en los nue- vos amos del mundo. ‘La recuperacién y’ la establidad iniciada con «! siglow, cuando el imperio romano es ya def ftivamenie un imperio erstiano, si bien podian Ser consideradas fruto de esta conversion re Glosa, aruinaban iramediablemente las espe Fanzas apocalipicas y mesiénicas del puebjo de Dios: la Parusia debia esperar, y arrinconado todo pensamento pagano se anuncia con renc- vado optimism el amanecer de una nueva edad fes del oro, los pobres —la afficta paypertas, oprmidos por ia vior fencia de la stvacién © inducidos fas en venganza, a entregarse al bandidaje y os deltos. La pracica de la aderacion: el ago Gelimpvesto basica en cero (oreo plata) ‘an lugar de en especies, que se generalz0 entre fos altos funclonares y ios icos en goneral por la posibildad de obtener beneticios de la die- rencia entre la taza oftcial y los precios de los productos en el mercado, agravaria mas la Stuacion, Por otro lado, para asegurar la regularidad de los ingresos "scales. el Estado se convertra en Una poderosa maquina coactiva que impondré la compulsion a todos los niveles Ge a jerarquia ‘sooial los diferantes colectivos se harén respon- ‘ables de los mpuestos y se hia la herencia de Ta conden de sus miembros para eviar deser- ‘Gones, creando asi Una sociedad do castas: los funcionatios, los soldados, las corporaciones protesionalas —en particular las de panaderos S comerciantes y armadores—, 10s curiales de fas eiudades 0 os co¥on0s de los dominios rure les que, a part de una ley del 332, quedan fades a la tierra y en leyes Imperiales postero- tes vlenen a ser declarados esciavos de fa terra 2 la que estan desinados por su nacimiento. eta presion del Estado no dejé de tener resis tencias, Ia renovacion peridica de las leyes felleja que los cutales lendian a deserter de los municipios y los campesinos aun libres de las aldeas (tambien oblgadas a soliarizarse al pa {90.de los impuesios paganco incluso por ias flrras incutas) hu'an tambien, refugiandose ba- Jo la proteccion de los poderosos, grandes pro: Bielaros @ los que codian sus tierras, ‘Se foralecié de este modo et desarrolio del ccolonatoy la coneentracion de terras en pocas ‘anes. As, la opresion fiscal del Estado fomen: {6 la institucion Gel patronato, que luego se vo Verlafatalmente en Su contra Los grandes beneticiacos de esta stuacion fuaran fae antiguas cases. drigentes. la afsto- Gracia senalotial de fos claissimos, teratenen- tes con propiedades en civersas provincias del Imperio, de las. que obtenian levadas rentas ate ha barajado la cra de 4.000 lbras de oro anuales para las grandes casas de Roma— que fea permitian levar un ato tren de vida que se ‘eflja en sus vias o en los palacios de Roma y {Ge las metropolis provinciales. Estos graves desequlibros sociales, la cons tuoion de una poderosa clase terratenienie y la tuina de lag clases urbanas seran un factor Quo ebiitaré las esticturas del Impeno en Oc: ‘dente ‘Uno de los hechos mas relevantes de este periodo es, sin duda, la transformacién del cis: Ransmo de religion persoguida en roigién oficial (se Estado romano, lo que respondia, en cima Inatancia, ala necesidad de dar ba es religiosas frmes a la Unidad im perial, de acuerdo con la. propia Brolueon tooeratica de! emperador, Sn quo elo signfique que los em peradores cstanos actuaran sim blemente por pu oporunsmo po- lite En los utimas afos de Diocleciano, a paris del 303, se habla desencadenado la uitma y, mas temble persecucion conta los erstianos, la lama: dda gran porsecuodn, a la que puso fn un edicto 4e tolerancia promuigado por Galero en el 311 fn el que se pedla a los crstianos orar a su dios por nuesta saWvacin, fa de! Estado y la suya De Constantino a Teodosio El Edicto do Milan del 313, promuigado con juntamente por Constantino y su colega de Ofenta, Licino, reconccia al crisianismo, como a las damas religiones existentes en el Imperio, fa total ibertad de culo. Un afo antes, a