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VENEZUELA 1999

Un golpe de Estado moderno, implementado desde el


Estado mismo mediante vías de hecho: una estrategia de
fraude continuado planificada y en desarrollo
permanente.

Por Marisol Sarria Pietri 1

SUMARIO

Introducción I. La estructura fundamental de la estrategia


planificada y los actos de mayor relevancia a los fines de su
aplicación inicial II. Conclusiones

Introducción

El presente trabajo constituye una síntesis fundada en una


investigación documental histórica y cualitativa y de
ordenación cronológica iniciada por quien escribe en 2003,
por la cual, con el apoyo de técnicas de análisis de
contenido, interpretación legal, inducción y síntesis, se logró
determinar la existencia anterior a 1999 y su aplicación en
Venezuela, de una estrategia planificada para la toma del
control de todos los poderes públicos, encubierta y
mediatizada por la designación y actuación de una Asamblea
Nacional Constituyente, con el objeto de darle a tal fraude,
1
Abogada graduada Summa Cum Laude en 1978 en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica Andrés
Bello; especialista en Derecho Mercantil, Summa Cum Laude curso 1997-99, Universidad Católica Andrés
Bello; Actual doctorando en Derecho Universidad Católica Andrés Bello; Profesor Facultad de Derecho
Universidad Católica Andrés Bello.
fraguado desde el Estado mismo, la apariencia de
legitimidad política mediáticamente requerida. Otra
investigación de quien escribe, estableció́ que, logrado el
primer objetivo al cual se refiere este trabajo y mantenidos
sus resultados mediante vías de hecho, se aplicó otra
estrategia flexible, tenaz y exitosa, con miras a estructurar el
control del sistema electoral con el objeto de establecer una
dictadura electoral.

I. La estructura fundamental de la estrategia planificada


y los actos de mayor relevancia en Venezuela, a los fines
de su aplicación inicial.

La estructura de la estrategia partió de una preparación que


incluyó introducir en el pensamiento de la ciudadanía, la idea
de la conveniencia de instalar un proceso constituyente y
adecuar las vías legales, inexistentes en Venezuela, que
permitieran iniciar ese proceso, una vez que sus promotores
tuvieran acceso al poder por las vías legalmente permitidas,
es decir, en el caso venezolano: elecciones.

Es así que, en Venezuela, partir de 1993, después de la


ocurrencia del proceso constituyente colombiano de 1991, y
del golpe militar venezolano del 4 de febrero de 1992, se
comenzó́ a hablar de cambios constitucionales por la vía de
una asamblea nacional constituyente, no obstante que la
Constitución de 1961, entonces vigente, reservaba al Poder
Legislativo toda modificación del texto constitucional. El
proceso de "inducción" al público hacia la instalación de una
asamblea constituyente se desarrolló de modo similar a cómo
se había hecho en Colombia en 1990 y 1991 e incluyó foros
para presentar el tema, sin aclarar, por supuesto, el verdadero
objetivo subyacente: que tal proceso constituiría un medio
para tomar el poder y eludir la separación y el control y
equilibrio de los poderes públicos.

En Venezuela profesores españoles 2fueron invitados a dar


conferencias sobre el tema y mas tarde en 1999, invitados a
asesorar sobre el proceso constituyente.

Una vez electo presidente Hugo Chávez - sin mayoría en el


Congreso de la República- la estrategia planificada de
antemano, comprendía convocar una Asamblea
Constituyente fijando el Poder Ejecutivo, por cualquier
medio de apariencia legal, las Bases Comiciales para
“delegarle” - a la Asamblea- el pueblo, autoridad de
soberanía (poder originario) por encima de la Constitución,
la ley y la doctrina pertinente, y/o en su defecto, tener
mayoría de los diputados que resultaren electos y, por este
medio, arrogarse la Asamblea misma poder originario. La
Asamblea Nacional Constituyente -poder originario-
"encarnaría" al Pueblo y sus actuaciones serían
“políticamente” indiscutibles, aunque jurídicamente no hay
realmente ninguna delegación de poder originario. El poder

2
Roberto Viciano Pastor y Ruben Martínez Dalmau
originario que es la soberanía misma es, en realidad,
indelegable.

La Constitución de 19613 vigente en Venezuela hasta


diciembre de 1999, definía el tipo de Estado como una
democracia representativa y tal era el sistema político
legalmente imperante que, en opinión de quien escribe, se
había constituido en la práctica, en un sistema bipartidista
exclusivo y excluyente que había negociado a conveniencia
de intereses partidistas o de sus lideres, las instituciones
jurídicas. Ya no sistémica que se presentara en el juego
político, era aniquilada por vías de hecho.

