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Capitulo I.

Breve reseña sobre la historia del Valle de Quilpué

1.- Descripción geográfica del Valle de Quilpué, lugar de nacimiento de la Parroquia de


Nuestra Señora del Rosario
Generalidades
El conocimiento y la comprensión del medio geográfico en que transcurren los hechos
históricos, es decir, donde se desarrolla el fenómeno histórico, es esencial para lograr
entender a cabalidad la Historia, para entender su relación con las áreas geográficas
vecinas y para darse cuenta de las influencias que ha ejercido el marco geográfico sobre el
carácter de las gentes que han vivido allí, así como para entender y comprender no
solamente la evolución de las
instituciones sino también de la
organización política y
administrativa, tanto en los
ámbitos militar y civil como
religioso.

Vista del cerro El Molle (455 metros)


desde el cajón inferior del estero de
Quilpué. Este cerro es la principal
altura que domina el valle en el
ángulo norponiente.

El marco o escenario geográfico


de la antigua y de la nueva
parroquia de Nuestra Señora del
Rosario de Quilpué queda
determinado, grosso modo, por
el valle de Quilpué. Y al
momento de definir con
precisión su alcance, ha de
restringirse el alcance de la frase
“valle de Quilpué” a lo que es la
cuenca del estero de Quilpué.
Esto es, queda limitado por la
línea divisoria de aguas que
limitan la cuenca por sus cuatro
lados.
Sin embargo, tenemos que hacer
algunas salvedades que ya quedan
implícitas. La parroquia de Quilpué originalmente abarcó un territorio mucho más amplio
que el actual, extendida, grosso modo, entre el estero Marga-Marga, por el sur3, y el río
3
Sin embargo, el territorio parroquial nunca comprendió parte alguna de las tierras de la antigua Hacienda
de Marga-Marga. Esto indica que el límite sur de la parroquia correspondía al límite sur de la antigua

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Aconcagua, por el norte4. Al poniente su límite fue el estero de Quilpué y la continuación
del límite oriental de la hacienda de la Viña de la Mar. Por el oriente, el límite de
Peñablanca5 con la quebrada de Escobares, dejando fuera las tierras de Lo Hidalgo y otros
sectores inmediatos hacia el oriente.
De todos modos, será de interés dar un vistazo a lo que ha sido el territorio de esta
parroquia a través de las siguientes breves notas sobre la geografía del valle.
Este territorio, amplio de todos modos, fue sufriendo modificaciones a medida que se iban
segregando territorios a la parroquia original, hasta quedar reducido su territorio al que
actualmente ocupa6.

El Valle de Quilpué
El valle de Quilpué, en términos generales, se extiende entre el cordón que separa por el
oriente, norte y poniente a la cuenca del estero de Quilpué de las cuencas vecinas, y al sur
por el cordón de colinas que separa a esta cuenca de la del estero Marga-Marga, que
nunca perteneció a Quilpué.
Los principales elementos que se observan en este valle son la cuenca del estero de
Quilpué, que le da origen; la faja de terreno más o menos llana y ondulada a ambos lados
del curso del estero; el cordón septentrional o de El Molle; el cordón meridional o de El
Alto del Yugo7.
“Desde que hemos pisado los lindes de Quilpué, estamos en el territorio del pintoresco
departamento de Limache, i desde que el tren ha dejado a sus espaldas la aldea, recorre la
locomotora el hermoso llano de aquel nombre.”
“Es este un valle fértil i ameno, en el cual los grupos de álamos i los rulos de sandías
revelan la natural fertilidad del terrazgo. Abarca en su anchura el espacio de un largo
kilómetro, i mide nueve desde Quilpué, que es su estremidad occidental, a Peña Blanca,
que su cabecera. Hállase dividido en pequeñas hijuelas de pobres, i en toda su estension
perteneció a la estancia secular de los Valencias. De esta suerte son Valencias casi todos
los pobladores.

Hacienda de Quilpué, pero que, aguas abajo del extremo occidental de dicha hacienda, la jurisdicción de la
parroquia alcanzaba hasta el estero Marga-Marga.
4
Hasta la llamada Punta del Peral, donde alcanzaba también el límite de la antigua parroquia de Limache.
Este límite, sin embargo, parece haber sido más ideal que real y práctico, ya que los habitantes de esos
sectores del valle del Aconcagua que quedaron bajo la jurisdicción de la parroquia de Nuestra Señora del
Rosario de Quilpué estaban más cercanos e inmediatos a recibir los servicios espirituales desde Santa Rosa
de Colmo, desde Tabolango o desde Limache que desde Quilpué.
5
Es decir, el límite oriental era el que separaba a Peñablanca de la Quebrada de los Escobares.
6
A medida que avanzó el tiempo, se fue haciendo necesario, tanto para la autoridad civil como para la
eclesiástica, la imperiosa necesidad de ir adecuándose a los nuevos tiempos e ir procurando tanto el aliviar
la tarea del cura como de los fieles en lo que se refiere a impartir y recibir los santos sacramentos y
beneficiarse de los divinos oficios.
7
Se le conoce como “Alto del Yuyo” en la gran Carta nacional de la Oficina de Mensura de Tierras de a
principios del siglo XX. Puede tratarse de la denominación más antigua o bien de un error tipográfico.

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14
“La locomotora trabaja con cierta pereza en la gradiente que ofrece aquí la via hasta la
estacion próxima, porque es aquella comparativamente blanda (167 piés en 9 kilómetros),
i dando el tren remate al llano de Quilpué, hemos llegado a Peña Blanca.”8
De acuerdo a los datos registrados por Vicuña Mackenna, Quilpué se encuentra a unos
110 metros sobre el nivel del mar, en tanto que Peñablanca se encuentra a 164 metros.
Por lo tanto, puede decirse que el llano de Quilpué tiene un declive aproximado de 54
metros, lo que significa una constante de unos seis metros por kilómetro entre la
quebrada de Lo Gamboa y Peñablanca.

Orografía
De buenas a primeras, da la sensación de que el valle de Quilpué es muy quebrado y
montuoso. Es la impresión que produce la presencia de altos cordones que interrumpen la
vista hacia todas direcciones9. Y también contribuye a ello el terreno de suaves colinas que
a veces se vuelven muy ásperas, sobre todo en el sector sur del valle, que se eleva en
dirección al estero Marga-Marga. Sin embargo, la realidad es algo distinta y solamente
pueden nombrarse dos cordones principales que se desprenden de estribaciones de la
llamada Cordillera de la Costa y que por una parte ciñen al estrecho valle y por otra parte
dan origen al estero de Quilpué, su principal curso de agua, alimentado por innumerables
quebradas y esterillos que descienden desde sus faldeos y lomajes que dan hacia el valle.
Es así que, desprendiéndose de un cordón principal que separa las cuencas del estero de
Puangue10 de la del estero de Limache, que corre en dirección este-oeste-noroeste,
aparece el cerro Loma Blanca de Moscoso, de 693 metros de altitud, que conforma un
cordón llamado también Loma Blanca de Moscoso, que separa las cuencas del estero de
Lo Moscoso de la del estero de Quilpué y que a poco andar se divide en dos cordones
principales con dirección el primero al nor-noroeste, dejando al levante la cuenca del
estero Aranda (Quebrada Escobares) y al poniente la cuenca del estero de Quilpué. El
segundo cordón toma dirección oeste-noroeste, dejando al norte la cuenca del estero de
Quilpué y al sur la del estero de Lo Moscoso, tributario del estero Marga-Marga. El cordón
de El Rincón, que separa las cuencas de Quebrada Escobares y Quilpué, presenta alturas
que se destacan en el entorno pero que en el sector sur alcanza apenas los 319 metros
sobre el nivel del mar, y en el sector medio solo 312 metros, alturas que van
descendiendo a medida que se acerca al portezuelo de Lebo, permitiendo el paso del
Camino Troncal desde y hacia el valle de Limache por Quebrada Escobares. En el sector de
El Carmen, el cordón alcanza una altura máxima de 307 metros y poco más al sur-suroeste
presenta una altura máxima de escasos 236 metros. En el sector de Peñablanca cae hasta

