INFORME DE MI LABOR DOCENTE.

Me llamo Jose Daniel Avendaño Morales, identificado con cedula de ciudadania 1017155085, me
he desempeñado desde hace casi ya 6 años en el Centro Educativo Hogar Jesús Redentor, un lugar
maravilloso el cual me ha brindado muchos conocimientos y guia espiritual, he de agradecerles a
todas y cada una de las hermanas de Jesús Redentor, pues cuando culimine mi bachillerato ingrese
a terminar una carrera tecnica en sistemas y, aún así Dios tenía para mi algo distinto.

En el 2007 despues de haber terminado dicha tecnica decidí hacer una carrera tecnica en
pedagogía infantil, en ese mismo año alguien esperaba mi primer hijo y no sabia que iba a hacer
despues de terminar, ya que las oportunidades de empleo para personas jóvenes eran imposibles,
gracias a Dios existia la escuela de la hermanas y pedí la oportunidad por consejo de mi madre, y
desde entonces nunca me arrepiento de haberlo hecho, pues he crecido tanto como docente, como
persona, me han brindado la oportunidad de estudiar tanto y me he mantenido firme en la escuela
porque les debo todo, desde la oportunidad de trabajo hasta lo aprendido, pues además de ello me
permitieron estar con ellas sin importar que fuese diabetico; pues en otra partes no hubiese
encontrado el apoyo que recibí de ellas, han de perdonar mi siguiente comentario, pero es
necesario hacerlo, se dice que hay buenos docentes, pero ha de saberse que aun así les falta ser
mejores personas y en el Centro Educativo Hogar Jesús Redentor nos han formado como docentes
y personas críticas, reflexivas, espirituales y sobre todo seres humanos capaces de ver en un
estudiante las mayores capacidades y además de ello explotarlas al máximo, en resumidas palabras
les debo mi vida entera y mi mayor gratitud a las hermanas de Jesús Redentor y su comunidad
educativa.

La comunidad educativa cuenta con las mejores instalaciones brindadas para los educandos,
grupos que apoyan a los procesos educativos y aún más a los estudiantes que de otras instituciones
rechazan, pues la escuela cuenta con un personal que aunque no tengamos título o una "idoneidad"
por decirlo de manera educada, siempre estamos dispuestos a encontrar las estrategias necesarias
para atender las necesidades de casi 400 o más educandos albergados en dicho centro educativo,
¿como no creer que Dios está allí?, si su obra se ve reflejada en la sonrisa de esos niños cuando un
buen proceso se ha hecho y cuando ocupan los primeros lugares en otras instituciones, por mi
parte me siento orgulloso de haber llegado a ese pedacito de “Jardín del Eden", donde todo es
aprovechado en pro de los niños y donde cada día nos hacemos mejores personas y nos acercamos
más hacer mejores maestros.