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SOBRE HOLZWEGE
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J<: ); :-; ,\ y () ,' l' I L o ~ () r' 1 eo R
n la historicida,d del ser - ~ (' tor il " a n :lC l' On i ~ lIlo d!· l
mito del ' SP 1'. P r r o hn.~· mitos r et rosp ectivos y mitos
prospect ivos. No se puede r etr otraer el presente a los
oríge nes, a l1nc¡ue r 'l tos, como germ en qu e ya dio :o;u
fnlto, E'stén virtualmente en aquél. P ero lo u o acae-
cido - y que es t á dentro de la s posibilid a des hist ó-
r ica s el e la exi" tpl1eia - tam bi én muerel e en as cn··
b'aña s el el prpsente, im puls::melo el destino p lanetar io
<lel hombre, que busca su p erar su apa trid ad , su em:-
jenación en t oelo lo qu e es n egación el e su esen cill,
L a comun ión el el hombr e co n el ser se rea li zal'á cuan··
1:10 el hombr E' ud \'enga a l:l mismidad el e su propia
ese n cia, de su exis te ncia, E s un a ta r ea hi s tórica, es el
deSlll'l'oll o de un grnnen vivo - aún n o frut ecido-
el que, como t a l se h all a entra ñado ya en los ol'í.g en e;;,
es tú latr nlP e n pl h oy y cuyo desp li egu e será la con-
qui sta del hombre el e maíín.na, T odo m ito viv iente v:t-
lid a s n orige ll [' 11 1:1 medid a en que posee pr osp ección
temporD 1, pl'i nl(,],o en la es tructura u órbit a exis t en -
-cial mi s nl ~ rl el h Olll bre, y luego en la vida de la hu-
manida d his t ó l.'i ca . .1.\ la f u en te n o se l'etorna, pal'íl
<contemplaJ:Rc ['n su esp ejo por un D.fÍlu de narcis isllI o m' ..
<caizante, ~ in o pura l'~tal' sep:m 'o del r UlIlbo e iden t if:-
cm';", con el impul so de la conien te que de ell a flu-
..ye.
Por h aber ahíl nc1 onad o, en lo esen ciDI, la dirección
a qu e, en Sein und Zeit, apun t a ba una pro blemát iea
magistra lmr nte bosq uej a da, el actual p en samiento, d e
H eid egger h a desem bocado en un Holzweg, situación
in dividual sin duda, pero que trasunta un estado caf>i
,g-ent' l'al de la fi losofía eUl'opea en es ta en crucija.da his-
i,ól' iea d I' ]a hum a nid ad occidental.
(195 0)
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(' .\ R 1. o ti •\ C; T H .\ J) . \
II
(1) Una sínt eF i s ele lo que J-Ieidegge:r C'ons iflera la ta rea q Ue"
C'o ll1 pe t e a l pe nsa r trae un artículo r}~ l lll lsnlo t ítulo
( ¿, \Va s b c iss t l)pnk cl1 ? ) --que fue e l ten1 8 d e lun a cO n.~
:,f ere nc 18 radi a l- publi cado en ~,[e rl ( lT l ' l N4 53 . 79 Gua·
cIerno . Ju lio 1D52, S tuttg<1 r t. E l terna d esa rro ll a do el ura n·
te d os c ur sos lectiv os ha s ielo recogiclo inte gra me nte e n
e l l1 b,-o ele Heielegger, \I'as h e i:;st De nk en ? N ie m eyer
Vel'l ag Tü b ingen , 1954.
