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Alianza Universidad I.M. Crombie Analisis de las doctrinas de Platén 1. El hombre y la sociedad Version espaiola de ‘Ana Toran y Julio César Armero Alianza Editorial ‘Titalo original: ‘An Examination of Plato's Doctrines. 1: Plato on Max and Society Publicado por Routledge & Kegan Paul Ltd, Londres @ LM, Crombie, 19682 © Ea. cast: Revite do Occidante, S. A. Madrid, 1979 Calle Milfa, 38; a 2000043 ISBN: B+-206-2981-2 (Obra complete) TSAN: 84-206-2241-9 (Toino 1) Deposito legal: M. 24.800-1979 Impreso en Hijos de E. Minvesa, S. 1 Ronds de Toledo, 24- Madrid-S Printed in Spain INDICE Prefacio Notas ineroducrorias Capiilo 1. Vida y eseritos de Plaréa Capitulo 2. El desarrollo del pensamiento de Placén Capiule 3. La «Repiiblica» Capitulo 4. Politica Capitulo 5. Bellezs, arte, ideologia, resSrica, educaciéa Capirulo 6. Etica Capitulo 7. Filosofia de la mente Capitulo 8. Teologia y religién PREFACIO «Platonismo» es una palabra de Ja que suelen abusar los estudiosos de Ia flosofia, para referirse a la prictica de intentar resolver problemas 6gicos postulando ences mecafisicos. De ahi el conocido dicho de que la fanci6n de la Navaja de Occam es afeitar las Barbas de Plaon. Hace mucho tiempo que no estoy satisfecho con esta opinida acerca de la obra filos6fica de Platén, y este libro es un intento de descubrie y exponer las razones de esta insatisfaccién. Los eruditos saben, desde luego, que el «Placonismo» desfiguca a Platén, pero sus obras no son siempre accesi- bles para el lector general. Este es el vacio que he intentado lienar. La forma ideal de llenarlo habria sido exponer en términos sencillos io que gpinaba exactamente Plan Esto, sin embargo, es algo que nadie puede hacer, ni aunque sea mucho més erudio que yo en ia ciencia platSnica Preguntar que opinaba Platén es inevitable y enormemente polémico. Asi pues, lo mas que podemos intentar es ofrecer al eseadiante comin de filosofia una exposicin de los pensamientos de Platén que le haga mis justicia que la interpretacién comin entre aquellos que han dedicado poco tiempo a leerle. He intentado, desde luego, oftecer no cualquier des- cripcién, sino la que creo que pueda ser quizés correcta; pero soy cons- ciente, yel lector no debe olvidarlo, de que muchas personas mejor cuaifi- cadas que yo, no estaran de acuerdo conmigo en muchos puntos. Elconsuelo ‘es que sin duda tampoco estarin de acuerdo entre si, Y puesto que nadie puede esperar mantener la atencién del estudiante de filosofia y, al mismo tiempo, entablar concroversias con los eruditos, he ignorado casi totale mente sus opiniones en este texto. Me he apropiado de las-opiniones, ero no las he discutido. Al leer y al intentar comprender a Plaséa, he hecho uso de muchos de los mas conocidos libros y comentarios, que me hhan sido una gran ayuda —especialmente los de Taylor, Coraford, Ross, ‘Murphy, ¥ Robinson. Desconozco lo que he romado de esros.escritares (los libros estén para aprender de ellos) y no he prestado atencion a los ‘puntos en los que no estoy de acuerdo con ellos; y esto se debe, no a una falta de respeto, sino a que una controversia estaria fuera de lugar en un libro como este. Pues en la mayor parte de éste he intentado defender les opiniones que yo me he formado, dando una descripcién lo mis objetiva posible de los pasajes del texto en los que he basado mis interpretacio- nes, ¢ intentado mostrar [os razonamientos mediante los cuales he 0 “Anil de br doctwas de Paton obsenido la incerpretacién del cexco en cada caso. He de decis, sia embargo, que ia objecividad en estas cuestiones es casi inalcanzable, y gue no se puede eliminar In posibilidad de que los prejuicios exegéticos influyan en la eleccién de ios textos asi { como en el resumen que se haga de estos. Pero esto es solo para decir que un libro acerca de Plarén nunca puede ser susticuto de ia lecrura de su obra, y que sélo puede ser una Gierta ayuda para esta. To que se ofrece agut, por tanto, ¢5 una interpretacién de las doctrinas de Platdn, El proceso de intentar formulae esta incerpretaciéa Jana modificado; Ia imagen de la obra de Platn que tengo ahora no es Is imagen con que empecé. Por lo canto, gran parte del libro ha sido escrito de nuevo si menos una ver, y algunas partes mas veces. He intentado ofrecer una versidn final razonablemente consistente; espero que 10 Queden contradicciones en ella. Pero hay sin duda diferencias en el Gafasis entee distintos pasajes debidos a diferentes estratos de la compo- sicién, Mi excusa por haber dejado estas diferencias es que incentar desembarazarse de ellas en un lugar €s (puesto que la propia mente conunua siendo flexible) ineroducirlas en’ otra parce. Me parecié mejor discutic las doctrinas de Platon tema por tema, en ‘vez de didlogo por didlogo, Esto ha craido consigo bastantes repeticiones, pero no se me ocurrié ninguna otra exposicién que no ruviera los Fhismos taconveniences. El plan ha sido incluir en el Volmen | temas de un interés més general, y los temas filoséficos més técnicos en ef Volumen 2. * ‘Cualquicr persone _que ensefe filosofia a graduados en Oxford aprende mucho sobre Placén de sus alumnos y colegas. Tengo muchas SRudas para las que espero que este zpradecimiento general sea Safciente, No lo'seria en el caso de mi deuda con dos coleges, Mr. B. G. Mitchell y Mr. J. C. B. Gosling, con los que he discutido 2 menudo acerca de Plazén sacando gran provecho de ello. Mz. Gosling, especial- ence, me ha sefalado muchas cosas que si no habria pasado por alto, y ine ha disuadido de varias ideas erréneas que he tenido. Su ayuda ha sido Enorme, y ha ido mas alli de lo relacionado con el texto. El Profesor ‘Ayer me incité a escribic un libro acerca de PlacSn, y ha apoyado su eyecucion generosa y pacientemente. Le estoy muy agradecido por ello, S31 como por las valiosas critieas que ha hecho am: manuscrito, Debo también mi agradecimiento 2 Mrs. Steet, por su cuidadoso mecanografiado, y 2 los edicores e impresores por su atenci6n en las Temas tapas de la publicacién. eho eambién mi agradecimiento a los {utores y compaferos del Wadham College, que me dieron un permiso [nbatico para iniciar el libro, y ami mujer, que hizo posible que lo acabara. 1, M, Crombie Oxford Enern 1967 NOTAS INTRODUCTORIAS. Texto y referencias Excepto cuando se diga lo contratio, he sezuido el Texto de Oxfor de Burnet de Plst6n; las traducciones proceden de este texto, asf com: Jas referencias. Las referencias se dan de Ia forma acostambrads, por ut niimero seguido de una lerra seguida de ua nimero cuando la referencia e e una linea (ej. Fedén 90 b 2), 0 un niimero seguido de solo une iecra, ods nada, cuando nos fefiramos a un texto extenso (ej. Fedén 90 b o Fedér 90-92). El primer niimero se refiere « ia pigina de le edicién de Hear Estienne, Stephanus, de Parfs 1578, la letra se refiere a las secciones e1 las que Stephanus dividi6 sus paginas, y el segundo nimero se refiere al linea'en ef texto de Oxford. Ta numeracién de Scephantis se encuentea 2 margea de casi todas las ediciones y traducciones, y las letras (a vece mayisculas, y a veces miniscules) en muchas de ellas Cuando se carezcan de ellss, puede adivinarse su localizaci6n basin donot ea el principio de que Stephanus dividi6 su pagina normalment en cinco secciones (A-E) de un tamafo parecido. Traduecién Cuando el significado de un pasaje me ha parecido claro, he incentade traducitlo ai espafiol; cuando algo depende del significado preciso d: ciertas palabras, he preferido traducir literalmence esas palabras. Cuande se cita un pérrafo con comillas, pretendo traducir el texto original cuando flan las comils, slo pretendo dar wn précir o paresis del que dice el texto, 2 Aniliss dela docinaas de Phion Dialogantes Socrates es el principal dialogante en codos los ditlogos excepto: Sofita principal dialogante: Extranjero de Elea Politico > » — Exeranjero de Blea Parminides >» >» Parménides Timeo > >» — Timeo Critias > > Critias Leyes > » Extranjero Areniense Epsnomis: > >» Exeranjero Areniense Banguete Verios dislogantes, pero el principal interés Glosdfico esti en lo que dice Sdcrates. Capitulo 1 VIDA Y ESCRITOS DE PLATON Platén nacié- aproximadamente en el afio 427°a. d. C., hijo de Aristén y Perictione, cavo dos hermanos y una hermana, y era, proba- blemence, el mis joven de la familia. La Atenas en la que Platén nacié era una ciudad metropolitsns € imperial. En las dos primeras décadas del siglo quinto, el reino Persa, tras someter las ciudades griegas de la costa Jonia en Asia Menor, intento conquistar la Grecia continental y la afortunada resistencia contra Persia fue protagonizada por Atcnas y Esparta, que pagaron también las conse~ cuencias de esa guerra. Entre estas dos potencias, Esparta era una comunidad conservadore con wna antigua constitucién oligarquica. Un escaso mimero de privilegiados. los ciudadanos terratenientes, debian su riqueza al trabaio de ilotas y siervos mesenios, y su poder a st riguroso y bastante grotesco sistema de entrenamiento militar y disciplins. Xen6fo- bos, tradicionalistas proverbialmente raciturnos y enormemente rudos, los ‘espartanos fomentaron las virtudes marciales, consideraban la paz como una preparacién para la guerra, € ignotaban el desarrollo de la ‘cultura griega, contentindose con dominar el Peloponeso y con preservar Ja antigua forma de vida rural, Atenas, por otra parte, en la época de Maratén y Saiamina, habia pricticamente comenzado el camino que lz llevaria a ser la Atenas de Pericles. El antiguo poblado situado bajo la Acropolis, la poblacion comercial de la region Atica, era ya una ciudad con un comercio activo, regida por una consticucién, recientemente establecida, democritica y moderada. El comercio maritimo era ya activo, sungue Atenas no era todavia una potencia navel. Como los principales ceniros de la cultura griega estaban en Jonia asi como en Sicilia y sur de Italia, los extranjeros estaban empezando « llegar a Atenas; Esquilo, por elemplo, el primero de los grandes tigicos atenienses, estaba ya en ‘Tras las guerras persas, con prestigio revalorizado y poder naval, Axenas se convirti6, en poco tiempo, en gran parte gracias ai consenti- ‘miento de los otros miembros, en la ciudad principal de una Confedera- i6n o Liga de ciudades en la Costa Jonia, y en las Islas Egeas, Gradual- mente, mediante pasos que no.es necesario explicicar, la llamada eLiga de Delos se convirti6, de hecho, en un imperio ateniense. Al mismo tiempo el camercio atenienee shimenth w Aromas em man " Anilii de as docrmas de Pon ecrdpolis cultural y politica, cada vez més radical, y con una constitu- me enel fir democriea, La evalidad. con Esparta era inevitable, y finalmente, en el aio 431, empez6 la Guerra del Peloponeso entre estas Gos poteadias, El principal politico de Atenas era Pericles, figura muy Yenerada por la mayor parte de los atenienses (aunque no por Plaréa) ue lo considenban un erudito y pradente hombre de estado. prorecror de arcscas yfil6:ofos. ar del Beloponeso se divide, para nuestros propasios, en dos foses: la primera, desde el afio 431 al 421, y la segunda desde el 415 al 404, En 429 murié Pericles, y durante tres aos, desde 430 a 427, ‘Atenas sufrié una misteriosa y mortifera epidemia. Por estas dos razones, Spinan muchos, ls guerra no le fue bien a Atenas. A pesar de ello, en Gor una paz tolerable fue acordada. En los siguientes sets afios hubo incidences milieares, pero la guerm no empezé de auevo en realidad hasta 415, afo en que fue reavivada por el staque ateniense 2 Siracusa, ¥a naverndo por Alcibiades, Esta fase de la guerra duré hasta la derrota final de Acenas en 404 : La Atenas, pues, én la que nacié Platén, era una ciudad imperial ave se consideraba, en palabras de Pericles, la educadora de Grecia; y naci6 SSlls en un momento en el que sus recelos, suscitados por su grandeza Comercial y sus pretensiones imperialiscas, estaban a punto de despojaria, cer brave plazo, de coda supremacia que no fuera en el plano culeural. L2 familia de la que descendia era noble y seguramente acomodada; renian importantes antepasados, incluso, por parte del padre, el. pencidan. y de la madre, Solén, Cuando Plaséa era un nifio, su padre nunid, y su madre se cas6 con ua hombre llamado Pirilampes que habia Io amigo de Pencles, por ello es razonable suponer que Platon Conosis 4 fondo, derde su nifer, a politicos, Como debera sense seeestho aos hacia 409, presumiblemente presto servicio milicar, pro- iblemente en caballera, hasta el final de ‘a guerra. Es cambién probable aoe et de nuevo sevicio militar en el periodo comprendido en 395 y 391 7 : BYfseea aqut nos hemos referido 2 Ia extension de sus servicios piblicos Atenas. El mismo nos cuenta cémo fue en una carte alerts [Siptima Carta, p.324 s.q.q). «Como otros muchos jévenes —escribe— Sravectaba volver a los asuncos piblicas tan pronto pudiera adquiris un vreodominio, y las cosas parecian ic fayorablemence en este sentido. Puce tras ue gran descontento por el orden existence, hubo una revolu- tion tela founes se hcoron con el povier wprema, slendo Slgunos de ellos parientes 0 amigos mios. Me ofrecieron, en mi condi- algunos oe eesona acomodada, que erabaiara_ pars ellos. Penst: —coss Comprensible en un jovea-— que ellos iben a levar al pats dei mal camino SI'bueno, y por ello observé cuidadosamente su conducts. Pero 90 ‘nucho tempa después, hicieron que el estado de cosas exiscentes antes de Tr vewalneian pareciers una edad de oro. Este, era por ejemplo, el €as0 1. Vida exetos de Phton 8 de Sécrates, hombre de edad avanzads y amigo mio, ¢ quien no dudo lamar e! hombre més faregro de su época. Habiendo decidido implicarle fen sus actos, intentaron enviarle, junto con otros, a arrestar a un iudadano que habia sido condenado a muerte. Se negé a hacerlo; estaba dispuesto a enfrentarse con lo que fuera con tal de no tener nada que ver con sus sucias actividades, No habria servido de nada que yo me opusiera 2 esto a otras cosas similares que observé, y por ello me mantuve aparte. Poco después de esto, los treinta cayeron, y st constitucién con elios, y mis ambiciones polities renacieron lentamente. Ba Ia revuelta €poca que siguié habia mucho que objetar; como siempre ocurre en situaciones revolucionarias, el pueblo se veng6 salvajemence de sus enemigos; pero en general los que tomaron de nuevo el poder eran muy razonables. Pero entonces, por varios sucesos, algunos de jos que estaban en el poder acusaron a Sécraces de blasfeiia. Esta ere Ie més sucia acusacién que hombre algano podia haber hecho a Sécrates; pero el jurado le considezé culpable y fae condenado a muerte, 2 pesar de que antes habia rechazado tomar parte en el arresto de uno de sus partidarios, cuando aiin no estaban en el poder. Viendo estas cosas, viendo la clase de personas que actuzban en politica, sus leyes ¥ su comportamiento, cuando mas lo meditaba y més viejo me hacfa, més diflcl me parecialle- vvar a cabo algo en politica. No se puede hacer nade sin amigos y eles cama- radas; y, ¢dénde pueden encontrarse? No habfa ninguno porque auestras formas de vida ancestrales habian sido abandonadas, yn das de nuevo con rapidez. Tantas cosas desbordaron I la situacién era tan inestable que ii precoz entusiesmyoor la vida publica acabé totalmente frustrado. Yo continué esperang una mejoria ce la jnuacién politica, y buscando opormanidades para déruar, pero finalmente Hegué a f conclusién de que hoy en dia todas las.ciudades esti mal gobernadas, y sus instituctones estin tan corrompidas que sin ua gran esfuerzo y buena suerte no se puede-hacer nada. Y:por ello no tuve més remedio que proclamar ci valor Gnico de le auténtica filosofia, mediante | cual cada uno pueder ver qué es lo que esti bien en ios asuntos piblicos o privados; y afirmar que Is especie humana aunca cesard fn su empeiio hasta que, 0 bien filésofos sinceros y auténcicos romen el poder politico, o bien’ gobernantes, mediante une cierta revelacién politica, se entreguen serismente a Ia flosofia». Este es, probablemente, el relato del propio Pletén; hecho con el fin de ser leido por sus amigos en Siracusa para contarles el papel que habia representado en los sucesos de Siracusa, y por ello tiene algo de socamento politico, aunque sin dude tan digno de confinars como puede serlo el relato de un hombre sobre sus propies acciones y motivs. Como éste es nuestro tnico fundamento real sobre los primeros sfios de Platén, no puede ser perdido de vista. El cuadro que pinta es razonabie. Un joven brillante, de buena familia, educado sin duda siguiendo Ja tradicién ateniense; ‘ereciendo 6 ‘Ailse de las doctemss de Paton durante una interminable guerra. El supontia, igual que sus amigos, que se dedicaria a la vida piblica. Desilusionado, como muchos debian estarlo, con el estado de cosas en el cual las decisiones cruciales de la politica exterior, ¢ incluso de estrazegia, eran tomadas por una poderosa asam- blea popular, estaba dispuesto’ a tomar ea consideraci6n propuestas revolucionarias antidemocriticas. En este mismo estado estaban muchos de sus parientes, entze ellos sus tios Critias y Carmides. Sin embargo cuando llegé la revolucién oligirquica, fue dirigida por el victorioso jefe fespartano Lisandro (los Treiata goberaaron ia mayor parte del afio 404, después de la derzora de Egospotamos y del desmantelamieato de las forafcaciones de Atenas). Critias era el jefe de la postura més violenta, y el arresto de Le6n, aquel en el que Sécrates no quiso tomar parte, no fue, de ningin modo, el ‘nico delico dei que son responsables. Evidentemente, Platén era lo suficientemente demécrata pericleano, patriota o simplemente hombre honesto como para no tragarse todos bstos actos tiranicos; y probabiemente una gran parte de su reaccién se debja a la enigmauca y ambivalence influencia de Sécrates. Esto es lo que a continuacién vamos a considerar. ‘Sécrates fue un ateniense nacido hacia 470. Segia Platén (y Is obra de Ariseéfanes Les Nuber lo confitma) estaba interesado, en sus primeros afios, por la ciencia fisica, pero Ilegé a la conclusin de que los cientificos segufan un rambo equivocado. Como él era escéptico ante 1a moralidad convencional de su época, y tenia una pobre opiniGn de la celigién y de la ética que se transmitia en los poemas de Homero (principal material educative de Atenas), podria ser incluido, a primera vista, en el movi- miento «Sofsta» de la dltima mitad del siglo quiato. «Sofista» es un término vago aplicado a quienes estaban dispuestos a ensefiar 2 adultos cobrando un sueldo; pero era caracteristico en los autéaticos sofistas escar dispuestos a enseiar 2 jdvenes cémo ser buenos ciudadanos y como Geselvolverse en los asuacos publicos, y por ello, a pesar de que muchos de ellos eran competentes expositores de la ciencia, y algunos de ellos hicieron un trabajo original en estos campos, su mayor interés y el de sus alumnos, era el arce de vivir. En esto se les parecia Sécrates; pero no era tun sofista; en esto era un principianre; pero esto era s6lo la consecuencia externa del hecho de que él no creia que el arte de vivir pudiera ser tensefiado recitando lecturas. Estaba en desacuerdo con esto no sélo por razones obvias, sino también porque estaba convencido de que eran opiniones incoherentes, edquiridas sin el suficiente examen, y que se Mostraban incapaces de freer aulisis clacos de conceptos fundaments- Tes, lo cual era el origen del error en todos los niveles de sofisticacién. ‘Afirmaba que lo eseacial, antes de una ensefianzs positiva, era un proceso de refutacién, que producia un estado de sporie 0 confusién, la convic- cién de la propia ignorancia. En esto consistia su alarde de que él era un hombre sabio, al menos en esto, pues, a pesar de que no sabia nada, al menos sabia que no sabia nada. 1. Vida y ezemos de Paton ” Por estas razones era una figura tinica. Un hombre de un gan coraje ¢ integeidad moral, e igualmente de una gran excentricidad, empleaba su tiempo (si creemos fo que nos cuenta Platén) en dirigic una guerra desde todas las Iineas de combate. Le estracegia consistia en inducir a la gente 4 replantearse sus opiniones acerca de la vida, al mostrarles I incoheren- cia de sus ideas y la diferencia entre lo que pretendian y ei modo como evaban 2 cabo sus actos. La refiexién estaba de moda (era una época de silusteacién>) pero consistia principalmente, segin la opinion de Sécra- tes, en la adopeién de formulas plausibles, a veces con buena intencién, pero con frecuencia ofensivamente cinicas. La estrategia entonces, consis fa en aguijonear, y las tacticas adoptadas consistian en importunar 2 cualquiera que se dejara agarrar y acosatle a preguntas. Por ello las victimas de Sécrates eran de distintos tipos. Habia Sofstss profesionales, a quienes se podia convencer sobre la incoherencia de las presupasicio- net en las que se basaban sus actividades; y una subclase de ésios era la de los Sofistas cinicos, o sus discipulos, que necesitaban racidn extra de esta medicina, Habia respetables bien-pensentsa los que debfa mostrarse que sus opiniones convencionales podian traer consecuencias que ellos mis- mos considerarian moralmence censurables en circunstancias especiales, y ‘que por lo tanto debian aprender que las opiniones profesadas no eran consecuentes con sus propias creencias. Habla también personas que habian adoptado ef punto de vista socritico (pues a pesar de que su mécodo era principalmence descructivo, parece haber existido una cierta postura socritica), pero que debian aprender que lo que habian adoptado demasiado ficilmente, usiadolo como postura para discus, pero sin comprender profundamente lo que trata consigo. Pero habia rambién un tipo de victimas particularmente significative. Entre la aristocracia ate- niense estaba de moda una relacién romantica entre adolescentes y adultos (fomentada por Esparta basindose en que esto presentaba 2 los jévenes la posibilidad de tener a alguien a quien imitar, pero general- mente censurado en Atenas). Socrates, de forma caracterisuicamente idiosineritica, se amoldé a esta moda. Sus relaciones eran estrictamente uplarénicasy,' pero parece gue tenia Ia costumbre de tomar bajo su proteccién a algin joven particularmente prometedor ¥ forjar una pro- funda amistad con el, Su propésito era, presumiblemente, alimentar las meates ain no corrompidas por la opinién publica 0. sofista, con su propio punto de vista positivo, y por medio de ellos, influir en la forma de vida ateniense dirigiéndola hacia Ia simplicided, la virtud ¥ Ja religion personal, esto es, en contra de la corriente que estaba en bose. 'El propio Sécrates era un hombre honorable, Su oposicin al arresto de Leén no fue la finica ocasi6n en la que arriesg6 su vida defendiendo sus principios. Anteriormente, después de la batalla naval de Arginusas (406), cuando los victoriosos generales atenienses habian fracasado en el rescate de un gran miimero de supervivientes de un naufragio, hubo na 8 Anis del docrina de lon propuesta en la asambles para acusar a los generales ripida e ilegalmente. Le tocé a Sécrates (escas cosas se determinaban por sorteo) ser uno dé los presidentes de [a asamblea, y rehuso, a pesar de que Ia situacién era peligrose, admitic Ia moci6n propuesta. Una vez més, no hay duda de que 4l podria haber salvado su propia vida si hubiera estado dispuesto a rener tuna acttud mas conciliadoraven su yuicio. NG se puede negar que era un hombre de principios. Pero a pesar de sus excelentes intenciones, ‘quizas porque su aspecto era una mezcla molesta de progresismo incelec- tal y reaceién soc su infuencn sobre algunos de los j6venes fue lesastrosa; 0 ellos se convircecon en unos desastres. Alcibiades, qu defendié la expedicion de Siracusa, y cuyo vergonz0so user techs la ayuda prestads activamente a Esparca tras su exilio, fue uno de ellos. ‘También lo fueron, se cree, Critias y Carmides. En general, la prictica de omar bajo su proteccién’ 2 jévenes prometedores de buena familia y desengafaries de las acticudes convencionales, tuvo como efecto {0 puede pensarse que bien podia haber tenido como efecto) Ia destruc- ibn de los escrpulos consuerudinarios, capacitarlos para desafiar la opi- sid publi, v embarcatios en derroeroscarenes de prinipios me- Que éste no era el tinico resultado obtenido lo prueba el ejemplo de Plagoheuya seated puede haber sido srazonablemente perfecioneta¥ por ello pesimista y derrocista, pero cuya conducra en tiempos turbulen- tos fue por el conteario, intachable. Platn fue discipulo de Sécrates; por canto tiempo, y en qué medida lo ignoramos. La expresin «nvestro camaradan en dl pasaje de la Séptoma Carta sugiere una relaci6n intima; y ee Is Apaeia, Paton se. presenta como, uno de lot tet fadorss mientras que en el Fedin dice que estaba enfermo, al explicar porque ao formabe parte del grupo de amigos que estuvieron presentes en le prsion con Sécrates en su dltimo dia. Hay, incluso, anécdotas sobre la cconversién» de Platén cuando conocié a Sdcrates, a quien dejé quemar sus poemas, incluso una tragedia que iba a ser presenrada en un concurso fen tn Festival; pero éetos son probablemence bulos, pues es imposible, dada sus relaciones familiares, que Placén no hubiera conocido en aigin momento a Sécrates. Por ello es probable que Platén fuera un compa~ fieco intimamente unido a Sécrates en los Sltimos afios de su vida. Quiaés Sécrates se hizo menos temerario a medida que eavejecia; auizis hubo siempre algunos sobre quienes su efecto fue inofensivo 0 beneficioso.De todas formas no hay duda de que, tanto antes como después de su tmuerte, ejeris una norahle infivenca sobre Placon. ¥ que PlatSn no se Convirtié en un conspirador oligarquico o en un aventurero politico, sino ‘que consideraba a Sécrates como una persona que quiso_restaurar genguas cosrumbres pero no a través de a olen reacconaria, sno de ia persuasion. ‘Asi pues, la primera influencia importante en Ia vida de Platén fue sects que transforms prdualmene sus proyectos de una carrera v 1 Vida yeeritor de Pon » politica en Ia conviccién de que su vocacién era educer.‘Parece que pasaron diez afios o mis, desde la muerte de Sécrates, hasta que Platon Pjereio més ampliamente este vocacién, que se habla limirado 2 sw'abor euimo esctitor, Después de Ia muerte de Sécrates en 399, Platén y otros Gmigos de Socrates fueron, cefugiados, a Megara como protests de Bucli- Gee Buclides era un fil6sof0 Eledtico, cuyo principal interés se centraba fn problemas de légica y de merodoiogia. Ciianto tiempo permanecié Fineon en Megara lo ignoramos; hay anécdotas de largos viajes, incluso Ge una visita a Egipto. Estando ain en edad milizar, se encontrabe Sresumiblemente en Atenas (entre 395 y 392), cuando Arenas volvi6 2 ponerse en guerra. Entonces, sabemos por su Sépsia Carte, Placa visit pe vudades priegas del Sur de Icaliay Sicilia, cuando tenia «alrededor de Camenta afose, esto debid ser alrededor de’ 387. En Tralia_quedé {mpresionado por su lujuriaate forma de vida, pero encontré en Tarento wT MlésofD pitagérico Arquitas ea el cargo de autoridad democrétice. ‘Arauitas, de quien Platén se hizo amigo intimo, era un importante Aimematico, y debié haber ejercido una notable influencia sobre Plarén aunque Platén no lo dice explicitamente. ‘De ttalia Platon fue a Sicilia donde, en Siracusa, fragué una impor- tance amistad con un joven llamado Dién, cuitado del tirano en el poder. Dionisio 1. Platén acostombraba hablar con Dién sobre su visién de le vide humana, eacontrando en él a.un atento ovente. el mas perspicaz de Mabe sus alumnos. Dién decidié llevar una vide muy distinea @ 1a de los (iSdadesitaliznas y sicilianas, y preferic In bondad al placer y la lujuria. Su SSaversién tuvo importantes consecuencias, tanto pera Siracusa come fara Platéa. Sin embargo, inmedinaamence’ después, (y ahora ao nos [ulamos por el relato del propio Plan, sino por Ia tradicién) Placén fue srpulsado. de Siracusa por expresar su opinién sobre Ia anistocracia Dipnisios y fue enconces, segin algunos relavos, exclavizado y rescatade por ua amigo rico. De rodas formas, volvi6 2 casa y compro algunos Porenos en el recinto del héroe Academo, donde fundé la escuele Tenecida con el nombre de Academia, Alli, con interrupciones ccasions fee Plarén paso el resto de su vida como un solterén director dc tuna escuela. La Academia permancci6 intacta y funcionando hasta 525 na C. ano en que S. Benedicto fundé el monasterio de Monte Co sino. ¢ NO sabemos realmente si le Academia fue la primera insticucior universitaria en Europa, algunos eruditos creen que los anteriores fildso for jniene renian escuclas mis o menos permanentes, y los picagérico: tavieron un cierto tipo de instiruciones comunes; pero es, Certamente,j primera de la que conocemos algo preciso. Es evidence que era un luge Ge ensefianza e investigacién, Hombres de gran distincién, como Eu doxo, fueron 2 trabajar alli}, y jévenes como Aristoreies fueron Spreader. De un divertido fragmento del poesa cOmico Epicrates, « Aecerihe a Platon observando a algunos estudiantes que ests 20 Avilsis de as docteas de Paton clasificarido una calabaze, podemos deducir que se daba una ensefianza formal y que se pretendia una enseftanza intelectual general. No era una ‘mera incubadora para formar platonistas —Arist6ccles dificilmence habria permanecido veine fos xi hublera sido as. jin duda la Academia y Jos escritos ocuparon gran parte del tiem del sent desu vida, Pero en 368 Dionne | mun, y le sucedis su ho Dionisio Il. Dién, que se habfa mantenido fiel a la influencia de Plarén, y enemigo de una sutoridad arbitraria, convencié ai nuevo tirano para que enviara a buscar a Platén para que le aconsejara. De mala gana, Platon fue; pero poco tiempo después de su llegada los enemigos de Diéa persuadiecon 2 Dionisio para que desterrara 2 Dién. Dionisio reruvo a Platon casi 2 la fuerza hasta 366, afio en el que se inicié la guerera entre Siracusa y Cartago, y en el que se le permitié a Platén volver a casa con la condici6n de que volviera después de Ia guerra, cose que cuvo que hacer en 362, Habla entonces renovados conflictos entre Dionisio y Dida, (que estaba todavia en el exilio) lo que trajo consigo una ruprura ‘entre Dionisio y Platén que fue, a pesar de’ ello, mantenido en Siracusa haste 360, afio en que fae rescatado por emisarios enviados desde Tarento por Arquitas. Mas carde Dién envié una expedicién contra Dionisio, que crajo consigo un disturbio civil en Siracusa. Dién fue finalmente asesinado cuatro afios después de su partida. La empresa, por esta raz6n, fue desaforrunada. Platén le habia propuesto ua plan de estudios a Dionisio, pero Dionisio aunca le habia ermitido ponerlo en prictica seriamente. Algunos han supuesto que Platén fue a Siracusa con la poco realista intencién de convertir a Dionisio en un rey-flésofo, y que el pesimismo de su aspecto provenia de su fracaso pats conseguirlo. Pero es muy poco verosfiil que fuese tan ingenuo como para pensar en transformar a Siracusa en una comunidad deal convirtiendo 2 su tirano, y el pesimismo estaba sin duda presente antes que fallara en su intenco. Es probable que fuera 2 Siracusa en ios afios sesenta simplemente por lealtad a su discipulo Din y con la idea de ‘miigar la severidad de una autoridad arbitraria. Dificilmente puede ser criticado por hacer esco; y no hay duda de que volver en 362 fue un acto de valentia. Al volver a casd en 360, Plan se mantuvo en contacto con los tristes sucesos de Siracusa, pero prest6 sin duda la mayor atencién a su trabajo cen ia Academia, Murié en 348 6 347, cuando contaba unos ochenta afios Su testamento parece mostrar que A0 estaba muy cuerdo. La siguiente tabla muestra las fechas mas importantes: 427 Nacimiento de Platon. 409 Entra en edad militar 399 Muerte de Sécraves. Platén tiene veintiocho afios (3882 Primera visita a Siracusa. Treinta y aueve aflos (387? Fundacién de la Academia 1 Vide y exrtos de Phton a 367-6 Segunda visita a Siracusa. Serenta aiios 362-0 Tercera visita 2 Siracusa 347 Muerte de Platén Excritos de Platén Nuestros manuscritos contenen treinta y cinco obras publicadas de Platén, y trece cartes. Con una excepciGn (la Apologia, versiGn de Plato del discurso de Sécrtes hecho en st propia defenss) y dos excepciones parciales (el Menéxeno, de notable rareza y el Times) las obras publicadas festan todas en forma de didlogo, y se las conoce como «los didlogos» ‘Los manuscritos contienen también un pequerio némero de didlogos y otros fragmentos de los que sc sabia en la antigiiedad que no habiaa sido escritos por Platén. Los escritos considerados auténticos en los manuseri tos estén ordenados en nueve grupos de cuatro (las cartas cuentan como uno). Esta ordenacién probablemente data del primer siglo d. JC. y no tiene ningin tipo de auroridad. Con certeza no es, por ejemplo, una ordenacibn segin su composicién: los didlogos son de tamafios distintos. Dos de ellos (La Repstblica y Las Leyes) son tan largos como un libro moderno; otros son ensayos cortos, Ha habido una dispura erudita sobre ciantos de los escritos conside- rados auténticos en Is antigticdad son realmente de Plat6n. Tras haberse hecho un gran nimero de iavestigaciones, Ia opinidn general es que casi todos lo son. Y esto parece estar de acuerdo con las probabilidades generales del caso. La Academia poseia una biblioteca, y se mancuvo forganizada hasta el siglo Vi d. JC. Al principio es probable que los fescritos del fundador escuvieran separados de todos los demas. No hay duda de que otros miembros de la Academia esctibieron didlogos st- guiendo el modelo platonico, y algunos de ellos pueden haber sido eccéneamente imputados a Platon después de su muerte; puede haber hhabido didlogos ‘eseritos por zlumnos con Ia ayuda de su maestro, borradores sin terminar completados por alumnos y demas. Y algunos de éstos pueden haber entrado a formar parte de nuestro canon. Accidentes de este apo son posibles, pero no es muy probable que hayan sucedido muchos. Deverminaciin te ta fasbu de tos dislogos Seria interesante conocer el orden de los didlogos, y ha habido laboriosos intentos para determinarlo. Intentos basados en opiniones preconcebidas sobre el desarrollo del pensamiento de Plat6n o sobre el tipo de temas que suelen interesar a un hombre joven © viejo, estén ahora desacreditados. Hay s6lo tres \upos de indicios para conocer el orden de 2 Anis de as docs de Paton composicién: (1) la mencién de un dislogo en otro: (2) la incomprensién de alguna parte de slgiin didlogo para quien no haya leido otro; y (3) consideraciones sobre el estilo. Poiemos determinar unos cuantos, no muchos en mi opinién, con los dos primeros puntos, pero sobre todo debemos confiar en el estilo, Las consideraciones sobre ef estilo son de dos tipos. Cada tipo se basa en al hecho de que tenemos varias razones convenidas para atribuir el largo diglogo llamado Las Leyes ala iltima docens de afios de la vida de Platon. Basindonos, por lo tanto, en Ia supasicién de que Las Leys es uuna obra tardia, encontramos dos formas diferentes segrin las cuales algunos dislogos se parecen estlisticamente, mientras que ot705 n0, ¥. claramente hablando, aquellos que se parecen de una forma, se parecen también de Ia otra. Esto nos permice distinguir un geupo de didlogos ardios. Volviendo questra arencién al resto, encontramos que alunos de ellos parecen aproximarse al estilo de los ltimos didlogos més que los otros; esto nos permite distinguir un grupo de diflogos intermedios. JAsi conseguimos tes grupos, primeros, intermedios y dltimos 0 tardios; aunque en conjunco debemos confesar que la distincién entre los prime ros y los tncecmedios, y entre los intermedios y los dltimos, no es muy clara. Los dos sipos de diferencias son éstos. En primer lugar, en los primeros diflogos, Platén escribe con un estilo brillantemente claro. aconversacionaln, con el que realmente pretende conseguir «efectos», pero dichos efectos son naturales més que litersrios, el humor es c6mico mas que sofisticado, excétera. En los ildmos dislogos, Platén escribe libros mis que didlogos; el conflicto de las personalidades esté subordi- nado al drama de idess, la maravillosa frescura de su primer estilo es raramente conseguida, ni siquiera cuando lo incenta, a veces con conoci- dos ardficios literarios?, es un estilo ricamente tejido, habilmente poe- ico, ileno de antitesis y elaborado, con repliegues que a veces casi dejan sin respiracién. Tanto en su juventud como en st veiez, Placén es un brillance prosista (en Las Layer las frases son a menudo descoloridas y muertas, pero tienen una brillantez