Desde pequeño mi padre me

inculcó el amor por la música,

podía escucharlo tocar jazz en
su clarinete por horas sin
cansarme. En esta obra
represento, mediante líneas
onduladas, el sonido del jazz
que mi padre tanto amaba y la
sensación que estas melodías
aún causan en mí cuando las
escucho en las calles de Nueva
York.

Antes de morir, vencido por el

encierro y las privaciones a las
que fue sometido, mi padre
pudo enviarme la última pieza
que compuso, basada en el
sufrimiento que experimentó
en prisión. Al escucharla, no
pude evitar sentir frustración y
profunda tristeza por no haber
sido capaz de salvarlo de tan
inhumana muerte.
Durante la guerra hubo tanta destrucción y muertes alrededor del mundo, tanto temor por lo
que vendría después de que ésta terminara.

(estas
dos
obras
pueden ir
juntas o
con la misma descripción porque son bastante
parecidas)

Las radios estaban llenas de noticias sobre explosiones, bombardeos y muertes que
desesperaban a todas las personas habitando en lugares bajo ataque, quienes temían por sus
vidas y las de sus familias.

Tras la guerra no quedaba nada

más que desesperación y
sufrimiento.