visi Gol simbolo de la cruz en la vispera de la batalla {ol Puente Mivio,y la victoia que Sigus,inicia ban el proceso de conversion de Constantino, de consecuencias trascendentales para la Sue te utteror del Impero. ‘Constantino, cuando aposté su fe al Dios cis: ‘iano, sinceramente eonvancido, como insiste re pelidamente, Ge quo su poder era mayor que el Ge los otros doses. estaba, de hecho. embar ‘Sancose en una aventura arriesgada, pues 10s ‘ristanos en Ocelderte no eran entonces ni fan rumerosos nj acupaban posiciones imporlantes fn la sociedad yen el Estado que permiiera fsperar de ellos’ apoyos decisivos en la lucha por el poder que se habla desencadenado tras rabaieacian de Diociecano, Esta situacion cambiaria rapidamente en unos decenios, gracias a las veriajas materiales y fspituales que Constantino sus sucesores ‘Concedieron al erstianismo, pero gracias tar bien al cinamismo qua esta falgion Supe mostrar Y que se habla probado en los tiempos dices. Se concederan al clero numerosas inmunida- des fiscales y de munera, se asimlard_a los Sbigpoe al mas ato rango senatoral de los cla ‘mas, se reconocera una jurisdiccién eclesidst- fa ndepenaiente de! Estado cargo do los ‘bispos y se instr el domingo como dla de fiesta: otfas medidas, como la abolicion de las leyes de Augusto contra el calibalo, rellejan la influencia de fa moval crstana ‘Avcambio, [a Iglesia tendra que aceptar la inerwancson del emperador en sus asuntos inter ‘os para drimir conflicts cismaticos —como el ‘sonatismo-- 0 doctrinales —coma ol arias: mo y asegurar la paz de la iglesia, ahora ga. rantia tambien de la paz del imperio, convocan. {0 conclis y tomando medidas represivas con- tra los elementos dlsidentes a la fe Gel Impero. ‘algunos problemas se devaron del cambio ‘casional de credo rWligioso de los emperado- fes, que oscil entre Ia orfodoxia jada en el Concilo de Nicea y el arrianssmo. Pero con Teo- sdosio tunfa. defitvamente el credo niceno, ‘bligatorio para todos sus. sibdiios (ain solo DGriente) por un edicto de febrero de! 380 pro- mulgado en Tesalorica. Asi, la Catholca —Uni- ‘Yersal— Iglesia une sus destinos defintivamente al imperia romana. La nutrida Tegisiacién contra las herolias y la persecucion del paganismo, que se concreté es- pecialmente en e! edicto de noviembre del 392, fue pronibia en todo el Impero las actos, privae dos y publicos, de culo pagano, le valo a Teo- ‘osio el callicalvo de Grande, que le dio la Jesia. aunque probabiemente no estarian muy fe acuerdo sus Subdtos, ncuidos los erstianos, {que hubieron de soportar su pesada politica fis- Gal y' aus generosos dispndios pare la Core. Finalmente, hay que sehalar los importantes cambios sociales de la Iglesia en Occidente Antes del glo, los cristianos se reciutaban sobre todo entre las clases bajas y medias, prin- Vit romans nan mascot sige Museo do! Bardo, Ter) ‘ipalmente en las ciudades, pero a lo largo de teste siglo supo atraerse a la clase diigante se- hatorial—en Roma, a familias de abolengo como los Anici. CeioniValeri— que paso @ cubrr los.alios cargos eclesiésticos ‘Son ejemplo de esto obispos como Ambrosio de Milan, de una familia de clarisimos, que habia 5100 antes gobernador de Liguria, 0 Damaso, ‘que habia legado al obispado de Roma apoya 0. por la arstocracia romana Wrente a su val Urano y que se hizo famoso por su capacidad para atraerse las forunas de las nobles matro- pas romanas. ‘La Iglesia se convitié en una organizacion que competia con el Eslado, arebatandole sus mejores hombres, las mentes ain mas creado- fasy antes Natos, convencidos de la au- toridad supetior de la Iglesia —de Dios sobre Estado y el emperador. El conficto entre Ambrosio de Milan y los em- peradores Graciano, ValentinianoIl'y Justina y Feodosio, en los quo siempre salé ‘ganador el obispo de Milan, fevelan esla acttud Especial mente en el caso de Teadasio, 0! femperadar cristanisimo, que no he Bia‘ tendo problemas con la