La población estimaba que la concentración del poder


político en los dos partidos dominantes favorecía el ejercicio
ilegitimo y abusivo del poder, el incremento de la corrupción
administrativa y la carencia o mala implementación de
políticas tendientes al mejoramiento de oportunidades de las
clases desposeídas. Algunos consideraban que el creciente
control estatal de la economía que se había iniciado en 1961
con la suspensión de la garantía económica prevista en la
Constitución vigente desde ese mismo año- aunado ello a
que en las constituciones venezolanas desde la
independencia se contempla que el Estado es el propietario
del subsuelo, es decir, de sus minerales- era la causa de un

3
Constitución de la República de Venezuela de 1961 (Gaceta Oficial de la República de Venezuela
n° 662 extraordinario de 23 de enero de 1961)
sector privado poco desarrollado y una economía de grandes
desequilibrios.

Desde la nacionalización de la explotación petrolera en la


segunda mitad de los años 70, el Gobierno disponía en
exclusiva de los fondos provenientes de tal actividad, que era
la actividad productiva de renta mas importante en
Venezuela.

El proceso venezolano de 1999, se convocó- como había ya


sido el colombiano- fuera de la constitucionalidad formal
entonces vigente en Venezuela y en Colombia, que no
preveía cada una, en ninguno de los dos países, una
Asamblea Constituyente como órgano de cambio
constitucional.

La Constitución venezolana de 1961, establecía el modo de


su reforma o enmienda por el órgano del Poder Legislativo
bicameral. No preveía la creación de Asamblea
Constituyente como órgano de modificación constitucional
ni estaba admitido por la doctrina nacional que algún órgano
pudiera auto-arrogarse carácter “originario”

Hugo Chávez Frías, fue electo presidente de la República de


Venezuela en 1998 e inició su mandato en febrero de 1999,
teniendo como primer propósito, la convocatoria de una
Asamblea Nacional Constituyente.

El 10 de enero de 1999, creó una “Comisión Presidencial


Constituyente”, que, en su primera reunión, recomendó́
iniciar el proceso constituyente mediante un Referéndum
Consultivo, figura de creación reciente en el sistema legal
venezolano, en la Ley Organica del Sufragio y Participación
Política dictada por el Congreso de la República con
representantes mayoritarios de los partidos Acción
Democrática, Partido Social Cristiano COPEI, y Movimiento
al Socialismo (MAS) y promulgada en diciembre de 1997.

Un pequeño sector técnico había propuesto hacer una


modificación constitucional que sirviera de fundamento para
iniciar un proceso constituyente sin infringir la normativa de

la Constitución de 1961.4 pero la Ley Orgánica del Sufragio


y Participación Política dictada por el Congreso de la

República y promulgada en Diciembre de 1997- año anterior

a la elección de Hugo Chávez- que modificó

substancialmente el sistema electoral venezolano

transformándolo en automatizado- había, también,

establecido por vez primera en la legislación venezolana, el

referéndum consultivo.

Privó la posición de los afectos al Polo Patriótico-


denominación de la alianza gubernamental- y otras

4
“Los candidatos presidenciales ante la academia” ciclo de exposiciones. Presentación y
organización de la edición: Brewer –Carias. Allan R. Anauco Ediciones C.A. Caracas, 1998.
izquierdas, que fue la solución similar a lo que ocurrió́ para
1978, toda oposición

en el proceso colombiano. Se inició el proceso cuando se


interpuso ante la Sala Político Administrativa de la otrora
Corte Suprema de Justicia, un recurso de interpretación
respecto al artículo 181 de la entonces vigente Ley Orgánica
del Sufragio y Participación Política en concordancia con el
artículo 4 de la Constitución de 1961, a los efectos de que,
por interpretación constitucional, se subsanara el vacío
regulatorio relativo a la posibilidad y modos de convocatoria
de una Asamblea Constituyente.

