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Amigo-Vásquez, I. (2017) - Cáncer
Amigo-Vásquez, I. (2017) - Cáncer
© Ediciones Pirdmide
196 / Manual de psicologia de ta salud
nente en el esi
segregan enzimas y fermentos que destruyen la
sustancia coldgena del tejido conjuntivo que sirve
Hoy
se sabe ¢
hollin son sus
Para poder crecer, las células cancerigenas re- de soporte a los tejidos. sencadenar est
quieren satisfacer su enorme voracidad. Necesitan Finalmente, el céncer tiene una conocida capa- No obstante
oxigeno y otros nutrientes que debe ilegarles a” cidad de metastizarse, esto es, de desplazarse a otras tante recordar:
través de la sangre. Es por ello que en el seno de partes del organismo. Las células cancerosas des- en general, de
Jos tumores se observa la formacién de una pro- prendidas de la masa tumoral pueden propagarse, gicamente pan
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Cancer / 197
ya
a través del sistema circulatorio y del linfatico, a dad, tal como puede ocurrir, por ejemplo, con el
otros puntos del organismo. En el
lugar donde que-
dan ancladas pueden dar lugar a otro cdncer idén-
humo deltabaco y la contaminacién atmosférica de
naturaleza industrial en el céncer de pulm6n. Tenien-
tico a aquel del que proceden que, en ocasiones,
puede ser mds grande que el inicial. Cualquier
a
do en cuenta este hecho, continuacién se describen
algunos de los factores de riesgo que con més fre-
metastasis, que suele ser fatal para el organismo, cuencia y certeza se han relacionado con el c4ncer.
puede dar lugar, a su vez, a otra metdstasis.
Sustancias quimicas. Es sabido que algunos pro-
ductos quimicos industriales pueden tener un efec-
2 FACTORES DE RIESGO DEL CANCER to nocivo sobre la salud, que se manifiesta con el
paso del tiempo. Esto es lo que ha ocurrido con el
Se estima que no menos de
un 70 por 100 de los
factores de riesgo que favorecen o desencadenan la
amianto —usado como aislante térmico
y
co— y que se ha relacionado muy directamente con
eléctri-
aparicién de algiin tipo de c4ncer, o bien estan li- el desarrollo de los mesioteliomas pleurales. El
gados al estilo de vida de las personas y a sus cloruro de vinilo —utilizado en la industria de los
plasticos— parece el causante del c4ncer maligno
comportamientos, o bien se deben a causas ambien-
tales (Weiss, 1985). No es de extrafiar, por lo
tanto, de higado. La contaminacién de las grandes ciuda-
que la prevalencia del cancer haya aumentado de des por los compuestos de azufre que se desprenden
un modo permanente a lolargo de este siglo y es-
pecialmente en las sociedades industrializadas, ya
de los medios de transporte y de las chimeneas
puede incrementar el riesgo de muerte prematura
que el estilo de vida del hombre moderno se carac- por cancer de pulmén. Dentro de esta ldégica, en
bila gracias
teriza por su necesaria convivencia con los
Ilamados Espaiia, segtin reciente estudio epidemioldgico, se
factores de riesgo. E] reconocimiento de que el ha observado que el cAncer de pulmén presenta la
pias él comportamiento del ser humano desempefia un incidencia més alta en las zonas industriales mds
tico papel fundamental en Ia etiologia, el desarrollo y contaminadas de nuestro pais, por ejemplo las pro-
aporta pronéstico del cancer, asi como utilidad de algu-
1a
vincias de Andalucia occidental y Asturias, donde
esita p
nas terapias psicolégicas para mejorar calidad y el ntimero de casos por cada 100.000 habitantes es
cantidad de vida de los pacientes, es lo que ha muy superior al de la media nacional y dentro de
ttrado que ks
propiciado el nacimiento de una nueva disciplina la
las cuales afectacién de la enfermedad es de 6 a
jla formacié
in el proces
que hoy se denomina Psicologia Oncoldgica o
Psico-Oncologta.
1
en cuanto la relacién hombre-mujer.
