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En 1879, en plena Guerra con Chile y aprovechando la Diputado de la República del Perú
ausencia del presidente Mariano Ignacio Prado, dio un
por Arequipa, (Arequipa)
golpe de estado y se alzó con el poder, en calidad de
Jefe Supremo de la República. Organizó la defensa de 28 de julio de 1895-25 de octubre de 1900
Lima, creando dos líneas defensivas al sur de la Vicepresidente 1º Guillermo Billinghurst
capital, pero sufrió las derrotas de San Juan y 2º Augusto Seminario y
Miraflores, luego de las cuales las tropas chilenas Váscones
ocuparon Lima (enero de 1881). Luego estableció su Predecesor Manuel Candamo Iriarte
gobierno en la sierra peruana, en Ayacucho, donde
Sucesor Eduardo López de Romaña
convocó a una Asamblea Nacional que el 29 de julio
de 1881 lo nombró Presidente Provisorio. Planeó
resucitar la antigua Confederación Perú-boliviana para
atacar a Chile por la retaguardia, pero asediado por
sucesivos pronunciamientos militares, dimitió en Presidente Provisorio de la República de
noviembre de 1881 y partió hacia Europa. Perú
(Gobierno paralelo al de Francisco García Calderón)
En 1884 fundó el Partido Demócrata y en 1895,
29 de julio de 1881-28 de noviembre de 1881
después de aliarse con el Partido Civil, organizó
partidas guerrilleras, en el marco de la revolución Predecesor Francisco García Calderón
desatada contra el gobierno del presidente Andrés A. Sucesor Lizardo Montero Flores
Cáceres. Partiendo desde Pisco, avanzó hacia el norte
para finalmente ocupar la ciudad de Lima, provocando
la renuncia de Cáceres. Luego de lo cual fue elegido
Presidente Constitucional de la República. Hasta
terminar este segundo mandato en 1899 realizó
importantes reformas económicas y logró una Jefe Supremo de la República del Perú
estabilidad política en el país, consolidando el sistema 23 de diciembre de 1879-28 de julio de 1881
presidencialista. Fue el artífice de la Reconstrucción
Nacional y quien inauguró la etapa llamada República Predecesor Luis La Puerta
Aristocrática, que se prolongaría durante las dos Sucesor Francisco García Calderón
primeras décadas del siglo XX. Luego de culminado
su mandato, se mantuvo alejado prácticamente de la
actuación pública, hasta su muerte en Lima, en 1913.
Ministro de Hacienda y Comercio del Perú
5 de enero de 1869-26 de octubre de 1869
Índice Presidente José Balta
Biografía Predecesor Francisco García Calderón
Primeros años Sucesor Manuel Angulo
Ministro de Hacienda (1869-1871)
Revolucionario (1874-1877) 26 de febrero de 1870-21 de julio de 1871
Jefe Supremo de la República (1879-1881) Presidente José Balta
Críticas a su actuación en la Guerra
Predecesor Manuel Angulo
del Pacífico
Sucesor Camilo Carrillo Martínez
Presidente provisorio. Su renuncia (1881)
Actividad política entre 1882 y 1894
La Revolución de 1894-1895 Información personal
En 1853, con solo 14 años, ingresó al Seminario conciliar de Santo Toribio, en Lima. Allí estudió, entre
otros cursos, Teología y Derecho, llegando a dictar el curso de Filosofía cuando aún no había terminado sus
estudios. Pero abandonó el Seminario en 1860 y poco después se casó con su prima-hermana Jesusa de
Iturbide, hija de Nicolasa Fernández de Piérola y del príncipe imperial de México Agustín Jerónimo y nieta
del emperador Agustín I. Sus hijos fueron: Pedro José Nicolás, Eva María, Raquel, Isaías, Luis Benjamín,
Amadeo y Victoria.4
Sus padres fallecieron en 1857, y él se dedicó a actividades mercantiles y al periodismo; en este último
campo colaboró ocasionalmente en periódicos de inspiración católica, como La Patria y El Progreso
Católico. Entre 1864 y 1865 editó su propio periódico, El Tiempo, que apoyó al gobierno de Juan Antonio
Pezet.
