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ayudenme por favor soloq quiero graduarme

Necesito leer más. Me hace falta la embriaguez de la que hablaba Baudelaire: “Il
faut être toujours ivre. Tout est là: c’est l’unique question. Pour ne pas sentir
l’horrible fardeau du Temps qui brise vos épaules et vous penche vers la terre, il
faut vous enivrer sans trêve”. [Hay que estar siempre ebrio. Todo consiste en eso:
es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los
hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua.]
Necesito la embriaguez de la literatura, la embriaguez del mundo, la
despreocupación del equilibrio en los niveles de serotonina de mi cuerpo. Cuando
viajo, cuando hago ejercicio, cuando trabajo en actividades placenteras, el tónico
mágico del cerebro se autoregula, pero cuando regreso a la realidad de la… ejem,
flexibilidad del empleo, hay que hacer ajustes extra.
Esta vez pensaba escribir sobre el ensayo, la experimentación y la libertad y en
cambio acabé escribiendo sobre la serotonina. Curioso, o más bien lógico, con la
lógica del sentido común. Dice un blog de consejos que algunas cosas que podemos
hacer para regular nuestros niveles de serotonina son: “Hacer ejercicio con
regularidad, la vida al aire libre, pasear y bailar [...] Cambiar de actividad,
hacer cosas nuevas, emprender nuevos proyectos, viajar… ayuda a que la serotonina
aumente.”
Siempre que veo esta clase de consejos recuerdo la frase de un personaje de Ken
Loach en “Riff Raff”, que iba más o menos así: “la depresión es para la clase
media, nosotros tenemos que trabajar”. Por supuesto que sé que pensar esto puede
sonar hipócrita y retorcido, pues casi siempre he pertenecido a lo que en México se
considera clase media, ingredientes más, ingredientes menos. A menos que apliquemos
una definición marxista, no sé si apócrifa, que he oído varias veces: “educación
burguesa, medios de proletariado”. Allí sí que cumplo con la definición, pero para
un país rico, pues para los de éste creo que me sobran varios viajes y mucha
comida.
Emprender nuevos proyectos. Viajar. Salir al campo. Comprar una casa de campo.
Poner un negocio. Escribir una crónica sobre la ciudad de México que gane el
Concurso Nacional de Crónica Urbana Salvador Novo (50000 pesos y la publicación del
trabajo), o el ensayo que gane el Concurso Internacional de Ensayo UAS/COLSIN/Siglo
XXI (20000 USD y la publicación de la obra); o por qué no, el Premio Internacional
de Ensayo Isabel Polaco (100000 USD y la publicación de la obra), seguido del
Premio Planeta del Novela (601000 Euros y la publicación de la obra) y del Nobel de
Literatura (en 2009, casi un millón y medio de dólares). Los planes se multiplican
sin tregua, pero la realidad se encarga de acotarlos. Sólo por hoy pude escribir
estas palabras, le dediqué un día más a mi golosina favorita, y no sé qué vendrá
después. Mientras más responsabilidades se acumulan en mi agenda, menos puedo
disfrutar de la lectura y la escritura, y lo que era una realidad cotidiana poco a
poco se vuelve un lugar sin lugar, una utopía.
Ver en Territorio Liberado
Publicado por Unknown en lunes, octubre 24, 2011
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Etiquetas: escritor, escritura, premios, profesión
domingo, 2 de octubre de 2011
Taller de mala escritura

Hoy voy a hacer un taller literario al revés, voy a compartir con ustedes algunas
perlas de plástico de mi escritura, de lo que pienso y escribo pero no publico.
Espero que casi nadie piense que lo que sí publico es en realidad peor…
Los invito a liberarse conmigo y compartir con todos lo más cursi, redundante,
retórico, incomprensible y aburrido de su escritura.
1. Proyecto de guión: “Los Agrosexuales”

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