descolonda); sin embargo se piensa en un adjetivo como «sublime para describir la brillantez de su veiex, y schispeance> para la de su juventud. EI otro ipo de diferenciacion es mucho mis monétono. En un perfodo de su vida un escritor debe usar, dice, «ademas» con mis frecuencia que «también»; en el otro perfodo ia proporciéa puede cambiar. Si se investiga Ia incidencia de grandes Ganuidudes de palabias y (cases de este tipo (un spo de palabra trivial que el escritor no reflexions) se encontraran tendencies caracteristcas de las ‘que es dificil prescindie si coinciden. Este tabayo de «estilometria» ha sido hecho con Platin y ha producido resultados con cuyo amplio esquema muchos eraditos estin satisfechos. ‘Obrenemos, pues, tres tupos de diflogos. Como hay dos grandes divisiones en in vide de Platén tras la muerte de Sécrates (ia fundacién de 1. Vide yeeros de Plate a ia Academia y el embrollo de Siracusa), es razonable creer que ia mayor parte de los primeros diflogos fueron escritos en los aos hoventa, la mayor parte de los ultimos en los afios cincuenta, y los intermedios en el perfodo comprendido entre estos afios. No parece posible ir mis alla. Algunos eraditos han intentado, mediante tests esdlométricos, determina el orden mas minuciosamente; pero distincos teruditos llegaron a resultados distintos; y nos podemos preguntar si ¢s legitimo dar en principio a la estilometsia importancia, excepro cuando las diferencias descubiertas son, grandes zt ‘Antes dije que no se puede dererminar el orden de los didlogos basindolo en opiniones preconcebidas acerca del desarsollo del pensa- miento de Platén; pero es indudablemente sotisfactorio descubrir que la ordenacion que obtenemos por consideraciones de estilo es torelmente Suisfectoda. No guarda ningwna relaci6n con el orden en el que se creia antes de que empezaran iss investignciones stiisticas. Pero dudo que nadie pueda discutir que el desasrallo ee de Platén, tal como lo Yemos ahora, es mucho més inteligible flo que se considesaba anterior- Debo decir ahora cual me parece ali es en este momento el estado de Ia opinién sobre to que contiene oh uno de los tres grupos. En I ‘Suiente tabla incluir€ uaicemente los Widlogos en los que parece haber ‘acuerdo general para atcibuirios 2 Placén; afadiré ua comentario los demis. Ordenaré los didlogos incluidos en ‘cada grupo siguiendo el orden lfabético; y pediré al lector que recuerde que Ja diferencia encre-tos fikimos y las primeros diflogos es clara, y n0 puede.ser omirida sin una fazin importante, que entre los intermedios y los primeros, y los inter- ‘medios y los Glkimos, es variable y provisional. PRIMEROS INTERMEDIOS ULTIMOs Apologia Parménides Las Leyes Cermides Fedin File Cratilo Fedro ET Soft Critén La Repitblica + BI Palitico Extideno Simpasinm Timeo ¥ Exifrin (también amado Crisias (Apéndice Goreiae El Benguet) inacabado del Tiree) Hipszs Menor Teeeto Leques Lists Menfeena Mend Prosdgoras ™ Alss de Int doctinas de Paton Alcibiades 1: Lo mas probable es que no sea de Platén. Si fuera de Plata, seria entonces claramence tardio, tanto por razones lingtisticas como también porque (a) tiene algo de libro de texto de ética platénica, y (b) sw Sécrates y su Alcibiades deben haber sido un platonista y un joven, No hay ningiia tipo de caracterizacion. Alcibiades 2: Lo mis probable es que no sea de Platén. Hay algunas palabras sospechosas, Si fuera de Platén, seria claramente cardio por las mismas razones que el aaterior. Es ua didlogo bastante bueno, mejor que Alcibiades 1 porque sefala los puntos que més tarde desarrolla y Io hace con mayor brevedad y eficacia. Quizis ambos fueron «ensayos premis- dos» por la Academia; asi lo parece. Clirofonse. Un fragmento coro. No ¢s suficiente para decidir quien lo escribié 0 cuando. Epinomis, Por su forma, epilogo de Las Leyes: por lo tanto bastante terdio. Seguin Didgenes Lacrcio (iil, 1, 37) Plata no vivi6 lo suficieate para escribir una copia en limpio de Las Leyes; fue hecho en su lugar por Filipo de Opus, «y es suyo también, alguién dijo, el Epinomis». Tanto si esto significa que Filipo lo escribié, como que Gnicamente lo copid, el Epinamis esta poco ciaro. Si Filipo lo escribié (a) escribia de forma muy parecida « Platén, y (b) dej6 muchas oraciones oscuras e incoherentes, como se podria esperar de un escritor en vida que esperara corregirlas en la revisién, Si Platén lo escribi6, su muerte podria explicar esto. Yo creo que Placén lo escribié. De todas formas esto es seguramente lo que hhabria escrito y Filipo (que era miembro de la Academia y competente fen Ia materia) deberia saberlo. Hiparco, Dialogo bastante oscuro, en el primer estilo de Platén. Si es de Platéa, lo escribié en un mal dia Hipias Mayor. Algunos Gn piensan que no es de Platén, aunque por razones bastantes insuficientes. Yo no dudo que es uno de los Primeros escritos de Platén. Es un excelente didlogo corto, que muestra con mayor claridad que la mayor parte de los primeros didlogos 1a naruraleza légica dela conducta de Sécrates. Is, No hay ninguna razén para suponer que no sea de Plav Gn. Presumiblemente pertenece a los primeros didlogos. Sécrates es ‘un poco més positive de lo que usualmente es en estos primeros dii- Jogos. Las Amantes, (cambién lamado Las Rivales). Un buen dilogo; tengo una pequefia duda sobre si es de Platén, y probablemente de los Primeivs didlogus. Su ceméuca es parecida a la del Eusidemo (ver nota) ‘Minot, Lingiisticamente tardio, parece admirar las inscicuciones cretenses més de lo que Platén Jo hace en Las Leyes. Generalmente se considera que no es de Platén. Yo no me atrevo a afiemarlo. Téaget, Parece ser uno de los primeros didlogos; pero el retrato de Séerates es poco convincente. No me atrevo a atribuirselo a Platén. ‘Aiadicé, pues, a la tabla anterior: 1 Vide y esesitos de Paton PRIMEROS uimimos Hipias dl Mayor Epinomis Tin Les Rivales Afiado algunas notas sobre los didlogos cuyas fechas son discutidas: Cratilo. La estilomeiria no nos levaria muy lejos, ya que el humor es mis consistentemente alegre de lo usual. La preocupacién por el Tenguaje es caracteristica de la tikima parte de Ia vide de Pletén, y algunos lo atribuirfan al grupo intermedio 0 dtimo. Yo estoy de acuerdo. Extideno. Por su tema creo que es posterior a lo que cominmente se supone. ‘Menén. Algunos lo incuirfan en el periodo intermedio. Time. Mr. G. E. L, Owen ha sugerido recientemente (Classical Quarterly 1953) que este didlogo pertenece al perfodo intermedio. A rai no me han convencido los argumentos de Mr. Owen, que implican una concepcién de Ia evolucién, de Platén que yo no acepto; pero su conclusin es extremadamente atracuiva si se toma en serio. Como el dislogo es, de todas formas, muy poco comiin, es dudoso haste qué punto los” ests estilométricos son relevantes, y no hay, por tanto, ninguna objecién definitive contra ia opinién de que fue escrito n0 mucho después de la Repsblia. Fedro. Confieso que no estoy muy de acuerdo con poner en el mismo grupo a Fedro y La Repiiblica. Fedro muestra un considerable interés por los temas stardios». -El Grupo Intermedi. Se puede argiir, creo, que la divisién en tres grupos (que atin muchos eruditos dan por supuesta) es engaiosa. Le imagen correcra quizis sea una considerable producciéa en su juventud, que culmina tal vez con El Simposium 0 Fedén, 0 quiza con Le Repitlica. Pero se puede suponer razonablemente que ios dilogos mas sustaacia- les, como Fedén y La Repsilica tardaron més tiempo en ser escritos, y aparecieron con intervalos més largos que las primeras obras. La propor- i6n de las publicaciones se supone que disminuyd, y Le Republica bien puede haber aparecido (sea lo que sea lo que signifique «aparecer», pues no sabemos en qué consistia la publicacién) algin tiempo despaés que el Fedén; quizas en los afios 370. Entonces podemos suponer un fructifero periodo en el que podemos encajar Parménides, Fadro, Timo y Tereta (m0 necesariamente en este orden). Le diferencia de tono entre Teeieto y su seguidor oficial, El Sofisra, 2s notoria, y hay algunas razones parwatributr el Teereto a una fecha no muy posterior a la muerte de Teeteto, que ocurti6 quizds en 369. Podemos suponer, por lo tanto, que las preocupaciones de Siracusa mantuvieron bastante inactivo a Platén durante el resto de los afios 360. (¢O escribié Timeo en Siracusa? . Esto explicaria quicas su ™ Anilnis de tas doctina de Paton singularidad. Por ejemplo, deja de “desarrollar nuevas ideas que se pueden encontar en Parménides 0 Fedra, v no se meacionan en e! Teeteto. Las preocupaciones politicas podrian explicarlo.) Entonces, después de su Glumo recorno de Siracusa en 360, pudo haberse tomado e! considerable” teabajo de escribir E/ Sofirte, El Polirice, Filtbo y Lar Leye. Esto nos dejaria un primer periodo durance el cual aparecieron en gran cantidad didlogos de relativamente poca importancia, una década final (mis 0 me~ nos) dedicada a cuatro obras cumbres, y un lapso de tiempo considerable dentro del cual podemos encajar todo lo que no pertenece claramente nia las primerss ni alas lamas obras. Esto consteuiria el cercer «perfodor. Determinaciin del antor de Lat Cartas Cartas de grandes hombres, que podian ser vendides a bibliotecas, fueron falsificadas en la antiguedad, y las cartas de Platén no podian haber estado en sus manos 2 su muerte {apesar de que si lo podian haber ‘estado sus copias). Por lo tanto ea el caso-de las cartas, la regla de que la ‘Academia habria excluido cuidadosamente el material no aucénsico tiene menos peso que en el caso de los didlogos. Si una carta falsifcada hrubiese vuelto de Alejandia, pensarfen que ain habria carcas auténticas de Platén vagando por ahi, y Ia admitirian en el canon. La cuestin es tan complicada y hay tan poco acuerdo a este respecto, que no pademos ocuparnos de ello aqui. Nos debemos contentar con lo siguiente: (1) La Primera Carta no es de Platén (no es uaa falsficacién; el autor no pretende ser Platén y se encuentra ahi por una confusién). (2) La Stgunda Carta se cree que tampoco es de Platon, sino que es una falsificaciéa basada en In Séprina. (3) La Séptima ‘Carta es lz mis importance desde el punto de vista hist6rica y floséfica, y es casi universalmence considerada auténeica hoy en dia. Si es una falsificacién (y si ésta no es de Platén, ninguna otra obra podria serio) las dotes lerarias y filosofieas del falsificador eran enormes, y su conocimiento de In historia de Atenas y Siracusa era grande®. (4) Todas lag demés carcas zon consideradas aucénticas por respetables eruditos. Hay un excelente y breve debate en Plato and bis Contemporaries, por G. C. Field, pags. 197-201. : EL PROBLEMA DE LA INTERPRETACION Dificulredes de ta forma del didlogo A cuslauiera que intente decit algo sobre las opiniones de Platén se le podria pedir que nos dijera sobre qué principios interpreta la eviden- ia de la que dispone. \ i 1. Vids femos de Paton a Esta evidencia consiste principalmente en los dislogos. Es ciero que tenemos las Cartas, sobre todo la Séptima; pero éstas no son uns gran ule Br certo también que en la Metafisica(y en otras obras mis brevemen- fe) Ariseételes nos habla de las opiniones de Plat6n. Pero la mayor paste de Ip que Anistéreles nos cuenta acerca de Plarén lo hace en el curso de ‘unos comentarios criticos; bastante a menudo, también, el hecho de que ‘AristGteles dizija la palabra a una audiencia que esti familiarizada con las Goctrinas que esti criticando, hace que sus alusiones 2 estas doctrinas Sean dificles de interpretar por nosotros. Es también, finalmente, posi- bie, que lo que Aristoteles esté discutiendo sean las doctrinas que Platén propuso orsimente en la Academia, y no podemos sfirmar, sin tener Pruebas de ello, que lo que Plarén ensefis en la Academia esti enlazado Fon io que enseid o intenté ensesar en sus didlogos. Podrfs ocurtir, pot ejemplo, que hubiera habido en las opiniones de Plarén una revolucién Semejante a la que hubo en las de Kant, v los didlogos podrian percene- Cera una fase «pre-copernicanan anterior, que hubiera sido repudiads en le ensefanza oral posterior. Si, entonces, queremos entender aquello en Jo Gue Platénerefa, aunque sea s6lo en sus primeros sfios, debemos decidie ue es lo que queria decir en sus didlogos (si es que queria decir algo) para persuadir de ello a sus leccores. Esto es problemicico. Presentando sus puntos por medio de conver- saciones imaginarias, evita, de este modo, compromecerse com les opi- iones de sus personajes. BlaxSn recurre a esto con especie eficacie. Sus {idlogos no son, en conjunto, como fos de Berkeley por ejemplo. Suponge ‘que no hay ninguna duda razonable de que Berkeley pretende que nos Gemos cuenta de que esti hablando a través de Ia boca de Filonus, en fran parte quizés porque es Filonus el que sale ganando claramente. Ta Sontrfoucién de Tiyias a ln conversaci6n consiste simplemente en ser progresivamente batido en retirada. Los didlogos de Platén son pocas veces asi, Por varias razones que examinaremos brevemente, es pocas vJeces facil admicie con seguridad que Placén quiere que pensemos que a Tinea de razonamiento seguida por el principal interlocutor del dislogo es Ig correcta, Esto es lo que hace dificil decidir qué docerinas principales pueden ser atribuidas a PlatGn, consideréndolas doctrinas que no sélo pone fen boca de alguien, sino que él tambiém mantiene. Eilonus es el «principal interlocutor» en los Tres. Diélogos porque es quien sale ganando. En todos los didlogos de Platén es posible elegir fi principal interlocutor» pero no és precisamente porque sale Ea fando por 10 que lo elegimos. La Apologia no es un didlogo a petar de care ite fuego, habla Séerater (cp hace pasar por su cefense en. su iio). Menéxeno tampoco es un dislogo. Formalmente es una oracién Finebre por la mujer de Pericles recitada por Socrates. La gnica razon para arribuirsela a Plarén es que es ran poco platSnica qué los que la favan incluido en el canon deben haber tenido sélidas enzones pars ha~ cello, 2! Banguese tampoco es precisamente un diflogo, porque con- 8 Anis de as docs de Paton tiene gran adimero de largos discursos; pero el mis importante es el de Socrates. Timeo consiste sobre todo en una exposicién ininterrumpida, y to mismo ocusre con su fragmentario apéndice Critias. Aparte de estat excepciones, el resto de los llamados diélogos son todos, mis o menos, diflogos genuinos. En Parminides, Timeo y Gritias el principal incerlocu. tor es Ja persona de quien toma nombre el didlogo; en El Sofsta y El Politico, el principal dialogante es un Everanjero de Elea y en Las Leyes tun Extranjero “Ateniense. En todos los demés didlogos es Sécrates. Pax fece puss que cada diflogo tiene un interlocucor principal, y seria na- tural suponer que es el intérprete de Plat6n. ¢Por qué no lo suponemos? Usa razon es que el principal interlocutor es frecuentemente un ersonaje histérico, El Excranjero Ateniense y el de Elea son desde luego andnimos, y Timeo bien puede ser ficticio. (No tenemos ninguna prueba, aparte de esto, de que existié. Si no fue asi, representaria un ideal, un especimen representativo de la tradiciOn occidental, pitagérica o de otro tipo, del pensamiento griego.) Pero Parménides y Sdcrates son persona. lidades niseérias. Por esta razon una duda debe, inevitablemence, surgi. ¢Se aproveché Platén de ellos, y particulatmente de Socrates, utiizindo- Jos como muiiecos en manos de un veatrilocuo, o puso en su boca opinion nes que creia que ellos habtian sostenido? En la'medida en que considere- mos que Platoa intentaba retratar las doccrinas de otros pensadores, asumi- remos si estaba identificado con el vencedor de la discusién 0 no. Orra razéa a causa de Ja cual no podemos hacer dicha identificacién €s que muy a menudo no hay ningtin vencedor en el sentido en el que Fllonus lo es en los Tres Didlogar de Berkeley. Excepto en la primera parte del Parménides, Sécrates domina y controls cada conversacion en la cual toma parte sigaificativamente. Pero rara vez mantiene un punto de Vista contra un oponente que defienda un punto de vista distinto, como hace Filonus al enfrentarse con Hylas. Ea el primer libro de Le Repiblica ocurre ast realmente; omitiendo los detalles podrismos decir que Sécrates defiende la moralided orcodoxa y altruista {reate al cinismo de Trasimaco. Algo parecido sucede en el Gorgias. En el Fedén Socrates expone y defiende sus puntos de visea acerca de la inmortalidad. En el Exsidemo expone wn punto de vista moral. En La Repillica tapacce de su primer libro) expone sus opiniones, limitindose sus interlocutores hacer preguntas 0 a expresar su acuerdo. En el Fedro Sdcrates expone opiniones que parecen satisfacerle, y que merecen ei asentimiento de Fedro. En la primera seccin del Teeteto su crticismo destructor de la definici6n expuesta por Teeteto le permite deducir un importante punto positive. En el Fifebo ( el anico dislogo tardfo en el cual aparece Socrates) empieza discutiendo con un oponente hedonista, pero después acaba argumentando constructivamente y su oponente se convierte en ua interesado oyente. Ea el Sofista 9 ef Politico, ei Extranjero deElea es mis © menos un conferenciante, y lo mismo ocutte con el Brcranjero Ateniense en Las Leyes. 