: q A modo de ilustraci6n histérica de esa influencia Sexualidad. El comportamiento sexual parece
}
s
células
células
ca
nod
ambiental y cultural en la aparicién de los tumores
malignos, baste citar el conocido caso del céncer
estrechamente ligado al cdncer detitero, ya que éste
tiene su origen, en un porcentaje muy importante
sf porque de escroto, que un médico inglés en el siglo xvi de los casos, en una infeccién de tipo virico cuyo
fidos
ncia, lo
veci
qi
—Sir Percivall Pott— denomin6 c4ncer delos des-
hollinadores (Nuland, 1995). Pott sospeché, atina-
desencadenante es el papilomavirus.
zarse rept damente, que el holiin depositado de forma perma- Tabaco. La relacién tabaco-cdncer de pulmén
smo tiemp nente en el escroto provocarfa este cancer de piel. parece particularmente estrecha (véase capitulo 6).
destruyen: Hoy se sabe que los alquitranes contenidos en el Se calcula que mds de un 80 por 100 de este tipo
tivo que si hollin son sustancias cancerigenas que pueden de- de neoplasias se puede atribuir al hébito de fumar
.
sencadenar esta enfermedad. y que el riesgo de padecer cancer de pulm6n entre
mocida cay los fumadores es diez veces mayor que entre los no
No obstante,
en el caso del cancer es muy impor-
lazarse a 00
acerosas de
tante recordar que los factores de riesgo no actéan, fumadores. Ademis, el tabaco también incrementa
en general, de modo aislado, sino que actiian sinér- Ja probabilidad de sufrir céncer de boca, laringe,
hb
propaga gicamente para provocar la aparicién de la enferme- pancreas y vejiga.
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198 / Manual de psicoiogia de la salud
Rayos UVA. Antes de que Coco Chanel, hace actualidad Ja personalidad con propensién al c4nc tipo 4, caractes
mas de cincuenta afios, propusiese la moda del —-habituaimente denominada Tipo C para distin; personalidac
bronceado, el c4ncer de piel se daba, fundamental- Ja del Tipo A con propensién a padecer cardiopatt Los resulta¢
mente, entre agricultores y pescadores, que solian isquémica y del Tipo B 0 personalidad sana— ppoder predictin
al
si
pasar mucho tiempo expuestos sol. En la actua- ha descrito como apaciguadora, no asertiva, extres to al cénce
lidad, este tipo de c4ncer —cuya prevatencia en los madamente paciente y cooperativa, buscadora d
ftabla 12.3). As
filtimos 50 afios se ha incrementado en un 500 por armonia y evitadora de conflictos, décil y defensi
100-— se observa en aquellas personas que abusan
a,
alos 10”
(altrusch, Stangel y Waltz, 1988). Las dos caracte los tipo ha |
de los bajios de sol o lémparas de cuarzo y, asi, se
calcula que esta forma de culto al sol causa en Esta-
risticas sobre las que se poneel énfasis son, por un
dos Unidos 400.000 nuevos casos de cAncer anual- cionales fuertes y, por otra, la imposibilidad de haces
mente. En Espaiia, el mayor nimero de casos se
HCI el 29,2
por i
frente adecuadamente al estrés con la subsiguiente!
causa, fires
a
registra en las Islas Canarias, donde la poblacién reaccié6n de abandono asociada a sentimientos dq or 100 de los:
femenina muestra una mayor tendencia relativa de desesperacién y desamparo. + Aunque hal
riesgo que la masculina (L6pez-Abente, Pollan, Es-
colar, Abraira y Errezola, 1997).
Muchosde los estudios que han sostenido la ‘vo que abunda
lacién entre personalidad Tipo C y cancer han trabas ‘mhibicién de §
jado con una muestra de sujetos que ya estaban en Graves, Swank
Alcohol. El alcohol ingerido en exceso tiene un
potencial efecto cancerfgeno que aumenta el riesgo
fermos, por lo que resulta imposible conocer si
tipo de personalidad es un antecedente o una conse-
este muestras m4s a
‘gos, de hasta tre
de neoplasias en Ja boca, laringe, esG6fago ¢ higado. cuencia de la enfermedad, 4
teado una relaci
En este sentido, en aquellas regiones en las que el A pesar de estas dificultades, Eysenck (1993}4
consumo es més elevado, la prevalencia de este tipo divulg6 una serie de tres trabajos de Grossarthe,
ersonalidad
personalidal
y
de c4nceres es hasta cuatro veces mayor (Daufi, 1987). Maticek, Eysenck y Verter (1988), cuyos sorpreny desarrolio de 4
dentes resultados merecen ser comentados. El pri-| Diten, Verbeek,
Dieta, Una alimentaci6n rica en grasas y protef- mero de ellos fue realizado en una poblacién de la jademés, no sed
nas y escasa en fibra, caracteristica de los paises antigua Yugoslavia donde se estudié uno de c: fema son tan sf
desarrollados, condiciona la aparicién de uno de
los cénceres m4s comunes, el de colon. De ahf la
dos hogares
y se utiliz6 como sujeto de examen
de mayor edad de la casa. Los otros dos estudit
aij
ecir
Featre
que aunqu
la inhibici
necesidad de modificar el consumo de nutrientes se Ilevaron a cabo en Heidelberg (Alemania), utili odria hablar ex
antes citados. Por otra parte y de un modo més zando una muestra normal de sujetos y otra som aria por ex
especifico, se ha constatado que las nitrosaminas tida a un gran estrés. Los miembros de estas mue: personalidad:
que se ingicren en tos alimentos ahumados estén tras fueron entrevistados y se les administré un’ rollo de 1a enfe
estrechamente relacionadas con el cAncer de est6- cuestionario de personalidad y de estrés; los sujetoa:
mago y colon. Asimismo, otro producto derivado también informaron acerca de sus comportamientog’ ~ Estrés. Larel
de la combustién de las grasas, el benzopireno, de riesgo para la se
salud,
la
les tom6 presién arte-a jeto de una g
también se ha relacionado con el cancer. rial y se les analiz6 el colesterol en sangre.
