Está en la página 1de 2

DOS EXTRAÑOS Y YO.

El clima está a 36 grados y por la humedad del ambiente simplemente odio ponerme bajo el sol.
Como siempre, el único ser que me acompaña es Emilio.

Dame un poco de agua, lo más pronto, pequeño mío, y terminare de contarte la historia que
empecé en la mañana.

Emilio deja el vaso con agua y sale presurosamente. Espera Que pasa? -grito- no me dejes sola.

Emilio dice le prometí a Elena que cuando despertara, le avisaría para que a los dos nos contara la
historia.

Llagan juntos y solo Elena habla:

Acomodare esas almohadas al pie de la cama y así podre escucharte mejor dice Elena y mientras
Emilio se siento junto a mí.

Decía que, cuando era joven conocí a dos personas las cuales recuerdo con amor. Una de ellas era
Ciro, era un chico al cual le gustaban los lujos vestía siempre bien y era muy delicado en su trato.

Él se acercaba siempre a mí solo con el gusto de hablar y platicar, cosa que personalmente valore
muchísimo.

Ciro vivía en un verdadero palacio, de hecho ahora mismo están en su cuarto.

Le los explicare: hace mucho tiempo este pueblo estaba gobernado por un tirano, que llego al
gobierno gracias a sus mentiras, entro como oveja y luego mostro su verdadero ropaje de lobo.

El tirano ese que inicio diciendo que era libertador y que nos enriquecería a todos, nos llevó a una
miseria colectiva y oprimía a todos. Al poco tiempo se descubrió que su gente y el gozaban de las
mejores riquezas y lujos q jamás podrían imaginar.

Entre tato la gente común pasaba a hambre, había temor porque todos los días desaparecía un
persona sin importar si era niño, joven, hombre o mujer, rico o pobre, muchos desaparecían.

Así un día la ciudad convulsiono, por mantenerse en el poder aprisionaba a la gente que pensaba
diferente y entre ellos estaba Ciro.

Un día Ciro dejo todo y se unió al ejército rebelde, escribió una carta en la cual explicaba si partida
y disculpándose por no poder seguir su destino, la dejo en mis manos y me pidió que le diese a su
amigo solo cuando haya pasado una semana de su partida.

El amigo todos los días le venía a buscar, al cumplirse el séptimo día al verme corrió hacia mí y me
pregunto pro Ciro, yo solo le di la carta y lo deje solo. Me imagino el dolo que habría sentido.

Después de meses había terminado la guerra de los barbones, se presentó la nómina de los
soldados caídos y entre esos estaba Ciro, llore abrazada al papel y lo termine rompiendo en
pedazo.
Mi vida desde ese entonces era desolada por eso me refugie en la lectura de bellos libros que
habían en este palacio el cual me dejo Ciro como su única dueña ya había dicho que era su único
familiar más cercano.

Un día descubro un libro espectacular. Tenía leyes, poemas, canciones, profecías, era un libro a la
vez de aventura y drama. Léanlo y sabrán quien es Dios y Señor de todo y todas las cosas
existente.

Entrego el libro a helena y ella lo abrazo contra su pecho, mientras Emilio la contemplaba.

También podría gustarte