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Yo ESTIMO A LOS POBRES Y

CONTRITOS DE ESPÍRITU.
- ISAÍAS 66:2

Dios dice bien claro que le atraen los humildes. También dice bien cla-
ro que está contra el orgulloso. Estos dos, la humildad y el orgullo, no
pueden coexistir. Donde se fomenta uno se derrota al otro.

¿Cuál seguírásr
C. J. Mahaney nos pinta un impactante cuadro de la batalla diaria que
ruge silenciosa dentro de cada cristiano y nos pregunta si podemos dar
cabida al enemigo de nuestra alma, el orgullo, o cultivar de un modo
activo a nuestra mejor amiga, la humildad. Cuando uno reconoce la
falacia del orgullo e intencionalmente se humilla. uno está en libertad
de saborear abundantes misericordias e insólitas bendiciones. Uno
halla que una nueva vida es nuestra, una vida que Dios ricamente favo -
rece. Una vida de glorificación de Dios que no queremos perdernos.

«C. ]. Mahaney no es humilde. Al menos, eso le dirá. Y esa es una de


las cosas por las que está tan bien capacitado para escribir este libro ".
MARK E. DEVER, pastor principal de la Iglesia Bautista Capitol Hill.
Autor de: Una iglesia saludable: 9 Características

·· Una muy necesitada llamada de advertencia sobre este importante


tema. Recomiendo mucho este libro ».
]ERRY BRIDGES. Autor de En pos de /a santidad

«Este es el libro ideal del hombre ideal en el momento ideal ".


R. ALBERT MOHLER ]R.
Presidente, Southern Baptist Theological Scminary

C. ]. MAHANEY dirige Sovereign Grace Ministries [Ministerios


Gracia Soberana] en su misión de establecer y respaldar iglesias locales.
Fue pastor de la iglesia Covenant Life en un suburbio de Washington
DC por veintisiete años y es autor de varios libros. entre ellos jesucristo
nuestro medíadory La vída cruzcéntríca. C. J. y su esposa. Carolyn. tienen tres
hijas casadas y un hijo. Viven en Gaithersburg. Maryland.
V IDA CRISTIANA 1 VIDA PRÁCTICA 1 GENERAL
CHRISTIAN LIVING 1 PRACTICAL LIFE 1 GENERAL

ISBN- 10: 0-8297-4837-7


ISBN- 13: 978-0 -8297-4837 -6

9
111 1
780829 74837 6
«En nuestra comunidad cristiana rara vez se piensa en la humildad. C. J.
Mahaney nos hace una muv necesaria llamada de atención acerca de este
importante tema. Recomiendo mucho este libro•>.
jERIZY BRmcrs
AUTOR DE Eí\. !'OS DF lA SANflDAD

.,Mi amigo C.J. Mahaney aborda un tema de suma importancia. Como


Dios se opone al orgulloso y da su gracia ;ll humilde, ¿que~ podría resultar
m;ís importante que entender y desarrollar genuina humildad corno pa-
r;u-ravos para b ¡,~racia? El libro de C. J.,·~ bíblico, :,incero y esLÍ lkno de
ideas útiles. En nuestras iglcsÍ;lS hoy necesitamos mt'IJm egornanía y m;ís
humildad y L·spíritu de servicio. Que Dios utilice este libro para recor-
thrnos qm· "solo los humildes son st~nsatns",,
RANDY ALCORN

AliTOR DE EN fRE /.1\ GIMCH \'LA \'1'/WAD, UNA f'AliMJOfA

«Necesitamos que se nos recuerde todos los días CJIIC Dios es comrario a
los orgullosos. Neccsiramos que se nos repita una y otra vez en qué con-·
sistc la grandeza ::t los ojos de Dios. Es importante para los líderes en la

iglesia, líderes en las Lmlilias, y para todos los que de~ean llevar una vida
de excelencia gue complazca a Dios. Le agradezco a C..J. Mahaney d tra-
tamiento honesto y pre,·iso de este ¡K:cado cornúnmcn re "aceptado".
Que L1 verdaJ que se explica en c.~rc libro los saque del orgullo y coseche
en su interior el agradable aroma de la humildad. Dios no solo es contra-
rio al orgulloso sino que exalta al humilde.>>
)OHN MACARTIHJR

I'AsTOR v MI\J<:STRO, CRACE CoMMUN!TY C:r!tJRCIJ

«En Hwnildad: Grandeza Vcrd(ulcra, C. J. Mahaney pn.:scnta un ma-


nual de opcLtciones claro y útil para el crecimiento permanentt· del cre-
yente. para Lt lucha contra d orgullo y el cuh:ivo ék L1 humildad. C.J. no
es marinero en tierra f·lrrne Ul este conflicto. 'Tanto él como su querida
congregación manifiestan la obra de la gracia soberana unto en su hu-
mildad personal y colectiva como en b seriedad con que se entl·,~nran al
orgullo. Decir ''cristiano orgulloso" es un oxímoron. Que d Señor de la
gloria, quien se humilló hasta b muerte, utilice este libro para extermi-
nar el orgullo en todos nosotros, y vaya formando en nosotros la verda-
dera grandeza del espíritu de servicio y de la negación propia».
].l.!GON DuNCAN m
MlNfSTRO PRINCIPAL. FJRST PRESBYTERIAN CHLJRCH
«C.J. Mahaney no es humilde. Al menos, esto es lo que nos diría. Y esta
es una de las razones de que esté tan capacitado para escribir este libro.
Lo he leído. He visto humildad en su vida, y en las vidas de aquellos a
quien ha enseñado. Si están luchando contra el orgullo, como es mi caso,
también deberían leerlo. Y si no están luchando contra el orgullo, ¡en
verdad que necesitan leerlo!»
MARK E. DEVER

PAsToR PRINCIPAL, CAPITOL Hru. BAPTrsT CHuRcH


Aon>R, Nine Marhsfor a Healthy Church

«Este es el libro adecuado para la persona adecuada en el momento ade-


ctndo. Más que cualquier otra persona que he conocido, C. J. Mahaney
me ha enseííado en qué consiste en realidad la humildad. Es un hombre
cuya humildad es un don para toda la iglesia. Sabe que la humildad es
hntaleza, y que Dios usa al humilde de una manera poderosa. Entiende
el peligro del orgullo y nos invita a todos a que aspiremos a una herencia
de grandeza, una grandeza que muestra al mundo todo la gloria de Dios.
Nos conduce a una visión del mundo centrada en la cruz, que transfor-
mad rodas las dimensiones de la vida>>.
R. ALBERT Mom.ER }R.
VERDADERA
PRESIDENTE, SouTHERN BAPTIST TIIEOLOGICAL SEMINARY

«Un libro maravilloso, que hace pensar, que abochorna, centrado en


Dios, basado en la Biblia, acerca de b humildad, de un autor que es
ejemplo de ella en su propia vida. Valoro de manera especial las sugen:n-
cias de Mahaney en cuanto a di.<.ciplinas prácticas p<Ha ayudamos a culti-
var la humildad delante de Dios. Este rnensaje será propicio para
e~ 1· M
~. ~. . .... A.HANEY
-
librarnos a nosotros y a nuestr<ts iglesias de ,Jcstruirnos por cansa del or··
gullo, nos had agradecidos por las pcqueílas bendiciones cotidianas, y
nos acercará más a Dios>>.
WAYNE GRlJDEM

f'Rüf<ESOR E INVESTIGADOR DE BIIH.IA Y TEOLOGÍA

PHOENIX SEMJNARY

VI&
DJ·:WOA/JO.'iA /,¡) EJ((,'/<,'},j<,'lW'lA
La misión de EDITORIAL VIDA es proporcionar los
recursos necesarios a fin de alcanzar a las personas
para Jesucristo y ayudarlas a crecer en su fe.

digitalizado por

Jorge Mendoza: jorgemen7@gmail.com

HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA


© 2006 EDITORIAL VIDA
A mi hijo, Chad
Miami, Florida 33122

Publicado en in¡~lés con el título:


1/umi!ity: hue Greatnes.>
© 2005 por Sovcreign Gracc Ministries

Originally published in English under thc titlc:


Humility: Truc Grcalnns by C.J. Mahaney
Copyright (i) 2005 by Sovcreign Crace M inimies.
PublisiJ<·d by Mulrnornah l'uhlishcrs, lnc.
(,() 1 Norrh l.arch Strccr ·- Sisrers, Orcgon 97759 USA
All nun-English bngudgc rights are contr:tcted throu¡\h:
Gospd Litcraturc lnrcrnarional, PO Box ;'¡()()(), Untario,
CA 917<í 1-100:1, USA

Traducción: jmi M. HI<IIJ( lt


Edición: Rojtls á· Rojas h'rlitorts, l11c.
Diseíío de cubiert:l: Clruf'o Nit,tf Uno
Diseño interior: NtVtli Ó' Rojas Fditore.>. fne.

Reservados todos los derechos. A menos que se indique lo contrario,


el texro bíblico se tomó de la Santa Biblia N ucva Versión 1nternacional.
© 1999 por la Sociedad Bíblica lnt~rnacional.

ISBN-JO: 0-8297-4837-7
ISBN-13: 978-0-8297-4837-6

Categoría: Vida cristiana 1 Vida pdcrica /General

Impreso en Estados Unidos de América


Primed in the U nited S tates of America

0607080910•:•10987654321
C~ONTENIDO

Prefacio por Joshua Harris . . . . . . . . . . . . . . 9


1nrroducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1' A RTJ: 1
NUESTRO MAYOR i\1\lll;O. NUESTRO MAYOR LNI·MICO

La lucha de lCI humildad conlru d orgullo

C.~PÍ'IUU> J
La promesa de humildad . . . . . . . . . . . . . . 17
CAPÍTULO 2
Peligros del orgullo . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

PARTE][

EL <.I<AN CAMI\10
Nucsl ro Salvwlm y el sccrclo de la vcrdaderu g,randczu

CAPÍTULO :3
La grandeza redefinida . . . . . . . . . . . . . . . 39
CAPÍTULO 4
La grandeza demostrada. . . . . . . . . . . . . . . 4 7
PAR n, III
NUESTRA CRAN BlJSQUEDA
Lo ¡náctiw ck la verdadera humildad

CAPÍTULO') PREFACICJ
Al comenzar cada día . . . . . . . . . . 63
CAPÍTULO (1

Al finalizar cada día . . . . . " . . " .. 79


CAPÍTULO 7
Un enfoque especial. . . . . . . . . . . . 87
CAPlTULO 8
Identificar evidencias de gracia . . . . . . . . . . 97 A HlJMlLDAD ES ALGO GRACIOSO.

CAPÍTULO') ,}\)r un1aclo, es un rasgo sumamente deseable. Lama-


Es ti m u lar a otros. o •••••••••• 111 yoría de nosotros, como cristianos, diriamos que queremos
CAPÍTULO 1o ser humildes, ¿no es cierto? O por lo menos deseamos que
Invitar y buscar la corrección . . . . . . . . 12.3
nos vean como humildes. Al mismo tiempo, pocos de no-
CAPÍTULO 1l sotros hemos prestado atención a qué significa de hecho
Responder con hurnildad ante las pruebas . 137
ser humildes. Todavía menos hemos pensado en qué im-
C~PÍHJLO 12
plica crecer en humildacl
Un legado de grandeza. . . . . . . . . . . . . . 155.
En lugar de vcrcbdcr:l lmmilcbd. aprendemos ciertas
Una última palabra . . . . . . . . . . . . . . . 167 palabras o frases que pensamos nos hacen ver como hurnil-
Cómo debilitar el orgullo y cultivar la humildad: clcs. «011 ¿de veras? No es nada» o ,,cualquiera lo hubiera
Lista de sugerencias . . . . 171 podido hacer». Bajamos la mirada y nos encogemos de
Agradecimientos especiales. . . . . . . . . . . . 173 hombros o quizá incluso nos sonrojamos. Claro está, en
realidad no lo dcnmos en serio: por dentro nos estamos
congratulando por lo humildes que parecemos y nos senti-
mos. Querernos tener esta reputación peru no sabemos
cómo llegar a lo real. Como niños que juegan a ponerse la
ropa de sus padres, sl'Jlo representamos ser humildes, nada
nos queda bien.
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA PREI'ACIO

Me alegro de que se hayan interesado por este libro. Aunque apenas he cornenzado mi ministerio en la igle-
Creo que puede ayudar a que la humildad sea algo más que sia Covenant Life, el eJemplo de C.). me ha inspirado a mi-
una representación. En estas páginas se puede aprender a rar hacia el futuro, hacia cuando pueda l1acer la misma
hacer de la humildad el atuendo diario de su vida. entrega al siguiente líder de nuestra iglesia. ¿Quién sabe7
El auLor, Cj.Mahaney, es un gran amigo mío, y he pasa- Ese jovencito de diez <111os que corre por el pasillo ele la
do mucho tiempo con d. Hemos trabajado juntos, incluso iglesia podría urt día estar sentado detrás de mi escritorio.
vivido juntos. (Alquilé por un aflo, cuando era .soltero, una Y cuando llegue ese día, espero tener la misma humildad
habiución en el sótano de la casa de M~th<mcy). Se lo digo de corazón que me ha clcrnostrado C.J
para que vea que puedo comprobar la autcn\icidad de lo Tengo la intcncicin ele seguir aprendiendo de CJ. y sl:
que cscri be. CJ ha hecho frente a las batallas de 1 orgullo que los lectores aprenderán de d en este libro. Lo que me
que todos nos c11Írcntamos. Es un hombre que, por la gra- gusta de 1-Iumi/dad: Grandeza \lerdadera es que desplaza el
cia de Dios, ha cultivado y buscado la clase de humildad centro de atención de la audicnc:la humana, con la que es-
que müs importa, la que define toda una vida ele caminar tamos tan a menudo preocupados, para recordarnos al
con Dios. único Observador, nuestro único Soberano y Salvador,

Para mi, el mejor ejemplo de esta clase ele humildad es cuya atención se consigue atraer con un corazón y vida que
el hecho de que, después ele veintisie:tc Mios de servir como muestren verdadera humildad. Pido que, al ir leyendo,

pastor principal de la iglesia Covcnant Life, decidió ceder- vaya c:rccicnclo en todos el anlwlu por la verdadera grande-
me el puesto. Tengo solo treinta aftos, mientras que C._). za a los ojos de Dios y se desborde en una vida de genuina
humildad.
ttc11c cincuenta y uno y, en mi opinión, todavía está en la
plenitud de su vida y ministerio. Pero rne IUe formando y .Joshua f-Tanis

asesorando, para luego, con gozo, pcrrnitirme sustituirlo.


La mayor parte de los pastores jóvenes tienen que comen-
zar su propia iglesia para poder estar a temprana edad al
frente de una, ya que pocos hombres de más edad están
dispuestos a renunciar o cornpartir un puesto de liderazgo.
C.j. no solo estuvo dispuesto a hacer esta transición sino
que 1a preparó por años de modo que yo pudiera comenzar
con posibilidades de éxito.

lO 11
INTRODUCCIÓN

SCRlB!R J\CI'RC/\ DE L/\ HUMIUJ/\11 constituye una expe-


-riencia que empequel1ece. ¿Quién desea escribir por
voluntad propia acerca ele este tema? Yo no. Un sinnúmero
de veces, mientras escribía este libro. me sentí indinado a
pensar: ¡Qué tonto eres! ¿Por qué aceptaste hacerlo? Y los
podría entretener por horas contándoles los comentarios y
expresiones faciales de quienes se enteraban de que estaba
escribiendo un libro con este título.
Entiendo su reacción. Si encontrara a alguien que pre-
tendiera tener algo que decir acerca ele la humildad, pensa-
ría de inmediato que se trataba ele una persona
incompetente para hablar de ello.
Por esta razón pcrmítan1nc dejarlo bien claro desde el
comienzo. Soy una persona orgullosa que busca la humil-
dad por la gracia de Dios. No escribo como una autoridad
en el tema. Escribo como un compaüero peregrino que ca-
mina con todos los lectores por la senda que nos marcó
nuestro humilde Salvador. Solo puedo dirigirme a ustedes
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA

con confianza en el Dios grande y hondadoso que ha pro-


metido gracia al humilde (ver Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5).
Esa promesa constituye el meollo ele este libro. Y esa pro-
mesa es para todos aquellos que se apartan del pecado y
confb.n en el Salvador.
pARTE
La estructura de este libro es sencilla y directa.
En la primera parLe veremos que, sea cual fuere la edad
o la vocación, la humildad es nuestra mayor amiga y el or-
gullo nuestro mayor enemigo
En la segunda parte descubriremos que la humildad ge-
nuina exige una rcddinición radical del éxito. Aprendere-
mos de las cnseüanzas deJcsucristo a los discípulos cuál es NlJESTRCJ MAYO H. AMIC;C).
la naturaleza ele la verdadera grandeza, y por qué esta gran-
deza se puede alcanzar solo por medio ele su muerte en la N1JESTRfJ MAYOR ENEMIC~O
cruz para pecadores como ustedes y yo.
Por último, en la tercera parte, nos volveremos muy Lu lucha de la humildad
pr<icticos. Examinaremos cóm~J cultivar la humildad y so- contra el orgullo
cavar el orgullo cada día de nuestra vida.
Espero que realicen este recorrido conmigo. Sin eluda
que l'ucclo pensar en muchos que serían mejores guü1s.
Pero he experimentado la prumesa ele la humildad. Su pru-
mcsa es real. Y es para todos.
.LA PRC)MESA DE
H.UMILDAD

' n una cultura que con frecuencia recompensa el or-


gullo, en un mundo listo a admirar y aplaudir al orgu-
llnso, en un mundo descoso de ]Lunar «grandes» a cs~ts
misrnas personas, alguna que \1tra vez la humildad atr<\c
cierta atención más bien sorprendente.
Tmncrnos, por cjcmplll el libro t'xito de ventas Good lo
Crcat. Desde 200 L, este rnanual de liderazgo ele Jim C:o-
llins se ha convenido en urw de los más populares e influ-
yentes en el mundo de los negocios. Rara vez me he
encontrado con un líder que no lo haya leído. El libro res-
ponde a esta pregunta: ¿Puede una buena compat\ia llegar·
a ser una gran compai1ía y, ele ser así, cómo? Para encontrar
la respuesta, C:ollins y un grupo ele investigadores dedica-·
ron cinco ai1o.s a estudiar once corporaciones que habían
dado el salto de ser compm1ías simplemente buenas a gran-
eles.
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA L ,\ P R O M L S A D Jo HU \1 1 L nA D

Tuvo l3 ocasión ele escuchar a Jim Collins hablar acerca A LOS OJOS DE DlOS
de este terna ante un público compuesto de pastores y líde- Parece que ahí encontramos un reconocimiento obvio del
res de negocios. En su presentación, Collins identificó dos valor de la hum1ldad, reconocimiento de que la humildad
características en el carácter de lo5 elircctores de estas corn- funciona, de e¡ ue ayuda mucho a fomentar el respeto por
pafíías que pasaron ele ser buenas a ser graneles. quienes la tienen y a inspirar confianza y seguridad en las
La primera no resultó ninguna sorpres<1 Estos l1ornbres personas que los rodean.
y mujeres tenían una voluntad profesional increíble, esta··
Sí, es asombrosu que a veces la humildad llarnc la aten-
ban nwtivados, dispuestos ;1 soportar lo que fuera para lo-
ción del mundo.
grar que su compailía tuviera éxito.
Pero todavía hay algo rnás asombroso. La humildad lla-
Pero la segunda característica que tenían en común es-
ma la atención de Dios. En lsaías 66:2 leemos estas pala-
Los líderes no lüe algo que los investigadores habían espe-
bras del Seüor:
rado encontrar. Estos líderes motivados eran scnciltos y
modesto:>. Solían referirse a la contribuciün de otros y no
les gustaba at ¡·acr b. atención hacia sí mismos. «Esos lideres Yo miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y
que tiembla a mi palabra (Hcina- Vale r:ú
nunca deseaban convertirse en héroes excepcionales», es-
cribe Collins. « t'~unca aspiraban a que lus pusieran en un
¡x:dcsL1l u en convertirse en íconos inalcanzables. Parecían Este profundo pasaje nos conduce a una motivación y
personas comunes y corrientes que, ele manna discreta, propósito totalmente diferentes en cuanto a la humildad
iban kl\?T;mdo resultados extraordinarios».
- 1.)
de los que encontraremos jamás en las páginas de un ma-
Cuando Collins cntrn:isló a personas que trabajaban con nual secular de negocios. Encontramos que la motivación
estos líderes, dice que, para describirlos, «conslantcmentc UÜ·· y el propósito se basan en este hecho sorprendente: la hu-
lizahm pabbras como tranquilo., hulllildc, modesto, reserva- mildad atrae la mi.rada de nuestro Dios soberarro.
do, Límido, boncbdo::;o, de modales suaves, discrcLo, rc1.1cente, Si entendemos el trasfondo de este pasaje, encontramos
no creían en lo que se escribía de ellos, y así sucesivamente>>.' un significado todavía mayor. Dios se está dirigiendo a los
israelitas, un pueblo con una identidad única. Escogidos
por Dios de entre todas las naciones de la tierra, tenían tan-
to el templo como la Torah, la ley de Dios. Pero no tembla-
ban ante su palabra. En un sentido, toda estaba a su favor

18 19
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA LA PROMESA DE IIL'MlLLlAO

excepto lo más importante. No tenían humildad delante de ¡Qué promesa! Escuchemos de nuevo este conocido pa-
Dios. saje como si fuera la primera vez: '<Dios ... da gracia a los
Por ello en este pasaje, Dios en su misericordia aleja la humildes» (Santiago 4:6). En contra de b falsa creencia
atención a los israelitas de su orgulloso supuesto de privile- popular, Dios no ayuda a los que <<se ayudan a sí mismos>>;
gio como su pueblo escogido y de su preocupación por la ayuda a los que se humillan.
parafernalia religiosa. Estas cosas no atraen su mirada acti-
Esta es la promesa para la humildad. Dios apoya en l'nr-
va y amable. Pero la humildad sí.
ma personal y providencial al humilde. Y la gracia que
otorga al humilde es inconrnensurahlcmcntc abundante.
Como lo escribió Jonathan Edwards, "Los placl:rcs de la
DIOS AYUDA A QUIENES ...
La mirada de Dios es un tema que se encuentra en toda la humildad son en realidad los deleites rnás rchnaclos, ínti-

Escritura. Tomemos, por ejemplo, las conocidas palabras mos y exquisitos del mundo».' El propósito de este libro es
de 2 Crónicas 16:9, <<El Sefíor recorre con su mirada toda ayudarlos a que se sitúen para recibir y experimentar estos
la tierra, y está listo para ayudar a todos los que le son l'ie- placeres exquisitos.
les». Es obvio que Dios no tiene ojos físicos; Dios es espiri-
tu Uuan 4:2.4). No necesita ojos físicos, porque tambié:n es
omnisciente. Nada elude su atención. Está al tanto ele todas Qtn: ES LA HUMILDAD
las cosas. En mi caso, el libro de Collins fue un útil recordatorio de
Pero aunque esté consciente ele todo, tambié:n busca que, en un mundo que alaba al orgulloso, se sigue valoran-
algo en particular, algo que actúe como imán, que atraiga do la humildad. Pero libros como Good to Grcal tienen
su atención y lo invite a involucrarse ele rorma activa. Dios graves limitaciones; solo basta ciertu punto rllls pueden
se siente de manera definitiva atraído hacia la humildad. La conducir a comprender la humildad porque no se basan en
persona humilde es la que atrae la atención de Dios y, en un concepto bíblico del mundo. Nuestra definición de hu-
este sentido, atraer la atención significa también atraer su mildad debe ser bíblica y no solo pragmática, y para que
gracia, su inmerecida bondad. Pensemos en esto: hay algo sea bíblica debe comenzar a partir de Dios. Como lo escri-
que podemos hacer para atraer más la fortaleza y ayuda
bió Juan Calvino, «Es evidente que el ser humano nunca
gratuita, inmerecida y sobrenatural de Dios.
llega a un verdadero conocimiento ele si mismo sino hasta
que haya contemplado antes el rostro ele Dios, y después

20 2l
HUMlLDAD CRANIHZA VERDADERA
l A 1' R O \1 F S A D E H U ivl 1 L D A D

de semejante contemplación descienda para mirarse a sí valores especiales que estuvieron presentes cuando la iglesia
misnlO>>. comenzó habían permanecido inmutables.
En vista de ello, la siguiente definición nos puede ayu- Un miembro de la iglesia y líder del trabajo en grupos, de
dar: La humildad es valoramos con honestidad c1la luz de la nombre Jim, escuchó con suma atención a Gary esa mafia-
santidad de Dios y de nuestra pecamínosídad. na. Antes ele empezar a asistir a Covenanl L.ifé, había forma-
Esta es b doble realidad en la que se fundamenta toda do parte de una congregación en la que, larncntablerncntc,
verdadera humildad: la santidad ele Dios y la pecami.nosi- se había producido una grave división. Al escuchar la des-
dacl nuestra. Sin una toma honesta ele conciencia ele ambas cripción que hizo Cmy de los valores perdurables ele nues-
rcaliclaclcs (y a lo largo de este libro iremos rdlcxionanclo tra iglesia, la menLe dcjirn comcnz<i a comparados con los
acerca de arnbas), cualquier evaluación propia será chstor·· valores que se manifestaban en su antigua iglesia. «¿Por
si u nada y no pocl remos ni entender ni practicar la verdade- CJUl' lúe tan clifcr-cntc mi cxpcricnciah>, se estaba pregun-
ra humildad. Nu llegaremos a experimentar la promesa y tando Jirn.
los deleites que ofrece la humildad. Escuchó a Gary que afirmaba que, clcsclc el mismo co-
l\1r esta razón deseo encauzarlos hac:i;\ la ayuda de Dios mienzo, la iglesia Covcnant Lile había mostrado un pro-
para p(ldcr evaluar la vida propia de manera honesta, para fundo amor por la Palabra ele Dios.
poder entender si están crcc1cnclo en la humllclad que atrae <<.Sí», pensabaJim, <H!Osolros lam.bit'"n lo ieníanWSii.

su rnirac.la y gracia suya más abundante. «Amübantos la gracia, y nos encantaban los cultos».
<ÓÍ, tambit'H 1WSO{TOSii.

<<Creíamos en la importancia ele las relaciones», agregó


¿· I_j"\ ,.¡·¡:;·N
·-
e~ 11 )S?
Ll'• ( ' .
Gary.
I·Ltcc unos aítos nuestra iglesia, Covcnant Lifc en Caithcrs- Una vez másJitTl respondió para sí, «Deacuerdo, tenía-
burg, Maryland, celebró su vigésimo quinto aniversario. En mos es/m).
la reunión para festejar juntos esta ocasión, Gary Ricuc:ci, Luego Cary afirmó, <<Y se insistía mucho en la hurnil-
quien forma parte de nuestro cc¡ui po pastoral y es uno ele los dad, en especial entre los líderes».
pastnrcs fundadores de la iglesia, nos presentó un panorama YJim pensó, <<No. Esto no lo teníamos¡¡_
de nuestra historia. Mencionó que aunque mucho de ella Podemos preguntarnos: Cuando se trata de los valores
habia cambiado en el curso ele esos veinticinco ar1os, como según los cuales vivimos, ¿qué dirán los demás acerca de
el aspecto físico de ciertos pastores, como yo mismo, los

22 23
1! U M ! L D A D e; R A N D E Z :\ \' E f< D <\ ll E R A

nosotros un día! ¿Afirmarán que la humildad caracterizó


nuestra vida!
T<u1tas empresas humanas, tantos grandes pLmes del
género humano, se han visto socavados debido a que quie-
nes participaban en ellos no tenían hrtmikbcl. En el capíl u-
!(1 siguiente exanlinarcmos cw1n pdigroso es el orgullo, PELIGROS DEL C)RC~TJLLC)
pcru nuestra motivación para erradicar el orgullo debe ir
más alb de conocer sus trampas y ¡;cligros. N ucsl ra bús·-
c¡Lteda debe moverse b3.JO el impulso de la pt·.omesa sor-
prendente que la humildad nos tiene reservada: ¡Dios da
gracia al hwnilde!
..._Qué estamos construyendo con nuestra vida7 ¿Un ma-· lNSTCl~J 0JUI<OIJU., qmcn perfeccionó el arte de
trimoniol ¿Una ramilla? ¿Un negocio/ ¿Una iglesia? En todas criticar con ingenio, en cierta ocasión describió a
nuestras empresas, ,~estamos conscientes de que necesita- un contrinumte político como <wn hombrecito mediocre
mos que la gracia de Dios dé un valor duradero a nuestros que tiene rnucho por lo que sentirse mediocre». La última
esfuerzos¿ iAnhclamos la ayuda y bendición providenciales ¡1artc de esta observación es una descripción exacta de mi
de Dios! Enlonccs, pcrrnitamo.s que la promesa de humil- persona, ::nmque no puedo decir que soy hurnilclc. ¡Sin
dad nwldcc nuestra vida y nuestras clccciuncs, pma que así duela tcngu mucl1o por lo que sentirme humilde! Mi inepti-
nucslros hiJOS y oLros puedan recordamos y cleci r de noso-
tud general la conocen todos los que rnc han conocido en
tr<rs, La tenían. Tcnlan humildad. Teman lo que irnportaba.
alguna l"onna, y esto no es una exageración.
Si hablaran con cualquiera de mis arnigus, confirmarían
Notas
de cuüntas maneras los sorprendo una y otra vez con nuc-·
l. Jnn Cdlins, Cooclto Crrcat (Ncw York Harpcr Colltns, 2001). 27.
2. De la c~noucicin del 2 ele marzo de l. 723 en el di;¡rio dcJ)nathan vos descubrimientos de mis ineptitudes Jnclusu ele ~tlgt.'m
Edw:mls, l'vlcrnoi r u! Jonatlwn Eclwards, modo los divierto, en especial cuando se trata de situacio-
ht tp:!/wwvv.Lrans. ukgc)_cnm/mcnwi r·jonathan~cdwards. pdf (mgrc- nes prácticas y ele mecánica.
sado el 3 ele aí!p;;Lo del 2005.
Un día mi hija me mencionó que nuestro automóvil ha-
3. )t)hn C:alvin, lnstitutes ofthf C::hnstimJ Religion, voll ((;rancl Ra-
Jilds, MI: Wm. B. Eerdm;Jns Puhlishing Company, l9LJ0l, 38.
cía un ruido raro, y me fui a averiguarlo Tr;ttó de preparar-
me, pero no había previsto para nacb el chJllido violento

24
HUMILDAD GRAN!HZA VERDADERA P t' L 1 e; ll. O S [) E J. ( 1 R l; U l. L < l

que me ensordeció al arrancar el motor. De inmediato lo En un momento como este, la respuesta compasiva y
apagué. servicial de parte ele un amigo sería responder con alegria,
En un momento como este, la prudencia requiere solo <<Claro, voy a ayudarte». En vez de ello, mi buen amigo ex-
una forma ele actuar: salir del vehículo, regresar a la casa y clamó, «No lo puedo creer. ¡No lo puedo crccrl ¿Qué: lti no
llamar a un servicio de reparación de automóviles digno de sabes ponerle aire a la liante(?»
confianza.
Siguió con lo mismo una y otra vez, hasta que me mir(J
Esta hubiera sido la respuesta adecuada y prudente. En
dircctu a la cara para agregar, «Amigo mío, eres un inútil».
su lugar, me dejé llevar por el arrogante instinto masCLtli-
Mi amigo solo se estaba divirtiendo a cost<t mía, pero la
no, que requiere cuando menos levantar la capota y mirar
verdad es que en una ocasión antcri,)r había tratado, por
con suma atención el motor. Después ele todo, los vecinos
mí mismo, de inflar una llama de rni automcívil. Arrodill<"t-
quizá estaban mirando, y queríamos por lo menos dar la
do para tratar ele colocar el tubo del aire en la v<ílvub, o sea
impresión de que teníamos ciertos conocimientos ele me-
como fuere que se llame ese pcquel'lo tronquito al que se
cánica.
une la manguera a la llanta, el ruido SUI11<1mcntc estrepito-
Sin embargo, cuando crecia mi fuerte fue el atletismo,
so que se produjo lúe amenazador ¡prrrrtl ¡prrrtl
no los automóviles. Y para ser sincero, soy inepto no solo
en motores de automóvil, sino en automóviles en generaL Entonces comenzó a oírse un zumhidu intenso: iDIN(;

Para que no piense nadie que estoy exagerando, voy a inte- DING DINC DIN(;t De repente se apodcr-...í de mí un pro
rrumpir brevemente este relato con otro. fundo temor de que Lt llanta estuviera a punto de reventar.