8
VICUÑA Mackenna, Benjamín, De Valparaíso a Santiago, volumen I, Imprenta de la Librería del Mercurio,
Santiago, 1877, páginas 153, 154.
9
Pero esto es solamente una impresión, debido a la altura del piso del valle. Las principales alturas
inmediatas no sobrepasan los 500 metros en caso alguno. Pero el piso del valle se encuentra a una media de
entre 100 y 156 metros sobre el nivel del mar.
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Este es el estero que se forma entre las fragosidades de las quebradas que conforman la rica y hermosa
geografía del valle de Colliguay, el cual no es tributario ni está relacionado con los valles de Quilpué y Marga-
Marga, sino que desagua hacia el sur, regando el valle de Curacaví luego de trasponer el Cajón de Lepe, y
desagua, finalmente, en el río Maipo, un poco aguas abajo de … al oeste de Melipilla.

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los 169 metros, pero va ganando altitud a medida que avanza ahora en dirección oeste-
noroeste. En el sector de Los Almendros alcanza a los 185 y 294 metros, pero el morro
Lilén se destaca con sus 345 metros sobre el nivel del mar. En las nacientes del estero de
El Belloto se encuentran alturas de 349, 330 y 303 metros. Arriba de El Retiro, el cerro
Alto El Cóndor alcanza los 478 metros, la máxima altura en toda la extensión de este
cordón. En su extremidad poniente, el cordón alcanza los 455 metros en el cerro El Molle,
que aparece desde el valle de Quilpué como la máxima altura y constituye un hito en los
límites entre las actuales comunas de Quilpué y Viña del Mar y que antaño fue el hito
demarcador de límites de la extensa Hacienda de La Viña de la Mar. El cordón termina con
el Cerro Colorado, un poco al suroeste del anterior, que alcanza los 376 metros. Desde los
faldeos del cerro El Molle, se desprenden varios cordones secundarios que dan origen a
una serie de quebradas que van a alimentar por el norte al estero de Reñaca, por el
poniente descienden hacia la costa y al estero de Viña del Mar, por el sur desaguan en los
esteros de Quilpué y de Viña del Mar, y por el oriente forman el estero de El Retiro. El
cordón secundario que forma la parte principal del Fundo El Rebaño, a veces llamado
Cerros de Los Lunes o Cerros de El Rebaño, pertenecieron a la antigua Hacienda de La Viña
de la Mar, que se extendía hasta la ribera occidental del estero de Quilpué. Este cordón es
de baja altura, sin grandes excepciones, y que forma una serie de quebradas bastante
fragosas y abruptas. Su altura principal, en su remate meridional, alcanza apenas los 209
metros sobre el nivel del mar.
El segundo de los cordones principales que se desprenden del Cerro de la Loma Blanca de
Moscoso, llamado en su primer tramo al igual que su principal altura, Loma Blanca de
Moscoso, tiene mayores alturas, las que alcanzan los 637, 605, 522 y 790 metros,
culminando en el cerro Frutilla, de 830 metros de altitud. Desde aquí las alturas
descienden abruptamente hasta los 414 metros, y mantiene su dirección oeste. En el
sector de El Recreo alcanza los 282 metros y en Guangualí11 186. En el Alto del Yugo,
donde se encuentra el principal portezuelo que permite las comunicaciones con el valle
del Marga-Marga, la altitud es de apenas 184 metros, aunque en el fundo El Quisco se
eleva a los 237 metros. En el sector de Los Pinos alcanza hasta los 207 metros, pero por el
lado norte decae hasta los 188 metros sobre el nivel del mar. Hacia el poniente las
elevaciones disminuyen aun más, no encontrándose otra altura importante que la del
célebre Morro de Lillo, al que algunos llamaron en algún momento Morro de La Caña, que
alcanza apenas los 194 metros, y que fue un hito de las mensuras realizadas por Ginés de
Lillo, quien estableció que el límite entre las haciendas de La Viña de la Mar y de Quilpué
era, en este sector, el curso inferior del estero de Quilpué.

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Huanhualí o Guangualí, es un topónimo de origen mapudungún que parece estar formado por las palabras
wan y wali. Parece ser una voz compuesta de wanwan, wanwanen, que podría significar algo así como ‘ser
poco harinoso’ (con referencia al trigo) o quizá ‘algo vacío’, con referencia al grano también. Existen no
pocas dudas en cuanto al segundo formante del topónimo, que podría ser el adjetivo lif (limpio, despejado),
el adjetivo lür (blanco), el adjetivo liq (blanco) o el sustantivo lin (la ratonera [el pasto]). Podría significar
lugar donde existe un tipo de pasto semejante o parecido a un trigo de mala calidad, si bien otros lo explican
como lugar de pelea de animales por trigo de mala calidad. Es posible que en un momento determinado,
quizá si en los primeros decenios de la Colonia, se haya sembrado trigo en el lugar y haya resultado muy
bajo el rinde o de mala calidad el grano. Wanwali o Guanguali no aparece nombrado en los registros
eclesiásticos que hemos consultado.

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Vista de las colinas que rodean al sector de El Retiro y el camino que conduce hacia Reñaca y
Concón.

Hidrografía
Ya se ha hablado, aunque en términos muy generales, del estero de Quilpué, el principal
curso de agua del valle, el que es formado por innumerables quebradas y esteros de
menor importancia que descienden desde los cordones inmediatos de colinas y cerros que
le ciñen.
Las quebradas que dan origen al estero de Quilpué nacen en la Loma Blanca de Moscoso y
en el cordón que sirve de límite occidental a la Quebrada Escobares. En términos
generales, pues, el estero de Quilpué nace como un muy modesto curso de agua en El
Rincón de Peñablanca de quebradas que nacen de cerros que se elevan entre los 693
metros (cerro Loma Blanca de Moscoso) y los 830 metros (cerro Frutilla). El estero, una
modesta quebrada en su nacimiento, corre en dirección noroeste hasta el sector de El
Carmen, donde se inclina más hacia el poniente, tomando una dirección nor-noroeste
muy pronunciada que, recibiendo quebradas por ambos lados, varía levemente su curso
en dirección poniente, con fluctuaciones diversas, y recibiendo sus principales tributarios
desde el lado norte. Por el lado sur, sus quebradas afluentes son pobres y mayormente
dependientes de las lluvias invernales.
Numerosas quebradas descienden desde el cordón norte a la altura de Los Almendros y El
Belloto Norte, siendo el principal afluente el llamado estero de El Belloto, que contribuye
con un importante caudal, incluso en la estación seca, debido a las vertientes que le
alimentan en sus cabezadas. En El Belloto Centro el principal tributario es el estero
Severino, que recoge las aguas de una importante subcuenca.

