Está en la página 1de 32

Esperanza, ¿Dónde estás?

Por Armand Doucet y Elisa Guerra


Ilustraciones: Ana RoGu
Traducción al español: Elisa Guerra
Encuentra y explora recursos
para aprender jugando, como
acompañamiento de
"Esperanza, ¿Dónde estás?"
Estamos maravillados por los esfuerzos extraordinarios que nuestros colegas
docentes están haciendo en todo el mundo para tratar de ayudar a sus
estudiantes durante los tiempos de cierre de las escuelas. Pero, como todos los
maestros saben, se necesita una comunidad para criar a un niño. Los esfuerzos
realizados por la gran comunidad educadora han sido sobresalientes. Los
líderes educativos y escolares, los padres, los hermanos, la familia, los
trabajadores sociales, las organizaciones internacionales, las ONG y muchos
otros han ido más allá para dar esperanza a los niños del mundo.

Este libro está dedicado a cada persona que está tratando de mantener
esa luz brillando para nuestros hijos.

Para Armando Persico, nuestro colega y amigo, quien, como tantos


otros, nos ha recordado lo importante que es la esperanza durante
esta pandemia.

Ana, Armand y Elisa


Esperanza,
¿Dónde estás?
Extraño todo de la escuela,
incluso las dos horas de caminata
para llegar allí. Me paso los días
ayudando a mamá mientras mis
hermanas juegan. Mantenerme
ocupada me ayuda distraerme del
hambre. Intento escuchar las
lecciones de la escuela en la radio
cuando mi papá no está en casa.

Hoy escuché a papá decir que


tal vez ya no me deje volver a la
escuela. Mi hermana mayor se casó
a los doce años. Yo sólo tengo once,
pero sueño con ser maestra.
Necesito regresar a la escuela.

Estoy preocupada por mis


hermanitas, y también por mi futuro.
Mi maestra, Amina, llega a
mi casa con dos hombres que
nunca he visto. Traen con ellos
una caja de comida para
nuestra familia.

Mi mamá nos lleva a mí y a


mis hermanas afuera a buscar
agua. Nos dice: "Vamos a
quedarnos aquí un rato; ellos
necesitan hablar con tu papá."

Los tres pasan mucho


tiempo hablando con mi padre.
Me pregunto de qué tanto le
dicen.
Papá me lleva aparte para
decirme: "He decidido que
regresarás a la escuela". Y
continúa: "¿Puedo ver cómo
enseñas algo de matemáticas a tus
hermanas?"

Estoy muy emocionada


explicando las maravillas de los
números a mis hermanitas. Incluso
mamá y papá deciden participar.

Creo que me convertiré en


maestra. Ahora que he encontrado
esa sensación suave y calientita
dentro de mí, me como mi pedazo
de chapati y sueño con mi futuro.
Nos mudamos el fin de semana pasado
a una casa en el campo, y me siento solo.
Me encantaba la ciudad: su energía, la
gente. Pero ahora, de repente han cerrado
todo. No podré ir a la escuela y hacer
nuevos amigos.

Mi hermano mayor, Kauri, está


ayudando a mis padres a desempacar. Yo
terminé con mi habitación muy pronto. No
tengo mucho. Nos mudamos con bastante
frecuencia, a donde papá encuentre
trabajo. Me deshice de muchas cosas,
menos de mis herramientas, porque me
encanta construir cosas, y de mi pelota,
porque me fascina el rugby.

En el patio trasero, todo lo que veo son


colinas ondulantes y las cajas de cartón de
la mudanza. Me siento invisible. No soy yo
mismo.
"¿Por qué no construyes algo con tus
herramientas?" Kauri cree que somos más
felices cuando construimos con nuestras
propias manos.

Mi hermano tiene razón. Corto y reorganizo


las cajas de cartón para construir con ellas
un modelo de mi antiguo vecindario, y luego
uso marcadores para dibujar a las personas
que tanto extraño. Me imagino lo que
estarán sintiendo en el encierro.

Pongo viejas latas oxidadas en mi mundo de


cartón y dibujo gérmenes en ellas.

"¡Ah, qué buena idea!" dice Kauri otra vez,


acercándose con mi pelota de rugby.
"Hagamos algo con estos gérmenes".
Empiezo a lanzar mi pelota de rugby para
derribarlos. Me siento empoderado.
Me imagino derrotando a los
gérmenes para liberar a mis amigos en
nuestro antiguo vecindario.

"Esto es brillante", dice Kauri. Saca su


teléfono y envía fotos de mi juego a
nuestros viejos amigos; ¡Ellos también
quieren jugar! Creamos un grupo de
chat para compartir nuestros mejores
lanzamientos. Me muero de la risa.
"Todo el mundo necesita hacer esto, ¡se
siente tan bien!"

