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BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA » (Dirigida por José M. Gondra) e ye OMAR FRANGA-TARRAGO ETICA PARA PSICOLOGOS Introducci6n a la Psicoética Ys nA GE : L cone + Stay Sn Racmen, BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA : esis Stanmore pene Ee £0- AGRESTON CAUSAS,CONSECUENCIAS ¥ CONTRO. por nar eon DESCLEE DE BROUWER IPHI=Eien PKA PREOLOGOS BAIRODUCCIN A LA PSICOETICN me Os Pr oar a ee Bee “wongorg £ jeuorseyo1d ong ap somanre sososoumu ap 7661 ‘OapIAsuOW “«ppUo}sesoud POI DJ P ugloonpouuy> o3gyy [ep Jom “KenSTUp) op voT|OIeD PePISIOATUN BI >P upfoeonpy A eyBojoorsg op perfnoel vf we BINZOdISA BP JOseJord BORE Uo operouaory] & eurorpoyy uo Iq.-oKenSnm so (Ec6T) 9FeME~eSMERT FeO Se eee eee voupip seueyig supisaxdury orsodu100010.1 s7e3e7] ousodacy S-R0T1-O€€-+8 ‘NAST nds wi panwig OVATE 6008F - 9 ‘oRUay, 9661 “W'S UAMNOUE AG ag Dsdd TvRMOLidg & “ aquel grupo humano que se caracteriza por:(tener un cuerpo coherent 1 su «ethos» El término “profesional” proviene del latin “professio" que tiene rafces comunes con “confessus” y ‘“professus”. Confessus, significa confesar en Alto, proclamar o prometer piblicamente. Professio, indica confesi6n puiblica, promesa o consagracién. En la edad Media, el término “professio” se aplica- a especificamente a la consagracién religiosa monéstica, es decir al hecho de que alguien ingresara a la vida religiosa mediante ua compromiso piblico, Posteriormente, pas6 a ser usado también en las lenguas.romances donde, lentamente, 1a palabra “profesion” empez6 a usarse para definir a las perso- nas qe ejercen determinada actividad humana con dedicacién y consagra- cign total; como es el caso de las llamadas “profesiones liberales”. ‘Modernamente los socidlogos coinciden en definir como “profe: ‘conocimientos especificos que use una teorfa unificadora aceptada amy mente por sus miembros; que les permite poser capacidades y téenicas p _ culares basadas en esos conocimientos; haciéndolos acreedores de un prestigio social reconocido; generando asi xpectativas explicitas de confia- pilidad moral; que se expresan en un Cédigo de Etica, | ‘En ese sentido, puede decirse que el “ethos” de una profesién como la del psicélogot es el conjunto de aquellas actitudes, normas éticas espectfic Inaneras de juzgar las conduetas morales, que la caracterizan como g ————— 1 GRACIA, D, Findamentos de Biodtica, Madrid: Ba Eudema, Madrid 1989, 57 2, HARING, Moral y medicina, Madrid: PS, 1977. BAS OUIOD O UPTIBIOOSY ‘OrSa]O>) OsoUIETT oe x jsquef10 un e Ow A pepe!dos ve] ap oUnfuoD Te aoouaLed onl cso 9 ibs sp Seansfod esp soem nb aqteagyal reropisuoo { sisypue [a wa vAnoodszad op orqureo un sedope ‘sand ‘woxtusis vorBojoois wyFojouoagl ap ou K sonpoatsa oP w1aeH eongooisd P| ap aued od upnroyes dp otafgo wor sowedse sogure XK UoIoR[aT BYIP ua soyparap £ saxaqgap soAnoadsar sus oun a [Po los of ‘avo. fo uprqun‘oBmquHD ws TeUOIsajoud fo :09!D -Bja1 ¥] ap ojod un ap aims anb e] s2 uoFKoyoy vf vied edope os a vanoadssad ey anb vordurt ‘raqap [op wlouata OUD ‘eIFo]OWOP PT “rivacidads 4. actuacién terapéutica con responsabilidad; 5. ipulaciéa (en Is transacciones de tipo econdmico; en la experimenta- cidn; en el abuso sexual; en a propaganda y difusin engaiiosa que se haga en los medios de comunicacién social; en'la ensefianza de la psicologfa): 6, relacién humanizadora y onesta entre colegas; 8, mecanismos de solucién ética a problemas especifico. ‘Si se trata de una relaci6n dual, de alguna manera, los miembros de la sociedad deben par- ticipar en la conformacidn de los eriterios éticos que han dé llevarsé a cabo en Ia relaciGn sna, En consecuencia, redaccin de los céigoséti conereta los represent suarios” deberian estar de alguna ‘manera presentes. nica pana rscooaos oar 4, discriminativa: diferencia los actos Iicitos de los ilfcitos; los que estén de acuerdo con Ia ética profesional y los que no lo estén. 5. metodolégica y Valorativa: da cauces para las decisiones éticas con- cretas y permite, valorar determinadas circunstancias especificamente previstas por los cédigos. 6. coereitiva: establece cauces para el control social de las conducias negativas desde un punto de vista ético” 7. protectiva: protege a la profesién de las amenazas que la sociedad puede ejercer sobre ella. Aunque los Cédigos de Btica son un instrumento educativo de la concien- cia ética del profesional, adolecen, con frecuencia, de importantes limitacio- nes. 1°, Pueden inducir a pensar que la responsabilidad moral del profesional 2a Reprmenda vo dacunndo fay una eas insondct als en por igoraniay, an cuando las consectencias dela acion tu omisn ayn sido Fs el pielogo debra hero sabi, Puede incr a resrpen de gue el pot tal implicad dba ecu supervision, examen, picotrapia,o alg tipo de ora permanente. 2-D.Cenmra’en caso de que haya abido conduct dle y persscn'= fon riesgo de eaunr at sstncal al cient al police, a cuando ese dato nose haya caadoo bays sido pequeo, Nivel 3: Cuando las conductas han provocado claro dao en teceroty el ptclo manifesta scenes gardntas de que va tomar las meas adecuadas de vac 1 fcuro. En este ato Colegio pode sencinar con 9-4 Rennie especivade 0 midi existe un cotnua onl incon prodtora del dato esp CX pico o ena pofesion;euando xy mosvacion diosa a cambio o ds por la condctaesesonada, Puede inlir una clas de “no poder spear logy (professional Stnadards and Cases). New York: Random House, 1985, “oyosoos un o vsautord wun ou 0 awpren ap oypay Te o1sadsax woo sto9p sowlepod ourstur O7| ,seuosiad se] ap eyemouoiny ey xeedsey,, 2p soqap 9 anb ‘ou o ajdumo es op ~upno saqes ap [RJ SFUT OM S9 PePIeA BT Joep Bp Jaqop 19 OPHUAS 280 ug ‘sordioutad soy ap 12 anb 10Keur oyonut s2 oprueiuoa ns osad ‘sopeuiog “eiouCUI UUOID TO “MOS SEULION SE] UIGUIRL, “soUTaTepuNgE ofeqe spux onb sey aigos ‘peprTefauaprjuns ap & ‘sesouiord o sopranoe So © PEPHEPY ap ‘PEPIIRIAA op EI :SeIUOTID So UO UQTOETer UP uo svoispq sean seuLIoM san eq euorseyord wonoyad vl wa anb Sour -20x) sTemnonsed Jojoemeo ap 0 [eIuauTEpUNY JoI9BeO ap 188 Uapand Seo Je0ey OEP :.¢ . ____ ‘S019fA19s sns axembax anb euoszod epeurur -xor0p Bun epueurap af anb ‘Temund ¢ peroxed “wroroU0> peprseoou ¥ “pepatsos x] opeputig vy a] anb souarums0u09 soy woo ‘ow o apuodsar apond jetorsayord ono zambpeno o ‘Tet90s Jopeotunuios Jo ‘oorpeut [2 “qe1oos sopefeqen Jo ‘oZoygo1sd \Jo ‘opeBoge |_{ “Sauer[o sns ap epnke ‘op sepuvurap se] B uapuodser opueno ‘sofeuorsayosd soj ap sauors -eysaud se] ap epodeur v] v apuodsarioo anb [a sa [ATU aysq{ “seuBUIN Sopepissoau SepRUTUEISIOP TeUOISNIOS B OpARPRAE UOIg To JOeT| OGaP CZ bye “TOMER x vjoonootsr 130 TWNEBEOE 7S % 28 BL PROFESIONAL DEL PICOLOAIA st sETHOSe En el caso de la préctica psicolégica, un paternalismo débil serfa la actitud del psicélogo que considera que las personas no estin en condiciones de deci- ‘dir Sobre las posibilidades que estiman adecuadas con respecto al tipo de intervencién psicolégica que se le va aplicar y, en consecuencia, no brinda informacién sobre el procedimiento o camino terapéutico que seguir; 0 brin- da una informaci6n sofisticada de manera que la persona, de hecho, no entiende y se ve condicionada a confiar-ciegamente.en lo que le dice el psicé- Jogo. Un patenalismo fuerte seria aplicar técnicas de coridicionamiento (con- Guctistas) en contra de la voluntad de la persona con la inteneién de hacerle un bien (por ejemplo, para “liberarlo” de la pertenencia a una secta o de ser travesti), Parecerfa que, en los casos de paternalismo “débil” como los recién aludi- dos en que se duda que el paciente esté actuando aut6nomamente, estaria jus- tificada moralmente la actitud destinada a impedir que la persona se daiie a si misma de forma severa, penosa o irreversible. Los casos de paternalismo débil son féciles de justificar, puesto que la decisién de beneficiar a la perso- ‘na no atenta contra su autonomfa, sino que busca protegerla de la irracionali- dad no auténoma. Se podria decir que el paternalismo débil, en realidad, no violaria la autonomia de la persona, puesto que se tratarfa de situaciones en Jas que hay ausencia de autonomia. Si se tiene en cuenta Io dicho antes, se puede ver que todo el razonamiento que hemos seguido hasta ahora va encaminado a mostrar que el deber de hacer el bien por parte del psic6logo puede entrar en conflicto, en algunas ocasiones, con el concepto de bien que tiene la persona. Pero debe recordarse siempre —tal como lo afirma J.L.Pinillos~ que: “La obligacién moral del psic6logo es poner al sujeto en lugar de decidir por sf mismo. Este es el clemento justficativo de la intervencién psicologica, Inter ‘venir en un sujeto para hacerle duefio de si, para que sea él quien en plenitud de facultades, pueda decidir por sf mismo que es 1o que quiere hacer, si efectiva. mente luchar contra las estructuras 0 acomodarse a ellas. Creo que esta es una logitimacién ética del esmero que hay que poner en el c6digo...”