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Creemos noticias falsas porque somo vagos

Retina papers
Somos vagos y por
eso nos tragamos
las noticias falsas
Por 
Rebeca Gimeno

¿Nos mueve la pasión o la pereza? Esa es la pregunta que se hacen los


psicólogos y otros científicos sociales para tratar de averiguar por qué la
gente se cree las noticias falsas. Saber qué nos mueve a aceptarlas es
fundamental para luchar contra ellas.

24-5-2019.

Si estamos en la selva y presentimos un peligro, nuestro cerebro pone en


marcha todos los mecanismos automáticos para salvarnos. Para cuando
queramos reflexionar, ya nos habremos subido a un árbol. Si nos topamos
en las redes sociales con noticias, ¿cómo reaccionamos? Parece que como
si estuviéramos en la jungla, porque seguimos con el pensamiento
automático activado. Y eso explica por qué se nos cuelan informaciones
falsas.
Una reciente investigación de dos psicólogos estadounidenses asegura
haber encontrado “evidencia inequívoca” de que es la vagancia, más que la
ideología, la que entra en juego cuando nos enfrentamos a las fake news.
La conclusión es llamativa, porque una de las tácticas habituales de los
creadores de este tipo de informaciones es generar contenido político
altamente partidista para conseguir la interacción. A priori, tendría más
sentido creérselas utilizando algún tipo de pensamiento reflexivo del
tipo claro, esto es lo que yo pensaba. Aquí está el titular que lo confirma.
Pero los datos del estudio no avalan esta teoría.
“Nuestra investigación se centra en quién se cree las noticias falsas, y los
resultados están determinados mucho más por la pereza cognitiva que por
el razonamiento partidista. Otra cuestión diferente es si ese partidismo es
más relevante a la hora de compartir esas noticias”, explica Gordon
Pennycook, uno de los autores del estudio junto a David G. Grand.
MÁS INFORMACIÓN

 Propaganda y ‘fake news’: con nosotros mucho


antes de la tecnología

 Noticias falsas: un asunto de robots


Entonces, ¿el ser humano es vago por defecto? “Yo lo expresaría de otra
manera”, contesta Pennycook. “Nuestro cerebro funciona de manera
eficiente por defecto. El pensamiento crítico requiere de recursos mentales
y si las respuestas son intuitivas, entonces el cerebro pasa a modo
automático. Lamentablemente esta tendencia adaptativa implica también
que, en ciertos contextos, la gente no se para a pensar cuando realmente
debería haberlo”.
El hábitat de la desinformación
El fenómeno de la información falsa existe desde hace más de 100 años,
desde que surgieron los primeros tabloides. Sin embargo la cuestión se ha
vuelto crucial ante la difusión sin precedentes a través de las redes sociales.
¿Es posible que este hábitat natural de las noticias falsas facilite el
pensamiento perezoso? Al fin y al cabo, las redes sociales se utilizan para
pasar el rato, entretenerse, estar conectado con los amigos... y la forma de
consumir noticias es bastante light y superficial. “La gente no las utiliza
con un espíritu crítico aunque tampoco podemos determinar si aumentan la
pereza intelectual o la facilitan”, explica Pennycook.
Muchos estudios de psicología cognitiva han demostrado que el
razonamiento ayuda a formarse ideas correctas. La gente más analítica, los
que no dan por buena su primera respuesta intuitiva, son menos
supersticiosas, menos dadas a creerse teorías conspirativa y son más
escépticas ante frases aparentemente profundas pero sin sentido como la
totalidad calma los fenómenos infinitos. (Puedes generar tu propia frase
absurda en esta web de bullshit generator).
¿Dónde está la división? Pensar o no pensar 
La comunidad científica está dividida respecto a qué nos impide identificar
las noticias falsas. Un grupo sostiene que nuestra capacidad de razonar
queda secuestrada por nuestras convicciones. El otro, que no ejercitamos
nuestro espíritu crítico, tal y como sostienen Pennycook y Rand.
En el primer grupo se cita sobre todo dos investigaciones sobre el cambio
climático y la tenencia de armas en las que, ante informaciones sobre esos
temas, las personas más analíticas, más formadas y más capacitadas
terminan más polarizadas que el resto.
Este debate académico es muy relevante porque dependiendo de cuáles son
los mecanismos que se activan en nuestra cabeza, habrá que diseñar
políticas diferentes para luchar contra la desinformación de manera
efectiva. 
“Comprender por qué la gente se cree las fake news nos ayuda a identificar
cuál de todas nuestras debilidades mentales es la responsable de la
distribución de estas noticias. Por ejemplo, si la gente se las cree porque
aplica el razonamiento para autoconvencerse de que son verdad (que no es
lo que los datos nos dicen), trataríamos de conseguir que las personas
fueran menos partidistas. Si la gente se cree las noticias falsas porque
simplemente no reflexionan mucho, (como nos dice nuestra investigación),
entonces tendremos que tratar de que piensen de manera mas crítica cuando
navegan por las redes sociales”. 
¿Tiene sentido entonces dedicar esfuerzos al fact checking teniendo en
cuenta que actuamos como gandules y encima cuando nos presentan datos
que no nos cuadran nos venimos arriba (se conoce como el backfire effect).
Pennycook cree que sí. “Cuando alguien se para a pensar si algo es cierto o
no, tener la posibilidad de hacer una búsqueda en internet sobre la
veracidad de esa información es tremendamente útil”.
¿En qué consistió el estudio?
Pennycook y Rand preguntaron a cerca de 3.500 personas sobre la veracidad de 15 titulares.
La mitad correspondían a noticias reales y la otra mitad, a falsas (en ambas categorías había
algunos titulares favorables a los demócratas y a los republicanos). Entonces preguntaban:
 1. ¿Has visto esta informació n antes?
 2. Segú n tu conocimiento, ¿có mo de preciso es el titular?
 3. ¿Compartirías esta noticia?
Luego, los participantes realizaban una prueba de reflexión cognitiva. ¿Resultado? “Los
individuos más analíticos calificaron las noticias falsas como menos exactas,
independientemente de si estaban alineadas o no con sus preferencias políticas”.
También se encontraron con alguna sorpresa: “las personas eran más precisas a la hora de
identificar si una noticia era falsa que una verdadera. Dicho de otra forma: la gente era
demasiado escéptica respecto a los medios de comunicación principales”.
Glups.

https://retina.elpais.com/retina/2019/05/24/tendencias/1558683709_963964.h
tml

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