1 Wide y esetitos de Phton » ‘Vemos que hay bastantes didlogos (Gorgias, Fedén, Eutideno, Rep blce, Feet, Plebo, Bl Sofie, B! Politic, y Lat Leys, jonto con 8B mera pare del Teeteto) en los cuales es total o'predominantemente cict- te que el psincpal hablanc expone a a lrgn un punto de wea sobre aigin tema, Por ello seria facil admitir que este, punto de vista cs el del propio Platon, Pero sin embargo hay otros diflogos‘en los cuales esto no ocurre. Toscamente podrfan dividirse en dos tipos: El primer tipo coatiene la mayor parte de los primeros dislogos (por ejemplo el Lagwes) y también la segunda parte del Teeio y quizés Ie primera parte del Parminide. El rasgo cacacteristico de este ipo de diflogos ¢s que, aunque el argumenco es bastante claro, la conclusion es enigmatica; pues el principal interlocutor ejerce sus poderes con el fin de producir un estado de aporia © una sensacion de no saber que hacer a conunuacién. Los que participaron en la conversacién se marchan tristemente, admitiendo 10 saber que es le piedad, el aucocontal, el valor el conocimiento; put se hha mostrado que los vanos intentos que parecfan contestar cucstiones de este tipo acarzeaban conclusiones inaceptables. El segundo apo de dislo- ‘Bos sobre los que. se puede decir que nadic expone una doctrina positiva 5 un pequeio grupo que cuenta con Lisis, entre los primeros didlogos. y con la segunda parte del Parménides, de fecha tardia. La caracteristica de estas obras es que el lector las abandona desconcertado y exasperado. Una gran parte de la argumentacién es bastante rapida y no muy acabads, y una sarta de paradojas forma las conclusiones del razonamiento. ‘Numerosos puntos ciertos han sido establecidos obiter (a pesar de que el argumento ha sido pocas veces lo suficientemente exhaustivo como para dejarnos satisfechos de que los puntos hayan sido legitimamente estable- cidos), pero el propésito de-la totalidad de la obra es dificil de determni- ‘ar. Da la impresion de que Platon esta mas interesado por ofiscar al lector con un despliegue de virruosismo, a menudo sofistico, que por convencerle de algo. ‘Tenemos, pues, tres tipos de didlogos, que podemos describir como los constructivos, los destructivos y los’enigmaticos respectivamente. Ademis, vemos que estos tes elementos #8 suceden, ossionaimence in didlogos de un cardcter general distinto —pasajes enigméticos en un hogs deewmente constacivo, ester Debemor sebeat ambien que hay dos formas distintas de razonar destructivamente. Hay una forma que se da en los «dialogs destructivos» en los cuales la conversa- cid concluye con la demostracin de que, si se aserta alguna proposi- cién que parezca atractva, entonces se tendré también que admiar alguna otra proposiciéa que es inaceptable. Pero hay también otra forma deseructiva de argumentar, a ls cual, por ejemplo, es somerido Polus en el Gorgias, que tiene como finalidad que el principal interlocutor pueda eliminar algo que es inconsistente con la doctrina que va a defender. Esta segunda forma de argumentar destructivamente no cree ningin problema al intézprete; obviamente si yo quiero decir que el poder » Anil de las goctins de Paton politico no es digno de ser ambicionado, despues eengo que argument: fontra los que dicen que si lo es. Pero el tipo de argumentation destrucuvs que acaba en un estado de aporte presents problemas; asf ‘ocurte en los pasajes enigmaticos. Si, por ejemplo. suponemos que en el Lins el principal propésito de Platén es proponer rompecabezss teéri- os pars inducir al lector a reflexionar sobre ciertos problemas, entonces estamos ‘haciendo una distincién entre lo que Platén esti haciendo y lo que el principal interiocucor esti haciendo: y si nos seatimos obligados « hacer esta discincién en un dislogo o pasaje enigmético, zpor qué entonces no lo hacemos en un dilogo o pasaje destructive? estamos aeaso avtorizados a sacar la conclusién de que Platén pensé que la valentia no puede ser considerada como conacimiento de lo que es 0 no temible por el simple hecho de que Leques parezca deducir tal conclu- sidn? Si el lector quiere poner en duda algunas de las argumentaciones de Platén en el Lssis, gno quercia acaso considerar también dudosas algunas de sus argumentaciones en el Legues, Eutifrin 0 en Prosdgorat? Por el concrario, una vez gue Hlegamos a Ia conclusién de que Plarén puede a veces desear insinuar pensamientos que no son idénticos, 0 incluso pueden conteadecir, a los que Sécrates ( 0 quienquiera que sea) express, no podemos evitar preguntarnos fasta qué punto estamos justificados al considerar 2 Platon comprometido con las opiniones del principal dislogante incluso en los didlogos constructivos. Quizés tenia Ia costumbre de poner por escrito aquellas casas que le parecan posibles angumentaiones,esmviern de acuerdo @ no con elias. uudas asi surgidas son aumentadas por ciertos pérrafos en los cuales Plat, expresa una pobre opinién sobre el ‘alor de Ia filosoia escrita. Uno de estos parrafos se encuentra en la Siprina Carta 1 May abrevdo, lo que Plan dice ws exo: Acttes de i cous gue considera importantes no ha escrico nada nunca y nunca escribiria un cratado sistemanico. Hacerlo es demostrar que no sabes que este tipo de tema, al contrario de otros, no puede ser comunicado. Las palabras son demasiado equivocas para comunicar lo que ei que habla quiere decir, los ejemplos que pueden ser dados no son nunca eiemplos carentes de ambigiiedad sobre aquello que iatentan ilustrar. Las definiciones y los ejemplos empiricos pueden teaer consigo un poco de comprensidn; pero el hombre que busca una uténtics comprensién no la adquiere con st. ayuda. De cualquier deciarseidn verbal se pueden siempre entresacar cosas, y ridicularizarle, © en cualquier caso siempre puede ser mirada desde un punto de vista incorrecto. Realmente, para entender algo, se necesita no s6lo habilidad mental, sino también tener una cierta afinidad con el ema (si el rema es la justicia, por ejemplo, es necessrio ser un hombre justo), y se debe convivir con el tema largo tiempo, entablando tuna dispuca amistosa con él y admitiendo ideas, palabras, definiciones y ejemplos y haciéndolos pulirse entre sf, hasta que al final el tema que intentando comprender, como una llama que brota del fuego. 1. Vida y eerie de Paton 2 itumine sibitamente tu mente, y el respiandor subsistiré 2 continuaci6n, Puesto que es asi como se llega entender algo de importancis, es absurdo escribir una importance doctrina sistematicemente; pues lo que esta escrito no puede ser modificado para encontrar lo que cada lector necesita en particular, En otras palabras, en materia filos6fice cualquier declaracién que se pueda hacer puede engafaree a menos que excise en ca mente ef easamiento que se representa en la mia; y no puede haber gerantia de ‘que ocurra esto, pues no existe garantia de que las palabras sean comadas en el sentido que yo las he destinado, ni, si yo uso ejemplos, de que se Yean eal y como yo los veo. Por lo canto, Ia inica cosa que el profesor puede hacer es hacer que su alumno vee las coses tal y como él las ve, Io ual implica un prolongado proceso de discusién, y en particular de prueba ¥ examen sobre la descripcién que el alumno, en cualquier fase Gel proceso, es capaz de dar. Esto es algo que ningune declarecion esenita puede lograr. Bn el Fedro (275-6) Sécrates viene a decir algo bastante parecido. Nos dice que una declaracién escrita es como una pincura; parece significar algo, pero s1 le preguntas qué significa no te lo diré. Una vez publicada ‘no puedes Limicar su circulacién, y cusndo sea leida no estarés allf para tespaldaria, Un auténticd escrito se hace en ¢l alma del alumno, Un fserito puede compararse cop una mania como tener plantes ea un invernadero; es una diversién que algunos prefieren a Ja de ir 2 festas. ‘Aparte de este valor como entretenimiento, escribir ¢$ il solamente para ayudar 2 Iz memoria. ‘Un punto un poco distinro, pero que sugiere que Plarén no crefa en ‘una engefanza de In filosofia basada en ls publicacién de exposiciones Sistemiticas de st doctrina, puede encontrarse en el Soft (228-30). En Gi, al Exuanjero de Elea ({mitando a Sécrates en la Apologia y en otras partes) mantiene que el mayor mal espiricual es la igaorancia, y que la Inés perniciosa forma de la igaorancia es creer que se sabe algo que realmente nose sabe. Esta forma de ignorancia es una especie de Constresimiento; no tiene ninguna utiidad alimentar al que lo padece con tuna doctrina sana, pues si no va precedida de una purga, no hari uso de lla, Es necesario primero prepararie para aprender mostrindole in inconsistencia de sus opiniones. Estos patrafos, reunidos, parecen sugerir que Platén tenfa una pobre opinién del valor de los escritos floséficos. Los puntos abstrusos y téenicos vale la pena mencionarios, pues son fécilmente olvidados. Los Ciroim populares meseeen cer refutados, pues esto pwede ser para mucha gente el primer paso de una muy necesaria purge. Aparce de esto, podemos encontrar en los escritos de Piatén bastante mareriel enigmatico tuyo fin sera el de convencer al leccor de Js parquedad de su entendi- miento. El propésito general serfa destructivo pues no es ni mnemoréc- nico ni puramente recreativ. 2 Anis de as doctoinas de Paton Yo no creo que ta consideracién de 7 > én de que asi es como son los eset de Paton pueda sobrevvr a ln expenenca de lorioe Teor crs fctores estan presences cestamente, y quads ¢ rdida de lo que Sere etn presen ¥ quizés en mayor medida de lo que algunos comencaistatacepzn, Pero hay tia pequeia da rarnable de |e contengan también bastances ensefanzas postive. Lo que debe dese quits, no que Platén considro errGneo intentac comunicar st deci fica poe escrito, sino que pensd que era improbable que sto fuera muy fruetfero, Deberia quis haber tido mis sensible a peligro de citar la ms perniciosa forma de ignorance» en las mentes au gan pare de sus cattosctuietan desi Soc oie ee et gue gran pate de us esctosextvierandestiados a ser uss encase ome base para discusones que él pesdia,y exto pretend ter el Se puede prolongar mucho esta discusi 8 mucho esta discusién. Yo la cortaré dando us sn i en ein ee oa dant lot dilogos, El primeco de ésos es ln divin Toma dos foones primer lugar como simple humor, ent tleante com sowice Ga, en segundo luge como pasiempa' ines, Semplos” de fo fen, Un clmplo de I segundo puede’ encanta en oer waa ado puede encontrtse en el Liss (211 Ea hay senes de asgumenraciones que ean weiitial y que Bas en las ambigiedades ‘de la palabra flo y del veto fein. Ay Bao eed sex emis (le menos que Aare (ilti) By Bamea AL ero puede ocurs ue see anand fie) B, y Be por lo ato , sin ninguna respuesta afectiva por parce dé ce Sia zero sgn scieathciv arpa 8 Qf concluside que Pltén deduce de este parrafos noes sosplenenre embrollindose en las ambigiedades de la palabra. Sin eabarge ae Ggduce exce punto direcamente; mucitaostensiblemente que ef muy eit qué es files, Esti proponiendo un acerdjo que puede resore J desen pero se da cuenta de te el econ pucte pte fesolveslo por si mismo, Es certo que’estas nocionesforman pare d une epeclain conmoloics (lise ns fuer on Geserpign cl nundo de Empédocles) y que por est raz6a la solucis i Boda haber tendo eleven pars algunos asuntos imporeanes gene sabezas, habria seguramence dado algunss indicaciones sobre ced setan Gs. Paece que debemos dece que este pes esse erdjo como nica fnalidac. Bjemplos menos completos sobre. ext gibmwe pasden enconrare en eteoe menes Caigmacios gue af Lice Por ejemplo, en el Pimer Libro de Le Replica, cuando Socrates se ha ‘grid suicencemence deinen de Polemaro de extar uns defn i6n de justicia del poeta Siménides, él va mas alld de las oe dei fpsonamienc inducendo a Polemarco nadia la Sseoa coments je que un hombre justo debe ser un habil laden, La parte sera be ale 1. Vida y eseeos de Phin 3 desarrollada; la ltima consecuencia esté destinada al lector, con el fin de jercicar su ingenio. : : ‘Ouro elemento que a veces se encuentra en los escritos de Plarén es tuna Shaviana! y premeditada paradoja. El conocido ataque a la oratio recta wa discusién de Socrates sobre la poesia en La Republica es, quizis, un tjemplo de ello. Ocro puede encontrarse en un pirrafo de Goraias (480) Sema varciendo del serio punto de vista de que wa castigo justo puede Ser beneficioso, Sécrates extrae Ia conctusiéa de que ¢l tnico uso de la Setérica es utilizaria para probar la culpabilidad de uno mismo o a sus amigos, cuando son culpables, o para absolver a los enemigos. Esta es sia Gude una premeditada paradoja Hlevada a cabo s6lo por su valor como Shock, pues Sacrates no crefa en hacer el mal a los propios enemigos. Es posible que Platén hiciera esto mas frecuentemente de lo que algunos ores filoséficos po- és conscientemente destructivo de los escrit 8 de vista fabere permiido exponet unos cunts puns : Tegieos y construccivos de pasads; y también esto ocurre a veces en los Beicos creritos de Plan, Puede tomerse un ejemplo del Liss (217-8) s Onde Socrates distingue dos formas segrin las cuales A debe acompafiar $'B, en otras palabras, dos formas de que un sujeto renga un predicado, El pelo de Jones puede ser blanco por su edd o porque es molinero yo fiche lleno de hacina; ua hombre enfermo puede ser un hombre sé0 ‘gue tiene uaa enfermedad o puede estar permanentemente enfermo. De Aueve en el Cérmide: (169) Socrates distingue las relaciones que son Menesavas (una relaciGn R es irreflexiva si es 16gicamente imposible que Penge la rlacién R ron a) de aquellas que, si hay alguna, a0 lo son; ¥ sto, que no es esencial en su contexto, es introducido poraue si. De Guelolen Hipsar Afayor (301) Séerates. sefiia una distincién general Gaire lo que podriamos llamar propiedades colectivas y paraculares. Ocurre esto entre propiedades (como ser una partja) como en ei caso de KGB, que tienen colecuvamente esta propiedad, aunque no la denen por separado ni A ni B, y aquellas propiedades (como por ejemplo ser Poliente) en las cuales si'A y B poseen dicha propiedad, enconces A la posee y B cambién, Es incidentalmente interesante que Platéa sefale fetus opiniones de pasada.’ Pucs mientras que un lector alermdo filoséficamente se daria cuenta de la imporcancia de estas distinciones, mucha gente las pasatia por alto sin darse cuenta. Asi el instrumento que Platon ha forjado se convierte en stil para aquellos que pueden usarlo; fo fo deja on manos d= quienes no pueden utilizarlo, como podria haber Beurride si hubiera aparecido en un tratado de ldgica. Esto ¢s, pues, Consecuente con la desconfianza profesada por PlatGn hacia una doctrina general que pueda ser usada como sustiruro del pensamiento. ‘Orros dos elementos que me parecen presentes en los escritos de Platén estin relacionados con la produccién de aporfa. Se pueden distin- fair dos upos de aporia, El primer tipo surge quizis, en la primera parce k Be Anise de las doses de Paton de Parménides, y en la segunda parce de Teetre. Es una aperia genuina. Con elo no quiero decir que Platon eaté necesariamente nsepuro sobre cual es el fundamenco correcto de dicho tema. Alguaas veces puede estarlo, otras no. Quiero decir mis bien que los r:zonamientos que han llevado a este callejin sin selide le pacecen convincentes al lector, ¥ n0 se siente tentado a creer que Placén esti invitindoie a resolverios de alguna forma. La otra, Ia forma no genuina de aperia (y Ia distincién entre ellas seré materia de discernimiento y materia ambien de graduaci6n) es el ‘ipo en el cual se nota que Plat6n iaviea a adoptar una resolucién paracular. Un ejemplo de esta proviene del final de Laques, donde ia formulaciéa de que el valor ¢s el conocimiento de lo que es 0 no temible leva a la conclusién de que, si esto es asf, un hombre no puede ser Valiente sin ser justo, auromoderador y pisdoso. Aqui es (por varias zones) muy dificil notar que estamos siendo invitados a aceptar y 2 zambullisnos en is conclusidn de que un hombre no puede poseer una vireud moral si no posee todas las demas. De hecho aqui nos sentimos muy tentados de creer que Platén esti cibbriendo la parte positiva de su doctrina con un cenue velo, Orro ejemplo posterior de esto mismo se puede encontrar en la argumentacién de Sécrates con Polemarco en el Primer Libro de Ls Republica, donde Polemasco es incapaz de decir qué buenas acciones hacen los hombres justos, porque admire que Séerates deduzca el supuesto de que cualquier acco bueno que puedan hacer ha de serhecho mediante una especie de habilidad véentca. Sin duda entende- mos que Sécrates presupone que un hombre justo lo es en virrud de un cierto tipo de conocimiento © entendimiento: pero no en virtud de una especie de habilidad céenica. Lx distincién ncecsania ence fo que podria- tos llamar entendimienco tecnico y moral se hace en el Legs (195), ¥ no podemos evitar creer que se nos pide aplicar esto aqui y comprobar gue Polemaico pudo haber fdsendo su-afemacien Seria quizis ir demasiado lejos decir que en pérrafos como éstos Plaron conoce con certeza cul es Ia respuesta adecuada, y nos propone encontrarla con nuestros propios medios, o que esti refutando mediante tuna reductio ad cburdam una de Jas peoposiciones 0 supuertar que onginan ete callin cm aide, Peco sera gualmente equivocsd, por otra parte, suponer que, si el principal incerlocutor en este pérrafo da una Su posicién al respecto debe ser que Ia teoria en cuestién es acepeable, ero que trae consigo bastante mas de lo que aquellos que la sostienen or casualidad es probable que aprecien. O puede ser que él mismo estuviera inseguro. Los elementos hasta aqui enumerados no son contrarios al punto de vista que considera que fa flosofia escrita posee un escaso valor educa- ional, excepro en que estimula al lector a pensar por si mismo. Pero como acabamos de ver, los escricos de Plaxén contienen dos elementos ‘que comparativamente van al grano sin rodeos, a saber, el simple araque 1. Via y error de Pon 8 ‘las doctrinas erréneas y le simple exposicién de la verdad, Asi pues, seria realmente poco plausible negar que La Repsbliea contiene un ataque sostenido contra la opinién de que el egoismo conduce a la felicidad, que sostienc el punto de vista segtin el cual Ia armonia social necesita une disciplina estricta. Hasta donde yo puedo apreciar, no hay reglas con las ‘cuales podamos determinar cual de dichos elementos es el que se esti dando en un momento determinado —cuando Plat6n es serio 0 frivolo, 0 ‘ies serio, cuando va al grano 0 cuando se anda con rodeos. La tinice regia que se puede seguir, si se desea extraer en contra de las adverten- cias por él expuestas, el pensamiento de Platén de sus escritos, es la reglt segiin [a cual debe preferirse la interpretacién de pizrafos pasticulares {gue aribuya a Platén el desarrollo intelecmal mis plausible, En ia mayor parte de los pérrafos parece que esta regla puede ser seguida y conduce 2 tuna cierta conformidad entre diferentes incérpretes. Hay, sin embargo, Yarios pérrafos acerca de los cuales el desacuerdo parece imposible de liminar, Ast, por ejemplo, muchos erudicos consideratian a ls primera parte del Parminides una reteactacin por parte de Platén de sus primeras ideas. Sin embargo otros (entre los que me encuentro yo) creea que Platén nos ha dado ea este pirrafo ls suficientes advercencias como p no admitic esa interpreracign del rexto (aunque