La siguiente historia es auténtica. De veras. Va a explotar, me dije, y vas a morir. Y en el funeral, todos
tus amigos, cnjug<indosc las Ligrimas en rncdio de su due-
lo, menearán la cabeza y se estarán cliciciJ(lu, «jQLH; inú-
til!»
NECESlDAD DE AYUDA
Un tiempo atr~ts, alguien me hizo saber que la llanta iz- Estuy convencido de que el resultado l'inal de mi inLctllo
quierda trasera de rni automóvil, ¿o era quizá la derecha ese día fue solo ayudar a que saliera rnás aire del que le in-
írascral, estaba baja. Ahora bien, ele hecho, no lenía ni idea troduje. Y al alejarme de la gasolinera con una llanta muv
. '
ele cómo inflar una llanta. Por esta razón acudí a un amigo, poco inflada, pude casi oír el tenue sonido de la risa del
y quiero que sepan que era un amigo intimo, para pedirle empleado de la gasolinera que me acompaüaba camino a b
ayuda. casa.

26 27
HUMILDAD· (;RANDEZA VERDADERA P 1' L 1 e; R U S DE L ll R l; \! L L ()

CONTJ:.¡_A TODA LÓGICA modo extraño y seguro de no tener en cuenta para nada la
Así pues, dada mi historia personal, ¿qué seguridad pro- lógica. ¿Podemos estar de acuerdo con esto?
pia, sin base alguna, pudo en todo caso motivarm.e ese dí.a La triste realidad es que ninguno de nosotros es inmune
a levantar la capota para examinar el motor7 Lo único que a los efectos cegadores, contra toda lógica, del orgullo.
de hecho sé hacer bien es comprobar si el recipiente del li- Aunque se manifiesta de diferentes formas y en diferentes
quido limpiaparabrisas necesita más agua. Por esto lo com- grados, nos contagia a todos. El verdadero problema no es
probé, con gran seguridad. (l::staba a más de la mitad). si hay orgullo en nuestro corazón; es m;;ís bien dónde se da
Entlmces cerré la capota (tamhit'n con mucha seguri- el orgullo y cómo se manil'iesta en nuestra vida. La Escritu-
dad) y, tonto orgulloso que era, me volví a subir al auto- ra nos muestra que el orgullo está profunda y peligrosa-
móvil para una vez más ponerlo en marcha, como si con mente enraizado en todas nuestras vidas, rnucho más que
solo haber mirado el motor fuera suficiente para repararlo, lo que estarnos dispuestos a admitir o incluso a pensar.
cumn si las piezas descompuestas se estuvieran diciendo, .John Stott ha reflexionado con claridad acerca ele ello y
«¡Nos ha visto! Volvamos a nuestro sitio, ¡rápido!». escribió lo siguiente: «En todas las L1ses eJe nuestro desa-
Pero al darle la vuelta a la llave, emitió el mismo chillido. rrollo cristiano y en todas las esferas de nuestro discipula-
Solo entonces llegué a la casa para hacer lo que debería do cristiano, el orgullo es el mayor enemigo y b humildad
haber hecho mucho antes. Telefoneé al taller de reparacio- nuestra gran amiga».'
nes para explicar la condición en que estaba mi alltomóvil, l--Iemos visto la promesa que contiene la lmmildad, el
totalmente dispuesto <t compartirles mi firme convenci- apoyo bondadoso de Dios. Pero tamhi(_;n debemos estar
miento de que el problema no era el recipiente de líquido conscientes de los grandes peligros del orgullo, no solo al-
limpiaparabrisas. guna que otra vez o bajo ciertas circunstancias, sino en
Ahora bien, se podría muy bien asumir que en un ser cada fase y en cada esfera de la vida. Durante toda nuestra
humano normal, una ineptitud como esta no podría en permanencia en esta tierra, y en todos los ámbitos de nues-
modo alguno coexistir con ninguna cantidad significativa tras vidas, todos nosotros compartimos el mayor de los
de orgullo. Alguien tan poco hábil como yo sería normal- enemigos que nos es común: el orgullo.
mente humilde, ¿no es cierto? Sin embargo, sin ninguna
clase de duda puedo afirmar que en mi vida son muy evi-
dentes tanto la incompetencia como el orgullo. De hecho, EL PRIMER PECADO
iremos descubriendo en este libro cómo el orgullo tiene un La historia del orgullo es larga, antecede a Adán y Eva.

28 29
HUMILDAD GRA"'DEZA VERDADERA PEL!CRUS DEL t"IRl;LJLl.O

El orgullo, según parece, fue el primero de los pecados. enaltecen» del hombre orgulloso lo que encabeza la lista
lsaías 14 describe la caída de un rey, pero que no era un (Proverbios 6:16-17).
simple gobernante terrenal. Este rey es la encamación ele la - Cuando la sabiduría personificada ele Dios habla, se en-
arrogancia que desafía a Dios, pero el lenguaje que se utili- fatizan estas claras palabras: «aborrezco el orgullo y la
za en el pasaje al parecer se refiere a la rebelión y caída de arrogancia» (Proverbios g:] 3).
Satanás mismo. y pensemos en la perspectiva divina acerca del orgullo
En lsaías 14:13, se pone de manifiesto la motivación de- que se revela en Proverbios L(y '5: «El Scilor aborrece a los
trás de la rebelión de Satanás: ''Decías en tu corazón: 'Subi- ancwan
o tes
. , . lJJ1't
. c·<·)c··t ,,,., ~,cgut
L •
- , · -a.· liO
·'L ,_.,,
· qucc 1arán llnpuncs>>
·
.
ré hasta los ciclos. ¡Levantaré mi trono por encima de las . Nu se puede encontrar en toda la Escritura un lenguaje
estrellas de Dios!». Bajo el mando del orgulloso Lucifer, mas contLmdcnte respecto al pecado.
criaturas angélicas poderosas que poseían belleza y gloria
más allá de lo que podemos imaginar, desearon con arro-
COMPETm CON DIOS
gancia ser reconocidos y ocupar una condición semejante a
la ele Dios mismo. En respuesta a ello, Dios ele inmediato ¿Por qut' odia Dios al orgullo ,:n forma tan vehemente?

los juzgó de manera ri.gurosa. He aquí el por qut;: el orgullo se da cuando seres huma-

El orgullo no solo parece ser el pecado más antiguo,


nos pecadores aspiran a lo condición y posíci<ín de Dios Y se
niegan a reconocer su dependencia de d. ..
sino que está en la médula de tocio pecado. «El orgullo»,
Charles Bridgt~s en cint<t oc:tsúín (\liliCntó cómo el ur-
cscribc]uhn Stott, «es m{ts que el primero de los siete peca-
gullu lcv·mt·l l'lc<rt··-t7 · r·)·
' ' . . "Lon comr~t 1 tos y ''cumpitc Ctlll d por
dos capitales; es la esencia ele todo pecado»,..
la su¡)rcm·wh»
. .L • , •
. e1e ¡·Jntnnn
····', "'
... perspicaz Y
F"t·lnt('" ·tt·lt
un;t ' . ('

En realidad, desde la perspectiva de Dios, parece que el


bíblica de b esencia del orgullo: cnrnpctir con Dios por l~t
lHgullo es el pecado más grave. En base a rnis estudios, me
supremacía, y levantar nuestro U)razón contra d.
he convencido de que no hay nada que Dios odie más que Para fines d, · r ¡·,,,· · ... ]
·. . . ' t. co,1 c.own pel:::,ona , cornenc:é a adoptar
esto. Dios con toda justicia odia todo pecado, pero hay
esta dchmctón de orgullo hace pocos at'tos, después de caer
mucl1as evidencias en la Biblia que permiten concluir que
en la cuenta de que, hasta cierto punto, había ido ClTcicn-
no hay ningún pecado que lo ofenda más que el orgullo.
do sin que el orgullo afectara mi vida. Pero seguía conté-
Cuando su Palabra revela las cosas '<que el Señor abo- sándontc ele orgullo. Sabía que Jlo me sentía lo bastante
rrece» y "que le son detestables>>, son los «ojos que se culpable de ello. De modo que en \'ez de sulo confesar a

30 31
H ¡_;M 1 L 1! A D (,E A ~J fJ 1' ;: ,\ \' !' R 1> .'\ IJ ERA

Dios que <<en esa sittwción me enorgullecí» y de pedirle cu~mdo alguien come queso req ur:'S<1n delante mío; n w
perdón. aprendí a decir, <ÓL'r1or. en ese momento, con esa quua ~::1 ;1pctito.
~tclitud y ese acto, estuve cmnriticndo contigo por la
Tamhit'll rcch~1zu todos los equipos proksionalcs de di-
su¡ncnwcfct. A esto se rcducia todo. Perdóname».
versos deportes de b ciudad de Nueva York, lo cual es scn-
Y en lug~u de confesar ante otra persona, <do que dije cilbnJcnte parte de mi hercncú1, al haber nacido Jv haber
.
lue orgulloso de mi parle; ¿me puedes perdonar?» corncn- sido criado en el área de W;¡shingLun DC.
l"C ~1 decir, «lo que ~1caho dr h~1cn IUl' competir con Dios
Esto es solo el comienzo. una pcqucr'ía rnucstr;1 de mi
pnr la supremacía», y snlo ckspuc;s pedir el perdón de la
lonu. li•;t~t ele cosas que udiu. l'cru tarnhié:n tengo una lisu
persona. Esta Jm'tctica aun1cnltl la ctrga ele culpabilidad en
sen;¡ de co:<ts que odio. Estoy scgtut) lk que todos tenernos
mi corazón debido a la gra\'ccLrd ele este pccad1). tamhién algo p;rrccido.
El orgullo asume innumerables l'orrn::ts, pero tiene un
(''cliu el abono.
solo fin: glorificarse a uno mismo. htc es el motivo y pro-
Odio el ~lhw:;o inlantil.
p(lSito final del orgullo: quitarle a Dios su gloria legítima y
Odio el racismo.
buscar glorificarse uno mismo, compitiendo con él por la
supremacía. La persona orgullosa buscar glorificarse a ~;i
¿Que odian ustedes:)
rnisma y no a Dios, con lo cual de bvc:ho intt:nta quitarle a Nadie udi;t n:1da con la intcmidad con que Dws odia L'l
Dio~. algo que solo él merece recibir. orgullo Su odio del orgullu es puru, y su odio es santo.
No sorprende que Dios se oponga al orgullo. No sor- Juan Cal vino cscrihic'J: «J)ius nu puede soportar ver que
prende que odie el orgullo. Permitamos quL: esta verdad su glort;:t la ton1;1 como prupia b cri~ttur:t ni siquiera en el
penetre en nuestra Forma de pcns<\L gradu nus n1ímrno; ele igual rntxlo, k t"L:sulta intolcrahk la
arrogancia sacrílega de quienes, abb;ímlusc a si miSilJOS.

oscurecen su gluria lo m;¡s que pucdcm>. 1


0POSlUON ACTlVA DE DIOS Al. URGULLO Y como Dios no soporta esta arrogancia. se revela en b
A.hura han.; la pregunta siguiente: ¿Qué: odiamos? EscTitura corno opuesto de IT1ancc1 activa al orgulln.Dc
Puedo decir qué odio. Tcngu dos listas. Una es una lista manera aclíva.
tonta que comienza con alimentos que a veces pienso de- «Dios se OJ!OIK' a los orgullosos>> (Samiago 4:6; J Pedro
ben ser productos de la Caída. Detesto el pastel de carne. 5:5). «Se upunc» en esta atirme1cion es un verbo aclivo, en
DctestL) el SélUcrkraut. Y detesto el requesón. incluso odio tiempo prcscnt e, lo en al muesLm qlrc b opusición de Dios

33
HU\1Jl_D/\ll CRANDEZA VERD,\DERA P C Ll C RO S DE' L l) ll e; lJ LL. ()

al orgullo es una actividad inmediata y constante. E1 orgu- El orgullo también derriba a líderes. «El orgullo echa a
llo no eludirá por tiempo indehnida la disciplina. perder a pastores e iglesias más que cualquier otra c:osar>,
ha escrito Mike Rcnihan. «Es más insidioso en la iglesia
que el radón en la casa>r.(, Cuando leamos acerca de algún
FUERZA DEL ORGULLO
otro personaje público que sucumbe, recordemos Prover-
Para entender mejor la perspectiva que tiene Dios del or-
bios 16:18: «Al orgullo le sigue la destrucción; a la altane-
gullo, nos convendría tom.ar nota de su fuerza destructora
ría el fracasorr. La situación ele esa persona podría parecer
tan especial. Jonathan Edwards llama al orgullo <da peor
que es complicada por razón de las circunsL~mc:ias, pero en
víbora que hay en el corazón» y «el mayor perturbador de
el fondo no l1ay complicación: el orgullo está antes de la
la paz del alma y de la dulce comunión con CristO>r; con-
caída.
sideraba que el orgullo era el pecado mj.s difícil de extir-
par, y «el más oculLo, secreto y enganosu de todos los
deseos». r
ADVI:l\TENClAS MISERICORDIOSAS DE DIOS
A pesar ele esta prolunda comprensión de su fealdad,
Las advertencias que se encuentran en b Escritur<t en
Edwards mismo luchaba sin cesar contra su propio orgullo
cuanto al orgullo no podrían ser más serias y que nos de-
(y esto me cb esperanza, sabiendo que no estoy solo n1 esta
ben ¡Joner a pensar. Y son una cxprcsúm de h misericordia
lucha). «Qu(' pobre gusano tan necio soy, tonto, ciego, en-
de Dios, que huscan nuestro bien.
gafíado, cuando el orgullo actúa», cscribi(l en cicrL:l oca-
sión Edwarcls.' En sus sermones y l'll muchos de sus Dios es miscrinHdioso y por esto nos advierte de esta

innumerables escritos ponía constant:crncnt.c sobre aviso manera. Es misericordioso en este hecho de revelar este
contra el orgullo, en especial el orgullo cspirinwl, que con- pecado a nuestro corazón y de idcntilicar su gravedad y
sideraba corno la causa principal del lin prcmat uro del consecuencias potenciales. Es misericordioso, y quiere
Cran Avivamiento, que babia aportado t~1nta vitalidad protegernos. Por est::t razón, en Luda su Palahra, Dios pre-
espiritual a la iglesia en tiempo de Edwards. senta el orgullo como nuestro mayor enemigo.
El orgullo también socava la unidad y puede en última Al desenmascarar el orgullo, así como al presentarnos a
instancia dividir a una iglesia. Muéstrenme una iglesia en la la humildad como nuestra mejor amiga, Dios nos describe
que hay divisiones, donde hay disputas, y les mostraré una el camino hacia la verdadera grandeza, camino que ven:-
iglesia en la que hay orgullo. mos con suma claridad en la vida y muerte de nuestro

34 35
llll M l LDAD e; RAND EZA Vf:RDADE RA

Salvador. Cornencemos juntos a recorrer esa senda en el


capitulo siguiente.

Notas
l. Jolm .Slott, «i'riclc, Humility ,';¡· Cnd,» Sovcrcign Gracc Onlinc, Scp-
PARTE IJ
liCillbrc/Octuhrc 2000, http://www.suvcrcigngraccminis-
trics orglsgo/v 18nu5/prl_priclc. html (consultado el "> de agosto el el
200'5)
2. lh!d.
1. C:umcntarin ~ti SahnLl l): L-3 cn]L1hn C:alvin, Commcntary n11lhc
Book or Ps;dms, trad. Jnncs Andcr.son. Fcrdman~, Gmnd Ra¡wb,
lVII, 1961, n.p.
4. jonathan Edwards, Adncc to Young Convcrts, (H;uÜord Evangcli-
cal Tmct SoL:il'Ly, 1821 ), en un principio ,·arta a Dchorah Hathcway
kchada el 3 dcpmio de l H L Nucslro Salvador y d secreto
5. De la :moucilin del 2 de marzo de 17L'J, en el diar1u de Jun;Jthan de la verdadera grandeza
Lclwarcls. Mcmoir uf]onathan Fclwards,
htt p:!/www .t racLs uk,ep L't>m/mc moicjunathan__cdw;mls pd 1(CL\11·
sultadn el 1 ele ;lgostu del 200'))
6. Mikc Rcnih:m, <di. Pastor's !'riele ;mcl )oy>' C:nnvns;tcion de sohrc-
mc.sa,Juliu de Jc)l)l)_

36
l~A- G-RANDEZA REDE.FINIDA

11/\RU':-; Sl'lmc.rclN en cierta occ1sión predicó acerca ck


la necedad del orgullo, y lo llanh·l «una cosa sin lún-
clamcnto», «Uila cosa estúpida» y Lcnnbi(~n «lo más loco que
pueda existir>>_'
Pero a pcs~n de la LOLll nccccLtLl e irr,teionalicbd ckl
orgullo, su obstinada presencia se rnanHicsta en innume-
rables formas dentro de toclLlS nosotros_ 1nduso los discí--
pulos de Jesús no estuvieron inmunes; ele hecho, fueron
in rr~tcl ores dcstac~tclus.

¿QUIEN ES EL MAYO!~?
El orgullo resulta especialmente evidente en la búsqueda
documentada de grandeza y apreciación personales por
parte de los disclpulos_ Esta búsqueda no fue sutil, y no pa-
rece que fuera esporádica. Sl'gún sus propios relatos, fue
algo pronunciado y al parecer constante_
HU M [ L DA D G R A G: D E Z -\ V E R D >\ D [ R t\ LA e; 1< A N L' 1' l.,\ 11 ['U E!' í ~1 1 LJ .·1

Notcse, por ejemplo, In que leemos en Marcos 9, cuando porque no hay ni un ápice de falta de seguridad en Jo que
los discípulos y Jesús andaban juntos. «Llegaron a Caper- preguntan: <<Maestro .. , queremos que nos concedas lo que
naúnl. Cuando ya estaba en casa, Jesús les preguntó:¿Qué te vamos a pedir». Jesús les pregunta qm~ desean. Respon-
venían discutiendo por el can1ino·h (Marcos 9:33!. den: «Concéclenos que en tu glorioso remo uno de noso-
Pero los chscípulos, sin dudJ clcsconccrt::cdos y avcrgon- tros se siente a Lu derecha y el otro a Lu izquierda» (Marcos
:::ados, «se quedaron callados» (v.?A ). Person¡~s que cst.a- 10:35-37).
b::m recibiendo una preparación intensiva de parte ele
Marcos ya nos ha contado que Jesús y sus discípulos se
jesucristo, el ejemplo máximo ele humildad y espíritu ele
dirigían hacia Jerusalén, donde Jac:obo y .Juml y los otros
servicio, estaban inmersos en una disputa a fondo acerca
esperaban que el S;dvador estableciera ele inmediato su rei-
de su relativa superioridad.
no, militar y políticamente Iba a entrar, pues, en su «glo-
JesLlS conocía sus corazones, del rnisrno modo que co-
rioso reino» y 1\)S dos herm::tnos deseaban ocupar en el
noce los nuestros. Por esta razón ele manera inmediata y
mismo un lugar pmmincnte. Sin duda asumían que, a la
perspicaz abordó su egoísta ambición: «Entonces Jesús se
luz de su obvia superioridad, era adecuado c¡uc ocuparan
sentél, llamó a los doce y les dijo: 'Si alguno quiere ser el
esa clase ele puesto prominente. <<Resolvarnos este asunto
primero, que sea el último de todos y el servidor de todos»
de la grandeza ya», parece que estén dicicnd\). «¿Qui&n es
(Marcos 9:35).
el maym<' ¡Nosotros somos los mayores' Y Mal'stro, quere-
Jesús redefinió en forma radical la grandeza. Pero, al pa-
mos que reconozcas este hecho haciendo que nos sente-
recer, lo que dijo no caló.
mos a tu derecha e izquierda».
Se ponen plenamente de manifiesto los deseos llenos ck
UNi\ PREGUt'JTA VALIENTE orgullo de sus corazones. En su petición no hay nada sutil.
E~n ['vbrcos lO cncont ramos a los hcnnanos .J<~eoho y Juan No piden fe para sobrellevar el surrimicnto del 1\lacstro.
que se acercan al Salvador aparte de sus com¡xu1cros, los No piden el privilegio de apoy;nlo en su sulrimicnto.
otros discípulos. Al¡xucc:cr de acuerdo entre s1 en cuanto a Quieren ser bmo.sos, pura y simplemente. Jacuhu y Juan
su propia grandeza, le presentan a jesús un ¡;ctición espe·· han clehniclo la grandeza como rango y plKicr, y quieren el
cial. título. Desean el respeto, el aplauso y la importancia. En
Por lo visto Juan y Jacobo pensaban que el Salvador sus corazones llenos de orgullo, jesús es solo un medio
compartía la elevada opinión que tenían de sí mismos, para el fin que tienen de exaltación personaL

41
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA L ,\ (; f\ A el U 1 Z, \ 1\ 1: J) E¡. 1 N 1 11 ,\

Este pas<.\ie en modo alguno exonera a los otros discípu- abusan ele su <1utoriclaci». Luego el Salvador plantea un
los, porque lamentablemente los otros diez no eran dife- contraste: «Pero entre ustedes no debe ser asi»
rentes. De alguna forma se enteraron de la petición de Lo que resulta espccialrncnte sugestivo e instructivo en
Jacobo y Juan y «se indignaron contra Jacobo y Juan» (v. 41), sus palabras siguientes es que Jesús no critica ni prohibe en
lo cual denota que, en su corazón, se albergaba ambición forma catcg(lrica el deseo y b ambición de grandcz;1.
egoísta y también pretensión de superioridad moraL
En su lugar, reorienta claramente esta arnbición, la re-
¿Nos podemos ver en esta historia? Nos resulta fácil a
define, y la purifica: «El que quiera hacerse grande entre
veces despreciar a los discípulos sin reconocer en ese retra-
ustedes deherd ser su servidor, y el que quiera ser el prime-
to de ellos nucstm propio rustro. Mientras iban carninan-
ro drbcrcí ser esclavo de todos,> (vv.·+ '3·+t).
do, discutían accrc1 de quié11 cr:~ el mayor; quizá nosotros
Siempre qucrcnJos prcsL1r cuidadosa atención cuando
no discutimos acerca c.lc esto, pero ¿no debatirnos lo mis-
en la Escritura cncontranJos esa palabra deber. <<Deber»
mo a diario en nuestms pensamientos rnás intirnosl Si
ustedes son como yo, se comparan :t otros y buscan opor- nos lJ<lCC pensar en nlgo que se requiere, algo que es indis-

tunidades para reclamar que son rnás importantes que pensable. «¿Quieren ser graneles?», cliccjcsús. «Bien, esto
ellos, como lo hicieron los discípulos. es lo que dchc darse. Lo que se requiere es que se vuelvan
servidores ele los dcrn;'¡o.;; ~;ignilka nada menos que cnnver-
1irse en C:)l'lavo de lucios».

RFDEFIN1CIC)N Rccorclcmos que la persona que estú afirmando esto es


Es de agradecer qucjcsüs sea miscriumlioso y bondadoso el cjnnplo m;iximo de la vndadera grandeza Y esto es
con mtcstros corazones llenos de orgullo, al igual que lo l'X<.IC'Llmcnlc lo quc]csüs pasa a achr~n: «Porque ni aun el
fue con sus equivocados discípulos. Lccmn~; en M<lrcus Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino pam servir y
10:42: «Jesús los llamó». ¿Podemos percibir la paciencia para ciar su vicia en rescate por muchos» (v.45).
que les tuvo el Salvador, al igual que su compromiso amo- En el excelente comentario que Willüm Lanc cscnhió,
roso de cnsc11arlcs lo que tanto necesitaban aprender? menciona que Jesús se rclicrc a «la invcrsilín de todas las
Les recuerda primero lo que ya habían podido constatar ideas humanas acerca de grandeza y rango>> ..' Ahí se pro-
todos ellos durante los largos :.n1os de la ocupación roma- duce una inversión profunda e histónca, que tiene que
na: <<Como ustedes saben, los que se consideranjefes ele las darse en la vida de cada uno de nosotros para que podamos
naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales tener la posihiliclacl de llegar a ser grandes a los ojos ele

42 43
HlJMILDAD CRANDEZA VERDADERA

Dios. Significa poner patas arriba nuestras ideas arraigadas Se trata de Eric, e1 hombre de negocios exitoso que cada
y mundanas en cuanto a la definición de grandeza. domingo sirve de manera voluntaria en nuestra iglesia es-
tacionando automóviles.
Se trata de mi hija Kristin, que trabaja sin descanso en.
TODO A NUESTRO ALREDEDOR su casa para cuidar ele su esposo, Brian, y de sus tres hijos
La diferencia no podría ser más eruela. pcqueríos.
Definido en rorrna cultural y pecaminosa, buscar b Se tr;Ha de Dick, hombre soltero y funcionario de co-
grandeza parece lo siguiente: personas motivadas por el in- rreos, que llevó una vida sencilla para así poder ayudar a
terés propio, la satisfacción propia, y un ralso sentido de sostener a familias que deseaban adoptar nihos.
autosuficiencia, buscan una amhici<1n egoísta con el !'in de Se trata de Kcn, el padre que rcnunci() a su tr;thajo y a
darse importancia. todl) lo que le era familiar para trasladarse con su familia al
otro extremo del país a una iglesia local más S(llida
Contrastemos esto con la búsqueda de verdadera gran-
ckza tal como se define bíblicamente: servir a otros para la Y se trata de Bcrnic y Pcarl, la pareja ele unos ochenta
afíos quienes, a pesar de problcrnas graves de salud, entre-
gloria de Dios. Esta es la expresión gL:nuina de humildad;
garon su cor;m¡n y vida al pcqucfio grupo que lkrnic diri--
esta es la verdadera grandeza, tal como la definió el Salva--
gía. Ahora ya cst~in disfrutando con el Salvador.
dor.
La verdac.lcra grandeza cst<i en tocio nuestro alrec.lcdor.
¿Han visto en tiempos recientes algunos ejemplos de
La pregunta es, ¿la vemos? O, m;'ts importante, ¿la husca-
verdadera grandeza? Los que se ofrecen a continuación son
mos7 Estos ejemplos y rni1 más muestran qw.' quiere decir
so1o una muestra ele 1o que he podido ubservar y vivir.
ser grande a los ojos de Dios: servir con humildad :1los de--
Se trata de Bryce, el hijo adolescente y religioso, que res-
más para gloria de Dios.
peta a sus padres y cuida de sus hermanos más pequeños,
Asi pues, tenemos dos definiciones l)pucstas: grandcz:t
incluyendo a Eric, quien padece de autismo. que se define a partir de la cultura y el pecado frente a gran-
Se trata de Teresa, mujer soltera con una risa contagio- deza definida según la Biblia. El conflicto entre ambas con-
sa, que, siempre alegre, sirve a numerosas familias en nues- tinúa hasta hoy. La lucha se desencadena en nuestros
tra iglesia. corazones mismos. Necesitamos con urgencia ser libera-
Se trata ele Trey, un pastor amigo mío que [unge como dos. Y es la promesa de 1ibcrtad respecto al orgullo lo que
pastor asistente de su hijo Rich. jesús nos ofrece.