* El problema surge cuando el psicélogo tiene que juzgar en las situacio- nes limites, es decir, en aquellas en las que no es claro si el sujeto esté efectivamente decidiendo por sf mismo —con conciencia y libertad~ si se va a suicidar, si va a matar a otros, o si va a seguir abusando sexualmente de su hijo o explotando a un anciano, Estos problemas los analizarémos con mayor detalle mas adelante en este texto, pero queremos sefialar aqui, gue el deber de hacer el bien que hemos formulado por medio del Princi- pio de Beneficencia, es algo que involucra al psicologo también en aque- 15. Algunas reflexiones sobre problemas deontoldgicos Papeles del Psicdlogo (Madsid) 13 (1987) 16 MICA PARA PIcoLOG0S 29 tlas situaciones en que su puesta en préctica, puede violentar la voluntad ma. #0 condiciones normales el deber de bedeficencia dl psic6logo, consisie en ayudar con humildad.y con los medios técnicos a su disposicién, a que la ersona recupere 0 mantenga su autonomfa, su conciencia y su capacidad de Vivir arménicamente con los demés. Pero hay circunstancias en que no hay ‘més remedio que violentar la “expresién de 1a decisién” de otra persona. Obsérvese que no decimos que se violenta la autonomia de otra persona (por- aque ésta puede estar temporalmente ausente) sino la “expresién de la dec:- sidn”, que no siempre corresponde a una decisién aut6noma y libre. Es del psicdlogo distinguir una situacién de la otra, tal como lo Veremos c ‘ratemos de forma explicita el tema del Consentimiento valido. : Para concluir podemos decir ~inspirndonos en una formulacién acufiada por THOMSON" que el deber 0 la obligacisin’ del psicslogo consistiria en ser un “minimo samaritano” en aquellas’ocasiones en que la expresidn de la decisién de la persona entra en conflicto con la idea de bien que el psiedlozo posee como integrante de la comunidad de interaccién comunicativa””. Y que debe ser un “buen samaritano” cuando ~en condiciones normales~ su esfues- zo va encaminado a ser un medio para que el sujeto conserve 0 recupere si conciencia, autonomfa y comunitariedad ética. 2. El principio de autonomia La capacidad de darse a sf mismo la ley, era'el concepto que tenfan las ciuidades-estados griegas de la antigiiedad. En cambio, la nocidn moderna ¢ autonomfa surge principalmente con Kant y significa la capacidad de todo individuo humano de gobemarse por una norma que él mismo acepta como tal, sin coerci6n externa. Por el hecho de poder gobernarse a sf mismo, el ser humano posee un valor que es el de ser siempre fin y nunca medio para otro objetivo que no sea él mismo, Pero, para Kant, esta autolegislacién no es int mista sino todo lo contrario ya que una norma exclusivamente indivi seria lo opuesto a una verdadera norma y pasarfa a ser una “inmoralidad’ 16. ATHOMPSON, Ethical concerns in psychotherapy and their legal ramifications. New Serine de ane el pesctlogo parca abieeament doa mina noida concorde een acepiode domo in ora Soledad co gectaly por a sotesad Je pofsionies la que prtenece ‘Yq, como miembro de ext “comtintad de nteraclGn e capa de jaticraberta ‘alonlmente qe ben go ag por len ua eerie ccuntnca des pr Ua, seca ano len, cntderaia ala comunidad de intracin” a extuviese mtu misma poscdn, No la oasln ora de erponer melt ena frmulaco, Sue ax ome queda recess maces ns preiiones pre que poe bien compre “GLK ‘ADA ‘PEPE PHORM Bf 3p 0}409L “LAW 'E “6L ‘opour un ap sopmnamnsip 39s ap wey oueumny oradsax yap saseq’& "wzonbus “ewtax ‘sopeprumodo ap peprendr ‘peuoqn- sorreumd so2190s Sous19.S01.s0p01, :onb s1p9p so ,Urtupceun,, [9 uef09sa sou -ougine & sougy souepepnyo so] ,[eUtSH10 uproisod,, e[ uo anb restisd oot8o] sq ‘(URE soproaroAes soudUT soy Uayns onb’sofombied soy reztuTUTIT o (xem-txeut) soproazoaey spur soy waToTJouag sopeprensisap sey anb a0] 0 Js anus sajgneduroamt seaneuiaye sop anus 1080980 aqvo 0198 ‘214 ~eqardunt so oumnyn 0j$9 ouIOD “sopo v wAeIoYaUOG UorONgINsIp Tensisep wun anb souour e ‘aiauereyTensr uezaknquisip as souarg So Sopoy anb 9|qeuozes uepreurysa souepepnta sns md, peparoos o ,,[PuLSLI0 uotoIsod,, wsa UE -souosied outoo ouistut Js v oyadsas [9 “¢ ‘ezanbus & wuss JOU ap pePITA ~isod eT “p ‘soralns soy ap ourarqoSome £ ourerqo8 op pepioedeo eI x opranse 9p pepriqesuodsar op seazey & so81e9 xooxafs op peprigisod ey -miodo sestoarp op peprenst v] oseq outs opuottot “uproednoo sB9p9 9p £01 -uarumtaour ap pétogyy °z {(etouatsu09 £ ojtarumestiad op) seotspq sopessaqtt “I ap soisondiioo upiso ‘sopor red sojqysaooe soyseurtd soppy90s SouaIg 0 SO “ayuio soy anb urozaiqease £ ‘soqeuorser saseq augos pepoioos eyorp wamyonnse souepepnia sus anb ojquiadse se ‘souougine A sompeur ‘sapendr sazas 10d eisonduros wAepor ,.xpidurozoo,, ou aiuoureasondns peparoos wun ue ‘s29p so ‘,,eUIBUO upIOISod, Bf wa ‘TD UpBag “vionsny ap o1dioULLg Jo repNUIOJaL ua Jone opunsay & a1GaI90 SPU [2 OPIS BY ySMPY'L SOE SOUIDIN SO] UL epnsng 9p ofdjousd ta“ “ompsns 0} -torurnuosuoo tn wes2o0t sowstut Js od mpioap wapend ou anb sozggP S01 8 [evade exoueur ap opuarBaraid ‘sor1@ ¥ oradsar WOO uoTDse ap odn smb Teno awior as anb ap saywe INUasHOD B OYDaTEP Ta SONPLATPUT Soy SOPOS BPZA tere op R| [e108 UOTOeSTGo BUN BALIAp as opeTNULIOy soyuE ordrownd Jo. “aoe ua opranae ap oisend $e {1 sozj9 tod anb of soya 1od zey & ‘soumsrur 3s B UeTIEY 9s OM soTTe an of SON0 8 suey ou, :owoo ordiound aise op wumcpur By EIMUOS ypreqyoSUg “THOU peprunwos eun ap vious}srxo B] ered vLTESo99U UorOIpUOD BUN Eas “BATTED “Tanto up!ooe op pupmmNtuod vf ua samuedionzed soy ap muastos ep o49e19P fe oredsar [2 onb rye oc “euBUINY FIOUOAFAUOD | UO ODISBq of AMZSeP TIS ARJOIA apand as ou anb je ups!oap ap oWOUOIME onUsD uN vos LUOSIOd EPP? ‘anb 2p oysay |9"vis zeuIBLI0 opand 9s ojos o1woruTUasUOD onan JO “29A TS ‘¥ ‘Pepyoine wiopepyoa Joquy epand ou oywaruUasuoD [mr Avy ou Is “erOuNNO -9st109 OWO “SONpIAIpUT So] WE|geIUS anb oTwoREUDSHOD onMUE Jap BAHOP ic sooo 190184 Viv VOU “9R6I SSOKTATINKOUOA MON “SORHAONE Jo SuOHDpUNO,| 24 HL.LCPAVETTRONA ‘81 2 ‘uoistoep epeuruzarap eum ote onb pepuome ep osed Jo anb exoprsuoo tyuouoIe ap. ordrounsd To“ H'LOAVHTAONA PINUS OF CWO TRL, -stanofqns peparrenigre Bj Bntoo esuajop wun so X wISLETTHN BTOSOTE EI ap auataord vandaoxe ensnpfo e7] “euISTUE JS ua Terorpnfrad 12s apond vounu “Zan, ns e ‘onb ‘Teszaarum 4a] ¥] v astendepe se ardurays owrougine aiquoy un op ups -foap vj anb oysand “eandaoxa wjnsny[o wsa 120eq| OFTeSaOat OPIS EUIqeT OU SUES 9p wanoadsiod vj apsaq “sono v'saferorpnfrad ou ssuoIsto9p sey wa opeyadsox 498 aoatoul axquioy opon,, “erauEME ayaMNHs By ap osxe|NUUIO] Eyspod anb K ‘eye -ouome op soureureyy exoye anb ordround ja ‘wong vy uo & eSojodonue ef wo Te ~tourepuny ugroou ows guodzooN ouenuESod ooNNSOTY owoRUEstIad IE “oxouiptu roseut fo exed peprran y ‘yuas aonb ‘ourxpur soyeA ns zeastiq epand arquioy fo anb wxed ayqrpurosardunt ‘ugtoIpuod | $9 uotaz909 ap eiouasne B]-onb exoprsuoo onbyod epurouoIe wy ap wlousodun gy vorpuratar uprqurer ‘oured ns sod “ITA: weMg “eEFMOMOME exEK, ou apuop oueuiny x08 Zoqgey opond ooodures ‘penogil Avy ou 1s owUMMY 105 09 ~nuginw un soqeq apand ou anb woueu vursrur vf aC] “oMOUDINE 198 2p [a HOD peni2qy op ordoouoo Jo suodrodtis 9s £ apunyuoo 2s uey exe ‘ouPUMY 108 [ep eUMUy spur vrouasa ef ENUOD PA onb sOLIaIKa BUTTON BIN O UOIOde op osma tun saprauodurr epzos ‘sou sono exed otpaun owroo sopmezTin. eu9s ByuTouCNNE 1 smodsex ou, Suey emg ‘optjedsar 103 aqep enb oysasep un so soralns soy ‘9p Bpurouome ef ‘saroyne soque bred ‘anb 1mnfouoo [O"s $9 sOLAIUE o| 3, ; “CHEWY worstoop ns oo araye\UT epeu anbrod vas eh ‘Guey) jesroatun Koj B] ap eitOND | Uo Be peruNjor vydord 10d onbiod vas vf ‘esreuruorepoie, ap onprArput [op pepioedeo w] woo 128A onb ‘auay eyuouoIe e[ onb sestiod us ‘orqures ud “uoprouIOD saroIne soquTY. 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En primer lugar, deben estar asociadas a cargos y posiciones sbiertos a todos en.jgualdad de oportunidades; en segundo lugar, deben suponer el mayor benefi- cio para los miembros menos aventajados de la sociedad” O dicho en otras palabras: “1, Las libertades civiles se rigen por el principio de igual libertad de ciu- dadania. 