quizis sea la més clara) slgunos lectores considera que el texto es un ataque ms bien # ciertas tergiversaciones de las primeras opiniones de Platén. Puesto que estos parrafos son cruciales en cusiquier relacién del desarrollo intelectual de Plan, es tna pena, pero creo que es inevitable que este desacuerdo existe El problema de las falacias Hey dos problemas especiales concernientes a Ia extraccién de las opiniones de Platén de sus escritos. Uno se refiere a las falacias. Todos Jos filésofos razonan 2 veces falazmente, pero cn los escritos de Platén hay pirrafos que dependen de un rezonamiento pareatemente tos¢o. La actuacién de Sécrates en el Primer Libro de Le Repziblica es un ejemplo a zpran escaia. Algunos eruditos afirman que donde las falacies son dema- siado toscas, Platén no puede haber sido engafiado por ellas, v.que Jas ha puesto allf para que ejercitemos .auestto ingenio con ellas. Por lo tanto, Cuando encontramos una falacia demasiado tosce en boca del principal incerlocutor en un dislogo, debemos disociar al autor del principal in- rerlocutor. Es de sentido comin, cuando nos encontramos con un caso de fa. zonamiento aparentemente falaz, intentar encontrar presuposiciones que pucdan explicar por qué el autor consideté el razonamiento vilido a preferie, eterinparibus, interpreraciones que la validan en vez de aquelles {que la hacen falaz. Pero la idea de que Platén minca pudo ser culpable 36 Adliis e as docteinas de Phton de una. tosca falacia, 0 de un caso de razonamiento falso, o de una petsuasi6n insincera, ¢s una idea que se basa en considerar @ Placén un superhombre, idea de la que se ha abusado. Aparte de esco, hay varias considerciones especiales en contra de la opinién de que las toscas falacias estén siempre puestas a propésito. Una de ellas.es que notmalmente se dan en boca de Socrates, y quizés mis a menudo en un rézonamiento polémico. Pero esto €s consecuente con el relato de Socrates sobre su misién en la Apologia, segin el cual a veces cebia rezonar atolondradamente, pues crefa que sti misin era convencer a aquellos que piensan que entienden aigo que de hecho no entienden. Pues para demostrar a Polemarco que no entiende realmente la formula ibn de Ja justicia que ha comado de Siménides, cualquier cosa vale. Si tun hombre entiende ua cierto tema, puede rivalizar con los argumentos falaces; si un argumento falaz es capaz de engafarle, es que no entiende dicho tema. Quizis el propésito de Platén no era mostrarnos que las opiniones de Polemarco eran falsas, sino més bien describir el fracaso de Polemarco al rivalizar con Sécrates, y mostrar asi lo poco que compren- ia el significado de su formulacién. Quizés, en otras palabras, no era sino una costumbre de Séerates la de usar-contra un adversario cualquier argumento que pudiera desinflar al adversario que pretendia en- tender algo, ¥ quizés Platén no hacia sino describile y continuar dicha costumbre. Esto, desde luego, nos puede permitir decir que Platén no es necesariamente una victima de su propio mal xzonamiento, pero no nos permite decir que siempre que hays una falacia en boca de Socrates, haya sido puesta alli por Platén para hacernos pensar en alguna importante verdad que en cierto modo la falacia subsaye. Puede estar simplemente revratando @ Sécrates mientras embauca a su oponente, o embaucar al lector. Este ¢s une aplicacién particular al punto de vista mas general segin el cual Placén a veces nos plantea problemas. De nuevo estamos intentando adivinar propésitos ocultos decrés del hecho de poner una falacia, lo cual presupone que los lectores de Platén deberia derectar Ia falacia. «No puedo pretender que este razonamiento fucse considerado tan vilido como los demés: squé pretendia, en- tonces?» es una pregunta que sélo puedo hacer si me doy cuenta de que el argumenco es tosco. Pero, gpodemos realmente admitir que los contemporineos de Platén sabjan lo que era una falacia? El Exridemo describe a los Sofistas* Eutidemo y Dionisodoro desconcertando a una sudiencia de jévenes con falacias tan grandes como: Si tienes un perto con cachorros, el perro €s tuyo y es padre; por lo canto es ru padre. Socrates no es engafiado por estos razonamuentos, y no hay nada que nos haga creer que la audiencia los considerara vilidos. Pero lo que parece que ocurria es que la genre ere ficilmente desconcertada con trucos de este tipo. En ciertas ocasiones, en los escritos de Plat6n, sacamos la idea de que muchos de sus contemporéncos desconfiaban mucho de los Fazonamiencos porque, no distinguiendo entre razonamientos validos 1. Vida y eseros de Plata 0 invilidos, pensaban que uno que lo hiciera inteligentemence podria demostrar cualquier cosa. Ellos debian darse cuenta de que algo iba mal en ua razonamiento que demostraba que mi perro era mi padre, perolo que no deberfan saber es que este razonamiento transgredia reglas tales que, siuno se atiene a estas reglas, no se puede obtener, partiendo de premisas verdaderas, una conclusin false. Desconociendo la nocién de reglas, que al ser obedecidas ponen a salvo cualquier razonamiento, era posible que desconfiaran de toda argumentacién, y carecerian también, por lo tanto, del concepto de falacia. Para lectores que carecen de este concepto, ¢| hecho de proponer falacias con el fin de hacerles adivinar un proposito cculto, seria ineficaz. Se darfan cuenta de que algo no estabs bien en el razonamiento, y posiblemente se lamentarian de lo poco que compren- dian el tema; pero no podrian preguntarse 2 si mismos: «gCual es el mensaje de ¢sta falacia?», si no sebien implicitamente que lo era Tocke se dio cuenta con s226n de que Dies no ha sido tan avaro con el hombre como para darle solo des piemas como ‘nico atribu- to, dejando que Aristételes le convirtiera en ser racional. Los hombres Fazonaban con validez antes de que Atistétcles les moserara emo ha- cetlo. No obstante, le fue dejada a Aristteles Ja tarea de formulas la noci6a de formas de razonamiento y las reglas que, al se obedecidas, hacen que el razonamiento sea vilido. Es posible, pues, ir mas lejos de lo que hemos ido y preguntar si el propio Plat6n, olviddndonos ya de sus Jectores, habfa formulado la nocién de falacia. Para obtener el concepto de falacia es necesario observar que razonamientos sobre temas muy diferentes pueden ser clasificados en varios tipos, que razonamicntos que pertenecen al mismo tipo forman parte de él porque obedecen 0 desobedecen una misma regia, y que Ja funcién de estas reglas es garantizar que el que las siga no pueda nunca extraer una conclusion falsa de premisas verdaderas. Me parece claro que Platén, por lo menos desde tun perfodo bastante temprano, poscia a materia prima para concebir los concepcos de argumento vilido y de falacia. Hay cjemplos relativamente tempranos que muestran Ia idea de que un mal razonamiento es andlogo 0 similar a otro (Republica 454); y Placén sabia perfectamente que no habi posibilidad de extraer conclusiones falsas de premisas verdaderas. Pero poseer Ja materia prima no es lo mismo que poseerls manufacturad creo que es bastante probable que Platén no poseyera, hasta-un periodo muy posterior de su vida, la nocién de falacia formal. Incluso en sus ‘limos escritos, cuando Platdn da un cierto mimero de reglas para Huonar Corretamente, és nv son regias de logita forural, Ash, en ei Filebo se nos advierte que no debemos admicit que los miembros de una clase sean neceseriamente homogéneos en ningiin aspecto ‘excepto en los que hacen que el concepto de clase se pueda mantener. Exta es una importante advertencia, que si se olvida puede originar ‘muchos malos razonamientos; pero no es enunciada como una regia de logica formal. Es posible, por lo tanto, que la nocién de falacia formal no 3 Analisis de as doses de Futon haya sido nunca coptada claramente por Platén, Esto no quiere decir que no fuera capaz de razonar vilidamente. No se necesitz ser un l6gico para rizonar logicamente. Pero aunque ni Platén ni sus contemporineos, éstaban familiarizados con la nocién de que algo se sigue, por ejemplo, tno se sigue’ de sus premisas, no hay duda de que estaban expuestos 2 una tencacisn. Pues si un razonamiento, partiendo de premisas que le pa- fecian verdaderas leva iavilidamente 2 una conelusién que le parecia también verdadera, eso le produciria sin duda exrafieza en su conciencia légica. como nos io produciria también 2 nosowos. ZQué es lo que hay de malo al fa 7 al cabo en el proceso de un razonamiento que recuerda tuna verdad con la que estamos de acuerdo y utiliza esta afirmacin de fea verdad para convencernos de orra verdad adicional que no sabiamos? Lo que tiene de malo, si el argumento no ¢s valido, es que con un razons- miento similar podriamos haber deducido de ln verdad una falsedad Pero para decir esto es aecesario poseer la nocién de sazonamiento similar, y no solo tener esta nocién, sino también emplearia aucocritica- renee. Beto es algo que un-escritor pré-Aristotélico puede no haber tenido le costumbre de hacer. Esto puede aplicarse sobre todo a un cierto tipo de falaca, Se trata de la falacia que uf esctitor comete cuando no tiene muy claro parce de ua razonamiento vilido que ene dentco de la Cabeza, Lo que puede hacer entonces es escribir algo formalmente falaz que le parezca que expresa algo vilido que inraye, Si nots que hay aiguna conexion vilida entre ciertas premisas y cierta conclusiéa, y si ha escrito Slgo que parece derivar dicha conclusi6n de las premisas, es necesario ‘ane pose una segurided may sofsticada en Ia nocién de invalider formal para decectar la falacia en un proceso que deriva uaa verdad de otras Verdades que de hecho la implican, st esti convencido de ello, Puesto ‘que muchas de las peores falacias de Plat6n parecen ser de este tipo, me parece bastante probabie que fueran inadversidas. ‘No podemos,, pues, admitir, que cuando Sécratcs razona falazmente Jo hace siguiendo cl propésito de Platén, que pretende que investi guemos su significado preguntindonos con qué fin hace SBcrates exo, Fumbién debemos intentar, siempre que encontremos un pérrafo con rezonamientos aparentemente sofiticos, encontrar una interpreracion de flor que los haga vélidos, © por lo menos reconseruir el orden valide Gel razonamiento que permirio que [2 falacia no fuese detectada por fn mente de PlatGn. Creo que ambos intentos serin generalmente face tifers. BI problema de Séerates En cierto sentido no importa si un ateniense llamado Sofronisco mivo alguna vez un hijo llamado Séerares, como tampoco importa si Dina. tnarea ha tenilo alguna ver wa principe llamado Hamlec. La personalidad 4. Vida ecrtos de Paton » de Platén es tan clara como I de Sheakespeate, y Jo que stbemos de ellos por otras fuentes es casi can extenso en uno como en ott0. Se ha mantenido iz opinién (profesores Teylor y Burnet) de que, cen los diflogos en los que Séerates es el principal incerlocutor, les doc- finas que se proponen son, mis o menos, las doctrinas del Socrates hisdrico: y que es sélo en los didlogos en los cuales se pierde de vista 2 Séerates, donde estin los propios pensamientos de Plavéa. Este punto de visea recibe cierto apoyo cn una fase de la dudosamente auséntica ‘Segunda Carta (314 0): «No existe ningiin trarado de Plat6a ni nunca feast: aquellos que Son llamados asi no son sino los de Séerates ador- nados, y puestor al dia.» También puede defenderse de le siguiente manera: —El Fedéu describe lo que Sécrates dijo en prisién el wltimo dia de su vida, Platén no ha podido falsificarlo. Y no hay aingin tema que hhaya sido discutido en los diflogos, en los cuales Sécrates es ef principal interlocutor, que no. esté al menos aludido en el Fed6n. Ast puss, el argumento mas solido de Ja escucl que separa al Socrates platénico Gel histérico —el Sécrates hist6rico solamente estaba_interesado por, lx ftica, mientras quédgl Sécrates Plar6nico estaba interesado en otras muchas tosis queda fefulado, pues ef Sécrates del Fedén esti interesado por cus costs, y, ex Uypotiesi, ol Socrates del Fedén es ol Socrates hisé- rico. ‘Mucho se insiste en Ia cuesti6n del orden de imporsancia de los temas cen Tos que estaba interesado el Sécrates hist6rico. Por desgracia esto fo puede averiguarse. El testimonio es coateadicrotio. Aristéfanes, en Gna comedia, Lat Nabes (representada cuando Platén eenia cuatro aos v Socrates alzededor de cuarenta y cinco), representa a.un Sécrates incere- endo por la especulacién cientiica y por extraias ceremonias religiosas Ploron hace decir a Sécrares en el Fedén que habia estado profundamente interesado por la ciencia en su juventad, Por otra parte, en la Apologia, Plorén hace que Sécrates niegue clarameace Ia impuracién de AnistSfanes de que era'un cientifico; rera a codos los miembros del jurado para que ddigan si alguna ver le han ofdo discutir sobre estos temas. Aristoreles, er fa Merafirca, dice que Socrates estaba interesado por In érica y no lo estaba en absolato por la ciencia; y los relatos de Jenofonte sobre é sacan esta misma conclusién. Parece que todo esto puede conciliarse. Podemos admitir que Sé- crates ley6 con entusiasmo las obras de los cosmélogas y de otrcs. pero fue nots (como el Sécrates Platénico parece decir en el Fedn) que cs aban vieiados por errores metodolégicos: y podemos admitir que es taba personalmence interesado por Ja ética sobre todo. No tenemos que dar por sentado que era un moralista ingeauo. Pero aforeudamente fno importa mucho que los relatos puedan 0 no reconciliacse, pust ain cuando pudiéremes reivindicar que los intereses del SGcrates_histé- Tico eran can amplios como los del plat6nico, tampoco se podria deducir fue Platén era el Boswell de Sécrates. Incrinsecamence es casi increible “ Anitiss dels doginnas de Pan ppensangue una mente can activa filoséficamente como la de Platén pu icra haber estado dedicada tantos afios a escribir nada més que una iogtafis. ¢Por qué, catonces, sc podsfa preguntar, hizo Platén -que, durante un considerable perfodo de tiempo, fuera Sécfates el principal in- terlocuror en sus didlogos, y por qué dejé de hacerlo en los tiltimos dig Jogos. excepruando el Filebo? cAcaso la tinica explicacion posible es que no estaba dispuesto a poner én boca de Sécrates unos puntos de vista que n0 hubieran sido realmente mantenidos por él, y que por lo tanto, cuando Plarén queria decir algo de su propia cosecha, lo ponia en la boca deun Extranjero? Estas preguntas pueden ser contestadas. En primer lugar. Por qué escribi6 Platén tanto sobre Sécrates? Podemos encontrar una respuesta plausible a esta pregunta si consideramos ias caracterfsticas del Socrates plat6nico. Es 2 la vez una personalidad tinica y el representante de waa cierta actitud intelectual. Puesto que era una personalidad tnica no hay duda de que Platon se movi, al describirle, por una piedad hacia su imagen histérica. De ello se deduce que; como ser humano, el Sécrates platénico es un retrato de Plarén del hombre real. Su valentia, su constancia, sus relaciones rominticas aunque plat6nicas con jévenes, su hastfo, su santidad, su magnetismo, su desalifo, su capacidad para las bebidas fuertes: codas estas debian ser caracteisicas que Platén creia inabfa poseido. Seguramence también sus opiniones religio- as debian ser, en lineas generales, las mismas que las del auténtico. Sin dude una razén de que Platén cscribiera sobre Sécrates ra que queria perperuar y defender su recuerdo. Pero una razon mis profunde para explicar por qué escribié sobre dl, y la raz6n para que ‘ontinuase escribiendo sobre él, inciuso cuando 'ya habia dejado lejos el petiodo en el que simplemente recreaba la tipica conversacién socta- tica, era que juzgaba que Séctates, tal y como era en la realidad y ral y como era en las paginas de Platén, representaba el cspicitu con el cual debe hacerse filosofia y Ia actirud ante la vida a partir de la cual surge un fecvor hacia ella, pues «la vida cuyos principios no son desafiados, no es digna de ser vivida» como se le hace decir al Sécrates plat6nico. El deseo apasionado de Sécrates por buscar una respuesta racional a la preguata de cémo debemos vivir, su conviccién de que esto era tan importante que ninguna conclusién que se refiriera a ello debia ser aceptada sin la mas rigurosa comprobecién, y su firme creencia en que muchos de nosotros estamos cargados ‘de ideas incoherentes, eran atributos del Socrates hist6rico, que le hicieron digno de continuar siendo el principal interlocutor en los dislogos; pues él era una especie de encernacién dei espirieu filos6fico. ¢Por qué entonces Platén deié a Sécrates fuera de sus ‘ltimos escritos (excepto en el Fileée)? La respuesta bien puede ser que I crefa en aguel momento que ya habia retratada suficientemente el espirit filos6fico y que las discusfones un tanto elaboradas y récnicas del Sofsta y ol Politico serian més aceptables si las ofrecia mis o menos claras. 1. Vida yesemos de Paton a A este respecto es interesante que en el Teetta (quizis el timo didlogo, aparte del Filebo, en el cual es el principal interlocutor) el retrato de Sécrates dicigiendo una discusién filésofica esti. pintado con mucho cuidado. Parece como si Platén estuviese dando las lkimas pinceladas que el retrato aiin necesitaba. La idea que se deriva es, pues, que Platén reruvo a Sdcrates como principal interlocutor en tantos didlogos porque se dio cuenta de que estabaa escritos segtin el espirim del mécodo socritico: y que, por querer oftecer una exposicién mis clara de la doc- trina légica, se’ desptendié de él en BY Sofiiva. Me parece imposible decir en qué medida es también certo que las opiniones atribuidas a Sécrates. 