En dicho recurso, el 19 de enero de 1999, la Sala Político


Administrativa de la ahora extinta Corte Suprema de Justicia

determino5 "que el alcance del referéndum consultivo


consagrado por el artículo 181 de la Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política, ... omissis... es que a
través del mismo puede ser consultado el parecer del
cuerpo electoral sobre cualquier decisión de especial
trascendencia nacional distinto a los expresamente
excluidos por la propia Ley Orgánica del Sufragio y
Participación Política6 en su artículo 185, incluyendo la
relativa a la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente”

5
Sentencia de la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, de 19 de enero de
1999, caso Fundahumanos

6
Dictada la citada decisión de 19 de enero de 1999, el
presidente, Hugo Chávez Frías, en la Gaceta Oficial de la
República N° 36.634 de 2 de febrero de 1999, hizo
promulgar el Decreto N°3 , mediante el cual ordenó la
realización de un referendo “para que el pueblo se
pronuncie sobre la convocatoria de una asamblea nacional
constituyente”, y solicitó, en clara incongruencia con el
régimen de democracia directa y participativa que decía
promover, la delegación popular en su persona, del poder de
fijar las bases comiciales.

En efecto, la segunda de las dos preguntas allí́ contempladas


y que se debían votar en bloque, señalaba: “Segunda:
¿Autoriza usted al presidente de la Republica para que,
mediante un Acto de Gobierno fije, oída la opinión de los
sectores politicos, sociales y económicos, las bases del
proceso comicial en el cual se elegirán los integrantes de la
Asamblea Nacional Constituyente?” lo cual, como es de
observar, no limita en absoluto al autorizado respecto del
contenido de las dichas bases comiciales. El Consejo
Nacional Electoral secundó el Decreto Presidencial y dictó la
Resolución No 990217-32 de fecha 17 de febrero de 1999,
convocando el referéndum para el 25 de abril de 1999, en los
mismos términos.

La delegación del poder de fijar las Bases Comiciales del


proceso constituyente, le permitiría otorgar a la Asamblea,
bajo apariencia de legalidad y constitucionalidad, con efectos
de acto político, poderes omnímodos, incluso para intervenir
los poderes constituidos lo que era una de las metas
inmediatas de la estrategia y, asimismo, para establecer un
sistema de votación mayoritario y/o que favoreciera el
triunfo de la alianza gubernamental.

El 3 de marzo de 1999, el abogado Gerardo Blyde interpuso


recurso contencioso electoral ante la misma Sala Político
Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia,
contra la segunda pregunta del Decreto No. 3. Dicho recurso
fue declarado con lugar en sentencia dictada el 18 de marzo
de 199978, ordenando al Consejo Nacional Electoral
reformular el contenido de la pregunta impugnada, con
fundamento, entre otros, en que “... es la Constitución
vigente la que permite la preservación del Estado de
Derecho y la actuación de la Asamblea Nacional
Constituyente (...) Entonces, es indispensable, que
formulada la pregunta sobre la conveniencia de instalar una
Asamblea Nacional Constituyente, proceda a consultarse
sobre aquellas reglas fundamentales que detallen su
organización y régimen general. (...) Anulado el dispositivo
impugnado, corresponderá́ al Consejo Nacional Electoral,
reformular el contenido de la pregunta N° 2 del artículo
segundo de la Resolución N° 990217-32 del 17 de febrero de
1999, examinando las bases publicadas como Propuesta del
Ejecutivo Nacional que fija la convocatoria de la Asamblea
7
Sentencia de la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia de fecha 18 de marzo de 1999,
caso Gerardo Blyde; aclaratoria de 23 de marzo de 1999 y orden de ejecución de 13 de abril de 1999.
8
Nacional Constituyente, publicada en la Gaceta Oficial N°
36.658 de fecha 10 de marzo de 1999, y decidir sobre su
incorporación al referendo consultivo. Así se declara.” La
Corte, con ello, secundó al Ejecutivo Nacional al sujetar la
reformulación de la segunda pregunta a lo ya decidido por
éste.