2. Los cargos y posiciones deben estar abiertos a todos, conforme al principio de justa igualdad de oportunidades. 3. Las desigualdades sociales y econémicas (poderes y prerrogativas, ventas y riqueza) deben cumplir el principio de la diferencia, segin el cual Ia distibu- ‘ign desigual de esos bienes s6lo es justa 0 equitativa si obedece al crterio maxi- min, ¢5 decir, si ninguna otra forma de articular las instituciones sociales es + capaz de mejorar las expectativas del grupo menos favorecid Siguiendo, pues, a Rawls podriamos decir que el Prinicipio de Justicia es aquel imperativo moral que nos obliga, en primer lugar, a la igual considera- cién y respeto por todos los seres humanos. Esto supone evitar todo tipo de discriminaci6n; ya sea por motivo de edad, condicién social, credo religioso, raza nacionalidad. Pero, sobre todo, implica el deber moral positivo de brindar eficazmente a todos los ciudadanos, la igualdad de oportunidades para acceder al comtin sistema de libertades abiertas para todos. En otras, palabras, quiere decir que se debe garantizar el derecho de todo ciudadano a Ta igual oportunidad de buscar la satisfacci6n de las necesidades basicas, como son: la vida, la salud, la libertad, la educacién y el trabajo; o escoger sacrificar cualquiera de éstas, para alcanzar otras consideradas prioritarias. En segundo lugar, el Principio de Justicia implica que s6lo es éticamente Justificable aceptar diferencias de algtin tipo entre los seres humanos, si esas diferencias son las menores humanamente posibles y las que mAs favorecen al grupo menos favorecido. O como dice textualmente JRawls, “si ninguna owra forma de articular las instituciones sociales es eapaz de mejorar las ‘expectativas del grupo menos favorecido™ 20, Retomamos aD. GRACIA, Findamentos.. 0.6, 250, 21. Th, 152. rica pana pscbtocos 4, La inseparabilidad de los principios El Respeto por la autohomfa, el Principio de Hacer el bien y el de Justicia indican los deberes primatios de todo ser humano y los derechos inalienables de Jas personas y de los pueblos. Son columnas fundamentales de la ética persona- {ista. Estos principios no involucran s6lo a la relaci6n individual, sino a la de éualquier grupo humano dentro de la sociedad con respecto a otro; y atin, a la relacién entre los estados. De ahf que se apliquen también a cualquier ética pro- fesional o especial, con las debidas acomodaciones a cada préctica particular. Desde el punto de vista de la ética personalista no puede decirse que exis- ta un tinico principio ético a partir del cual los dilemas de la préctica profe- sional puedan resolverse,o superarse. Es la trinidad de los tres principios simulténeamente tenidos en cuenta, los que deben articularse para que se pueda entablar una adecuada relacién ética entre el profesional, la persona y la sociedad; y adems, para que pueda vehicularse en la préctica concreta, 1 sostén, la proteccién y el acrecentamiento del valor ético supremo, que es la dignidad de la persona humana en sus tres ismos esenciales: incremen- to de la conciencia, la autonomfa y la comunitariedad. Por el contrarié, si pio de Autononit libertarista o solipsista. Si s6lo tuviéramos en cuenta el podriamos caer en una ética colectivista, totalitarista, o gregarista. Si aplicéramos el deber de hacer el bien podriamos caer en una sociedad pater- nalista 0 verticalista. Es evidenté qué’el disefio 0 “edificio” de la ética personalista esté todavia incompleto en el punto al que hemos legado, Faltan tratar las normas éticas y las virtudes. En la préctica concreta, las dificultades provienen ~en la mayo- las ocasiones~ porque entran en conflicto entre sf diversos valores, principios o normas. Cuando ese conflicto es entre un principio y una norma, parece relativamen- te sencilla la decisién de darle prioridad al principio, sobre la norma. Pero cuando existen conflictos entre dos principios, la resolucién es més c Para eso seria necesario remitimos al tema de los Métodos de toma de decision. D, LAS NORMAS PSICOETICAS BASICAS. En estrecha relaci6n con los principios antes analizados las reglas morales bésicas, son como las condiciones imprescindibles para que aquéllos puedan ponerse’en préctica. De-ahf que seat prescriptivas en toda'relacin interh:= mana y, por lo tanto, también en la relacién psicélogopersona. Las tres reglas éticas fundamentales tienen que ver con la confidencialidad, la veraci- dad, y la fidelidad. euoysayoxd upyoeas Bap FeoIsya Seon SelRax Se] antuD ‘pepiteyouopyuco ww sinour ua SowUpUN wos “1161 ¥ sa1oUEISOd “SOBo|OaISd op sauo!eD ose 0 soxBo[0n sawa.afp Sof “E>IpaUE UpIsayoId vf ap ose9 jo uo onb yendr [y “y82TE -sodux souoroypuoo seo ue\dumna 2s anb souew sono v voyunwoD 9$ ou UorDeMLOFUI ‘esa “UpioeRnsoAut 0 jevorsajoxd opprrafe “emmOyaeUD Ns ap osm [9 Uo OBo|9DISd Jo 10d plsigo onpiatpuy un aigos upraemoyur vy zepreBeaqes [> oBo]oo%sd Jop eueUIEG UOD -viqgo wun sa, :¢ oldiounid :sourmuz sojuarnts soy ua oraioes je O4Datep [2 FLNALIO} FON ap ofip95 ns ta SoBo|goIsa ap sueouOMIY Up!oEID0sy B enb Uo OV *ZL6T ¥Iset IeIedso anb souatay e-oFlorgoisd jap vonopid e| uo pepyferouopyuoo vf ap vara Fe euCoUE B3ea i!) omnjosge,, 398 agap ovas90s 959 anb aoarquiso (e861 ¥9 opeoutpom) 6y6T Ome JOP ‘SOONB @ TepunI UOIIEOSY Ul SP LOIS ‘9p [euo}SeUAIUY OB'pY> [0 “eIpUNU TATU Y "TeuoIseyoud oT2I09s |e sepreNS ep [pp 20q9p [e asityas eued sores sounMIg ‘Uprodao%9 wis ‘uaKn,oUt SOBIpg9 Sopor “sonata sozaumnd sows 9p sgadsoq ,eompour uorsoyoud w ap vzaqeamavu ust vf Ud agop un $9 vaIp9UH peprETauaptsuod wy, ‘dnb 929|qNIS9 IGT ap SOUP|OZaUDA SO=IpHUT So] aod) euosied vurstur vy ap epra F] vzed ox8yod Key opuend “p “vorjand, pepunfes ap 0 sofeBay sopnauioo sns ered soperouase uvzaprsuos anb sojep souato 94190 uaraInb ‘somos ap seyuedutos sey o ‘sopeBoqe SOT sgyorfod By ‘ouzarqo3 Jap saquaBe soy opuens “¢ “peprqesuodsar 10Aeur ‘9p Soisond v ou 0 wapuotose so 18 proap ered o ‘ofeqen ap opeidaide e8n] [9 Ua Sopmwoign ap uy, [9 Woo ‘sopeaydura soy ap sea1R9footsd sean -sioioereo seuoin ajaxar ofoj9orsd yo anb uaramb ofeqen ap sesaudure se] optend °z "Bfouapuadsap PB soLombiad sons xe90K01d ueuIpKOd ‘anb saqus v asad ‘esodso eimyny o Jofnun ns v slap v aquaMIaTeUTEAED ‘Bom 9s vuosiod vj onb soxwsS seonguad sapepounigyua ap pepriaisod I 200u00 o8oJooIsd Jo opueN: “| :saIUAMHBIS SEI Us ‘oya1oas {op eMAdNT P| sosvo sosa ua vonsnf ass 194 vied wun sod wun ossenpeAd UeH20 -arautt onb ‘seioumsunomo se] “opesaxaqut [ap peIuNjoa e[ op eNUCD UY “eT ‘POTUTO PLOISTY Bf wa FISA anb ugroeuNoyuL wun and[nAIP ‘aonb enembrsd 0 ooygorsd je wioHos onb v] euosied wuIsTUN ef vIFAS ‘epuNss U[ Uy, vuOSrad VT ap PEIUNJOA v] op eNUOD Wa “eoUepYyuOD wun sesNAIP P opeaigo asia apond o8ojoa1sd jo ‘eraurtad vt ug “orar0as Jap ousodosd v se ~umbisd 0 so8ojgotsd soy Bp sazaqop soy A seuosiad se] ap Soyparap soy UOIIS -odo wa uenue anb ua safedioutud souorsemis sop ey anb roap soureppod {-Bues yys0 onb vfared nse OP 989 ejodar & BBorU os. o1ad ‘pis auaN vfamed v] ap somquiarm soy ep oun |S so08y aqop 9nb? 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Cuando hay seria amenaza para la vida de otros (amenaza de homicidio, etc.) 6. Cuando hay grave amenaza para la dignidad de los terceros indefensos o inocentes (maltrato de nifios, violaciones sextales, explotacién econémica o maltrato fisico de ianos.etc.) 7. Cuando hay amenaza de gravisimos dafids.o perjui- ateriales contra la sociedad entera 0 contra individuos particula- res (ej, la destruccién de una obra de arte, de una biblioteca, etc) 2. De acuerdo con la voluntad del paciente. En este caso el Secreto podria romperse cada vez que el paciente solicita al de los datos que éste dispone en la historia clinica (tests, informes etc), sean revelados. Esto podria exigirse por: Imotivos econmicos (para justificar una conducta ante la compafifa de seguro o ante su jefe de trabajo, etc). 