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El curso inferior del estero de Quilpué se caracteriza por correr apretujado entre colinas abruptas
que se precipitan, obligándole a tomar formas inusuales y a labrar un profundo cauce antes de
desaguar en el estero Marga-Marga, desde cuya confluencia nace el estero de Viña del Mar.

En el preciso límite entre las ciudades de El Belloto y Quilpué, la quebrada de Lo Gamboa,


después de drenar una amplia cuenca, desciende abruptamente al estero de Quilpué.
Antaño, el punto en que el Camino Real la atravesaba era un peligroso lugar en el que los
viajeros se exponían al asalto de bandidos y maleantes que se ocultaban entre la
abundante y enmarañada vegetación del fondo de esta quebrada.
Desde Los Culenes y desde las fragosidades del cerro El Molle, descienden hacia los
sectores de El Sol y de El Retiro varias quebradas, como el estero de El Retiro, a modo de
ejemplo, que entregan su contenido al estero de Quilpué luego de descender de las
laderas que suben del lado norte. El principal curso que recibe el estero antes de alcanzar
su punto más occidental es la quebrada de Los Bellotos, que desciende desde los faldeos
meridionales del cerro El Molle. Poco después de este punto, el estero deja
definitivamente el llano y tras estrellarse contra los faldeos abruptos que descienden del
cerro El Molle, se ve obligado a entrar por una estrecha garganta, torciendo
violentamente al sur, para desde aquí correr estrechado entre colinas abruptas que no
solo le ciñen sino que también le obligan a variar su curso abruptamente en varios puntos.
En el sector en que el estero se ve obligado a discurrir apretujado entre cerros y colinas
abruptos, recibe varias quebradas, pero casi todas breves y carentes de importancia, salvo
la quebrada de El Pangue. Desde este punto avanza hacia el sur, torciendo a cada instante
y salvando estrechuras y saltos rocosos hasta que finalmente parece liberarse, pero solo
para entregar sus aguas al estero Marga-Marga, al pie suroeste del Morro de Lillo. Desde
este punto, conocido desde antiguo como Las Juntas, con sus aguas mezcladas, nace el
estero de Viña del Mar, que toma dirección noroeste, para, pasada la estrechura de Las
Cucharas, atravesar la escasa y breve planicie litoral en que se asienta la actual ciudad de

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Viña del Mar recibiendo una serie de quebradas menores a su paso, e ir a terminar en el
océano, en el sector de la playa Casino. Antiguamente, no desembocaba directamente
sino que, como los demás ríos y esteros del sector, formaba una laguna. En la actualidad,
el estero de Viña del Mar es llamado vulgarmente “estero Marga-Marga” también.

Agricultura
A pesar de que el estero de Quilpué tiene un curso perenne, con algunas fluctuaciones
menores en los años secos, su agua no es suficiente como para permitir alguna agricultura
importante o que produjera excedentes susceptibles de ser comercializados. De la época
prehispana no se conoce ni siquiera una sola acequia o canal de regadío. Y los pequeños
grupos o familias pikumche que habitaron en las márgenes del estero, en algunos puntos
donde la vida podía ser sostenida sin mayores problemas, solamente fueron capaces de
cultivar muy pequeños trozos de terreno, de los que obtenían maíz, zapallos, papas, ajíes,
porotos y otras especies. Siglos después, en la época en que se estaban instalando los
rieles, se menciona que de Quilpué podían llevarse hortalizas a Valparaíso, lo que testifica
lo que el valle producía.
Sin embargo, el valle produjo grandes excedentes en rulos o campos de cultivo de secano,
situados la mayor parte en las colinas suaves y onduladas que conforman el valle por el
lado sur, y sobre las lomas y laderas menos escarpadas del lado norte. De estos rulos se
obtenían buenas cosechas de trigo, cebada, lentejas, chícharos e incluso uvas de buena
calidad. Pero esta producción dependía absolutamente de las lluvias, y de que estas
fueran regulares. Una alteración en el patrón de lluvias conocido podía significar graves
pérdidas. Y si después de una primera lluvia no volvía a llover, la pérdida era total.

Clima
El clima del entero valle de Quilpué es mediterráneo continental, a pesar de mediar
apenas 10 kilómetros hasta la costa, aproximadamente, en línea recta. Las lluvias suelen
ser no muy abundantes y se distribuyen, con algunas variaciones entre año y año, desde
mayo a septiembre, inclusive, habiendo una media aproximada de siete meses de seca.
Los inviernos suelen ser un poco fríos, siendo frecuentes las heladas y la escarcha. Los
veranos son secos y calurosos especialmente entre diciembre y febrero, en que
predomina el viento sur. En ocasiones raras se producen tormentas eléctricas y
granizadas.
Los siguientes cuadros estadísticos ilustran sobre las principales características del clima
del valle de Quilpué. En todos los cuadros que se insertan a continuación, los meses se
indican por los números del 1 al 12.

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O = Oeste N = Norte SO = Suroeste12

Flora
El clima favorable y las precipitaciones, así como la influencia continental, determinan una
variada y rica flora en que sobresalen los litres, los canelos, los quilos, los maquis. La flora
de los matorrales arborescentes se presenta en los estratos arbóreo, arbustivo y de
hierbas anuales y perennes. Se observan también espinos, cactáceas, chaguales, etc.,
siendo el boldo una de las especies vegetales más comunes del valle y las tierras altas
vecinas. Antaño la vegetación era tupidísima en toda la comarca, tanto que se decía del
pueblo de Quilpué que era un lugarejo perdido en los bosques, una aldea de montaña que
se encontraba en medio de tupidos matorrales de espinos, boldos, litres, tevos y peumos.
Al abrirse campo para los cultivos y otros menesteres no menos vinculados al desarrollo
de la incipiente aldea y rancheríos vecinos, la tala de los bosquecillos comarcanos generó
una extensa deforestación en el ámbito local, hasta que en la actualidad una serie de

12
Los cuadros han sido elaborados por Brus Leguás C. en base a los datos sobre la climatología local del
Atlas Agroclimático de Chile. Regiones V y Metropolitana, de Fernando Santibáñez y Juan Manuel Uribe M.,
Santiago de Chile, 1990.

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incendios forestales de verano han hecho desaparecer enormes extensiones de
vegetación autóctona.
El característico clima mediterráneo permitió la existencia de una rica flora, la que se
encuentra actualmente amenazada por diversos peligros. Sin embargo, las abundantes
lluvias invernales han sido suficientes para el crecimiento de árboles de buena altura. Las
especies vegetales más importantes son el arrayán, el belloto, el chagual, el espino, el
maitén, el molle, la palma chilena, el roble, el guayacán, el litre, el colliguay, el quillay, el
peumo y el bollen.