El 10 de marzo de 1999, en la Gaceta Oficial N° 36.658, fue


publicada nuevamente la “Propuesta del Ejecutivo Nacional
que fija las bases de la Convocatoria de la Asamblea
Nacional Constituyente, analizada en el Consejo de
Ministros del 9 de marzo de 1999, la cual será́ sometida para
la aprobación del pueblo en el referéndum convocado por el
Consejo Nacional Electoral a celebrarse el 25 de abril de
1999” modificada, y el 12 de marzo de 1999, en la Gaceta
Oficial N° 36.660, fue, de nuevo, publicada la propuesta del
Ejecutivo Nacional modificando el Aparte Tercero,
Parágrafo Único en donde dice: “en atención al régimen de
excepción que los afecta” debe decir “en atención al régimen
de excepción constitucional vigente”. La modificación
pretendió́ sentar un fundamento- la excepcionalidad
constitucional- para la estrategia- encubierta- planificada por
el gobierno y que se haría patente mas adelante, de
considerar a la Asamblea Nacional Constituyente un órgano
no sujeto al ordenamiento constitucional, y de poder
soberano (originario).
El 25 de marzo de 1999 en la Gaceta Oficial de la Republica
N° 36.669, fue publicada la Resolución del Consejo
Nacional Electoral N° 990323-70 anulando la segunda
pregunta de las contenidas en el Decreto No 3, y en la misma
Gaceta Oficial, fue publicada la Resolución del Consejo
Nacional Electoral N° 990323-71, por la cual se
establecieron las “Bases Comiciales para el referéndum
consultivo sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional
Constituyente a celebrarse el 25 de abril de 1999” que
contenía las modificaciones aprobadas por el Consejo
Nacional Electoral con respecto a la Propuesta del Ejecutivo
Nacional. Sin, embargo el artículo o Base “Octavo”
aprobado por el Consejo Nacional Electoral, vuelve a
calificar a la Asamblea Nacional Constituyente de “poder
originario”, contraviniendo el propósito de la sentencia
citada de 18 de marzo de 1999. El Consejo Nacional
Electoral secundó por omisión, al Poder Ejecutivo Nacional
en su pretensión de constituir una Asamblea con poderes
absolutos y en la normativa electoral.

El 30 de marzo de 1999, en la Gaceta Oficial N° 36.672, fue


publicada la Resolución del Consejo Nacional Electoral N°
990324-72, por la cual se establecieron las preguntas que se
formularían a los electores en el referéndum convocado para
el 25 de abril. La pregunta No. 1 no se limitó a la
convocatoria a referéndum, sino que incluyó como objeto del
proceso constituyente la transformación del Estado y
creación de un ordenamiento jurídico "que permita el
funcionamiento efectivo de una Democracia Social y
Participativa", es decir, definió, aunque de forma lo
suficientemente genérica para requerir de interpretación, el
tipo de sistema que debía establecerse. Precisa recordar lo
que es obvio hoy día: esa democracia social y participativa
nunca se materializó.

En lo que respecta a las bases comiciales para la Asamblea


Nacional Constituyente, en opinión - no exclusiva- de quien
escribe, el Consejo Nacional Electoral priorizó la voluntad
del Ejecutivo e infringió́ la sentencia de 18 de marzo de
1999.

La abogada Ligia Pérez Córdoba, el 6 de abril de 1999,


interpuso un recurso contencioso electoral por razones de
inconstitucionalidad e ilegalidad conjuntamente con acción
de amparo constitucional cuyos argumentos expuestos de
seguidas bastan para explicar el fraude que estaba en marcha.
El recurso fue interpuesto “contra las Resoluciones
mediante la cual se aprueba dar cumplimiento a la
sentencia dictada por la Sala Político Administrativa de la
Corte Suprema de Justicia de 18 de marzo de 1999, en la
que se anuló la segunda pregunta del artículo 2° de la
Resolución N° 99021732 de 17 de febrero de 1999,
contentiva de las bases publicadas como Propuesta del
Ejecutivo Nacional que modifica la convocatoria de la
Asamblea Nacional Constituyente, publicada en la Gaceta
Oficial de la Republica de Venezuela N° 36.658 de 20 de
marzo de 1999; contra la resolución mediante la cual se
dictan las bases comiciales y contra la Resolución
mediante la cual se resuelve incorporar las bases
comiciales para el Referendo consultivo sobre la
convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente a
celebrarse el 25 de abril de 1999, mediante la remisión al
texto contenido en la Resolución N° 99032371, dictada por
ese Cuerpo...” arguyendo, entre otros muy importantes
alegatos, que la pregunta con una simple referencia a la
Resolución, dejaba en absoluta ignorancia a la mayoría de la
población, sobre el contenido de las bases comiciales de
cuya aceptación o rechazo trataba la consulta y de que,
también, se infringía el principio de representacion
proporcional de las minorías. En dicho recurso se argumentó
que: “...Que en la sesión de fecha 23 de marzo de 1999, el
Consejo Nacional Electoral aprobó́ mantener la primera
pregunta, sin especificar conforme a la sentencia dictada
por la Corte Suprema de Justicia, que la finalidad de la
Asamblea Nacional Constituyente era únicamente crear un
orden jurídico, es decir, hacer una Constitución; formuló
la segunda pregunta de las bases comiciales de la
convocatoria al proceso de referendo de forma genérica;
decidió́ aumentar de 103 a 131 el número de miembros de
la Asamblea Nacional Constituyente; desechó la propuesta
de las Comisiones Técnica y Jurídica del propio
organismo, que planteaba respetar el principio
8 sentencia de 5 de abril de 2000, Sala Electoral del Tribunal
Supremo de Justicia, caso Ligia Pérez Córdoba