44 45
H ¡; M 1 ¡_ D .4. D C R ,\ N D E Z A \' E R l1 i\ D E R A

Notas
1. Charles Haddon Spurgcon, "Priclc ancl Humility " scrrnón pronun-
ciado el J 7 ele agosto de 1HS6, en SoULhwark, lnglalcJTa,
hu p//christianunpluggcd.cum/humility_3.htm (consultado el 3 ele
agusto clel2005.
2. William L L.anc, Thc c;,¡o,pcl orMark, Thc Ncw lntcrnational Com-
mcntmy on 1hc Ncw Tcst:1mrnt (c;rancl Rapids, lvll Ecnlrmns,
l . i\ C~RAl'~DEZ,_A
l':lH), 383.
DEM.OS'TRAl)A

IIUI\1\ LLJc,M,ILh ~ti punto nucial. No es cxagn<ldn afir-


mar que entender el contenido de este c1pítulo es
fundamental par~t captar la verdad de la que tn-tta todo el li-
bro. Por esta raz(rn, si hiciera falta, hay que leerlo despacio,
porque nPs L'Slamos accn:anclo a un ll'rrL~Ilt) santo.
He aquí tma vcrcbcl esencial: para aprctlClcr Lt verdadera
hurnildad, ncccsitanws algo nüs que redefinir la grandeza;
m'ccsitamos inclusL) más que el ejemplo personal de ~';nvi-­

cio humilde que 1ws ha dado jesús_


Lo que neccsit<mws es su muerte.
Fscuchcrnus de nuevo lo que dijo jesús en Marcos
1OA'5: «Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que k
sirvan, sino para servir y para dar su vida en 1-escaLc por
muchos»_ El Salvador aquí aclara a sus discípulos la dife-
rencia entre su ejemplo y el ele ellos. Insiste en el carácter
único de su propio sacrificio. Les dice no solo que se

46
1-1 U \1 1 L DA D • C R A 1\ D E Z A V E R D A D ERA

alcanza la verdadera grandeza emulando su ejemplo, sirto el ministerio de Jesús, y el destino final se abre ante sus
tambit'n que la verdadera grandeza no nos es posible ojos. Se acerca la hora para la que, a fin de cuentas, vino_ La
aparte del sacrificio t:mico del Salvador_ cruz esU en el horizonte.
Solo jesús vino p~1ra dar su vida en rescate por los peca-- Este largo viaje hasta jerusalén y la cruz serú al parecer
dos ele muchos, y esto lo distingue de cualquier otro servicio muy solitario para el Salvador porque lo realiza sin la ple-
con carác:Ler de sacrificio que alguien más, en algún lugar, na comprensión y apoyo ck sus discípulos. La ambición
podríajamús oCrenT Encontran1o.'i ac¡ut lo que es completa, egoísta los sigue cegando, de manera que el Salvador debe
total y' catcgóricnnentc Ctnico en el Salvador y su cjernplo. Y continuar enscüánclolcs e instruyéndolos y enfrentándose
en genuina humildad, nuestro servicio a otros sicrnprc es a su arrogancia.
tanto un ickcto del sacrificio único ele .Jesús comtl la prueba Con todo, por triste que sin duda debió sentirse su umt-
dcltmsmo. Solo ::;u sacril"icio nos hace posible lograr y expe- zón en este momento, «se les :tclclantó» (v_)2). Nadie ll)
rimentar verdadera grandeza a los ojos ele D1os. empuja a que siga~ nadie lo obliga. Muestra el camino_ Y
Donalcl I;nglish expresa este punto de la siguiente 1or- quien va delante es el üni.co en este grupo de viandantes
tna: <<hl la raíz de todo servicio cristiano en el mundo cst<i que cslí't consciente de la indescriptible angustia que lo
el SE'!'í.ur crw.:ilkacll) y resucitado, quien rr1uril'> para lihe- espera en ese lugar.
1
r:trnos y con ello hacer posible dicho scrvicio». Por esta ra-- Dctcngárnonos, quizú, para imaginarlo. Vcarnos esa fi-
zón todo servicio cristiano no solo rdlcja el cjcmpJc, del gura solitaria que va delante, plenamente consciente y sa-
Salvador. En última instancia nuestro scrviciu solo existe bedora ele lo que le espera cnJcrusal(:n. Veámoslo firme en
para dirigir la :1tcnción hacia su Cuente, a nuestro Scí'10r su corazón, decidido, rnarcando la pauta a sus discípulos,
crucificado y resucitado, quien se entregó a sí misrno en avanzando decidido.
rcsc:Jt.c por todos nosotro.s. ¿lbcia dónde?
Demos un paso rn:1s p:tra ex<1mirwr nüs de cerca c~~tc in- Hacia Jerusalén.
cornparablc ::;acriJicio. ¿Para qué·?
Para morir
Nada lo disuadirá. Está totalmente decidido a cumplir
jEStJS DIO EL EJEMPLO con esta cita escogida desde la eternidad. Sin vac:llar se diri-
En Marcos 1O encontramos ajcsús y a sus discípulos cami- ge a un lugar donde ser<i traicionado y arrestado, donde
no a jerusalén. Se trata del último desplazamicnlo durante será acusado y condenado, donde será objeto de burlas y

49
HUMJL.DAD. GRANDEZA \'ERDADE'Ri\ L;\ CRi\"'DFlc\ DFMO~-¡ lli\DA

recibirá escupitajos y azotes y al final será ejecutado_ Y no Es ele lamenur que la palabra rescate tenga para noso-
hay indecisiones, ni resistencia en sus pasos. Aunque lo tros un significado bastante limitado. No la enconLrarnos
espera un sufrimiento inimaginable, avanza, va delante. casi nunca a no ser en programas de televisión o películas
que tienen corno argumento algún secuestro. Pero el signi-
ficado ele estJ palabra resultaba mucho más intenso e in-
mediato para los discípulos en ese momento. Así nos lo
EL RESCATE
recuerda Donalcl English, ''En las culturasjudía, romana y
Este es el tr:tslundo del encuentro de Jesús con bs pala- griega, el rescate resultaba una imagen familiar. Era el pre-
hr~ls y acciones orgullosas ele sus arrogantes e indignados
cio que se pagaba para liberar a un esclavo, a un prisionero
clisdpul,1s. Al enlrcrrtarsc a su orgullo, y al nuestro, p,1r
de guerra o a una persona condenada»-' El rescate repre-
primer~\ vczjcsús define l'i prop(1sit,1 de la muerte que 1,1
sentaba el pago de un precio que se cxigia para liberar ele
cspcr:1 y ele ¡,1 que logrará: <'d Hij(l del hornbrc vino
diversas formas de esclavitud, cautiverio o condena, que
p~1ra scrvtr y par~\ dar su vida en rescate por lllllL:hos»
eran comunes en esa época.
(Marcos 10:45)
Antes, cr1cstc mismo capítulo, Marcos incluyó inlcmn~t­
ción adicim1al que ahonda el signihcado de este morm:nto AUSENCIA DE RESPETABILID!\D
ins,mclablc: no Jltucho antes, jesús hahia encontrado :1 un Además, la palabra rescate no se asociaba con respetabili-
joven rico que c¡ucrL1 saber cómo ganar la vida eterna. Dcs- dad. La persona a la que se rescataba era o esclavo, o un
pw;~; de escuchar b respuesta del Salvador, los cliscípulos enemigo cautivo o un criminal condenado.
«se :tsumbran1n» y le prcgunuron, <d:ntonccs, ¿qukn pn- ¿Cómo se <1plica esto en nuestro caso? Demasiado
clní. salvarse?» .lcsüs los rniní fijamente y rcspotlcli(í, '<Para bien. Como lo escribe John Stott, en la imagen de rescate
los hombres es imposible ... pero no para Dios; ck hecho, lo que se enf~ltiza '<es nuestro estado lamentable, de he-
para Dios todo es po~;ihle>> (v 27). cho nuestro cautiverio en el pecado, que hizo que luera
Una vez rcvclacLt la imposibilidad ele b salvación aparte necesario que Dios nos liberara». lEste es el punto neurál-
de Dios, ahora Jesús revela cómo .salvar;¡ Dios El Salvador gico que se nos revela aquí. Así pues, oír al S:1lvador utili-
describe su muerte próxima como un ncscHe». !\1 utilizar zar la palabra rescate y entenderlo en forma correcta es
esta palabra muestra su intención y actúa en forma cstrak- recordarnos de nuevo nuestro estado grave y lamentable,
gica. y sentirnos afectados por ello, nuestra condición ele

50 51
H L; M l L D :\ D C T-U N [) l" Z A \' C R DAD ERA L,\ CRc\N[)[c.1A Llf~1()S'IR,·\ll,\

miserable perdición y desdichada esclavitud al pecado. No Pero quiero ser claro. Todos nosotros encontramos
podemos liberarnos a nosotros mismos del orgullo y de la nuestro rostro en la galería de retratos ele pecadores que
ambición egoísta; es absolutamente necesario que se dé un presenta Marcos. Y jesús mismo nos hace ver qm; s1gnilica
rescate divino. esto, es decir, una condición humanamente inalterable de
.Jesús cst{t tratando de inculcar este mensaje en cada uno ser cautivos del pecado .
de nosotros: «Est;in perdidos. Su situación no podría ser Nuestra situacú)n no podría ser más grave. Antes ele
más dcscspcranzacb. Y por su propi~1 cucnla, son incapa- nuestra conversión h·;1mns prisioneros del pecado, e inclu-
ces ele cambiarla o eludirla>>. so clcspw~s de la misma seguimos comhaticndt) Ll plTscn-
¿Por qué fue necesaria la muerte de Jesús":> Porque toda cia del pcc1clo, aunque estamos libres del poder y ctstign
la hunLmJcLtd es C\)rrupta y está condcnacb, v todos noso- dd pl'GH.Io. Y si cst:mlll:C. conscientes de este pclig1·o, nuJKcl
tros tenemos una aguda tendencia a negar la rcalicL1d de valoraremos lo sulkicntc la importancia de la muerte de
nuestra condición de pcrdickm delante ck Dios. JesLtS. Es e:-:.le cautiverio hajo el pecado y cst;1 tcndcnci;l
continua a pecar lo que hace necesaria Lt muerte del S;tiva-
dor como resurte de nnrcflos Fste es el precio que exige el
HENOS !\C~UÍ rescate: la vida del HiJo unig(nilo de Dios.
Par~t aclarar lo grctvc de nuestra condición, basta con seguir Era complcLaml'nte imposible que lns discípulos sL: li-
leyendo Marcos 10 Hag<'nnoslo con cuidado y encont.rare- beraran de su búsqueda egoísta de su propi;1 cxalt~lci(Jil,
nws llUL'Strn propio rostro entre los diversos retratos que del mismo modo que para nosotros es in1posihlc libnar-
M~lJTos mcluyc en este IXlSaJC de la bcriLUra. nos ele esos misnws pecados. ¡Pero Dios consigue lo c¡uc L'S

Quizj nos J-cconozc;mlos en el joven rico que estimó hununamentc imposihkl Paga el precio pnr rn.t\.'Slra liber-
rnas sus posesiones que las palabras del Salvador. Quiz;;í tad, y este precio es el sacrificio sustitutivo del flijo de
nos veamus cnjacoho y Juan y sus egoístas ambiciones. O, Dios, que no t icnc pecado, en la cruz.
si nos ccmsidcramos superiores ajacobo y Juan y a su acti-
tud, entonces Corrnmnos parte dd grupo ele los otros discí-
pulos en su indignación, que puso de manilicsto no solo su LAS BUENAS NUEVAS
propio deseo ele gloria sino tambit~n que se consideraban ¿Cómo salvará Díos7 Ll) harc'í ejecutando a su HIJO, pl)r el
justos por si mismos, posiblemente un pecado mucho más bien de los jóvenes ricos, por el bien ele Jacobo y Juan, por
grave que el dejac:obo y Juan. el bien ele los diez discípulos indignados, y por el bien de

52 53
HUI\IILDAD CRANDEZA VERDADERA LA (;RANllLZA Dl'MOSTRAJ:l.\

orgullosos pecadores corno todos nosotros. ¿Cómo nos li- munión con él, pero el hombre pecó. Se convirtió en
berará Dios de la cárcel del orgullo? ¿Cómo podemos ser li- esclavo del maL No puede liberarse. Esta es precisa-
berados del poder dominador de las vacuas ddiniciones mente la situación que d mundo antiguo vio que re-·
ele grandeza que el mundo ,)frece! quería un acto redentor. Quienes pertenecemos a
1\ml quienes sienten el efecto de su grave condición, Dios hemos caído en manos del poder de un fuerte
para quienes se dan cuenta de su condición humanamente enemigo del cual no podemos liberarnos. Sí, lo pue-
inalterable, las buenas nuevas son que hay Alguien que do decir con toda reverencia: Dios, si quiere rccupc-·
aparece en escena y dice: die venido tvlucsLro el camino. ramos, debe pagar el precio.
Avanzo sin vacilar hacia donde seré clavado a una cruz y Y la gran cnsc11anz~L del Nuevo Testamento es que
lcvcmtado como el ejemplo definitivo de sufrimiento, y ahi Dios ha pagado el precio. Nos ha rcdimidu. Cristo se
descenderá sobre mí b violencia concentrada ele la ira del convirtió en nuestro Redentor ... Para liberar a los es-·
Padre ~1 causa de vuestros pecados. Y gemiré, porqLLc no clavos del pecado pagó el precio. EsL1hamos cmti-
tengo pecado y los pecados me son ajenos, hasta el müs mí- vos. Estáharnos bajo el lón:o dominio del mal. No
ni rno Pero en b cruz experimentaré los pecados de podíamos librarnos. Pero se pagó el precio y el rcsul-·
muchos, encunados en mi cuerpo. Y morirh>. t.ado es que somus libres.'
bta es la muerte que lo aguarda. Pero dcsput:s de su su-
[úmiento vcndr;'t el gozo: ¡el gozo seguro de s~Lber que su Así es. ¡Somos libres' Hemos sido rcscat.ados ... libera-
muerte ha rescatado a los muchos! dos ... nuestros pecados han sido perdonados. Que; alivio'
Este es el efecto de LL muerte expiatoria del Hijo de Y luego sornos transfo1-rnaclos a lo largo ele toda nuestra
Dios. vida a imagen ele su Hijo, sirviendo a otros pam la gloria de
Dios. F~stc es el ckctl) ele este sacriliciu. Muchos son rcsca-
Laclos, muchos son transfonnados. Incluyendo a Jacobo y
SI Dlt)S QUIERE RECUPEIV\RNOS Juan. Porque este relato en Marcos 10 no es el último
Lcon Morris describe así nuestra condición humanamente capitulo de su historia.
inaltcrahlc:

Dios crecí al ser humano, lo creó para que fuera suyo


... Dios lo colocó en el Edén para que viviera en c:o-

54 S.'i
HUMILDAD GRA:'0DEZA VERDADERA

jACOBO Y JUAN TRANSFORMADOS amor: en que Jesucristo emregó ~;u vida por nosotros»
A Jacobo y Juan los rescató la muerte del Salvador y reci- (1 Juan 3: 16). Juan lo entendió bien.
bieron el perdón ele su orgullo y ele todos sus pecados. Y ¿Qué transformó a Juan? ¿Qué había sucedido enlrc
también fueron transformados, ele personas que confiaban Marcos ] O y la composición de las cartas de Juan 1
en sí mismas a humildes siervos que vivirían para servir a El Salvador había muerto como rescate.
otros con el evangelio para la gloria de Dios. Los _);tcobo y Juan que vernos en Marcos LO no estaban
Y sufririan. para nada dispuestos a entregar su vida por otros. sino que
Dcspué:s de b resurrección y ascensión de Cristo, Jaco- serían totalmente transformados. Y la explicación de esta
bo fue el primero ele los apóstoles que murió mártir, como transformación no fue solo el ejemplo de nuestro Sc1ior
leemos en el libro de Hechos: «En ese tiempo el rey Hcro-· sino su sacrificio. Este sacrificio fue un rescate por el peca-
des hizo arrestar a algunos de la iglesia con d hn de mal- do, y su dccto fue liberar a)acobo y Juan de su eguísrno y
tralarlos. A Jacobo, henn<tno de Juan. lo mandó matar a palruncs de orgullo.
espada» (Hechos 12: 1-2). Ahí estaban dos hombres transformados en servidores
La Escritura nos chcc: ''Mucho valor tiene a los ojos del humildes del evangelio y en servidores humildes de b igle-
Sciior la muerte de sus fieles» (Salmo 116: 15). ¡Cuán in-- sia gracias al sacrificio del Salvador. Dos hombres que aca-
sondahlemcntc vahoso a sus ojos debe haber sido ver a este barcm su vida siendo vcnl21dt:rarncnte graneles a los ojos de
hombre, en otro liernpo confiado en sí mismo y egoís- Dios.
tamente ambicioso. arrodillarse rnicntras b espada del ¿Pur qué? ¿Cómo?
\'crclugo se levantaba sobre su cabezal ¿Qué hah1a trans- \\1:] Hijo del hombre no vino para que k sirvan sino
formado ajacobo·¿ ¿Qué había sucedido entre Marcos JO y para servir y para dar su vida en rcscatt' por mudws>; (Ma-
Hechos 12? teo 20:28).
El Salvador había muerto como resulte
Juan, su hermano, tambil;n sería translormado . .Juan
luc, al parecer, el último ele Lodos los apóstoles en morir, VEl~ EL ORICEN
pero sufrió persecución y fue desterrado a la isla ele Pal-- Al encontrarnos ante quienes sirven con humildad, sabe-
mos. Es obvio, según las cartas que .Juan escribió, que com- mos que son verdaderamente graneles a los o¡os de Dios.
prendió la enseñanza ele su Salvador acerca del esp1rit u de Pero entendemos también el origen de su servicio. Su hu-
servic10 en humildad: '<En esto conocernos lo que es el milde servicio debería recordarnos esla muerte, este

56 57
11 L! M 1L D :\ 1! : e; P J\ N JI E Z •\ V [ R l! A DE R A

rescate, este precio pagado para liberar a quien ahora ve- Notas
mos sirviendo. 1. Dnnald English, TIJc Mcssagc ofMarh: Thc Mystcry ofFaith (l)n\v-
Examinemos por un momento nuestra propia vida. ncrs Gmvc, 11..: lmcrVarslly Prcss, 1992), l82
) !hiel
¿Donde estaríamos hoy si no nos hubiera rescatado, si no
) iulm5ttlll T/¡c- Cross o}Ciuhl (Uown1T; (;mw.IL lnttrV:¡rstl\
nns huhic¡;¡ lihcn\dn7 Les dir(~ donde. Scguitünws consi-
l't"cc.~, [e)~<)), l7'J
dcr;inclonos autosuficicntcs, tratando de aumentar la con- "1 Ll'llfl Mu1Tis, l he ;\JutlCllKIIL lb Mcatlili¡:' :ttHISigntltc·:mcc (1\l\\

Jbnza propia para conseguir que nos alaben. nn::. c;nl\'C, IL: lnl\rV:usity Frcc;s, 1\JH+), 12U-2l. tH
Pero ¿qué nos ha sucedido? Si nuestra conversión ha
sido genuina, hemos sido perdonados y transformados. Y
aunque de· momento sigue h;1hicndo en nosotrus tL·nt;Kión
y tcndcncb ~ti pecado, se ha producido un CC111lhiL> lunch-
mental y radical de modo que tenemos cleksl'l> de snv1r ~~
utrus y de buscar que Dios sea glorific:¡cJo. C)noccmos el
llamarmento intnÍ\)r a dar la vida unos por otros porque d
entregó su vida por nosotros.
¡QuC' n1uertc Lm podcrusal ¡La cruz rescaL1, Lt uuz libe-
ra, la cru::: tr~msformal Hagamos, pues, de ello nucstruuh--
jctivo y h;\IJltu permanente; cuando vcalllos a <tlglllcn que
sirve, acurckrnonos del saniliciu del Salvadm, pon¡ue sin
su sacríjú:io no hay snvkio. La vcn.bdn~1 grandeza solo se
alcanza cmulandn el e¡crnplo ele! Salvador, y suiL) resulta
posibk clcbieh) al ~;acrihcio del Salvador.

58 59
PARTE 111

NUESTRA GRAN BÚSQUEDA


.,,
La práctica de la verdadera hu.míldad
_______________ ............................................

AL COMENZAR CADA DÍA

l ,\()U 1 l.IN 1'1 NC,;\f\1 11 N ro /\1 ;\t;~·L\N 11. Es posi hlc adm i r~tr
b humildad y :d misrnu tiempo sq_1,uir sin1do orgu-
llosos. Estoy' muy conscinllc de que es posible que, en m1
Gtso, csk CllSct\:mckl ac:nc:l de la lnunild::td sin enfrentar el
orgullo en rni prupio nrLt7~<lll. Y lTJ este rnomct1lo podemos
estar cng;uündon(ls pcns:mclo que csLtmos logrando l'rcn:u·
contra el orgullo t;lll srJlo porc¡Ul· csunws lcyclllll) un lihm
acerca de !:1 hun1ikbd. Ci 1\Tu cspn'1 que llll sc<t :1S1I)

NU[STJ~¡\ NECI:')IDAD DE PONH\IA EN PRÁCTICA


CON DECIS!C:)l\1
No hasta C\m solo sentirse inspirados con b promesa de
humildad o el significado ele la verdadera grandeza, corno
tampoco es suficiente haber c:omprcndiclo los peligros del
orgullo. Si de veras queremos que en nuestras vicbs se pro-
duzca una transformación importante, si queremos
H L, M l L 11 .'\ n e; R ,\ \l D E: l ,\ V F R D ,\ D t: E .-\ Al <'<l'v\J: NZAR CADA DÍA

avanzar t:n frenar el orgullo y en actuar con humildad, treinta afí.os de procurar crecer en la gracia. Y han demos--
clr::lx· cbrsc una puesta cn¡míctiw decidida de la verdad, nn trado ser útiles de manera consistcllle.
t:sfucr:::o y búsqueda por parte nuestra que Dios utilizará Para fines pr:kticos, pensemos en esta lista tan solo como
para una t:ra nsf~Jrrnac1ón sant i l'icadora en n ucstra vida. recomendaciones, no exigencias, como sugerencias a ser
Recordemos de nuevo la sabia recomendación de John ponderadas. No pensemos que estoy tratando de promover
Stott: en todas las cta¡¡as de m.lcstru crecimiento y madurez una estricta imitación de mis práctic<:lS. 5e ofrecen para que
cristiana, y en todos los aspccL(l5 ele nuestra obediencia y se consideren y se reflexione sobre ellas; después de ponde-
servicio, nuestro mayor enemigo es el urgullo y nuestra rar su valor, cada uno elche elaborar su propia lista.
mayor ~diada la lmmildad. Pero pcnnítanmc in';istir en lo siguiente: cada uno debe
E:stoy convencido de ello ya e¡ u e así lo crbci1a b Escrit u- preparar su propia lista. Hay que hacerlo con decisión. Ha-
ra y, debido a esta certeza y convencimiento . debo pensar bría que planear utda db la derrota del mayor de los ene-
en CLirnu puedo a diario, con cliligt'ncia y decisión, dehil it m migos y el cultivo del rnayor de los arnigos.
a mi mayor enemigo y l'ortalecer ct mi mayor ~trnigo, todo a Algunos de estos puntos de b list<A son pr:icticas cotidia-
partir de la gracict a la sombra de la cruz. nas, acciones y respuestas relativamente cortas que todos
pueden poner en práctica ele manem regular y repetida.
Las veo como l'onnas de smnetn a disciplin~t mi día o rni
UNA ESTRATEClA PRÁCTlC;\ rutina diaria con el 11n de trepidar ante la Palabra de Dios,
En el resto de este libro, deseo analizar con los lectores debilitar el orgullo y desarrollar humildad. Otros puntos
una Ltrga lista ele lurmas prúctic:ts que he descubierto qul: de la lista son esCuerzos que requieren rn:'1s tiempo:, son
debilitan el orgullo y cultivan la hurnikbd, que ~tyucbn ;t búsquedas a largo plazo que podnan prolongarse pur uno
tembbr ante su Palabra y :1 mantenerse cuncent.rado.s en o ni;1s aííos, pero con el mismo ob¡ctivo de atacar el orgullo
buscar la vcrclader;l grandeza. y l'ortalcccr la humildad.
Los pu11Los en esta lista no son algo que simplemente he
ido anotando durante mús o rm:nos el mes pasado, sino
algo que cumcnc(: a desarrollar en privado hace algunas REFLEXIONAR EN LA MARAVILLA DE lA CRUZ
ckcadas Han ido evolucionando a partir de mi vida a Para mí, el aspecto en la lista que me resulta más consisten-
modo ele búsquedas que, en l'orma gradual y progresiva, temen te útil es este: reflexionar acerca de la nwravílla de la
han ido calando en mi corazón y mente en los últimos cruz de Cristo. Creo que este también será el hábito y

64 65
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA AL COMENZAR CADA DIA

práctica más importantes para cualquiera. Para asumir en Cada vez que miramos la cruz de Cristo parece que nos
verdad una conducta seria e intencionada en cuanto a mor-- esté diciendo, «Estoy aquí por Li. Es tu pecado el que so-
tificar el orgullo y cultivar la grandeza, debemos cada día brellevo, tu maldición la que estoy sufriendo, tu deuda la
comemplar la asombrosa cruz en la que murió el Príncipe que estoy pagando, tu muerte la que estoy muriendo.»
de la Cloria. Nada en la historia ni. en d universo nos abate como la
«Llenen sus afectos con la cruz de Cristo», escribió]ohn cruz. Todos nosotros tenemos ideas exageradas ele noso-
1

Owen, «de modo que no quede espacio para el pecado» . Y tros mismos, en especial vernos como bucr;os, hasta que
esto incluye que no haya cabida para el orgullo. hemos visitado un lugar llamado Calvario. Es ahi, a los
Martín Uoyd-Joncs escribió lo siguiente acerca de la pies de la cruz, que nos vernos reducidos a n ucst ra
forma más segura de buscar la humildad: verdadera talla.'

1-lay solo una cosa que conozco que me derriba al En cierta ocasión tuve el privilegio de pasar una hora
suelo y me hurnilla hasta el polvo, y es mirar al :Hijo con Don Carson, experto bíblico y profesor en el Trinity
de Dios, y en especial contemplar la cruz. Evangelical Serninary. En el curso de nuestra conversa-
ción, me contó de una entrevista que había sostenido con
L.a cruz excelsa al contemplar, el clilúnto Carl Hcnry, quizj el teólogo evangé:lico más des-
Do Cristo allí por mi muril), tacado ele la segunda rnitad del siglo vcink. El Dr. Hcnry se
Nada se puede cornparar distinguía no solo por su brillantez sino también por su
A las riquezas de su amor. humildad, una combinación insólita. El Dr. C:arson le pre-
guntó cómo babia podido permanecer hurnilcle por tantas
Ninguna otrd cosa puede lograrlo. Cuando veo décadas.
que soy pecador ... que nada que no sea el Hijo ele Mientras escuchaba al Dr. C::arson, me mantenía listo
Dios me puede salvar, me siento lmJnillaclo hasta el con papel y lapicero para registrar la rcs!Jllesta de Carl
polvo ... Nada que no sea b cruz puede darnos este Henry. Fue esta:
espíritu ele hunlildad.' <<¿Cómo puede alguien ser arrogante cuando está al pie
de la cruz?t>
John Stolt nos ayuda a entender por qué la cruz tiene
este poderoso efecto:

66 67
HUMILDAD· GRANDEZA VERDADERA AL C:Ot..!FNZAR CADA DlA

Tantas veces, después de esta conversación, he pensa- necesidad de Dios. Propongámonos por gracia que nuestro
do, Padre, deseo estar lo más cerca posible de la cruz, por-- primer pensamiento del día será una expresión de nuestra
que me res~tlta más difícil ser arrogante cuando estoy ahí. dependencia de Dios, nuestra necesidad de Dios y nuestra
La cruz nunca nos halaga. Sttot también escribió, «Lejos conl'ianza en Dios.
de brindarnos halagos, la cruz socava nuestro sentido de El pecado, incluyendo sobre todo el pecado de orgullo,
bondad propia, y delante ele ella solo podemos estar con la es algo activo, no pasivo. El pecado no st: levanta cansado,
cabeza inclinada y un espíritu quebrantado»:' porque no ha estado el urmiendo. Cuando uno despierta
Para ayudarnos todavía más a permanecer a diario más por la mailana, el pecado es tú ab í, totalmente despierto,
cerca de la cruz, recomiendo que leamos The Cross oj' listo para atacar. Por ello, en lugar de ser objeto de ataque
Christ de John Stott o The Cospel for Real Lije de Jerry por parle del pecado en la mafíana, es preferible ir a la
Bridgcs. Libros como estos nos ayudan, como en cierta ofensiva Debemos anunciarle al pecado, ü~stoy en guerra
ocasión lo dijo Charles Spurgeon, a «permanecer cerca de contra ti. Sé que estás ahí, y Le voy a perseguir». Desde el
la cmz para buscar el misterio de sus heridas»; al meditar momento en que despierto, he aprendido a decirle a Dios
acerca de la expiación gloriosa del Salvador y a cultivar la que dependo de I~l, y de este rnodo me sitúo humildemen-
humildad mientras lo hacemos. te delante ele c~l.