0 las tendencias que se le representa, son las que Placa ‘consideraba que eran ¢l legitimo desarrollo de las opiniones sostenidas por el Sécrates hist6rico. Segxin mi opinién, hay més verdad de la que co- ‘miamente se admite en el punto de vista Burnet-Taylor, segin el cual Plat6n dificilmente podria haber tergiversado, en el Fedén, las opiniones ‘que Sécrates expres6 el dia de su muerte; y no hay ninguna razén por la cual Sécrates no pueda haber sostenido opiniones semejantes a las que se le acribuyen. Por otra parte, no hay ainguoa raz6a para negar que Platén haya acribuido a Sécrates, incluso en e! Fedén, ideas que él pens que «estaban muy relacionadas» con cosas que Sécrates dijo, que eran sias que realmente iba a descubrie» o algo asi. Otra vez la escuela ‘Taylor-Burnet, al mantener que, si el Fedén es socrieico, también lo son todos los primeros didlogos, exagera demasiado ia uniformidad doctrinal de estos didlogos. Hay una’ estructura de presupuestos que es comin a todos ellos, y comin también incidentalmente Las Layer, pero hay una gran cantidad de variedad dentro de la estructura Como creo que veremos cuando discutamos las doctrinas éticas, hay una cietta afinidad entre ias doctrinas écicas del Fedén y las del Gorgias, entre las del Gorgias y las de Le Repabics, y entee algunas de las de Le Repibica y las del Protégoras; pero hay muy poca afinidad entre las dei Fedén-y las del Protégoras. Cuando Hayden compuso el tems no escribié las variaciones de Brahmas sobre él. Quizas Plat6n se concibié a si mismo (con razén 0 sin cella) como el escritor de las variaciones sobre un tema de Sécrates. O, cambiando la metéfors, quiza creyere que no hacia sino velar fielmenie por las doctrinas que habia recibido en germen de Sccrates. Saber si esto, es decir, que pensara asi, es cozrecto es algo que probablemente no podamos decidir. Lo que si podemos y debemos decidir es que Platén debi6 haber considerado que las doerrinas qne eran propuestas o discut- das en los didlogos eran dignas de ser propuestas discutidas por su interés, tanto si las habia pensado él mismo, como si las habfa tomado al dictado de Sécrates o desarrollado a partir de los planteamientos hechos por Sécrates. Yo me inclino a creer que algo como la «Teoria de ias Formas», por ejemplo, estaba basado en Sécrates. Pero lo estuviera 0 00, estaba sin duds firmemente apoyada por Platon, y esto nos es suficiente. 2 Anis de ta doers de Plaon Conclusion Placa dice, en la Séptima Carta, que sunca escribisia un manual sobre platonisino, pero si se debiers escribir un Ubro ast, el seria la persone mis apropieda para hacerlo. EI no aprabé Libros de este tipo ¥ [He pocas facilidades para que fueran escrtes. Sin embargo sus dislogos congenen una exposicion amplia de una doctrina razonablemente homo- genes, ¥ cuando. parece que pregunca en vez de concestar, los presi ueswos en cuyos ferminos son hechas estas preguntas parecen sef con- Fecuentes con Ia. doctrina que se esti exponiendo en otras pares Seria precatio hacer un relato de las opiniones de Plazén, pero en principio no es imposible. Notas 1 No te sbe con sepuriad 1 algunas de cass enctas son intento de ever el hizo como el que ocurre ene las palabra ufde ene a oesten, uso de paabess procedeates de los pons tacos, uso de PIERS ings, compucnassa menada de componcion propia; atencién al fimo de les Fotipraciones de is frases quisnmos (et deci sss vacxs ven sabre el cesped: sabre los oneios ven loz araiass) ‘bo salar que ef Proferce Gilbert Ryle, cuyas opiniones sobre cuesdones platen ‘eas 19g tan sudaces como soperadse, oo acepts I autenicdad de Ia Sépoma carta Gee parafo cs diveusdo mas amplanente en el volumen 2 5 Shaves: en el cexaa ngée onpomal Shavisn,¥ que procede del apelido del escntor ‘Bernard Shaw (N. del Picibo la palsbra =Sofsar con maylsculs para sealar que debe ser encendido sa signifesdo normal, & deat, algwen que engeds sueldo 2 personas adults, sin ningun Eongotacén que pueds combarle el sensi. Seb dice que is paabre comunmentewillzada por Paron, sambvinonta,sigaiicx econseeueacns peas, 7 eereanente sigs alge asl. Pero siempre se ha setsado (907 Sapo en Plot Barer akc de Me. Rebiasoa) que Platon dip algunas coms sobre SHesbomonta que no posden apliare ara tedueian poe consectencat gis Capitulo 2 EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO DE PLATON Podria decisse que no existe el Plaonismo. «Platén fue un eseritor que exploraba», podriamos decir, «dedicado, no a inculear un conjunto Ge doctrinas, sino 2 iniciar la investigacién de une secie de problemas Identificar ia obra de Plat6n con las teorias filosGfices en las que aparece de ver en cuando Sécrates o algrin otro importante orador apadrinando los diflogos, es desfigurarle complecamente. Porque lo que a él le importé fue, no que sus lectores cuvieran que pensar e3t0 0 aquello, sino que cuvieran que pensac. Una exposicién sistematica de las doctrinas de Platén serfa, como él mismo dice en la Sépsime Carta, va libelo contra é; pues es un dogmatico enemigo del dogmatismo». Esta es una verdad a medias que no debe ser perdida de vista. Sin embargo el sentido comin podria provestar diciendo que al fin y al cabo existe una acuinud frenee al mundo que es, y ha sido siempre, desde la Epoes de Aristételes, considerada como Platonismo; y que, si bien es verdad que Platn rechaza la paternidid de uaa’ postura flosdfica, también es cierto que no pueden admitirse como vilidas ambas poseur: i admitimos que es vilido hablar de Platonismo, zcusl es esa visién del mundo que describimos con él? Dos doctrines, intimamente unides, aunque distinguibles, una ontolégica y epistemolégica la otra, se nos curren como respuesta a esta pregunta. Le docttina ontolégics, descriea fen pocas palabras, sostiene que los universales son en ‘cierto sentido independiences de los particulares, que universales como la belleza, son fen cierto sentido totalmente reales, mientras que particulares, como por ejemplo los objetos bellos, son en cierto sentido menos reales que los Dniversales que ellos «reflejan> 0 de los que «forman parten. Esta es la parte ontolégica del Platonismo. Le doctrina epistemologica, selacionada Con la anterior, sostiene que es imposible que haya algo que merezca Iamarse conocimiento de los particulares que consticuyen el mundo fisico. El conocimiento es siempre y sélo de los universales, de modo que lo Gnico que podemos hacer con relacién al mundo fisico es, aprender a conocer el sistema de los universeles que en cierto sentido lo sostiene, ¥ 4 ‘Anil de as doctnas de Phton considéfar al mundo fisico como una especie de tosca aproximacion a este sistema. Que ambas doctrinas no hayan sido universalmente abandonadas de inmediaco, considerindosclas abieramente absurdas, se debe seguramente 2 la enorme autoridad que Iz excelente capacidad intelectual de Platén ha merecido. Sin este apadrinamiento seguramente setfan tratadas como basura. Mi propésito en este capitulo es intentar teconstruir un relato plausible dela evolucién incelecwual de Plan de forma que podamos ver como, siendo un hombre cuerdo y capacitado, pudo haber Megado 2 decir cosas que se prescan a esta interpretaci6n. Negas® que haya man- tenido las dos doctrinas que he descrito como constituyentes del Plaro- rismo, en la cruda forma en la cual las he expuesto. Pero no se puede negar que parece haber apoyado opiniones de las cuales Jo anterior “n0 cf sino und poco favorecedora caricature. Y esto es algo que necesita aclararse. Tendremos que proceder basindonos en conjeruras. Para que nues- tras conjewras no se aparten de los hechos, usaremos como guia una formula procedente de Aristéreles que puede plameaise asl Hericlico x Sécrates = Platéa Empecemos por lo tanto por ver el texto de Aristételes. De hecho se trata de dos textos, que dicen ms o menos lo mismo. Ambos proceden de la Metafisica; uno del libro A (987 a 29-b 9), el otro del Bore M (1078 b 9.32) Traducir el parrafo del ideo A que menciona expliciamente a Plaén'. A estas diversas filesofias —dice Aristiteles— siguié ia de Platén, de acuerdo, las mas veces con las doctrinas pitigriaas, pero que tienen también sus ‘ideas propias, en las que se separa de la escuela Itdlica. Platin desde su jvenind, se habla familiarizado con Cravile, su primer maestro, 7, efeio de esta relaciOn, era partidario de la opinién de Herdelito, de que todos los objetos estdri en flujo o cambio perpetuo, x no hay ciencia posible de estos objetos. Mdis jarde conservé esta misma opinion. Por otra parte, distipulo de Séorates, cuyas trabajos no abrazaron ciertamente mds que la moral y de ninguna manera el conpunto de la naturaleza, pero que al tratar de la mioral se propuse lo general tomo objera de sus indagaciones, siendo ol primero que tuvo el pentamiente de dar definiciones, Platén, beredero de 3 fictrine, ee a la indagacion tla garel, ety presus aeiriions deen ree sabre trac ore esr Sensible, porque ceome dar na difnicién comin de lor ebjers rensibles que mudan continuamente? Estos seres los Namé Ideas, attadiendo que los objetes “ensibles estén fuera de las ideas y reciben de elles su nombre, porque en virtied ‘dean participaciin en las ideas, todos los objetos de un mismo género reciben el ‘nism’ nombre que fas ideas.» Asadiré a este texto del libro A de la Merafisica una frase que 2 BI desolo del pensamsento de Paton “6 proviene del cexto paralelo en el libro M, esto es, cuando Aristoteles dice de Sécraces: eta miny propio de 6! buscar definiciones, pues su ambicién era silogizar, 9 para silogizar se empieza par definirs Si se consideraba a Platéa, como dijo Aristéreles, como el efecto de ios estimulos de Sécrates actuando sobre ia matriz Heracliteana, debemos entonces deserminar cémo fue el Heracliteanismo, y qué es lo gue Sécrates hizo o intenté hacer. Imagen del Heracliteantsmo segsin Platén No ¢s ficil saber qué pretendia Heraclico; pero no importa, pues lo que nos concierne es saber io que Platén consideraba que prevendia. Lo mis conocido de las doctrinas de Heraclico es que panta set, 0 todas las cosas, estan en estado de inestabilidad, cambio © «fluidez» como co- miinmente se,le llama. Parece como si Heraclito quisiesa dar énfasts 2 la idea de que el cambio es un rasgo permanente del universo. Otros pensadores griegos endian quizés a suponer que las cosas sélo cambian cuando algo no esta bien. Si el universo estuviera en una condiciéa ideal continvaria en esta condicién. Teéricamente, por lo tanto, el proceso puede ser un dia eliminado. Para Heraclito, sin embargo, el universo es esencialmente un teatro del proceso. Todo'en él esti, y siempre estari, cambiando" de posicién y de estado. Esto es evidentemente falso en cobjetos de gran tamafio, como piediras en periodos de tiempo razonable- mente breves, como por ejemplo un afio; y nos sentimos obligados a creer que Heraclito explicaria la estabilidad 0 el cambio gradual de los objetos macroscépicos como las rocas con la teorias de que, mientras sus componentes se estin moviendo y cambiando continuamente, su molde se mantiene ajeno al fuido. Fisicos modernos piensan precisamente que les particulas de objeros aparentemente inertes estin en estado de continua actividad. A algo asi se podia haber referido Hericlico cuando hablaba no sélo de «luido» sino también de las «medidas constantes» que eran preservadas del lui. Esto puede esemplificarse con la conocida imagen de una cascada vista desde leios. Vista desde un exttemo del valle la cascada parece wna blangue- cina grieta un lado de la montafa; puede ser ticilmente confundida con tuna vera de cuarzo en la roce. Al acercarnos se ve que la cascada no es sino agua en movimiento, que debe In estabilidad de su contorno al hecho de que las distineas partes del agua uenden a seguir la misma o si milar trayectoria. Es facil pasar de esta observacién 2 especular que las mismas rocas, que de cerca parecen carecer de movimiento.y que no cambian, pueden deber rembign . Es, creo, razonable suponer que el fracas de Platéa, en pérrafos como los que he citado, para aclarar que esti hablando acerca de nuestro macerial mental, y n0 acerca del mundo en el que lo usamos, es un legado de sus primeros afios en compaaia de 2. Bl deseolo del pensamiento de Phen 4° Cratilo, Es razonable suponer que Platén tomo de él un Heracliteanismo basado en la general e indiscriminada negacién de la estabilidad de las cosas, y que su capacidad pera escribir como si las cosas fisicas fuesen demasiado variables como para permitir que s¢ les pudiesen atribuir ilimitadamente predicados, es una consecuencia de ello. Pero no debe- mos suponer que, por haberse tragado esta inconsistente amalgama en su juvennud, sea esto lo que Placén «conservo en su madureze, como puede parecer que quiere decir Aristéreles. Pues podemos interpreter con mas plausibilidad las palabras de Aristéreles si suponemos que lo que Platén conservé fue la conviccién de que la fErmula exodas las cosas fisicas son inestables» puede ser usada para expressr una 0 varias imporcantes verdades; y podemos ir mas alli para decir que gran parte de la obra de Platén puede considerarse destinada a descaredar el sentido 0 los sentidos en los cuales esta férmula es valida, de los sentidos en los que no lo es. Hasta aqui nos hemos referido a la matriz Meeracliteana; veamos ahora al estimulo socratico. Imagen de Platin en la obra de Séerates Sécrates, segiin Arist6teles, waspiraba a lo universal» dentro de la Etica, y lo hizo porque «intentaba hacer silogismos». Debemos pregantar qué es «aspirar a 10 universal», o intentar definir un termino, y qué es hacer silogismos». Veamos en primer lugar esto dltimo. En todos los pirrafos. y probablemente en éste también, hacer silogismos para Anit6teles no es s6l0 argiirsilogisticamente en el sentido de los ‘modernos libros de l6gica; es un caso especial del razonamiento silogis- ico, es decir, aquel en el que Iss premisas son necesariss, En otras palabras, donde ser $ implica necesariamente ser M, y ser M implica necesariamente ser P, entonces ser S implice necesariamente ser P. Pero Jas dos primeras implicaciones necesarias pueden ser obvies y la tercera no. En dicho caso se puede ver la necesidad de «S es P» por medio de «S. es My Mes Ps». Hacer esto es hacer un silogismo. Cuando, por io tanto, se puede hacer un silogismo, ser M debe estar im- plicado necesariamente én ser; y si esto es asi, saber qué es Ses saber que ser S implica ser M (e). ser un ser humano implica ser un animal) y a la inversa, si no se sabe 1 que es S, no se puede saber qué implica ser 5. Saber lo que es S en este sentido, dividirlo entre sus elementos de tal forma que se pueda ver Jo que implica, es — | ‘Onta es el neutro plural (y on el neuero singular) del partci- bio presence del verbo cme, que sgnifce «ter. Paece, pues, que de- ai de algo aue no es un on es decir que no exist. Pero no se puede feaducr fan claramente a easellno eérminos Blssficos egos como Einai a menudo significa existencia, pero con igual frecuencia n significa eso, Exe hecho sin embargo, neh sido evliciarnent ohsee: vado antes de Platén, ni incluso por él mismo, hasta sus iltimos afos. Aparte de existencia hay otras tres cosas que einai connota® sutenticidad | (ser lo que se parece sex), estabilidad y ultimacidad. Ademas cieros | hébicos lingisticos de los fidsofos gregos afadian ua cuarto Uso, segtin ) ¢! cual una proposicion verdaderaalirma un on es deci, algo due eset ¥ tna proposicién false afirma un mé on, es decir algo que no existe. Asi Sn van Meegeren Vermeer no sun ov porque novesun Vermeer cet uaa conn noes un on porae slo pas rpidamente pore rosto, ua eco no es on porque no es tiltima, v que Jones tiene bigote no es un on perce eesluacee eee fo Bgore no es un ___Laultimacided es un imporcante sentido de einai. Antes de Platén, se decia que los fisicos Jénicos investigeban ei ro on, 0 lo que es; y decian ae felon er8 spun 0 ane; 0 dems, ate fuego 7 aus, uallor por acraccién 0 repulsi6n; y cosas de este tipo. Dicieado estas cosas no estaban negando la existencia de otras objetos fisicas. Los que decian {que fo on era agua, no creian que Ta tierra no era real. Lo que pensaban fra gue todo estaba Berke, en cierto modo, de agua. Los ota, por lo ranto, eran Jos elemencos tiltimos, las cosas que era necesario mencionar en la mas breve lista que se podia dar de los componentes de la tierra.) Los arboles no eran ont, ao porque no Fueran reales, sino porque podian ser considersdos funciones compuestas de elementos ultimos. En este sentido (o en un sentido parecido) del onta, cosas como los ecos, el arco iris, o as imagenes de un espejo, no se consideran ciertamente ona, pues | suaque indudablemence se dan’ en nuestra experiencia, se admite que plerden su realidad. Cuando grito y la montana repice el eco, ¢3 como Sime contestara el espicicu de Ia montafa: parece como st hubieran dos gricos, el mio y el suvo. Cuando entiendo lo que realmente ocurre, ~ el eco se convierte en algo que le ocurre a mi grito. Un eco, por lo tan- * {@, no es un on, pues pretende ser algo que no es (la llamada de un oreade) v se convierte, cuando se entiende, en una mera fase de otra 2. deseo de pesamento de Paton 5 El Status ontoldjgico de los objetosfisias a la lux de la interpretacién coentifice adel aid Tomando einai en este sentido, la interprecacién puramente cienttfica de la doctrina heracliteana del fluido tendria rez6n al negar 2 los objecos fisicos el starus de onta. Hemos dicho que la doctrina del fluido ensefia ‘que los objetos aparentemente estables pueden considerarse parecidos = fina cascada, En el caso de la cascada s6lo desde Ie lejania aparenta ser tun wobjeto», Pero tan pronto como se adquiere una visi6a correcta de ella, se ve que no es sino la configuracién que ha adquirido une corriente continua de agus. Si andlogamente debemos suponer que [as rocas son Como eascadas, entonces éstas son también configuraciones con ua com portamiento consistente, en vez de cosas, Incluso Jos elementos cuyo Eomportamiento consistence crea las configuraciones, deben ser, en Gero senado, imposible: de observar. Si ia roca es, como le cascade, 1a configuracion adguitida por particulss de cierto po, lo mismo debe decirse de cualquier pedazo de roca, sin importar su tamaio. Seria intolerablemente arbitrario argiir que objetos de mas de un centimetre cabico de volumen, por ejemplo, fuyen mientras que objeros de tamatio inds pequetio son estables. Si la eseabilidad puede ser localized en algin Guo. debe serlo en particulas imperceptibles como los dtomos de Leu- tipo y Demécrito; y éstos serian imposibles de observar. Poe lo tanto, si seguimos esta linea de pensémiento, nos inclinare- mos s defender la existencia de particulas infinitesimales que no cambian J que por lo tanco no soa el resnitedo del comportamiento de otros Zbjeros; pero puesto que éstas son, y serén, imposibles de observar, lo finico observable que permanece en los objetos fisicos es su forms, que es tl resultado del