Está en la página 1de 5

Reseña del texto La Comunicación -

Mundo de Armand Mattelart


Marco Agustín Malpica Rivera
Doctorado en Comunicación,Universidad Veracruzana
Ponencia

Introducción

El estudio sistematizado que hace Armand Mattelart sobre la historia de la


comunicación en el mundo, se enfoca principalmente a los países protagonistas que
promovieron nuevas pautas de lo político, económico, social y lo cultural, mediante
estrategias militares de confrontación, así también, la delimitación que hace en un
terreno fértil de estudio en los procesos de incorporación de infraestructura tecnológica
y en la diversidad de la toma de decisiones; esto, me permite reflexionar la manera en
que heurísticamente, adopta el autor por un camino metodológico que abre la
posibilidad de aproximarse a un objeto de estudio de comunicación, tomando en cuenta
categorías importantes, tales como las estrategias bélicas, la aparición de medios,
etapas, hechos, acontecimientos, personajes, aportaciones, formas de representación de
lo social, las estrategias psicológicas, ideologías, las ideas sobre el progreso, el concepto
de la globalización, el contexto de lo internacional – lo nacional y – lo local, la relación
estado – medios – sociedad, la cultura de masas, la industria cultural, mediaciones y
mestizajes.
Por consecuencia, si hablamos de una historia de la comunicación, considero que uno de
los representantes en este estadio, es Mattelart (quizás Castells, en su análisis teórico
sobre la Era de la Información), ya que muy pocos investigadores de la comunicación,
se han abocado a la tarea de sistematizar información, desde una perspectiva macro que
nos permita tener una visión de lo diacrónico respecto a la comunicación y su
imbricación teórica – histórica, de tal forma, que nos sitúe en el papel sincrónico que
actualmente desempeña ante la dialéctica que envuelve por un lado, a la sociedad en
relación con las nuevas tecnologías, y por otro, al concepto de sociedad y globalización.

La aparición de las redes técnicas


Al inicio de la modernidad, durante el siglo XVIII, se desarrollaron eventos de suma
importancia que llegaron a florecer en el siglo XIX, es por esta razón que se presenta la
necesidad de ir describiendo parte de la contribución que el autor realiza en este
proceso.
En Francia se instala el primer sistema de telecomunicaciones - término que habrá de
esperar hasta principios del siglo XX para ser acuñado por un ingeniero francés de
Correos y Telégrafos y que será ratificado internacionalmente en 1932. El origen de este
sistema, que se apunta una primera victoria sobre el tiempo ye el espacio, está en el
telégrafo óptico o aéreo, también llamado telégrafo de brazo, inventado por Claude
Chappe. Aprobado por la Convención Nacional, el primer enlace de telegrafía aérea,
que consistía en la transmisión de señales mecánicas repetidas de puesto en puesto, se
instala entre París y Lille en 1793 (Mattelart, 1996, p: 25).
La descripción de este acontecimiento, redefine otras estrategias de intercambio de
información, donde entran en juego dos categorías, anteriormente citadas por el autor,
que son de gran relevancia, como el tiempo y el espacio, éstas siempre están
dinamizando otros saberes, experiencias y formas de comprensión y entendimiento, aún
por encima de los procesos de dominio que han ejercido las clases políticas de los países
que han protagonizado el devenir de nuevos acontecimientos. Luego entonces, la
telegrafía de Chappe, se incorpora a las necesidades inmediatas de su país natal, el
primer uso de este invento tendrá pues fines militares, así, durante 50 años, el telégrafo
óptico fue financiado por subvenciones del ministerio de la Guerra y del Interior y
mediante la Lotería Nacional.
Asimismo, en 1790, la Comisión de pesas y medidas adopta el sistema métrico que puso
fin a la diseminación de los pesos y medidas utilizados en el país. Habrá que esperar, no
obstante, a los años de la década de 1840 para que el metro y el kilogramo se conviertan
en obligatorios, puesto que la población rechazó, durante mucho tiempo, esa
unificación. A finales de siglo, esta reforma francesa se habrá internacionalizado en la
mayoría de los países de la Europa continental y de América Latina ; Inglaterra, Estados
Unidos, Rusia y Japón se negarían a aceptarla. Transcurrirían más de 150 años entre sus
adopción por Francia y la adhesión de Inglaterra. El metro será medida de lo universal.
En cambio, la reforma del calendario, aquella tentativa de dominar el tiempo, sería un
fracaso (Mattelart, 1996: p. 27). Más adelante el modelo de organización de la
herramienta estadística propuesto por Quételet se convertirá rápidamente en la
referencia para la implantación de servicios de estadística general. Desde este punto de
partida, el autor nos refleja de los sistemas de comunicación e información que entraban
en competencia entre las grandes naciones, que ya para ese entonces, discutían por la
primacía de la nueva tecnología que se iba convencionalizando en occidente.