Se trata tan solo de una estrategia para controlar los


pensamientos que permitimos que entren a nuestra men-
COMENZAI<. EL DÍA REC:ONOC:IENDO QUE te. En su excelente libro, Spirilual Deprcssion, Martín
NECESITAMOS A DIOS Lloyd-Joncs preglllllaba, «¿Han caido en la cuenta de que
En el resto de este capítulo, deseo centrarme L:n prácticas la mayor parte de su inlelicicbd en la vida se debe al hecho
que inducen a la humildad y que pueden comenzar a for- de que se csuin escuchando a sí mismos en 1ugar de hablar-
mar parte ele nuestra vi.da al comenzar cada día. La forma se a sí mismosh>r. Es prolí.mdo, y es verdad.
en que comenzarnos la mañana con frecuencia sienta la Tomemos un momento para pasar revista y examinar
pauta para el día. Estoy convencido de que con frecuencia nuestra forma de pensar el ella anterior. ¿Dedicamos más
el momento más determinante de nuestro día es cuando tiempo a hablarnos a nosotros mismos con la verdad, opa-
nos despertarnos, porque int1uye en todo lo que le sigue. samos la mayor parte del tiempo a escucharnos? La mayo-
El primer elemento diario en mi lista es este: comenzar ría de nosotros dedicamos más tiempo a escuchar mentiras
el día reconociendo nuestra dependencia de Dios y nuestra que a hablamos con la verdad. Y este proceso de escucha

68 69
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA AL COMENZAR CADA DÍA

suele comenzar cuando nos levantamos. El despertador ha Se decía de Matthew Henry que «fue un observador
interrumpido bruscamente el don del sueño, y comienza la atento y agradecido de oraciones contestadas»; su gratiLucl
escucha. Al ir transitando por nuestra rutina de la mafi~ma, por las misericordias de Dios estaba sin cesar «endulzando

no estamos dirigiendo los pensamientos en nuestra mente; su espíritu y con frecuencia invitaba a otros para que se le
11

sirnplcmcnLc estamos a merced de ellos. Vamos pensando unieran en dar graci<IS». Si uno se encontraba con Hcmy,
de inmediato ecua en la cuenta ele que se trataba de alguien
en quejas acerca lo sucedido el día antes o en preocupacio-
que tornaba nota con agrac.lccinlicnto de lo que Dios hacía
nes acerca de lo que nos espera hoy. Nos miramos en el es-
por él, y lo hacía de una forma atractivamcmc alegre que
pejo del bcri1o y ponderamos e1 dafto, luego rumiamos con
resultaba contagiosa.
pena acerca ele cómo nos sentirnos. No estamos al mando
¡Cómo deseo que sea así tambit;n la descripción de rni
de nuestro pensar. Simplemente dejamos que los pensa-
persona' ¿Lo desearnos t am bit'n todos nosotros 7
mientos sigan si curso ..
¿Qu(~ suceclcría si me encontrara con ustedes rn~li'I;ma
Pero en lugar de ello, podemos declarar b guerra ~d or-
por la mai'una? ¿Me cncont¡·aría con alguien que era un ob-
gullo hablámlonos con b verdad y csLJblcc'icndo el tuno
serv<tclor atento y agrac.lccidu de oraciones respondidas, al-
adecuado para el día que comienza, Ain1und\) mcnLd·
guien qut~ en unct funna manifiesta estaba agradecido con
rncnte nuestra dependencia de Dios )' b llcccsidad que Dios por sus nutchas misericordias?
tenemos de d. Tamhit'n desearnos continuar, clmanlc todo el clú, ex-
presando gratitud por las innumerables manifestaciones
ele la gracia de Dios. Es corno si Dios lUcra colocando notas
COMENCEMOS EL DÍA EXPRESANDO en nucst ras vidas a rnodo de recordatorios vivos de su pre-
GRATITUD i\ DIOS sencia y provisión. Están en todas partes. ¿Cuán atentos y
El segundo elemento diario es este: Comencemos el día ex- perspicaces somos respecto a ellos:> ¿Somos observadores
presando gratitud a Dios. agradecidos ele los 1nnumcrablcs indicios de su provisión,
«La gratitud», nos lo recuerda Michacl Rarnscy, «es un su presencia, su bondad y su gracia?
terreno en el que no es fácil que crezca el orgullo».' .Así cs . Una persona ing¡-ata es una persona orgullosa. Si soy in-
y queremos cultivar ese terreno. Asi pues, desde el comien- grato, soy él!Togantc. Y si soy arrogante, necesito recordar
zo del día, deseamos acoger al Salvador con gratitud, no que Dios no simpatiza conmigo en esa arrogancia. Se
refunfml.ando. opone al orgulloso.

70 71
HU\1ILDAD· CRANDEZA VERDADERA AL COME\IZAR CADA DÍA

Que cada uno de nosotros reconozca cada día que, sea que me está enviando el mensaje, «Quiero que desarrolles
cual fuere la gracia que recibamos de Dios, es mucho más más confianza en mí; por esta razón, estoy retirando esa
que lo que merecemos, e indescriptiblemente mejor que el sensación ele mi proximidad?»
infierno que todos merecemos. He aprendido que, aparte de cómo me siento, cuando
ya be terminado ele leer la Biblia en la mallan a, puedo saber
que le he dado a entender, <<Te necesitci, dependo de ti». Al
PRACTiCAR LAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES detenerme a estudiar y leer y orar antes de comenzar la la-
El hábito siguiente: Practicar las di.scíplinas espirituales: bor cotidiana, puedo confiar en que he dado un paso más
oración, estudio de la Palabra de Dios, adoración. Hagá .. para debilitar el orgullo y fortalecer la humildad.
moslo en forma consistente, a diario, y de preferencia al El mejor libro que he leído acerca de este tem.a es Spíri-
comienzo del día, ele ser posible. Si estamos clebidarnente tual Disciplines jór the Christian Lijé de Donald S. Whi.t-
motivados, será esto una demostración y declaración diaria ncy, y se lo recorni.enclo.
de nuestra dependencia de Dios y de nuestra necesidad de
su persona.
He descubierto que me resulta posible enfrentarme a mi APROVECHE EL TIEMPO DEL VIAJE DIARIO AL TRABAJO
' '"

dia motivado por mi autosuficiencia. Pero también he Otra cosa que se puedo hacer cada rnaflana: Aprovechar el
aprendido que el hecho mismo de abrir la Biblia para leerla tiempo del viaje diario al lugar de lrab(~jo para memorizar
y concentrar mi corazón y ntcnte en oración ah rma que ne- la Escritura y meditar sobre ella.
cesito a Dios. Esta comprensión me beneficia mucho, por- El ticm po que nos torna desplazarnos de casa al trabajo
que, al igual que todos, tengo experiencias crnocionales todos los días representa el mayor porcentaje de tiempo
muy fluctuantes de un día a otro en mis nwmcntos devo- desperdiciado en nuestra cultura.
cionales. Una maí1ana estoy hondamente convencido de Maüana por b maüana, el sol saldrá en la zona donde
que Dios está cerca de mi, en tanto que al día siguiente solo vivo, y mailana por la mai1ana el o-áfico por carreteras y ca-
puedo sentir su ausencia. En cuestión ele horas paso de lo lles será compacto. Y miles ele personas irán sentadas en
que parece una experiencia espontánea de puro gozo a sus autornóviles o en autobuses reaccionando corno si algo
preguntarme, «¿Dónde estás? ¿A dónde fuisteh> inesperado estuviera sucediendo, aunque así ha sido por
El hecho es, desde luego, que no fue a ningún lado. muchos a!'íos. Y ¿qué están haciendo sentados? Queján-·
Ayer me permitió experimentar su presencia; hoy parece dose.

72 73
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA AL COMENZAR C.ADA DÍA

Si el. tiempo de desplazamiento es largo, ¿_en qué gasta- medio de gracia para permitir que la Escritura transforme
mos el tiempo? nuestro pensamiento.
Según los datos oficiales, el trabajador promedio gasta
una media hora en ir al trabajo o regresar de1 mismo. Esto
equivale a una hora al día. Si utilizáramos ese tiempo para DEPOSITAI< NUESTRAS I)RFOCUPACIONES EN i.:L
escuchar una grabación de la Escritura, ¡en solo tres meses E.l último punto para cada mafíana (y algo a lo que hay que
habríamos escuchado toda la Bib1ia! volver a lo largo del día): Deposilemos nuestras preocupa-
Incluso si el desplazamiento no es muy largo, hay clu-· ciones en d. El apóstol Pedro en l'orma clara y Jm'íctica nos
r;mtc el día un sinnúmero de segmentos de tiempo, a los clcscribc en l Pedro 5:6-7, cómo podernos todos ll)S días
que yo llamo momentos mundanos, que pueden aprove-- humillarnos. Primero, escribe, «Humíllense, pues, ha¡o la
charse como oportunidades para experimentar b gracia poderosa mano de Dios». Luego nos indica cómo, «depo-
transformadora de Dios rnediantc la memorización de la siten en d toda ansiedad, porque él cuida ele ustedes».
Escritura y la nwditación acerca ele la misrna. Cuando nos hum i liamos ca el a mailana dcpusiLmdo nues-
I~n el siglo diecinueve, el estadista evangélico Vviiliam tras preocupacimws en el Scf1nr, comenzamos el día libres
'VVilberforcc fue en gran parle responsable por dar por ter- de preocupación. Los humildes están genuinamente libres
minada la participación de Inglaterra en el comercio de es-· de preocupaciones.
clavos. John Plpcr ha escrito y h~1blado mucho acerca de He descubierto cuán verdadero es esto en cuanto a mi y
este héroe de la fe, y cuenta cómo Wilbcrforcc utilizaba su mi ~tlrna. l)ondc hay preocupación, donde hay ansiecbd, el
caminata de l<ilómetro y medio de ida y vuelta de su casa al mgullo es la base Cuando cxpcrimCilll) ansiedad, el pro-
Parlamento, donde era miembro de la Cárnara de los Co- hlerna básicn e~; que estoy tratando de ser autosu!kicnte.
munes, para mcrnorizar el salmo 119 y meditar acerca del Estoy actuando en forma independiente de Dios.
mismo. \Vilberl'orcc podía recitar todo el salmo en el curso ¿Cu~d es la solución?
de su recorrido ele kilómetro y medio. Aprovechaba ese «Humíllese», dice Dios.
tiempo para hablarse con la verdad, no para escucl1arsc a sí ¿Cómo?
mismo. «¡Reconozca que me necesita! Deposite sus preocupa-
Para muchos de nosotros, el tiempo de desplazamiento ciones en mí, y lo transformaré. CJ Porque aunque estoy
de la casa al trabajo cada día se desperdicia. Se puede dedi- contra su orgullo, le otorgaré gracia cuando se humille, y lo
car este tiempo a rutinas mentales, o aprovecharlo como 1i braré de preocupaciones, no de responsabilidades sino de

74 75
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA AL COMENZAR CADA DI;\

preocupaciones. Quedará libre de preocupaciones. El gozo No nos confundamos. Dios no se ha ido a ninguna par-
y la paz serán sus características». te. Es tan soberano, tan bueno, tan fiel cuando estoy
sumergido en preocupaciones como en esas horas tempra-
neras ele comunión. El problema no es Dios, es mi orgullo
MANTENERSE C:ARCADO que se resiste a confiar en él mediante la dependencia en d.
Tenemos que centrarnos en esto a diario, porque no somos De hecho, debería recon(~cer también que todas las
corno taladros a baterías; nos cargamos por la mafi.ana para preocupaciones que me sobrevienen las permite Dios de
que podamos durar por el resto del día. liemos de man- manera concreta con el fin ele cultivar la hurnildacl en mi
tener una actiLUd implorante a lo largo del día, presentándo- vida. No deberia mostrarme sorprendido cuando rne lle-
le a Dios sin cesar cualquier preocupación que cnc.ontre- gan, porque l1ay una razón para ello.
mos, cualquier responsabilidad que produzca ansiedad Dios desea que aprenda a depender de él, a necesitarlo,
que se cruce en nuestro camino. y en última instancia, a darle gloria con un aprecio cada vez
Quizá se hayan preguntado por qué sus prácticas clevP- más prolunclo por la mano poderosa de Dios.
cionales por la maflana a veces parecen producir efecto por Por ello defiendo que utilicemos de manera sabia los
solo más o menos una hora. He aprendido a no esperar mon1entos matutinos, permitiendo que la luz de la gracia
que lo que he experimentado nt el estudiu bíblico por la de Dios nos penetre para ilurninar todo nuestro día. Estoy
maii.ana me seguirá sustentando a las dos y media de la tar- convencido de que la aplicación intencionada ele estos hc\-
de. No, para las dos y media de la tarde, alguien me habrá hitos matulin.os el iarios -·-reconocer la necesidad ele Dios,
generado una preocupación (o más probable todavía, una expresar nuestra gratitud a Dios, practicar disciplinas espi-
serie de personas lo habrán lwcho). Y esto requiere accr·· rituales, depositar nuestras preocupaciones en él, aprove-
carse ele fonTta reflexiva al Sct1or para depositar en él esas char d liernpo ele desplazaiTliento para benefici.o espiritual,
preocupaciones. depositar nuestras preocupaciones en él, y sobre todo, re-
Tengo que recordar que cuando me sienta abrumado de flexionar acerca de la maravilla ele la cruz ele Cristo--·· son
preocupaciones, el verdadero problema es el orgullo y la las cosas más eficaces que podemos poner en práctica para
autosuficiencia. Debo en rorma consciente y específica de- experimentar en forma más profunda la promesa y los
positar mis preocupaciones en él y de esta forma humillar- deleites ele la humildad.
me.

76 77
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA

Notas
l. John Owen. de su tratado sobre "lndwelling Sin," http//www.go-
drules.net/libmry/owen/ U] 295owen_!4.htm (consultado el 3 de
agosto del 2005)
2. Manyn Lloyd-jones, citado en Charles Swindoll, So You Want lo Be
Líhc Christ 7 Eight Esscntials to Get You Therc (Nashvillc. TN: W
Publishing Group, 2005), 139.
AL l~I"N"ALIZAI~ C~i\D.A D"ÍA
3. .John Sto u, Tlu: Mcssage of Galatians (Downers Grovc, 1L~ IntcrVar-
sity Prcss, 1968!, 179.
4. john Ston, The Cross ofCIJrisl (Downcrs Grove, IL: lntcrVarsity
Press, 1986), 12.
'5. Charles H. Spurgeon, Moming and Evcning (Ncw Kcnsington. PA:
Whrtakcr House. 200 1), 7.
6. Martyn Lloyd~)ones. Spiritual Depression (Grand Rapids, MI: Ecrd-
mans, ] 965). 20.
1' Al.)llt crtWl UlN.Jllt'.:TO ele prácticas útiles en mi lista,
7. Michacl Ramscy, Tlu: Cluist.ian Pliest Today (London: SPCK, 1972) que se centra sobre todo en la última parte de mi
79-8 L; citado en John Stolt, "Pride, Hu mi lity & Cocl," en i\livc to día. b; un t-ec:or-c.laLOrio que necesitamos de rnancra espe-
Cod, eds. J l. Packcr anc! Lorcn Wilinson (Downus Crovcr, lL:
cial, por·c¡uc pocos de nosotros hemos pensado en ténninos
IntcrVarsity J0l)2), 112.
8. Ligon Duncan, citado en Mauhcw Hcnry, Mct/Jodfór Praycr
bíblicos y estratégicos en cómo glori!kar a Dios al linal del
(Ross-shirc Christian hlCus, 1994), introducción. día, si bien la lorma en que tcrrninarnos el día de hoy puede
sin duda afectar la forma que nos encontremos mahana.
Conocemos la importancia de practicar disciplinas espiri--
tuales por la mai'1ana, pero 1a mayor parte de nosotros no
estamos conscientes de ninguna instrucción bíblica cspeCJ-
fica acerca de cómu concluir cada clfa.
El final c.lc cada día nos brinda una oportunidad única
para cuiLivar la humildad y debilitar el orgullo, así como
percibir el deleite de Dios. ¿Cómo? Pasando cuidadosa re-
vista a nuestro día y atribuyéndole a Dios toda la gloria por
la gracia que hemos experimentado ese dia.

78
J-1 U i'vll L DAD: C R A N DE Z A V E R DAD ERA AL FINALIZAR CAPA DÍA

Como sabemos, a lo largo ele cada día experimentamos alego ser el "autor», en mi vida y ministerio, de lo que es en
gracia salvadora, gracia santificante, gracia sustentadora, realidad don de Dios, estoy cometiendo plagio cósmico. Y
gracia para servir, o sea., gracia que debería maravillarnos. esto es mucho más grave que cualquier presunto dolo de
Pero ¿qué sucede a rncnudo en nuestra mente cuando co- parte ele esos dos historiadores.
locamos la cabeza en la almohada? ¡Tratamos de no pensar Así pues, ¿_qué debo hacer/
acerca de las tareas desagradables que nos esperan mar1a- Por gracia debemos de manera deliberada trasladar la
na' O, si por alguna razón pensamos en las bendiciones gloria a Dios.
que hemos experimentado ese día, no llcg~mlos a expresar El estímulo que recibo ele parte de aquellos entre quie-
agradecimiento a Dios y dar toda la gloria al Unico que nes descmpefw mi ministerio me resulta abrumador. Creo
vcrdaclcr;unentc la mcn~cc. que sus expresiones de aliento agradan a Dios. Al agraclc-
«Cuando hemos hecho algo que merezca alal;anza», cer1cs en silencio sus amables palabras, traslado la gloria a
escribkJ el gigante puritano Thomas WaLson, «debemos Dios. Sé que en mi ministerio no puedo cambiar la vida de
ocultarnos bajo el velo de la humildad, y trasladar a Dios la nadie. No tengo poder para hacerlo. Cuando otros descri-
1
gloria de todo lo que hemos hecho». ben cambios que se han producido por medio ele mi predi-
Claw que no hay por qué esperar al l'inal del día para cación o mi liderazgo, estoy profundamente consciente de
hacerlo. Hagárnoslo cada día, todo el dLt a lo largo del día. que sencillamente rw tengo esta clase de capacidad o
Pero ¡no dejemos que concluya ningún día sin la ~~transfe-· poder.
rencia» cspecílic~t y consciente de toda la gloria, p!lr toda la Sí, los líderes dcsernpcl'i:ul un papel vital en la iglesia, y
gracia. a solo Dios' Esta es b forma humilde de conc:luir to- es bueno dar las gracias a los líderes que Dios ha utilizado
dos y cada uno de los días. como medios de su gracia. Jlcro no debemos atribuir la glo-
ria a ninguna persona. La gloria se atribuye de manera ex-
clusiva y total a Dios. Solo éJ puede regenerar un corazón.
EVITAR EL PLAClO CC)SMICO Solo c;l puede cambiar una vida. Por tanto, solo Dios
En aiios recientes una pareja ele historiadores muy poputa- debería recibir gloria.
res, cuyos escritos he disfrutado, fueron acusados ele pla- Sean cuales fueren los éxitos que experim.entemos en
gio en sus obras. Cuando vi los reportajes del caso, rni nuestra vida y ministerio y vocación, aprendamos a trasla-
reacción inicial fue pensar, ¿C()nw pudieron? ¿Por qué lo dar de inmediato la gloria a él. Si los negocios que tenemos
hicieron? Pero al nd1exionar más, recordé que cada vez que entre manos tienen éxito, ¿trasladamos la gloria por este

80 81
1-ICM!LDAD: GRANDEZA VERDADERA AL l~lNALIZAR CADA DÍA

éxito a d 1 S1 las personas nos felicilan por ser buenos pa- y lo puso en el ser humano. Por esta razón, por todos los
dres, ¿trasladarnos la gloria a él? Reconozcamos que, aun- aüos que me pasaré en la cama, estoy decidido a mantener
que somos un medio ele gracia para nuestros hijos, no la perspectiva bihlica del suei1o; por tanto, quiero glorificar
podemos por nosotros mismos transformarlos~ solo Dios a Dios cada noche al cerrar los ojos.
puede hacerlo Y al hacerlo solo él merece la Floria Demasiados cristianos se duermen noche tras noche sin
'' .
que lo que la Escritura cnsefla acerca de ello los informe e
inspire. Muchos ele nosotros nunca hemos pensado en
ACEPTAR EL DON DEL SliENO nuestro suefío desde la perspectiva ele Dios, aunque profe-
Otro elemento irnportantc para poner en práctica antes de samos amarlo y servirlo; nuestra práctica y perspectiva en
dormirse: recibir el don del sueño de la rnono de Dios y re- cuanto al sue11o no difieren ele las de los no cristianos. Esto
conocer el prop(isito para el que Dios lo otorga. debe cambiar.
Mi esposa, C:amlyn, y yo hemos estado casadns por Un cristiano, informado e inspirado por la Escritura, ve
t !Tinta ar1os pletóricos ele gracia, y prolundanwnte rornjn- la conclusión del trabajo cada día, la limitación que Dios
ticos, y en los primeros veintisiete :n'1ns donnimos en la irnpone al trabajo cada día y d acostarse a dormir cada día,
cama y colchones cun los que con1cnzarnos. l\1r b noche, como un don total de Dios. Un don otorgado en forma gra-
comu que nos dejábamos cwrjuntos en ella y nos cncon- tuita por su espléndida generosidad. Y quienes desatien-
Lrúbamos a la 1nitad; era como una c:trna de agua sin agua. den este don sufrirán inevitablemente consecuencias.
Antes de por (in ckcidir cambiarla, hubo mornentos en
que me detuve a mirarla. Sabb que, en promedio, todos
dedicarnos ca~;¡ un tercio de la vida a clorrnir, y me S(;nlí UN RECORDATORIO COTIDIANO DE PARTE DE DIOS
conmnuonack1 ame el hecho de que unos nueve ;:r!los de Son obvios los bcndlcios del sueño. Al dormir, se restau-
mi vida habían transcurrido en esa cama. ¡l'Jucvc aiios! ran las fuerzas, se aclara la mente, y se nos prepara para
Tarnhk'n me llamó la atención el hecho de que la Escri- servir a Dios otro día, a levantarnos y experimentar sus mi-
tura habla accn.:;¡ de esos nueve afíos. ¿Nos ciamos cuenta sericordias que son nuevas cada maüana. ¡Qué don tan
de con qut' frecuencia en la Escritura hay alusiones al sue- maravilloso que se nos otorga a diario!
fío7 No nos debería sorprender, porque Dios es el soberano El hecho es que Dios nos pudo haber creado sin la nece-
de toda la vida, como declaró David: «Del Se11or es la tierra sidad de dormir. Pero decidió incorporar esta necesidad
y todo cuanto hay en ella» (Salmo 2.4: l).Dios creó el suer1o dentro ele nosotros, y esto tiene una finalidad espiritual.

82 83
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA AL fiNALIZAR CADA DÍA

Cada noche, al encontrarme ele nuevo frente a la necesidad de parte nuestra ningún esfuerzo para sostenernos; alguna
de dormir, se me recuerda que soy una criatura dependien- otra cosa nos sustenta. Y ele igual manera, a lo largo de la
te. No soy aulosuficiente. No soy el Creador. Solo hay Uno noche mientras dormimos, Alguien más 110s sustenta. Es
que ~<jamás duerme ni se adormece» (Salmo 121:4), y este un cuadro ele en qué consiste pertenecer a Cristo.
no soy yo. He sido cristiano por más de treinta afíos, y he aprcncli-·
El suefío es un don, pero un don que nos hace sentir hu- do que acostarme cada noche es en realidad una imagen y
mildes. En solo cuestión ele horas, cuando más, estarem.os una parábola de la experiencia de mi vida desde ese final
ele nuevo listos para recibir el don del sueiio de parle de del verano de 1972 en que Dios me concedió el rniJagro de
Dios. Cuando llegue este momento, deseo que oremos algo la regeneración por mecho ele la proclamación ele su cvan
así: «Ser1or, gracias por este don. El hecho de que esté Lan gelio. Antes ele ese momento era objeto ele su ira, pero en el
cansado es un recordatorio ele que soy la criatura y solo Tú misterio ele su rniscricorclia, fui de inrnecliato translormado
el Creador. Solo Tú ni cluerrnes ni Le adormeces, en tamo en objeto ele su misericordia cuando puse en manos de
que, en cuanto a mí, no puedo prescindir del suel'ío. Gra- Jesucristo todos los aspectos de mi vida, comenzando por
cias por este don gratuito, restaurador, que me humilla». el perdón de mis pecados, al igual que todas mis esperan-
zas para el ruturo.
El sueno es un don que Dios pone a disposictón de tuda
UNA IMACEN Y UNA PARABOLA la burnanidad. Es otra de las innumerables ilustraciones de
De ser posible, procuremos que el último pensamiento su extravagante generosidad no solo hacia su pueblo sino
cada noche sea una expresión de gratitud por el sacrificio incluso hacia quienes le son hostiles y se le oponen. Y no·
. '
del Salvador en la cruz como sucedáneo por nuestros mu- sotros, como su propio pueblo, no solo deberíamos darle
chos pecados. Esto es lo que trato de hacer cada noche, y gracias sino responder plena, apropiada y bumildernentc
recomiendo a todos esta práctica. al recibir este don.
Mi buen amigo Marl< Devcr en cierta ocasión me reccn- Por esto no debernos simplemente dormirnos esta no-
dó que el sueflo es una imagen y una parábola de qué signi- che o cualquier noche. Aprovechemos la oportunidad para
fica ser cristiano. Nuestro suefí.o esta noche será un acto de mortificar el orgullo y cultivar la hum i!ciad identificando el
fe, pequeño pero real. Depositaremos todo nuestro peso en sueflo como un don santo de parLe ele Dios, como un recor-
una cama, con la confianza en que su estructura aguantará. datorio de nuestra total dependencia de él y ocasión para
Nos podemos relajar por completo, porque no hace falta examinar nuestro corazón delante ele él. Que el Espíritu

84 85
HUMILDAD. CRANDEZA VEEDADERA

nos dé una nueva percepción y valoración del sueño, de


forma que este acto al parecer ordinario pueda transfor-
marse en una oporLunidad para cultivar la humildad y
debilitar el orgullo.

Nolc1s
·u· N ... -·· .. ·-·e ) ... . , A
Et\II-~C)QlJE E,_)f EC.-L·j_L
·-~

l. Thom:ts Watson, Body ofDivinity (hlinburgh: Bmmcr o[ Truth,


1lJ91:l), n.p.

, i\IM ,\YUIMRNUS 1\ e UlllV;\1~ ];¡humildad y debilitar el or-


gullo, las siguientes prácticas que se rccornicnd:tn nos
lleva r:m rnós al h de nuestras rutinas coticl ian~ts. Las IX:icti-
cas en este capítulo tienen que ver con tiempos de cnloquc
especial, o sea, cosas en las que nos concentramos por
bastante ticmpu. Por esto, al ir leyendo, rn:ornicndo que
estemos al tanto y, de ser necesario, especialmente cstirnu-
laclos. ¡Nos espera un contenido reL1dorl Pero c:onlio en
que estas sugerencias 1-csultar<'m ser rnu y grat i l"icantcs para
todos, corno ya lo han sido para rnL

ESTUDIAr~ LOS ATRIBUTOS DE; DIOS


Lo primero de la lista en esta sección: estudiar los atributos
de Dios.
Estudiar todos sus atributos, pero recomiendo que se
estudien sobre todo lo que los teólogos han identificado

86
HUMILDAD GRAJ\DEZA VERDADERA UN f'NFOQ\iE ESPECIA\

como los atributos incomunicables de Dios. Se trata de los podemos vivir sin aire. sin agua, sin alimentos. Ningún
atributos de Dios ele los que no se pueden encontrar ni re-· ser humano tiene dentro ele sí rnismo el poder de ser. La
!lejos ni ilustración en la.esláa humana. Son atributos que vida se vive entre dos hospitales. Necesitamos un sistema
Dios no comparte con nosotros. ele soporte desde el nacimiento hasta la muerte para que
Cuando decimos, por ejemplo, que Dios es inllnito, es- sustente la vida. Somos como flores que se abren y luego
tamos hablando ele un atributo incomunicable; Dios no se marchitan y luego se desvanecen. Así es como diferi-
comparte esta cualidad con nosotros. Solo Dios es inrinüo, mos de Dios. Dios no se marchita. Dios no se desvanece.
exento ele cualquier limitación ele espacio y disLmda. Dios no es frágiL'
Como lo formula el New Biblc DicLíonary, «Cuando deci-
mos que Dios es infinito en espíritu, llegamos a algo que Matthew Henry lo expresó así: ''El ser humano mayor y
está completamente fuera del alcance de nuestra experien- mejor en el mundo dice, por la gracia de Dios soy lo que
1
cia>>. Sí, así es. soy, pero Dios dice en forma absoluta ... Yo soy el que
Dios es omnipresente, presente por igual en todas par- soy».
tes. Pensemos en ello por un n1omento. No hay ningún lu- Al estuchar estos atributos, nos vamos dando cuenta
gar donde no est( plenamente presente. t~oscMos, por otro cada vez müs de la distancia indescriptiblemente enorme
lado, solo podemos estar en un lugar en un momento entre nosotros y Dios. Resulta irónico que esta distancia
dado, ¡e incluso entonces no siernpre estamos totalmente que nos separa ele Dios se volverá incluso más real cuando
en dicho lugar! nos situemos "más cerca" ele Dios en el cielo, como nos lo
Dios también es absolutamente existente por sí mismo y recuerclaJonathan Edwarcls: ü.os santos en la gloria están
suficiente por sí mismo. De este atributo, escribe R.C. tan dedicados :1 la alabanza, porque tienen una humildad
SprouJ: perfecta, y tienen un scnt ido tan grande de la distancia
1
infinita entre ellos v Dios»
-
./ . ~

La gran diferencia entre un ser humano y un ser .supremo Incluso ahora, cuanto nl<is conscientes estamos de esta
es precisamente esta: aparte de Dios, no puedo cxislir. distancia y esta diferencia entre nosotros y Dios, tanto más
Aparte de mí, Dios sí existe. Dios no me necesita para ser; experimentaremos y expresaremos humildad, y diremos
yo sí lo necesito para ser. Esta es la diferencia entre lo que con David, "Conocimiento tan maravilloso rebasa mi com-
llamamos un ser que existe por sí mismo y un ser depen- prensión; tan sub lime es que no puedo entenderlo» (Salmo
diente. Nosotros somos dependientes. Somos frágiles. No 139:6).