Su carrera política la inició a los 30 años, durante el gobierno del coronel José Balta, llamado por este,
gracias a la recomendación de su primo político, el expresidente José Rufino Echenique, para desempeñar el
ministerio de Hacienda, asumiendo así la tremenda responsabilidad de sacar al país de la crisis económica.
Piérola ocupó el ministerio de Hacienda de 5 de enero de 1869 a 18 de julio de 1871 (aunque descontando
un breve intervalo en el que fue reemplazado por Manuel Angulo, de octubre de 1870 a febrero de 1872). Su
primera medida fue pedir autorización al Congreso de la República para negociar directamente (sin
consignatarios) la venta del guano al extranjero, en un volumen que bordeaba las dos millones de toneladas
métricas. La casa judío francesa Dreyfus Hnos., cuyo titular era el judío-francés Auguste Dreyfus, aceptó la
propuesta.
El contrato entre el gobierno peruano y la casa Dreyfus se firmó el 5 de julio de 1869 y fue aprobado por el
Congreso el 11 de noviembre de 1870. El contrato se llevó adelante a pesar de las protestas de los
capitalistas peruanos o consignatarios, que quisieron suplantar a la Casa Dreyfus, llegando incluso a obtener
a su favor un fallo de la Corte Suprema. Pero al final se impuso la voluntad del gobierno de llevar adelante
la ejecución del contrato.
Este contrato significó la venta de dos millones de toneladas de guano por valor de 73 millones de soles. La
suma obtenida permitió al gobierno de Balta emprender una gigantesca política de obras públicas,
especialmente la construcción de ferrocarriles.
Al concluir el gobierno de Balta, el Congreso debatió una acusación contra Piérola referente a las
responsabilidades de su gestión como ministro, de la cual fue absuelto el 21 de noviembre de 1872, aunque
Piérola tuvo que continuar su defensa a través de las páginas de La Patria.
Revolucionario (1874-1877)
Tras ser tachada por los civilistas su elección como diputado por Arequipa, Piérola viajó a Chile, y de allí a
Francia, donde participó de la vida frívola parisiense.5 De regreso a América, inició desde el puerto chileno
de Quintero una revolución contra el gobierno de Manuel Pardo, zarpando hacia el Perú en una pequeña
embarcación llamada El Talismán, el 11 de octubre de 1874. En plena travesía fue nombrado Jefe Supremo
Provisorio. Fondeó primero en Pacasmayo pero eludió a la flota peruana y se dirigió al Sur, desembarcando
en Ilo. Ocupó Moquegua y planeó ocupar Arequipa, pero fuerzas procedentes de Lima lo derrotaron, el 30
de diciembre de 1874. Así finalizó la llamada “Expedición del Talismán.”