Igesia fen Orente, twvo que humilase ante ‘Amoroso y hacer pentencia pubica Esto no puede arbuirse excisiva- ‘mente ala gran personalidad del pre- lado, porque en Oriente, ova perso naldad extraorcinaria, Juan Crisdstomo, de gran ‘utordad, que se enttent6 con la Corte de Cons- taninopia algunos afios mds tarde, fue destertado, ese a los motines populares y las intervenciones fn au favor desde Oceidente de! obispo de Roma ¥ del emperador Honorio. En otfos aspects, la Iglesia de Occidente se mostara diferente do la ela pare oriental da Imperio. Oriente y Occidente en el siglo V ‘Aa muerte de Teodoso, en el 395, 1 division del Imperio entre sus dos. hjos —Honotio en cciderte ‘Arcadio en Oriente— sellaba, en realidad, un proceso de diferenciacion alo largo el sigioiv, Que habla estimulado la fundacion {e la nueva capital, Constartinopla Estas diferencias eran mas favorables @ Orien fe y nos ayudan a comprender ios factores del ertumbamiento de la pars occidental de! Impe- fio. En Oriente, la seguridad miltar tue mayor, librandose de la fuerte presion barbara que se eerie sobre Occidente. to que se deb6, entre oles factores, a la hablidad ciplomatica de la Corte de Constantinopia. ‘Oriente distrutaba de una situacion econémica préspera y sin desequllbros sociales tan agu- Sos: la concentracion de rquezas en manos de fa arstocracialerraleniente no lego fan lejos, la vida urbana sobrevivo mejor y la presion fiscal fo se ojercié tan opresivamante sobre los cam- Posinos (a excepcion de Egipto). En consecuen- ia, el patronato no se desaroll tan peligrosa- mente, y lo mismo hay que decir del colonato. Las estruturas estatales eran en Oriente mas sélidas, pues la autoridad imperial no sutia la ‘competencia de sofores —potentores—, dado ‘Que [a arisiocracia drigente two siemore all su Sosten principal en uta nobleza de saricios, fecutada sobre todo en las fas de la burocra: ia, y que debla su posicion al emperador Este peso de la bufocraoia civ cantnibuye tambien’ a una menor inluencia politica de Er to, debido también al papel inferior de éste por la sitacién ge relatva seguidad de que {9026 aquella zona, ‘Se puede decir que habia alli menor descon: tento hacia la administracion romana. Por otto lado, la Iolesia ceré fas con ot Estado frente @ los barbatos, apoyando su resistencia y los sa- Cifios y leatades que exigia. ¥ a logisiacion {de Arcadia, imponiendo lmitaciones a privilegios fanterores ectesiasticos, asi como feprimiendo fos excesos destructores antipaganos en pat cular de los monjes— indicaba que la autoridad del Estado mantenia. bajo_contot ‘mayor a la Iglesia, aprovechandose Glertamente desu arbivaje en las umerosas querellas doctrinales que dvidian ala iglesia en Orente, En Occiderte ocurre de diferente manera. En primer lugar grandes Gifeultades economicas del Estado por la pérdida progresiva de sus recursos: los Asontamiantos de conlederaciones de pueblos barbaros recoran e! terrloro bajo bu autondad. Yel quo sigue bajo su dominio directo, a causa e Ia opresion tributria, es escenario de deser ‘ones de la poblacién, que no esta dspuesta a pagar impuestes a un Estado qua, a parti de Fes invasones de principios del sigiv, Gemues- lta cada vez mas su ineapacidad para asegurar ‘50 detenea y que ha tendo que abandonar a su Slee provincias enteras. Se entrega, pues, la poblacién a la protec: cién de los poderosos, que en al sigiovllegan 2 tener ejercitos y carceles privados y que les Drotegen de los recaudadores. 