88 89
HU~11LDAD• GRANDEZA VERDADERA UN ENFOl)UE ESPECIAL

Por tanto, insto a que, en los meses venideros, nos dech- Es exactamente así.
quemos al estudio de los atributos incomunicables ele Y lo mismo es verdad para todas las doctrinas que tie-
Dios. Nada nos puede ayudar mejor a ello que la .Systema- nen que ver con nuestra salvación. Pensemos en la doctri-
Uc Theologv de Wayne Cruclem. O busqucrnos la versión na de nuestro «llamamiento». Básicamente, 5omos cristia-

abrcvictda, bajo el tílulo ele Bíblc Doctrine. En amlx1s edi- nos porque Dios nos llamó, ele manera soberana, gratuita,

ciones encontr~1rcrnos un capítulo sobre los atributos inco- misericordiosamente efectiva, no porque nosotro:,; se lo su-
plicáramos. ¡Nuestro llamamiento a ir a t;l fue precedido y
munic:lhlcs de Dios, hajo el subtítulo «¿En qué di líen: Dios
hecho posible porque nos llamó! Esto nos humilla.
ele nosotros?» Leamos este capitulo y creo que tendrá un
O tomemos la doctrina de n ucstra «juslifkación». So-
efecto profundo en m.LCstm corazón.
mos justilkaclos delante ele Dios, declarados justos a sus
ojos, no debido a nuestro elesempcr1o moral sino por raz(m
del perfecto clcscmpcúo de su Hijo. Fsta es la intención
ESTlJDIAR LAS DOCTRINAS DF LA GRACIA
misma del evangelio, «a fin de que en su presencia nadie
La segunda pl)sici(ln en mi lista de ejercicios a largo pbzo:
pueda jactarse» ( 1 Corintios J :29). Tarnbi(:n esto nos hu-
'
csludíorlos doctrinas de la gracia. btucliar las doctrinas de
milla.
b elección, el llamamiento, la justificación, la perseveran-·
Luego cst.~t la doctrina ele nuestra << persevcrancü:1 ». Per-
cía, y el dcctt' scr:'t b humildad. ¿Por quC? Pot·que las doc- severaremos en nuestra fe hasta el fin de la vida no por
trinas de la gnKía no dejan margen para complau.'rsc en nuestras propias fuerzas, sino porque jesús nos guarda,
uno mismo, no dejan margen para el elogio propio. nos SLtstenta estrecharncnte en sus fuertes rnanos. Esto
Por ejemplo, Mark Wchb menciona córno la doctrina tarnbkn nos humilla.
de la elección frena el orgullo: Nuestra salvación desde el principio hasta el fin, es en
verdad toda por gracia, y el efecto ele comprender esla gra-
Dio.s phulCli dclihcr~tdamcntc la salvación de manera que: cia es la humildad.

r1adic pudiera alarck;u· Lk ella. No se limitó a organizar\;¡ Para entender m::ís estas doctrinas, recomiendo que lean
de m;ulcu que se dc.salentarátllus alardes o :~e Jl"LJnluvic- .Savccl by Grace, de Anthony 1-Iockema.
ran en un trlítlimo: ¡Lt planilkó para que el alarclc c¡ucclara
cornplct~JmL·ntc cxcluiclol Esto es precisamente lo que
consigue la elección.'

90 91
HUMILDAD: GRANDEZA VI0 RDADERA UN ENFOQUE ESPECIAL

ESTUDIAR LA DOCTRINA DEL PECADO simplemente no percibimos la presencia del pecado. ¿Por
Y por fin, entre estos ejercicios a largo plazo: estudiar la qué es asf? Hebreos 3:13 nos adviene, ~<ninguno de uste-
doctrina del pecado. des se endurezca por el engaíío del pecadO>>. La naturaleza
He oído hablar ele un rótulo en el espejo del probador misma del pecado es engañar. El pecado es sutil y difícil de
en una tiendJ por ckpartarnentos que dice, «Los objetos discernir, en especial el pecado del orgullo. Y tiene un
vistos en el espejo pueden parecer mayores ele lo que real- efecto gradual ele endurecimiento en el alma.
rn.ente .som>. Esta no será nuestra experiencia al estudiar la El pecado tiene siempre un efecto destructor, pero con
doctrina del pecado; no pareceremos mayores de lo que frecuencia este efecto no resulta obvio de manera inmedia-
somos en realidad. ta. En el curso del tiempo, sin embargo, cuando se tolera el
.John Owen escribe, d-!ay dos cosas que son buenas pecado, se produce un efecto de endurecimiento en el
para humillar las almas de los humanos ... Una debida re- alma ele un cristiano genuinamente converso.
11exión acerca ele Dios y luego acerca ele nosotros misrnos. Todos conocemos en mayor o menor grado este efecto
Acerca de Dios, en su grandeza, gloria, santidad, poder, endurecedor. Quizá nos vamos gradualmente sintiendo
majestad y autoridad; de nosotms rnismos, en nuestra con- menos tocados por e1 culto colectivo en nuestra iglesia lo-
chción mezquina, abyecta y pecaminosa»{' Esos formarían cal. O hemos advenido recientemente que ha decrecido
parle de los atributos incomunicables ele Dios, como vimos nuestro apetito por la Sagrada Escritura. Podernos estar
antes. Por ello hay que estudiarlos primero. rncnos sensibles al pecado, o nuestra confesión de pecados
No hay nadie que pueda ayudarnos en forma más efec- es menos frecuente y no va acompafiada de pesar.
tiva en d estudio de nuestra «conchción mezquina, abyecta El efecto hnal de este endurecimiento que produce el
y ¡x:caminosa>> que el mismojohn Owen. Si realmente de- pecado es que la gracia ya no le resulta asombrosa al cris-
seamos herir nuestro orgullo, leamos su Sin and Templa- tiano. Por esta razón necesitamos permanecer cercanos a la
/ion ya sea en la versión original o en la abreviada. Puedo doctrina del pecado, porque nos ayuda a ver la presencia
recomendar también que leamos Tl1c Enemy Within: del orgullo y nos protege contra sus efectos cndurecedores.
Slraíght Talh About lhe Power and Defcat ~~f Sin de Kris La doctrina del pecado se elaboró en concreto para esto, y
Lundgaard, que es una maravillosa introducción a los es suficientemente poderosa como para acabar con el orgu-
escritos de Owen y la doctrina del pecado. llo en nuestra vida por medio del poder del Espíritu Santo.
Debemos estudiar el pecado e ir tomando conciencia ele En cuanto a todos estos temas y doctrinas mencionados
sus formas de actuar, porque con tanta frecuencia en este capítulo, recordemos que no basta con solo el

92 93
HUMILDAD· GRANDEZA VERDADER.\ U N E p, f U (¿ U E E .S f' E C: 1 A L

estudio. Junto con un mayor conocimiento, debe también La risa es un don divino al ser humano que es humilde. El
darse una aplicación de la verdad motivada por la gracia y orgulloso no sal'c reír porque debe cuidar .sn dignicbcl;
obediencia a la verdad motivada por la gracia. Solo enton- no puede abandonarse a las sacudidas de su barriga. Pero
ces experimentaremos el poder liberador de Cristo en el hombre pobre y feliz ríe con gusto porque no k prcsla
cuanto al pecado del orgullo. atención a su ego.·

¿Y en el caso de cacLt uno de nosotros: ¿Litilizamns al


Dos MÁS mé\xim~~ este d(m divino! Le agc1dczco ;J Dio~ que me he1ya

Caso de que esta lista se esté convirtiendo en una carga pe- dmk, un padre con un sentido inlrccucnll' del humm,
sada y se piense que tocio es estudio y nada de recreo, voy a quien me cnsei'Jó a rclnnc de rnl1nismo (vJ desde lucun
h
<¡u('
- -

agregar dos sugerencias únicas para contribuir a una ma- no faltaba de qué). Una y otra wz la ris~t me ha brindado
yor focalización y concentración. Cuando no estemos estu- 11na rnuy necesaria ayuda c11 mi h~1talla const;;~ntc contr;:t el
diando los atributos de Dios, las doctrinas ele la gracia y la orgullo.

doctrina del pecado, pongamos en práctica estos métodos Ahí están, pues: unas uuntas prácticas ··-algun~1 s SlTias
a toda prueba para cultivar b humildad y debilitar el orgu- otras mjs lignas---- que nos pueden ayudar a cxpcrirncntar
llo. el gozo de una vicl~t humilde. 1\)r esto, en lo qul' nos quede

Primero,juguemos lo mas posible al golf Así es, golf. En de vida, tomemos ticrnpo para estudiar los atributos de
mi experiencia deportiva, no creo que haya un deporte Dios, Lts chldrinas de la gr<tcia y b doctrin;t del ¡xcad(l, y
más diJícil o más generador ele humildad. Más bien, diga- juguemos golf lo rn;is que pod:UllllS.

mos que es [humillante, porque si juegan algo de golf, ya Y ri;'tmonos, riúntono~; de verdad. 1\>rque ;llrcdcdor
conocen todos esos golpes que producen risa en sus com- nucsl!\) abundan hts :.;itu;wil)ncs c1.imicas (A vcn:s d causa
nuestra).
pañeros y humillación en uno mismo. Nadie puede sosla-
yarlo, ni siquiera Tigcr Woods, y desde luego que yo no.
Y tengo otro más: riamos a menudo, y ricímonos a menudo
de nosotros mismos. Después ele leer Surpriscd by Laughler:
The Comic World of C.S.Lcwis de Terry Lindvall, vine a caer
en la cuenta de cuánto valoraba Lewis la risa. Inspirado por
su ejemplo, Lindvall escribe lo siguiente:

94 95
HU MIL O A O: G R ,\N DE Z A V ERO A DE RA

Notas
l. Howard Marshall, ed., et al., Ncw Biblc Dictionwy, 3rd ed,
(Downers Grove, lL: lnterVarslly Press).
2. R. C. Sproul, Onc Holy Pass ion: Thc Ccmswl!ing Thirst to Know God
(Nashville, TN: Thomas Nelson, 1989), U3.
3. Matthew flcnry's Concise Commcnta.ry on thc Wholc Biblc lDEN1~IFICAf{ EVII)ENCIAS
(Nashvllle, TN: Nelson Relérence, 2000), comentario de I'~xodo 3.
·4. Jonathan Eclwards, "Pmise, One of the Chid Employments of
Hcaven," en Thc Worhs ofJonatlwn Edwurds, cd. Hickman
DE (;10\C:LA~
(Edinburgh: B::mner ofTruth, lCJH). 2:917.
5. Mark Webb, "What Differencc Docs Lt Makc7 A Discussion of the
Evangclical Unity of the Doctrines of Grace"
www.shilohonline.org/articks/wcbb/wdclirn.htm (consultado el 3
ele agosto del 2005).
6. john Owen, citado en J. l. Packer . A Qucst.ftJr Godlim:ss: Thc
Puritan Vision of thc Christian Lijé (Whcaton, IL: Crossway, J 990), N,~ TlRA Cc'JMTCA cui.srcA de Carlítos comienza con Linus
1C) 3. acurrucado en una silla, leyendo un libro, rnicntr~•s que
7. Teny Lindvall, Surpriscd by Laughtcr: Thc Comic World ofC. S. Lucy estú detrás de él con una expresión divertida en la cara.
Lewis (Nashville, TN: Thumas Nelson, 1996),1 :30-31.
-----Es muy cxtraiio -le dice Lucy------. Solo de mirarte su-
cede.
---¿Sucede qué? -pregunta L.i.nus.
Lucy responde con t ranc¡uilidad:
-----Siento que me brota la crítica.
¿Cuán a menudo sentimos lo mismo cuando miramos
de cerca a los que nos rodean? La verdad es que esta es la
tendencia que todos tenemos :1parte ele la gracia.
En Orgullo y prejuicio dc.Janc Austcn, se dcscrtbe a uno
de los persom\jes principales, el Sr. Da rey, como una per-
sona que «nunca mira a una mujer sino es para encontrar
un defecto».

96
HUMILDAD: c;RANDEZA VERDADERA IDENTifiCAR EVIDENCIAS DE GRACIA

¿Con qué frecuencia actuamos como Lucy o el Sr. Habla de un error doctrinal grave en el que habían caído
Darcy? ¿Criticamos con frecuencia a otros7 ¿Miramos a los corintios al apartarse ele la centralidad ele la cruz para
quienes nos rodean solo para encontrar un defecto tras dejarse seducir por sabiduría humana.
otro? Esta tendencia del orgullo es un hábito muy arraiga- Se refiere a divisiones dentro de la iglesia que habían
do en muchos de nosotros que hemos sembrado semillas conducido a que surgieran cuatro facciones, todas bs cua-
ele exalución pro¡!ia a lo largo de los años. les requerfan corrección.
Por esta razón e] siguiente elemt:nto en mi lista es una Alude a una forma de inmoralidad en medio de ellos
práctica tan importante para cultivar la humildad: identifi·· que horrorizaría a los mismos paganos pero que solo gene-
car evidencias de gracia en otros. Esto implica buscar de raba tolerancia de parte ck la iglesia de Corinto, tolerancia
manera activa formas en que Dios está actuando en las de la que se sienten orgullosos.
vidas de otras personas. Los corintios L:1mbién constituían un grupo al que les
gustaba pleitear, como nos lo sugiere la advertencia de
Pablo.
EL EJEMPLO DE PABLO También ofrece esta hiriente valoración de sus reuniones
L<-1 prúclict de identificar evidencias de gracia en otros se ba colectivas: «sus reuniones traen más perjuicio que benefi-
adoptado sobre Lodo a partir de lo que se describe en los nueve cio» ( l Corinllos 1 1: 17). Cuando los corintins se reunían
prirncros wrsículos de la primera carta de Pablo a los Corin- para la Cena del Seüor, algunos de ellos estaban borrachos.
tios. Creo que no hay día en que no inlluya en mí este [XNtjc. Entre tanto, la iglesia en Corinto también había enten-
Lo que vemos en d de la actitud compasiva de T\1hlo ha· dido mal y utilizado mal los dones del Espíritu, de lo que
cia la iglesia de Corinto y su sincero aFecto por los creyen- Pablo tiene que ocuparse por extenso.
tes es una demostración profunda de la gracia de Dios, y Y encima de t,)do esto, había en esta iglesia una amplia
Ltlilizo esta palabra con toda intención y ele manera enfáti- oposición a Pahll) rnisrno y a su autoridad apostólica. Ya es
ca. Encuentro que la actitud de Pablo es extraordinaria. lo bastante difícil dirigir una iglesia tan inmadura como
Es probable que ninguna de las otras iglesias ~1 las que esta; ¡cuánto más exigente se debe ser cuando la iglesia que
Pablo había servido tuviera una necesidad más acuciantc uno dirige se resiste con fuerza a la autoridad de uno!
de cambio que la de Corinto. Esta i.glesia era algo especial. Y con todo, en las primeras frases de la carta, Pablo mani-
Pensemos en la lista de problemas que Pablo tuvo que fiesta un afecto profundo por esta iglesia que encuentro ex-
abordar en su carta. traordinario. Les dice, «Siempre doy gracias a Dios por

98 99
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA IDENTIFICAR EVIDENCIAS fH GRACIA

ustedes». ¿Por qué? «Pues él, en Cristo jesús, les ha dado su IDENTIFICAR EVlDENCIAS DE GRACIA
gracia» O:4). Pablo reconoce evidencias de gracia entre los ¿Dónde encontramos e identificamos estas evidencias de
corintios, y por esta razón da gracias a Dios por ellos sin cesar. gracia? Y ¿cómo las reconoceremos cuando las veamos?
Deberíamos comenzar con lo siguiente: familiaricémo-
nos a fondo con la lista del fruto del Espíritu: ''amor, alegría,
LA CEGUERA DEL ORGULLO paz, paciencia, amahi.lidad, bondad, fidelidad, humildad y
En lo personal, nunca hubiera querido estar involucrado dominio propio» (Gálatas 5:22-23). Impongámonos como
en esa iglesia. Y de haber sido responsable por su creci- práctica observar cómo el Espíritu manifiesta estos rasgos en
miento espiritual y obligado a escribirles una cana, dudo las vidas que vemos en nuestro entorno.
que hubiera comenzado diciendo, «siempre doy gracias a De igual modo, farniliaricC:monos con las listas ele los do-
Dios por ustedes». nes del Espíritu (ver Romanos 12:6--8; 1 Corintios 12:8-10 y
¿Por qué? Porque soy orgulloso. Y solo los humildes 12:28; Efesios 4:11; 1 Pedro 4:11) y observemos cómo el
pueden identificar ele manera consistente evidencia de gra- Espíritu dota a los creyentes para que ensefíen, dirijan y sir-
cia en otros que necesitan cambiar. Es algo de lo que es in- van. Y recordemos que estas listas no son exhaustivas sino
capaz el orgulloso y el que se cree justo. solo una muestra de los dones que el Espíritu provee.
Pero Pablo, en su humildad, vio a los corintios desde Cuando nos Lnniliaricernos con el fruto del Espíritu y
una perspectiva divina, y permitió que esta perspectiva ele- con los clones del Espíritu y aprendamos a reconocer su ma-
terminara su actitud hacia ellos. Y quisiera decir con la au-· nifestación, ¡de repente tonJaremos conciencia ele que Dios
toriclad de la palabra ele Dios que todos nosotros debernos actúa en Loclas partes! No importa donde miremos, encon-
tener esta misma perspectiva hacia los creyentes alrededor traremos evidencias de la actividad de Dios, evidencias de
nuestro. Después ele todo, si Pablo pudo encontrar eviden- gracia. QuC: gozo y privilegio es discernir esta actividad en
cias de gracia abundante incluso en la iglesia en Corinto, las vidas ele aquellos a quienes amamos y por quienes nos
¿qué excusa posible podríamos tener por no encontrar preocupamos y recordarles cómo Dios actúa en sus vidas.
evidencia ele gracia en nuestros hermanos cristianos?

lOO 101
HUMILDAD· CRANDEZA VERDiiDER'\ [DE"!TIF!CAR EVIDENCIAS DE CRACIA

MOLDEANDO ESTA PERSPECTIVA DIVINA Creo en la doctrina de la elección, porque tengo la certeza
¿Qué elementos moldearon b perspectiva divina de Pablo, ele que, si Dios no me hubiera escogido, yo nunca lo hu-
de manera que sus ojo$ se abrieran totalmente para valorar biera escogido a él; y estoy seguro ele que me escogió an-
las evidencias de gracia en las vidas ele los corintios? tes de que nacier::t, o si no, nunca me hubiera escogido
Nótese primero que Pablo utiliza tres veces 1a palabra más adelante; y debe haberme elegido por razones que
llamados en los versículos iniciales de l Corintios. Nos re- desconozco, porque nunca pude encontrar en mí ningu-
cuerda la iniciativa de Dios; todos somos llamados. Somos na razón de por qu(: l u vo que poner sus ojos en mí con un
1
llamados a la santidad y llamados a la comunión con arnor cspccial.
Cristo.
Sinclair Fcgurson comenta que llamados es una de las Porque en el caso de Spurgcon, en el mío y en el de
descripciones más !recuentes del cristiano con una solapa- cualquiera de los lectores, al pensar en nuestra conversión
labra en la Escritura. Al utilizarla, Pablo está reconociendo y tratar de explicar total y sinceramente cómo se produjo,
y afirmando sobre todo la gracia soberana de Dios y nos re- debe salir a la luz este hecho. Fuimos llamados. La acción
cuerda su actividad previa. Dios actuó en nosotros antes de previa de Dios nos condujo a donde estarnos hoy.
que le responcliC'ramos. Lo mismo puede decir~;c con toda verdad de todos los
Pablo nunca minimiza o deja ele lado la responsabilidad creyentes con los qut~ nos cruzarnos. Debemos rccorcbr
humana. Pero se hace him:apiC~ y se enl'atiz:t, tanto en sus que Dios ha actuado previarncntc sobre esas personas. Esta
escritos como en toda la Biblia, b soberanía de Dios y de es la perspectiva divina con b que debernos comenzar, o
ella proviene su llamamiento, su requerimiento divino al de lo contrario nos sobrcvcndr:t la tentación de buscar en
que debemos responder. La explicación l'undamcntal de los otros sus ddectos en lugar de evidencias de gracia en
nuestra conversión no se encuentra en que l'ué:ramos m;\s sus vidas.
sabios o moralmente superiores a otros en saber escoger a Pablo sabía que los corintios habían sido llamados. Sa-
Dios, sino que Dios escogió tener misericordia de nosotros bía que esta iglesia era creación de Dios. Y Pablo estaba
e intervino en nuestra vida, revelando la nccesicbd que te- más consciente de esta actividad previa de Dios que ele los
níamos del evangelio que nos ofrecía. Nuestra salvación se fallos presentes de los cristianos. Este hecho mantuvo a Pa-
debe por completo a la gracia soberana ele Dios. blo compartiendo su fe en el cambio y la necesidad ele per-
Puedo estar total y personalmente de acuerdo con estas severancia en el proceso, y lo que sustentó a Pablo puede
palabras de Charles Spurgeon: sustentarnos también a todos nosotros.

102 103
¡-¡ U Jvl I L D A fl G R A N D f: l A V E R D A D E R A ) D E N "! 1 f í L. ,\ R 1' \' 1 [)E 1'< C 1 A S Ll E L; R A C. 1.\

DIOS ESTÁ ACTUANDO que estarían amargados y enojados con Dios en medio del
El llamamiento de Dios en las vidas de los creyentes signifi- sufrimiento que padecen.
ca que Dios ha estado actuando en ellos, y las evidencias de Descubrir que Dios está actuando no significa negar o
la grada ponen de manifiesto que está actuando en el pre- desestimar la responsabilidad humana. Pero debernos bus-
sente. Y motivaremos a otros por gracia cuando perciba- car esta responsabilidad en nuestra IJropia vida, y enseñar-
mos dt)nde y cómo está actuando en sus vidas y con la y promoverla en otros, precisamente porque Dios está
humildad se lo hagamos saber. actuando, tal como Pablo nos dice: «Lleven a cabo su sal-
Necesitan saberlo porque, con demasiada frecuencia, vación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en
no están conscientes de ello. Dcmasiaclos cristianos están
ustedes tanto el querer corno ell1acer para que se cumpla
mucho más conscientes ele la ausencia de Dios que ele su
su buena voluntad'' (Filipenses 2: J 2·- L3). Este «temor y
presencia, y están más conscientes del pecado que de la
temblon' abarca la actitud piadosa de humildad; incluye d
graoa.
temor de agraviar y ofender a nuestro Padre amoroso y
Dios estcí actuando. Motivamos a otros por gracia cuan-
santo, y la conciencia de nuestra responsabilidad final ante
do los ayudamos a verlo, y uno de los gozos mayores que
él. Nuestra búsqueda consciente de la obediencia y el cre-
podemos experimentar es verlos llegar a esta toma de
cimiento en religiosidad no es algo que ernprenc.lcmo:;; con
conciencia.
confianza en nosotros mismos, sirw como expresión ele
En demasiados casos, su comprensión de la actividad
humilde dependencia del Dios que est;,'\ actuando.
de Dios se ha ido reduciendo a lo espectacular, y piensan
que Io espectacular es algo que le sucede solo a otros, nun-·
ca a ellos mismos. Por esto neccsiL<J!TlOS estudiar la extensa
LA FlDELIDAD DE DIOS
obra del Espíritu para así poder reconocer su actividad en
El segundo componente de la perspectiva divina es la con-
las Yidas de otros y sef1alárselo. Por ejemplo, algunas de las
fianza de Pablo en la fidelidad de Dios.
mayores manücstacioncs ele poder que he visto se lucieron
presentes en personas que sufrlan mucho sin quejarse. He ahí una iglesia que lo que menos tenía era solidez e
Esto es poder espiritual que procuro que comprendan, inocencia, pero Pal;lo les asegura que el Sef1or «les man-
ayudándoles a entender que su respuesta no es simple- tendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en
mente su disposición o temperamento naturales; ¡es el po-- el día de nuestro SeñorJcsucristo» (l Corintios 1:8). Pablo
der de Dios en acción' Si él no estuviera actuando, sin duda tiene confianza total en el futuro de esta iglesia.

10-+ 105
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA l l1 E 'i l 1 F 1 C A R 1' \' 1 ll E N C 1,\ S 1l le e; R ;\ e 1A

Debido a mi orgullo, nunca hubiera podido tener esa que ha advertido o de la necesidad ele e:m1bio y crecimien-
conllanza en cuanto a los corintios. Sabiendo lo débiles to?
que eran, y con cuánta razón merecían reproches, ¿cómo En mi labor como consejero, cuando me encuentro con
pudo Pablo decir semejantes cosas? Las pudo decir solo una pareja que está pasando por algún conllicto sin resol-
debido al funclamemo de su confianza. ver en su rnatrirnonio, a veces comienzo pidiendo a ambos
Las siguientes palabras de Pablo son estas: «Piel es Dios, cónyuges que mencionen evidencias de gracia que hayan
quien los ha llamado a tener comunión con su T-fijo Jesu- observado en b vida ele la otra persona. Si ninguno de los

cristo, nuestro Seüon> (v.9). Es la misma conFianza quePa- dos acierta a hacerlo, entonces ya l1c idcnlificaclo el proble-
ma fundamental: uno o ambos son amargados y santurro-
blo expresó en estas palabras di rígidas a la iglesia en
nes. Para CJUC haya esperanza de poder resolver el conrlicto
Filipos: «Estoy convencido ele esto; el que comenzó tan
que experimentan, su perspectiva requiere ajuste.
buena obra en ustedes la irá perfeccionando l1asta d día de
¿Y qué decir de los hijos? ¿Cuündo fue la última vez que
Cristo jesús» (Filipenses 1:6). Y en la práctica de la humil-
en forma concreta y sincera mencionó a su hijo una evi-
dad, esa tiene que ser también la verdadera base ele nuestra
dencia de gracia que haya observado en su vida? Si ha pasa-
confianza respecto a otros: la fidchdad de Dios.
do más de una semana, ha sido clcmasiaclo. Algo hay que
cambiar y algo que hay que esperar lograr.
Si no somos constantes en estimular, tengamos la segu-
EN NUESTRAS :FAMILIAS
ridad ele que al l'inalllcgarcmos a exasperarlo. Pero si so-
Solo cuando valorarnos las evidencias de gracia en las vidas
rnos constantes, entonces, cuando llegue el momento para
de otros podremos ser en verdad electivos en ayudar a que
una corrección necesaria, que sin ducb llegará, d ajuste
se produzca el ajuste y el crecimiento en nuestras familias,
ser;i mucho más efectivo porque el entorno que habremos
en nuestra iglesia y en las vidas ele todos los creyentes con
creado no estará centrado en la corrección sino en la gracia.
los que interactuamos. Solo con esta perspectiva divina po·-
dcmos experimentar fe en el cambio, así como perseveran-
cia en el proceso. EN NUESTRA ICLESIA
¿Qué se puede decir de nuestras familias? ¿Qué se puede ¿Y qué se puede decir ele las personas en nuestra iglesia?
decir del cónyuge? Cuando interactúa con uno, ¿de qué está ¿Tenderían a vernos como solo otro que trata ele encontrar
más consciente nuestro cónyuge, de evidencias de gracia fa1tas 7 ¿O nos conocen como algttien que de manera activa

106 107
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA IDENTIFICAR EVIDENCIAS DE GRACIA

llama la atención acerca de las evidencias de la acción amo- LA PREOCUPACIC)N CORRECTA


rosa de Dios en sus vidas y en las de la iglesia? Mortificamos el orgullo y cultivamos la humildad cuando
En su comentario de l Corintios, David Prior pone ele identiCic:amos evidencias de gracia en quienes nos rodean,
relieve el valioso ejemplo ele Pablo en relación con la forma evidencias de las que tomamos conciencia solo por medio
en que vemos hoy a nuestras iglesias: de una perspectiva divina que reconoce la obra activa ele
Dios y su llamamiento en nuestras vidas y que pone plena
Pablo mira a la iglesia de Corinto como es en Cristo jesús confianza en su fidelidad en completar la obra que ha co-
anLes de mirar ninguna oLra cosa que pueda darse en la menzado. Sin esta perspectiva, siempre tenderemos a ser
iglesia. Esta declaración disciplinada de k rara vez se en- críticos y pesimistas en nuestra actitud hacia otros.
cucnLra en las iglesias lucalcs; se examinan los defectos y No me entiendan rnal: No es que debamos descntcnclcr-
hay quejas por eLlos, pero con rrecuencia no existe una vi- nos o pasar por alto la necesidad ele corrección, en especial
sión de lo que Dios ya ha hecho en Cristo. en cómo los padres se relacionan con sus hijos y en cómo
los helercs ele la iglesia se relacionan con la iglesia. Pero
¿Somos personas que nos apresuramos a tomar nota ele ninguna corrección será efectiva a no ser que la utilicemos
los defectos de nuestra iglesia pero que somos mucho más con una perspectiva divina de aquellos a quienes corregi-
lentos para contemplar la obra ele Dios? mos, porque nuestro corazón no estar;] lleno de afecto por
Como práctica útil al dirigir grupos pequci1os en nues- ellos o ele una fe renovacb en el cambio por su bien. Y sin
tra iglesia, con frecuencia he escogido a uno de los presen- duela percibirán esa carencia en nuestro corazón.
tes y pedido a cada uno de los otros miembros clel grupo Imitemos, pues, el ejemplo humilde de Pablo y preocu-
que iclent.1fiquen una evidencia de gracia que hayan visto pémonos de la perspectiva divina que hace posible que
en la vida de esa persona. Est.o puede resultar alentador, sintamos un profundo afecto por otros y que el servicio y el
porque es sorprendente con qué frecuencia los creyentes ministerio que les brindemos sea efectivo. Y en el proceso,
no están conscientes del avance concreto que están logran- estaremos cultivando hurnildacl genuina, un corazón más
do, incluso avance que resulta obvio a todos los demás. preocupado por la gloria de Dios que por la propia, y más
dedicado a servir a otros que a uno mismo. Esta es en
verdad la posición de humildad que Dios busca.