Follaje de litre.

El espino es la especie más


característica, incluso hoy en
día, de los terrenos planos y
ondulados que se extienden a
ambos lados del estero de
Quilpué, alcanzando hasta 5
metros de altura y 50
centímetros de diámetro.
El litre crece especialmente en
las laderas y faldeos de cerros y
es capaz de sobrevivir sequías
intensas. Produce alergias a muchas personas al entrar en contacto con la piel. Alcanza
hasta 8 metros de altura y hasta unos 50 centímetros de diámetro.
El peumo se desarrolla en las quebradas húmedas que se orientan hacia el sur, alcanzando
hasta 20 metros de altura y 1 metro de diámetro.
El quillay es un árbol que se encuentra abundantemente en la mayoría de los sectores,
alcanzando una altura de 15 metros y hasta 1 metro de diámetro.
La palma chilena es la más austral del mundo, alcanzando alturas de 15 a 20 metros y
puede vivir hasta mil años.
El sauce chileno se encuentra habitualmente cerca del estero y de otros cursos de agua,
en lugares permanentemente húmedos.
En la actualidad, entre las especies introducidas en el valle se encuentran la zarzamora, el
sauce amargo, el álamo, el eucalipto, el pino insigne, la acacia, el aromo, el pino macro, el
damasco, la vid, el limonero, el peral.

Fauna
La fauna de este valle y de las tierras altas inmediatas es la característica del Chile Central
y particularmente de esta zona.
Los testimonios de principios de la Colonia informan que en los cordones de colinas que
limitan el valle se podía hallar una gran abundancia de guanacos, los que, en primavera,
cuando las lluvias invernales producían buenos pastos, bajaban al valle, donde los cazaban
grupos de guanaqueros asentados en algunos sitios del valle y otros de los valles vecinos.

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La fauna del valle de Quilpué se encuentra en distintas situaciones de amenaza. Destaca la
abundancia de insectos, anfibios, insectos, mamíferos y aves. Algunas de las especies más
comunes son: mariposas, coleópteros, degús, lauchones, lauchitas de los espinos, coipos,
comadrejas, zorros culpeos, chillas, gatos monteses, quiques, pumas y diversos roedores.
El zorro culpeo es un carnívoro que vive en las tierras altas y mide alrededor de 80
centímetros de largo, es de coloración gris en el dorso y rojiza en las patas traseras, un
animal solitario que se alimenta de pequeños mamíferos y huevos de aves.
El puma es un carnívoro hoy en día bien conocido en la región andina y que antaño se
encontraba en casi todas las tierras altas. Mide alrededor de 1,90 metros de largo y se
alimenta desde pequeños roedores hasta guanacos.
La liebre es un roedor herbívoro de mayor tamaño que el conejo, con grandes orejas y
pelaje fino de color anaranjado.
El chingue es un animal pequeño, omnívoro, que se alimenta de frutos, huevos, insectos,
etc. Es de color negro con dos franjas blancas que van desde la frente hasta la cola.
El coipo es el mayor roedor que vive en Chile, habitando en lagos, lagunas, estanques y
humedales, como, por el ejemplo, el de San Jorge o los del estero de Quilpué. Se alimenta
de pastos y raíces. Sus patas traseras les permiten ser un excelente nadador. Es un animal
que todavía se caza indiscriminadamente, ya que su piel se utiliza para confeccionar
abrigos, lo que lo ha convertido en un animal en serio peligro de extinción. De hecho, en
todo el valle se conoce un solo hábitat actual, en los humedales de San Jorge, en el sector
de El Sol.
Entre las aves destacan la lloica o loica, el cóndor, el búho, el peuco, el zorzal, el chincol, el
chirigüe, el mirlo, el loro tricahue, el pájaro carpintero, la loica, la diuca, la tórtola y la
perdiz.
La loica o lloica se identifica por su gran mancha roja en el pecho.
El águila chilena es una rapaz que sobrevuela los cielos, sobre todo en las tierras altas.
También se la conoce como águila mora, águila escuadrada y gavilán. Tiene una cabeza
pequeña de color negro azulado, al igual que su pecho, dorso y cola. Su garganta,
abdomen y largas y gruesas patas son de color blanco, aunque sus dedos y garras tienen
un color amarillento. Su pico es curvo y ganchudo y mide de 70 a 90 centímetros.
El chuncho es un ave nocturna que habita en las áreas llanas y que se caracteriza por el
gran ángulo de giro que tiene su cabeza, lo que ha dado origen a muchas historias en el
campo. Su plumaje es de color gris y castaño, con manchas blancas en el pecho. Su cabeza
y dorso son más oscuros que el resto del cuerpo. En la cabeza tiene una franja blanca con
forma de triángulo que apunta hacia abajo. Sus ojos son grandes y amarillos, con el centro
negro. Su pico es corto y ganchudo y los dedos de sus patas son amarillentos. Es un animal
nocturno que puede llegar a matar animales mucho más grandes que él. Habita en lugares
rocosos pero con árboles, pues anida en las copas de éstos, así como también en arbustos
medianos. En el campo se le ha considerado un pájaro de mal agüero, por su mirada fija y
penetrante (sus ojos no giran en su órbita), la capacidad que tienen para girar su cabeza
hasta atrás y su graznido, lo que ha llevado a que en ciertos sectores se le haya matado en
forma indiscriminada.
El cóndor es el ave más grande del mundo. Su plumaje es de color negro oscuro y
alrededor de su cuello tiene una corona blanca. Su cabeza, de color rojiza, carece de

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plumas, y los machos tienen una cresta que nace desde la altura de sus ojos hasta su
cráneo. Es un animal carroñero, posee uñas filudas, cortas y curvadas, especiales para
desgarrar los cadáveres de los que se alimenta. Tiene una altura de 1,40 metros en
promedio. Habita actualmente las zonas cordilleranas, pero antaño llegaba hasta la costa,
quedando su recuerdo en un cerro situado al noroeste del valle, el cerro Alto de El
Cóndor. Para cobijarse del clima hace nidos en lugares rocosos y terrenos deshabitados,
aunque a veces pernocta en otros lugares, pues son capaces de cuidar su alimento por
varios días. Cuando divisa un animal muerto sobrevuela en círculos por el lugar donde se
encuentra su presa. Puede ingerir hasta cinco kilógramos de carne de una vez y pasar
semanas sin ingerir alimento alguno.