comportamiento de las particulas Glkimas. Asi como una Egecada limiea las tendencies del agua al cxer paza que sige ua cierco TaxSo asf una piedra o una gota de agua limira las tendencias de algo que fo se puede observar para que se comporte de cierta forma. Igual que la fendencia del agua por seguir este escarpado curso debe poseer ciertas propiedades causales (producir un bramance sonido y parecer blanca Hesse una cierta discancia), asf el comportamiento de las dlamas part tas de una piedrecita sera el responsable de su dureze o de su tono de color. Asi pues, decir que aqui hay una piedrecita no es prerender que en esce lugar haya un cierto objeto fisico, es decir, una piedra, sino pretender que, en este lugar, el comportamiento de los titimos constins- entes de la nacuraieza ¢s este ipo de comportamiento, para refericnos al Boal ualtzamos la palabra apiedren —uua cierta durcee, contexrara, grade de elasticidad y color, manifestado todo ello en un cierto volumen. De festa forma, un objeto se desvaaece al convertirse en un Conjunto de propiedades manifestadas dentro de una cierta regién «mediante algo Jue no sé que es». Los objetos, asf, se convierten en fases del compos Eumiento de sus ultimos constiewyentes, y consisten en le manifestaci6n 36 Anil de as docs de Paton de ua conjunto de propiedades estables y distintas. Los tnicos elementos lilumos que pueden ser observados, y por lo tanto los tinicos onsa, serian pues estos conjuntos de propiedades. Creer que las rocas y las piedras, fas sillas y las mesas son objetos sustanciales independientes es, por Io tanto, creer que las cascadas, los ecos y los arcos iris Io son. No hay duda de que Platén perseguia una linea de pensamiento parecida, Esto se ve claramente en el Times, y esti también sugerido, quizis, por el hecho de que cuando Plat6n niega a los objevos fisicos el status de ania, et status que tiende a concederles es el de giguomena 0 objetos que devienen, Una cascada wdeviene» en el sentido de que sus Componentes estin continuamente organizandose dentro de un patron dado. La conclusién no es que los objetos fisicos sean irreales sino que son inestables. EI pirrafo del Timeo (49-50) merece una breve explicacién. Timeo esti razonando que el cosmélogo debe considerar lo que él llama sespaciow como uno de los elementos élkimos (de hecho, como veremos, se trata de algo mis que el espacio). Dice que, con el fin de ver por qué necesitamos hablar del espacio en cosmologia, debemos primero meditar sobre qué son en realidad cosas como el fuego 0 el agua. Pues, dice, n0 es fécil decie qué upo de cose puede realmente ser llamada agua en vez de fuego. Esto es debido al ciclo del cambio fisico. El agua se consolida formando la terra, que se convierte en el aire. Este es coasumido por al fuego y asf se convierce de nuevo en agua. Todo esti cambiando prev dualmence. Asi pues, puesto que cualquier cosa que se sefiale es una fase de un proceso de cambio, epor qué puedo decir «esto es agua» en ver de «esto es fuegon? ¢Cual es la entidad estable a la que nos referimos con la expresin sustantiva «esto»? Asi pues no podemos decir westo es fuego» Porque esto implica que el fuego es una cosa, cuando en realidad no es sino un conjunto de propiedades. Debemos decir «el fuego es asin, «el fuego tiene estas propiededes, donde quiera que se produzca»; y debe- Mos reservar expresiones como «eso» 0 «esto» (que implican que se referen a una entidad estable) a equelo a lo que periddicamente vuelven las propiedades. Puesto que éste es un razonamiento dedicado a mostrar que la cosmologia no puede prescindir del espacio, podemos decir que seston debe usarse siempre para referienos 2 una regién del espacio; y Por lo tanto debemos ‘eplantear el punto de vista de Platén del siguiente modo: Cuando sefalas a algo y dices westo es una roca», 10s rasgos que te inducen a decir «roca» en vez de «agua» no caracterizan Dermanenremente al objeto que sofia. Un dia sc habri disuclwu. Pur lo tanto el enre que estabas sefialendo no és sino un volumen del espacio, ¥ «roca» entra a formar parce de esta afirmacién sélo porque en ese volumen y en ese momento se ménifestaba su rocosidad. Platon conti= nda ilustrando esto con la parabola del orfebre que continvamente hace y rehace un lingote de oro; 0, podriamos decir, un nifio modelando continuamente una barra de piasticine. $i el nif coma la barra y dice: 2. Bl deareoto dei persamenco de Fata ° «qué es esto?» no podemos, dice Plat6n, decir «an trifngulo», porque en un momento poseeri otra forma distinta y la expresién sustantiva «un teéngulo» implica susancilidad o permanencn, La respuesta segura pars Ia pregunta del nif es decir: «una barra de plasticina». Pero si no le satisface podemos decir: «es triangular»; pues el adjetivo, presumo, no implica sustanciaidad en ls forma que o implica un sustantivo. Ea esta parabola Is plasticna representa al espacio, y lt forms en ls que et ‘modeiada, las propiedades que de vez en cuando muestran volimenes del espacio; y Ia moraleya es que los objetos fisicos pueden ser analza- dos asi. cH Hay tres puntos que deben afiadirse a la exposicién de esta discusién del Time. El primer punto es que io que Timeo llama «espacio» es de hecho algo més amplio que el espacio: pues puede moverse desordens damente y adquirir formas rigidas. Es también algo muy parecido a la smaterian de Arist6teles 0 al «algo que,no sé lo que es» de Locke, que ‘es el sustrato en el cual se dan las cualidades. Es un elemento itimo sin al cual no pueden pasar los centficos y,que carece del esas de om resumiblemente porque por propio derecho carece de caracteristicas y ¢s Inposible por lo nto de observa. Es, nos dice Paton (51B 1), sdloen un sentido inteligible, y por lo tanto inexplicable. Lo entendemos mediante tun razonamiento bastardo (52 b 2). De hecho parece como si Platn argumentara que no podemos analizar particulares clasificindolos en series de propiedades que se dan en ciertos lugares, sin que quede nada sin clasificar, pero al mismo tiempo admitiendo que el substraco, que por Jo tanto debemos considerar como el que posee las propiedades, es algo de lo que no podemos dar una explicacién inteligible. E segundo punto es quelas propiedades qu angenen clespiciosa es propiedadesde loselementos tierra aire, fuego y agua, y queesto significade hecho queelespacio est formado por parciculasque tienen formas regulares (de piramidesel fuego, de cuboselaire, yasisucesivamente) Segiinelsistema adoprado en el Time, las propiedades empiricas ordinarias de los obyeros fisicos son los resultados wltimos de las formas de sus particulas. La siruacin, por lo tanto, es un poco mas compliceda de lo que nosotros le hemos representado, pues este culipin no es el resultado simplemente de que se hayan dado Simaltaneamente un cierto calor, una cierta dureza, excetera, sino que ¢s una mezcla especial de terra, aire, fuego y-agua, con un patrén de comportamiento como resultado, Exo, sin embargo, e una icacién que no conduce a una diferencia esencial. COPE cer purge se eheretamblan las propcdides qu surge co el espacion, las formas de las particulas fundamentales, que son las responsabies de las propiedades de las cosas que componen. Timeo no las considera onta, como podriamos esperar (puesto que las cosas han de ser en limo término descompuestas en ontas), sino «imitaciones al cexerno onta, copiadss de él de una manera tan maravillose que dificilmente puede ser descritan. (50 ¢ 5). ss Ariss de las docenmas de Paton El significado del cercer punto es algo de Jo que nos ocuparemos en breve. Mientras ranco, veamos hasts donde hemos llegado. Yo argii que una correcta interpretacién cieatifica de lz doccrina heracliteana del fluido nos levaria 2 negar que ios objetos fisicos son ania en el seatido de que los objetos fisicos no son mis que conforma. ciones constantemente resperadas en un medio en constante cambio. Y vo utlicé 2 mi favor un parrafo del Timeo para mostrar que Platdn siguid- esta Tinea de pensemiento. ero no fue la tnica linea de pensamiento que siguié. El Timeo es, de todas formas, un didlogo relativamente tardio, y el patrén de su argumen- tecign no puede encontrarse en ninguna ocra obra anterior. E meluso el Timeo, como acabamos de ver, va més alli de la posicién que yo he escrito al negar el scatus de onsa no sélo a los particulares fisicos sino también a sus propiedudes. Dice no que la cascada es simplemente una conformacién, sino que la conformacién exhibida por Ia cascada no es mis que la imutacién de Ia aucéntica conformacién o patrén, Este punto adicional puede dificilmente deducirse dé una correcta interpretacién cientifca del fuido. Debemos, por lo tanto, volver a reconsiderar fa interpretacién meraf6rica EL status onteligico de los objetos fisicor a la luz metafiriea del fide, fe La. interpresacién Platén estaba interesado, suponemas, por Ia posibilidad de definir, lo cual implica una cierta estabilidad en las cosas. Pero al mismo tiempo estaba impresionado por los argumentos heraclireanos que mostraban fue no existia, Suponiamos, como hemos visto, que él ficilmente podia haber resuelto esta difcultad argumentando que, micatras que ls cosas son inconstanres, en el senaido de que cambian de propiedades, no fOcurre lo mismo con las propiedades que éstas poseen de tiempo en tiempo. Por aué, entonces, no se considera que Ins propiedades de los bjetos fisicos poteen el estarus de onia? {Por qué debe ser reservado este ests 8 un cierto tipo de propiedades arquetipicas, de ins cuales Ias proptedades de los abjetos fisicos no son sino meras imitaciones? ¢Por fue nos debemos negar a dar ef nombre de wircularidad» a Ia forma de un plato ciecular? Sin duda habiewmuchas razones. Una, quizés, era que ningin plato es uoed pericctamene crear Ete, quizis es una razon muy bil, pues fay siempre Is. posibilidad, en principio, de encontrar un plato cuya forma sea uaa perfecta muestra de circulardad. ‘Quizis otra razén era que [a forma de un placo perfectamente cicedlar, no es 1a propia citcularidad sino un ejemplo de circularidad. Ea o:ras palabras, podemos disunguir entre propiedades como tipos ¥ propiedades como muestras, o entre universales y ejemplos de vniversa- 2. El desnoo det persamento de Ps ° jes —ia circularidad con la circularidad de esce plato. No hay duda de gue Platén frazé esta distinciOn (Fedén 102). Peco si st waza esta Estincién se puede decir que, cuando este plato se desconche, la Greularidad en sino es afectada, pero le circularidad del plato desaps- fece, De esta forma las propiedades-tpo parecen ser entes que 0 Cambian o onta, mienteas que las propiedades-muestza son esencisimente fransicors y perecederas. El lenguaje de Platéa al ceferirse a los parsculares que partitipan de los universales probablemente se derive de Bi'dea de que ln forma de este plato es un ejemplo de cireularidad, y ro ls propia circularidadsel plato pose una parte de la cieularidad pero n0 la monopoliza. Pero Platéa no s6lo habla de participacién, sino también de imica- iéns ls formas de las particulss en el Timeo imutan al exerno onta. Quizés Squi se sugiere que las propiedades de las cosas no son ejemplos de niversales, sino ejemplos derivados e imperfectos. ‘No se ve claco hasta qué punto debemos tomarnos en serio esta sux ‘gerencia, pero si decidimos romarla en serio, entonces, para entenderla, Geberemos llamar a auestra ayuda a la parte no-cieatifica de le doctrina Gel fuido, Deberemos imaginar, por ejemplo, el siguiente rezonamiento {en el texto no habla de esto con precisiOn?; Pérez debe ser casificado como un hombre valiente, Hay, pues, una cosa que es la valencia de Pérez. Pero aise le compara con un semicdios como Aquiles, Pérez parecer un Cobarde. Asi, pues, los mismos rasgos de Pérez que, en una comparacién eran clasificados como valentia, se convierten, en ia otra comparaci6n, en Cobardia, De esto no se sigue desde luego que Pérez no es real, mi fampoco que st valentfa es ieal, sino que quizés se seguitia que afirmar ue Pérez es valiente no es afirmar un on, 0 algo que es cierto sin ningtin Fequisito. Esto podela explicar porqué Platén, a veces, considera 4 loz ejemplos de los universales imitaciones del onze. “Tomemos de nuevo el caso de Ia circularidad. (Este razonamiento es quizis un desarrollo de lo que dijo en Is Siptime Carte, 343 2). Si tomamos un objeto perfectamente circular y extendemos al lado de él tuna regla perfectamente recta, veremos que Js linea recta esté en onmacto con el plano de Ja carva durante una distancia que es, 0 nos parece que es, finita; de hecho, una parte finitn de la eircunférencia del lato circular es, 0 parece ser, recta. De ello se sigue que decir que un Bbjero es circular no es decir que ninguna parte de su circunferencia puede parecer recta. Los objetos redondos, por muy bien cormeados que Estén, estin, como dice Plata (loc. cit) lenos de rectitudes. Bice podria Ser oa razon para decir que las formas de lor objecos fisicas san imitaciones del onta, Sin embargo, vemos de nuevo que de ellé eampoco se puede deducir que los objecos redondos sean irreales, sino-quizis que los objetos redondos no son realmente redondos. Se podtin sélo de- ducir de ello que In circularidad fisica no es un o7, Jo que significa que fo padremos nunca decir, sin que se cumpian ciertos requisites, que un « Anil de ns docs de Paton objeto circular es un cjemplo perfecto de circulatidad. Incluso esto, s6lo significaria que un objeto circular no es nunca un ejemplo caro.de circula- dad pues no podemos actualmente edservar en él los rasgos que impli- calacurcularidad (pues parece que el borde del plato y el borde de la regla van juntos durante una distancia finita.) De ello se sigue que nunca podemos aprender qué es la ciccularidad mediante la observacidn de objetos circu- lares (esto es de hecho lo que Platén quiere obtener en el parrafo de Ja Septina Carta). Razonamicntos de este tipo harfan decit a Plarén que las propiedades de los objetos fisicos no eran sino imicaciones del eterno onta queriendo decis, con e3%0, 0 que la P-idad de los objetos P es siempre solo una aproximacién a la auténtica P-idad (es decir, que nada es nunca absolu- tamente P), 0, por el contrario, que el concepto de P-idad que adquiri- mos mediante la observacién de los objecos P es de tal forma que al aplicarlo aos enconceamos a veces con que podemos llamar, a la misma cota Py n0-P. Resumiendo, podemos decir que partimos de que, en ciertas partes, Placén parece decir que los objetos fisicos no son ont dando por ello la impresiéa de que cree que son itreales. Dijimos, sin embargo, que esta impresién era falsa, y que una interpretacién literal de la doctrina Heracliteana del fluido serfa sufciente para responder a estas cosas. Los objetos fisicos, en esta doctrina, no son sino persistencias de propieda- des, de forma que lo que realmente conocemos cuando tdentificamos 2 algo como una piedra, es s6lo que ciertas propiedades estin manifestia- dose en cierca regia del espacio. Vemos, sin embargo, que Platon veces parece it mas all, y que se niega a llamar onta no s6io a los objeros fisicos sino también a las propiedades de los objetos fisicos, como la redondez de esta cenice. Nos parecié que esto era dificil de entender. Pensamos que ls respuesta podria ser que la redondez de esta canica es solo un gemplo de redondez; o que podria ser que la redondez de esta ca fica es en cierto modo no un ejemplo de pura redondex, sino una especie de propiedad subordinada que caracteriza a los objetos fisicos; 0 puede ser que la concepeién de redondez que se puede derivar de la observacién de caracteristicas evidentes de objetos redondos no es una concepcin adecuada de redondez. Cualquiera que sea la interprecacién que decida- ‘mos admitir, no podremos dedutir de ella que los objetos fisicas son, en algin seatido, irreales, ni que el mundo fisico cazece de propiedades Precisas. Como mucho se_ podria seguir de ello algo asi que las Propiedades de los objewus fisicus uv sun purus casos de las propiedades {que ia mente puede comprender, y le razén de decir esto es, quizas, que mientras que un ejemplo de circularidad fisica puede cohabiter con un ejemplo de rectitud fisica, la auténtice circularidad y [a auréntica rectitud son incompatibles entre si”, 2. Bl dearolo del pesamvento de Paton a Poseedores de status de onta Exo nos lleva 2 preguntar inmediatamente qué tipo de entes son Ja verdadere cieclardad ¥ la verdadera recunid, Dejando a un lado lz ‘cuestién de si un plato puede de hecho ser perfectamente circular, segin In opinién de Platén, parece claro que su doctrina es que no podemos saber qué es la verdadera circularidad mediante la concemplacion de platos circulares (porque no los haya 0 por cualquier ora razon), ¥ que podemos saber lo que es de otro modo. También esté claro’ qué entes como la verdadera circularidad pueden ser definidos, y de ellos se puede Gecir que son onia en ver de gignomena («cosas que devienen»), y pueden ‘see objetos de conocimiento que no experimentan cambio, y #los que la Goctrina del fluido no se les puede aplicar en ningiia sentido. ¢ Qué po fences son éstos? 