2.motivos legales (acusar al mismo psicélogo tratante, defenderse ante otros, declaracién de competencia por haber firmado ciertos documentos, etc.). La decisién del paciente de revelar un secre- to que él mismo ha confiado, en general, debe respetarse. La regla de la confidencialidad puede tener una doble justificaci6n, segtin se apliquen las teorfas deontolégicas o utilitaristas: En un sentido utilitario podria afirmarse que esta regla provee Ios medios para facilitar el control y proteger las comunicaciones de cualquier informa- cién sensible de-las personas. Su valor seria instrumental en la medida que contribuye a lograr las metas deseadas, tanto por el psic6logo como por el Paciente, y en la medida que es el mejor medio para lograr esos prop6sitos. El considera que esta norma podria ser usada para bue- 8. Si es usada con un buen fin, mereceria ser mantenida; si es al'contrario, habria que quebrantarla. Serfan los resultados favorables, obtenibles con el mantenimiento de esta regla, los que justificarian que se res- pete la confidencialidad. Asf, mantener la confianza entre psicélogo y persona es un buen resultado que merece bus- la curacién, Por su parte, la argumentaci6n de tipo deontolégica sostiene que, aunque a confidencialidad favorece la inti , el respeto, el amor, la amistad y la confianza, su valor no proviene de que esta norma permita alcan- zar dichas buenas consecuencias. Al contrario, el derecho al secreto es consi- derado por la tradicién deontolégica como una condicién derivada directamente del derecho de las personas a tomar las decisiones que les com- peten. De ahi que se funde sobre el mismo estatuto de ser personas concientes rel de secreto que, cialidad se derivarfa del principio de respeto a la autonomia ¥y aut6nomas.y sea un derecho humano bésico.. Esta postura sostiene-que-ta- Emica para stcotocos +37 do enel acuerdo implicit que se establece al iniciar la relacién psicolégica. No existirfa autonomia si la persona no es libre de reservar el érea de intimi- dad o privacidad que desee. Pero, sea desde una perspectiva utilitarista, o deontol6gica, ambas posturas coinciden que Ia confidencialidad debe ser defendida como imperativo ético jneludible, en toda relacién persona-profesional. Discrepan, en cambio, en cual es el grado de respeto que merece dicha norma, Por nuestra parte, consi deramos que el deber de guardar los secretos confiados no es una obligaci absoluta, como lo afirma el Cédigo de ética de la Asociacién Médica Mundi 3 autores, pensamos que es un deber “prima fas- ‘Al contrario, : cie”e8 ”. Por consiguiente, es obligatorio cumplirlo fast janfo no atente contra bienes mayores, expresados por la trilogia de principios éticos que hemos desarrollado en el capitulo anterior. “Prima fascie” quic ‘decir que, para plantear la necesidad de una violaci6n a tal derecho al se hay que justificarlo razonablemente, En cambio, la obligacién de guardar confidencialidad, en general, no requiere argumentacién para cada caso. Quie- nes sostenemos que la confidencialidad no es un deber absoluto, consideramos que hay situaciones en que el psicélogo 0 psiquiatra tiene, no s6lo el derecho, sino el deber de roinper el secreto. Esas excepciones, serfan: 1, Silainformacién confidencial permite prever fehacientemente que el paciente Ilevaré a cabo tina conducta que entra en conflicto con sus mismos derechos de.ser. persona humana (ej. el intento irracional de suicidio). 2. Siel dato que se quiere ocultar de forma categérica atenta contra los derechos de una tercera persona inocente. Por ejemplo: un indi que se quiere casar pero es impotente, decididamenie hom: s@ niega terminantemente a informar de esos hechos, a los p afectados, También serfa el caso de una persona que int con sus conductas ile maltrato 0 abuso sexual a menores 0 a ancianos; o tortura a detenidos. 3. Enel caso de que se atente contra los derechos o intereses de dad en general. Asi, por ejemplo, cuando hayan enfermeda misibles, 0 que ponen en riesgo la vida de terceros (un piloto psicético, esquizofrénico o epiléptico, un conductor de autobuis con eae "0 sendiond “5 “osomuou ovep UN 9p UOIDEUEILFE op ‘3199p ‘$0 ‘ugyspuoo ap oye un od vprodurar as peprowz2A op vIBax P| ‘odsou09 sem “uid aiso upSog -arpeu v zworpnfied ru, reyeSuo ep woroustuT el Is dowG es enb red sostey sorep op wiopeurod so anb uoromunye wpor v BprHNayar Os PepesTe} ‘ap oxdaouos 2 “esNUSME UI ap vIOUAIOFIP Y “OLApepIOA O| aIUAUIEAHSE 9p op Soqap [9 Ua vpIAstsuoD PEpITeIAA ap B/Bax EI “wYOUINdasOO JO “ONO v sEUESUO ‘dp aluafostos toroualuT BUN oo oxod ‘aquUeUE BI Wo wsuAId as anb Of & doMp 2 ‘anb of anus puprunoyuoosrp wun Bj19s esnuaU ‘ordaou0o xo yo tS “peproeioA op visar 2] ep samuorpuodsaxio seuoro0u sop uejsmoydunt “za ns v ‘anb esyuaMT ap 01 -daouoo [op saquazoyip seuorDTUyop Sop UEHIGEY SoT|O UNBaG ‘;-SSTACTIHD 4 ANVHONVEE woskY onb toToezTEMINNSIS Ul ‘qutesazaqtt s2 soouys0d Saraquoo sazomne so] Wo peplowsaA Bl op EU [op OTUOTUNVEN [o IesTAer wed ‘gqqoax of worn ap euzed sod ‘oppo afesuout jop uoroerardzarLt ‘peut ev ogap 98 anb outs —worondo] ap peynoey ns syuoUTEIOeNIOO USM 189 onb oysond— ejqeq web 10d ayraureisamtp opvosng vjras ou BySNOse Uamb 929 ‘anb je we sox [a “wyuounfre 2s ‘aured eno Jog “viqey anb yap aruou Bj Uo a uasaad iso anb optuioiuoo Te fats $2 yeqi2A Uorsaudxe BI onb osand ‘wqeyed 9p vrouaso ey op uoissaArod wunduru ‘eorspyo TeIOUL vy wrod “wIMASUOD Om TE “tow UgTDOEsas B'] ‘peprAA ef ayMaUTeIOTed ejenos a8 anbyod o ‘soyqySy[svuUt 6 sonSiqure souruip uezi[nn 9s anbyod vas wf seyonose se] onb euoszad v| U9 so4r9 & Tonput uopand osod ‘serapepsoA ayueureAnofgo wos sepezTTAN seu0I “euurge se] onb ‘ezoueut [ei op wsaidxa as euosed vl opuerio “ep as oWOTUTP “coord sq“, eOU BAIOSI O UOIDENSA, Bl op O1NTTUE [ap spaBN v ‘js ood Seioanp wuns0y op wsRuEUH BI wouNN opeoLTSNl ey 9s OU LOFSp[D [EIONT BI UAL “poprqvar wa wstotd a3 enb 0] 2p OP -quamioo |p ‘seiqyed oqerpout ‘resaxda wa ayststuoo enb “eiousse eidoud ns oP vnuoo us eigey op PeINdey ns epmezrTNIN aquorUE enb Jo opRUas aso uA “eIHU 2 9p s1warpuodsazi09 yemdoouoo oprtiaquod [2 £ jeqeA uorsaidxe Bl ante ‘gquoproutos om uoLoNo9 Bf BUNS BINMUOUE EI “BOISYTD UOTOTETJEp vf Wo ‘onb JUE ‘9p ‘oquoUr P| 9p Opruaytoo Jo esardxo wpios (wagered BI) Py vstard 9§ onb of ¥ apuodsaxios ou anb ‘eyorp wiqured-¥] soap s@ 10} “aut BsIUOD ONNOO},, Bl OWIOD RINUTE BT OPrULOp vy 28 SIUOUITEUOIOIPEAL popjonina vj ap uprowoyfusnt & upon “saggy saxquioy soy 10d a[qndaazad ofgs ,,seap! Ply ap oyeysod opunut Jap “294 ns ¥ “EqRALIAp 2S 9159 A "BIOMAD!9UEG ep ordroaud TP Bpeutpuogns equise uoeiq eed peprowios ap wUBIOU eT “SOTTS op o1STAUA qe wo viony anb audurars ‘souepepnta so & shueut op peprqisod e] Opes? [p wemeztromne safoy seq anb eqeoynsnt ‘oppuas owstur oso us| “Sapupautajue 6 soacporsa revs You 1 uo sopersa0o sorep 80] s5jaxas v oyoureanyara09 an]g0 sof os ou an ered 1 sosyed sounge uo “iouan enembysd [o ooyppt fo 0100 SeUOISAFOAA “YC. ide eyed ond “aspuo9 wpoueisunor9 P| ® “TP=P! ‘opensape owarmeuozes un 1098y OUTS ‘pepyreZout ap sound sou bigs 2 ou von zapoande ‘peprumodo 210 uo o4oqp souTay wx ONO; ‘SeOHP FoUOIsEI—p ‘2p aio} wf ered opeidaxde oporpu un ‘ofeqen ours 2ys9 U2 ‘ayaejope spe somTarpuodard sv] reno wred ‘soyuourvorpau soy anb jens! 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Segtin Ros, cuando se entabla la relacién profesional-persona se establece un acuerdo implicito'de qui comunicacién se basard sobre la verdad y no sobre la mentira, De hech actuacién del hombre en la sociedad est basada en esa implicita aceptacién de la verdad como punto de partida a cualquier tipo de interrelacién, Siguiendo en la misma linea de pensamiento, Veatch” cree que siempre hay mentira (y por Jo tanto engafio) cuando se expresa conscientemente una fal- sedad. De la misma manera la omisién de una determinada informacion seria engafiosa cuando una persona lo hace sabiendo que su interlocutor hard una falsa inferencia a partir de esa carencia de informacién. Veatch conside- ra que la regla de veracidad o de honestidad esté en estrecha vinculacién con el hecho de que dos seres iguales -y, por tanto, fines en sf mismos y auténo- mos~ se encuentran en una relacién contractual. Para este autor si hubiera un acuerdo entre ambas partes, en el cual se estableciera que una de ellas pudie- ra engafiar a la otra, entonces, tal acuerdo no serfa entre iguales y, por consi- guiente, no se estarfa. considerando a la persona como un fin en sf misma. ‘Mas atin, para Veatch, justificar que una persona mienta a la otra, es indicio de que se aprueba moralmente que las personas sean tratadas como objetos, pasibles de ser manipuladas si se espera obtener de ellas, “buenas” conse- cuencias. Iinea planteada por Ross y por Veatch creemos que la fundamenta- cién Ta norma de veracidad, est en el Principio de Respeto por la Autonoma de las personas. No defender el derecho de las personas a tomar decisiones sobre sus vidas, seria violar su derecho a la autonomia. Y las per- sonas no pueden tomar decisiones sobre s{ mismas si no reciben la informa- cién veraz. para hacerlo. ‘Todos los argumentos anteriores en relacién a los conceptos de verdad y mentira, asf como las justificaciones hechas del deber de decir la verdad, estén fundamentados en argumentos de tipo deontolégico. Sin embargo, baséndose en una argumentacién consecuencialista, también los utilitatistas defienden Ia regla de veracidad. Ellos postulan que, de aceptarse la mentira, se resquebrajarfa la relacién de confianza que debe existir entre el profesional 26, citado por BEAUCHAMP y CHILDRESS Principles..o.c, 22. 