Piérola huyó a Bolivia para luego trasladarse a Chile, en 1875, donde emprendió otra insurrección, ya bajo
el gobierno de Mariano Ignacio Prado. Se trasladó a Arica, el 3 de octubre de 1876 y con algunos partidarios
reunidos en Torata, tomó nuevamente Moquegua, el 6 de octubre. Pero tuvo que retirarse al aproximarse las
fuerzas gobiernistas, siendo alcanzado y derrotado en Yacango, el 19 de octubre, por lo que partió
nuevamente al destierro
Piérola regresó a Chile en marzo de 1879 al agudizarse el conflicto con Bolivia y, fracasada la mediación
peruana, retornó al Perú con el diplomático José Antonio de Lavalle.2 Iniciada la Guerra del Pacífico,
Piérola ofreció sus servicios al gobierno, pero fue rechazado. El presidente Mariano Ignacio Prado se
trasladó a Arica para dirigir la guerra pero tras la derrota en la campaña del sur retornó a Lima el 28 de
noviembre de 1879. Prado informó de los pormenores de la guerra a su gabinete ministerial; éste lo autorizó
a para que viajara al extranjero y comprara buques y armamento. Encargado del gobierno quedó el
vicepresidente Luis La Puerta, de 68 años.7
La debilidad de carácter y la fragilidad de salud del vicepresidente La Puerta fue aprovechada por Piérola,
quien se sublevó el 21 de diciembre de 1879, contando con el apoyo del Batallón Artesanos de Ica. Sus
tropas tuvieron un enfrentamiento muy serio con las tropas del general Manuel González de la Cotera, quien
tuvo que dimitir para evitar "una lucha entre hermanos cuando la Patria se desangra por fuera".8 El 23 de
diciembre de 1879, una reunión de vecinos en la Municipalidad presidida por el Alcalde Guillermo Seoane,
invistió a Piérola con el carácter de Jefe Supremo de la República, asumiendo personalmente todas las
funciones ejecutivas y legislativas del gobierno con el carácter de Dictador.9
Mediante decreto del 22 de mayo de 1880 (refrendado por Miguel Iglesias), Piérola privó a Prado del título
y los derechos de ciudadano del Perú, por ausentarse del país, a lo que consideró como una «vergonzosa
deserción y fuga». También lo condenó a la degradación pública, tan pronto fuera habido.10 Por ello, Prado
no pudo regresar al Perú en ese entonces, como era su voluntad. Regresaría algunos años después, en 1886,
luego que el gobierno de Cáceres anulara ese decreto.
Los críticas a Piérola se fundamentan en que en los momentos más críticos de la guerra, priorizó sus
intereses políticos a los intereses de la nación, al colocar en los mandos militares a sus principales allegados,
fueran militares o no, desplazando a experimentados oficiales. Un ejemplo de ello es el de Juan Martín
Echenique, un civil al que se le conocía solo como negociador o diplomático en tiempos de Balta, pese a lo
cual recibió el rango de coronel y un importante mando en el Ejército de Reserva.16 17
También dividió las fuerzas peruanas, al organizar un inútil Segundo Ejército del Sur, acantonado en
Arequipa al mando del coronel Segundo Leiva, cuya lentitud impidió que llegara a tiempo a la batalla de
Tacna, y que, pese a que se le ordenó seguir hacia Arica (donde continuaban los peruanos resistiendo bajo el
mando de Bolognesi), regresó a Arequipa.18
Así también, se dejó llevar por una mezquina rivalidad personal en su relación con el jefe político militar del
Sur, el contralmirante Lizardo Montero, quien años antes le había derrotado, durante su etapa de
revolucionario contra el gobierno de Pardo. Piérola le quitó a Montero el mando político y le dejó solo el
militar, y no conforme con ello, desatendió los insistentes pedidos de dicho jefe para aprovisionar el ejército
acantonado en Arequipa. Este ejército nunca llegó a entrar en acción.
Asimismo también se critica la protección brindada al coronel
Agustín Belaúnde, jefe del batallón "Cazadores de Piérola",
quien no sólo votó a favor de la capitulación de la plaza de
Arica ante el ejército chileno, sino que desertó, promovió la
deserción de otros oficiales y huyó días previos al combate. En
definitiva, los adversarios de Piérola, responsabilizaron a éste
de la caída de las plazas de Tacna y Arica en 1880, al no
brindarles apoyo logístico.
Piérola también impidió la compra del acorazado Stevens Battery, una nave de combate estadounidense que
había sido ofrecida a bajo precio a los agentes peruanos enviados por el presidente Prado. Sin embargo, esta
decisión si fue acertada, pues dicha nave era inservible y años después fue rematada en Nueva York como
chatarra.