mortalidad se evalué 10 afios més tarde.
Variables de personalidad. La idea de que deter- Las entrevistas y cuestionarios de personalidad+
minados perfiles de personalidad estaban relaciona- estrés fueron utilizados para clasificar a los sujetos:
dos con el desarrollo del cAncer fue recogida por en cuatro tipos. El tipo 1 se consideraba como d Causas de ma
Galeno, quien afirmaba que las mujeres melancélicas predisposicién al céncer y describe las caracteris#'
eran mas propensas a padecer cancer que las mujeres ticas ya apuntadas. El tipo 2 se consideraba como’
que se mostraban activas y seguras de sf mismas de predisposicién a la cardiopatia isquémica (CI).
(LeShan y Worthington, 1956). Desde entonces han Ei tipo 3, que se caracterizaba por mostrar reaccio
sido muchos los autores que han postulado relaci6n
la
nes tanto del tipo 1 como del tipo 2 y que pare
entre el cdncer y distintos tipos psicolégicos. En la estar a salvo tanto del cancer como de la CI.
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a
Cancer / 199
tipo 4, caracterizado por la autonomia personal, es lugar a una extensa literatura sobre el tema. Un
Se
ad Ia personalidad sana. estudio clésico que pone de manifiesto la acelera-
—< Los resultados en los tres estudios mostraron el cién que el estrés podia imprimir a los procesos
a¥ poder predictivo de los tipos de personalidad res- tumorales es el de Riley (1975). Utilizando una cepa
e al la CI de ratas que desarrollan caracteristicamente cAncer
!
de los tipo 1 habian muerto de cAncer, frente al 5,6 po fue utilizado de control. Al cabo de 400 dias el
por 100 de los tipo 2, 1,8 por 100 de los tipo 3 y
=
92 por 100 de los sujetos det grupo experimental
0,6 por 100 de los tipo 4. Por lo que respecta a la habian desarrollado cdncer de mama, mientras que,
Clel 29,2 por 100 de los tipo 2 habian fallecido por en el grupo control, sélo el 7 por 100 lo habian
esta causa, frente al 8,3 por 100 de los tipo 1, 9,2 hecho.
=
Ta
por 100 de los tipo 3 y 1,7 por 100 de los tipo 4.
Aunque ha habido algun otro trabajo prospecti-
yo que abunda en la idea de la relacién entre la
En este sentido, estudios con humanos han mos-
trado que las personas que sufren una mayor fre-
cuencia de acontecimientos vitales estresantes (por
inhibicién de las emociones y ei c4ncer (Shaffer, ejemplo, pérdidas afectivas, ausencia de apoyo so-
na cial, etc.) tienen una mayor probabilidad de padecer
ia
Graves, Swank y Pearson, 1987), otros estudios con
x= muestras mds amplias y con seguimientos mas lar- distintos tipos de enfermedades, incluido el céncer.
gos, de hasta trece ajios de duracién, no han encon-
trado una relacién significativa entre los rasgos de
No obstante, tal
se
y como ha descrito en el capf-
tulo 7, se ha de tener en cuenta que la mayor parte
personalidad y el cancer, ni entre e] Ilamado patr6n de esos resultados provienen de investigaciones
oat de personalidad de predisposicién al cancer y el retrospectivas y son menos los estudios prospectivos
desarrollo de la enfermedad (Bleiker, Hendriks, Tealizados que confirman esta visién.
eid Otten, Verbeek, Van der Ploeg, 2008). Pero es que, No todos
los tipos de estrés se han relacionado
Sl
mr ademés, no se debe olvidar que los datos sobre este por igual con los procesos cancerigenos. Resu-
co tema son tan sélo correlacionales, lo cual quiere miendo los resultados (Pérez Alvarez, 1990), pa-
_—
decir que aunque se demostrase una fuerte relacion rece que el estrés incontrolable, agudo y de tipo
saa entre la inhibicién de emociones
y el c4ncer no se
podria hablar en términos causales de dicha relacién.
fisico parece propiciar el crecimiento del tumor.