108 109
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA

Notas
l. Charles Spurgeon, "'A Ddense ol Calvinism,"
www.spurgcon.org/calvinis.htm (consultado el 3 de agosto del
2005)
2. David Prior, Thc Message of 1 Corinlllians: Lijé in 1/re Local Cllunh
(Duwncrs Crovc, IL: lntc:rVarsity Prcss, 1985), 2.)

N 1J. l/\:-.u DE este siguiente elemento en rni 1isLa, es ti-


mulm a otros cadu ella y lodos los dios, nada es m;\s
i rnportantc e¡ u e nues\ ras palabras
¿Nos damos cuenta ele que, en promedio, cada uno ele
nosotros emite unas veinticinco mil palabras por día? Mi
t:ütirnu libro no contenía tantas palabras. Todos los días
sale de nw'stra boca una gran cantidad de palabras que tic-·
nen un impacto en quienes nos rodean. Pero ¿cuánto ele
este caudal cumple con el propósito que Dios quiso para
nuestro habla7 ¿Cuánto de ello rcfkp orgullo, y no una hu-
mildad basada en el evangelio'!

PALABRAS CON PODER Y PROPC)SlTO


Nuestras palabras son poderosas. Nuestras palabras impor-
tan. «En la lengua hay poder de vida y muerte» (Proverbios
18:21). Dios mismo es quien nos ha dado esta fuerza e [m-
portancia a nuestra comunicación verbal. Y ha dotado

llO
HU1YilLDAD: c;RANDI:Zi\ VERD,\DERA [\IIMl'L,\R A ClTRL!S

nuestro lenguaje con semejante poder con un propósito La palabra obscena, que corrompe, es la mism.a que se
primordial. ¿Nos darnos cuenta de cuál es este pmpósito? utiliza para denotar lo que estropea o deteriora los alimen-
En un pasaje breve pero profundo, Pablo nos ofrece una tos. Las palabras que corrompen producen putrefacción;
profunda comprensión acerca de nuestras palabras y del son palabras que engendran muerte y no palabras que
fin que Dios les ha establecido, cuál es y, desde luego, lo transmiten vida. Dios en este pasaje nos prohíbe con sabi-
que no es: duría toda palabra que vaya en detrimento ele otros, pab-
bras que mancillan a alguien, palabras que enemistan o
Evilcn toda cnnvcrsacic\n nh.scena. Por el contrario, c¡ue degradan.
sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean Esto se da en formas negativas de lenguaje contra las
ele benclicic'm para quienes escuchan (Efesios 1+:29). que Pablo ya ha escrito en esta carta, incluyendo la i<menti-
nt'' (Efesios 4:25), <<calunltüas» ("1-:31) y vulgaridades
Adviértase la aplicación exhaustiva que tiene este rnan·· (5:·4). Pero ahora cun la expresión «conversación obscena»
elato para nuestro lenguaje: eviten ... por el contrarío. Hay
introduce una categoría más ampha. Se refiere a cualquier
una cierta clase de lenguaje que nunca debería salir de
comunicación que impide el crecimiento en piedad, todo
nuestra boca, y otra clase que debería estar presente en
lenguaje que impide que se cultiven relaciones bondado-
todo lo que decimos. Así de arnplio es en realidad el alcan--
sas; toda palabra que tenga un efecLO mortífero o entorpe-
ce de este mandato. Pablo utiliza un con.trastc para ense-
cedor en d alrna de otro.
ñarnos; este versículo es una al"i rmación ele «no esto/sino
Estas palabras corruptas por naturaleza penetran y se
aquellO>>, ntostrándonos con claridad las clases de palabras
expanden, y «agravian al Espíritu Santm> (4:30). Por tanto,
que Dios nos prol1íbc así come) las clases de palabras que
no se permite ningt:m lenguaje de esta clase. Entre los cre-
exige.
yentes y sus familias en la iglesia ele jesucristo, no tiene que
haber ningww comunicación que genere ninguna clase ele

PAL.ABI~AS QUE PRODUCEN DESALIENTO deterioro, [en ninguna forma, en ningún momento, por

El lenguaje que se prohíbe es la «conversación obscena». parte de nadie.


¿Sabemos qut~ es esta clase de conversación? Sin duela que Desde la perspectiva de Dios, ¿cuántas de las veinticin-
sí. Es una tentación y tendencia cotidiana en todos noso- co mil palabras que emitimos cada día podrían considerar-
tros. se como palabras corrompidas?

112 113
HUMILDAD: CRANDEZA VERDADERA EST!Ml;LAR A OTRO~

PAlABRAS QUE EDIHCAN discernir cómo Dios está presente y actuando en ellas, y
Además de ponernos sobre aviso acerca del lenguaje malo, luego ¡celebrarlo! Y así dejamos un alma que ha sido edifi-
Dios también nos da un mandato positivo en Efesios 4:29. cada y fortalecida.
Nuestras palabras deben comunicar aliento. Nuestra pala·- Esto es nuestro privilegio y también nuestra responsabi-
bra ba de ser de edificación, debe ser "buena para la nece- lidad, porque lo que tenemos ante nosotros es en concreto
saria edificación» Y esto se aplica a todo lo que hablamos. un mandato. Es un mandato para que hablemos palabras
Se nos ordena más en concreto que comuniquemos <<solo» que alienten y cdi!"iquen. Pero hay todavía algo más en
lo que edifica. todo esto.
<'Cuáles son las palabras que echlican!
Comcncunos por lo que no son. No son simplemente
palalmts corteses. Este versículo no exhorta a la amabilidad PAlABRAS APROPIADAS
o protocolo social. Y desde luego que no habla de halagar o Pablo nos cnsel'la que el efecto de las palabras apropiadas
de palabras supcrlkialcs o de cumplidos que se centran en es el aliento, porque son necesarias para la persona a la que
las personas y tratan de adularlas. tratamos de servir, <<a los oyentes».
Las palabras que en verdad eclilkan son las que revelan Para poder ele manera efectiva animar o edificar a una
el carácter y las pronlt:sas y la actividad ele Dios. Son pala-· persona, ante todo debemos saber algo acerca de la misma,
bras que se centran en la cruz, palabras que identifican la lo cual se consigue por medio del estudio de la persona,
presencia activa de Dios, y palabras que comunican las cvi-· haciendo preguntas y escuchando con atención. Esto es lo
ciencias de gracia que observamos en otros. Son palabras que haremos si tratarnos ele servir ele verdad a otros con
que brotan ele un corazón humilde. nuestras palabras y no simplemente impresionarlos. A par-
Se nos rnanda que comuniquemos solo palabras como tir de lo que sabemos acerca de otros, estamos en condicio-
estas, que son buenas para cdil'icarnos mutuamente. ¡Qué nes ele responder a esta pregunta: ¿Qué necesitan en estos
manclatn tan rragrante! ¡Qu(: privilegio! momentos? ¿Consejos? ¿Exhortación? ¿Advertencia? ¿Con-
Como la Escritura nos habla de que Dios actúa en todas suelo? ¿Perdón? ¿O todo lo dicho?
las almas que han sido en verdad regeneradas, tenemos En 1 Tesalonicenses 5:14, Pablo insta a que «amom·s-
este gozo de presentar a todos los crisrianos, en nuestro ten a los holgazanes, estimulen a los desanimados, ayu-
mundo de relaciones, cómo percibimos que Dios está ac- den a los débiles y sean pacientes con todos». De modo
tuando en sus vidas. Podemos entrar en sus vidas, que debemos hablar con cuidado. Debemos discernir:

114 llS
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA ESTIMULAR A OTROS

¿son ociosos7 ¿son de poco ánimo7 ¿son débiles7 Porque otros en contra de los engall.os del pecado, estamos tratan-
sería poco prudente amonestar al débil, y también lo sería do de respetar la importancia ele la Palabra de Dios, por-
ayudar a los ociosos. Así pues, ¿cuáles son sus circunstan- que, en última instancia, somos responsables ante él. En
cias actuales? ¿Están pasando por una prueba de adversidad este contexto, 1a práctica de protegerse unos a otros es sin
o de prospericlac17 ¿En qué fase ele la vida se encuentran? duda una práctica bíblica. Es un don ele Dios, un medio vi-
Sea cual fuere su situación, hay algo que podemos decir tal de experimentar su gracia para protegerse frente al en-
para darles ánimo. gaiío del pecado.
También es muy intcrpersonal. Nos dice el pasaje de
Hebreos, <<exhortaos unos a otros cada día» El pasaje no
EXHORTARSE MUTUAMENTE A DIARIO describe la actividad de predicar o ele ministerin pastoral.
Se nos dice en Hebreos 3:12-13, «Cuidcnse, hermanos, de No quiero quitarle importancia a la predicación y al minis-
que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e terio pastoral. Ambos no son opcionales, sino esenciales. Y
incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. Más bien, si la predicación y el n1.inistcrio pastoral son efectivos, el
mien tras dure ese "hoy", anímense unos a otros cada el fa, resultado será una iglesia en la que los creyentes protegen
para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño los corazones unos de otros en una interacción y una im-
del pecado». plicación cruciales mutuas habida cuenta de la presencia,
inlluencia y engatio del pecado. Protegerse es algo perso··
Las palabras apropiadas y oportunas que edifican in-
cluí rán con frecuencia palabras que exhortan, palabras que
na l.
En la Sagrada Escritura, Dios no se limita a describir
ayudan a que otros se cuiden del pecado. Y tenernos que
nuestro problema básico. Nos indica una práctica para su-
hablar ele esta forma a diario. Debe ser constante, no oca-
sional, porque el pecado está constantemente activo, no en
perarlo. En este pasaje nos dice, ,,como vuestro Padre,
quiero protegerlos contra el engall.o del pecado y de sus
forma ocasional.
efectos cndurecedores. Por esto por mi gracia, he escogido
Al hacerlo, estamos ante todo y por encima de todo res-
a mi iglesia y establecido esta práctica de que se hablen
petando la autoridad y la prirnacía de la Palabra ele Dios y
unos con otros para protegerse mutuamente».
la importancia ele la obediencia a 1a Palabra de Dios. Se tra-
Necesitamos esta ayuda, y la necesitamos cada día.
ta de una descripción de la rendición ele cuentas según la
Biblia. Debemos rendir cuentas primero y sobre todo no
unos a otros sino a Dios. Al cuidar los corazones unos de

116 117
H U M J l_ D ,; D- e; R A N DE Z A V E R DAD ERA E:iTIMI:LAI< A ClTHOS

P/\LAI3RAS CON PROPC)SITO tenemos la promesa de Dios en este pasaje de que cuando
Por último, en Efesios "1·:29 Pablo ordena que nuestra co- nuestras palabras edifican y son apropiadas, darán gracia.
municac1ún verbal tenga siempre un propósito, y el propó- Por esto hemos ele preguntarnos: ¿Es este el efecto de mi
sito correcto es «dar gracia a los oyentes>>. El propósito habla en los otros? ¿Es esta su experiencia común en nues-
bíbliu) de toda conversación que sostengamos, en toda ·in-- tras conversaciones? Experimentan gracia en mis palabras

teracción personal, es que la persona que nos escuche rcci- y debido a ellas/

b<l gracü
Todos necesitamos b gracia. No hay nadie que conoz-
CUANDO SE TRATA DE CORRECII<
camos que no necesite rnás y más. Y Dios ha establecido su
Esta norma tie1w una importancia especial cuando se trata
iglesia de tal modo que, cuando estamos juntos en una
de corregir. Antes de corregir a alguien, debo prepararme
gnm asamblea colectiva o en un grupo pequeño o incluso
para ello pregunt<indome, ¿Cómo puede esta corrección
en una convcrsaci<'ln c~1sual, ¡;ociemos recibir gracia y tam-
dar gracia? Esto no quiere decir que evitemos corregir o
hil~n comunicar gracia por medio del intercambio de pala-
que en b corrección adornemos las palabras. Pero debe-
bras que edifican y son apropiadas.
mos prepararnos para dar gracia cuando corregimos, y de-
Tudas las conversaciones tienen esta capacidad. Por ello bemos comunicar esperanza en rncdio de In corrección.
clchcrnos orar, <Óchor, ayúclmTJC a di:sccmir qué clase de ¿Cómo?
gracia necesita esta personen. A quienes son legalistas o se
Así es como: Nunca corregir sin recordarle a la persona,
sienten conclcn~ldos, deseamos ayudarlos a que penetre en en algún momento, el evangelio. Toda conversación que
sus allllas la gracia que _justilka. A quienes luchan con un incluya corrección también debe inc:luir el evangelio, por-
pecado que los acosa, deseamos aportar gracia que santil"i-- que la corrección bíblica resulta incompleta aparte del
c;:t. J\ quienes sufren, deseamos aportar gracia que consue- evangelio.
la. J\ quienes se sienten cansados, clescanws rdrcscar sus No hace mucho tuve que corregir a mi hijo, y como ya
almas con gracia que sustenta. Y la lista sigue y sigue. era tarde para llegar a un compromiso ya adquirido, solo
Por medio de todas y cada una de las interacciones, por dispuse de tm breve momento para hacerlo. Carolyn estu-
,_'asuales que sean, por breves que sean, deseo impartir gra- vo presente observando la situación, y más tarde me dijo
cia por medio ele mis palabras, porque este es el propósito que hubo algo inusual en mi interacción con mi hijo: «No
de Dios al otorgarnos el don del habla. Y, en decto, te oí decir nada acerca del evangelim>.

118 119
HLJM\LDAD GRANDEZA VERDADERA ESTIMULAR A <lTROS

Tenía razón. Había llamado la atención de mi hijo acer- que edifican son fruto de corazones a los que el evangelio
ca del hecho que había violado una norma moral sin intro- ha transformado y evidencia ele que el evangelio ha humi-
ducir ele algún modo el evangelio y sin darle esperanza. llado un corazón. Solo el humilde puede preocuparse de
Este lenguaje no fue apropiado, a la luz ele Efesios 4:29; fue manera genuina por edificar y animar a otros.
una corrección inaceptable. En mi experiencia, cuando las palabras que cchlican es-
El hecho es que no debería resultarme dihcil incorporar tán ausentes tambi<~ll suele estar presente el orgullo y el
el evangelil1 cuando corrijo a mi hijo, porque quien loco- sentirse buenos, porque quienes son orgullosos también se
rrige es el peor pecador que conoce, y el que está corrigien- preocupan de si rnismos y piensan demasiado bien de si
do no querría en modo alguno ser corregido sin que mismos como para preocuparse por edificar a otros o para
alguien le diera esperanza. Y la esperanza siempre se en- ser sensibles a las verdaderas necesidades ele ellos. Son los
cuentra en el evangelio. humildes los perspicaces, los hábiles en discernir la obra
ele Dios en otros porque se prcocupart por dios y desean
servirlos.
EXAMINEMOS NUESTRAS PALABRAS, DESCUBRAMOS Por esto aconsejo que aprcndarnos de memoria Efesios
NUESTRO CORAZ()N 4:29 y meditemos sobre sus palabras, para que esté: presen-
En IJ.s correcciones o en cualquier clase de comunicación te en nuestras muchas conversaciones día tras clía. Reco-
con otros, cuando examinamos nuestras palabras descu- mendaría leer acerca de este tema el rne_jor lihro que
briremos nuestro corazón. Sinclair Ferguson escribe que conozco que es War ¡~f Words de Paul David Tripp.
nuestro empleo ele la lengua «es la bisagra gracias a la cual Volvamos a experimentar el poder y potencial translor-
se mantiene abierta la puerta ele nuestra alma para revelar madores de este mandato y promesa, ele modo que un por-
nuestro espíritu. De hecho, nuestras palabras son como centaje cada vez mayor ele nuestras veinticinco mil
muchos periodistas que se apresuran a enviar sus informes palabras diarias sirvan para edificar almas, transformar vi-
1
acerca ele la condición de nuestra alma». das, palabras de ánimo que glorifiquen a Dios.
¿Qué revelan nuestras palabras acerca de nucst ro espiri-
Lu? ¿Qué informes están enviando nuestras palabras en
cuanto a Lt condición de nuestra alma7
Según lo entiendo, el habla corrompida es fruto del or·-
gullo y manifestación del mismo, en tanto que las palabras

120 121
lJIJMILDAD· CRANDEZA VERDADERA

Notas
1. Sindmr Fcrguson, 'Thc Powcr of thc Tonguc," 'Tablct<.~lk Junc
llJ97,4'5.

LA C()R_REC~CIC)N

1\ I\11~;,/UITl/\ llL 1.'\ 1IUMIIl\\Ll no puede ser un l.':il unzo


aislado. Por esta razón, b práctica siguicnk, ínvilur y
buscar la corrcccíon, ocupa un lug;u· destacado y \'ÍLd en
mi lista ele formas ele mortificar el OI)!,uJl,) y ndtivar la hu-
nrilchd. Ll orguiiP no solo destruye, L;Hnhicn cng~u·n Ll pc-
c;Hio. con su pudcr cngar'toso Cl)l1 mt.ll:ha lrcnt,'nt.'i;\ 111.'s
ciq~J. sin que llt-gucmos a tom;n Ullll:Ít~nci;~ de ckl.cctus
que otros ven nm L:larillad
Tornemos, por ejemplo, el hornbrc que SL' clcscrihL: en
en b siguin1tc hist,)ria con l<t que me cncnntr(:

Sentado con mi lamilia en una cafetería locaL noL<'


que una llWSa cercana b ocupahJ un h(nnbrc muy
bien vestido. Su traje de Armani y camis;1 muy bien
planchada armonizaban muy bien con nn<\ corbata
impact~mte. Sus zapatos puntiagudos estabzm muy

122
INVITAR Y BUSCAR LA CCJRRECCION
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA

UN MOMENTO DE MI VIDA CON QUESO CREMA


bien 1ustrados. Iba muy bien peinado con todos los
Permítamne contarles un momento de mi vida en el que
cabellos en su lugar, y el bigote estaba muy bien cui-
hubo queso crema, una de las experiencias de esta clase
cbclo.
que me han ayudado a convencerme de que no hay ningún
Estaba sentado a solas comiéndose una rosquilla y
pecado más engañoso que el orgullo.
parecía estar preparándose para alguna reunión. Re-
visaba unos papeles, parecía algo nervioso, pues mi- Formo parte de un grupo de rendición de cuentas con
raba con frecuencia su reloj Rolex. Era obvio que le hombres que se preocu¡xm por mi alma y velan por ella.
E~n una reunión con estos hermanos, les contaba que había
esperaba una importante reunión.
Se levantó y lo vi cómo se alisaba la corbata y se idcntilicado un patrón de pecado en mi vida la semana an-

iba preparando para irse. terior. Había torna<.lo conciencia de este pecado y me había
De inmediato rne eh cuenta de que le colgaba ele sentido culpable, y se lo babia confesado a Dios y había re-
su bien nüdado bigote un residuo de queso crema. cibido su perdón. Ahora deseaba también informar a esas
Estab;l a punto de enfrentarse con el mundo, vestido personas, para luego seguir adelante, porque había otro
con suma elegancia, con queso crema en la cara. punto concreto que me estaba preoCLtpando y quería anali-
Pc11sé en la reunión de negocios a la que estaba a zar con ellos.
punto de asistir. ¿Quién se lo mencionaría? ¿Debería Pero al ir describiendo en detalle mi pecado ele la se-
decírselo yui ¿Qué pasaría si nadie se ll) mencionaba?' mana anterior, mis amigos comenzaron a hacer preguntas
cuidadosas y penetrantes acerca del problema básico de-
¿Pensamos que tenemos una iclea clara ele en qué áreas tr:ts del pecado. Les afirme' que el problema básico era ob-
de nucsna vida está actuando el orgulln? ¿Estamos seguros vio: L~ra el orgullo. Incluso me adentré en una breve
ele que entendemos bien en qué situación nos encontramos exposición acerca del orgullo, y luego hice saber a los her-
en cuanto a la hurnildacl? Es muy probable que no seamos manos que deseaba pasar a otra cosa que creía que era más
como aquel hombre elegantemente vestido, bien peinado y importante y más grave. Estoy seguro de que mi voz
seguro ele sí mismo, ¡pero con una mota de queso crema en transmitía cierto grado de irritación.

el bigote' Pero los hermanos tenían más preguntas. Querían hacer


algunas observaciones. Y comenzaron a clesafiarme a mirar
más en prorundidad el patrón de pecado que había mos-
trado la semana previa.

125
124
H\..'MILDAD. GRANDEZA VERDADERA 1 N V 1 T A R Y HU S eAR L.\ el' R RE e e 10 1\'

Volví a sentirme irritado. Daba por sentado que enten- quitado el queso crema ele mi rostro y que había desapare-
día muy bien ese pecado concreto. ¿Por qué estábamos de- cido, pero me estaban diciendo con roela sinceridad, «No
dicando tanto tiempo a algo que yo ya había entendido? ha desaparecido; ¡lo estamos viendo! Y te lo decimos
Esencialmente, había queso crema en todo mi rostro, y ¡1orquc te am;mws».
no me daba cuenta. Mi pecado subyacente me había enga-
üaclo. Estaba ciego. No lo veía ni lo pocHa ver. Pero ellos sí
lo vieron con claridad. AYUDA PAI<.A NUESTT<A CEGUERA
En mi orgullo, pensaba que nadie entendía mi corazón La dura realidad es que todos tenernos queso crema en la
tan bien como yo. Pero IJ. Escritura no sustenta semejante car;t; de hecho, estcrnos u no conscientcs de ello, en estos
conclusión. De hecho, la P<lbbra de Dios me dice, «No, monwntos tenemos qut:so crcrna en la c::lr;t. Los dcm;is lo
CJ , d pecado es sutil, el pecado es cngM'íoso y el pecado te ven con claridad. Y ncccsi1<1mo.s .su ayuda para idcntiCicar
ciega. Y necesitas que otros te ayuden para poder entender su presencia.
tu corazón>>. En su libro lnsLrumcrlls in llw Rcdcemer's l-lmuls, l'aul
Por la gracia de Dios, porque q uicnes estaban sentados David Tripp comenta, «La pcrccpcic)n que tengo de rni
a mi alrededor en esa sala eran verdaderos arnigos que se rntsmo es tan correcta como un cspc¡o ele carnavah>. Luego
preocupaban por mí y no me Lenían temor, y persevera- agrega, «Si quiero vcnnc con clJrici<Kl, necesito colocar dc-
ron. Aunque yo era arrogante, no solo por asumir que en- Lmtc ele mí. el espejo ele la Palabra de Dios». Me11ciona que
tendía a cahaliclad mi pecado y su causa büsica, sino Hebreos 3: 12--1-:; «cnscJia de manera clara que[;¡ perspec--
también en mi renuencia a analizarlo más en profundidad, tiva acerca de uno rnismo es producto de Lt comunidad» y
esos hombres perseveraron en su amabilidad. Y solo debi- cxpliu1 por qut: no pudnnos alc;mzar esta perspectiva pie-·
do a su cordialidad y perseverancia y solo por la gracia de na por nosotros mismos: «Corno en utd<t uno de nosutros
Dios, por !in sí capk hasta quC: punto mi pecado rnc babia todavía hay remanentes ele pecado, tendremos bolsas ele
cngaüado. Vi que mi confianza acerca de conocer a fondo ceguera espiritual ... La Biblia dice que podemos ser espi-
mi alma en esa situación, y en asumir que no necesitaba ritualmente ciegos y con todo pensar que podemos ver
que los ojos de nadie mús la examinara, era de hecho el muy bien»}

colmo ele la arrogancia. Esto es lo que mis amigos encontraron en mí ese día
. 1

Me estaban protegiendo el corazón y ayudando a ver la bolsas de ceguera espiritual. Estaba ciego, pero en mi arro-
verdadera dimensión de mi pecado. Pensé que ya me había gancia y para vergüenza mía penstS. que podía ver muy

126 127
HU M! LOAD: GRAN DEJA VERDAD ERA INV!TAR Y BUSCAR LA CORRECClÓN

bien. «incluso nos sentimos ofendidos», agrega Tripp, Primera, reconocer con humildad que necesitamos a
«Cuando las personas actúan como si nos vieran mejor que otros. Estoy convencido ele que dejado a mí misrno, si trato
como nosotros mismos nos vemos».' Así era exactamente ele crecer por mí mismo, mi discernimiento del pecado
yo. dentro de mí será deficiente, y por ello solo lograré un cre-
Sin la ayuda de otros para que me pueda ver con clari- cimiento limitado en religiosidad. Por esta razón necesito
dad, prestaré atención a rnis propios argum.entos, creeré en la atención y la corrección de mi cónyuge y ele los miem-
mis propias mentiras y aceptaré mis propias ilusiones. bros de mi grupo y por lo mismo debo buscar esa atención
Olvidaré la advertenc:la ele Dios: <<Al necio le parece bien lo y esa corrección suyas .. Todos neccsitanws ayuda. No po-
que emprende, pero el sabio atiende al consejo» (Prover- demos vigilarnos de manera efectiva por nosotros mismos;
bios 12:15). necesitamos los ojos perspicaces de otros.
El segundo requisito para un cornpallcrisrno y rendición
ele cuentas dcctivos en grupo pcqucl'io es que debernos par-
lNCLUSO ESTAR CON OTROS NO ES SLJF;[ClENTE ticipar ele manera humilde y decidida. No asumamos que
Uno se puede estar reuniendo con regLÜariclad con otros
con solo asistir a un grupo, con solo relacionarse con quie-
para compaflerismo bíblico y rendición de cuentas, pero
nes son religi.osos, estamos ya agradando a Dios y crccicn··
hacer esto no es sufi.ciente en sí rnismo y por sí mismo. Es
do en religiosidad. Esto es un cngafío.
vital, pero no basta. Formar parte regular de un grupo así,
Debemos procurar una participación humilde y decidi-
sin eluda que incrementa la posibilidad y el pott>ncial de ser
da, y esto significa confesar de manera regular nuestro pe-
obediente a la Palabra de Dios y aplicarla, pero no g<uanti-
cado y también invitar y ver con buenos ojos la corrección
za la obediencia. Sé por experiencia personal que es posi-
de parte ele otros, en particular cuando nos reunimos para
ble asistir a una reunión en la que otros confiesan su
ese preciso propósito.
pecado, en la que otros aceptan y responden a la repren-
sión, y sm embargo no seguir su ejemplo. Si estarnos en un grupo pequeüo para cornpaüerismo y

Espero que todos nos estemos reuniendo con otros para rendición de cuentas, ¿estamos participando de manera

compaüerismo y rendición de cuentas, pero, por favor, se- humilde y decidida o nos contentamos con observar?
pamos que para que esto sea un medio para recibir gracia y ¿Estamos ele hecho esperando eludir cualquier corrección?
crecer en nuestra vida, se requieren dos cosas como expre- ¿Sentimos un cierto alivio malsano cuando nuestro pecado
sión de nuestra fe. ha pasado desapercibido 7 ¿Informarnos de manera regular a

128 129
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA

otros de nuestras tentaciones y pecados, o les presentamos escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos.
una versión corregida y halagadora de nosotros mismos? Llévenla a la práctica» (Santiago l :22). El estudio de la hu-
Para ayudar a que nos evaluemos, me permito sugerir mildad bíblica proporciona el potencial de lograr avances
que hablemos con nuestro cónyuge y con otras personas importantes en religiosidad, progreso que resulta evidente
cercanas para hacerles preguntas como estas: a todos y beneficia a todos, pero que también puede con-
¿Confieso mi pecado de manera coherente? ducir a un engaüo propio progresivo.
¿Conjicso casos concretos de pecado y no solo categorías En su comentario sobre Santiago, Peter Davids escribe:
generales o referencias generales al pecado?
¿Les resulta fácil a otros corregirme? Por muy vasto que sea nuestro conocimiento ele las Escri-
¿Conocen otros las áreas de tentación en mi vida en la turas, o por sorprendente que sea la memoria ele uno, si
actualidad? esto es Lodo lo c¡ue se tiene es enganarsc a uno mismo. El
¿Conocen los patrones más destacados de pecado en mi verdadero conocimiento es el preludio a la acción, y es la
vida en la actualidad? obediencia a la Palabra lo que al final cucma+
Por favor, no me entiendan mal. No estoy atribuyendo
infalibilidad a las observaciones ele otros. Pero ¿tenemos fe El simple conocimiento de la Escritura no es la cima; es
suficiente de saber que la gracia de Dios dará a quienes nos solo el preludio a una obediencia activa. Esta verdad se
son más cercanos perspectivas de nuestra alma que no po- contiene en las palabras de nuestro Salvador: «¿Entienden
demos percibir por nosotros mismos? ¿Tenemos fe en que esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica» Quan 13: 17).
Dios utilizará a otros para revelarnos nuestra alma y nues- ¡No es nada complicado! Solo la obediencia es sufi-
tro pecado? ciente. Solo nuestra obediencia motivada pm la gracia y la
aplicación ele lo que cnseila la Sagrada Escritura pueden
producir crecimiento en religiosidad.
EL CONOCIMIENTO NO BASTA
Otra razón ele por qué necesitamos la ayuda de otros es
aseguramos que aplicamos la verdad que conocemos. LA LUCHA INTERIOR NUNCA ACABr'\
Aunque el conocimiento ele la Escritura es fundamental y La doctrina bíblica del pecado nos recuerda que el pecado
no opcional, por si mismo nunca resulta suficiente. Como que mora dentro nuestro permanece, y está activo, es hos-
nos lo recuerda Santiago, «No se contenten solo con til a la gracia y hostil a la búsqueda de religiosidad. «¿Con

130 131
l!UMILDAD. GRANDEZA VERD,\DERA INVITAR Y BUSCAR LA CORRECCICJN

qué frecuencia», escribe Kris Lunclgaard en The Enemy disminuye sino que más bien se intensinca. ¿Espermnos
Withín, «pensamos en el hecho ele que llevamos con noso- esa oposición cada vez mayor:> ¿Estamos conscientes ele
tros a un acompañante mortífero?» .., ella? Por esto se nos manda que nos vigilemos de cerca.
Pablo nos recuerda la realidad ele este adversario inter- Que vigilemos nuestro corazón y lo estudiemos a la som-
no mortífero: bra de la cruz como medio para proteger nuestro corazón
contra la presencia y oposición diarias del pecado. Si no
Porque esta [la naturaleza pecaminosa] desea lo que es vigilamos, será inevitable que nos debilitemos.
contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es cllntra- Al ir madurando personalmente, al ir madurando nues-
rio a ella Los dos se oponen entre .sí, de modo que uste- tras fa mi has y al ir madurando nuestras iglesias, necesitamos
des no puedan hacer lo que quieren (Cálatas ':í:l7). más, y no menos, b doctrina del pecado; y necesitamos se-
guir creciendo en una comprensión adecuada de esta doc-
Está claro que esto no se refiere a una descripción del trina y en aplicarla.
corazón humano antes ele la conversión, sino a una des- Estemos seguros de que esto no es menos así porque
cripción ele la lucha C[LlC se establece dentro del corazón y seamos pastores o maestros u obreros del ministerio. No
la vida regenerados después de la conversión. La oposición hay ningún privilegio en la relación con el pecado solo por
cotidiana de la carne es algo que debemos asumir que está ser pastores. No hay ninguna excepción en el ministerio en
actuando en nosotros, sobre todo cuando nos dedicamos a cuanto a la oposición de la carne. Solo hay una mayor res-·
crecer por gracia en religiosidad. ponsabiliclad ele oponerse al pecado y de debilitar la carne,
john Owcn nos advierte de manera penetrante: corno ejemplo para el rebal'i.o.