"Se siente aún mejor porque lo estamos


haciendo con amigos", dice Kauri. Me
doy cuenta de que no estoy solo. Siento
que soy otra vez el mismo de siempre.
Ahora que encontré esa sensación
suave y cálida dentro de mí, hago un
video para desafiar a más amigos y
antiguos compañeros de clase a unirse
a nuestro juego.
Mis hermanos están haciendo
tarea. Mamá está enseñando sus
clases de secundaria. Todos miran
las pantallas. Estoy aburrida,
aburrida, aburrida. Trato de seguir
mis clases en la computadora: es
difícil, extraño jugar afuera con mis
amigos y extraño bailar. Se siente
como si mi piel estuviera llena de
hormigas, estoy ansiosa.

Desearía que el tiempo


pudiera ir más rápido. Tal vez
pueda acelerarlo si corro muy, muy
fuerte. ¡Uy! Ya molesté a todos de
nuevo. "¡Deja... de... MOVERTE!"
grita Mikey, y "Arrrrrgh, no otra
vez", grita Peter.

Estoy poniendo nerviosos a


todos. No soy yo misma.
"Kate, ¿podrías intentar leer en
silencio un ratito?" Me quedo quieta
durante dos minutos y mis piernas
comienzan a temblar. Estoy a punto
de estallar. Me voy a meter en
problemas otra vez.

De repente, ¡suena el teléfono!


Corro y respondo. Es la Sra. Robinson
quien pregunta: "¿Cómo estás, Kate?"
Me escabullo debajo de la mesa, con
lágrimas en los ojos y susurro "Estoy
siendo mala, no puedo quedarme
quieta".

La Sra. Robinson me recuerda que


en la escuela, usamos Yoga para
calmarnos por la mañana. Ella sugiere
que practique al despertar y promete
enviarle sus videos a mamá.
Una semana después, ¡estoy
guiando a mi familia con las
clases de Yoga de la Sra.
Robinson! Termino con la pose
del árbol. Soy muy buena en
esto, incluso mis hermanos
pueden verlo.

"Gracias, Kate", dice


mamá. "Qué maravillosa
manera de empezar el día."

Me siento útil. Me siento


querida. Me siento como yo
misma. Haber encontrado esa
sensación suave y cálida en mi
interior, me mantiene tranquila
y concentrada todo el día.
Mis padres son doctores, los dos.
Como los necesitan en el hospital, mi tía
estará en casa conmigo. Cuando llegó,
me negué a despedirme de mis papás y
me escondí en mi habitación.

Ahora los extraño. Echo de menos


los experimentos que hacíamos juntos,
los inventos y la impresión 3D. A mi tía
sólo le gusta mirar televisión. Me siento
avergonzado de mí mismo.

Cuando mi tía habló con ellos hoy, vi


un sarpullido muy feo en las caras de
mamá y papá, por las máscaras
médicas que llevan todo el tiempo.
Desearía poder ayudarlos de alguna
manera.
Siempre me han gustado la ciencia
y la tecnología, así que disfruto del
"aula virtual" con el Sr. Chun. Sus
lecciones son lo mejor de mi día y el
único momento que me siento yo
mismo. Pero hoy, me quedo callado
cuando él propone un proyecto.

Mi amigo Jin se da cuenta de que


algo anda mal. Por lo general, yo
estaría emocionado. Me llama
después de clase y me pregunta:
"¿Cómo van las cosas, Bo?" Le
confieso mi comportamiento y mi
preocupación por mis padres. ¡No sé
cómo ayudarlos!

"¿Todavía tienes esa impresora 3D


en tu casa?" pregunta Jin, "¿Por qué
no lo usamos para el proyecto?"
Mamá y papá llaman, yo contesto.
"¡Mira, Bo!" dice mamá, mientras los
dos modelan las nuevas hebillas
para sujetar cubrebocas que Jin y yo
colaboramos para diseñar e
imprimir en 3D para ellos.

Papá pregunta: "¿Crees que tú y


Jin pueden hacer algunas para
nuestros amigos médicos y
enfermeros?" Con orgullo, respondo:
"¡Por supuesto!"

Mamá y papá están radiantes.


Estoy muy ocupado, me siento más
como yo mismo. Al encontrar esa
sensación cálida y difusa, me
preparo para comenzar a imprimir
más hebillas en 3D.
Estamos en casa todo el tiempo.
No es fácil. Trato de seguir el ritmo
del "aprendizaje a distancia", que
es como mi maestra llama a
nuestras lecciones en la
computadora, pero a veces me
distraigo.