0 se Gedica al Banaidale, o se refuga en la iglesia, ye! de- sarroll del monasticizmo se expiica en buena parte por este Tendmeno, 0 bien organiza re ‘wieltas sociales’ los movimientos bagaudas de Galia e Hispania hacia mediados de siglo v. 0 los crcumceliones, jomaleros agrioolas que se fabian unig a los cisidentes cvstianos donati tas, en Africa En occidente se levantaron voces proclaman: do que era mejor la vida entre los batbaros que ‘seguir soportando los impuestos tomanos, y 8 to lo decian hombres de la iglesia, como el pres bitero Saviano de Marsela 0 el histoviador Oro. 80. Algunas To pusioron en prdctica, como el romano. que vivia enire los hunos de que. nos habla Prisco, 0 los. desesperados campesinos ppanonios que se unieron a las huestes barbara ‘Que se. abatloron sobre Occidente en el 406, Saqueando las provincias occidentale, La iglesia tambien desertaria, Los Padres Griegos no hicieron nunca erticas tan duras al Estado romano comparables @ las de Orosi, ‘Agustin, Saviano, Jeronimo, Ambrosio, Suipicio ‘Severo ¥ un elcétera mas largo, que seguia hat Blando del castigo vino sobre fa Roma peca. dora. Los Gesastres miltares, se puede decir ‘Que desde Actianépolis, y la conciencia del fn, Sentida tanto por cristianos como por paganos, sobte togo tras el saqueo de Roma por Alaricd fen al 410, levaron a la Iglesia por derroteros mas espinivalzados —Ia Ciudad de Dios, de- Sengancnandose de la suerte de la cludad mun. dana e incluso tendiendo un puente hacia los ‘huevos principes barbaros. a autoridad imperal desaparecio en el 476, despues de medio siglo de intigas de Corte, intereses personales, de accion egoista y ciega de. poderes contra el poder impel. sobre todo, en medio del derrtismo general, Que, co: ‘mo sefalaba Momigiano, pavimento el camino do los invasores barbaros, Llegan los barbaros Por José Manuel Roldin Hervas Profesor de Historia Antigua. Universidad de Granada LA patties de expansion gue la Repubica we mana enprendio a partir del siglo a.C. fuera de las Wonteras de Maia tuvo como conse- ‘cuencia la creacion da un Impetio que termine por incluir toda la cuenca dol Mediterraneo den- to-do su estera de dominio. Este Impero era tan poco homogéneo como los impulsos que alo largo de dos sigos le fabian dado vida, y séio con Augusto recibieron una sistematizacién ideolSgica y concreta, 1deo- I6giea, en cuanto a la propia concepcion de lmperio como mundo civilzado ba Ia soberania romana, separado de pueblos exteriores barba- ros; coneteta, al quedar definido por unas fronte- fas que debian detenderlo precisamente de 608 pusblos real 0 potenciaimente. hosts. ‘Después de acabar con los focas de resisten- cia inlerores que ain se oponian ala soberan'a fomana —~como los cantabres y astures en la Peninsula Iberica o las tious sdlasas de los Al pos. y tas tracasados intentos de someter a fas tious germanas do! Rin al Elba, AUgUSto, eon una prudente valoracion de las fuerzas ro: manas, deluo el avanee anexionsta y 10 [as fronteras de dominio, en 10 posible, en limites naturales que por si solos consttuyeran ya una Darrera tacilmente delendible. Fueron éstos: en et norte, los cursos Gel Fin y el Danubio. en el beste y cur el Eulates y los desiertos de Arabia yatrca La‘ofientacion detensiva del Imperio supuso tambien la transforma- fon de! instrumento que lo habia hecho. posible, el ejercito, que’ ahora, protesionalizado y red ido en sus efectvos,re- ibis come funcion tun- Samental la proteccién (e estos lites. El ejerc- fo imperial ue, pues. a artir de Augusto un Glercito de tronteras, os- tablecido en. cuarteles permanentes.a lo largo {9 los margenes de co- ‘Los sucesores de Au: ‘gusto apenas variaron esta concepcién politica ‘sno para aseguraria con Cconguistas que sivieran 0 glac's protectores: asi 68 Incluyo dentro del in perio Bitania, el espacio {nite los cursos superio fes del Rin y el Oanubio “ios agr decumates, en {ale a fachade nu? del sco de Constona, Roma) la regién del Neckar— y la Dacia, al norte de! Curso inferior del Danubio, Tambien se fortalecio aun més su defensa, alli donde no existian tronteras naturales, como 1 oo8ano, © desiero o cursos fluviales sufiien- femente amplos, se levantaba un complejo si tema de obras millares: campamertos, castils, torres de viglancia, puesios lorficados y barre fas de obstaculos —empalzadas, muros y fo- 06 eran las instalaciones fundamentales de Un