Cuando es posible el control del estrés por medios
me
Sad Quedaria por explicar qué variables mediarian entre conductuales, el desarrollo del tumor no es afec-
=
la personalidad con propensidn al cancer y el desa- tado. Por el contrario, el estrés fisico crénico,
trollo de la enfermedad. aunque sea incontrolable, inhibe el desarrollo del
aad
tumor. En cambio, el estrés social es favorecedor
See
Estrés. La relacién entre cancer
y
estrés ha sido del desarrollo del tumor, independientemente de
a=
objeto de una profusa investigacién que ha dado su cronicidad.
il
aad
Se TABLA 12.3
ed Causas de mortalidad a los 10 afios de seguimiento en el estudio de Grossarth-Maticek et al. (1988)
tal
_1s
kneel
a
Cfincer 46,2 por 100 5,6 por 100 1,8 por 100 0,6 por 100
on isquémica § 3 por 100 29,2 por 100 9,2 por 100 1,7 por 100
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200 / Manual de psicoiogia de ia salud
torrente sanguineo ante situaciones de estrés y de con la prudencia necesaria, se puede afirmar que: se acompafia d
la que el tumor se nutre antes de que Hegue a los
muisculos (Romero
En
se
et al., 1992).
resumen, podria afirmar que determinados
— El cdncer de colon
y
recto o de las vias uri-
narias (en especial de préstata) puede dar
Radioterap
tejido tumoral
tipos de estrés pueden incrementar la velocidad de lugar a una alteracién inexplicable de los corta que pue
desarrollo de un proceso cancerigeno, pero esto no
quiere ‘decir que el estrés sea el causante del pro-
habitos de evacuaci6n intestinal y urinaria.
Los tumores en el rifion, vejiga y recto pue-
como
es el ca
desintegraciér
ceso tumoral. En un ejemplo, el estrés per se no es den presentarse con la expulsién de sangre el caso de lo:
Ja causa de un melanoma, ya que
el factor cancerf-
geno principal en este tipo de cdncer suele ser la
por el ano o vias genitourinarias.
El cancer cuténeo se manifiesta, a veces, a
justifica en el]
— son mis sensil
exposici6n a elevadas dosis de radiacién ultravio- través de una ulceracién de la piel que tarda Jas normales.
Jeta. Ahora bien, si una persona esté estresada, la en cicatrizar, tantes alteraci
velocidad de crecimiento de dicho tumor sera mu-
cho mayor que si la persona es capaz (lo cual no
El cdncer de mama o los ganglios afectos de
metdstasis dan lugar a la aparicién de un
la formacién
la mitosis. Pue
¢
deja de ser dificil en tales circunstancias) de man- bulto en el pecho o otra parte del organis-
en
to mas maligt
tener un cierto sosiego en esa nueva situacién vital. mo (aunque parece que tan sdélo el 20 por claramente mi
Y de otra forma, el estrés también puede deprimir 100 de los bultos en el pecho tienen cardcter problema de ¢
el sistema inmunitario haciendo
vulnerable al factor cancerigeno.
al organismo més maligno).
El melanoma se presenta a través del creci-
pueden afectai
jido tumoral
o
:
también afect
citox
ea
actualidad, conseguir cada vez mas curaciones efec-
tivas en casos dec4ncer. La terapéutica utilizada es
mente a las dela piel y a las de la sangre, por lo
cual su uso conlleva la aparicién de efectos secun-
amplia; sin embargo, tres tipos de actuaciones son, darios caracteristicos, como son la anemia, la des-
=
porsu frecuencia, merecedoras de ser destacadas. aparicién de leucocitos la
en sangre o una sistemd-
tica alopecia total que suele provocar un profundo
bis
-
=
Cirugia. Este tipo de intervencién tiene como
objeto la extirpacién de la formacién neoplasica,
malestar psicolégico. Una adecuada preparacién
para el afrontamiento de esta situacién ser4 funda-
-
-™
cd
presenta la extirpacién del tumor durante la operacién
es que siempre se corre el riesgo de desprender al-
guna célula cancerigena y permitir que se infiltre en
el torrente circulatorio, lo cual podrfa dar lugar a la
de subrayar que Ja quimioterapia, salvo en tumores
muy especificos, no busca la curacién del cancer,
sino que se trata sencillamente de un tratamiento
coadyuvante de la cirugia y radioterapia.