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E:-;SAYOS FILIISOFICOS
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e ,1 II r, () :s A s '1' H el )) ,1
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Heid c¡:;-¡:;-er I'xplicitll p I Cill'H.Ctl'l' del p p n f;::l l' (' (¡Jl I O ,1 11
est~lr en P'Dl11ino a ... , con una penetración que saea
a lu;\ lo llli S100 qu e el buzo que vuelve de una profun-
di.dad oce~'inicl1 con el tesoro de un naufragio, magní-
fi('os ha llazgos. (i, Y qué otra cosa es para él el p ell -
~alll i e nt o clásico griego, r edu cid o a techné y tabulado
rn di sciplin as, qu e los restos de un nauf ra gio en que
el oro de ley, el significa do esencial del aporte· 0l'Í-
g'inal'io dp los presocráticos, de un Parlll énid es, de un
Heráclito se ha p erdido, ha sido o l vidado ~). Hace un
nnáli sis en pos dE' una nupva interpretación , muy suya,
del comienzo del fragmento 6 de Pannénides (Diels,
Die Fragmente del' Vol'sokl'z.tikel'. 1 Bd., pág. 15:3,
-l~ ed.) . E ste r ew : "Esto ('s necesario decir "Y pensar,
que el rntc es". Hid egger , p an\ descifrar en S U ~e l1 tido
lo que se oculta ('1'\ el porma pnnnenídeo bajo signifiCtl-
nones idiolllálicl1 s incipientes., ('mpieza por esta-
blecer lo que sería la verdad cra puntuación de la fra-
S 2 : "Esto es n pces~1rio" (pu nto y eO lll a) " decir y p'JU-
sal''' (punto y coma) "que" (punto y coma) "sólo el
ser es". Una pos ibl e transcripción conceptual d r la
sentencia tal como la pl'esentn Heidegger sería la. si-
g niente: (" El ser) es necesari o, sólo el sel' es, y " que"
suscita. el decir JI el pensar" . Claro qUt) los filó logo:;
no es tarán de acuerdo con esta interpretación de H ei-
degger, como tampoco con otras, tal como la de· la
sentencia de Ana , imandro (Holzwege, piig 296). Ca.-
(11'. punto ~T COIIIO que introduc e en aq uéll<l los hará
dar un brin co. P ero no sobl'cestilllemos a los filólo-
gos, máxime si tenemos presente la opinión que Nietzs-
che (qu e bien conocía. a sus colega ) nos da tl e ellos
(Wir die Philologen) , sobre todo en lo que r especta a
~ u falta de aptitud para desentraña r lo simbólico, qJe
es el ropaje del pensamiento antiguo, sobre todo del
pl'esocl'Ít ti c0.
. Con relación a Parménides, Hel'áclito, et c., Hei -
degger pon e en entredi cho la designación ele p:l'csocrá-
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e .\ 11 J, o s :\. s '1' n .\ J) .\
ticos. COl1:; idcl'a qUl', con l'ef(, l'en ~ i ll H ésto,;, lHlhl<l l' ¡] l'
presocnítinos es 1 0 11li ~ Jllo que llnlllal' ;¡ Kn l1 t pl'eh l '-
gel iano. Desde el punto d l' vista fonl1n l la compara-
ción ('8 atl' a ~·e n tc ílUnqu e d i ~c utibl l' . Ciel'tf.lln en te, pn -
ra un h egeliano, Hegel será la sup eración d e la postu-
r a de Knnt, el desarrollo pleno de lo que en es t e úl-
timo h a bría esta do gerlllinalmente. No obstante, es t il
a preciación es obj eta ble por cu anto en H egel, dentro
d el marco de los s is temas del idealismo alemán post-
kantiano, culmina un d esnlTollo metafísico, que no
tiene su arr a nque rn Kant, y l a problemática. que in-
:fier o Heg'cI en Phánomenologie des Geist es, que es In
más viviente del a porte h egeliano, es ajena. al p en sa-
miento de Kant. l'OT lo demás, eon igua l criterio po-
dría conc: id el'arse H és te como prefichteano o pl'esebe-
llingiano. M as Jo <'fec tivo es qu e a. todos Jos filósofos
del idealis mo alO1n 5n, a partir de Fichte, se los llama
pos tkantianos y con razón , no para situarlos cronoló-
gicamente, sino porCJu e el fi losofal' d e todos ellos alTacl-
ca de la posición kantia na. De modo que toda la cons-
telación del id r al islllo alemán es filosofín. - y grnl1
filosofín--- pos tkaJlt iam . En call1 hio , la f ilosofí a P !·,,-
kantiana se p al'ecl' mu ch o a la pl'efilosofía, pTolongél-
cIo " su eno clog'11lá tico" . En cuan t o nI ul terior cl esaJ'1'(l-
Ho qu e los f ilósofo>; del icl ea lislllo alelllfln úllpl'i nH' II,
en más de un asp ecto im portante a l::l posición k anti.;¡ -
na, y también en lo to cante ti a lgun as de la s COI1SeCUCli -
cias más radicales que de ·és ta derivan (intuición in -
t electual el c Ficht r, apl'iol'idad ha sccnelen ta l de la nn-
turaleza en Sch elling ), todo eso est á genialm ente bos-
quejado y en gran pm·te explicitado por el Kant de
Opus P ostumull1_ Y a ún suponiendo qu e é ~ ta se huhil -
se perdido, todos es tos p ensadores continuarán sicnrll)
pos tkantianos porqu e su fi.losofar lJ a CJurelado afena-
do en el ll1ovimiento del giro cop el'uica no del p en sa-
miento de Kant. Todavía. más, si la "Critica de la
l'azón plll'a" se h ubiese p erdido y sólo nos ql18dason
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