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Voto Femenino en Chile.

Integrantes: Fernanda Quezada.


-Constanza Ríos.
Curso: III° C.
Profesora: Perla Quitral.
Información.

Fueron años de lucha luego de que la discusión sobre los derechos políticos de
las mujeres se iniciara en 1920. Desde entonces, los movimientos debieron luchar
contra el rechazo de los partidos anticlericales y de izquierda, dada que la
tendencia conservadora de los hombres frente al electorado femenino era
transversal.
Luego de ejercer presión, las mujeres consiguieron que en 1934 se aprobara el
voto femenino para las elecciones municipales. Sin embargo, solo fue hasta 1949
cuando se les concedió el derecho a participar de las elecciones presidenciales y
parlamentarias. Hasta entonces, la figura de las sufragistas europeas y
norteamericanas se había satanizado entre los detractores de esta reivindicación
política.
La primera vez que las mujeres participaron de una elección en Chile ocurrió el 7
de abril de 1935, en las elecciones municipales a las que se presentaron 98
candidatas, de las que solo resultaron electas 25. Entonces, 16 de ellas eran
vinculadas al Partido Conservador, otras 16 al Partido Liberal, 5 al Partido Radical,
una demócrata y una independiente.
Sin embargo, el derecho de la mujer a elegir y ser elegida en las elecciones tenía
algunos requisitos, como la edad y saber “leer y escribir”, entre otras
disposiciones.

Desde entonces, las ansias de seguir recuperando terreno político solo


aumentaron: las abogadas Elena Caffarena y Flor Heredia presentaron un
proyecto al presidente Pedro Aguirre Cerda en 1941, que no logró ser aprobado a
pesar de contar con las firmas de los senadores de todos los sectores políticos.
Pero la presión de las organizaciones feministas seguiría creciendo, de la mano
del Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH) y de la
Federación Chilena de Instituciones Femeninas (FECHIF), con la radical Amanda
Labarca a la cabeza.

La muerte de Pedro Aguirre Cerda, uno de los partidarios de la lucha de las


mujeres por sus derechos políticos, postergó el debate y tuvieron que pasar otros
cuatro años para retomar la discusión. A partir de 1946, las campañas por el
sufragio femenino se intensificaron y se volvieron una tarea de educación a la
sociedad sobre las ventajas que implicaba la obtención de este derecho.
Sin embargo, la llegada de Gabriel González Videla a la presidencia complicó las
cosas: tras la postura anticomunista del Mandatario, la FECHIF sufrió un duro
quiebre motivado por la expulsión de las militantes del PC. Pero nada
obstaculizaría el paso de las feministas: el 8 de enero de 1949 se firmó el proyecto
de ley Nº 9.292, que concedió derechos políticos plenos a las mujeres de nuestro
país, en un acto público celebrado en el Teatro Municipal de Santiago. El proyecto
había dormido por casi una década en el Congreso.

Las ironías de la historia se harían notar: la feminista Elena Caffarena, figura


trascendental de la lucha por el sufragio femenino, no sería invitada al acto debido
a sus ideas políticas y cercanía con el PC. Años más tarde, ella misma recordó
ese día: “Las miles de mujeres que habíamos propuesto la promulgación de esa
ley y que habíamos luchado dos décadas por ella, no fuimos invitadas.
Celebramos cada una en su casa, con nuestros hijos y nuestros maridos,
trabajando como todos los días y soñando con un futuro más justo”, señaló en una
entrevista.
Las mujeres lograrían votar por primera vez en la elección presidencial de 1952,
donde resultó electo Carlos Ibáñez del Campo. Desde entonces, la participación
se iría ampliando hasta alcanzar la paridad con los votantes masculinos en 1970.
¿Quién fue Elena Caffarena?

Elena Caffarena Morice nació en Iquique, Chile, el 23 de marzo de 1903. Tercera


de siete hermanos, fue hija del empresario textil italiano Blas Caffarena. Realizó
sus estudios hasta 5º Humanidades en el Liceo de Niñas de Iquique, terminando
su enseñanza secundaria en el Liceo Nº 4 de Santiago.
Como estudiante de la Escuela de Leyes de la Universidad de Chile, participó en
trabajos de Educación a obreros y obreras. Mientras cursaba sus estudios
superiores conoció a Luis Emilio Recabarren, quien la motivó a seguir trabajando
por los derechos de los hombres y mujeres de la clase proletaria chilena.
Junto a su amiga, la psicóloga María Marchant, se convirtió en una de las primeras
mujeres en participar en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
(FECH).
En una sociedad chilena caracterizada por su profunda raigambre patriarcal,
Caffarena dedicó su vida a lograr la emancipación femenina. Fue una de las
primeras en defender el derecho de la mujer a desarrollarse en una sociedad
realmente democrática y con igualdad de oportunidades frente a los hombres.
Esta tarea la emprendió de la mano de su esposo, el abogado Jorge Jiles, con
quien compartió ideales, dedicándose al servicio de las personas excluidas en
Chile.
En 1926, Caffarena logró su título de abogada, siendo una de las primeras 15
mujeres juristas del país. Al egresar de la Universidad, ya tenía clara su vocación
de lucha por los derechos de las mujeres. De hecho, se declaró “Feminista por
vocación democrática”.
Una de sus obras más destacadas fue la fundación, en 1935, del Movimiento de
Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH). Esta organización la articuló
junto a otras destacadas feministas del país. El gran aporte del MEMCH fue
concertar variadas movilizaciones de mujeres en la lucha de sus derechos como
trabajadoras, madres y ciudadanas.
Caffarena fue una de las más tenaces defensoras de la ampliación de los
derechos políticos femeninos mediante el voto. En Chile, en 1935 se logró que las
mujeres votaran en las elecciones municipales. En 1949 se promulgó la Ley para
que las mujeres pudieran ejercer el sufragio en las elecciones presidenciales.
Paradójicamente, siendo Elena Caffarena una de las redactoras de este cuerpo
legal, no fue invitada a la ceremonia de promulgación llevada a cabo de manera
fastuosa en el Teatro Municipal de Santiago y encabezada por el entonces
Presidente de la República Gabriel González Videla.
Sólo tres días después del acto, el presidente González Videla dictó la Ley
Permanente de Defensa de la Democracia (conocida como “Ley Maldita”), en la
que se prohibió cualquier tipo de actividad del Partido Comunista. En este
contexto, Elena Caffarena fue injustamente acusada de pertenecer al comunismo,
pues nunca se había afiliado a un partido político. De esta manera, se le privaron
sus derechos políticos, situación que no le impidió continuar defendiendo a
hombres y mujeres que sufrían una persecución más dura de parte del gobierno.
Como abogada, Caffarena realizó grandes aportes a la sociedad chilena. Entre
ellos, destaca la publicación de su libro Capacidad de la mujer casada en relación
a sus bienes, texto que incluía ideas revolucionarias para la época, como por
ejemplo, que en el matrimonio es vital y obligatorio que exista el amor.
Durante la dictadura militar, Caffarena trabajó por la defensa de los derechos
humanos que estaban siendo sistemáticamente quebrantados. En la década de
1980, se convirtió en una de las fundadoras del Comité de Defensa de los
Derechos del Pueblo (CODEPU), que en la actualidad funciona como una
Corporación encargada de la defensa jurídica, social y médica de las víctimas de
la dictadura y sus familias.
Elena Caffarena falleció el 19 de Julio de 2003.

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