~*~
aparicién de metdstasis. La cirugia, por lo general,
se
a
rs
se acompaiia de radioterapia o de quimioterapia. Terapia hormonal. Las hormonas favorecen el
crecimiento de algunos tipos de células cancerosas,
-
con
-
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justifica en el hecho de que las células cancer{genas Teceptores hormonales, presentes en el tejido can-
son més sensibles a las radiaciones ionizantes que ceroso. Las hormonas se pueden unir a estas pro-
me Jas normales. Dichas radiaciones provocan impor- teinas facilitando el crecimiento de las células tu-
..
Fad
rs tantes alteraciones en el ADN, en el momento de morales. Si la prueba es positiva, indica que la
la formacién de los cromosomas, esto es, durante hormona probablemente esté ayudando a crecer a
od la mitosis. Puesto que las células cancerfgenas cuan- las células cancerosas. En este caso es cuando se
to més malignas son, mds mitosis sufren, se ven recomienda administrar terapia hormonal para fre-
elaramente més afectadas por las radiaciones. El nar la estimulacién hormonal del tumor.
a-~
cad
problema de esta terapéutica es que las radiaciones
pueden afectar también los al
tejidos vecinos te-
os. jido tumoral y que, ademas, existen células del 5. ESTILOS DE AFRONTAMIENTO
organismo, en particular las células sanguineas, que DEL CANCER
-~
aSd muestran a las radiaciones ionizantes una sensibi-
lidad muy similar a las células tumorales. El cancer
es un evento vital estresante y el modo
de afrontarlo implica recurrir a las estrategias para
aw hacer frente a las situaciones de estrés que ya se
Quimioterapia. La quimioterapia consiste en el
ad
*.
ha uso de sustancias quimicas Iamadas citost4ticos detallaron en el capitulo 7. En este sentido, Dunkel-
que actian contra la mitosis celular y que, por lo Schetter, Feinstein, Taylor y Falke (1992) definieron
tanto, detienen la reproduccién de las céluias can- cinco patrones distintos de afrontamiento del c4ncer,
cerigenas. Al igual que ocurria con la radioterapia,
al tener las células tumorales una mayor actividad
que incluyen: bisqueda del apoyo social, centrarse
en lo positivo, distanciamiento, escape y evitacién
mitética que las normales, se muestran més sensi- cognitiva y escape y evitacién conductual.
bles a los citostéticos. El problema de éstos es que Los distintos modos de enfrentarse a la enfer-
también afectan a las células normales, especial- medad han sido objeto de debate (Barreto, Toledo,
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actualidad, conseguir cada vez m4s curaciones efec- mente a las de ja piel y a las de la sangre, por lo
tivas en casos de cdncer, La terapéutica utilizada es cual su uso conlleva la aparicién de efectos secun-
amplia; sin embargo, tres tipos de actuaciones son, darios caracteristicos, como son la anemia, 1a des-
por su frecuencia, merecedoras de ser destacadas. aparicién de leucocitos en la sangre o una sistema-
tica alopecia total que suele provocar un profundo
Cirugia. Este tipo de intervencién tiene como malestar psicolégico. Una adecuada preparacién
objeto la extirpacién de la formacién neoplisica, para el afrontamiento de esta situacién ser4 funda-
aunque sélo se aplica cuando el c4ncer esté muy mental para que el sujeto pueda superarla con el
Jocalizado y no es muy extenso. El problema que menor costo emocional posible. Finalmente, se ba
presenta la extirpacién del tumor durante la operacién de subrayar que la quimioterapia, salvo en tumores
es que siempre se corre el riesgo de desprender al- muy especfficos, no busca la curacién del céncer,
guna célula cancerigena y permitir que se infiltre en sino que se trata sencillamente de un tratamiento
el torrente circulatorio, lo cual podrfa dar lugar a la coadyuvante de la cirugia y radioterapia.
aparicién de met4stasis. La cirugia, por lo general,
se acompafia de radioterapia o de quimioterapia. Terapia hormonal. Las hormonas favorecen el
crecimiento dealgunos tipos de células cancerosas,
Radioterapia. Consiste en la aplicacién sobre el
tejido tumoral de radiaciones ionizantes de onda
como las del céncer de mama
y el cancer de prés-
tata. La terapia hormonal consiste bésicamente en
corta que pueden ser producidas eléctricamente, ja administraci6n de medicamentos que interfieran
como
es el caso de los rayos X, 0 través de la
desintegracién de elementos radiactivos, como es
con ia actividad de la hormona o que detengan su
produccién. La prueba de receptores hormonales
el caso de los rayos gamma. La radioterapia se mide la cantidad de ciertas protefnas, denominadas
justifica en el hecho de que las células cancerigenas receptores hormonales, presentes en el tejido can-
son més sensibles a las radiaciones ionizantes que ceroso. Las hormonas se pueden unir a estas pro-
las normales. Dichas radiaciones provocan impor- teinas facilitande el crecimiento de las células tu-
tantes alteraciones en el ADN, en el momento de morales. Si la prueba es positiva, indica que la
la formacién de los cromosomas, esto es, durante
Ia mitosis. Puesto que las células cancerigenas cuan-
hormona probablemente est4 ayudando
a crecer a
las células cancerosas. En este caso es cuando se
to m4s malignas son, mds mitosis sufren, se ven recomienda administrar terapia hormonal para fre-
claramente més afectadas por las radiaciones. El nar la estimulacién hormonal del tumor.
