Está en la página 1de 2

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL

FACULTAD DE BELLAS ARTES


RAFAEL MAURICIO CARO DAZA
COD. 2017175019

TRABAJO ENAJENADO

Una vez que Marx en los capítulos anteriores desenmascara la base real del
capitalismo, en el capítulo TRABAJO ENAJENADO, expone el verdadero papel que
tiene un obrero en dicho sistema. Por un lado Marx argumenta que un trabajador
queda reducido a mercancía, es decir que pierde su identidad como individuo, pues
pasa a invertir su tiempo en un proyecto que no le pertenece, convirtiéndose en un
reflejo de su trabajo; generando una desigualdad directamente proporcional, es decir
que entre más eficiente y productivo sea su trabajo, más miserable será.
Según Marx esto se debe a que la economía política nunca explica su origen, dejado
en el aire el fundamento de la división entre capital y trabajo, capital y tierra. Tampoco
explica la relación entre beneficio del capital y el trabajo. En resumidas cuentas la
economía política plantea que el intercambio y la desigualdad que esta produce se
dan por hechos ocasionales.
Uno de estos hechos ocasionales, resulta ser la aparición del obrero, el trabajo, el
tercero que no trabaja, el objeto y con ello la codicia. Explicare de forma resumida la
relación que Marx planteo entre ellos y como nos han afectado hasta nuestro días.
Cuando aparece el objeto en que el obrero ha trabajado, este resulta un “ser
extraño”, esta objetivación viene siendo el poder de “un tercero que no trabajó” este
poder es una privación de la libertad sobre el obrero, es decir una enajenación. Por
lo tanto se valorizan los objetos pero no se valorizan los humanos. Se empieza a
codificar el trabajo, como si este fuera un objeto más a disposición de los capitalistas,
donde ellos pueden disponer de este cuando lo deseen, convirtiendo al humano en un
objeto, que pierde su valor a medida que trabaja. Entonces el trabajo enajenado se
da cuando la existencia del trabajador dependen del trabajo, es decir tiene una
identidad prestada (si es que tiene), ya que su existencia se basa en una existencia
que esta fuera de él (trabajo), independiente a él, ajena de él y por esto representa
ante él un poder. Para explicarlo más fácilmente es como un perro con su amo, la
existencia del perro depende de su amo, llevando al perro a obedecerle y por ende el
humano conduce al perro a humanizarse, perdiendo así el canino su identidad.
El trabajador no desarrolla su energía física, ni espiritual cuando está en el trabajo. No
está en su voluntad ir a trabajar, sino que se ve forzado hacerlo, además de volver a
ser él cuando se encuentra fuera del trabajo, porque en el trabajo no se pertenece a
él, sino que pertenece a otro.
Los animales no se separan de su Actividad vital (trabajo), son ella misma. Por
ejemplo el gato caza, entonces el gato es un cazador, es decir que son la actividad
vital en sí; mientras que el humano además de ser lo que hace, decide lo que hace y
piensa lo que hace, por lo tanto desarrolla una Actividad Vital Consiente. Al
satisfacer las necesidades animales (comer, dormir…) es cuando el obrero se siente a
gusto, es decir que su satisfacción lo convierte en un animal, puesto que fuera del
trabajo únicamente sacia sus necesidades animales y su actividad vital no es
consiente, deja de ser un humano, para ser un animal obrero.
El humano es un ser universal, en tanto que se apropia de la naturaleza a través de
del trabajo. A través de la naturaleza trabaja porque se beneficia de ella, la necesita y
la transforma al trabajar. El trabajo enajenado según el autor consiste en separar al
hombre de la naturaleza, y por otro lado en cuanto a su trabajo, este lo enajena a sí
mismo como humano, dejando de ser universal.
De todo esto podemos concluir que la enajenación es el resultado de la enajenación
del humano por otro humano. Que ha llegado a perpetuar en nuestro tiempos y con
mayor avidez, despojándonos de lo que somos, de lo hemos sido y queremos llegar a
ser, para convertirnos en los esclavos de “los terceros que no trabajan”, llevándonos a
perder nuestra identidad, por conveniencia y codicia, transformándonos en esclavos.
Esta esclavitud incluso nos ha enajenado de pensar en que no somos trabajadores,
somos esclavos del siglo XXI.

También podría gustarte