No hay nada que hagamos por Dios a lo que el pecado no


se oponga. Y cuanta más espiritualidad o santidad haya SIEMPI\E NECESITAMC>S AYUDA
en lo que hacemos, tanto mayor es la enemistad a ello. Así john Owen mencionaba que aunque cada uno de nosotros
pue.s, los que más buscan a Dios experimentan la oposi- podemos ser competentes en una serie de áreas, nunca es
ción más violenta.'' así con respecto a discernir nuestro pecado. Por nosotros
mismos, ninguno de nosotros llegaremos nunca a ser com-
A medida que vamos creciendo en nuestro deseo de petentes en reconocer nuestro pecado. Siempre necesitare-
Dios, iremos constatando que la oposición del pecado no mos ayuda.

132 133
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA
lNVJTAR Y BUSCA~ LA CORRECCIClN

No olvidemos nunca que otros ven lo que nosotros no Notas


vemos. Donde estamos ciegos al pecado, su visión a menu- 1.. Atribuido al Pastor james R. Needham en una Jlustraoón del 2004,
do es veinte-veinte. Y por la gracia ele Dios pueden aportar Lomacb de www.prcachmgtocbycom.

claridad para ayudar a protegernos contra los efectos enclu- 2. Paul Dav1cl Tripp, Instrumcnts in thc Rcdeemer\ Hands (Philhps-
burg, NJ P&R, 2002), '5"1.
receclores del pecado. Otros pueden exhortarnos, alent<J.r-
3. !bid.
nos y corrcgi rnos. Son un don ele Dios en nuestra lucha
4. Pctcr H. Davids, New Tntcrnational Bíblica/ Commmtwy:Jww~s,
contra el pecado. Y nunca llegmnos a no necesitarlo. Nunca. vol. J 5 (Peabo<.ly MA: Hcncl rickson, 1989), "f l.
Y no nos sintamos incómodos cuanch) las observaciones '5. l<ris !.undgaarcl, Tite Encmy Within (Phillipshurg, N.J: I\'SrR, 1998),
ele un amigo pueden no ser el lOO por cien certeras. He 32.

descubierto que hay algo de verdad que a veces se puede 6. John Owcn, Sin cmd Tcmptation: Tlw Cltallcngc o(Pcrsonal God/i-
ncss, cd. Dr. Jm1cs M. Hnustnn lMi nncapol is, MN: 13ct han y Housc
extraer incluso de críticas del enemigo. La lmmildad no
Publishcrs, 1996), \8.
nos exige precisión matemática en los insumos de otra per-
sona; la humildad se coloca de manera que pueda recibir la
gracia de Dios provenga ele donde provenga.
Por esta razón debemos animarnos a acudir <1 otros para
invitarlos a que e;-.:aminen nuestra vida. Dig<imoslcs, «Deseo
que tus ojos comprensivos se lijen en mi alma. Necesito tu
ayuda. ¿Dónde ves queso crema?» Y tambkn debemos ani-
marnos a acudir a otros para presentarles nuestras observa-
ciones. Hay que hacerlo con la seguridad de que, en última
instancia, hay quien nos guarda, nuestro Salvador mismo.
Nos guardará de hecho y hará que su obra en nosotros lle-·
gue a su culminación en el día ele jesucristo.

l34 135
RESPONDER
CON. riUMILDAD
ANTE lAS PRUEBAS

UJZA u PUNTO EN MJ LJST/1 que resulta más duro para


la mayoría ele las personas, el que afecta de manera
más profunda, el que parece más difícil de cumplir, y el
que con mayor rapidez provoca la respuesta «es más fácil
ele decir que ele hacer», es este: responder con humildad
ante las pruebas.
Para ayudar a superar esta dificultad, deseo que nos si-
tuemos, con la ayuda ele la Sagrada Escritura, en la presen-
cia de alguien para quien la vida no tenía sentido, alguien
cuyo horizonte anunciaba un sufrimiento atroz y horrible
para sí mismo y para el pueblo de Dios, y quien, a pesar ele
ello, descubrió una perspectiva divina en cuanto al sufri-
miento y las pruebas, perspectiva que lo transformó de
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA RFSPONDER CON HUMILDAD ANTE LAS PR\:EBAS

manera radical con lo que dejó ele quejarse siempre y de mientras lo estemos experimentando. Porque la pregunta
cuestionarlo todo para postrarse lleno de fe ante Dios. crucial no es si sufriremos o no, sino cómo responderemos
cuando suframos.
Habacuc, corno alguien que ha pensado mucbo en el
SUFRIMIENTO INEVITABLE tema del mal y del sufrimiento, nos puede ser de mucha
Para ayudarnos a hacer nuestra esta perspectiva divina, si- ayuda. Permitió que su punto ele vista fuera rnodihcado
tuémonos ante la presencia ele Habacuc. Tuve el privilegio para no seguir viviendo con falsas expectativas Fue trans-
ele pasar muchas horas con este profeta, y ha sido en ver- formado por una perspectiva divina que lo preparó para
dad una experiencia que produce humildad. un sufrimiento mucho mayor que es probable que ningu-
Creo que todos necesitarnos escuchar con suma aten- no ele nosotros vayamos a experimentar.
ción a Habacuc para poder emular su ejemplo cuando las Quizá nos encontremos en este momento envueltos en
circunstancias con las que nos enfrentemos parezcan con- una tragedia. Quizá en este momento alguien haya experi-
tradecir el carácter y las promesas ele Dios. Y ckjenme ser mentado algún sufrimiento que otros no hayamos vivido.
muy claro al respecto: en algún momento de nuestra vida, De ser así, Habacuc quisiera decirles a esas personas una
nos encontraremos con circunstancias que parecen contra- palabra para consolarlos y fortalecerlos. Y si en la actuali-
decir el carácter y las promesas de Dios, si es que no ha su- dad no estamos sufriendo, l-bbacuc querría preparamos
cedido ya. En algún momento en el futuro, la vida parecerá para lo inevitable.
no tener sentido.
En diferente grado, el sufrimiento es inevitable para to-
dos nosotros. En su libro How Long, O Lord, D.ACarson CONFUNDIDO Y QUEJOSO
nos recuerda ele manera lúcida, «La verdad es que lo único Cuando nos encontramos con Habacuc: por primera vez,
que tenemos que hacer es vivir bastante y suli·irernos>>. escuchamos a un profeta piadoso pero conJunchdo, que se
Esta es la dura realidad. queja a Dios, ''¿)lasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda
Carson dice luego, «No pensamos en el tema del mal y sin que tú me escuches?» (flabacuc l :2a).
del sufrimiento todo lo que deberíamos hasta que nos en- Se siente confundido porque, al mirar en torno suyo al
1
contramos ante alguna tragedia». En realidad, deberíamos pueblo de Dios que lo rodea, ve una apostasía y desobe-
tratar ele desarrollar con antelación una teología del sufri- diencia desenfrenadas, que parece que Dios tolera. «¿Hasta
miento, para así estar preparados para sufrir y perseverar cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos

138 l39
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA RESPONDER CON HUM\LDAD ANTE LAS PRUEBAS

salves?» (Habacuc 1:2b). Acusa a Dios de inactividad nosotros que nos hemos apartado del pecado para confiar
mientras que «el impío acosa al justo» y «las sentencias en el Salvador, Jesucristo.
que se dictan son injustas» (1:4). La primera parte de la respuesta de Dios se centra en
Debemos recordar, llegados a este punto, que el Santo esta afirmación: ,,e] justo vivirá por su fe» (2:4), que cons·-
no tenía ninguna obligación de responder a ninguna de las tituye buenas nuevas para todos nosotros. La fe en Dios es
quejas de HabacllC, que también era pecador. Pero Dios sí la clave para alcanzar una perspectiva divina ante circuns-
responde. Le l1ace saber a Habacuc que tiene toda la inten- tancias desconcertantes y preocupantes.
ciém de disciplinar a su pueblo, pero no en la forma en que. Segundo, r-labacuc aprende ele Dios que el camino de
Habacuc lo hubiera podido prever. El instrumento para los orgullosos en última instancia no prevalecerá, sean es-
castigar y purificar a su pueblo e¡ ue Dios piensa u ti !izar es tos israelitas o babilonios. Los propósitos ele Dios en últi·-
enviar una fuerza invasora ele los babilonios (calcleos), una rna instancia prevalecerán y se cumplirán: «se llenará la
naci.ón orgullosa, implacable e impía. tierra del conocimiento ele la gloria del SEÑOR» (2: 14).
Esto resulta en verdad una sacudida para el sistema teo- La respuesta de Dios al profeta llega entonces a su punto
lógico de Habacuc. El profeta se horroriza. ¿Cómo puede culminante con estas maravillosas palabras: «el SEÑOR est:'i
Dios utilizar un medio tan profano para disciplinar a su en su santo templo; ¡guarde toda la tierra silencio en su
pueblo? presencia'» (2:20).
Las quejas de H.abacuc continúan. Le pregunta a Dios, [:ste encuentro transforma el corazón ele Habacuc delan-
«¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guar- te de Dios. Porque al comienzo dd capítulo tercero y último
das silencio mientras los impíos se tragan a los justosh> de este breve l.ibro, el profeta con el que nos encontramos
(1: 13). Una vez más acusa a Dios ele no mantener sus es- ya no se parece en ruda al hombre que vimos en los capítu-
tándares de santidad y justicia. El plan de Dios parece que los J y 2. Ha sido transformado y ha pasado de cuestionar a
no corresponde ni a su carácter ni a sus promesas. orar, de la confusión a la certeza y de sentirse perplejo a
Dios responde ele nuevo, y su respuesta es una expre- conhar plenamente en Dios.
sión todavía mayor de su misericordia para con Habacuc y ¡Qué sorpresa' Se ha producido un cambio enorme en
para con cada uno de nosotros. Es una respuesta que trans- la disposición del corazón de Habacuc, aunque no han me-
formará a Habacuc, un cambio que se nos presentará en jorado en nada sus circunstancias. Nada ha cambiado, y
toda su amplitud a todos nosotros en el resto de este breve con tocio, para el corazón de Habacuc todo ha cambiado.
libro, y que es sumamente pertinente para cada uno de Ya no se siente orgulloso; su alma ya no está inflada. Por el

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R E S P O N D E R C O N 11 11 ¡, 1 1 1 1' \ 11 ·\ 1 1 1 1 ., 1· 1· 11 1 1: ,' ,
HUMILDAD· GRANDEZA VERDADERA

contrario, está confiando humildemente en Dios. Una vez Habac:uc ha recibido confirmación de qm: sulrira 1 )Í()'.

Dios le ha comunicado que el justo vive por su fe, Habacuc ha dejado bien claro que los babilonios invadirán y que no
habrá a donde huir ni donde refugiarse. Habacuc, junto
se ha convertido en un ejemplo y en la personificación ele
con todo el pueblo de Dios, sufrirá. Pero, ¿en qué consiste,
esa verdad. De hecho la jé es por lo que vive.
según este mismo versículo, la oración ele Habacuc? «Señor
Estas características ele su transformación se manifies-
... en tu ira, ten presente tu misericordia» (3:2). Su súplica
tan con claridad en d capitulo 3, y representan tres sef1ales
de misericordia se centra en una oración para que se cum-
distintivas de todo aquel que en verdad se humilla delante
plan los propósitos de Dios.
ele Dios. Esa persona (l) ora delante de Dios, (2) espera en
Dios y (3) se regocija en Dios. Hahacuc nos muestra las
tres. CENTRADO EN LA SALVACI()N,
NO EN EL SUFRIMIENTO
En todo lo que resta ele la oración de Habacuc en este capí ..
0RAC1ÚN CENTRADA 1~N DIOS tulo, vigoriza su re por medio ele un repaso histórico de los
1\clvit~rtasc b inmediata declaración con la que comienza el eventos decisivos en la historia de b salvación de Israel,
capítulo 3: <<Oración del profeta Halxtcuc». Habacuc no si- con énfasis en clt'xodo. Reconoce c(mw Dios se ha enfren ..
gue cuestionando a Dios, sino que de manera hunlildc y tado en la historia con una serie de enemigos de lsracl, y
apropiada ora a Dios. afirma su convencimiento de que Dios en su momento ac-
Y obs<:~rvcsc el contenido de su oración. No se centra en tuarú en forma decidida para liberar a su pueblo, ''saliste a
sus propias necesidades o en su confltsión o en sus quejas liberar a tu pueblo, saliste a salvar a tu ungidO>> (3:1 3).
por los malvados o los babilonios; antes bien, en forma in·- Nótese sobre todo el comienzo eni~Hico de este recuer-
cuestionable y clccidicla se centra en Dios. <'Set1or, he sabi- do de la obra salvadora de Dios: " ... viene Dios ... » (3:3).
do de tu lama; tus obras, Sciíor, me dejan pasmado» (3:2). Habacuc ya no ve a Dios como descuidando su respuesta a
Habacuc ha pasado a preocuparse por Dios, y ahora su pueblo. ¡No, Dios vino! En el pasado no ha estado sin
siente pasión por la actividad y propósito de Dios en la his- nacer nada. No está sin hacer nada en el presente. No esta-
toria: «Tus obras, Seüor, me dejan pasmado. Realízalas de rá sin hacer nada en el futuro.

nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro ¿No está acaso esta misma verdad en la entraña de nues-
tiempo» (3:2). tra propia historia de salvación, en la persona y obra de

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HUMlLDAD· GRANDEZA VERDADERA Ri.:SPC>J-.:DER CC.\; HL "lll.DAr> .\1•1 1'1 1 .\S PRUEB "

nuestro Señor? ~~cristo jesús vino al mundo a salvar a los ESPERAR CON TRANQUILIDAD
pecadores» (l Timoteo 1: 15). ~~ ... el Hijo del hombre Habacuc es un ejemplo convincente no solo de oración,
... vino ... para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo sino también de paciencia. Dice, «yo espero con paciencia
20:28). ,,el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que el día en que b calamidad venclc't sobre la nación que nos
se había perdido» (Lucas l<:J: lO). invade» (Habacuc 3: 16). Dios ha prorncüdo disciplinar a
Escuchemos el testimonio de nuestro Salvador: «Yo no su pueblo Ha prornctido juzgar ::t los babilonios, y ha pro·
he venido a llamar a justos sino a pecadores» (Marcos metido lknar la tierra con el conocimiento ele su gloria: por
2: 17). ~~Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en consiguiente, H:thacuc esperar<\ con humildad y paciencia
abundancia» Uuan 10: lO). ,~sali del Padre y vine al m un- el cumplirnicnto de cada una de las prorncsclS, st:an estas de
den> Unan 16:28). '<Yo soy la luz que ha venido al mundo» juicio o de bendición.
(Juan 12:46). ~~Yo para esto nací, y para esto vine al mun-· Recordemos que Habacuc no conocía para nada el mo-
do: para dar testimonio de la verdad» (Juan 18:37). «He mento que Dios había escogido para todo ello. No sal1ia ni
vcnido, oh Dios, a hacer tu voluntacl» (Hebreos 10:7). la hora ni el día; no sabía el mes o ni siquiera el a1io, y lo
¡Dios ha venido a nosotros! ¡Nuestro Salvador vino! norrnal es que nosotro5 tampoco lu sepamos. Aunque en-
Por esta razón, preguntémonos lo siguiente: Cuando contramos bs promesas de Dios en toda la Escritur~l, no se
nos vienen la prueba y el sufrimiento, ¿en qué consiste nos dan con lecha~; ni ticrnpos cspccílicos. Por tanto, cuan·
nuestra oración 7 do nuestras circunstancias van en contra del carúcter y pro-
Si nuestra oración es primordialmente una petición rncsas de Dios, tenernos la tent:aci.ón de proponerle a Dios
para que el sufrimiento se alivie, entonces sepamos que un marco temporal y pedirle que c:utrtpla sus promesas de
esto es bíblico. Lksde luego que no es no bíblico. En la acuerdo con el mismo.
Escritura Dios nos exhorta a orar para obtener ayuda en El ejemplo ele Habacuc es dilúenLe. Espera con packn··
rncdio del sufrimiento (como lo hizo Pablo en 2. Corintios cía, y esto presupone fe. Hace falta le para esperar con tran-
12.:8). Pero en esos nwmentos, nuestras oraciones no quilidad algo para lo que tenenws una promesa de Dios,
deberían centrarse en esto. pero sin fecha. ¿Qué promesas no se han curnpliclo hasta
ahora en nuestra vida? ,:Matrimonio·? ¿Embarazo? ¿Cura--
ción? {Un ascenso o puesto concreto? ¿Salvación para un
ser amado? ¿Esperaremos, como Habacuc, con tranquili-
dad y humildad que Diós cumpla su promesa? Si Habacuc

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HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA RESPONDER COh HUMILDAD ANTE LAS PRl:EBAS

puede esperar con tranquilidad la acción divina a gran es- Lo que tiene ante los ojos es la completa destrucción de la
cala en la que pensaba, entonces sin duda que nosotros po-- tierra y ele los medios ele subsistencia de su pueblo. Las cir-
demos aceptar con calma el tiempo de Dios en nuestras cunstancias que imagina son atroces y horrorosas.
vidas relativamente insignificantes. El «aunque» al comienzo de este pasaje no es hipotéti-
Ojalá no se me malinterprete. Esperar no es resignarse; co; Habacuc comprende muy bien lo grave del sufrimiento
esperar es una confianza activa en que Dios cumplirá su que tanto él como su tierra natal experimentarán cuando
promesa en su momento perfecto, según su propósito últi-
invadan los babilonios. Signi!karú b pérdicLl no solo de to-
mo de glorificar a su Hijo.
das las comodicbdes sino de todas las cosas necesarias, in-
Sí, la persona justa vivirá por !"e, y esta fe exige esperar
cluso hasta el extremo ele que ni siquiera haya comida.
Habacuc no desconocía en modo alguno los mé.todos ele
los babilonios corno conquistadores. Saquearían todo el
ALEGRARSE CON HUMILDAD
país y capturarían y deportarían a las personas. Habría vio-
Por último, pongamos nuestros ojos y nuestra atención en
lencia y destrucción indiscriminadas. Esa era la realidad
uno de los pasajes más sorprendentes y notables de toda la
con la que se enfrentaba Habacuc.
Escritura, que se encuentra al final del libro de Habacuc:
¿Y su respuesta 7
«Aun así, yo rne regocijart~ en el SCJ'\or».
Aunque la higuera nn ck renuevos,
ni haya frutos en las vides; Ahí está la resolución total y l'inal del conflicto que vi-
aunque lallc la cosecha del olivo, mos primero desencadenarse en el alma del profeta a par-
y los campos no produzcan alimentos; tir del capítulo l. Habacuc al fin se libera de una lcliciclad
aunque en el aprisco no haya ovejas, superficial, cin:unstancial. La fuente y ob¡cto de su rego-
ni ganado alguno en los establos; cijo es Dios mismo: «rne rcgocipré en el Señor, ¡me alegra-
aun así, yo me regocijan:: en d Sctior, ré en Dios, mi libertador!» Habacuc ha clescuhierl.o el
¡me alegraré en Dios mi libcnaclorl verdadero gozo, que trasciende cirCLmstancias y existe in-
(Habacuc 3:1 7-18). cluso en medio de grave sufrimiento, gozo que se encuen-
tra solo en Dios. Y solo ahí es donde todos nosotros
Recordemos que Habacuc no se está refiriendo a una podemos encontrar gozo en medio de nuestros sufrimien-
simple desaparición de un agradable panorama campestre. tos más graves.

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HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA RESPONDER CON HUMILDAD ANTE LAS PRUEilAS

Sin pasar por alto la realidad del sufrimiento, flabacuc lo que se puede conseguir con la simple empatía. Si, en
no centró su atención en él sino que fijó su mirada en el as- medio del sufrimiento, descubren la perspectiva divina
pecto más serio y crítico de la salvación. Dejó de lado las que Habacuc experimentó, podrán llegar a vivir el mismo
pruebas temporales para encontrar gozo en ''Dios, mili- cambio cataclísmico que se produjo en el corazón y vida
bertadon>, el Dios que lo libera no solo delj uicio presente, del profeta, cambio tan dramático que los haría irreconoci-
sino, lo que es más importante, del juicio futuro. Por esto bles para sus amigos y familiares.
puede cantar. Esto es lo que aprendió Habacuc. Quienes sienten ver-
dadero gozo en medio del sufrimiento son los que recono-
cen que, en esta vida, nuestro sufrimiento nunca es tan
NUESTRA RESPUESTA ANTE EL SUFRIMIENTO grande ni tan serio como nuestros pecados. Como lo escri-
Así pues, ¿de qué estamos más conscientes? ¿De nuestro bió Jonathan Eclwards, ,,cuanto menores [son] las afliccio-
sufrimiento actual o ele nuestra salvación, esta "salvación nes más grandes que encontramos en este mundo ... que
tan grande» (Herbreos 2:3) que es nuestra en jesucristo? 2
lo que hemos merecido». Esta es una perspectiva divina
Admito que algunos puedan estar tan inmersos en dolo- del sufrimiento. Sin importar la gravedad del sufrimiento
rosos sufrimientos que otros quizá no comprendamos y, que experirnentamos en esta vida, siempre será menor que
ele ser así, podrían decir, "¿Quié:ncs son ustedes para ha- lo que hemos merecido por nuestros pecados.
blarnos del sufrimiento:>» Si esta es la actitud que algunos Así pues, ¿cómo responderemos cuando nuestras cir-
tienen, lo podemos entender. cunstancias parezcan cont radccir el car~ictcr y las promesas
Pero si alguien tiene esta ~lCtitud, quisiera decirles con de Dios:> ¿Cómo reaccionaremos cuando nos parezca que
interés y compasión sinceros que si escuchan con cuidado Dios no se ocupa de nosotros, cuando parece tolerar el pe-
a Habacuc, es posible superarlo para aprender a encontrar cado y no quiere aliviar el sufrimiento? ¿Cómo responde-
gozo en un lugar inesperado. remos cuando la vida parezca no tener sentido?
No estoy minimizando el sufrimiento ni el dolor de na- ¿Nos pareceremos al Habacuc de los capítulos l y 2? ¿O
die; si de algún modo pudiera pasar algún tiempo con esas seremos más como el profeta transformado al que escucha-
personas, creo que encontrarían en mí empatía y compa- mos en el capítulo 3? ¿Nos quejaremos? ¿O confiaremos:>
sión respecto a sus pruebas. Pero también deseo ayudarlos ¿Reaccionaremos ante nuestros sufrimientos con ira o re-
con una perspectiva divina que provee una ayuda más sus- sentimiento o indignación, o pidiendo que Dios sea glorifi-
tancial y tiene un efecto más transformador de la vida que cado en nuestro sufrimiento y por medio del mismo?

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HUMILDAD CRANDEZA VERDADERA RESPONDER CU:.l HUMILDAD ANTE LAS PR\IEBIIS

AUSENCIA DE ENOJO que le sobrevivirían, al parecer se apoderó de él un profun-


Antes de continuar, pcrmítanme ilustrar el decto transfor- do enojo, enojo dirigido al Dios en quien Dave y Sharon
mador de una perspectiva divina con una historia de la decían creer.
vida de mi hermana mayor Sharon. Le preguntó a Sharon, <<¡Por qué no estás enojada?»
Hace unas cuantas navidades, reunida la familia exten- Le miró a la cara y le respondió con la verdad del evan-
dida para celebrar la festividad, el marido de Sharon, Davc, gelio: «Dave merecía el infierno por sus pecados, como tú y
mencionó algunas dificultades físicas que estaba experi- yo, y sin embargo Dios, en su misericordia lo perdonó de-
mentando, por lo que reuní a la familia para que cmir;mws bido a la vida, muerte y resurrección de jesucristo. L)avc se
por él Nadie imaginaba el origen o la gravedad ele los sín- va al cielcJ>>, elijo. «¿Cómo podría estar enojada con Dios
tomas que describió; en una semana le diagnosticaron que por llevárselo al ciclo?»
tenía un tumor cerebral. h1c una respuesta que estoy seguro que esa persona no
Se trataba de un tumor muy agresivo, como muy pronto esperaba, y que dudo que la vaya a olvidar.
vinimos a saber. Después de un<l operación y de quimiote- Después del fallecimiento de Dave, Sharon me pidió
rapia sin éxito, al poco tiempo Davc salió del hospital y lo que participara en el servicio fúnebre. Como era la costum-
trajeron a la casa donde siguió recibiendo cuidados espe- bre ele mi hermana, me dijo, «Quiero que prediques el
cializados para esperar lo que ya parccia incvilable, y que evangelio». Preveía que iban a asistir al servicio una gran
de hcd10 se produjo muy pronto. En el mes de junio cantidad de personas no salvas, y que se les predicara el
siguiente, Davc se fue a estar con d Se1íor. evangelio. me insistió, es lo que Davc hubiera deseado.
Durante esas últimas semanas de vicla, colocaron la Pero puedo ahrmar que fue una de las cosas más dilíc:i-
cama de Dave en el centro ele la sala, clunde lo vinicwn a lcs que jamás l1aya hecho. A medida que transcurría el ser-
visitar un sin número de personas que lo querían. Sharon a vicio, hice todo lo que pude para no romper a llorar al ver
menudo se sentaba junto a su ccuna y le acariciaba el cabe- la presentación en video de la vida de Dave, y al escuchar a
llo y, estuviera o no consciente, lo hablaba al oído, para dc- sus hijos ele pie frente a esa gran cantidad de personas para
ci rlc a su compaflero qué esposo y padre tan maravilloso honrar a su padre. Luego me llegó el turno de levantarme
era. para presentar el evangelio, cuando lo que más deseaba era
En cierta ocasión, un pariente de Dave, no cristiano, permanecer sentado y llorar.
vino a visitarlo. Al observar cómo atendía Sl1aron a su es- Pero me obligué a pararme delante ele los amigos y fa-
poso, y pensar acerca de la juventud de Dave y los hijos miliares de Dave. «La verdad», les dije, «es que preferimos

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HU 'vi 1L DAD. GRANDE Z i\ V E R DA !JERA P F S P ()N D r R CON li U M 1 L DA l' A N T r LA S P R ¡;EllA S

no hacerle caso a la muerte; no nos gusta mirar a la muerte lugar de buscar discernir su propósito, en lugar de irnplo-
ele frente. Pero hoy no podemos eludirlo, ¿_no es cierto? La rar que sea glorificado en mi prueba y por medio de ella.
muerte nos está mirando cara a cara, y nos vemos forzados comienzo a cuestionar, a qucjannc y a pedir que se acabe.
<\devolverle la mirada». Les hablé de la ira de Dios y acerca Así pues, no soy un ejemplo brillante en esto. En vez de

ckl Salvador que cargó sobre sus hombros esa ira para que ello, me inspira el ejemplo convincente de Habacuc, y ele-
pecadores como ellos y yo pudiéramos recibir perdón. Y seo parecénnclc. Si este capítulo tratara de mí, no lo cstaria
los invité a apartarse del pecado para confiar en el Salva- escribiendo. Pno no es acerca de mí; es acerca ele Habacuc,
dor. y, en última instancia, es acerca ele nuestro Salvador.
Mi hermana había demostrado de verdad la perspectiva Porque lo que sorprende no es que ustedes y yo sufra-

divina en el sufrimiento que nos sobreviene con wnta dure- mos en esta vida; lo que realmente sorprende es que é·l su-

za a rnuchos de nosotros. En su grave prueba, la preocupa- friera en lugar nuestro. ¿Por qué el lnoccnte sufrió por

ción ck Sharon no fue su propio sufrimiento, por doloroso nuestros pecados·,) Es inexplicable, pero nos corresponde
y real que fuera. En vez de ello, su foco fUe la gracia de aceptarlo. Las buenas nuevas es que a este mismo Inocente
Dios, Esa gracia, por medio del Salvador, trajo salvación a le dieron muerte por pecadores corno ustedes y yo, y que

su esposo y fortaleza para ella en medio del sufrimiento, y luego resucitó de entre los rnucrtos, con lo que resolvic) el
su preocupación era que otros esntcharan las buenas nue- aspecto y cnnllicto más graves en nuestra vi<b.

vas ele esté Salvador. La respuesta ele Habacuc por fe en la salvación de Dios
anticipa la promesa más total ele salvación por medio de
Cristo que podemos ver y conocer como un hecho históri-
co. Como nos lo recuerda D.A.Carson acerca de Job, otro
NO SOY EJEMPLO
personaje del Antiguo Testamento que tuvo que hacer
Uno de los retos con los que me enfrento a la hora ele desa·-
frente a un gran sufrirnicnto, <<En la noche más oscura de
rrollar este terna es que no me considero un ejemplo de su-
nuestra alma, tenemos algo a lo que aferrarnos que Job
frimiento profundo. No estoy seguro ele haber sufrido
nunca conocio. Conocemos a Cristo crucificado. Los cris-
alguna vez en forma considerable. Y con demasiada fre-
tianos hemos aprendido que, cuando no parece que haya
cuencia, cuando me encuentro con una prueba incluso li-
ninguna otra evidencia del amor de Dios, no podemos
gera, me parezco al quejoso profeta Habacuc en el capítulo
eludir la cruZ>>.'
1 rnuc:ho más que lo que me parezco a él en el capítulo 3.
En lugpr de orar y preocuparme por la gloria de Dios, en

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HUMILDAD· GRANDEZA VERDADERA

Miramos a Cristo crucificado, y podemos regocijarnos,


conociendo la fortaleza del Sefl.or en la forma en que Haba-
cuc la describió en las. últimas [rases del libro:

El Scf10r omnipotenLe es mi ruerza, da a mis pies la ligereza


de una gacela y me hace caminar por las alturas (Habac:uc
UN LEGADO DE
3: L9)
c;RANDEZA
Habacuc tuvo ame sí una escalada pronunciada, y lo mis-
mo ocurre en el caso ele todos nosotros. Nos enfrentarnos a
un terreno difícil, pero esas mont<.111as y lugares elevados se
pueden transformar en oportur1iclacles y ocasiones para ex-
perimentar la fuerza de Dios y perseverar en última instan·-
cia para prevalecer por gracia, como lo suplicamos con "Ul!A 111\N J\DVII\TIIlU que he dedicado este libro a mi

humildad, como lo esperamos con humildad, y como nos é hijo Chacl. Chad tiene doce Mios y para su padre es
regocijamos en humi.ldad. fuente de profundo gozo cuando lo veo que ama al Salva-
dor, que honra a su padre y a su madre, que se preocupa
por sus hermanas y sobrinos y que sirve en la iglesia C:ovc-
nant Ldc. Al igual que mis hi¡as ya casadas, rni hijo es un
Notas deleite para rni corazon y mi vida.
.l. D. A. C::arson, How Long, O Lord' (Crand RapHis, MI.: Baker,
Aunque Chacl es hurnilclc en formas en que yo no lo era
1991), 16, 9.
a su edad, también tiene en su vicia bolsas de orgullo. Su-
2. Jonathan Edward.s, Thc Works oUonathan Eclwards (New Haven,
CT: Yak: Univcrsity Prcss, 1997), 32.1. pongo que era inevitable al tenerme a mí por padre. Y dcs-
3. Carson, How Long, 191. pm's ele predicar el evangelio a mi hijo, nada me ha
resu ltaclo más fundamental que enseüarle la importancia y
promesa de la humildad. Pocas veces estamos juntos sin
que esto forme parte ele nuestra conversación. Para mí es
un tema prioritario.