lines 0 frontera de proteccion del mundo romano frente a un espacio exterior con e! que, fen cualquier caso, se manluvieron contacts permanente. Los bérbaros, al servicio del Imperio En efecto, el mes no era s6lo una trontera, fen l sentido de que no separaba complelamen: te dos mundos hosties entre s. Era también un lugar da contacto entre romanos y barbaros. un mercado y una avanzadila de colonizacion de {Goble direccién: por un lado, los limites romans progresaron cada vez ms los con la extension Ge ia administracion provincial y de la organiza- ‘ign municipal a los nuevos tertioros, Por otro, ‘Sesto Una continua intiracion de barbaros Qué llegaban a terror romano en calidad de sier- vyos damésticos y luego también como auxiiares (el eject asentado en e508 migmos mies, ‘Surgio ast en la fronte- ra-una vida comun entre fomanos y germanos {que cancretarente en el Fin dio lugar a una forma ‘especial Ge cultura pro- Vineial romana Todavia mas, a poltiea de defen- sa lev6'a la creacion de marcas protectoras o Es- tagos lentes ene Fin ¥ Danubio, que acepla- fon de Aoma la bigs {6n de defender Ia ron tera y $0 conitieron, al ‘mismo tiempo, en activo escenario de intercambio comercial, utlizaso por los mercaderas romanos como trampolin para extender sus actividades feeonemicas mucho. mas ala, hasia el mar Baloo y Escandinavia, ero tambien se sivio el Impero, cada vez en mayor medica, de los servicios de los barbaros para fines mites. La inclusion de germanos n las tropas auras. insttulda en Costumbre desde los propios co mienzos del imperio pata su vila ‘ion en paises extranjeres, Ue des fembacando con el tempo en una Cconscripcion local, es deci, en ia leva de indigenas para servr en unidades esta- Dlecidas ‘en el propio lugar de reclutamiento En la segunda ritad del siglo no $010 se ‘siguid empleando barbatos a titulo individual ‘encuadados en unidades romanas: tibus ente- fas fueron usadas como aliadas para la delensa regular de las fonteras y para la lucha contra Unidades germénicas enemigas. Esta ulizacion so extenaio también al terreno ‘econdmica. La fala de mano de obra en el car. 9, en la fontera danubiana, como consecuen- Gia de guerras y epidemias, tue compensada Gesde la @poca de Marea Au‘ello por el asenta Iienio do clones gomancs qu recbieron pa (elas para el cultvo de los campos de estas provineias fronterizas. En una gran ‘medida, ues, la fuerza de trabajo agricola y la dofensa elas ttonteras septeritionales estuvieron en manos de grupos étnicamente afines los esta- Blecidos al otro lado, mas alla de la estora de ‘domino romano, {La concepcién defensiva del Impero se basa- bo, sin embargo, en un presupuesta false: el de la inmoviidad de las condiciones al otro lado Ge la frontera. Cuando los pueblos fextetiores, por causas muy diver- as, hicieron sentr su presion sobre los margenes de domino. romano uedé maniesta la’ ineficacia dl Sstema. En a frontera reno-danubiana, el mundo. germanico transforms. sus festructuras trbales pequefias y fragmentadas or grandes confederaciones que, desde sus Piimivas sedes, se pusieron en’ movimiento, bien por presion de otros pusbios, bien por la necesidad de hallar lugares de habitacion con ‘mayores recursos, En el este del limite septentional, los godos ‘emigraron desde Escandinavia a Europa oriental hasta e!' mar Negro. Divididos en dos ramas, ‘ostrogads (godos brilantes)y visigadoe (90308 ‘sabios), se establecieron, respecivamente, en Uerania yen el bajo Danubio. Otro puebio, el de los vandalos, desde Silesia, lego a la falda Dtental de los Cérpatos, y un iercer grupo, los burgundios, se asent en la region stuada entre el Oder medio yo! cursa central del Vistula, ‘Mas al Occidente, del Danubio medio al Fin, cotts puebios germanicos comenzaron ya des mediados del sigio1 a hacer sentr su inquiela presencia en la frontera del Imperio: marcoma- fos y cuados en o! Danubio, alamanes sobre el limes germanico inferior, Francas