de representacion proporcional de las minorías, y decidió́


que los asambleístas fuesen escogidos con las mismas
condiciones de los diputados al Congreso ... omissis ...
;Que la Orden de publicación de la propuesta del Ejecutivo
Nacional, que fija las bases de la convocatoria de la
Asamblea Nacional Constituyente, analizadas en el
Consejo de Ministros del 9 de marzo de 1999, la cual será́
sometida para la aprobación del pueblo para el
referéndum, convocado por el Consejo Nacional Electoral,
a celebrarse el 25 de abril de 1999, era un acto
administrativo reglamentario de efectos generales,
mediante el cual se usurparon las funciones del Poder
Legislativo, ya que limitó y violó derechos politicos
establecidos en la Constitución de 1961, al crear
condiciones especiales de elegibilidad y un sistema
electoral nuevo sin representacion de las minorías,
negando el derecho a la representatividad; que las
resoluciones impugnadas eran inconstitucionales e ilegales
por violar el derecho a la soberanía y los derechos
politicos, además de que no cumplir con los extremos
contenidos en los artículos 181 y 182 de la Ley Orgánica
del Sufragio y Participación Política, con relación a la
convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente. ...
omissis ... Que las Resoluciones impugnadas violaron el
Derecho a la representatividad al no existir una verdadera
representación del ciudadano y del pueblo con relación al
número de representantes. Que la segunda pregunta
contenida en la Resolución No 990323-71 del Consejo
Nacional Electoral estaba viciada de ausencia de base
legal, porque la base de cálculo, para la elección de los
Constituyentes se hizo en función del 1% y no del 0,55%
como ordenaba la Constitución de 1961, violándose con
esto los derechos a una Asamblea Nacional Constituyente
representativa, igualmente viola el Principio de Soberanía,
el Derecho al sufragio como única fuente de legitimidad y
el Derecho a la participación, cuando se pretende instalar
una Asamblea Nacional Constituyente, controlada
autoritariamente por un sistema electoral donde prevalece
la dictadura de mayorías partidistas, que a su vez, vienen
siendo las minorías con relación al Pueblo, todo ello con
poderes ilimitados, para inclusive disolver los Poderes
Públicos constituidos. Que las Resoluciones impugnadas
violan el Derecho a la igualdad y la no discriminación, al
establecer que saldrán electos solo los representantes de las
etnias indígenas con mayor población, no permitiendo
distribuir los cargos entre las demás etnias indígenas”
(Copia textual de la referida sentencia. Negrillas añadidas)

El 13 de abril de 1999, la Sala Político Administrativa de la


Corte Suprema de Justicia, ordenó la ejecución de su
sentencia dictada el 18 de marzo de 1999, caso Gerardo
Blyde. En esta sentencia se estableció́ , entre otros, que
“...Por ello resulta incontestable que el contenido de la
base comicial identificada bajo el literal octavo ...
omissis ... específicamente en lo referente a calificar la
Asamblea Nacional Constituyente como poder originario
que recoge la soberanía popular, está en franca
contradicción con los principios y criterios vertidos en la
sentencia pronunciada por esta Sala el 18 de marzo de
1999, y su aclaratoria del 23 de marzo de 1999, citados
anteriormente, induciendo a error al electorado y a los
propios integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente
(...) (Copia textual de la referida sentencia. Negrillas
añadidas).

Precisa señalar, que al instalarse la Asamblea Constituyente


y dictar sus Estatutos de Funcionamiento, volvió a declararse
poder originario, no obstante que el 21 de abril de 1999, se
publicó en la Gaceta Oficial de la República No. 36.684, un
“Aviso Oficial” del Consejo Nacional Electoral, mediante el
cual se hizo del conocimiento del electorado, el nuevo
contenido de la Base Comicial octava, suprimiendo la
mención” como poder originario”.