27, VEATCH. Truth telling‘ethical aspects En REICH,W Encyclopedia of Bioethics. Lon- don: The Free Press, 1978. sEmca para esicdtocos . 4 y la persona, dificulténdose asf, la misma relacién contractual. Li istas dirfan que un mundo basado en la mentira serfa un mundo p el pasado en la verdad. De ahé que consideren que la veracidad es una norma ms vitil para la convivencia social que la contraria. Desde nuestro punto de vista la regla de veracidad serfa claramente inmoral - en Jos casos en que se quiera engafiar a la persona para hacerle dafio 0 explo- tarla; pero en aquellas situaciones en que el engafio es imprescindible para lograr beneficiar o no perjudicar a la persona, la calificaci6n de inmoral a dicha conducta se hace més dificil. En esas circunstancias parece justificable decir, que la regla de veracidad debe quedar subordinada al perjudicar a los dems. El'ejemplo clésico en ese sentido, es el del asesino que persigue a la victima a la que piensa matar y pregunta dénde esta su paradero. Si supiésemos dénde esté la victima, la veracidad nos obligaria a decirle al ~ asesino la informacién que necesita para sus perversos propésitos. Si le min- tiésemos, transgrederfamos la norma, pero respetarfamos el deber de toda per- sona, de defender la Autonomia de los demés, que incluye también la defensa de la vida y de la integridad. Teniendo en cuenta este ejemplo podemos decir, que el deber de decir la verdad es una obligacién “prima fascie”, al igual que en el caso de la norma de-confidencialidad. Es decir, debe cumplirse siempre que no entre en conflicto con el deber profesional de respetar un principio de superior entidad que, en este caso, es el de Autonoma y el de Beneficencia. El psicdlogo 0 psiquiatra no sélo esté vinculado por la regla de veracidad enel primer sentido que definimos antes (no decir lo falso), sino en el segun- do: el deber de decir lo que la persona tiene derecho a saber. Los cédigos de ética para psicdlogos, generalmente no hablan de la regla de veracidad ~como tal- pero, de hecho, la plantean. Un ejemplo de esto tltimo son los articulos del Cédigo Deontolégico de los psicélogos espafioles, qué 2 continuacién citamos: art.17: "..(el-la psic6logo-a) debe reconocer los limites de su competencia y las limitaciones de sus técnicas.”; art.18; “.no utilizaré medios 0 procedimientos {que no se hallen suficientemente contrastados dentro de los limites del conoci- miento cientifico vigente”. art.21: “el ejervicio de Ia psicologia no debe ser mez clado....con otros procedimientos y précticas ajenos al fundamento cientifico de la psicologia”. art.25: “al hacerse cargo de una intervencin... el-la psicdlogo-a frecerd la informacién adecuada sobre las caracteristicas esenciales de la relacién ‘establecida, los problemas que esté abordando, los objetivos que se propone y el método utilizad ic6logo-a debe dar por terminada su inter- vencién y no prolongarla con gcultacién 0 engafio..” art.29: “...no se prestard a situaciones confusas en las que su papel y funcién sean equivocos o ambiguos". ‘Evidentemente, 1o que subyace ‘a estas afirmacionés es ¢l supuestode que el psic6logo, en toda circunstancia, debe integrar la veracidad en su practica. Es decir, no puede actuar de tal manera que —por causa de la ambigtiedad o ‘owing 30g -Teuofoes opmaaruoo op -ordjoutid uo e395 oxpons op upssFoap wun "BsoUrL sa a(]“S9[edoIDes wees UopOe Pun 40d sopronpoxd sopeynses Sof onb v asatja 28 ‘OIA, “ava Wo “sou So} 2p Pepteuoroes Puy opauTEUDop un rezuEDTE emed openDape o1paUE ‘opor (euorser Epes opnuss aso ug “Optns-op seidoud surat { soUNE SOI TeMPOTe UEAT [2a (Gorpats) OnprarpU un ap seronpUGS-o sore So} anb anraxed onb eyjnbe wp0s wrod 7 ‘onsyjou'e ‘seus 90] 9p°Z “TesuINNSUT “T :SopeprTEUOFDRS ap sodn San OWLOSOP EY 2S “Gz, “Le6-£€6 (9R6T) se PAM PHELAN 2otoyo wayod pun sowsredwoo :sousoyia8 uy sonst 1082] puD [DOT S ‘NOSYEART “8 (uprasa09 ms semoe 9p pepraisod 0) peporreiungon ef K (saqeID0s & safeuosrod saropeA 9p vpenbsng ¥| 8 esrequaLio ap peprovdeo 0) pepreuOToUSIU | ‘.,PEPHPUOTES of :,[ean0U,, ouvutny 498 Jap seidosd seambysd sepepreiouaiod san reworale op Zedvo so opuens aua}eduioo aqouretayd e0s wUOsIed vUN OpNUES 989 TAL -soqerg0s sojttarustsonbas A searpeoodxa se] woo opsonoe op upisa ‘Zan ns ¥ ‘anb sopouosiad sapepis2oeu se] mezmeaye exed ‘Temypnoo(oos orpour ns ua swoureperdorde & ependepe souoistoap Tema; ap euosied wun'ap [rUOIOUNY peproedeo vl OUIOD ,OPRULEP by v| 98 ‘sIUOUMORXO SPP “‘CMUOTIEIDOUOD 950 UNEes sIpIoap Jepod & ‘seIouIRI -astiog sng £ sesneo sns “eytasaid oj as anb eionpuoo Bun Jopuariia op sored tun 9p peptoedeo vj ows, vrousteduroo e| opruyep ey as [exouos Ua, ‘equorumuosuoo un sep ered ¥10 -uayeduroout o wrouareduio3 ap ord2ou0d J Woo oYpay aIs9 e NaxaHJOL ‘95 saloine $o'] “@quaIstxoUT ayuouere|dw0o o epe||oresop OU YIAEPOr ‘oprdumasqut eqouresoduray upisioep ep pepjoedvo eun rows aoared anh amarsed un enembisd 0 oZ0igo1sd ye awosard 2] as eystaanta vs ~ourrd pf to onb ayuonoayy sa ord “aitayeduioo euosiad wun ap aTeuo ‘anb so opfipa vas ooruuasuoo un anb ezed woRYpuos wxouN eT ST “soprayxa 9190800 ap ody unduru souas ou ‘nD9p se ‘OLRUNIOA Jas'.¢ & OpeUBTOUE 108",7 “PLP md oquayeduroo oqoumesoue’ wuossod wun wey of onb g] :89 OpHBA Operep!s 109 198 wred oytaruTUasTOD opo TatIaI aqep enb svoIs~q SauOToIPUOD SeT _“Ugtovorde ap seuuzo} sesraatp sts ‘ap otourayuorpuodopur “euosied-o8ojgatsd uoroejos | wo yerouTepun FIOUE) “soduat ns vyoteaayax ep souod wsaraqut sou anb ours ‘yeuorsayoxd wonapsd wpe cong omtaumnnsur aise voyde 2s OUND 19a ap ynbw GWLOUIOUT [> $9 ON “OILS? tod openstfar vponb anb jo ejres onb ‘owarumpuastioo ap ,coajied,, od jp worutred sepor ou ‘sajeuorsajord seonopid sey op odureo [a wg “aqui 28 ‘anb rong upioeyas op odit [2 vos unifas seuLIog sesz2AIp nur axambpe euossed bf ap olworuMUastoD [q{ “SmIUATTO sns B Zea wand anb ugrooe sembpena zpuardma peuorsayoad un enb op saqe opep Jos 2qap oworumudsuoo fo anb ua opranse op upyso sazoane soy ap wpOxeU el ‘oxony anb ugzex vy 10d BAS ep sooo goI8u ia VOU =uputoo aig [2 20d peprrrqesuodsax o| { seuosiod se] ap wioustouccome Bf wpseanUeoUr “emynU wZuEETUOD PL tqmjuaume onb vA “TeIo0s wiouaxtAKOO vy Bzed efequOA euM oyOTLINILAS “hoo yp uo oA ab e[ se “eIsfAEyTINM odn op “uofoeouRSNf-ersore% BUN) -uaoaxyo a] 26 anb sojoyaras So] op oun vpeo v onoypdxo owuaramntos woo ns 9p Buosied vy anb rew2eF To TBUoIsayOrd OPO BP 3949p $9 “8 “zoudoal oj anb fay Bun ou o msIxe anb op aiuorpuadoput ‘enb ove OL od £ ‘feuosiod eyurouoine e] ap ororotofa yo wxed woLoIpttoD so owuaTEt Thuasuoo fp anb 2ax9 onb e| ¥p19s woyBoTOIwOIp-LINP upowIETASN! eT] -upuioo tayg fap mepmo & "Lapp [e-uprooai0xd sep ap ‘sorueiuraqod soy op PEpHTGestodsar vf uo ‘ar oueuouTepting. ‘OUTS ‘sepemLZOsU! aquatEpendepe SaUO|s!OOP FeUIOL {B oyoarap ns 2p o1uaTEETOOUODAK [a Uo ¥sEG a8 OM anb oysand “euosIOd by B PoosUINXA warg SHUI 2 UOPKoEMsn! ep odn arsq “souoTOMNSHL © sonpratput sono ap peparresiqze v[ ap wyrasaiozd wiuayuy wraUeUL eso oq “estiafopur vy eiuoureroodso ‘epeor|durr euosiad w ap woroezoIne nyiose & vsoadxo v] vue jeuorsajord uo!ooe wpeutuntarep wun enb ‘kor e] uo agaqqeise opurend JopejstB9y ye ezqTaN onb uoroeuouNsze YL sq osnge a[qiSod opo1 ap ‘souppepnio soy © searasard wzed owounn “SU tn oMWoFUTIUEstOD [2 Uo ea anb FI LTS woIpHAN! 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Capatidad de integracién minima del psiquismo. La forma que se suele compro- bar es plantesndole dificultades al paciente para que éste las resuelva: 1)que se oriente en tiempo y espacio. 2) que interprete algunos proverbios o dichos popu- lares. 3). que cuente de 100 hasta 0 sustrayendo 5. Lo que sila persona se muestra capaz de incorporar psiquicamen ‘mativos* necesarios para todo Consentimiento Vélido, si sapaz de internalizar valores y objetivos a lograr. 