y sajones en el Las migraciones de pueblos ubicados en le eran dun aponaro ron tise Macon do Bons Pests ates Aco (ao oe Batico, que empujaron a fs godos hacia ol mar de Azoy.repereutieron 6 rechazo sobre todo ‘St munds getmanco, que se puso en meimion. to hacia of costo araido por las iquezas dol Impeno. poro tambien por la necesigad do al mentar aiuna poblacion que en sus sedes or ‘alas a duras penas podia subsist Lavfimeza do Marco Aurela y ago de Sept: ‘mio Severo lograron conjurar eh la Segunda mi {ad del siglo 'y comenzos dei el ruliple pe- ligte, pero en los docenios siguientes ls cic {des|nornas del Impero corbuyeron a hacer Debgrosarente vunerables is fortes, cele mente amenazadas por pueblos que, aseniados lotro aco de eles, paseron a slague Mientras fs pietos. en Escoca.asataban el muro de Adnan en el rote oe Gran Sretana Gn 61 oto extramo del Impero las Wibus. de esieno Imumpian en las provinelas oratals ¥ alicanas. Pero fue sobre Todo imes sept thonal el que, quebrado por maltples puntos Contempis fa itupeion do pueblos que, sin en Contrarresislena,extendaron aus Corerias por interior dal mpero. En Occidente os sajones, en sus barcos pire tas, saquearon las costas dal antico. Tos fan. (08 atavesaron la Gala legando hasta Hispania Y's alomanes penetraron en liala hasta Pavia Sin embargo, leron mas caigadas de conse: uence las otras do Ios gpd, le, mas pelgrosos y devastacores de los pueblos iva- ores, que’en tepatidas ecasiones atravecaron 1 Danubio para extenderse por las provincias orienlales de Mesia, Tracia y'Grecia y castigar ‘con incursiones pirticas las Costas del mar Ne ‘F0, os Estrechos y el Ege, La larga serie de emperadares que se suce- ieron en el tono de oma durante el siglo ttataron entre dfcultades de todo tipo de Nacer ‘nente al multiple peligo y algunos de ellos tus nieron combatiendo contra los barbatos, como Decio en 251, En ocasiones se renuncid a Ia lucha frente al soborno Yel pacto. La retiada e los Invasores fue asi comprada a precio de ‘10 0 pactada mediante el asenlamiento de gtu pos de bérbaros como colonas dentro de las fronteras del Imper ‘La presion, especialmente fuerte en la fontera reno-Ganubiana, fue todavia mae acuciante por fl simulténeo empeoramiento’ de la siuacion en el limite oriental del Imperio, que. al obigar a ‘acudir a dos frentes simuttaneos, debilté la ca Pacidad de defensa ce las armas” romanas Hasta el primer cuarto del siglo, Roma habia logrado, bisn que mal, proteger Orient tree al secular enemigo, extendido al ofr lado del Eu- frates: el reino parto. La estructura interna débil de fa monarquia y la indiscipina de la nobleza parta se aliaron con Roma, que si en ocasiones Sulid derrolas, en otras impuso su voluntad so- bre el adversario orienta, arrebalandole incluso regiones limivoles de su. impero. Asi, Tajano consiguié crear una provincia de Mesopotamia hasta el Tigris que, aunque abandonada por su eit fe fone an ‘sucesor, tue de nuevo recuperada Bor Soptimio Severo, sia stuacion sutrria un violento Gio en el primer cuarto del siglo, {eando un movimiento nacional a Fi ainigide por un descendiente de los Aqueménides acabé con el reino parto'e Instaurd la nueva dinastia Sasanida, ono de espititu agresivo, centralista y patrio- ta, unido por el fanatiemo de la Involerante re aién mazdeista, e reino persa se erigi en ene- igo irreducible de! Imperio romano. Las fronte- fas ofienales fueron continuamente aiacadas y las armas romanas se replegaran. Pero el desasie tendria ugar en el 260, cuan- {do el propio emperador romano, Valetiano, tue errotado y hecho prisionero por e| Gran’ Rey ‘Sapo | que se enorgulleceria en relieves rupes- tres de su hazana al representar al emperador ‘arrodilado humildemente ante el, jnete a ca Bato, La general inseguridad creé miedo, y previn cias y cludades buscaron en la autodetensa su Salvacion ante la mpotencia det Gobiemo cen- twal. Muchas ciudades se rodearon de