problema de esta terapéutica es que las radiaciones
pueden afectar también a los tejidos vecinos al te-
jido tumoral y que, ademds, existen células del 5. ESTILOS DE AFRONTAMIENTO
organismo, en particular las células sanguineas, que DEL CANCER
muestran a las radiaciones ionizantes una sensibi-
lidad muy similar a las células tumorales. El cfncer es un evento vital estresante y el modo
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202 / Manual de psicologia de ja salud
CUADRO 12.1
El afrontamiento de la muerte. La teoria de las cinco etapas
En 1969, Kibler-Ross sugirié que, ante la expectativa diagnéstico favorable o con aquellos otros cuya salud en
de la muerte, las personas pasan por cinco etapas distintas:
negaci6n, enojo, tristeza, depresién y aceptacién. Es im-
principio era peor. El enojo puede traducirse en un resen-
timiento abierto hacia el personal sanitario, la familia o ,
portante subrayar que estas etapas no se dan ni en un orden cualquier persona sana, o, por el contrario, cuando no se
estricto, ni todas las personas pasan por todas ellas, o que expresa abiertamente, adopta la forma de irtitabilidad y la
muchas personas reviven mas de una etapa. A pesar de amargura. Esta etapa es una de las mas dificiles para la
En este sen
todas estas limitaciones, esta teoria presenta una descrip- familia y amigos, ya que pueden sentir que el paciente les Hegan a manif
cién fenomenoldgica detallada de muchos de los senti- est culpando de estar sanos. En este sentido, entender que su vida om
mientos y pensamientos que emergen ante la evidencia de ese enfado no va dirigido contra ellos sino con su destino, faccién en
la muerte (Taylor, 2007). puede facilitar la convivencia, ya que el enojo puede ir mente en el
La negacién suele ser la reacci6n inicial de una féciimente dirigido a cualquier persona cercana, especial- personal (de
persona al recibir un diagnéstico de una enfermedad mente a aquellas con quienes el paciente no considere
terminal. Se trata de una estrategia de afrontamiento que necesario ser educado o amable.
tiene como resultado la evitacién de las consecuencias La negociacién es la tercera etapa propuesta por esta
que supondrfa asumir la enfermedad que se padece. En autora. En este momento, algunos pacientes hacen cabalas
este momento, las personas acttian come si la enfermedad intercambiando buen comportamiento por buena salud.
no fuese tan grave, como si fuese a desaparecer 0 como
si nada de Jo que est4 ocurriendo tuviera implicaciones
Son personas creyentes que buscan un pacto con Dios. La
implicaci6n en acciones caritativas o la complacencia
para el futuro. En estos casos, se suele pensar que el pueden ser signos de esta etapa.
diagndéstico ha sido erréneo o esté confundido. Para la
mayoria de las personas este estado puede durar unos
La depresién aparece cuando el paciente va apren-
diendo que poco o nada se puede hacer para evitar el de-
#
dias. La negacién es un proceso normal e, incluso, a sarrolio de la enfermedad. Esta etapa puede coincidir con
corto plazo puede ser itil y protector, ya que permite a
la persona no exponerse de forma abrupta a una situacion
el agravamiento de los sfntomas, con una importante sen-
sacién de cansancio y dificultad para escapar del dolor y
muy dificil. Sin embargo,
si la negacién se mantiene a el malestar.
largo plazo, las consecuencias suelen ser muy negativas La aceptacién puede ser el estadio final del proceso.
en Ja medida en que la persona ser incapaz de hacer
frente a las implicaciones de una nueva situaci6n, que
En este momento, el pensamiento nada agradable de la
muerte ronda la mente del paciente pero, al mismo tiempo,
requiere tomar importantes decisiones. le proporciona un cierto estado de tranquilidad y paz.
E] enojo suele comenzar con la pregunta gpor qué a Algunas personas, entonces, son capaces de dejar sus
mf? y continda con todas las comparaciones posibles con cuestiones personales arregladas y despedirse de la fami-
aquellos que, estandoen la misma situaci6n, tuvieron un lia y amigos.
