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canción, con un fondo musical que me recordó la pieza de oración del remanso de Jorge
Fandermole con motivos eclesiásticos que implicarían el encuentro hacia la paz, casi
celestial. Arturo Meza sabe perfectamente como disrumpir. Añade un toque de rock y una
voz grave que crea ese ambiente musical confuso y generador de nerviosismo entre quien
escucha por un lado ese atrevimiento musical y por otro la letra denunciando con ritmo
ralentizado: …los vi arrancar en pedazos las carnes del sueño, degollar a los niños, llorar a
concilio de Trento y no se casan, sin embargo, ejercen abuso sexual hacia los niños
aprovechando el exceso de confianza de los padres o la carencia de ellos con los niños en los
orfanatorios. Los sacerdotes pederastas seducen a los niños con palabras dulces y
provocativas, con regalos, con caricias y con el nombre de Dios enarbolando sus actos y
acciones, llevándolos a los niños poco a poco a tocamientos lascivos, jugando con la
delicadeza traicionera de la piel que con el roce de otra es capaz de confundir deseo con amor.
La inexperiencia sexual de los niños los lleva a dislocar las emociones, a sentir culpa y a
callar como si el abuso lo cometieran ellos. El vaivén entre el deseo y el miedo conducen a
cambios en el modo de ser, se trastorna el modo de ver no sólo al adulto sacerdote sino
también a los otros, Hasta que un día deciden hablar y vomitar cada caricia, cada beso, cada
penetración, cada gemido, cada recuerdo como ocurrió en la película francesa: Por la gracia
de Dios con los jóvenes que deciden hablar de lo sucedido en su niñez y así acallar el alma y
la conciencia.
Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos
es de quienes son como ellos. Una frase bella y romántica que implica reconocer a los niños
en su inocencia y pureza, en su capacidad de pensar y decidir, en su esencia lúdica y en su
capacidad de amar. ¿Es esto un asunto ético? como dice Mercedes sosa: Es honra de los
hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia dispersa por las calles, evitar
que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura de pan y chocolate. Si los niños
están al cuidado de los adultos, si los niños están despertando a la vida, si los niños deben
tener experiencias para su formación, si los niños deben tener confianza y consideración de
los otros, si los niños deben jugar, si los niños deben ser amados. Entonces ¿Cuál es el papel
de los adultos? ¿Cuándo un adulto es confiable?, ¿Quién cuidará a los niños?, ¿Por qué el
adulto hace que los niños obedezcan sin replicar?, ¿Por qué el docente quiere niños bien
portados? Estas y muchas otras preguntas transgreden la realidad hoy. No hay respuesta que
La historia del viejo mundo se escribe con el ambiente católico por lo menos si partimos
desde la edad media en donde se han incluido obras musicales, plásticas, escultóricas y
literarias en donde la biblia fue la base de esta historia, en sus obras olvidaron incluir la
historia de la pederastia que viene concomitante: Así escribieron la historia, esta pandilla de
carniceros. Omitiendo todo lo que delataba y escribiendo públicamente todo lo que los
Sólo sé que esa pandilla de carniceros surgió hace mucho y no ha muerto. Sigue viva en
nuestros días y mientras esto ocurre miles de niños alrededor del mundo padecen su
existencia.
En tanto la oración pederasta con la que se está buscando a Dios en la locura es: