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Pontificia Universidad Católica de Chile

Instituto de Música IMUC


Historia de la música: Edad Media y Renacimiento (MUC704A)

La liturgia romana y el canto gregoriano

Matías Jaña Van Kooten

1. Usando sus propias palabras, exprese de modo sintético las principales ideas vertidas por J.
Peter Burkholder (2015) en el tercer capítulo de su libro Historia de la música occidental.
Extraiga las principales definiciones allí expuestas.
El canto gregoriano es un dialecto de canto llano, música vocal tradicional de la liturgia
cristiana, que no se puede separar del contexto propio de las ceremonias religiosas, pues es música
creada para ellas. Pertenece particularmente a la liturgia romana, y su entendimiento requiere
conocimiento de los oficios religiosos en que se utiliza.
El propósito de los oficios religiosos era inculcar el cristianismo en quienes no formaban parte
de la Iglesia y reforzar lecciones cristianas a quienes ya pertenecían a ella.

Durante siglos, mientras los misioneros difundían la fe por toda Europa, desde España hasta
Suecia, enseñaban los preceptos básicos de la doctrina de la Iglesia de Roma: La inmortalidad
del alma individual; la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo; la crucifixión; resurrección y
ascensión a los cielos de Jesús; la salvación y la vida eterna en los cielos para los juzgados
dignos por Jesús, y la condena a los infiernos para el resto. (Burkholder, Grout y Palisca, 2015,
p. 76)
El rito cristiano tenia como fundamento la repetición de los relatos acerca de Jesús y los santos,
y la conmemoración de acontecimientos y personas relevantes. Estas conmemoraciones se
realizaban cada año en un día específico, dando origen al calendario eclesiástico, y son importantes
para entender la liturgia, pues la ceremonia podía variar dependiendo del día o la estación.
La misa fue el oficio mas importante dentro de la Iglesia romana, pues, como acto central,
recreaba la última cena de Jesús con sus discípulos. Los textos usados se clasifican en: Propio de la
misa, conformado por los textos que varían según el calendario eclesiástico y el Ordinario de la
misa, conformado por los textos que se presentan en el general de las ceremonias.
La estructura de la ceremonia se separaba en dos partes. En la primera parte la comunidad
escuchaba las oraciones, se efectuaban lecturas de la Biblia y los salmos, y se terminaba con un
sermón, después del cual se invitaba a los catecúmenos (personas aún no confirmadas por la
Iglesia) a retirarse. En la segunda parte los adeptos ofrecían sus dádivas, incluyendo pan y vino para
la comunión, seguido de oraciones de acción de gracias y la comunión, acompañada por un salmo.
La segunda parte concluía con una plegaria final de despedida.
La oración y el canto de alabanza no se limitaba solamente a la misa, sino que se llevaban a
cabo con frecuencia en una serie de ocho ceremonias a lo largo del día. Estas ceremonias eran
denominadas oficios, y seguían la liturgia codificada en la Regla de san Benito.

Las prácticas de los oficios incluían varios salmos, cada uno con una antífona, un canto
efectuado antes y después del salmo; las lecciones (lecturas de la Biblia) con respuestas
musicales llamadas responsorios; los himnos; los cánticos, pasajes poéticos a partir de
fragmentos bíblicos distintos de los contenidos en el Libro de los salmos; y las oraciones.
(Burkholder et al, 2015, p. 81)
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La música y los textos de la misa fueron recopilados en libros llamados Misal (textos) y
Gradual (cantos), mientras que la música y los textos de los oficios fueron recopilados en libros
llamados Breviario (textos) y Antifonario (cantos). Los textos y cantos más usados fueron
compilados en una edición moderna llamada Liber usualis, elaborada por los monjes de Solesmes a
fines del siglo XIX, la cual aporta una buena introducción al canto gregoriano.
El canto llano fue diverso en cuanto a estilo, distinguiéndose diferentes enfoques de
interpretación, tratamiento del texto y carácter melódico, lo que refleja que cumplía funciones
dispares referentes a los elementos de la liturgia. La melodía del canto fue pensada como vehículo
facilitador del entendimiento de la palabra dentro de las retumbantes paredes de las iglesias. La
expresión de emociones o la descripción de imágenes no era relevante, pues la importancia de las
melodías radicaba en que pudiesen reflejar la forma y el ritmo del texto (frases y periodos
correspondientes con los del texto, fraseo similar al habla latina, sílabas acentuadas correspondidas
con registro agudo y énfasis en sílabas en virtud de su longitud).
Existían tres modos de interpretación del canto llano: responsorial, en el que un solista alterna
con el coro o la congregación; antifonal, en el que dos grupos se alternan; y directo, sin alternancia.
Asimismo, existían tres estilos de relación entre la música y el texto: silábico, donde cada sílaba
conlleva una única nota; neumático, donde cada sílaba conlleva una cantidad entre una y seis notas;
y melismático, caracterizados por el uso de melismas (extensos pasajes sobre una misma sílaba).
El canto llano se diversificó en variadas formas y géneros:
Una de las formas más simples del canto llano consistía en fórmulas para entonar las oraciones
y las lecturas de la Biblia, que, siendo lecturas principalmente largas, eran recitadas sin
embellecimiento y de forma mayoritariamente silábica. Otra forma fueron los tonos salmódicos,
fórmulas para el canto de los salmos en los oficios, basados en cada uno de los 8 modos y ocupando
al tenor del modo como nota de recitación. Cada tono salmódico consiste en: una entonación, un
motivo ascendente empleado únicamente para el primer verso; una recitación sobre el tenor; la
mediante, una cadencia en la mitad de cada verso; una nueva recitación; y la terminación, la
cadencia final de cada verso. Un salmo, sin embargo, no estaba completo por si mismo, ya que lo
precedía y sucedía una antífona, un canto o recitación de un texto bíblico o referente al
acontecimiento conmemorado, que a su vez determinaba el modo del tono salmódico.
El tipo de canto sacro más conocido son los himnos, de carácter estrófico (que comprende
varias estrofas que se cantan con la misma melodía). La salmodia, el canto de los salmos, se podía
presentar de forma antifonal, responsorial o directa, destacando en estas últimas dos un carácter
solista, ya sea como un despliegue de virtuosismo o una ornamentación improvisada sobre el salmo.
Cantos del ordinario
Estilo uso e historia