2.- El Asentamiento de Quilpué. Primeros habitantes


Describir el asentamiento de Quilpué es una tarea ardua y complicada, difícil de
desarrollar en pocas líneas, toda vez que los primeros datos veraces nos llegan desde
mediados del siglo XVI, cuando el polo de atracción era el vecino valle del estero Marga-
Marga, donde se explotaban lavaderos de oro.
El primer propietario conocido de las tierras del valle fue don Pedro de Valdivia, quien se
auto otorgó una extensa propiedad rural, extendida a través del valle inferior del río
Aconcagua y abarcando los valles inmediatos de Limache, Quilpué, Marga-Marga y Acuyo
(Casablanca)13. En un sector del valle de Quilpué, donde había un manantial, y que parece
puede identificarse con el sector de Ojos de Agua, en El Belloto Sur, puso una piara de
cinco mil cerdos al cuidado de unos indios que trajo desde Melipilla.
Sin embargo, en reunión efectuada el 26 de abril de 1547, el Cabildo de Santiago, que
tenía injerencia sobre estas tierras también14, procedió a hacer entrega de tierras para
estancias y sementeras en la zona de la cuenca del Marga-Marga a cuatro vecinos de la
naciente ciudad, entre ellos a Rodrigo de Araya15.
El primero en recibir tierras fue Ortum Jerez. A éste se le hizo entrega de “un pedazo de
tierra para vuestra estancia y sementeras en el río arriba de Malga Malga, arriba de donde
sacan oro, por cama de los tombillos16 que dicen del Inga, sobre la mano izquierda pasado

13
Pareciera ser que del valle de Acuyo en realidad ocupó un sector, el que estaba inmediato a los lavaderos
de oro de Las Dichas y al camino que comunicaba por este valle a Valparaíso con Santiago.
14
Su injerencia se basaba en que pertenecían al corregimiento o partido cuya cabecera era la ciudad de
Santiago.
15
En vista de la merced de tierras que le fue otorgada en el área del estero Marga-Marga (el Río de las
Minas), en un momento dado, Rodrigo de Araya es visto por algunos autores como el héroe epónimo de
Quilpué, y hasta se le ve pronunciando un discurso de agradecimiento al gobernador don Pedro de Valdivia
por haberle otorgado las tierras de Quilpué. A este respecto cabe señalar que, primero que nada, el
documento que otorga las mercedes de tierras no nombra al valle de Quilpué (ni por esta ni por ninguna
otra grafía) sino tierras en el área del estero Marga-Marga colindantes con las de Francisco de Riberos, que
las recibiría en el área inmediata a Charavacho o Charahuecho; en segundo lugar, se trataba de tierras
pertenecientes a la gran Estancia de Quillota, propiedad personal de Pedro de Valdivia; y, en tercer lugar, no
existe ningún documento que registre las fábulas sobre Rodrigo de Araya en Quilpué, menos todavía del
sarao de festejo en septiembre de 1547. Véase, “Rodrigo de Araya, Mito y Realidad”, Ricardo Loyola L. y Brus
Leguás C.
16
Esto es, tambillos. Se trata de las instalaciones inkaicas existentes en el sector relacionadas con la
explotación prehispana de los lavaderos de oro del estero Marga-Marga, las que se encontrarían ubicadas

23
el río, en una quebrada que entra en el mismo río de las minas, toda la quebrada en largo,
que es desde donde entra el río de las minas hasta arriba al nacimiento de la quebrada, y
de ancho lo que tiene la dicha quebrada, lo cual es en el término y jurisdicción de esta
dicha ciudad de Santiago17.”18

Probables ubicaciones de las primeras mercedes de tierras en los valles de Quilpué y Marga-Marga.
La línea más oscura corresponde al Qhápaq Ñan, el Camino del Inka, que venía desde Quillota a
Casablanca pasando por Marga-Marga. La principal instalación inkaica en el sector de estos valles
fueron los llamados “tambillos del Inga”, el sitio donde después existió San José de Marga-Marga.

Es muy posible que las tierras objeto de la merced que se le otorgó correspondieran al
valle de Quilpué, por la descripción que aparece en el documento. En el mapa adjunto,
establecemos las posibles ubicaciones de las cuatro mercedes que se otorgaron en esa
sesión del Cabildo santiaguino. Si tal fue el caso, Ortum Jerez habría sido el primero en

en el preciso sitio donde después existió el pueblo de San José de Marga-Marga, que fuera capital de la
comuna de Marga-Marga, que perteneció al Departamento de Casablanca. En la actualidad, no existe.
17
La jurisdicción de la ciudad de Santiago fue determinada desde el río Choapa hasta el río Maule. Al norte
estaba la jurisdicción de La Serena. Al sur del Maule la jurisdicción correspondería a la ciudad de
Concepción. Aparentemente, la merced acordada a Ortum Jerez correspondería a la quebrada del actual
estero de Quilpué.
18
MEDINA, José Toribio, Colección de Historiadores de Chile y Documentos de la Historia Nacional, Imprenta
del Ferrocarril, Santiago de Chile, 1861, tomo I, página 122.

24
obtener derechos de propiedad sobre el valle sobre la base de una merced19. En tanto,
Rodrigo de Araya habría recibido tierras hacia el valle del estero de Las Palmas, al sureste
de Charavacho20.
Sin embargo, como es bien sabido, el propietario de dichas tierras era el Gobernador, don
Pedro de Valdivia, y es punto menos que improbable que él haya permitido que le fueran
arrebatadas tierras de su propiedad para halagar a otros conquistadores.
En la práctica, y ya que no existe documentación a favor de la creencia popular en
contrario, sostenemos que ninguno de los agraciados con mercedes de tierras por el
Cabildo en esa sesión tomó posesión de lo acordado, en tiempo alguno y que, más bien,
Pedro de Valdivia continuó en tranquila e indiscutida posesión de su Estancia.
Más tarde, cuando cedió la llamada Estancia de Quillota al bachiller Rodrigo González
Marmolejo, en pago por ciertas deudas, y justo en momentos en que se descubrían los
ricos lavaderos de oro de Quilacoya, en la zona de Concepción, no se tiene noticias de que
el nuevo propietario haya introducido cambios. La piara de cerdos se mantuvo. Pero no se
menciona de haberse trasladado al valle a más personas.
Después de un período de tiempo indeterminado, el presbítero Julián de Landa compró la
mayor parte de las tierras del valle y, en 1597, compró al lonko Cadquitipay, nieto del fiero
kuraka Tanjalonko, un paño de terreno que mediría unas cuatro cuadras, por las que
recibió poco más de cuatro varas de paño azul. Con esta compra, el presbítero completaba
la propiedad sobre el entero valle de Quilpué.
Este es el punto de inicio de la historia quilpueína, toda vez que se trata del primer
documento o testimonio que da cuenta del nombre de nuestra localidad y de allí en
adelante podemos proyectar su historia, como así también su pasado. Los primeros
habitantes conocidos de estos valles corresponden a gentes de habla mapudungún 21,
denominados arbitraria y comúnmente pikumche o picunches en la Zona Central, entre
los ríos Choapa e Itata. Los habitantes de este valle se encontraban bajo la autoridad de
Tanjalonko desde los últimos años de la dominación inkaica como kuraq-kuna22, y en los
primeros años de la dominación española como lonko principal23. Su autoridad la ejercía