4° a enpuaje que se le hace usar a Sdcraes en los dtlogos acerca de los onta cuyas definiciones busca, consta de expresiones como «la belleza en siv (a menudo, como es comiin en el idioma Griego, en la forma «lo belo en siv) 0 «la tinica cosa que es bellan; y se le hace usar, al referisse 2 estos entes, descripciones como: «aquello en cuya presencia todos los objetos X son X». Ademis, las dos palabras tides ¢ idea son usadas como palabras cast técnicas para ‘eferisse a definibles (conservando, sia em- argo, otros sentidos) ER im er puree significa, 0 uae ease dine de objets, o le estructura peculiar que hace que este conjunto de objeros sean de ua tipo distinto. Esto debe darnos ina pista sobre qué se quiere decir al dar el tiulo de eidor 2 un definible, y puesto que Platén parece usar eidos € idea mas 0 menos aleernaavamente, el iltimo ciralo quizds también Hleve Consigo la misma implicacién. Yo usaré la palabra «forma» como traduc~ cidn standard de eides ¢ idea,’ a pesar de que otras palabras como weataraleza, «upon, «propiedad o cunversal> pueden uses tabi fo usaré la ‘confusa palabra «idea. : Ne Gee ca pues, une forma ‘Verbalmente ls forma de X seri la estructura» comiin que esti presente en todos los objeros X, y que es responsable de que sean clasificados como objetos X. La forma de un perro, de hecho, seri el principio de organizacién cuya conformidad hace 2 todos los perros perros. (La idea de que la forma de un perro es un perro perfecto «que esti en el Jor no seré considerada aqui)". ‘Acabamos de ver que Pan dijo cosas que renian hacia Ia geora de " 03 fisicos no son njunca ejemplos perfectos de las formas, y nee de eso sora gue ins formas fo Son las naeuralezsscomunes de los'objetos fisicos. La forma de un perro, por lo tanto, contrariamente Jo que se esperaba y que esti expresado en el pirrafo anterior, no seria le naturaleza comiin a todos los perros. Tenemos la impresi6n, como hemos visto, de que mientras que las formas son definibles, las cosas no son fbunea pretisas; de que, mientras que se puede ver con precisién, sin @ Anise de tes doctnnas de Paton necesiad de ceausitos previo, que esl Xidad, nose puede nunca ver sin unas ciertas condiciones, si ua objeto particular fisico dado es X en vez de ¥ 0 Z: de que, mieneras que Ia X-ided misma esti estricearnente Gemareads, la X-idad de un objeco X es algo que se mezcla con la no-X-idad; de que mientras las propiedades son sdlo lo que son, la clasificacién de las cosas bajo conceptos es siempre confusa y revisable. Asi pues una forma es aquello que esti estrcemente demarcado, que fs preciso, y que no cambia, en el sentido tanto de que no cambia Fiteralmence como en et sentido de que no hay ningin contexto, comps- saci punto de vista 0 ninguna otra cosa Ia culo por Ia cual la Xeided parezca ser ota cos dsinta de ela misma; y debi que cada objeto X puede en algiin contexto 0 comparacién o desde cierto punto de vista parecer ser n0-X, es por lo que no podemos conocer formas mediante In observacién del mundo fisico. Hemos admitido que no sabemer con preitn como debe inerpreaie todo eto pero ay ana sugerencia que nos choca, cualquiera que sea auestra interprecacién, sto es lo que ahora debemos considers. is ce Debemos proponerls del siguiente forma: Tenemes la impresion de gue Pltén comprende, dicho burdamente, que no podemos encontrar ejemplos de propiedades puras entre los objetos fsicos. Debemos com- parar esto con la queja de un hombre que se lleva una escala de colores y aue vucive para decirnos que los colores de los objets nurs estin muy mal hechos; pues no ha podido encontrar ningrin objeco narutal con el mismo maciz de su muestrario. A este hombre podemos replicarle que fo es razonable lamentarse por ia sutileza de los colores naturales, ni quejarse de que los matices de los objetos asturales no preserven lac mismas diferencias uno de otros como en su muestrario de colores. Pues (le diciamas) los colores de una tarjera coloreada no son mejores que los que deja de representar; son solamente una selecciéa represencaiva. detopmene pocemon sper aie lave Pan tbls Gbservado es ue cl mundo es mis complejo que nuestros conceptor y que la onclusién que debié haber sacado de ello es que aos simplfcamos las cosas para faclita el proceso del pensemiento. Las formas (las propieda- des puras con las que las coss precen no corcesponder) se converian asi en los representantes de un cierto conjunto de conceptos, especial- tence Squellos que pueden ser desentos como ‘modelos o ideas, Consi deremos el Hombre Econémico de los economistas cisicos, el hombre ‘eyes aleernativas se dabaa todas en un campo puramence econdmico: quizis no hays ningiia especimen puro del Hombre Econémico en el mundo: pero sin embargo fue un modelo tcl, pues. en primer luear, ‘nos permitio imaginar la simplista situacidn de un’ mundo de Hom bres Econémicos, y después complicar esto en la medida en que los hechos lo pareciesen necesitar. Por lo tanco, era una valiosa ficci6n a Ia hora de exponer. Igulmente i ines de los geémetas, que 0 rene anchuta puede ser un po de concepro que no tene ejemplificaciones, pero que 2. El denwole del peamien de Paton 6 ‘se mantiene como un Imice ideal del concepto de una serie de rayas cuye Jelgades fuera en aumento. Si debemos decir) Platén penso que todos fos conceptos definibles eran del mismo tipo que el concepro de Hombre Econémico © de linea geomérrica, lo que debemos entonces haber pensado es, no que estos cOncepros corresponden « entidades evernas Femasiado prandiosas como para ener ejemplos en el mundo fisico, sino ue son conceptos articiales inventados con el fia de facilitar el pensa~ Seno al permit ignorar las complejidades de las sirwaciones-acraales. ‘Debe ser esto lo que Placén debi6 haber pensado, pero sin duda no fue esto lo que penso. No considero a las formas como modelos en este Sentdo, éseas, sin dud, formaban parte del mundo real, y Dios las eavo Presentes (en el Timeo) en la ordenacién del muado fisico. Indudable- Frente Platon sseparo» fas Formas del mundo de los objeros sensibles, Tomo Anistételes nos dice, queriendo decir con ello, creo, que las Consideraba abjewos substanciales independientes. Lejos de ser fcciones Sih hora de exponer, las formas eran originales de los cuales las faturalezas de los objetos fisicos no eran ‘sino imagenes 0 reflejos eCémo puede explicarse esto? Sin duda algo debe consentirscle a ia postura de Plata en el nacimiento de la flosofia. Sin duda es un paso sofsticado considerar Como un modelo o un limite ideal al circulo geomerrico, cuya circunfe- fenca puede solo tocar una linea recta en un punto geomécrico; ¢, quisis, exagerado. esperar que pueda haber una sofisticacién asi en in Maacia de la filosofia. Incluso la tradicién del pensamienco griego habia Ssublecido el principio segin el cual lo absusdo debe ser admrrido si parece estar ostenido por Fazonamientos. Unos hombres que zeverenciaban PParmenides difeiimente habrian puesto objecciones a las formas sustan- ciales independientes. Sin "embargo no se debe abusar de esto. Placén, en la préctica, no era tolerance con io absurdo, ni era priminvo en sa proceso de pensat, La pista esencial para conocet el status de las formas es segue Pimente 1a'doctrina de que la organizacidn del mundo natural es dba de uaa mente creativa que es totalmente independiente de lo que Grea, Sin esta doctrina el Plaronismo es totalmente ininteligible; con fila todo se ordens. Afortunadamence tenemos la -propia autoridad Ge Plaréa que nos dice que esta doctrina e¢ absolucamente, crucial, ‘prendemos en ei Décimo Libro de Las Leyes que ei error fundamental cPyuponer que las mentes deben su existencia a la evoluciéa del mundo ico. Por el contrario, ei mundo fisico debe su existencie # la obra ordenadora de una mente. Ly fisico es cn sf miamo ca6tico, un infinirn Mist de desemejanzas como Platén le llama en una ocasién™. uns esfere en donde nada posee una naturaleza deverminada, y por lo tanco asda es Spud) a ninguna ora cosa. Que el mundo no sea de hecho asi se debe a la ietion creadora, en cierto sentido de la expresin, de la mente diving, que ge esfaerza por reproducir en el mundo de lo fisico una copm o una o Andins de las doctrines de Paton encacqaciéa del sistema de orden racional que él conoce desde ia cieinidad. Y come el mundo estd ordenado por la razén, hay cosas tales como-hombres, gates y perros, al igual que, en el micto-cosmos que el hombre crea, © debe al rabsjo ordenador de iz inteligencia humana el que | haya cosas como tribunales legislauvos, meses y cuchillos. Asi como los | " parecidos existences entze un cuchillo y orro se deben al hecho de que | cade cuchillo€s un incento-de hacer, con los matenales mas apropiados, | algo que cumpia ia funcién de cortar, asi también ia existencia de especies naturales se debe a fa concribucién que cada especie hace en favor de la racionalidad del orden natural. Asi como la necesidad de herramiencas cortantes e anterior a la existencia de ios cuchillos, asf también las necesidades inteligibles, cualesquiera que sean, que hacen que sea convenience que existan cosas de una cierta especie natural, son ‘anteriores a Ia existencia de esta especie. Incluso, asf como cada cuchillo ¢s una realizaci6n imperfecta de «lo que es naruralmente adecuado para corrar» " (incluso aunque s6lo sea porque su fragilidad no es la requerida para esta funciéa), asi también la imperfeccion de cada uno de los ejemplos de un especte nacural nb empafari la clatidad de la necesidad inteligible que hace que sea coaveniente que existen objewos asi, La necesidad es anterior, y los objetos discurridos para cubrirla son poste- fnores a ells. En este’caso los principios del orden racional, que son €l ererno objeto de comprensién de la mente divina, son ‘mis reales, fundamencaies, tlamos, o cualquier palabea que se quicra, que las fiaturalezas comunes de aquellos objeros fisicas que son creados de acuerdo con estos principios, y esto es asf tanto si admitimos como si no que las nacuralezas comunes de los objetos fisicos siempre «se dan poco después de» los principios que las decerminan. Incluso si, en alain lugar de Coventry, hubiera un motor con una combustion interaa perfecta, fos Principios serian anteriores al especimen perfecto, Las formas, pues, son ei objeto comprendido por Ia razén, siendo lz razén Jo que es independiente del mundo fisico y Ia responsable del orden de_éste. “Asi pues,'lz concepcién de los Neoplatanicos, seg la cual las formas soa pensamientos de Ia mente divina, et iluminadore, | aunque es anacsSnica. Es anacrSnica porque considers a la mente abso. lucamente creativa; 10 que equivale 2 decir que la considera capaz de rocrear las cosas que pienst. Para Platén, y también (creo yo) para Aristéceles, la mente es esencialmente receptiva; sus pensamientos son! Feconocimientos de algo que existe con independencia de ella. Ia mente no puede crear sus propios abjeros camo eampoco los oj03 o le nace pueden crear los suyos™. Le circularidad no es una idea que nosotros nos hayamos formado; es un principio objetivo que reconocemos. Ninguna mente, ni incluso la mente divina, puede crear un ente asi, aunque incluso una mente comparativamente poco inceligente puede discurri métodos con los cuales puede obtener ejemplos fisicos de circularidad, Con una concepcién asf de la receptividad esencial de la mente es natural 6 2. Bl desaeole del persamiento de Paton cia divina que exista cree en alguna especie de inteligenci divin que existe Sii-pendieatemenre del mundo fsco, 2 les de alos prgctpos com prendidos por una inreligencis a aetna anata aa euestin que debemos mencion ara 20 te aban de in relacibn de las formas con las ore crapncand nor ejemplo, la forma de ugridad que es la responsable a eines Beige tigees?: zo debemos scaso decir que lo que hace que Je ses nea ser upres es una complicada funcion de las neces dads init foe ‘le. alguna forma intentan ercar un lugar en el ordea de estos animales pued complicadas preguntas seer naturales, sobre lo que pare Gono agai no con imtenci6n con It suposion de ave frecta, suposici6n que los anteriores a ee yosicién de opiniones ontol6g hemo Fy eect ibeenor, por sf deena, de lo que yo consdero que e888 Beall Weamos shove breverente otra cvesténs mee aundo fico 0 de sy oren a spr nau sing» labor de la mente. Lo que la miente ha hecho* al educilo al orden es veer oe denis medida delo posible, encarnaciones crease saa Gisdneas posiblidedes de enistencia ordenada, que son, exernamente Mtucidas por la mente, Puesto que el material con cl saree trtcs se producen, es por su propia naraeze,desordenado © inal, poole que a nunonlh por snap, sue es coms + rombres actuales, no'sea igual que ses cos los homes egos e wa mse de exxencn abe, La setnajeza comin de los hombres acrunles debe ia estabilidad y Wencin que pores al hecho de seers el terra ec3eeDO, De esta forma podemos admitic tanto el fuido heraclivesno com cobfliied de defi. Lo ue puede set Gein sn ns formas 2 que Baye (leralmente, con certeza, y quizas metaféri gus simagenes» en el mundo nararal to nimero fn lenar? Esta es Ja primera de un cierto 1 eo ae Je ls aclcion de is formas con ios objetes ce que los Platénicos discutieron. Yo lo men de solucionarlo™, sino para prevenir al lector Ta primera alternativa 5 necesariamente co- pirrafos parecen sugetit. Conecimientes de los objets fisicor y de las formas jio de este capitulo dividimos la Popular nocion de Pla simp urs Going omer ean dime Hlemos vito gue 0 J Pre ds sr considerado. conocioient de lo pariclaes ey eae J de los universales o formas. Bn el lenguaje de Plata los ce eo son cpt (congoncbles), 00 ease wa zitint (conor Iiento) de ellos. Se supone normalmente que esto se basa en la de Al principi E i ieee Soe Cuil es la verdad de esta cuestién? - pero a ser usada con cierta precaucién. No pademos inferir simple- mente de expresiones que parecen negar que los objetos fisicos se epistéta, que Platén hubiera dicho que mos conocer oe beer ioearipaaa 10 que no poder er que Ia cetera Quizas podamas entender meior esto si observe 6 ee ‘esta muy unida a la nocién de efnai, no séloven Placén, Sa también en escritores anteriores a él. Si algo posee las propiedades que le alge que podemos conocer, algo cuya comprensiGm posce el tinulo hono- | fico de epistémé. La raz6n de esto, creo, es que la palabra epistaszai,(y lo mismo ocurre con las palabras relacionadas con ella gignésketn y noern) ‘esta reservada para el estado intelectual ideal. Pero el estado intelectual ideai esta conforme completamente con Ia realidad, se afer: a algo que es lo Ultimo. Epistaszai es haber llegado. El concepto de epistim? 5 un concepro-fin. Por esta razén debe ocurrir que en la medida que ‘estos objetos fisicos no son onta, la informacién exacta acerca de ellos ole ee istimé; y debe ocurrir que una informacién asi no €s considerada epistémé, no porque no sea digna de confianza, sino simple- oct ase oe le tas econ ae eae aa de los abjetas fisicos no supone conseguir la comprensién final. Por el contrario, en la medida en que ciertos rasgos de los objeros fisicos Pueden considerarse que soe asi, o gue son iminiciosies dl amie, e da el caso de que puede haber epistin? de estos rasgos. Este no es ef ly apropiado para una discusién completa de este tema", pero adelanaré que esto se confirma en los didlogos. Asi, por ejemplo, en ei Décimo Libro de Ls Repitblica se admite que epistém? es la palabra correcta para de como debe ser ia herramienta, de lo que podemos llamar el principio de deduce de ello, creo, que en el caso de ciertos objetos naturales, existe una especie de principio de organizacién, determinado funcionalmente, y hombre tenga eptstime. El Filebo, por tomar otro ejemplo, sugiere que Ix epistim? es cuestion de grado, y que cualquier cosa esti suje@ a un wato matematico, y el mayor conocimiento de éste merece el titulo de pura epistims. Es pues, engafioso, decie que Platén nego que podamos conocer los objetos fisicos (Io cual implica que no podemos estar seguros de que a tetera esta sobre la mesa). Es también engafioso decir que él negs por completo que podamos tener epistimé de ellos. Es, quizis, mejor decir EI dearola del pensamieno de Paton o que Platén negé que los objeros fisicos son objetar de epistint. Esto no debe encenderse como que nosotros sélo podemos tener epistin? si Gejamos de prestar arenci6n al mundo fisico, Debe entenderse, més bien, Como que lo que la mente capta de un objeto fisico no es el objeto concreto que los sentidos nos muestran, sino los principios que son encarnados 0 «imitados» por él ‘Entenderemos mejor esto si divagamos un momento y observamos aque, hasta In época del Teeteto por lo menos, Plaséa parecia haber tenido tina concepcién bastante estzicta de los roles relativos de los sentidos » de nuestra capacidad de pensar en relacién al conocimiento del mundo fisico; y yo haré ia conjerura de que, como consecuencia de ello, acostumbraba a usar expresiones como «el mundo visible», pars referirse no al mundo que esté ante nuesteos ojos, sino al mundo ral y como nuestros ojos nos lo representan. En el Testeto se expone Is opinién de gue no existe una especie de mundo que se nos presente dnicamente fnedianee uestros senridos —que los sentdos no. aos dan sino daros Sensibles, siendo necesario la cooperacién de fa mente para transformat los Snros sensibles que posee en conocimiento dei mundo exterior. En escri- fos anteriores, como por ejemplo en la Replica, sin embargo, hay una fendencia a hablar como si los sentidos-nos presentasen una imagen del SRundo inferior y frecuentemente contradictoria, usiadose expresiones fomo «el mundo visible» para referirse a este sistema de wapariencias» en ver de a un mundo fisico real. Puesco que un uso asi de uaa expresion fomo «el mundo visible» significa algo asi como «la concepeién del fhundo que tenemos si no pensamos acerca de nuestra experiencia = través de los sentidose, podemos deducir de ello que no puede haber tbutiné de un mundo asi, pues las apariencias o los datos adquitides # Staves de los sentidos que io constitayen son gignemena © catidades transitoriss en el sentido més fuerce posible. "Resumiendo, a argumentaciGn de este subcapitulo ha intentado demos- rar dos puntos, El primero de ellos es que Plaréa no esti particular- mente interesado por la cuesti6n de si podemos no estar seguros acerca Ge las materias relacionadas con el hecho empitico, y que 1a negacién de {Que la palabra epistarzai sea Ia palabra adecuada para sigaiacar la percep Sion de dichas materins, no significa una respuesta negativa aa cuestién, EI segundo punco es que los correlativos de las mentes: son ences jnteligbles, formas, principios, nacuralezas universales, © como quiera ique decidamos llamatias; que éstos son los elementos tiltimos, y ques Por fp tanto, podemos cpistaszai; y que, en la medida en que estén encams- dos en obietos fisicos, puede sernos posible (y yo creo que-es posible) conseguir epirin’ acerca de estas encarnaciones. a ‘Abilis de et doceinae de ton El principio de contra-inductividad Debemos ahora tratar acerca de una teoria intimamente reiacionada con la teoria de que las formas son el tinico objeto de aucéntico conocimiento; le llamaré la doctrina de que la adquisicién de términos Benerales es conira-inductiva. Hay un sentido de ia palabra «induccién» (que proviene del término atistotélico

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