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11.

Extendido sería capaz de dar dos vueltas y media a la Tierra

El sistema circulatorio está compuesto por una cantidad impresionante de vasos


sanguíneos, arterias y capilares. Si las tomáramos todas y las ordenáramos una tras otras,
obtendríamos una fila de 100 mil kilómetros. 

10. Los glóbulos rojos deben ajustarse para pasar por los vasos sanguíneos

Los vasos sanguíneos son realmente estrechos, con un diámetro de 8 micrones, similar al de un
cabello humano. Para que nuestros glóbulos rojos puedan pasar a través de ellos, estos deben formar
una fila e ir uno por uno, ya que apenas caben por los capilares por tener un diámetro
similar. Existen vasos sanguíneos todavía más pequeños y, en esos casos, los glóbulos rojos se
comprimen al máximo para poder circular.

9. A mayor tamaño, menor ritmo cardíaco

Lo lógico sería pensar que los animales más grandes, tendrían también un ritmo cardíaco más
elevado, pero el sistema circulatorio funciona al revés. Una ballena azul tiene un ritmo cardíaco
promedio de 5 latidos por minutos, mientras que el de una musaraña es de mil latidos por
minutos. Los seres humanos, tenemos un ritmo cardíaco de 75 latidos por minuto en promedio,
cuando estamos en reposo. Al hacer actividad física, este sube.

8. El corazón sigue latiendo fuera del cuerpo

Si le sacas el corazón del cuerpo a una persona, este no se detiene de inmediato, sino que sigue
latiendo fuera del organismo, aunque no esté conectado al sistema circulatorio. Esto se debe a que el
corazón genera sus propios impulsos eléctricos, que desencadenan los latidos, los que continuarán
mientras el corazón aún tenga oxígeno.

7. Hace miles de años se estudia el sistema circulatorio

Al ser uno de los más importantes del cuerpo, culturas antiguas como los egipcios estudiaron el
sistema circulatorio. Las primeras investigaciones encontradas datan del siglo XVI a. C. Los
egipcios creían que el corazón era el órgano donde se realizaban las labores para el funcionamiento
del cuerpo, además de ser fuente de emociones, sabiduría y recuerdos.

6. Los médicos siguieron un modelo equivocado por más de 1500 años

En el siglo II, el médico y filósofo griego Galeno de Pérgamo, creó un modelo del sistema
respiratorio que se consideró correcto hasta el año 1600. Tuvieron que pasar 1500 años para que en
el médico ingles William Henry se diera cuenta de que el modelo estaba errado y lo corrigiera hasta
la base que conocemos hoy.

5. Los glóbulos rojos son realmente especiales

Los glóbulos rojos que se encargan de transportar el oxigeno, son carentes de núcleo, por lo que no
se sintetizan o dividen. La vida de un glóbulo rojo es de 120 días. Pasado ese periodo, éstos mueren,
pero no nos afecta, ya que la medula produce nuevos de forma continua.

4. El corazón roto no es solo una metáfora

Cuando se sufre por amor, se suele decir que la persona tiene el corazón roto. Parece una metáfora,
pero dicha emoción fuerte, puede dañar el corazón provocando dolores, debilitamiento e incluso un
paro cardíaco. Los médicos, han acuñado el termino síndrome del corazón roto para este
fenómeno, que se suele producir en quienes pasan por una separación física, divorcio o quedan
viudos.

3. El cateterismo cardíaco fue descubierto en una autocirugía

El cateterismo cardíaco es un procedimiento mínimamente invasivo, en el cual se introduce un


pequeño catéter a través de los vasos sanguíneos hasta dirigirse al corazón. Se le utiliza para realizar
una serie de exámenes. Este procedimiento, desarrollado por el médico Werner Forssmann en
1929, tuvo al mismo doctor como sujeto de experimentación. Este galeno, con la ayuda de una
enfermera y máquina de rayos X, introdujo un catéter de 60 centímetros desde su brazo hasta el
corazón.

2. La sangre humana puede tener diferentes colores

Cuando hablamos de sangre, el color rojo se nos viene a la mente y, en el caso de la realeza, se
habla de sangre azul. Lo cierto es que la sangre puede adoptar otro tipo de tonalidades, según la
concentración de oxígeno en ella. Nuestras venas pueden parecer azules, pero nuestra sangre nunca
lo es.

1. La vida en el espacio exterior afecta nuestro sistema circulatorio

El pasar un tiempo en órbita, ya sea en un transbordador o en la Estación Espacial Internacional,


produce efectos en el sistema circulatorio provocados por la falta de gravedad.

El fluido sanguíneo se concentra en el pecho y cabeza, y el corazón debe agrandarse para trabajar
extra. Si bien la cantidad de sangre en el cuerpo no cambia, nuestro organismo lo interpreta como si
tuviésemos un exceso de fluidos y reacciona reduciendo la circulación sanguínea.

Eso sí, las cosas vuelven a la normalidad al regresar a la Tierra y, antes de viajar al espacio, los
astronautas se someten a una serie de pruebas médicas para asegurarse de que el corazón resistirá a
las exigencias de las misiones espaciales.

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