© Ediciones.
| 203
4
Cancer it
Desde esta perspectiva, la comunicacién del adecuarse al estilo personal del paciente. Tal y
diagnéstico tendré un efecto mds 0 menos positivo
en funcién del qué, cémo y cudndo se comunique
como se
ha destacado, hay personas que no quieren
saber nada sobre su enfermedad, y viceversa. Mien-
dicha informacién (Cruzado y Olivares, 1996). En tras que en el primer caso una insistencia excesiva
cuanto al qué o contenido de la informacién, estos
autores destacan que deberfa incluir: el diagnéstico
puede generar un mayor malestar en
el
paciente, en
el segundo se deberfa ser suficientemente extenso
de la enfermedad las caracteristicas clinicas del en la informacién para evitar que el paciente siguie-
cancer, el tipo de sistema diagndéstico que se va a
utilizar (analitica, biopsia, etc.) y las modalidades
se indagando por su cuenta. Finalmente, se ha de
insistir, de un modo realista, en las posibilidades
de tratamiento que se van a aplicar, ademas de sus de tratamiento y las elevadas tasas de recuperacién
efectos secundarios (alopecia, nduseas y vémitos, etc.) existentes en la actualidad, ademas de destacar el
y las medidas paliativas disponibles para hacer papel que el comportamiento del propio paciente
frente a los mismos.
En cuanto al cémo y cudndo presentar la infor-
juega en su recuperacién. No se trata de alentar
expectativas desproporcionadas, sino suministrar la
macién se han subrayado los siguientes aspectos informacién adecuada a cada paciente enparticular
(Couuzijn et al., 1990; Cruzado y Olivares, 1996). para conseguir una mejor adaptacién a la enferme-
La informacion debe darse gradualmente en funcién dad largo plazo,
de la fase del proceso asistencial en que la persona Font (2003), en un estudio sobre la eficacia de
se encuentra. Demasiada informacién puede con- Jas intervenciones psicoldgicas en el cancer, obser-
fundir al paciente, maxime en aquellos momentos va que no se han mostrado suficientemente los
en que su capacidad para atender y comprender la efectos de las intervenciones informativas a nivel
misma no es la 6ptima. Superar el cAncer supone de conocimiento sobre la enfermedad y su trata-
un largo proceso que implica momentos tan distin- miento. Ni se conoce con detalle qué pacientes
tos comoel diagnéstico, 1a cirugia o la quimiotera-
pia, por ello la informacién deberd ir detallandose
quieren ser informados ni hasta qué punto debe
profundizarse en la informacién. Sin embargo, las
en cada momento del proceso. Por otra parte, la intervenciones informativo-educativas si logran
informacion debe ser congruente desde todas las efectos positivos en el campo afectivo.
instancias, de tal manera que debe ser dada al pa-
ciente y a los miembros de su entorno la
ademés, todo ello supone una buena comunicacién
vez y, 6.2. Intervencidén psicolégica
sobre los efectos negativos
entre los doctores y otros profesionales sanitarios
para evitar, en lo posible, contradicciones 0 expli-
caciones diferentes del problema. No se debe olvi-
de Ia enfermedad
y de! tratamiento
las
Junto al incremento de tasas de supervivencia
dar que en situaciones tan dificiles como ésta las de los pacientes oncolégicos, en la actualidad se
personas escuchan aquello que quieren ofr y tienden presta cada vez mds atencién a su calidad de vida.
aseleccionar determinados fragmentos de la infor- Esto se debe, en parte, a los datos que ponen de
maci6n, por lo que cualquier divergencia, por pe- manifiesto et impacto emocional negativo que para
queiia que sea, siempre puede ser mal interpretada las personas tiene el diagndstico de la enfermedad
(Abizanda, Bernat, Ballester et al., 2008). En tercer y las consecuencias fisicas y psicolégicas de los
lugar, /a informacion sobre la naturaleza, evolucién tratamientos utilizados. Dichos problemas no sélo
y pronéstico de la enfermedad ha de ser dada por aparecen en el transcursodel tratamiento, sino que
el médico, aunque los aspectos psicosociales (rela- pueden persistir en la fase libre de tratamiento
cionados con los vémitos, con la imagen corporal, durantela cual pueden aparecer, incluso, otros nue-
etcétera) han de ser tratados, bien por el psicdlogo, vos.