Cuando los chilenos optaron por atacar Lima luego de sus triunfos en Tacna y Arica, Piérola, siguiendo la
opinión de algunos consejeros militares poco expertos, dividió el ejército de reserva en dos débiles líneas de
defensa al sur de Lima. Esta estrategia se inspiraba en diversos ejemplos de guerras de la época (por
ejemplo, la guerra ruso-turca de 1877-1878), en las que se había aplicado con éxito la implementación de
trincheras defendidas por infantes armados con buenos fusiles. Diversos observadores han hecho notar el
error de tal decisión (los combatientes peruanos carecían de "buenos fusiles") y suponen que lo más acertado
habría sido concentrar las tropas en zonas estratégicas para desordenar el ataque del enemigo. La mayoría de
los soldados eran montoneros llegados de distintos puntos del país y civiles de toda clase de la ciudad de
Lima (dos de los cuales eran los escritores Ricardo Palma y Manuel González Prada) y algunos soldados de
línea que habían sobrevivido después de las desastrosas campañas del sur. Lo más grave era que estaban mal
vestidos y peor armados.19
Piérola también mandó instalar cañones de relativo poder sobre la cima del Cerro San Cristóbal que
dominaba la capital para poder atacar desde allí a los chilenos, en momentos en que se creía que estos
atacarían por el norte (sin embargo, los chilenos avanzarían desde el sur). Este emplazamiento fue bautizado
por él mismo como Ciudadela Piérola y nunca entró en acción, siendo capturado por los chilenos cuando
estos tomaron la ciudad.
Otra de los reproches que se le hacen a Piérola es el no haber ordenado un ataque contra los chilenos,
cuando estos, luego del saqueo y destrucción de Chorrillos, se hallaban alcoholizados y peleándose entre
ellos. Piérola se negó a autorizar esta operación, pues la consideró muy riesgosa. Aunque Cáceres, en sus
memorias, insiste en sostener que se perdió una oportunidad única para infligir al enemigo un grave revés, lo
cierto era que, descontando a los soldados chilenos ebrios e indisciplinados (quienes, según cálculos del
historiador Carlos Dellepiane, no sobrepasaban el número de dos mil),20 el grueso del ejército chileno
(25 000 efectivos) se hallaba alerta para responder cualquier sorpresa.21 No obstante, este episodio es uno
de los que más han alimentado la leyenda negra contra Piérola y hasta se le ha llegado a responsabilizar de
la derrota peruana, por no haber dado la orden que, supuestamente, hubiese revertido el curso de la guerra.
La derrota de los peruanos en San Juan y Miraflores hizo que Piérola abandonara Lima y se adentrara en la
sierra, dejando el gobierno acéfalo. Atribuyó su derrota a la indisciplina del ejército y a la escasez de
material bélico.22
Tras las derrotas en San Juan y Miraflores, y la ocupación de Lima por las tropas chilenas el 17 de enero de
1881, Piérola pasó a la sierra y declaró como capital o sede de gobierno el lugar donde él se encontrase.
Finalmente, se estableció en Huamanga, donde convocó la Asamblea Nacional de Ayacucho, que se instaló
el 28 de julio de 1881, ante la cual renunció a la dictadura. La Asamblea, no obstante, lo invistió con el
título de Presidente Provisorio y dio un Estatuto, también provisorio, el día 29 de julio. Como ministro
general fue nombrado el marino Aurelio García y García. En octubre, Piérola conformó su gabinete
ministerial, en el que figuraba Cáceres como ministro de Guerra, pero este gabinete nunca llegó a
reunirse.23 Este gobierno fue paralelo al de Francisco García Calderón, el gobernante de La Magdalena.
Piérola se propuso continuar la guerra contra Chile y sugirió resucitar la Confederación Perú-Boliviana para
atacar por retaguardia a los chilenos. Incluso, llegó a viajar a Bolivia para coordinar con el presidente
boliviano Narciso Campero dicho plan.24 Pero sucesivos pronunciamientos realizados en Arequipa,
Cajamarca y Chosica lo obligaron a renunciar a la presidencia el 28 de diciembre de 1881. En su proclama a
la nación, declaró lo siguiente:25
"El deber para con la Patria que me trajo al gobierno del país en momentos de suprema angustia
nacional ha sido cumplido sin tregua ni descanso durante dos años a pesar de todos los
obstáculos y a costa de todos los sacrificios. Cumplo ese mismo deber separándome del
gobierno y del país en la terrible situación creada al Perú por los dañados elementos que
encierra en su seno. Ese mismo deber me impone silencio. Que la Providencia salve a la nación
del abismo abierto ante ella por sus propios hijos"
Antes de partir a Europa, Piérola organizó en Lima las bases de un partido de carácter nacional, cuyo fin era
unificar las fuerzas políticas del Perú, con las miras puestas en una futura reconstrucción del país (5 de
febrero de 1882). Este llamado a la unidad política no tuvo eco, principalmente por la oposición del Partido
Civil (que por entonces había adoptado el nombre de Partido Constitucional), que respaldaba a Francisco
García Calderón. En Europa, Piérola gestionó la firma de la paz sin cesión territorial, buscando la mediación
de Francia e Inglaterra, sin resultado.26
Tras la firma del tratado de Ancón, Piérola regresó al Perú, siendo muy bien recibido por la ciudadanía en el
Callao y Lima, el 8 de marzo de 1884. Evidentemente, las acusaciones que sus enemigos le hacían como
presunto responsable de la derrota con Chile, jamás le restaron popularidad.27 Contra lo que se esperaba, no
hizo oposición al gobierno del general Miguel Iglesias (1883-1886), aduciendo que la nación necesitaba
tranquilidad y no confrontaciones políticas, a fin de favorecer su reconstrucción, a poco de sufrir una
desastrosa guerra.28
En julio de 1884 fundó el Partido Demócrata, conocido también como partido pierolista, cuya junta directiva
estaba conformada por Serapio Orbegozo, Federico Panizo, Bernardo Roca y Boloña, Antonio Bentín,
Manuel Pablo Olaechea, Lorenzo Arrieta, Lino Alarco, Manuel Jesús Obín, Manuel A. Rodulfo y Carlos de
Piérola.29
Se mantuvo neutral en las elecciones de 1886, las mismas que llevaron al poder al general Andrés A.
Cáceres. Finalizando este gobierno en 1890, se organizaron elecciones. Piérola demostró su arraigo popular
en una multitudinaria manifestación realizada en la Alameda de los Descalzos en Lima, donde se
distribuyeron diez mil medallas a los afiliados demócratas. Pero al comprobar que el gobierno estaba
determinado a imponer a toda costa a su candidato Remigio Morales Bermúdez, Piérola prefirió abstenerse a
participar en los comicios.30
Una vez más, viajó a Europa. Dos años después reapareció en Valparaíso, Chile.2 Por esa época sus
seguidores empezaron a llamarle “El Califa”.32
La Revolución de 1894-1895
En ese entonces, la oposición al gobierno cacerista (o del partido Constitucional) la representaban dos
grupos políticos:
La Unión Cívica (que era una alianza entre los partidarios de Mariano Nicolás Valcárcel,
disidente del cacerismo, y el Partido Civil); y
El Partido Demócrata, de Nicolás de Piérola.
El 30 de marzo de 1894, en vísperas del fallecimiento de Morales Bermúdez, se firmó un pacto de coalición
entre cívicos y demócratas "en defensa de la libertad electoral y de la libertad de sufragio". Se forma así la
Coalición Nacional, que agrupaba a los dos adversarios más enconados de la historia política peruana: los
civilistas y los demócratas. A continuación empezaron a surgir espontáneamente en todas las provincias del
Perú partidas de guerrilleros revolucionarios o montoneros, iniciándose así la rebelión civil contra el
segundo gobierno del general Cáceres.
El movimiento al iniciarse no tenía todavía un jefe ni una dirección, pero entonces se designó a Guillermo
Billinghurst para que fuera a Chile en busca de Nicolás de Piérola. Este aceptó encabezar la revolución y se
embarcó en Iquique, el 19 de octubre de 1894; el día 24 desembarcó en Puerto Caballas, cerca de Pisco. De
Pisco pasó a Chincha, donde el 4 de noviembre lanzó un Manifiesto a la Nación, tomando el título de
"Delegado Nacional", y poniéndose de inmediato en campaña sobre Lima, reuniendo a los montoneros de
las zonas próximas.
Al amanecer del 19 de marzo, más de 1000 cadáveres yacían insepultos en las calles y no menos de 2000
heridos en los hospitales. El fuerte calor veraniego empezó a descomponer los cadáveres, lo que amenazaba
con desatar una epidemia. Se reunió entonces el cuerpo diplomático y bajo la presidencia del nuncio
apostólico, monseñor José Macchi, se consiguió una tregua de 24 horas entre los combatientes para sepultar
a los muertos y atender a los heridos. Técnicamente hablando, las fuerzas montoneras de Piérola no habían
conseguido la victoria, pues el ejército de Cáceres permanecía prácticamente intacto; sin embargo el
ambiente público era a favor de los revolucionarios y así lo entendieron los caceristas.
Prorrogado el armisticio, se firmó un acuerdo entre Luis Felipe Villarán (representante de Cáceres) y
Enrique Bustamante y Salazar (representante de Piérola), bajo la mediación del Cuerpo Diplomático,
acordándose el establecimiento de una Junta de Gobierno presidida por el civilista Manuel Candamo, y con
dos representantes de Cáceres y dos de Piérola. La misión de esta Junta sería convocar a elecciones,
mientras que los dos ejércitos se retiraban de la capital. El general Cáceres, luego de renunciar al gobierno,
partió rumbo al extranjero. La revolución había triunfado.34
Elecciones de 1895
Aspecto económico
Se siguió una política de austeridad en el manejo de
los fondos públicos. Se estimuló el ahorro, se evitaron
empréstitos que endeudaran más al país y se fomentó
la formación de cooperativas.
Se estableció la primera ley normativa de la ejecución
presupuestal.2
Piérola durante su segundo gobierno.
Se abolió la “contribución personal” (reminiscencia del
antiguo “tributo indígena”), en 1895.37
Se redujeron los impuestos a los productos de primera necesidad como el arroz, la manteca y
otros, pero se aumentaron los de aquellos considerados de placer o de vicio, como el alcohol
y el tabaco.38
Implantación del estanco de la sal, cuyo producto fue destinado como fondo para el rescate
de Tacna y Arica, en poder de Chile.39
Se implementó un drástica reforma del sistema tributario, con la creación de la Compañía
Recaudadora de Impuestos S.A. (“La Recaudadora”), en reemplazo del antiguo sistema de
recaudación fiscal que no era muy efectivo.40
Se reformó el sistema monetario con la implantación del patrón de oro. Hasta entonces el
Perú tenía como moneda el Sol de Plata, metal cuyo precio empezó a caer a nivel
internacional. Por ley del 29 de diciembre de 1897 se ordenó la acuñación de monedas de
oro, con el mismo ley y peso de la libra esterlina inglesa. Un decreto del 10 de enero de 1898
estableció el peso y ley de la nueva moneda nacional, la que se llamaría libra peruana y
tendría en el anverso un escudo del Perú y por el reverso la efigie de un Inca. Durante el
siguiente gobierno de Eduardo López de la Romaña, por ley de 14 de diciembre de 1901, se
legalizó esta situación.41
Obras públicas
Se llevó a cabo un plan de obras públicas sin
recurrir a los empréstitos, gracias a la
economía y a la organización fiscal.
Por ley del 22 de enero de 1896 se creó el
Ministerio de Fomento, para organizar un plan
de obras públicas e impulsar el desarrollo
industrial. Su primer Ministro fue el ingeniero
Eduardo López de Romaña, que después fue
quien sucedió a Piérola en la presidencia.42
Se impulsó la prolongación de caminos y
ferrocarriles y la modernización de ciudades.
Un camino, la llamada vía central o camino al Nicolás de Piérola en su despacho.
Pichis comenzó a ser abierto para unir la costa
con la selva amazónica.43
Aspecto militar
Se contrató los servicios de una misión militar francesa, para modernizar al ejército. Estuvo
presidida por el general Pablo Clément e integrada por los coroneles Eduardo Dogny y
Claudio Perrot. Fue el comienzo del fin del viejo militarismo.44
Se creó la Escuela Militar de Chorrillos, el 24 de abril de 1898, cuyo fin era hacer de la milicia
una carrera técnica.45
Se estableció el servicio militar obligatorio a partir del 27 de septiembre de 1898.46
Se promulgó el primer Código de Justicia Militar, el 20 de diciembre de 1898, el cual,
reemplazó a las ordenanzas militares españolas entonces vigentes.47
Aspecto laboral
Debido al auge económico y productivo, se crearon puestos de trabajo para los varones y
para las mujeres en correos, telégrafos, teléfonos, fábricas. Lo de crear puestos de trabajo
para mujeres fue un suceso revolucionario para la época.
Como faltaba mano de obra, en 1899 se inició la inmigración japonesa.52
En 1896 ocurrieron huelgas de los trabajadores de la fábrica de tejidos de Vitarte, de los
tipógrafos de Lima que reclamaban el salario de 1869, y luego la de los pasteleros, en
demanda los primeros de reducción de las horas de trabajo que sobrepasaban las ocho
horas, y todos por mejores condiciones de trabajo así como de salarios.53
Se reformó el anticuado sistema eleccionario de los Colegios Electorales y del voto indirecto que había
existido durante a lo largo del siglo XIX. En reemplazo de ese sistema se estableció la existencia de una
Junta Electoral Nacional, formada por representantes del Congreso, del Gobierno y del Poder Judicial que
dirigiría y controlaría las elecciones, y estableció el voto directo y público de todos los ciudadanos que
supieran leer y escribir.54
Aspecto internacional
La cuestión de las provincias peruanas de Tacna y Arica bajo ocupación chilena demandó la
atención de Piérola. Ya había vencido el plazo de diez años fijados para la realización del
plebiscito que decidiría el destino final de dichas provincias y Chile no daba señales de querer
cumplir lo pactado. Al principio no prosperaron las negociaciones peruanas, pero en 1898 el
gobierno chileno, ante el conflicto que sostenía con Argentina por la Patagonia, se avino a
realizar el plebiscito, firmándose el Protocolo Billinghurst-La Torre, que establecía el
procedimiento normativo a seguir en tal consulta. Era notorio que la intención de Chile era
evitarse un frente en el norte en el hipotético caso de una guerra con Argentina, por lo que no
sorprendió que, tras resolver su litigio con Argentina, volviera a dilatar la realización del
plebiscito, acentuando su nefasta política de chilenización en Tacna y Arica, donde promovió
la migración de chilenos a esas zonas y el hostigamiento a la población residente.55
De otro lado, el gobierno peruano se hizo popular en Latinoamérica. Por ejemplo, cuando se
incendió totalmente Guayaquil, en octubre de 1896, envió el crucero Lima con la
correspondiente ayuda para casos de desastres, tales como alimentos, ropa y medicinas. En
el mismo año dio su apoyo moral a Cuba, que había remprendido su lucha por la
independencia.56
Política interna
Piérola no tuvo una verdadera oposición. El país gozó de las más amplias libertades sin producirse
desbordes populares. El Partido Civil que formaba parte de la Coalición Nacional colaboró en su gobierno y
varios civilistas fueron sus ministros. La Unión Cívica también colaboró con el gobierno. El Partido
Constitucional de Cáceres, apartado de la vida pública después del triunfo de la revolución, se mantuvo en la
abstención. No se produjeron movimientos
revolucionarios a excepción del ocurrido en Loreto, de
carácter federal, encabezado por Mariano José Madueño,
que fracasó sin mayores incidentes.