19
Y, por lo tanto, de acuerdo a la proposición en el mapa adjunto, habría recibido como merced las tierras
de la cuenca del estero de Quilpué, lo que incluiría todo el valle del mismo nombre, o al menos la mayor
parte.
20
En la documentación de la época, Charavacho equivale al actual topónimo Charahuecho, que aplica a un
cerro en el límite entre las cuencas de Peñuelas y Marga-Marga y a una localidad sobre la ribera occidental
del curso inferior del estero de Las Palmas, aproximadamente debajo de los cerros de Charahuecho.
21
Esto es, lengua de la tierra, el idioma que se hablaba comúnmente en la tierra, y que se hallaba extendido
desde Choapa a Chiloé, con ciertas entradas profundas hacia el norte y hacia el sur de los límites señalados.
Los cronistas llamaron a este idioma “lengua general de Chile” debido a su extensión. Era hablado por varios
grupos, como los pikumche, los mapuches, los williche y luego adoptado por otros más, como los pewenche,
puelche, etc.
22
Kuraka o curaca.
23
Ignórase el verdadero título que asumió, pero su autoridad se derivó de la que ostentó en tiempos de la
dominación inkaica sobre un extenso territorio que iba desde el estero de Catapilco hasta el estero del
Rosario, por la costa, y desde Aconcagua hasta Acuyo, por el interior. Al menos en 1541, parece ser que
tenía una autoridad equiparable a la de su hermano o sobrino Michimalonko, quien gobernaba sobre el valle
superior del Aconcagua. Fue capaz de romper las hostilidades contra los españoles por sí mismo, sin
necesidad de consultar a Michimalonko, lo que puede indicar su independencia. De todos modos, puede

25
sobre la mitad inferior del valle del Chile (es decir, desde las puntillas de El Romeral y La
Calavera) hasta el mar24. Sobre la mitad superior, hacia la cordillera, Michimalonko,
considerado el más temido de los caciques del centro de nuestro país, era quien
gobernaba25. En el valle de Chile, los habitantes eran considerados como gente dispuesta,
de buen cuerpo y buen parecer, la mayoría circulaban vestidos de lana y los menos de
unas mantas hechas de cáscaras de una hierba que hilaban y tejían, manta que les cubría
desde la cintura hasta debajo de la rodilla, dejando su pecho desnudo, mientras que otra
tela de una vara les cubría los hombros y las espaldas. Su cabello lo ocupaban suelto y
largo, señalando mayor honra mientras mayor sea la longitud del mismo, considerándose
una afrenta el hecho de cortárselo. La lengua de los habitantes es la misma entre ambos
grupos dominados por los hermanos, no difiriendo en nada ni siquiera en cuanto a sus
ritos y ceremonias26.
Personas más o menos con aquellas características habitaron alguna vez el valle de
Quilpué, el cual entendemos totalmente independiente del valle del Marga-Marga y como
tal situado hacia el norte de este último, circundando la hoya del estero nombrado como
la actual comuna. Sin embargo, por testimonio de los mismos habitantes en un período
anterior a la colonización española de estas tierras, podemos evidenciar que en el terreno
nunca se labró una acequia, puesto que la tierra era de muy mala calidad. Hernando
Vallejo, español residente en el valle de Quillota, declaró en el juicio por cierta venta de
tierras realizadas por el cacique Cadquitipay en 1597, que esas tierras de Quilpué “ni las
ha visto cultivar ni que ayan estado ocupadas por sser la tierra yerma, de mucha maleza
de carriçales.”27 Otro testigo, Juan Sánchez, “dixo que del tiempo que tiene declarado a
esta parte no a visto que las ayan ocupado ny cultibado las dhas tierras y esto por sser la
dha tierra yerma y de mucha maleza por sser y de mucho traba[jo] y de muy poco
probecho.”28
El cacique quillotano don Rodrigo declaró que se había enterado hacía “cinco dias [que] el
dho don Joan como vendia el pedaço de tierras que tenía en el balle de queupoa29 y que le
davan quatro varas y quarto de paño azul y que este testigo no lo creyó por sser las tierras
de tan poco ffruto y que jamás desde el inicio se an cultivado ni venefficiado por estar en
parte yerma y de mucha maleza.”30 Por su parte, don Pinpo, indio natural del valle de
Quillota y sujeto al cacique don Rodrigo, testificó que el propio Cadquitipay hacía “cinco o
seis dias que le dixo a este testigo como avia bendido al padre Landa un pedazo de tierras
que tenía en el balle de queupoa y por el valor de quatro varas y quarto de paño hazul que

considerársele como el lonko principal, a quien obedecían los demás lonkos del área sobre la que ejercía su
autoridad.
24
DE BIBAR, Gerónimo, Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reynos de Chile, Fondo Histórico y
Bibliográfico José Toribio Medina, Santiago, 1966.
25
DE LOVERA, Mariño. Crónica del Reino de Chile, en Colección de Historiadores de Chile y Documentos
Relativos a la Historia Nacional, tomo VI, Santiago, 1865.
26
DE BIBAR, Gerónimo, op. cit.
27
Venta de cuatro cuadras de tierra por un cacique de Quillota, año 1597, Archivo de la Real Audiencia,
volumen 429, fojas 136 y siguientes.
28
Ibídem.
29
Otra grafía por Quilpué.
30
Ibídem.

26
le dió para hazer un bestido y que este testigo se espantó que le diesen cossa ninguna por
aquel pedaço de tierras por sser cossa de poco probecho y que jamás se a cultivado por
sser tierra yerma y de mucha maleza y que tiene un carriçal que es de mucha más maleza,
por lo qual jamás an querido cultibar en tiempo de que avía gran suma de jente en este
Reyno31, sino que en aquel sitio bibían los goanaqeros32 por sser tan malas tierras y de
otro provecho ninguno33.”34

Firma de don Joan (Juan) Cadquitipay, en el documento de venta de tierras del valle de Quilpué al
presbítero Julián de Landa.

Las declaraciones de los testigos que son citados en el juicio llevado a cabo ante el
corregidor y justicia mayor del valle de Quillota, el capitán Simón Díaz Hidalgo, dejan muy
en claro que en esta zona, existía escasa población, ya que la tierra era utilizada
principalmente por los guanaqueros, y que incluso ya en el siglo XVI el dueño de las

31
Pinpo dice que “jamás an querido cultibar en tiempo de que avía gran suma de jente en este Reyno”, esto
es, incluso cuando había una gran cantidad de pobladores en la región, nunca se quiso cultivar estas tierras,
en el valle de Quilpué, debido a que se trataba de una tierra infértil, de mucha maleza y carrizales.
32
Guanaqueros, cazadores de guanacos. Los wanaku bajaban al valle desde las colinas y serranías
inmediatas en la primavera, cuando un buen invierno aseguraba buenos pastos, los que atraían a estos
auquénidos. Obviamente, los guanaqueros no eran muchos, y dependían mayormente de la abundancia de
guanacos disponibles para la caza. De los guanacos que cazaban dependía toda su economía, desde la
alimentación hasta el vestuario y algún utillaje para sus viviendas. En algunas quebradas y recodos de los
esteros en que las condiciones lo permitieran, sembrarían un poco de maíz, papas, zapallos, porotos,
principalmente, para completar su dieta y asegurarse el alimento en el período invernal.
33
Eran tan malas las tierras del valle de Quilpué que solamente los guanaqueros podían beneficiarse de
ellas: no había otro beneficio. El hecho de que nunca fue cultivado el valle por parte de los aborígenes se
demuestra por el hecho de que no existió ni siquiera una sola acequia en toda su extensión. Obviamente, en
unos cuantos puntos en que fue posible la existencia humana sin enormes sacrificios, hubo personas y
cultivaron la tierra, pero solamente para el consumo propio y nunca produciendo excedentes como para
que se justificara que el Tawantinsuyu, por ejemplo, estableciera algún elemento de su administración aquí.
Solamente el oro justificó ciertas actividades en el estero Marga-Marga, pero los suministros venían desde el
sector de Quillota y jamás fueron sustentados con la producción local. Las eventuales collqas que existieron
en el valle, también se surtieron desde Quillota.
34
Ibídem. Véase, también, “Venta de Tierras del Longko Cadquitipay en el Valle de Quilpué”, Brus Leguás C.,
2011.

