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Ratoncito Pérez

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El Ratón o Ratoncito Pérez es un personaje fantástico que se encarga de
recoger los dientes que se les caen a los niños y que colocan bajo la almohada.
Mientras los niños duermen, el ratón lo cambia por dulces, monedas u otros
regalos.1

Índice

 1Tradición universal
 2Origen
 3Mitos relacionados
 4Cine y teatro
 5Traducciones
 6Véase también
 7Notas
 8Referencias

Tradición universal[editar]
Se le reconoce como «Ratón» o «Ratoncito Pérez» en los
países hispanohablantes, con la excepción de algunas regiones de México y Perú,
donde se le llama simplemente «el Ratón de los dientes».
En Francia se le llama la petite souris («Ratoncito») y en Italia se le conoce
como Topolino, Topino («Ratoncito») o Fatina («Hadita»). En otros lugares hay
otros seres fantásticos encargados de recoger los dientes, como Tooth
Fairy («Hada de los dientes») en los países germanos, l'Angelet («el Angelito»)
o La rateta («la Ratita») en Cataluña, Maritxu teilatukoa («Mari la del tejado») en
el País Vasco – sobre todo Vizcaya – o L’Esquilu de los dientis («La Ardilla de los
dientes») en Cantabria.2 En algunos lugares es tradición tirar los dientes de los
niños a los tejados de las casas.[cita  requerida]

Origen[editar]
Edición de 1911 del cuento de Coloma, con portada de Mariano Pedrero.

El origen más probable del ratoncito y su enlace con un hada proviene de


un cuento francés del siglo XVIII de la baronesa d'Aulnoy: La Bonne Petite
Souris (El buen ratoncito). Habla de un hada que se transforma en un ratón para
ayudar a derrotar a un malvado rey, ocultándose bajo la almohada del mismo, tras
lo cual se le caen todos los dientes.3

Placa conmemorativa en el mismo lugar donde el padre Luis Coloma situó la vivienda del Ratoncito
Pérez, en la Confitería Prast de la calle Arenal número 8 de Madrid.

En España, su introducción a la mitología infantil se ha atribuido a Luis


Coloma (autor también de Pequeñeces o Jeromín), cuando hacia 1894 pidieron al
jesuita que escribiera un cuento para el futuro rey Alfonso XIII, que entonces tenía
8 años, y al que se le cayó un diente. Sin embargo, en la novela La de
Bringas de Benito Pérez Galdós,4 escrita en 1884 y ambientada en 1868, el autor
compara a un personaje, Francisco Bringas, avaro y tacaño, con el ratoncito
Pérez, luego debía ser popular para el público ya antes del cuento del padre
Coloma.nota 1
Dentro del plan memoria de Madrid, el ayuntamiento de la Villa colocó una placa
en el número 8 de la calle del Arenal, domicilio donde Luis Coloma situó la
vivienda del roedor;5 en la placa puede leerse: «Aquí vivía, dentro de una caja de
galletas en la confitería Prast el Ratón Pérez, según el cuento que el padre
Coloma escribió para el niño rey Alfonso XIII.» 6 En un local vecino se instaló un
Museo del Ratón Pérez.7

Mitos relacionados[editar]
En algunos países asiáticos, como Corea, India, Japón y Vietnam, cuando un niño
pierde un diente, es costumbre que lo lance al techo si viniera de la mandíbula
inferior, o en el espacio debajo del piso si viniera de la mandíbula superior.
Mientras se hace esto, el niño expresa un deseo de que el diente se sustituya por
el diente de un ratón. Esta tradición se basa en el hecho de que los dientes de
ratones crecen durante toda su vida, una característica de todos los roedores. En
Japón, una variación indica que los dientes superiores se lancen directamente
hacia abajo a la tierra y los dientes inferiores hacia arriba al aire, la idea es que los
dientes entrantes crezcan derechos.8
En países del Cercano
Oriente (incluyendo Irak, Jordania, Palestina, Egipto y Sudán) existe una tradición
de lanzar un diente de leche al cielo hacia el Sol o hacia Allah. Esta tradición
puede tener su origen en una oferta pre-islámica que se remonta, al menos, al
siglo XIII. También se menciona por Izz bin Hibat Allah Al Hadid en el siglo XIII. 9

Cine y teatro[editar]
En 2005 se estrenó en Buenos Aires El Ratón Pérez, tu primer musical, de Cibrian
Mahler (que se repondría en 2011). En 2007 se presenta un nuevo espectáculo
teatral en el Teatro El Nacional El Ratón Pérez y el cofre perdido, y en abril de
2010, en el Teatro Gran Rex, El Ratón Pérez Superpoderoso.10
En 2006 la historia fue llevada al cine en una coproducción hispano-argentina,
bajo la dirección de Juan Pablo Buscarini, bajo el título de El Ratón Perez (Pérez,
el ratoncito de tus sueños en España y México).
En enero de 2009, Disney estrenó en Hispanoamérica la película El Ratón Pérez
2, bajo la dirección de Andrés G. Schaer. (Pérez, el ratoncito de tus sueños 2 en
España y México). 10
En 2012 el Ratoncito Pérez tuvo un breve cameo en la película El origen de los
guardianes de DreamWorks Animation. Durante la recolección de los dientes, una
minihada de los dientes encuentra al ratón llevándose un diente y se pelea con él,
pero ella le explica que es parte de la división latina mientras el ratón demuestra
su enfado gritando y arrojando su sombrero; sin embargo, el ratón de la película
parece ser un ratón ayudante que trabaja para el Ratoncito Pérez, parecido a las
que trabajan para el Hada de los Dientes. 11

Traducciones[editar]
El Instituto Padre Luis Coloma de Educación Secundaria, de Jerez de la Frontera,
España, para conmemorar el 180 aniversario de su fundación y en colaboración
con el Aula Confucio que funciona en dicho centro, patrocinó una traducción
adaptada al chino del cuento.12

Véase también[editar]
 Hammaspeikko - troll de los dientes finlandés (en inglés)
 Madame d'Aulnoy y su cuento La Bonne Petite Souris (El Buen Ratoncito).
 Pérez, el ratoncito de tus sueños, película de animación dirigida por Juan
Pablo Buscarini.

Notas[editar]
1. ↑ Coloma lo presenta como un bonachón personaje que muestra al Rey Buby (apodo con que la
Reina María Cristina llamaba a su hijo) las miserias de los pobres, antes de depositar un toisón
de oro en su ilustre lecho. En la versión de Coloma, el ratón vivía con su familia dentro de una
gran caja de galletas, en el almacén de la entonces famosa confitería Prast, en el número ocho
de la calle del Arenal, en el corazón de Madrid y no muy lejos de Palacio. El pequeño roedor se
escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, llegaba a las
habitaciones del pequeño rey Buby I (Alfonso XIII) y las de otros niños más pobres que habían
perdido algún diente, despistando a los gatos, que siempre estaban al acecho. El escritor
concluye así: «El rey niño Buby I colocó su diente debajo de la almohada, como es costumbre
hacer, y esperó impaciente la llegada del ratoncito. Ya se había dormido cuando un suave roce
lo despertó.»

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