Elecciones de 1899
En 1899, finalizando el mandato de Piérola, se convocaron a elecciones. Piérola no otorgó apoyo oficial a
ningún candidato; su partido, el Demócrata, se dividió en dos bandos: uno de ellos, que iba en alianza con
los civilistas, lanzó la candidatura del ingeniero Eduardo López de Romaña; el otro bando, la de los
demócratas “oficiales”, designó a Guillermo Billinghurst. En las elecciones se aplicó por primera vez en la
historia peruana el voto directo, saliendo triunfador López de Romaña.57
Últimos años
El 29 de mayo de 1909, durante el primer gobierno de Augusto B. Leguía Salcedo, un grupo de ciudadanos
simpatizantes del Partido Demócrata o pierolista, lograron entrar a tumulto a Palacio de Gobierno.
Encontraron a Leguía en su despacho. Los revoltosos le pidieron su renuncia. Encabezaban la turba Carlos
de Piérola (hermano de Nicolás) y los hermanos Isaías y Amadeo de Piérola (hijos de Nicolás). Leguía se
negó a renunciar. Entonces, los amotinados secuestraron al Presidente de la República y lo llevaron hasta la
Plaza de la Inquisición y, al pie del monumento a Bolívar, lo conminaron a renunciar por segunda vez.
Leguía volvió a negar su renuncia. Intervino la fuerza pública, que logró rescatar al presidente luego de un
tiroteo que mató a más de cien manifestantes. A pesar de no haber tenido participación en esta revuelta,
Nicolás de Piérola tuvo que esconderse ante la persecución desatada por el gobierno.60
A mediados de junio de 1913 se anunció el grave estado de su salud. Diversas personalidades fueron a
visitarle en su casa de la calle del Milagro en Lima, entre ellos el presidente Billinghurst y el expresidente
Leguía. Falleció a las 9 y 26 minutos de la noche del 23 de junio de 1913. Sus funerales constituyeron todo
un acontecimiento que convocó a una multitud de personas.65 En las paredes de las calles, partidarios
enfervorizados escribieron: «Piérola ha muerto. ¡Viva Piérola!».66
Referencias
7. Basadre Grohmann, 2005c, p. 50.
1. Chirinos Soto, 1985, pp. 444-447.
8. Basadre Grohmann, 2005c, p. 56.
2. Tauro del Pino, Alberto (2001). «PIÉROLA,
Nicolás de». Enciclopedia Ilustrada del Perú 9. Basadre Grohmann, 2005c, p. 57.
6 (3.ª edición). Lima: PEISA. pp. 2054-2056. 10. Basadre Grohmann, 2005c, p. 58.
ISBN 9972-40-149-9. 11. Basadre Grohmann, 2005c, p. 101.
3. Chirinos Soto, 1985, p. 371. 12. Basadre Grohmann, 2005c, pp. 101-102.
4. Orrego Penagos, Juan Luis (2000). 13. Basadre Grohmann, 2005c, pp. 114-115.
«PIÉROLA VILLENA, Nicolás». En Lexus 14. Basadre Grohmann, 2005c, pp. 132-134.
Editores, ed. Grandes Forjadores del Perú
(1.ª edición). Lima: Lexus. pp. 319-321. 15. Rivera Serna, 1975, p. 139.
ISBN 9972-625-50-8. 16. Basadre Grohmann, 2005c, p. 142.
5. Chirinos Soto, 1985, p. 378. 17. Vargas Ugarte, 1984b, pp. 149-150.
6. Chirinos Soto, 1985, pp. 380-384. 18. Basadre Grohmann, 2005c, pp. 72-73.
19. Basadre Grohmann, 2005c, pp. 145-148. 42. Basadre Grohmann, 2005e, pp. 135-136.
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Véase también
Historia republicana del Perú
Presidentes del Perú
Contrato Dreyfus
Sublevación del Huáscar en 1877
Estados Unidos Perú-Bolivianos
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