muralas Ya propia Roma se parapeto tras un recinto de Toniteaciones durante.) reinado de Aurelano, El impero se disgrego; las regiones peril cas, abandonadas su suerte, 0. separaron el poder central en manos de usurpadores Se prestaron ala detensa: surgie‘on asi un impe- ‘io paralelo en las Galas y un principado inde- ppendiente en la ciudad caravanera de Palmira nel desierto sir, Las defensas del Bajo Imperio Problemas econémicos y sociales, inestabil- dad poltica crisis ideoioglca y presiones exte- flores, que con sus profundas sacucidas re. Corten gran parte del sigio, no fueron sufcien: tes para acabar con el edcio imperial. ‘A finales. de siglo, preparado por una serie ‘etimera pero enéigica de emperadores surgicos 4e las las dol ejecta, lega al poder Diodlesla fi, que con sus relormas voNera a dar estab {dad —bien que con bases profundamente distin tas— al Impeno, Pera entre tanto éste ha suftido mmutiaciones en sus limtes: se abandona la re ‘lén del Neckar, lo mismo que la provincia trans. anubiana de la Dacia, y la fontera en el rote regtesa a ia lina primitiva Rin-Oanubio, Desde 1a sagunda mitad del sig ha ido des arroléndose un nuevo eércilo que “ecibe con Bioclectano y Constantino su imagen defintiva tal como la ‘conocemos gracias aun curioso lenco de etectivos, a Nottia Dignum. principio del nuevo ejércto se basa en la iferenciacion entre tropas de frontera y tropas {de manioora, Las primeras, los limlanel, estaoio- rradas a lo largo Oe las ronteras, mantenen el prineipio dofensivo del Allo imperio. Sus elect- vos se reclutan en la region de esta Cionamiento y estan colocadas a lo largo ‘de una complicada linea de efensa, el mes, jalonada de obras etensivas y ‘castela o Toralezas, Con mucha recuencia se trata de soldados-colonos, es decit, agicul Tores a ios que se asignan terras en razén de su servicio de armas. En ocasiones Se trata do grupos enteros barbaros, Ios laet, a los que se conceden lieras con el compromiso de detenderias frente a los barbaros del exterior. Pero estas tropas genaraimente son conside- Fadas poco fiabies y, por ello, el peso de la elensa descansa sobre 0! ejército de campana, fen tempos de calma, de guarnicion a bastante distancia de la frontra Se conocen con el nom bie de palatin’ y comitatenses, ya que se cons ‘eran guardia imperial, que el propio emperador manda y diige a los puntos qué requieren su presencia. La igazén de las ropas fronterizas a sus luga res de acantonamient, ia pérdida de movildad Originaria de las reservas de comilatenses, las Gifcullades crecientes de reclutamiento, imprac: ticable entre la poblacion urbana y sd posible con ‘reticencias entre la poblacién agricola, abren el camino del ejércto a los extanjeros instalados en tertoro romano, a les, barbaros, ue lenan sus fas y contrbuyen @ desarrliat lun proceso invers0 al que habia tenigo lugar en 1 Allo Impero: et ejereto no es ahora un ele mento de romanizacion, sino de barbarlzacion, ‘que no sblo alec los cuadros inferores, sino 2a oficaidad y, en acasiones, al alto mando. AA partir de finales del siglo, los grandes lefes'del ejército son de ongen garmanico Ya ‘menudo, ios personajes mas influyentes del im- porio. Paro en todo caso este ejerito, junto a fas protundas reformas acminisratvas que Inau- fqura Diocleciano y prosiguen sus sucesores, Io. 1a mantener la seguridad. del terttoro romano hasta la mitad aproximadamente del sigio W Tras las conmocianes del siglo, los god0s se habian estabilzado: log ostrogados, asenta: dos a ambas margenes del Dnieper, baja su rey Hetmanarico, hacia el 380 formaron un reino Ge (gran extensién en fas fertles estepas de a Fusia meridional. Por su parte, los visigodos, aunque ‘mas inquietos, se agenta‘on como vecinos inme: datos del Imperio romano, al oeste de los oso ‘gods, en la antigua provincia de Dacia (la ac: {al Rumania), al Norte det Danubio, Justamente en este momento una conmocion, procedente del covazén da