La SUNAT tiene una lucha constante en contra de las facturas falsas, las famosas “Facturas

de favor”, en contra de las “empresas cascarón” que se crean para vender papeles y que
básicamente hacen una competencia desleal con aquellos que ya dieron el primer paso a
formalizarse o quieren formalizar.
En el mundo contable tributario se sabe que hay ventas de facturas por 3%, 4% con
bancarización, la persona que vende este tipo de “papeles” se presta para este tipo de
fraudes donde, detrás de esto hay profesionales de la contabilidad, abogados e incluso
tributaristas que sin ética se prestan para poder crear una simulación de una operación real.
Hay alguien que quiere adquirir facturas falsas o que ya adquirió estas facturas,
simplemente para “evadir impuestos”. En el “delito de defraudación tributaria”, los que se
prestan a esto son personas de 18 años, 20 años, 40, 50 años que no tienen trabajo, ahora,
en el caso de Yo verme encerrado, implicado en este tipo de casos, debo tener en mente que
este tipo de actos es un delito donde hay sanciones tales como: pena privativa de libertad,
existen mandatos de detención, etc., y que, además de ello, es una gran falta de autoestima,
pues como persona uno debe de tener la ética, que nos define la calidad de persona que
somos.
La actitud que uno debe tomar frente a este tipo de casos es, tener una cultura tributaria,
que nos sirve de instrumento para combatir la evasión tributaria del Perú, y si en el caso de
yo tener una empresa que activamente esté evadiendo impuestos, (esto debido al temor de
la formalización, querer ganar más dinero mal habido, etc.), debería de capacitarme sobre
este caso, pues la desinformación es en un 65% la causante de este problema, además de
ello, aferrarse a la frase, “Dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”,
pues vivimos en una sociedad donde existen leyes que rigen nuestros accionares. La ética
es eso, es nuestro accionar humano en son del bien.