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Historia III

MUSICA LATINOAMERICA EN EL SIGLO XIX

La incursión en el estudio de música latinoamericana del siglo XIX y principios de XX abre


un campo en el que influyen distintas vertientes: la africana, la europea y la mestiza. Por
otro lado en el contexto histórico, en toda América Latina a inicios del siglo XIX y
específicamente el periodo comprendido entre 1810 y 1830 marca el comienzo de la
independencia nacional y también un cambio político en todo el continente. Así, la música
adopta un trasfondo muy importante en el que los compositores latinoamericanos toman
relevancia y desarrollan un lenguaje musical que explota distintos elementos folclóricos del
continente pero manteniendo la influencia del lenguaje musical europeo.

Sin embargo, los servicios religiosos que se implantaron y se desarrollaron durante las
vigencias de los virreinatos en el continente también influenciaron en la música. Uno de
estos fue la música catedralicia, la cual estaba dividida en dos secciones. Por un lado,
estaba el Villancico que era practicado en lenguas vernáculas. Y por otro, estaba el Oficio
Divino, el cual se practicaba en latín y seguía el canon estético de la música europea. Así en
todas las ciudades importantes se construía una catedral como símbolo de estos actos
religiosos, y también como centro de la vida publica.

Los nacionalismos en América Latina en el siglo XIX se ven representados en la música


por compositores que en su mayoría desarrollaron un lenguaje a partir de influencias
folclóricas y europeas.

En Brasil, el virreinato en la época estaba dividido en capitanías generales. De este


territorio sobresalen dos compositores. Antonio Carlos Gomes (1836-1896) quien en sus
composiciones como Ópera il Guaraní (1870) suena al estilo del belcantismo italiano y al
lenguaje de Verdi. Sin embargo, también se concentró en las historias que eran importantes
para América, como lo es la temática indígena. Por otro lado, Alberto Nepomuceno (1864-
1920) en su Batuque (Danza de negros) (1887), usaba rítmicas sincopadas en alusión a las
músicas mulatas. Pero también tenía una sonoridad europea, en cuanto a que mantuvo una
amistad con el compositor noruego Edvard Grieg.
En Centroamérica, el Virreinato de Nueva España comprendido entre Florida (USA)
México, Costa Rica, las Islas del Caribe y los países centroamericanos muestran también
compositores muy prolíficos. José María Elízaga (1786-1842), catalogado como músico
clásico latinoamericano estuvo influenciado por el estilo clásico de Haydn, y esto se puede
ver en algunas de sus composiciones como sus “Últimas variaciones para teclado” (1826).
Manuel María Ponce (1882-1948), en su Rapsodia mexicana nº2 usa el tema de Las
Mañanitas (canción popular y tradicional de México) y además adopta elementos de otros
ritmos mexicanos y folclóricos. Como muchos latinoamericanos, Ponce tuvo influencia
europea al ser discípulo de Paul Dukas. Cabe resaltar que fue un compositor que escribió
para piano y para guitarra. De hecho, sus composiciones para guitarra, hoy en día hacen
parte de la literatura musical de la guitarra clásica. Sin duda es uno de los compositores
latinoamericanos más importantes que han trascendido en el tiempo.

En el virreinato de La Plata, lo cual hoy en día es Argentina, se resalta el trabajo de un


compositor llamado Alberto Williams (1862-1952). Fue discípulo de César Franck y fue
fundador del Conservatorio de Música de Buenos Aires. Este es un ejemplo de cómo los
compositores latinoamericanos tuvieron una labor pedagógica en las siguientes
generaciones, pues gracias a su trabajo como pedagogo musical se instauró un espacio
académico para los estudios musicales.

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