bien por otro paciente que ha pasado por la
situacién. Por otra parte, la informacién ha de
misma En
esta linea, diversas investigaciones han pues-
to a prueba distintos programas terapéuticos para
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Cancer | 205
tratar de paliar esas dificultades. Tres de los pro- Por
su parte, Jacobsen, Meade, Stein etal. (2002)
los
blemas mds comunes que presentan los pacientes desarrellaron un programa autoaplicado para
oncolégicos y acerca de los que detallaremos ca- pacientes sometidos a quimioterapia. La intervenci6n,
racteristicas y alguna de lasintervenciones propues- ademas de proporcionarles material escrito y audio-
tas son:la depresién, 1a fatiga y el dolor (Fernéndez, visual, incluyé técnicas de desactivacién como la
Padierna, Amigo et al., 2006; Faul y Jacobsen, respiracién abdominal, el entrenamiento enrelajacién
2012). muscular progresiva y autoinstrucciones. Los parti-
Los sintomas depresivos no s6lo empeoran la cipantes tenian la oportunidad de entrevistarse con
calidad de vida de los pacientes, sino que dificultan el clinico que evaba el programa antes del inicio de
cada sesién de quimioterapia para aclarar dudas y
Ja adhesi6n al tratamiento y prolongan el periodo
de hospitalizacién (Prieto, Blanch, Atala, Carreras, para alentarle a poner en practica esas técnicas. En-
Rovira y Cirera, 2002). Las posibles causas de Ja tre otros, los resultados mostraron menos signos de
depresién en este contexto incluyen desde la exa- depresién en el grupo experimental que en el grupo
cerbacién de problemas psicolégicos preexistentes control que recibié el cuidado habitual.
hasta Ja reaccién a un diagnéstico que potencial- La fatiga, entendida como una sensacién subje-
mente amenaza la vida, pasando por la
recurrencia de sintomas desagradables como el
presencia o tiva de cansancio permanente, adquiere en el pa-
ciente oncolégico una dimensién particular, ya que
dolor. No es de extrafiar, entonces, que la depresién
se asocie de manera significativa con la mortalidad
es vivida como
después de
la incapacidad de recuperarse aun
periodos prolongados de descanso y
por cfncer (Pinquart y Duberstein, 2010). Las cifras suefio. Ademéas, suele ser uno de los elementos que
de prevalencia que obtienen los distintos estudios més condiciona la vida cotidiana del paciente y
varfan ampliamente debido a las distintas caracte- afecta a todas las dimensiones del comportamiento.
risticas de muestras analizadas y los propios méto- Entre un 75 por 100 y un 100 por 100 de los pa-
dos de evaluaci6n. No obstante, se podria afirmar cientes sometidos a quimioterapia o radioterapia
que entre un 20 por 100 y un 29 por 100 de los sufren fatiga, que puede persistir varios meses des-
pacientes sufrirdn sintomas depresivos en algin
momento de la enfermedad oncolégica (Rhondali,
pués de la finalizacién del tratamiento. Su causa
puede encontrarse en la propia naturaleza del tumor,
Perceau y Berthiller et al., 2012). en los efectos secundarios del tratamiento, en la
La intervencién psicolégica sobre esta proble- inactividad fisica o en el catastrofismo que algunas
mAtica ha sido muy diversa y su eficacia, evaluada personas manifiestan en relacién a la enfermedad
conjunto a través del metaandlisis, se encuentra y que puede incrementar el nivel de estrés (Faul y
en debate (Jacobsen y Jim, 2008). Sin embargo, si Jacobsen, 2012).
se pueden encontrar la literatura investigaciones
en Kangas, Bovbjerg y Montgomery (2008) reali-
bien controladas que han permitido mostrar la efec- zaron un metaandlisis en el que han mostrado que
tividad de algunos programas terapéuticos en po- diversas intervenciones psicosociales (programas
blaciones oncoldgicas particulares. Trabajando con de ejercicio fisico y caminar y técnicas cognitivo-
un grupo de pacientes que presentaba un elevado conductuales) pueden ayudar a paliar este problema
estrés a causa de su enfermedad, Nezu, Nezu, Mc- de un modo clinicamente significative en muchos
Clure, Felgoise y Houts (2008) desarrollaron una pacientes. No obstante, se deberfa tener en cuenta
intervencin basada en el entrenamiento en resolu-
cién de problemas, ajustada a las dificultades pro-
que puesto que la fatiga suele concurrir con la an-
siedad y la depresién en el paciente oncoldgico, su
pias del cancer durante 10 sesiones. Los resultados abordaje deberia realizarse de modo conjunto
mostraron que los sujetos del grupo experimental (NCCN, 2010).
presentaban al final del tratamiento menos sfntomas Barsevick, Dudley, Beck et al. (2004) aplicaron
depresivos
de espera.
y de estrés que el grupo control de lista un programa de actividad fisica y de conservacién
de energia en tres sesiones a pacientes oncolégicos
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206 / Manual de psicologia de fa salud
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208 / Manual de psicologia de la salud
vida son
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