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Concreto fosforescente: Un material fosforescente absorbe energía del sol, o de cualquier otra

fuente de luz, en forma de radiación ultravioleta (por ejemplo). Esta energía la emite como luz
visible al oscurecer. La fosforescencia se diferencia de la fluorescencia en que tiene un retraso
temporal entre absorción y liberación de fotones. Es decir, que una sustancia fosforescente continúa
emitiendo luz durante un periodo de tiempo más largo, incluso aunque haya desaparecido el
estímulo. La energía capturada es liberada lentamente durante varias horas, y de manera
ininterrumpida.

Concreto translucido: En palabras de sus creadores este material no es muy diferente al hormigón
tradicional, es más, su composición es bastante similar: se emplea cemento blanco, agregados finos,
agregados gruesos, fibras y agua más el aditivo Ilum que es un compuesto de características más
complejas el cual aún no ha sido revelado hasta terminar el proceso de patentes.

Este material a pesar de tener un precio más elevado que el hormigón convencional tiene ventajas
desde el punto de vista de su alta resistencia y estética, ya que el aditivo Ilum puede alcanzar hasta
15 veces más resistencia -4,500 kg/cm2- y un peso volumétrico 30% inferior al hormigón comercial
además de permitir el paso de luz hasta en un 80%, según lo que aseguran sus creadores.

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