Adiciones a los cantos


Tropo
Secuencia
Drama litúrgico
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“El saludo de apertura creció hasta convertirse en sección introductoria. La primera parte de la
misa primitiva se convirtió en la liturgia de la palabra, concentrada en las lecturas de la Biblia y
de los salmos; la segunda parte pasó a ser la liturgia de la eucaristía (…), con ofrendas y
oraciones que conducían a la comunión.”. (Burkholder et al, 2015, p. 77)
La misa comenzaba con los elementos introductorios: Introito, salmo de entrada cantado por
el coro; Kyrie, canto con carácter de letanía (Oración compuesta por una serie de súplicas); Gloria,
canto con formula de alabanza; Colecta, plegaria colectiva entonada.
La liturgia de la palabra proseguía con: Epístola, entonación de un pasaje procedente de la
carta de los apóstoles; Gradual y Aleluya, dos elaborados cantos con respuesta del coro, basados en
textos de los salmos; Tracto, composición florida de varios versos de un salmo; Secuencia, canto
sobre dísticos que sigue al Aleluya; Evangelio, entonación de uno de los cuatro libros del Nuevo
Testamento; Sermón, discurso del tema religioso; Credo, canto con carácter de declaración de fe
que relataba la crucifixión y resurrección de Jesús.
La liturgia de la eucaristía continuaba con: Ofertorio, canto florido de un salmo, realizado
mientras se preparaba el pan y el vino para la comunión; Oraciones y Secreta, enunciación de
oraciones, la primera hablada por la congregación y la segunda leída en silencio por el sacerdote;
Prefacio, entonación dialogante entre el sacerdote y el coro; Sanctus, canto coral de alabanza;
Canon, núcleo de la misa, consagración del pan y el vino; Pater noster, canto del Padrenuestro;
Agnus dei, canto con carácter de letanía, momento en el que el sacerdote ingería el pan y el vino en
nombre de los congregados; Comunión, canto basado en un salmo; Postcomunión¸ entonación de
una plegaria por parte del sacerdote ; y finalmente se concluye con Ite, missa est, canto conclusivo
de la misa.

El propósito de la música en el rito era entonces transmitir las enseñanzas, acompañar rituales y
servir de inspiración a los adeptos.

3. A la luz de lo aprendido en el texto de esta semana y en las clases, compare las audiciones
1, 2 y 3 en función de sus estilos y modos de interpretación, etc. En su respuesta, considere
aspectos como los siguientes

 Cantidad de notas por cada sílaba de texto;

 Inteligibilidad del texto;

 Interacción eventual entre un solista (o un grupo de solistas) y una agrupación más


numerosa;

 Características generales de la trayectoria melódica (¿insiste sobre una sola nota, o tiene
una trayectoria melódica más diversa?; en términos comparativos con otras audiciones,
¿tiene un registro amplio?);
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 Presencia de esquemas estróficos;

 etc.

4. ¿Qué le llamó la atención de los textos y por qué?

5. ¿Qué tema le gustaría aclarar, profundizar o debatir en la siguiente clase?

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