Asia central, desen: teadené una amplia migracién de puebios. Los hhung-nu, 0 hunos, tras amenazar durante mucho tiempo China, emprenieran el camino e Euro. pa. Pueblos jnetes, de origen incierio, bajo la presion de condiciones demograteas 0 econo. meas desfavorabies, dolados de una fuerza fexpansiva tan fulgurante como efimera tras tune ‘ise con los alanos de la regicn del Caspo, tchocaron de leno al cruzarel Dan con ls ostro: (Al SO79IS) svuvayva S3NOISVANI SV1 934983439 10s, cuyo reno sao en pedazos, Brovceando la fuida en masa ce {os coperwventes hacia ol oosto $0: bre el inper. Hacia 8 5, los visigados, der tados tambien y"empuados hacia ‘Transivanla.pideron al emperador romano tras. al sur del Danio onde asertarso. El emperador Valente permite fn prineipo su insalacon en Mesa, pero las preearas condiciones de via @ que se veron Eometdos en sus nuevos aseniamertos prove Garon Ta rupiura y la. batalla Trotal conta. ¢ Sire. impenal "al que. destujeron el 9 de ‘gosto del 378 ante los muros de Acranopols onde el propio emperador perc ta visa, Ca Gere Ge lar legiones romanas permit a tos viigodes esparcize sin resistencia pot os Balcones, arrasando fogo a su paso, ¥ avanzar hacia Corstarinopia En la precara stuacon a1 Gobemo imperial no le queso fo omeds {ue pactar en la petsona de Teodosto: 1s vis {odes feron acmiidos en masa ene mpero, ‘o.a fle individual coro se habia hecho hasta rrmamenta sino come pusbie.Aceptan esta {ito de teseradosy se es esablece on la Mesa inferior, entre el Danubi y los Bacanes. Las invasiones del siglo V El respito fue de corta duracién. A la muerte ‘de Teodosio. la division del Impario ene sus hijos Arcadio y Honoro y las rencilas e intigas de corte de los sucesivos hombres tuertes de ‘ambas partes independientes de! imperio —Ru- fino y Eutropio en Oriente, Estiicén en Occiden- te— ‘despertaron de nuevo la iniciativa de las federaciones germanicas que, de modo casi sis tematico, tuveran como meta el Impero de ccidanta, ‘Muchas razones explican esta descarga se leatva, mientras Oriente logra verse libre de Ia abrasadoras olas de los pueblos invasores. En [primer lugar. el punto de partida geogrico que Miraba como abjetvo el Danubio y el Fin, e8 Soci, 01 Ovcidenta, También la propia diploma: ‘ia de'Constantinopla, que supo de citerentes ‘mados desviar as migraciones hacia el oeste, ¥ fo en Ultimo lugar la mayor cohesion pollica, miltar y econémica det Impero de Oriente, cuya capital, Constantinopla, era una fortaleza inexpugnable. Ast, cuando el afto 397 ls visigo- dos conquistaron ‘Atenas y Corinto y ocuparon {el Peoponeso, el emperador de Oriente, Arca. io, ot al pueblo en calidad de federado el derecho a asentarse en el Epiro, muy lejos del ‘centro del impero, con costas al citi. El camino de Ocsidente parecia asi abiero a los visigodos que, de acuerdo con el plan de Constatinopia, al mando de su rey Alico, iva: leron italia en'el 40% y pusieron sitio ala propia Sede dol Gobiemno imperal, Milan. El emperador Honor tasiad® la Corte @ Ravena, una peque: fa ciudad costera_ practicamente inexpugnable por terra. que sera 8! fescenatio fantasmal de los ulimos {ias del Impeno. En esta ocasion hhubo de sor otro barbaro, el conse: jet0 del emperadior, Estiicon, quien onjurase el peligro visigodo, to {grande que Alerce abandonara la lia para instlarse en el Save. "Pero no eran ios visigadas los dnicos enemi- {gos del Imperio. Empujados por los hunos, en 81405 olos pueblos golpeaban sus puertas por fl dobitade frente det Danubio y el Rin. ese fo, una banda de ostrogodes pudo ser aun aniguilada por Estlicén on Fiessole, cuando ya $30 enconttaba dentro de lala. Parola noche de San Sivestre del 406 una heteragenea masa de hofdas barbaras —vandalos, alanos y suevos— atravesaron el Rin, sequramente pot la regién do Maguncia, y se desparramaron a sangre y fuego por ia Gala, sometndola a saqueo

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