27
tierras, Joan Cadquitipay, principal cacique, nieto de Tanjalongo se encontraba radicado
en el valle de Quillota.
Por lo tanto, cabe afirmar que en los tiempos prehispanos los habitantes del valle estaban
más bien dedicados a tareas de caza y recolección y que solamente en unos cuantos
puntos algunas familias practicaban alguna agricultura, pero apenas de subsistencia,
debido a las características propias del valle, como queda demostrado ya de las
declaraciones de testigos. Cabe señalar que en todo el valle no hubo jamás acequias o
canales de regadío, lo que significa que no existió ninguna agricultura de gran alcance. De
hecho, incluso en el período hispano, los abastecimientos en alimentos, vestuario y otros
menesteres necesarios para sostener a los indígenas esclavizados en las extracciones de
oro del estero Marga-Marga se trasladaban desde el valle de Quillota, donde sí se
producían excedentes agropecuarios.
Fue solamente en tiempos de Pedro de Valdivia que se menciona por primera vez que se
realizan siembras en el valle, aunque no se menciona su cuantía. Se trata de unos
indígenas trasladados por el Gobernador de Chile a este sector, que le pertenecía en
propiedad, quienes cuidaban una piara de cinco mil cerdos y sembraban, evidentemente
para su uso personal, junto a unos manantiales en el centro del valle, que, obviamente,
sería el sector de Ojos de Agua.

3.- Independencia del Valle del Marga-Marga


El Valle del Marga-Marga y el de Quilpué son unidades territoriales independientes, tanto
del punto de vista geográfico, como del demográfico e histórico; así lo hemos querido
dejar de manifiesto desde un comienzo. Cuando a don Rodrigo de Araya se le adjudica35
una merced de tierras en el llamado “Río de las Minas”36, se le cita específicamente a éste
y no a la localidad que hoy abarca gran parte de los antiguos lavaderos que es Quilpué. En
aquel tiempo el poblado de Quilpué no existía y más eran tierras yermas y casi desérticas
sin aguas ni plantaciones, por lo cual nunca tuvo una vinculación importante al fértil valle
del Marga-Marga que en esos tiempos ya se encontraba explorado y habitado por los

35
No podemos ocupar el vocablo “donan”, “ceden” u otros similares, toda vez que para nosotros el ya
referido acuerdo del Cabildo de Santiago, fue una especie de autocontratación, situación que nunca ha sido
bien vista por los ordenamientos jurídicos modernos y mucho menos por el derecho castellano imperante
en las Indias, a esto se suma que la autocontratación que consta en actas del Cabildo se refirió a tierras que
eran propiedad personal del gobernador, por tanto aplicando los aforismos modernos, si bien la venta de
cosa ajena vale esta es inoponible para el dueño de la cosa vendida, por lo mismo no fue oponible para el
gobernador Valdivia ausente del territorio nacional. A esto se suma que toda dación de tierras, adjudicación
o donación debía tener autorización real, virreinal o de la autoridad gubernativa con consulta a entidades
superiores, lo que en este caso no se realizó y que por lo mismo, siendo esta una formalidad por vía de
solemnidad, pese a constar en un documento público adolece de nulidad y de ahí que su efecto sea
retrotraer a las partes al estado anterior de celebración del acto jurídico como si nunca hubiese existido. Por
tanto dicho acto jurídico a nuestro punto de vista, pudo suceder, así se dejó constancia, mas nunca tuvo
efecto alguno en la persona de los adjudicados.
36
Este nombre se le suele dar al estero Marga-Marga en los cronistas y en otros autores y documentos
coloniales en razón de las “minas” o lavaderos de oro que se explotaban en su lecho e inmediaciones.

28
indígenas de la zona y se instalaron en él importantes centros logísticos de la gran
civilización Inkaica37.
La interdependencia forzada de ambos valles, se comienza a gestar desde la óptica de los
historiadores de mediados del siglo XIX38, quienes fuerzan, muchas veces sin fundamento,
la identidad de la actual ciudad y comuna de Quilpué con los lavaderos de oro y la
actividad de toda índole desarrollada en el valle de dicho estero. De esa manera se ha
llegado hasta elaborar una esmerada tesis de respuesta del hidalgo Rodrigo de Araya al
gobernador Valdivia y hasta se habla, con una convicción digna de mejor causa, de
grandes festejos con motivo de una toma de posesión que nunca ocurrió.
La vinculación, dejando de lado las tesis de querer dotar a la ciudad de un prócer notable
a la usanza o similar a la capital, se debe a que la actual comuna abarca la zona
comprendida por el valle del Marga-Marga y su hoya hidrográfica, sin embargo considerar
esta tesis, es rebajar el nivel investigativo y de esa forma quitar luz a lo que se ha escrito y
realizado con el correr de los años en ambos valles. Cabe destacar que los principales
grupos humanos se asentaron en la cuenca del estero Marga-Marga, específicamente
debido a su relación con los lavaderos de oro y, más tarde, a la cercanía con el mayor
centro urbano de la zona, Casablanca, y por lo fértil que resultaron ser dichas tierras,
como deja constancia las innumerables partidas de bautizos existentes de personas que
habitaron la zona del Marga-Marga y en sus alrededores, como Reculemu39, donde se
evidencia a la vez una importante población de zambos, mulatos y negros, algo poco
común y que nunca se vio por los menos entre los bautizos de las tierras del valle de
Quilpué, muy tardíos y escasos en un comienzo.
De esta manera y tomando el punto que analizábamos y que es el que nos convoca en
estos textos, Marga-Marga llega a tener una gran importancia, la que deja a la sombra lo
ocurrido en el valle de Quilpué. Los jesuitas, por citar otro ejemplo, comenzarán desde el
siglo XVII a adquirir una serie de predios importantes para la agricultura y la ganadería del
Reino. Así se hacen de las haciendas de Las Tablas, Las Palmas y parte de Limache,
confeccionando, visualmente, una medialuna que se cierne sobre Casablanca y que solo se
encuentra interrumpida en su trayecto por la Hacienda de Quilpué, la cual no concitaba