Con fundamento en su auto declaración de detentador de


poder originario, la Asamblea Constituyente decretó la
intervención inmediata de los poderes constituidos y en
funciones hasta que se promulgara la nueva Constitución
-todavía no redactada ni sometida a referéndum popular-
como había quedado establecido en las Bases Comiciales:
así suprimió de hecho, las potestades del Poder Legislativo
que ejercía el control político y con la creación de una
Comisión de Emergencia Judicial con potestades
discrecionales de destituir, investigar y castigar a los jueces,
suspendió en la práctica, las del Poder Judicial que debía
resolver los conflictos judiciales y determinar y aplicar la
normativa que regularía los conflictos planteados incluso con
relación a los actos de la Asamblea Constituyente. El 25 de
abril de 1999, se realizó el referéndum consultivo resultando
aprobada la consulta en los términos y límites fijados por las
bases comiciales, lo cual, como se dijo se obvió de hecho-
una vía de hecho fraudulenta- con respecto a las potestades
de la Asamblea Constituyente.

El 6 de mayo de 1999, en la Gaceta Oficial N° 36.695, fue


publicada la resolución del Consejo Nacional Electoral N°
990505-132, mediante la cual se convocó a los electores a
concurrir al proceso de votación, a celebrarse el 25 de julio
de 1999, para elegir a los miembros de la Asamblea
Nacional Constituyente.

El 19 de mayo de 1999, el Consejo Nacional Electoral dictó


la Resolución N° 990519-154, publicada en la Gaceta Oficial
de la República de Venezuela N° 36707 del 24 de mayo de
1999, contentiva de las “Normas para la elección de
representantes a la Asamblea Nacional Constituyente”.
Estableció́ así el marco legal que debía regir el proceso
comicial, comprendiendo éste: a) Las Bases Comiciales
aprobadas por el Referendo del 25/04/1999; b) La
Constitución de la República; c) La Ley Orgánica del
Sufragio y Participación Política; d) Las demás leyes de la
República; e) Las normas de ese Reglamento; f) Las
disposiciones reglamentarias dictadas por el Consejo
Nacional Electoral.

Dichas “normas”, no obstante haberse aprobado y publicado


en las bases comiciales que la elección de los constituyentes
sería en forma personalizada (por su nombre y apellido)
contemplaron la votación “por lista”. En efecto, en su
artículo 31, establecían que “cada instrumento de votación,
contendrá́ la lista de los candidatos por nombre y apellido,
ordenados alfabéticamente, comenzando por la letra A del
nombre y señalados, cada uno de ellos, en forma
consecutiva con un número creciente a partir del número
uno (1)” añadiendo que en el instrumento de votación no se
admitiría la inclusión de símbolos, signos, siglas o colores
que identificaran a los candidatos con las organizaciones
postulantes, lo cual resultó una pretendida justificación de
las listas o “tubos” diseñados por el Polo Patriótico para la
Circunscripción Nacional, y, en su artículo 32, estableció́
que los instrumentos de votación serian diseñados para la
Circunscripción Nacional y la Circunscripción Regional,
atendiendo a las especificaciones técnicas, al número de
postulados y cualquier otra circunstancia que determine el
Consejo Nacional Electoral, sin diferenciar entre una y otra
circunscripciones. El Consejo Nacional Electoral segundó la
voluntad del Poder Ejecutivo. Ello garantizó a la alianza
gubernamental el triunfo a sus postulados, de la mayoría de
los cargos a elegir.

Las elecciones se realizaron en la fecha prevista, resultando


constituida la Asamblea por ciento treinta y un diputados
(131) de los cuales ciento veinticinco (125) habían sido
propuestos por el partido de gobierno o sus aliados politicos-
electos estos aproximadamente con el 52, 5 % de los votos
válidos escrutados- y seis (6) por la oposición- electos
aproximadamente por el 48% de los votos válidos
escrutados. La reorganización de circuitos electorales, el
voto en listas o tubos y la violación de los principios de
representación proporcional y personalización del voto,
aunados a la atomización de la oposición, rindió́ sus frutos.