2. Capacidad para razonar correctamente a partir de premisas dadas. Se trata de. ver si tiene capacidad de manipular de forma coherente los datos informativos que se le proporcionan, desencadenando un proceso de razonamiento correcto para la ‘necesario averiguar si es capaz de entender cuéles las alternativas de tratamiento que se le proponen. , valores u objetivos razonables, Para valorar si el 3. Capacidad de élegir result fruto del discernimiento es racional se compara aquello que la persona eligi6 con Jo que cualquier persona razonable ~en la misma situaciénhabria escogido. El test se centra en el contenido razonable del resultado del discernimiento, no en el proceso, como en el nivel anterior. CCapacidad de aplicar su aptitud racional a una situacién real y de comunicar su deci- siGn. Segtin este criterio, la competencia esta basada en la capacidad de comprensién Ta racionalidad holistica evalda, mis bien, ciertas capacidades como: poder participar en relaciones sociales ereativas de amistad e intimidad, saber razonar légicement, ser capez de hacerse responsable de otros, de evar a cabo tareas y experiencias previamente deci dides de acuerdo a eiertos fines y tomar decisiones de acuerdo a un conjunto de valores 0 filosofia propia de la vida, De alguna manera esta dltima definicién integra y supera alas dos primeras. Véase. MACKLIN, R Philosophical conceptions of rationality and psychia- tric notions of competency, Synthese 57:2 (nov 1983) 205-225 130. Los autores de a “Comisin presidencial para el estudio de los problemas éticos en medici- ‘na e investigacién médica y de la conducta”, de los E.U.A, han caracterizado a dichia capa- cidad en base a tes elementos: 1. capacidad de intemalizar determinado tipo de valores y bjtives razonables! 2. capacidad de comprender y comunicar informaciones: 3. capacidad de razonamiento y de hacer un proceso de discemimiento ( PRESIDENT'S COMMIS- SION FOR THE STUDY OF ETHICAL PROBLEM IN MEDICINE AND BIOME! lignes directrices pour la recherche faisant appel a des sujets humains e Expérimentation. Cahier de Bioethique. Presses de Y'Université Laval Québec 1982). Ica paRa psedtocos Sas de su situacin real y en su predisposicién a acta de acuerdo con esa comp el sujeto hace uso correcto de su capacidad ~general~ de decisi al conereta. Hay casos, sin embargo, en que el individuo s6lo puede comunicar su decisién, asintiendo o negando algo que se le plantéa porque no puede tsar el enguaje verbal. Bs0 no quiere decir ~de por sé- que no pueda razonar esco- giendo aquellos medios apropiados para los fines que busca. Fl problema de la competencia general para decidir, no se plantea en los casos “evidentes” y claros, sino en los ambiguos y limitrofes. Por el momento zno hay en las ciencias médicas indicadores objetivos indudables para conocer Ia competencia mental o capacidad de decisién de una persona. Tampoco en jas ciencias psicolégicas se poseen instrumentos para dilucidar la capacidad general de las personas para decidir éticamente. Y aunque los poseamos, el jlegar a decir que esta persona lo es, depende mucho de la experiencia empi- rica y de la subjetividad del que hace la evaluacién. : 2, La segunda condicién para que un determinado consentimiento sea valid es que la persona haya recibido la suficiente y adecuada macién. A. Una iniformacién suficiente -en el caso de la asistencia psicolégica © psiquidtrica~ es aquel conjunto de datos merecidos por él paciente que se refieren —al menos— a: 1. la capacitacién y formacién del psicoterapeuta, sus estudios pre- vios, etc. 2. el tips de psicoterapia que puede recibir de él: sus metas y obje~ 3. los asuntos relacionados con la confidencialidad y sus exe nes. 4, la forma en que serén registrados sus datos y si podri o no tener acceso a ellos. ‘Aun considerando que hay diversas escuelas de terapia creemos que, con la adecuada acomodacién, cada una de ellas est en condiciones de llegar a clarificarle a la persona que consulta sobre aquellos aspectos fundamentales del proceso que se va a empezar de tal forma que el individuo pueda hacer consentimiento valido. Nos parece que no es moralmente justificable que una persona inicie su proceso terapéutico sin que pueda con una razonable informaci6n, cudles son los riesgos y-los beneficios a los que se expone (incluido el costo econémico y temporal). Si bien no todas las personas y los ‘momentos admitirian un consentimiento valido escrito, serfa muy recomen- dable que s a de esa manera. Las ventajas de hacer un consentimiento vélido escrit -on tinicamente de tipo ético. Si se lo sabe utilizar, puede ser un. ex strumento para que, al cabo de un perfodo prudente de tiempo, tanto el terapeuta como el paciente puedan tener un material como “seong K seoruo9) sejonpuco sepeuuusarep too euorsegord ye A souoroonysul supe ~faa}ep woo Bjdumno aquorTo [9 onb ep Te WOO ‘sojsigioes arueTo 10 19s sopeurmzotep sepulsg a2atuord yeuoIsajord jo :seunTUsW souoroTpuOS 8 aseq ue opronoe un se19TUT uMdooe aItETTO Je owoD OBoJOOISd [9 o1ue) “TEE -ojsayoad ugtovjar bum e[qerto os opteno anb oysendns sod wep sorxer soysIp proud uo ‘onb seuUye aiseg ‘sojB{s sop soup sors ua syuaMTeIOAds jeuorseyord vonrg op soBrp9o soj ¥ uptquTE) opueIBarUT opr vy as A BLLOISTY ‘Bf ap O83] o| v souorsasdxa sayuarapip opueIqOD opt ky SopONIae SO] vO ses -ouioad svj 8 pEpHloply ap UoroIpeN ¥Ise OUIOD v be sIpHIe souapod ON +, UDA} -uo9 of auw8ugan ‘ounLtod & s0sa8sunu Kos 18 o1ag ‘popyassod Dyouiad syru pj aod & sauquioy so] Sopot 10d oppiuoy vas « aiuD tu ap somaf so] DfoDe1 A 2yaf of vara ‘ouSaruy a1arydumns osuoumint asa 1g, :aknjou0d ofeqe Seu ‘h,osnuosduoo & osuoumint asa ‘tepuarua « daqus oa] ru unSas aquaugerf fduno~“ounp,, zowouraumajos vant as anb esamosd yl srfdumno ou op uaa “tap as anb souep soqqisod so] zeredas v oysondsip vise oorpguu jo anb 30919 -e)s0 reBny z203 ua «, ssoIp K sasorp So] Sopot «opody 40d ont, SOBNS 2p aqueyap oyooy vis conproodiy oywauresnf [2 ‘seBny opundas Ua -dn1i09 vpor ap & DuDjUNjos DIDUSHIin Ope} ap auopupiundn ‘souuafua SO] 2p uaiq bind g.1roy 0} ‘21D4ju9 Svs09 SoIuOND ugz,, BoIp INb BI $2 OPAUAS a82 ‘uo mnos{dxo syur osexy WT “SoMMZDFUE Soy ap UaIG Jo 10d erqisod o| Opor 10981, so anb ojwauremf jap oanalgo yo vnULoJ zeFRy zou Uy” -a19a owo9 e1 ‘esouroxd exapepIeA kun WouOduOD anb sort -njour ‘sejnoes ofenus] un & epronpen oongioodry ojweuresny Jap BLAULOS BT “auInOOUT BLTEALOsUOD [a “SOIqUIOTUT sns ap 0UOY,, OI[e OWIOD OpEIepIsUO by & sesoword sey e peprlapy eI sepsen8 op Jaqgep fe opejnutzoy ey tU -rorpaut vy oqword Anu apsoqy “BUID) 2989 axqos SonsHUE syUI SOOTIONSTY $91UP -sooite So] Iwamses ayttLiod sou onb wy worpput uotsajoud wy se Aan OC seypay sesouroad se] © pupHopEl op w1B0x WT °C -ugistoap vy xed zapsfea aasrxe ou anb jo ta sauoraemys seijanbe ua x2ovq gnb rezrpeu v seouoyU SOU! -axpuisiop sou & cqUOMUIAUOSUOD [a JETEN ¥ SOUIDIARIOA ‘vorRojooIsd UOToEIA! 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Son como canales o vias para que se cumplan los principios; y en caso de conflicto entre unos y otras, quedan subordinadas aquellos. E. VIRTUDES E IDEALES DEL PSICOLOGO, cae En Jos temas anteriores hemos afirmado en més de ima oportunidad, que de nada sirve conocer cuales son los criterios razonablemente justificados de Ia moralidad, es decir, los valores, principios y normas éticos o tener un método correcto para la toma de decisiones, si el profesional no encarna en su propia vida, como una forma permanente y constitutiva de ser, a esos referen- ciales objetivos. Este es el tema de las virtudes éticas. Estas, junto con los actos heroicos y nobles se incluyen dentro de lo que © se puede Iamar ideales éticos®. Quiz4 una de las aspiraciones més perma- nentemente aludidas a lo largo de la historia de la moral es, que el individuo pase del mero “hacer” actos correctos a “ser” éticamente recto. Esto. quiere decir que Ia persona haya interiorizado de tal manera los valores, principios y normas morales que, su sentir, razonar y actuar se hayan vuelto coherentes y compatibles entre sf. De darse esto, aquellos actos que el psicélogo exteriori- za como comportamiento ético serén, simulténeamente, lo que el profesional es en su interioridad. i Puede definirse la virtud como un hébito, una disposicién, una actitud, un rasgo permanente de la persona, que se orienta hacia el bien moral. O iam- dién, como la interiorizacién de los valores morales, de tal manera que el sujeto tenga la predisposicién permanente a ponerlos en préctica sin que haya ningtin control externo. 