37
El punto donde después existió el pueblo de San José de Marga-Marga, era conocido, como testimonian
los cronistas y documentos de la Colonia, como los “tambillos del Inga”. En este lugar existieron diversas
instalaciones relacionadas con la explotación de los lavaderos de oro del estero Marga-Marga, así como con
su administración por parte del Tawantinsuyu o Imperio inka. Los españoles que se establecieron en el área
del estero para explotar los lavaderos de oro, usaron esas mismas instalaciones, obviamente restauradas y
reparadas, para vivir en ellas durante el período de la demora, que era cuando se trabajaban los lavaderos, y
donde se determinó que estaban obligados a recogerse de noche para evitar los ataques de los indígenas no
sometidos. Estas instalaciones y esta ocupación española temprana fueron la base para el posterior pueblo
de San José de Marga-Marga, que durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX fue el centro
administrativo del valle del Marga-Marga y capital de la comuna homónima, del Departamento de
Casablanca.
38
TORRES Vergara, Belarmino, Quilpué, Tierra del Sol, 1954, 1962.
39
Reculemu era el nombre de un estero o quebrada principal, que se sitúa entre el estero Marga-Marga, al
norte, y el estero de Las Palmas, al oeste y sur. También fue una localidad, un caserío o centro de población,
que evidencia haber sido bastante poblado, a juzgar por la cantidad de partidas de bautismo que se conocen
procedentes de aquí en los archivos de la parroquia de Casablanca y de la vice parroquia de Peñuelas.
Actualmente forma parte de la Hacienda de Las Palmas.

29
ningún interés para estos hábiles hijos de San Ignacio de Loyola. En otro punto, el
desarrollo eclesiástico es mayor en la zona del Marga-Marga y toma caracteres distintos a
los del poblado de Quilpué; se erigen importantes centros espirituales que en una época,
como veremos, llegarán a tener el grado de Vice Parroquias, en tanto que Quilpué solo
alcanza a ser capilla. Administrativamente, en tanto, se establecerán diputaciones en
Rueculemu40 y Las Palmas y en Lecupue41 y Marga-Marga42 sin considerar principal ni
primeramente a Quilpué, distrito que se encuentra inmersa o sumergida bajo la influencia
de las otras zonas mencionadas, siendo luego independiente y poco a poco gestando su
propio porvenir a paso cansino por las sendas de un desarrollo en un principio
eminentemente ganadero43, enseguida con una agricultura escasa44 y poco más que de
supervivencia, luego industrial y habitacional45.
El valle del Marga-Marga, conforma una unidad territorial diferente, distinta, disímil,
distante y ajena a la realidad del valle de Quilpué, menos próspero, deshabitado y alejado
de los grandes centros urbanos, para ese entonces Quillota o Casablanca46. La cuenca que
encierra nuestra actual ciudad impedía el expedito paso de los viajeros hacia la ciudad
principal, en contraste con Marga-Marga que con senderos transitables se comunica,

40
Esto es, Reculemu.
41
Esta designación, aparentemente, designaría a Quilpué en el Censo de 1813, cuando se nombra a la
Diputación de Lecupué y Diputación de Marga-Marga como una entidad territorial única.
42
Todo el territorio de la hoya hidrográfica del estero Marga-Marga queda incluido en dos Diputaciones: la
Diputación de Lecupué y Marga-Marga, al norte; y la Diputación de Reuculemu y Las Palmas, al sur, y
aparentemente englobando también una parte de los llanos orientales de Peñuelas, al otro lado de los
cerros de Charahuecho y en dirección al Camino Real de Santiago a Valparaíso.
43
Ya Pedro de Valdivia comprendió que el valle de Quilpué, que formaba parte de su Estancia de Quillota, no
tenía aptitudes para la agricultura, razón por la cual, y para sacarle algún provecho, puso una enorme piara
de cinco mil cerdos en el sector de Ojos de Agua, a cargo de unos indígenas que trajo desde Melipilla.
Posteriormente, cuando el bachiller Rodrigo González Marmolejo, quien fue el primer obispo de Santiago,
tomó posesión de la mencionada Estancia de Quillota, mantuvo la crianza de cerdos en el valle de Quilpué.
Pedro de Valdivia, como después quienes le siguieron en la propiedad de la Estancia de Quillota, abastecía a
los indígenas destinados a los lavaderos y a las demás personas que debían desempeñarse allí, con
productos provenientes del valle de Quillota, donde la gran población indígena y los excedentes que se
producían allí desde tiempos del Tawantinsuyu, permitían dar diversos destinos a dichos excedentes.
44
La primera agricultura a gran escala se desarrolló en el valle de Quilpué en la forma de siembras de rulo o
de secano, principalmente en las suaves colinas que conforman su territorio, y en algunos lomajes que se
prestan para ello, produciéndose sobre todo trigo y cebada. La vid de rulo produjo también muy buenos
resultados y una breve tradición vitivinícola local. Hasta la actualidad es posible ver en diversos cerros las
huellas de la explotación de rulo o secano, y también se pueden ver vides en diversos sectores junto al
Camino Troncal.
45
El enorme desarrollo habitacional que han tenido la ciudad y la comuna, han llevado al surgimiento de
nuevas parroquias en el territorio del valle, desde Peñablanca hasta Valencia, sobre lo cual se hablará en su
oportunidad.
46
El valle del Marga-Marga, así como la Hacienda de Las Palmas, desarrollaron desde temprano una
inclinación hacia la agricultura, habida cuenta de que la ganadería se había introducido tempranamente. La
agricultura se reducían principalmente al cultivo de la vid y de cereales, así como algunas hortalizas en
ciertos sectores aptos para ello. Pero, hasta el día de hoy, y como es fácil advertirlo, ya que las frutas,
verduras y hortalizas que se necesitan en el ámbito local se traen desde fuera, el ganado continúa siendo la
principal base de la economía local del valle, así como de los predios colindantes, a los que en la actualidad
se ha sumado el área forestal.

30
hasta hoy en día de manera expedita con su antigua metrópoli, Casablanca, tanto por las
modernas vías abiertas como por los antiguos caminos, anchos y bien adaptados a la
realidad del camino que hasta la fecha continúan perfectamente transitables a pie o a
caballo47.

El valle del estero Marga-Marga comprende un amplio territorio en torno al estero del mismo
nombre y que engloba los valles menores de Las Palmas, Moscoso y Reculemu. En un sentido
amplio, incluye el valle de Quilpué. En un sentido restrictivo, se limita al área antiguamente
ocupada por la Hacienda de Marga-Marga.

47
Salvo algunas alambradas, todavía es posible recorrer las antiguas sendas que practicaban los habitantes
de estas tierras por los cerros del lado sur del estero Marga-Marga, desde las márgenes de este estero hasta
Peñuelas y Placilla. Se trata, como a simple vista se puede ver, de caminos amplios, anchos todavía, a pesar
de su escaso uso, y que permiten fácilmente viajar en todas direcciones. Algunos de estos caminos fueron
utilizados por el cura vice párroco de Peñuelas y hasta por el cura párroco de Casablanca, para atender a las
necesidades espirituales de sus fieles que habitaban entre cerros y quebradas a través de amplios territorio
que obligaban a largos viajes y a muchas y a veces dilatadas detenciones. Como cuando se hacían misiones.

31

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