154
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA U N LE G A DO DE G ¡, ,\ N U 1' Z A

Con frecuencia, cuando estoy con Chad, pienso acerca ¿Recuerdan a Santiago y a juan7 Podría sorprenderles
del futuro cuando ya no estaré con éL Lo más probable es darse cuenta de que la madre estuvo con ellos para asegu-
que yo muera antes que él, e incluso ahora, cuando pienso rarse de que sus muchachos estarían un día sentados a la
acerca de ese momento ele partida y separación, se me lle- derecha y a la izquierda de Jesús en su gloria. Marcos no
nan de lágrimas los ojos hasta el punto que casi no veo la menciona a la madre en su relato, pero Mateo habla de ella
pantalla ele mi computador Pero quiero preparar a Chacl en su evangelio. No solo animó a sus hijos para que le lli-

para el tiempo en que ya no estaré aquí para conversar con cieran esta petición al Salvador, sino que llegó ante Jesús,
se postró delante de él (¿no les hubiera encantado haber es-
él ele esos temas. Y lo que es nüs importante, deseo prepa-
tado ahí para verlo?) y le imploró, «Ordena que en tu reino
rarlo para el último día, en que los dos estaremos ante la
uno de estos dos hijos míos se siemc a tu dered1a y el otro a
presencia de Cristo.
tu izquierda» (Mateo 20:21). Tenía ambiciones para sus
hijos.

PREPARARSE PARA ESE DÍA


Según mi entender, lo fundamental en la paternidad es la
NtlESTRAS AMBlCIONES PARA NUESTROS HIJOS
preparación. Preparación para el futuro de nuestros hijos
Si son padres, les pido que examinen con cuidado la in-
y preparación para el día del juicio l"inal que se va acercan-
fluencia que tienen en sus hijos y su responsabilidad res-
do con celeridad. Si son padres o madres, déjenmc pre-
pecto a ellos. ¿Qm' arnbicionan para ellos? Casi todos los
guntar: ¿Cómo va la preparación? ¿Qué plan tienen para
padres ambicionan algo para sus hijos, pero ¿cuántos tie-
preparar a sus hijos?¿ Cuál es el contenido y las metas de su
nen ambiciones para sus hijos que son bíblicas?
preparación? ¿Qué clase ele legado dejarán a su hijo o hija7
¿Incluye lo que ambicionan para su hijo o hija una cier-
¿Han pensado mucho en esto? Deberían haberlo hecho.
ta vocación o un cierto nivd ele educación? ¿Graduarse de
Para que la humildad esté siempre presente en nuestras una universidad? ¿Reconocimiento profesional o deporti-
familias e iglesias, la deben cultivar los padres y los pasto- vo o artístico? De ser así, quisiera hacer la pregunta si-
res y transmitirla a nuestras familias e iglesias. Por esto creo guiente: ¿Alguna de estas ambiciones armonizan con la
que resulta muy apropiado que reflexionemos acerca de verdadera grandeza tal como la define la Escritura?
este tema antes de que demos por terminado nuestro Y he aquí una pregunta más importante: ¿Alguna de las
tiempo juntos. ambiciones que tienen para su hijo o hija son más

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HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA lJ N L E l; A D O ]) E e; R A N lJ E Z A

importantes para ustedes que el cultivo de su humildad y nuestras vidas que se suele demo5trar sirviendo a otros
espíritu ele servicio, que es la base para la verdadera gran- para la gloria de Dios.
deza según se define en la Biblia? ¿Alguna de estas ambicio- La enseñanza eficaz, ele hecho, implica explicar a nues-
nes son más importantes para ustedes que el que aprendan lros hijos lo que ya ban visto en nuestras vidas a modo de
a servir a otros para la gloria ele Dios7 En otras palabras,
ejemplo. Ntmca deberíamos divorciar la instrucción bíbli··
¿están más interesados en el reconocimiento temporal para
ca del ejemplo personal.
su hijo o hija que en su recompensa eterna7
Si quieren ambicionar esto para sus hijos, o sea, la ver-
En última instancia, la paternidad tiene que ver sobre
dadera grandeza a los ojos de Dios, deben comenzar con el
todo con preparar a nuestros hijos para el último día. Toda
examen de su propia vida para preguntarse, ¿Soy para mis
la labor paterna y materna debe ser en última instancia ir
hijos ejemplo de verdadera grandeza corno se d(flne en la
preparando al hijo o a la hija para ese dia en que se encon-
Escritura?
trarán delante ele Cristo para rendirle cuentas.

DEFINIR LA VERDADEI~A GRANDEZA


SER EJEMPLO PARA NUESTROS lUJOS
PARA N1.JESTROS HT)OS
Como padre pecador, igual a los demás, quisiera analizar
E:n segundo lugar, tambk·n tenemos que df:finir con clari-
con ustedes lo que puede significar adoptar la verdadera
grandeza como lo que arnbicionarnos para nuestros hijos.
dad para nuestros hijos la verdadera grandeza. ¿Entienden
nuestros hijos la definición bíblica de verdadera grandeza
Para ayudar a que nuestros hijos lleguen a ser verdadera-
tal como Jesús la explica en Marcos lO y t:al corno vemos
mente graneles a los ojos de Dios, he aquí algunas reco-
que se enscfla en otros pasajes bíblicos?
mendaciones, no una lista exhaustiva, pero que espero que
les parezcan útiles. El siguiente sería un valioso ejercicio que se puede reali-

Primero y por encima de tocio, los padres han ele ser un zar: Pidan a sus hijos que les digan qué significa la vercla ..
ejemplo de grandeza para sus hijos. Ser modelos es antes dera grandeza. En esta interacción con ellos, descubrirán si
que enseñar. No podemos enseñar o capacitar a nuestros tienen una idea bíblica de la grandeza, y ele no ser así, de-
hijos si no les ofrecemos un patrón o modelo que puedan bería explicársela. Deben enseñarles que grandeza no
seguir. No quiero decir ser ejemplo intachable; no se trata equivale a éxito, o talento, o capacidad o poder o aplauso.
de perfección. Hablo tan solo de la presencia ele la gracia en Equivale a espíritu de servicio. Y equivale a humildad.

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HU \1 1 Ul ,\ D: C RA 1\: DE Z A \'F R D ;\ D 1' R A UN LEC,\Dl' DE GRANDEZA

He aquí algo acerca de lo cual se puede reflexionar: ¿Có- Alabo y estimulo a mi hijo por sus logros académicos u t n >
mo respondería su hijo o hija si otro adulto les preguntara, feos deportivos, pero lo que l·estejamos de verdad en 1111

«¿A quién admiran más sus padres y por qué?>> Si no csLán casa es solo cuando se da una demostración de humildad,
seguros de la rcspucsl<t, háganles la misma pregunta a sus espíritu de servicio o carácter rehgioso.
hiJOS. ¿Qué los apasiona más para sus hijos? ¿Qué festejan en
sus hijos"? ¿Cuándo son objeto de su alabanza y celebración
públic;:¡s7 Asegurémonos de que esta alabanza y celebra-
ENSENAR A NUESTROS HIJOS A ADMIFU\I< LA ción tengan base teológica. Asegurémonos de que estamos
VERDADEI<A c;RANDEZA realzando lo que en verdad importa a los ojos de Dios. Ase-
En tercer lugar, debemos ense11ar a.nucstros hijos a discer- gurémonos ele reservar la verdadera celebración para lo
nir y adm.irar la verdadera grandeza. Esta es otra pregunta que es genuinamente grande a los ojos de Dios.
pam sus hijos: <<¿A quién admiráis más y por crue» La res-
puesta que les clen sugerirá nmcl·w.
Nuestra cultura exalta a quienes desde luego no son ¿H(~ROES DEPORTIVOS?
graneles a los ojos ele Dios. Y hasta cieno punto nuestros Tomemos los deportes, por ejemplo. Quisiera que recor-
hijos no pueden aislarse ele la influencia del rnundo. Pero, daran que me gustan todos los deportes. Durante toda mi
¿saben ver rnás allá de la publicidad exagerada? rSabcn vida he practicado deportes exigentes, de modo que no es
apanar su atención de estos rabos h(:roes para admirar en como si yo fuera un necio incoherente que est<1 aprove-
su lugar a los que son vcrdaclcrarncnte grandes scgün In chando una oportunidad para expresar su profundo resen-
clcl"inc la 1\iblúl timiento hacia quienes son atléticamcnte superiores. No se
Podría referirme a las innumerables formas en que trata de esto.
nuestra cultura adula y ensalza a quienes no lo merecen, en Se trata ele lo siguiente: En ningún otro lugar en nuestra
especial en la Gltcgorb general de cspccLáculos, que inclu- cultura se menciona con más frecuencia la palabra grande
ye a actores, atletas y m lisicos profesionales. ¿E;sUn sus hi- que en el contexto de los deportes profesionales. Si viéra-
jos conform~'\ndose ele manera lenta y sutil a este mundo en mos por Lclevisión algún juego este fin ele semana y escu-
cuanto a su admiración y emulación de estos personajes? cháramos a los comentaristas, entonces es probable que
He aquí una recomendación. Si son padres, no alaben oiríamos repetir en toda la transmisión, como un mantra,
más que lo que alaban el carácter religioso ele sus hijos. la palabra grande: grande, grande, grande. Pero podría ser

160 161
UN I.rc"\ ¡·,o ll 1' ,, IU.I·II> 1
HUMILDAD. GRANDEZA VERDADERA

muy bien que en ninguna parte de nuestra cultura resulte «¡No aplaudan''>- Esto no es lo que trato de dcctr i\¡)Ltild')
más evidente la ausencia ele verdadera grandeza que en los y mis hijos aplauden, pero también trato de impartir
depones profesi.onales. Tengamos, pues, cuidado de no fo- cliscerni miento.
mentar en nuestros hijos una admiración excesiva por los
ele portistas profesionales o universitarios.
No me opongo, claro está., a los deportes profesionales. HONRARA LOS PADRES
Toda 111i vida he sido seguidor ele Jos Pieles Rojas de Wa- ¿A quién admiran más sus hijos? ¿Quién dirían que es ver-
shington, y estoy contentísimo de que haya regresado el dackramente grande? ¿De quién hablan con más vehemen-
haseball a mi ciudad natal Cl)n el equipo W<tshington Na- cia, con mayor frecuencia? ¿De quién se muestran más
Lionals. Pero me gusta pensar que soy un alicionado con entusiastas? ¿Un actor, un músico? ¿Un deportista? ¿Un
criterio. Cuando mis hijos y yo tenemos la ocasión de ver personaje político?
jwnos deportes profesionales, trato de ensei1arlcs a discer- ¿No sería preferible alguien en su iglesia? La iglesia local
nir. Nunca veo unjuego en ronna pasiva (creo que nunca está llena de personas verdaderamente graneles. Todos los
hago nada con pasividad). Nunca rne limito a observar. No domingos en la iglesia local hay un verdadero despliegue
solo tengo siempre listo el control remoLo para cambiar de de verdadera grandeza en aquellos que sirven con fidelidad
canal cuando comienzan con anuncios, sino que cuando a a otros para la gloria de Dios. Enseñemos a nuestros hijos a
alguien lo llaman «grande, fantástico'' por una jugada ex-·
discernir y admirar ahí a la verdadera grandeza. No nos li-
celentc, trato de aprovechar esa oportunidad para decir,
mitemos a asistir en rorma pasiva al culto dominical; pre··
«Bueno, hijo, ¿es esta la verdadera grandeza que se define
paremos a nuestros hijos para acudir al mismo y
en la Biblia? ¿Crees que Dios se siente especialmente im··
ensefit~mosles a achnirar a hombres y mujeres a su alrede-
prcsion;1do wn esa jugada?,>
dor que son en verdad graneles.
¿Alguna vez se han preguntado qué piensa Dios cuando
Después del servicio dominical, hablemos con ellos
ve todas esas celebraciones ele una supuesta grandeza en
acerca ele los ejemplos que han visto. Es un buen tema de
los deportes prol"esionales? Una cosa les puedo decir con
toda certeza: No se impresiona. De sentir algo, sería al1ic- conversación para el almuerzo del domingo, mucho mejor

ciém por la exageración en la celebración. que lo serían sutiles críticas del estilo y contenido del ser-

Esto no quiere decir que sea malo aplaudir, que habría món o ele los cánticos, o críticas del aspecto o comporta-

que estar viendo el juego en silencio y decirles a los hijos, miento de las personas que asistieron al mismo.

162 163
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA UN L E e; A D (1 L1 l (, R ,~ N D E Z A

Y hay todavía un lugar más cercano en donde buscar la También les recordaría a sus hijos lo siguiente: «Con

grandeza. Si pudiera hablar en privado con sus hijos, esto toda probabilidad, un día estarán ante el ataúd que contie-

es lo que querría decirles. Les diría, 1<Sc han dado cuenta ne el cuerpo sin vida de su padre o ele su madre. Ese cita lle-

de que bajo el mismo techo vive con ustedes la verdadera gará, es inevitable, ineludible. Y ese día sentirán un
profundo dolor, como es natural, el dolor es religioso, y el
grandeza? La verdadera grandeza csLcí ahi bajo la forma ele
dolor es un don. Pero algo que no quisiera que experimen-
su papá y de su mamá que los están sirviendcn>.
taran ese día es arrepentimiento, pesar por no haber sabido
Les diría, «Sus padres les han servido con desprendi-
honrarlos, conscientes ele que ahora y;:¡ es clemJsiado tarde.
miento y sin descanso, y por esto son grandes a los ojos ele
«Escuchen, pues, estén al tanto y no sean tontos. Hon-
Dios ¿Son grandes a los ojos de ustedes/ Quizá admiren a
ren la verdadera grandeza. Honren a su padre y a su madre.
un ckponista o cantante estrella, pero esa persona no ocu-
Establezcan corno ambición propia que, a partir de este
pa un lugar mús elevado que sus padres en la lista ele
mornento y hasta el instante en que se encontrarán ante su
personajes famosos de Dios».
cuerpo sin vida, les expresarán su amor y aprecio en
Les diría a los hijos en todas partes que su entusiasmo muchas formas creativas».
por sus padres debería superar con mucho su entusiasmo Y luego esta pregunta: «¿Saben ya sus padres que los
por ninguna otra persona. A nadie deberían admirar o res- aman y respetan rnucho7 <;Les han oído expresarlo? Si no,
pelar más. Porque estoy seguro de que en la mayor parte de pidan a Dios que les perdone su arrogancia. Examinen el
los casos, sus padres en diferentes formas son verdadera- corazón y recib;m su perdón y cambio, por la gracia, ahora
mente grandes a los ojos de Dios porque sirven a olros para mismo Honren a sus padres, y sientan el agrado de Dios».
la gloria suya, no solo en la casa sino también en la iglesia. Esto es lo que les diría. Pero como no estoy al·1í para ha-
Ahí es donde se puede encontrar una y otra vez la verdade- cerlo, si sus hijos necesitan oír estas cosas, ¿por qué no se
ra grandeza. las dicen?
El mandamiento bíblico de honrar padre y madre es, en
esencia, un mandamiento de reconocer la verdadera gran-
deza. Es un mandamiento con una promesa, y es un man- ENSEÑAR A NUESTROS HijOS A SERVIR
damiento sabio, porque honrar a los padres es reconocer la Mi última sugerencia a los padres es que enseflen de mane-
verdadera grandeza. Por esto hacen muy bien los hijos en ra consciente a sus hijos a servir, y siempre que sea posible,
obedecerlo. sirvan en la iglesia con sus hijos.

164 165
HIJMTLDAD. c;RANDElA VERD:\Dl'Ri\

El proposito más elevado de su ramilia es servir a la igle-


sia locaL Es cierto que una de las r<lzones ele por qué existe
la iglcsb local es para formar a su ramilia, pero este no es el
proposito final; por otro lado, el propósito final de su rami--
lia es servir en el contexto de la iglesia local para la gloria de
Dios. La iglesia es la ramilia de Dios, y ustedes tienen el pri-
UNA ÚLTIMA
vilegio de servir en la iglesia no solo como adultos sino
también con sus hijos.
PALABRA
l\1r ello, si todavía no están sirviendo de alguna forma
en su iglesia, deben procmar hacerlo y desearlo. E inclu-
van a sus t1IJOS lo antes posible en servir con ustedes en
ella.
Por üilirno, si son padres, tengan la seguridad de que la
·e permiten pasar unos mom.cntos finales con us-
paternidad es algo a lo que Dios los ha llamado y que les ha
.lteclcs? Prometo que no toman~ mucho tiempo.
dado en forma personal a sus hijos tanto para el bien de
Antes de que nos separemos, debo recordar una vez nüs
ellos umw para la santi!icación propia. Son clones de Dios,
lo que es más importante. Debo recordar al Salvador.
y llcg:1n cnn toda la gracia que ustedes necesitan para pre-
Como sabernos, solo Uno en toda la historia ha obedeci-
parar] us para su futuro, y en parlintb r para e 1 día en que se
do en forma total y pcrl'ccta lo que dice lsaías 66:2. ¡Solo
pn'scntar;'ul nm ellos ante Cristo. i_Quc pueden l1acer huy
Uno! ¡Solo é~l! Y lo hizo por nosotros, como nuestro repre-
petra LJUl' en CSL' clía ustedes y sus hj¡us puedan escuchar las
sentante y en última instancia, con1o nuestro sustituto, mu--
¡xllahr,1s << 1.\iL'll hecho»?
riendo en la cruz por los pecadores como nosotros. Solo
Uno. Y ¡solo éJI Solo Jesucristo fue siempre humilde y mm-
ca orgulloso, y lo sigue siendo, y siempre lo será.
Pablo conmemora a este ser lJnico cuando escribe:

Siendo por naturaleza Dios, [Cristol no consideró el ser


igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se
rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza ele siervo

166
HUMILDAD GRANDEZA VERDADERA UNA ÚLTIMA PALABRA

y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al mani- incluyendo la confesión de nuestros pecados, y decimos la
festarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo verdad en lugar de prestar oído a nosotros mismos.
obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz' Por eso Digámoslc que queremos declarar la guerra al orgullo
Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que en nuestra vida, que queremos declarar la guerra a esta ten-
está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús dencia activa, diaria, a vernos como suficientes por noso-
se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tros mismos, a este deseo de vivir con independencia de él
tierra, y toda lengua conl'iese que Jesucristo es el Sel1or, cuando en verdad dependemos totalmente de él por cada
para gloria ele Dios Padre (Filipenses 2:6-1 1). hálito. ¡Anunciemos y declaremos con gozo nuestra de--
pendencia! Confesemos esto con humildad y repetidas ve-
¡Solo él, todo por nosotros y por todos nuestros pecados' ces por el resto de nuestra vida: «Dependo de ti. ¡no me
Eso, amigos mios, es gracia asombrosa, ¡sencillamente basto a mí mismo! Y confío en la obra de tu Hijo por mí y
asombrosa! en la obra de tu Espíritu dentro de mi».
Y debido a él ahora podemos conocer perdón de peca- «El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá per-
dos y li.bertad del temor de ira futura. Porque « se humilló feccionando hasta e1 día ele Cristo jesús» (Filipenses 1:6).
a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte ¡El Se11or ha comenzado una obra en nuestras vidas para
ele cruz!>>, podemos ahora ser reconciliados con Dios y co- debilitar el orgullo y fortalecer la humildad' Y queremos
nocerlo como Padre y ya no como .Juez, y solo por causa de utilizar todos los medios de la gracia para acelerar este pro-
esta humildad perfecta y sacrificio perfecto en la cruz por ceso santificador en nuestros corazones y vidas ele modo
nuestro orgullo. que podamos ser aquellos a los que él mira, de modo que
Por esto, si al leer este libro se han sentido en algún podamos agradarte.
modo culpables de orgullo, o de no humillarse o de no glo- En última instancia, no puede darse una expansión
rificar a Dios, tomemos tiempo ahora para acudir a la cruz. efectiva de nuestra misión y ministerio en nuestra vida,
Acudamos de inmediato a la cruz para recibir perdón por ningún cumplimiento del propósito específico al que nos
este pecado ele orgullo que Dios odia. ha llamado, sin que baya cultivo ele la humildad en nuestro
Confesemos ele manera concreta a Aquel al que hemos corazón y el debilitamiento del orgullo en nuestra vida.
ofendido. Y recibamos perdón del Padre que nos ama. Pidamos, pues, su protección, de manera que, a partir
Démosle gracias de que nos haya dado los medios y ma- de este momento, prestemos más atención, no menos, a la
neras de debilitar el orgullo y de cultivar la humildad, presencia del orgullo y a la promesa ele humildad, ele

168 169
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA

manera que, sea cual fuera el nivel de madurez alcanzado,


no quedemos más vulnerables al orgullo o al supuesto de CóMO DEBILITAR EL ORGlJLLO
que nuestro crecimiento espiritual y nuestro ministerio se
han logrado con nuestro propio esfuerzo o dones. Y CULTIVAR LA HUMILDAI)
Reconozcamos ante él, «Señor, sé que mi vida y mi mi-
nisterio son pobres. Sé que los logros alcanzados no se de- Listrl de sugerencias
ben a mis propias fuerzas o dones, sino que ¡todos se
deben a tu asombrosa gracia! Tú eres el Único responsable
por estos espléndidos cambios, y Le doy toda la gloria». De SIEMPRI:
esta forma, transferimos toda la gloria a él y experimenta- L. iRcllcxionar acerca ele lo maravilloso de b cruz de
mos la promesa y los deleites de la humildad. Cristo

AL COMENZAR CADA DIA:


2. Comenzar el día reconociendo nuestra dependencia
de Dios y la necesiclacl que tenemos de e:~l
3. Comenzar el día expresando gratitud a Dios.
'f. Practicar las disciplinas espirituales: oración, estudio
de la Palabra de Dios, ador~tción. lbccrlo de forrna
consistente cada día y al finalizar el día, de ser posi-
ble.
5. Aprovechar el tiempo que toma desplazarse al trahaj(J
1

para memorizar y meditar acerca ele la Escritura


6. Dejar nuestras preocupaciones en sus manos, porque
él cuida de nosotros.

AL. FlNAL.lZAR CADA DÍA:


7. Al terminar el día, ceder toda la gloria a Dios.

170 171
HUMILDAD: GRANDEZA VERDADERA

8. Antes de acostarse, recibir el don del sueüo de parte


de Dios y reconocer el propósito que tiene para nues-
tro sueno.

PUNTOS ESPECIALES EN LOS QUE CENTRARSE':


AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
9. Estudiar los atributos de Dios.
1O. EstuJiar las doctrinas de la gracia.
L J. Estudiar la doctrina del pecado.
12. Jugar golf lo más posible.
U. I\cír con frecuencia, y reírse a menudo de uno mis-
m o. Donjacobson, por el privilegio y la oportunidad de
escribir este libro.
f( lDl lS L()S DÍAS Y SEMANAS: A Doung Gahbcrt, por su prolúndo interés por este li-
14. Identificar evidencias de gracia en otros. bro, y Sll aliento en todos los intercambios por email.
1'5. Animar y servir a otros todos los días. A Thmnas Womack, por primero convertir mis mensa-
lb. lnvit;Jr a que nos corrijan y buscarlo. jes en un manuscrito de modo que pudiera comenzar este
17. Responder con humildad ante las pruebas.
libro. Tu habilidad editorial excepcional está presente en
cada página. Ha sido un privilegio especial escribir este li-
bro contigo, amigo mío, y sin tu ayuda este libro no existi-
ría. Y sobre tocio, gracias por tu ejemplo de humildad, y tu
deseo de servirme.
A)oshua Harris, por su ayuda invaluable en la revisión
de todo el libro, en mejorar la sección intermedia, y en pro-
porcionar la ilustración con la que comienza el libro. Me he
sentido muy l1onrado de que escribieras el prd~tcio del li-
bro. Eres y serás siempre mi pastor principal Cavorito.
A Bob Kau11in, Jdf Purswell, justin Taylor y Steve Whi-
tacre, por todo vuestro tiempo, revisiones y aliento.

172
IIUM!LDAD· GRANDEZA VERDADERA

Gracias por interesaros por este libro y por mi alma. No


tengo palabras suficientes para daros las gracias.
A toda la Iglesia Covenant Life y Ministerios de Gracia
Soberana, por vuestro ejemplo de humildad y espíritu de
servicio y por vuestra amistad y apoyo en oración. Es un
honor y gL)ZO indescriptibles servir al Salvador con voso-
tros.
A Kcnncth Maresco, Boh Kaullin, Gary Ricucci, John
Loltness y Grant Layrnan, por vuestra preocupación pasto-
ral y por la rorma en que sois eJemplo del título y conteni-
do de este libro.
A Nora Earles, quien sigue siendo la mejor secretaria ele!
mundo.
A Stcvc y Nicole, Brian y Kristin, Mike y Jancllc. No
pas~t un solo dia en que no se me llene el corazón de gozo al
ver vuestro arnor por el evangelio, vuestro arnor como es-
posos, y vuestro amor por vuestros hijos.
A mi esposa, Carolyn. Eres el ejemplo nüs convincente
de lsaías 66:2 que yo conozca, y, aparte del Salvador, no
hay otra persona a la que amt' rn:'ts que a ti.

174
Nos agradnriÍ7 recibir noticia:> suyas.
Por fiwol~ enp(c sus conwntarios sobre este' 1i/.lro
a la dirccci,)¡¡ que aparece a continuaci6n.
Muchas gracias.

Editorial Vida
7500 NW 25th Street1 Suite 239
Miami 1 Florida 33122

Vida@zondervan. com
www. edito ría lvida. e o m

Digitalizado por
Jorgemen: jorgemen7@gmail.com

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