Nico y Felipe, mis hermanitos


gemelos, lloran mucho. Papi se
vuelve loco. Se enoja y le grita a
mamá. Odio cuando esto sucede.

Mamá dice que papi está


preocupado por su negocio. Trata
de consolarme diciendo "Todo
volverá a la normalidad, y
estaremos bien una vez que esto
pase". Espero que tenga razón. Mi
familia ya no es la misma.
Cuando el abuelo llama al día siguiente,
estoy distraída. Temo que pueda escuchar
llorar a Nico y Felipe, y la voz fuerte de
papi en el fondo. el abuelo me pregunta,
"¿Qué te pasa, Gaby?"

No me aguanto y le cuento que mis papás


están estresados y que pelean mucho. Los
gemelos lloran todo el tiempo. Ya no hago
galletas con papá. Extraño el olor. Echo de
menos caminar con él bajo los árboles de
Jacaranda mientras le cuento cosas de la
escuela y comemos nuestras galletas recién
horneadas.

El abuelo dice: "Gaby, tengo una idea


para tu proyecto de clase. ¿Por qué no
escribimos la historia de cómo han sido
estos días para ti? Te ayudaré con tu
escritura y tú puedes hacer los dibujos".
“Llamó tu abuelo,” Dice mamá. Me
abraza y susurra: "A tu papá y a mí
nos encantaría ver tu historia."

Cuando termino de leérselas, ellos


permanecen sentados, en silencio.
Papi se inclina hacia mamá, le dice
"Lo siento", y la abraza. Luego voltea
hacia mí y con una gran sonrisa
pregunta: “Gaby, ¿por qué no
horneamos unas galletas?”

Cantando y horneando, me siento


otra vez yo misma. Percibo un
calorcito suave en mi pecho, y
decido compartir mi historia con mi
maestra y compañeros en nuestra
próxima clase.
Han pasado unas semanas desde
que comenzamos a aprender desde
casa. Mi maestra se aseguro de que
trajera mis libros y todas mis cosas a
casa, incluyendo mi violín, antes de
que la escuela cerrara. Ha sido
dificilísimo Además, la abuela ha
estado muy enferma.

Puedo ver que mis papás están


preocupados. Yo también lo estoy.
No podemos visitar a la abuela. Me
siento muy triste. Me cuesta
expresar mis sentimientos, y es que
no quiero molestar a mis padres.

Vivimos en un pequeño
apartamento, y aún así me siento
solo, como que no soy el de siempre.
Recibimos una llamada para
informarnos que la abuela se ha ido. Así
sin más. Ni siquiera pude despedirme
de ella.

Nuestra vecina, la señora Rossi, llama.


"Supe la noticia, Alessandro. Lo siento
tanto." Me quedo callado, no estoy
seguro qué debo decir.

La señora Rossi continúa: "No olvides tu


violín, Alessandro. En estos tiempos,
puedes expresarte a través de tu
música." Le agradezco su llamada y
colgamos.

Miro mi violín por un largo rato, y


finalmente me atrevo a tomarlo. Al
tocar, me siento liberado, mientras las
lágrimas cruzan mis mejillas. Mis padres
me miran, sonriendo.
Mis papás me dicen que a la
abuela siempre le gustó
escuchar mi música, y que
debería salir al balcón para
tocar hacia el cielo.

Salgo una tarde y comienzo


a tocar. Para mi sorpresa,
otros vecinos salen y
también tocan sus
instrumentos, y la gente
comienza a cantar.

Me siento yo mismo otra vez.


Con esa sensación dulce y
cálida en el alma, espero
que la abuela pueda
escucharme.
Armand Doucet
Armand Doucet (co-author) is an multi-award winning /armand.doucet.9
educator, best-selling author and one of the world's most @doucetarmand
@doucetarmand
recognized teachers. He is a sought after global leader
/armanddoucet
and speaker whose only goal is to leave the world in a armand.c.doucet@gmail.com
better place for his 3 young children. www.armanddoucet.com

Elisa Guerra
/elisa.guerra.cruz
Elisa Guerra (co-author) was named "Best Educator in @elisaguerracruz
Latin America" by the Inter-American Development Bank in @elisaguerracruz
2015. She is the author of more than 20 learning textbooks elisaguerra.net
and children's books. Elisa is part of UNESCO's elisa@elisaguerra.org

International Commission for the Futures of Education. www.elisaguerra.info

Ana RoGu
Ana RoGu (illustrator) is studying towards her degree in @anaroguu
Animation and Digital Art at TEC de Monterrey, in Mexico. anaelisarogu@gmail.com
She has designed logos, food product labels and book
covers. She is the illustrator of the series of children's books
"Around the World".

También podría gustarte