Capítulo 11

Acreditación: Una Meditación para el Cliente de Psicoterapia.

Acreditar, “ otorgar un derecho o un título… tener poder”. Winston Dictionary “…nombrar, designar”.
Merrian Webster Dictionary.

Introducción: Realicé este pequeño artículo como una plegaria o meditación dirigida a varios de mis
pacientes, como especie de tarea para que leyeran una o dos veces al mes, con la intención de crear
un vínculo a través del cual recordaran sus acreditaciones, derechos, privilegios que suelen olvidar a
pesar de meses de psicoterapia.

I. El mundo y mi persona amada: soy afortunado tengo al menos una persona en el mundo que se
preocupa por mí, mi padre, madre, esposa, etc., o mi terapeuta no es necesariamente mi amante pero
pienso en el o ella y es mi persona amada. Yo merezco ser amado por alguien que es importante para
mí, merezco que cuiden de mí. Mi persona amada es una metáfora del mundo ya que lo que percibo en
ella lo percibo en un bosque en una flor etcétera. Así como veo en mi persona amada sus luces y sus
sombras, veo en el mundo los peligros, la plenitud, la crueldad etc.

II. La naturaleza: tengo una relación recíproca con la naturaleza merece mi cuidado mi protección y
respeto, yo soy la naturaleza y ella está en mí. Disfruto de las montañas, del correr, de las flores, de la
lluvia, de las calles, las casas, los animales, los sonidos, etc., lo cual incrementa mi energía.

La naturaleza externa y mi propia naturaleza son una sola y están ahí para cuidarme, me merezco
expresar mi propia naturaleza dentro de la naturaleza misma.

III. Gente: Yo soy único e irrepetible entre millones de seres, a los cuales respeto siempre y cuando
sean respetuosos conmigo, evitó a la gente que es nociva para mí cuido y me gusta que me cuiden,
complazco y quiero ser complacido le pertenezco y me pertenecen, porque pertenecemos a este mismo
mundo. No soy superior a nadie ni nadie es superior a mí, me merezco ser amado, abrazado besado,
hay una reciprocidad con toda la gente.

IV. Trabajo: ¿Cómo sé que mi trabajo no es sólo un empleo? porque mi trabajo y yo somos amigos,,
somos uno, me encanta mi trabajo, me entusiasma, me estimula, me de energía, placer, me expreso a
través de él, me da dirección en la vida, me hace crecer, entrego mi corazón y mi alma en lo que hago y
además las personas a las que sirvo me remuneran y merezco esa remuneración, a través de la cual
cuido de mí mismo y dde mi familia, no necesito menospreciarme ni rebajarme o enaltecerme para
merecer respeto, simplemente necesito mostrarme tal como soy, como trabajador, como amigo, como
padre, etcétera.

V. Parientes: los padres nos conciben, nos aman, nos crían lo mejor que pudieron, al igual que nuestros
padres, nuestros hermanos, primos, etcétera, no están para hacernos felices ni para cumplir nuestras
necesidades, inclusive a veces pueden lastimarnos profundamente y nosotros a ellos y a pesar de ello
sentimos la añoranza de volver a los brazos de nuestros padres, a nuestras raíces para sentirnos
queridos, aceptados y reconocidos. Yo debo aprender a tomar lo mejor de mis padres y expulsar lo que
no encaja o me hace, establecer límites, afirmar mi propia identidad, a no depender de ellos para que
me afirmen, aprender a separarnos a independizarnos. Yo tengo compasión hacia mis padres al
amarme a mí mismo aprenderé a perdonarlos por el daño que me hayan hecho de manera indirecta,
mis padres tuvieron éxito al haber criado a una persona que es capaz de sentir compasión y de
perdonar, una persona completa que encaja en este mundo capaz de dar y darse a los demás, que
sabe recibir, yo merezco ser amado por mis padres, por mi familia y si no es así yo puedo valerme por
mí mismo en el mundo lleno de gente, en su gran mayoría gente buena, yo satisfago a los demás y
ellos me satisfacen a mí, en este dar y recibir se convierte en realidad la confianza, el respeto y el
cariño, yo merezco superar esta etapa de resolución y de paz con respecto a mis padres y en mi propia
generación realizar un buen trabajo como padre, como guía de otras personas.

VI. Sobre ser una víctima: me victimizo por los pocos momentos de fortuna y privilegio que he tenido en
mi vida, como si el mundo no estuviera dispuesto a apoyarme para hacer yo mismo, pero a medida que
veo la luz a través de la terapia esta etiquete de víctima se convierte en un estorbo, a pesar de ello me
siento tentado a culpar a los otros por mi falta de energía e impulso interior, me enfoco en los errores de
los demás culpabilizándolos de no ayudarme como yo quisiera, nadie es capaz de hacerme bien, nadie
es capaz de entenderme y ponerse en mis zapatos. El “si hubiera” es parte de mi discurso diario, ahora
me doy cuenta que a través de los años se han convertido en la expresiones de remordimiento siendo
escudos de protección y de protesta en contra del mundo cruel. Hoy en día lo que quiero es vivir la vida
encontrando lo que es suficientemente bueno para mí y vivirlo con placer, dejar caer mi caparazón de
dolor, tengo el derecho de encontrar la bondad qué mi dolor ha generado para soltarlo y reivindicar el
poder que he proyectado hacia otras personas, yo soy capaz de obtener lo que necesito y lo que deseo
del mundo para dejar de sentirme como víctima, debo asumir mi responsabilidad y dejar de victimizar a
otras personas al hacerlas sentirse impotentes y estúpidas, a diferencia de los que abusaron de mí yo
me comprometo a cuidar, amar, a enseñar, en lugar de golpear, oprimir o intimidar a los demás, tengo
derecho a despojarme de mi victimismo y portar con gracia mi fortaleza.

Me merezco disfrutar de esta vida, participar de la naturaleza y de la gente, realizar el trabajo que me
encanta y sentirme pleno en mi trabajo y ser debidamente remunerado por mis esfuerzos pagándome lo
justo, utilizando mi dinero para vivir plenamente, me siento feliz de haber nacido, de estar vivo y de
tener esperanzas de una mejor vida. Tengo derecho a estar enojado por no haber recibido todo lo que
quería de mis padres, pero no me da derecho a herir a los demás, haré un esfuerzo por considerar
todos los factores que implican las acciones de las personas y por reconocer la bondad y luchar contra
la maldad que hay en el mundo.