El Gabinete Negro
A lo largo de la prehistoria de la modernidad postal, el temor a la conspiración –
nacional o internacional – obsesionó a los gestores de las redes. Esta psicosis dio origen
en Francia al Gabinete negro, ese despacho de la oficina de correos, creado bajo el
reinado de Luis XIII, donde se violaba el secreto de las cartas. Los memoriales de
agravio de 1789 denunciarían esta práctica como “una de las más absurdas y una de las
más infames invenciones del despotismo”. Esta institución del Gabinete negro hará
estragos por todas partes y permanecerá en vigor mucho tiempo después del
reconocimiento oficial del derecho del ciudadano al secreto de su correspondencia
(Mattelart, 1996: p. 30) En este periodo, podemos analizar como los sistemas de
información eran manipulados por la clase en el poder y de alguna forma se convertían
estas acciones en estrategias de guerra y de dominio, llegando a perfeccionar el
Gabinete negro en algunos países, como en el caso de la sociedad Rusa de los zares,
especialmente el de San Petersburgo.
En el alba del siglo XX, el sistema de las subvenciones a las empresas de servicio
marítimo postal es norma habitual en la mayoría de los países. Ninguna de las líneas que
realizan este servicio está en medida de subsistir sin esta aportación del Estado, ya sea
en Francia, en Estados Unidos e incluso en Inglaterra, a pesar de los poderosos recursos
de su flota comercial. La información se transforma en cosa de especialistas y su
complejidad reclama la competencia de analistas preocupados en prever la coyuntura.
En este advenimiento de complejidades se dio una función de trilogía de medios para no
provocar incertidumbre en los sistemas comerciales de ese entonces (1888), la
simultaneidad de eventos entre la prensa escrita, la navegación a vapor y el telégrafo.
La era del hilo
En 1885 se crea la American Telegraph and Telephone (ATT) que, progresivamente, se
convertirá en la casa matriz del sistema Bell. Durante cerca de 80 años, ATT logrará
conservar su cuasimonopolio privado sobre las redes de telecomunicación de Estados
Unidos. Habrá que esperar a la marjada de la desreglamentación, a comienzos de los
años ochenta, para asistir a su desmonopolización.
En 1881, la red norteamericana cuenta con 123 000 aparatos, Londres no tiene más que
1100 abonados, mientras que Francia en 1888, cuenta con 5800 aparatos, o sea, el 70 %
de parque de las diez primeras ciudades francesas. A finales del siglo XIX, Estados
Unidos, pues, lleva clara ventaja, con un promedio de un aparato por cada 60 habitantes.
En 1901, el italiano Guglielmo Marconi explota el descubrimiento sobre la propagación
de las ondas electromagnéticas y, con el apoyo de compañías armadoras y de grupos de
prensa, logra establecer la primera transmisión trasatlántica de telegrafía sin hilo
(Mattelart, 1996: p. 37).
A pesar de esta invención los países de Europa occidental tendieron su cableado para
efectuar comunicaciones marítimas, principalmente con el objetivo militar, donde
Inglaterra tenía un pleno dominio de redes de información durante la primera guerra
mundial, por tanto, era de considerar que la carrera por mantener una comunicación
eficiente de estrategia militar estaba en juego.
Otras de las tecnologías que se fusionaron para desarrollar estrategias imperiales, fueron
el telégrafo y el ferrocarril o el caballo de hierro como lo bautiza Mattelart, éstas
tuvieron auge en el último cuarto del siglo XIX y a principios del siglo XX.

Primeros Géneros de la cultura de masas


La agencia Havas – antepasada de la Agence France Presse (AFP) – se funda en 1835,
la alemana Wolf en 1849 y la británica Reuter en 1851. La agencia norteamericana
Associated Press (AP) inicia su historia en 1848. Pero sólo las tres europeas nacen como
agencias internacionales. Con el cambio de siglo, la norteamericana se interna en esta
vía.
Se puede decir que el auge de los grupos multimedia comienzan en este momento, ya
que se da una combinación entre información y publicidad. Es así como dichas agencias
tienen que enfrentar los condicionamientos de censura, hasta lograr una prensa más
libre, y por ende, su posterior reglamentación
Para 1895 se empieza a desarrollar el ámbito de la cinematografía donde se prepara el
primer gran proceso de internacionalización de la naciente cultura de masas, donde sus
principales protagonistas fueron Francia, Alemania, Londres, Bruselas y Nueva York,
cuestión, que más adelante el corporativo Hollywood tendrá que ver con la expansión,
bajo el formato del cine de evasión.
Para 1870, la participación de Europa en la red mundial era de un 50 %,
aproximadamente; Quince años más tarde, América, con 265 000 km., precedía a
Europa (202 000), Asia (24 000), Oceanía (14 000) y África (en torno a 7 000)
(Mattelart, 1996: 49)
El ferrocarril no tan sólo se empleo como una vía de transporte, sino que fue sinónimo
de colonialismo, es decir, se extendieron redes ferroviarias en el territorio de la India,
así como el de África y Asia, con la finalidad de permitir el acceso hacia otros
territorios que controlar por parte de dos potencias europeas, la Alemania e Inglaterra.
Durante la primera guerra mundial sostuvo un pleno dominio sobre este medio de
transporte, el gobierno británico, al menos en la región europea y con ciertas conexiones
al país de Chile y Brasil, imperando en un predominio global sobre tecnologías que eran
complementarias a los sistemas ferroviarios, como el telégrafo y el teléfono.
La Guerra
El concepto de guerra se ha distinguido con la aparición de los medios de transporte y
de comunicación masiva durante la primera guerra mundial, así como la segunda, la
revolución industrial y ahora la revolución electrónica, emprendida por los
norteamericanos. Sin embargo, cada una de la etapas de la historia va develando los
rostros de los protagonistas que intervinieron para ir comprendiendo mejor este
fenómeno ahora global, por ejemplo en Francia, Inglaterra y Alemania, se propició el
desarrollo de las fuerzas del espíritu humano, la moral, la ciencia y la industria, no
obstante, que en el territorio estadounidense, se convierte en la sede de muchos
descubrimientos y de corrientes teóricas, con base en su política histórica de
inmigración, todo ello se involucra para que la nación norteamericana anuncie la
revolución electrónica.
La guerra tiene estrategias y una de ellas es la mediática. Y el autor sitúa a la guerra del
golfo pérsico como la guerra de la comunicación, uno por el lugar que ocupa la
información, censurada bajo un control militar en donde autorizaban equipos de prensa,
se controlaban los rodajes, se revisaba y se suprimía cualquier información sensible.
Otro porque fue considerada como la guerra de las tres C (Control, Command and
Comunication intelligence). Es decir de la puesta en escena que hizo el ejército de la
fuerza aérea, se obtiene una representación: El triunfo de los armamentos inteligentes.