33. Las acciones morales se han clasificado en cuatro categorias o niveles de obligatoriedad: 1. las que estin mal y prohibidas porque perjudican claramente a los demas. Por ej: mani- ppular @ un paciente a imponerle mis propias concepciones éticas. 2. las que son permisi- Des porque no hay evidencia de que provoquen perjucios. Pore). una investigeciGn que ‘observa conductas de personas en lugares piblicos, sin su consentimiento. 3. las que est bien y que son obligatorias porque constituyen un derecho de las personss o clarament contribuyen al bien comin; y las molestias 6 perjuicios que provocan son evidentement ne menores a las ventajas que brindan. Por ej: informar verazmente a fin de que un ppaciente dé su consentimiento, 4. las que son deseables como ideal de perfeccidn 0 hero smo, porque benefician 2 los dems, pero implican perjuicios més o menos impotiantes | para quien las lleva a cabo, Por ¢j. ira la guerra por defender a la patria o denunciar un | ‘lito oculto con riesgo de represalias personales. No hacer un acto heroico implica né ‘realizar una legitima aspiraciGn hacia el ideal moral, pero no es obligatorio éticamente, orgue va mis alld de las fuerzas qué notmalinienie dispone toad persoiia para evar ‘cabo las conductas éticas, Apela a un “més” ético, que trasciende la mera obligacisa, (Véase BEAUCHAMP Y CHILDRESS Principles of Biomedical ethics. New York ‘Oxf.Univ-Press, 1983, 2578s) ‘mica para rstc6.0008 3 A lo largo de la historia de la reflexién ética se ha tendido a elaborar por separado, una moral de obligaciones y una moral de virtudes*. La moral de Jos actos y obligaciones mira fundamentalmente a lo que se hace; la moral de vyrtudes én cambio, se fijaien lo que se es, es decir, en la virtuosidad intrinse- ‘ca del sujeto moral. Dado que se ha objetado fuertemente que sea posible que ‘un sujeto pueda ser intrinsecamente “‘correcto” 0 “bueno”, se ha dejado de lado - fundamentalmente a partir de Kant- la clésica ética de virtudes que proviene de Arist6teles. Sin embargo, se ha cafdo en el otro extremo y no se ha puesto suficientemente de relevancia, que una ética exclusivamente de derechos y deberes termina por quedarse corta a la hora de lograr una profun- day radical transformacién de la actuacién ética del ser humano. Una ética de derechos y deberes, s6lo toca la “superficie” de la conciencia humana. De ahi que ~aunque no esté “de moda” decirlo asi— consideramos que no hay contraposici6n, sino complementacién, entre una moral de derechos y obliga- ciones, y una moral de virtudes, Se trata de subrayar pues, una dimension més compleja y profunda; quizés menos manejable con objetividad y cierta- mente més manipulable por los intereses o la subjetividad humana. Pero esto no quiere decir que sea menos importante que una moral de derechos y debe- res, Més alld de a pregunta sobre ,qué debo hacer? esté la de ,c6mo debo ser?, Esta tiltima, trasciende el mero cumplimiento de normas, de principios o de acuerdos mutuos. Ya lo decfa Kant: no hay otra cosa buena, que una buena voluntad; 0 mejor atin, una voluntad buena. En ese sentido cuando solicita- ‘mos la ayuda de un psic6logo no s6lo nos interesa saber, si es capaz de hacer actos que nos convengan, sino més atin, si “su” disposicién serd “buena” para con nosotros. : Todo saber ético, si no quiere ser estéril, ha de buscar lograr una _con- versi6n de cada ser humano hacia los valores. No se trata de respetar al otro “porque est4 en su derecho y puede reclamarmelo” sino de Iegar 2 “yolver-se” uno mismo predispuesto a respetar siempre al otro por el mero, hecho de’que es persona. Pero, como dijo Aristoteles: “si uno conoce qué es la justicia, no por ello es, en seguida, justo. Y asi anélogamente en las otras virtudes”™ Para Aristételes y la ética clésica, ser justo es lo realmente decisi- vo. Practicar lo justo, no es més que la consecuencia intrinseca de la virtud de Ja justicia, cuando esté interiorizada en el sujeto. MacIntyre*, a la inversa de la tradicionalmente Hamada “moral de obligaciones y derechos formulada en normas universalmente vélidas, dice que “necesitamos ocuparnos en primer lugar de las virtudes, para poder entender la funcién y autoridad de las reglas”. Si no se es virtuoso, piensa Ma¢Intyre, no se puede entender por qué HO Bia diferencia Bi sds Gxpuesta Gi Ol bro de AMMACINTYRE, Aft Vile; Note Dame Cndian}, Note Dame Press, 1984, 35, ARISTOTELES, Gran Btica, 11: 11839 11-17, citado por D.GRACIA, op it,597 36. Citado por D.Gracia, i599. ee OE Loppuos aso a pepsran 2p ‘oproouosaa aquajearnba om 6 “uprseTstSaj Bl B eUOUOD “operse 2 20d EPETIGEN| EPEA ‘ys upspod onb sompaur soun3je -s1woupeioyzedns Anux ves onbune— zejeues fousoy| op ayuEHTIGeY 2 sotiarane sony ‘ofejduios aqwauemeMpsoenxe euID) un so onb epnp UIs - saura-gnb sod sou9} urs soyja wa seyjuO epand 4 souepepnio sns op wiombreno ohb exoueu ye) ap peparoos ey wa [e) oW0d ¥ oproouoses 0s apond uatngye anb sexaprsuoo gnb # aseq uo K ong)? “080190 1p. Sms, [> opeurET| SouTeY eT ‘oon & ooruDM} wisIA ap ound un epsap o01d Sp seioUBU SayuAINAIsuOD ss B OWLOD Jsv ‘saTEIOS K seAOaTE ‘svA ‘ sat is “qrasouZoo seonsjsarsexes ap ormnfuos ase opor y “saquatoed sns uoo aweUt eT § euoTooBI9qU1 ap Zedvo aquouTeanoapeooisd wuosiod wun ,.125,, uD :sIpeut -sur sols op bun upeo ap Erooajodweo &| auausesef Z20a}eI89 9p OUDOq Yo "ALAA PAIRS “ep Top & opunzosd spur oyonus o8[e ua ours —seoIua7 sanus:puodsaxi09 ‘9p ouarstuiyy Jo 40d oprmtupe p08 010%} osd “seproouooas TUIDIpAW ap sapeaqnoe SL “ sns woo- sauoroeuLosut ap odn opeurtmuaep ,.10080d,, ua aysisuios ou eneinb Sod oprpadio dopa 9p oTmn Oper anb openlonsap aod wp as sasfed soundye wo ambuny “Le 1s aas,, 0 ,oB0[9oISd 125, ‘sauoTSojoud syUFop sel SePO ap BIOUAIONIP V ‘S9JOATU SO] SOPO} ¥ SOU orm ‘x08 TE “op “UY, ZoNb o9;qeis 2s upssajoud Bop oyDraHas tosgdoad v x ommy, Yo Ua (P-2 BN ua UpUNUOD),‘upIoeBRSJAUE eI & waMEYRSUD BT ‘SET “oetad sey ap ewUoU! pnyes Bap upyouaaud £ ugboearosuoo ‘uproezednoos v| & pepredosiod {1 ap ommruzren & oonstoxd “oansoudep Ja “e :uo svouoodse seaman & sowwarunpaooid ‘Sosmoat “sopowg ‘sf20e 2p up!aeoIpUr O/K uoreonde ef “Kay ayuosaid ¥] ap 8012252 SO] & “yBorooisd e op TeuoTsayoud oxsiarofa wapisuon ag “Oz IF, :onb ooo|quisa 35 wa Us *.88 -noaye sorpaur e8u2} ou ‘oZon| ‘PuIeg op ouAsTUTA JP onb osed —o1p ) -oroeor[durr sautioua woo K duos ues8 op wjundaid vun ap een ag -njso ap soperisioatun sauejd soy ua ouod opeisg 12 enb seormispese | {PEpAIDOS ef Ua [eI OMOD soar—f9 ered ,,09U9) seioualrxe sel v opsonoe ap- wABoqOoIsA U9 10}00C] ap 0 opetoUedr] MP | 9‘, jonuou! pnpes vj ap jeuorsayoud,, un 39s v xesed wsed oyde owioo ~oy ‘ojton [2 TIqioos v zeal] wpand onprarpur un anb eyqisod Anux sy PEP + opeumuieiep un wo- opeiepistoo' sas wpond eembisd ap 0 wSojooisd ap 21 21908 BI Ud Te) OU1OD Ja0r9f0 ered MOD ForHOTOOISd une vl op TeUOIS | -uwypmso,, sm onb ened osiidrxo ueioqap SeuTUTLE Seong SauOrFPUOD gn}? -oyoxd tun sous) oqap anb ‘ourusar wansaye Zampeut op Opes [2 2190S Jezreosty vpond -vos exombyen— syed un ep vorignd Paes ap Ono “IVNOISUAOd «SOHLA» TAC TVIIOS OLNANNIQONOOTE TH. -squrpy yo anb [LorsIp Anut se “soBo[gotsd soy ap vouop! 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Pero la madurez afectiva es un pardmetro muy dificil de medir y de reglamentar. S6lo un trato prolongado y la perspectiva pluralista de un equipo de docentes puede juzgar si un individuo reine las condiciones mfnimas como para poder luego ayudar a otros en los conflictos emacionales o en las rela- ciones humanas. De ahf que considero que una Escuela de Psicologia tiene el deber de juzgar si acepta el ingreso, permite la continuacién eq la formaci6n 0 niega el titulo académico a aquellos casos limites de desequilibrio emocional evidente que, sin embargo, no tienen dificul- tad intelectual para aprobar todos los requisitos académicos. . Terapia individual como parte de la formacién. Consideramos que ningtin estudiante de psicologfa o psiquiatria deberfa recibir un titulo que lo habilitara como psicoterapeuta sin tener un certificado de haber tenido un tiempo minimo de terapia personal con un terapeuta experimentado. @Habilitacién sectorializada? El psic6logo -una vez. terminado el ciclo de licenciatura- se ve en la necesidad de profundizar o especia- lizarse en un determinado tipo de técnica terapéutica (psicoanslisis, conductismo, gestalt, andlisis transaccional, T.rogeriana, etc.etc.) Cabe preguniarse ~teniendo en cuenta los planes de estudios usuales en las universidades— si un estudiante esta realmente capacitado para usar con eficacia cualquiera de