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UNA APROXIMACIÓN HERMENÉUTICA

Dejad que los niños vengan a mi…

Mtra. Blanca Estela Galicia Rosales


blanquitagalicia@yahoo.com.mx
TÍTULO: PANDILLA DE CARNICEROS
AUTOR: ARTURO MEZA

Los vi arrojar esclavos al mar, beber la sed de la soledad,


Los vi arrastrarse en invierno, buscando alguna señal
De una lluvia celeste.
Los vi arrancar en pedazos las carnes del sueño,
Degollar a los niños, llorar a carcajadas
Buscando a dios en la locura.
Los vi cercar ciudades de oro, atropellar reinados
Y ocultar la vergüenza de su impotencia en la violencia.
Los vi vagar en desiertos centenas de años buscando
La piedra filosofal, solo encontraron las rocas
Que cubrirían sus tumbas
Vi replegar sus armas por el miedo.
Se apoderaron de templos, se disfrazaron de blancos
Cuchillo para el bautista, corona de sangre para Jesús
Así escribieron la historia, esta pandilla de carniceros
Que asesinaron esenios y se dijeron cristianos,
Y así llegaron hasta estos días
En que aún se dicen profetas
Y así llegaron hasta estos días
En que aún se dicen profetas
Que sabe el papa del cielo
Que sabe el hombre de ciencia
De la verdad del universo
Que sabe el papa del cielo
Que sabe el hombre de ciencia
De la verdad del universo
Que sabe nadie de donde estamos
Que sabe nadie de lo que somos
Que sabe nadie, nadie, nadie, hipócritas.

El presente texto realiza un análisis de la canción titulada Pandilla de Carniceros en donde se


habla del juego doloso existente entre las estructuras de poder tanto políticas como clericales,
en donde no existen consideraciones éticas que permitan la consideración de los otros frente
a lo que duele o hiere.
¡Pinche pandilla de carniceros! Esa fue la expresión que hice cuando terminé de escuchar la

canción, con un fondo musical que me recordó la pieza de oración del remanso de Jorge

Fandermole con motivos eclesiásticos que implicarían el encuentro hacia la paz, casi

celestial. Arturo Meza sabe perfectamente como disrumpir. Añade un toque de rock y una

voz grave que crea ese ambiente musical confuso y generador de nerviosismo entre quien

escucha por un lado ese atrevimiento musical y por otro la letra denunciando con ritmo

ralentizado: …los vi arrancar en pedazos las carnes del sueño, degollar a los niños, llorar a

carcajadas… ¡Así denuncia la pederastia! La hipocresía de los clérigos que respetan el

concilio de Trento y no se casan, sin embargo, ejercen abuso sexual hacia los niños

aprovechando el exceso de confianza de los padres o la carencia de ellos con los niños en los

orfanatorios. Los sacerdotes pederastas seducen a los niños con palabras dulces y

provocativas, con regalos, con caricias y con el nombre de Dios enarbolando sus actos y

acciones, llevándolos a los niños poco a poco a tocamientos lascivos, jugando con la

delicadeza traicionera de la piel que con el roce de otra es capaz de confundir deseo con amor.

La inexperiencia sexual de los niños los lleva a dislocar las emociones, a sentir culpa y a

callar como si el abuso lo cometieran ellos. El vaivén entre el deseo y el miedo conducen a

cambios en el modo de ser, se trastorna el modo de ver no sólo al adulto sacerdote sino

también a los otros, Hasta que un día deciden hablar y vomitar cada caricia, cada beso, cada

penetración, cada gemido, cada recuerdo como ocurrió en la película francesa: Por la gracia

de Dios con los jóvenes que deciden hablar de lo sucedido en su niñez y así acallar el alma y

la conciencia.

Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos

es de quienes son como ellos. Una frase bella y romántica que implica reconocer a los niños
en su inocencia y pureza, en su capacidad de pensar y decidir, en su esencia lúdica y en su

capacidad de amar. ¿Es esto un asunto ético? como dice Mercedes sosa: Es honra de los

hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia dispersa por las calles, evitar

que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura de pan y chocolate. Si los niños

están al cuidado de los adultos, si los niños están despertando a la vida, si los niños deben

tener experiencias para su formación, si los niños deben tener confianza y consideración de

los otros, si los niños deben jugar, si los niños deben ser amados. Entonces ¿Cuál es el papel

de los adultos? ¿Cuándo un adulto es confiable?, ¿Quién cuidará a los niños?, ¿Por qué el

adulto hace que los niños obedezcan sin replicar?, ¿Por qué el docente quiere niños bien

portados? Estas y muchas otras preguntas transgreden la realidad hoy. No hay respuesta que

nos dejen conformes a todos.

La historia del viejo mundo se escribe con el ambiente católico por lo menos si partimos

desde la edad media en donde se han incluido obras musicales, plásticas, escultóricas y

literarias en donde la biblia fue la base de esta historia, en sus obras olvidaron incluir la

historia de la pederastia que viene concomitante: Así escribieron la historia, esta pandilla de

carniceros. Omitiendo todo lo que delataba y escribiendo públicamente todo lo que los

enaltecía. ¡Hay crisis en la iglesia católica! Ni si quiera se si hay salida.

Sólo sé que esa pandilla de carniceros surgió hace mucho y no ha muerto. Sigue viva en

nuestros días y mientras esto ocurre miles de niños alrededor del mundo padecen su

existencia.

En tanto la oración pederasta con la que se está buscando a Dios en la locura es:

¡No nos dejes caer en prisión y líbranos de todo penal!

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