El Progreso
El rumbo es iniciado por Shanon y Weber, Norbert Wiener, Ithiel de Sola Pool, Wilbur
Schram y su representación ante los proyectos de comunicación de masas ante la
UNESCO, hasta llegar a los contemporáneos de los bits, como Vinton Cerf, Robert
Lawrens, Tim Berneers Lee y otros.
Cabe hacer un paréntesis en esta carrera por la tecnología digital, donde Wiener da su
punto de vista sobre el deber ser de la utilización de los medios tecnológicos, “este
sistema que debería contribuir, más que cualquier otro, a la homeostasis social ha caido
directamente en las manos de quienes más se preocupan por ese juego del poder y del
dinero” (Mattelart, 1996: p. 200)
La prensa se distinguió con el manejo de la propaganda en la primera guerra mundial, la
radio en la segunda guerra mundial, y de ahí, se da el comienzo de los estudios de
comunicación a partir de los estudios de persuasión y audiencia del sociólogo Paul Félix
Lazarsfeld y Eliu Katz, Leo Lowental, Harold Laswell, definiendo con ello el concepto
de hombre moderno, posteriormente, esto dio pie a .que los politólogos obtuvieran
modelos de desarrollo político, estableciendo así un sistema capitalista de orden entre lo
urbano, la alfabetización, la exposición al medio y la participación al voto.
Mientras tanto, en la América Latina se ve envuelta en un proyecto de modernización,
mediante el Plan Marshall, en donde sus efectos concretos se hicieron sentir en tres
áreas: la planificación familiar, la innovación en el campo y las nuevas tecnologías
educativas, proceso en el que los medios de comunicación desempeñaron un papel
protagonizante.
Surge el difusionismo, aunque es un replanteamiento de las teorías difusionistas ligadas
a la etnología clásica del siglo XIX y el difusionismo alemán en el que se incluyen
trabajos a Ratzel, y el inglés Rivers, Elliot Smith, J Perry (Mattelart, 1996: p. 229).

La cultura
Los críticos de la cultura de masas - y con ellos, la mayoría de los intelectuales
contestatarios en todas las latitudes, hasta los años setenta – han abordado hasta
entonces el proceso de industrialización de la cultura. La primera teoría, nacida a finales
de los años cuarenta, es obra de la Escuela de Frank furt, y más concretamente de
Theodor Adorno y Max Horkheimer, dos filósofos alemanes, exiliados en Estados
Unidos para escapar del nazismo. De lo que, de hecho, fue la primera confrontación
teórica entre la cultura europea de la Luces y la cultura de masas producidas para
millones, surgió el concepto de industria cultural (Mattelart, 1996: p. 270).
Podemos subrayar que los estudios culturales que se empezaron a desarrollar en la
América Latina, durante la década de los sesenta y los setenta, por parte de
investigadores de la comunicación, algunos trabajos han estado inspirados en la
influencia de los estudios culturales iniciados en la Inglaterra, sin embargo, también
existieron fuertes tendencias al trabajo de los estudios culturales, basados en el enfoque
marxista de la escuela de Frankfurt. De ahí que este frente teórico tenga un
acercamiento más metodológico para abordar nuevos estudios sobre categorías más
universales, como en el caso de la globalización que permea una reconstrucción de lo
social, lo internacional, lo nacional y lo local, desde luego, y su implicación, con otra de
su misma naturaleza, como son las nuevas tecnologías

También podría gustarte