tales técnicas psicoterapéuticas; y si no serfa mejor que se buscasen medios para que la habilitacién que dé el Ministerio de Sanidad respectivo (0 el Colegio de Psicdlogos, si ha sido delegado para ello) sea sectorial y no general. Esto quiere decir que el reconocimiento para ejercer serd en determinado campo de las especialidades psicolégicas. Si la técnica que va a usar un profesional es especializada (como la del Psicoandlisis 0 de! Conductismo etc.,) no le pertenece al paciente el derecho a saber —por medio del tftulo habilitante que posee el psicélogo— que la capacitacion de ese profe- sional est hecha en ésa determinada técnica psicolégica y no en cual- quiera? De esa forma, el titulo académico podria ser el de “Psicélogo” 0 “Psi podia ‘Andlisis transaccion: i6n de conducta”, “Psicélogo Educacion: Organizacional"; y asi sucesivamente. . Las escuelas especializadas de terapia. Para que la sociedad pueda tener, de parte de los psicdlogos, la informacién de cual es su califica- Erica nana ptcbo9os 7 cién especial —es decir la habilitacién sectorializada que decfamos antes~es necesario que el Estado reconozca oficialmente a los grupos de psicélogos que enseflan y practican con seriedad y cientificidad una determinada teorfa o tipo de terapia. Estas esciielas de terapia, que pueden dar el complemento de formacién especifica, deben pose- er un cuerpo de conocimientos y métodos slidamente fundamenta- dos desde el punto de vista tedtico y empirico y ser positivamente beneficiosos para las personas. Serfa en estas escuelas oficialmente aceptadas para dar capacitaciGn especializada a quienes hayan recibi- do el titulo académico general de psicélogo, donde los futuros profe~ sionales podrfan perfeccionar y especializar su formacién. Por otra parte, para que el candidato a entrenarse en alguna de ellas, pueda recibir el reconocimiento del Estado para aplicar ese tipo de técnicas, deberfa cumplir un determinado mimero minimo de horas adecuada- mente supervisadas y correctamente reglamentadas por ley. ‘Al final de estas reflexiones quisiera concluir subrayando dos elementos: Primero: la importancia de la formacién ética como parte del curriculo del estudiante de Psicologia. Pero no hay que pensar que la formacién de la conciencia responsable del futtiro profesional, deba depender exclusivamente de una asignatura especial que se denomine Psicoéti- ca 0 Etica Psicol6gica u otro nombre por el estilo, Es en cada compo- nente de la formacién y a lo largo de todo el proceso de capacitacién donde los valores éticos deben estar presentes. La asignatura de Etica profesional debe ser, simplemente, un Ambito para sistematizar y explicitar mejor la'dimensién de los valores en el “ethos” del psic6lo- g0 0 psiquiatra. Segundo: el cardcter “provisorio” de la mayor parte del contenido de este ‘ijtimo numeral. Las afirmaciones que hemos expuesto en él no pre- tenden ser categéricas, porque es enorme la complejidad de los asun- tos implicados. De todas formas tengo la confianza de que pueden servir como acicate para la reflexidn critica y de desencadenante para una formulacién cada vez mejor de la responsabilidad de los psicélo- g0s en su propia formacién, entrenamiento y habilitacién profesional. “emodesai ns ap wouapoed upysaxdenoo “eyed ‘osorfijed o oporesBruap “smreymuung oqserjnsas apond oszeo nb uo soowour soqfanbe uo ofouars zepuend w upiqueey omed erewougg, assesardya WOT ‘Bunsoomne ns ‘epeyep vas ou nb opout ye ap SepezTeas Tees seaquag) souoIouaNsaNNT se{ ¥po» AMD VG “seqnoduza ss © _uazoyjou os anb seyjonbe optanjon ‘souorodsaxsd ss op pepyeas e aut UCD a 98 nb 6s ‘fouorsayoxd oveioos [a axwe}pour peprazur.ns aprensisaz 98 onb W"L “oqnonureyen fe anbeye o wouarepsayr ‘wrouays4so1 ap wuuuO3 waN BUSTS -spnjour opesapisuoa wos ojja an us emadeia ns op saUoFoUD.roIU se] UoO zedaHDSTP V9 ‘Pepyusip sns v o1odsar OpIaeP {2 woo uooqear as seuoyqoud sus ap touooe soqeuoysayoxd anv souoroeoqunon se] an V's “eynado} Jap 50{ too peplsed we SopezopISHO9 TEES sande sas onb © & o1warupouao Tap oafsnyoxe.oyenp axapisuco as ou wiadesa) 19 anb Wy “anumzen odinbo fo euodoxd ‘pEpoUUyUo Yap UOFOUDN -spuoo Sarat Se 9p On0ep epepug wos a so onb w K wopNseaeoUeAsIBE A.A! YT :oypauap oven swuared OPO, lop sousaod,, ap uplaeejo9p se osEOqe 9 vosTIG oF by ‘souvumy Soyparad 9p jesiaaTu uoroereToaC_ wf oP Fes ‘soydojooqsd uppoujex wy ue ecoszed vf 9p S049500 0 ee Sa TuoEsnasyp bead sora, & S0st) "soqenaummpuny spt 801 # OP seoyydans wopond 2s ‘upfonyosex ef sisiue To eed peynourp so4eUt So[pqp awuaurzeynoned soseo Soj 72MO5=2 me ‘upistoop #1 ap serauansesuoo se wywand UD azn anb ours (seaseq seonp SEUILON. ‘Salojea sop) worBoqowosp wanodsrad wy exBowy of08 OF ‘esond vj snrepoms exewany puosied Be z9pudyep & soueHTEU ap [EUS :uo9 upyso9p ap az0qso ese sEIuONTUOD 9 6 sooorwoita vava Yous. jap aaaand anb oj 2 Js soqes uo nstsuos upis}o9p ap ofsooud Jo “orsedsas fe wHoyIExD Coy wun ese¥GnH 1S "6E [P35 2oqes uo wpnstsuoo uorstRep ep oseoaid Te ‘owedsal IF HONE Ss | ap pepioedeo ns sewuomsinuy 9 seazesuoo— ‘perreqi w| wrouotouc: __ PE ar ‘etouaispe e| ua Jeoaueanad— :ex0U08 ue PuEMY eu | gproos & oor@pjoojsd ‘ootsy ‘oormouar2 ars09 rOURUE Te A pep ; ‘onmd 0B. & -worSoyene 0 eisamp seyqeoride 105 uppond opruaruo: ‘seo [p Bp a8 anb B| a peparoos WI ap Te wuoysoyoud jop wanel br 9p sesox8qar K sean sou! {psa ua ommur oyortquoo u5 tens anb soon seusz0H & sordyourd ‘sox0TeA So =P “fp ua uaaiojur oepand anb Sajgeuea K sOoqto91 -soiuSuio sop uo ‘293804 eo}duoo pyar ou | 9P OF qway worspap v] op sayue sosed saqtamnys ‘SaTDUEP Anus soseo vexed uoIsPep ap OPOHTN son ns 4 fools V7 20 WNOISSAOHI 86 0 {BL PROFESIONAL DE LA FSICOLOGIA YSU ETHOSe 12.A que el paciente tenga en cuenta sus posiblidades de cambio y también sus limitacio- nes, que respete y considere su tiempo personal, pero también que insista en que cambie hoy lo que pueda ser cambiado, 13.A un proceso disgnéstico que permita orgenizar adecuadamente su tralamiento sin ser ‘etiquetado ni limitado arbitrariamente en sus posibilidades de desarrollo. t 14.4 recibir informaciGn diagnéstica y pronéstica administrada de forma tal que petmita la tonomfa de sus decisiones sin daar la valoracién de s{ mismo. ‘Ansia de titulos académicos, falta de entrenamiento e impericia ‘GG complet6 su programa de formacién en psicologia clinica pero hizo toda su précticaen el ‘campo del tratamiento con adultos. A pesar de que no ha tomado cursos en desarrollo y psico- somo clientes. Para | cso se ha provisto de varios manuales de psicologfa evolutiva y terapia infantil (Citado por logfa infantil, ahora quiere trabajar con nifios y ha empezado a inc Keith-Spiegel, 229) ‘Falta de preparacién terapéutica y riesgo de perjuicios clientes, al mismo tiempo que iba leyendo algunos libros dentro del tema en los momentos libres (1d.,225) Contrato entre psiedloges GG contraté a MS a trabajar en su consultorio privado. MS tiene una especi logia y GG le da unas horas de supervisién en la administraci6n del Wee! Rorschach. GG acostumbra a entrevistar a los clientes alrededor de 10 minutos y lego se los enviaa MS para que adminisire os tests. Posteiormente, basado en los datos preparados por MS, GG prepara los comentarios y los firma. (Id,101), cién en psico- Etica y amistad: el inmoral antipétieo y el inmoral simpético itu de equipo del departamenta. En ales te ignora y cuando se da cuenta de tu existencia hace comentarios el alo pasado?”. Su asistente ha venido recientemente & plantearte su problema, Ha rnotado que los d que el Prof. X analiz6 en la experiencia, no son los mismos qué él Prof. X est informando dos veces més del niimero de sujetos que istente tiene las pruebas en la mano. El prof. X ha enviado a una manuscrito de un articulo basado en esos datos fraudulentos nte y qué condita emprenderfas?) 2.Tu colega el Ps. Y es un buen amigo, un buen hombre que prefiere mucho més ensefiar {gue investgar, pero estd presionado a investigar por las obligaciones académicas, El Dr Y y tt se ven frecuentemente en acontecimientos sociales con una frecuencia de una 0 rel TAT yel ‘como estos: “jalguna vez lograste terminar aquel pequefio estudio que estabas haciendo EMA PARA PreStoC08 a! 405 veces all mes. Ambos comparten el mismo interés por el fitbol y son estéinformands dos veces mas qe el nimero de metos que interven jgacién. El asstnte dice que tene las prucbas evidentes de esto. itis Iaborados a partir de los propuestos por Keith Spiegel, 13)

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