El 1 de agosto de 1999, el diario El Nacional, en su pagina


H-2, publicó un artículo titulado “Las llaves de Chávez EL
“puntofijismo” recibió́ una lección de matemáticas”. Aunque
no fue el único artículo publicado en prensa sobre ese tema,
cabe destacar que informaba que Chávez había encargado a
sus asesores, diseñar una estrategia matemática que
garantizara la elección de sus candidatos a la Asamblea
Nacional Constituyente, cuyo resultado “llaves y tubos”
funcionaron a la perfección. Narra el artículo que el profesor
(UCV) Nelson Merentes junto con el también profesor
(UCV) -Grupo La Colina- Ricardo Ríos (posteriormente uno
de los técnicos de la denominada Mesa de la Unidad –
opositora- Democrática (MUD) o mas bien éste, que es el
entrevistado, diseñaron tal estrategia sobre modelos
estadísticos. La estrategia electoral del Polo Patriótico habría
sido una tenaza que asfixió a la oposición. Consistió́ en hacer
dos planchas para la Circunscripción Nacional contentiva de
diez candidatos cada una, ninguno de ellos repetido y
equilibrándolas al mezclar los menos conocidos con los de
mayor aceptación, la votación a efectuarse por lista y no
individualmente. Igual criterio fue usado en la agrupación de
los Estados en cada “llave”. La votación se hizo por plancha
completa en este caso y listas cerradas. Y el Polo mandó a
sus seguidores de determinadas regiones a votar por una de
ellas y a los de otras regiones por la otra. De esa manera se
aseguraba el triunfo de cerca de veinte de sus candidatos no
con votos para cada uno sino para cada plancha (tubo).
Asimismo, en las circunscripciones regionales, al establecer
en las bases comiciales que, en cada circunscripción, cada
elector tendría tantos votos como constituyentes hubieran de
elegirse en ella, en lugar de subdividir cada estado en tantos
circuitos como representantes debieran ser electos según el
cociente electoral, para que, en cada uno, se eligiera un
constituyente, puesto que se trataría de una elección
uninominal, se facilitaba – aunque no expresamente- la
eventual utilización del sistema de planchas o” tubos”.
Lo cierto fue que la oposición no contó con subterfugio
similar y tampoco iba en un solo bloque. Además, la
amplitud de posibilidades para proponer candidatos había
hecho que organizaciones que nada tenían en común o que
discrepaban, los propusieran individualmente, lo cual
contribuyó a atomizar los resultados electorales. Como
quiera que el triunfo lo obtenían los candidatos que
obtuvieran mayoría relativa, los candidatos que mas votos
tuvieron fueron los que fueron en planchas o “tubos”,
subterfugio que contrariaba lo aprobado en la Base Comicial
Tercero, según la que la votación sería “en forma
personalizada (por su nombre y apellido)” lo que no
parece compatible con el voto por planchas de partido o
coaliciones. Así, violando- con la anuencia del Consejo
Nacional Electoral- el principio de representación
proporcional de las minorías (que no estuvieron
representadas en esa Asamblea) y con el subterfugio del voto
“personalizado (por nombre y apellido)” interpretado a
discreción y convalidado también por el Consejo Nacional
Electoral, se efectuó́ la votación que resultó en un “triunfo”
abrumador del Polo Patriótico.

El 23 de agosto de 1999, la Corte Suprema de Justicia,


aprobado por la Asamblea un decreto de intervención del
Poder Judicial y de todos los poderes públicos, mediante un

Acuerdo de la Corte en Pleno 10, fijó posición


convalidando las actuaciones de la Asamblea y autorizando
al Magistrado Abreu Burelli a integrar la Comisión de
Emergencia Judicial.

En la oportunidad de suscribirse dicho acuerdo, seis


magistrados- Héctor Paradisi León, Nelson Eduardo
Rodríguez García, Hermes Harting, Héctor Grisanti Luciani,
Cecilia Sosa Gómez y Aníbal Rueda, expresaron su
disidencia, con argumentos de gran valor jurídico y político.

El 25 de agosto de 1999, fue promulgada en la Gaceta


Oficial de la República No.36.772, el Decreto para la
Reorganización del Poder Judicial, mediante el cual se creó
la Comisión de Emergencia Judicial con facultades para
“evaluar” a la Corte Suprema de Justicia y al Consejo de la
Judicatura, destituir, nombrar, y sancionar jueces, reportando
directamente a la Asamblea Nacional Constituyente. Ello
consumó el control de la alianza gubernamental sobre el
Poder Judicial.

10 www.tsj.gov.ve año 2003 Acuerdo de Sala Plena de la


Corte Suprema de Justicia de 23 de agosto de 1999 debía
juzgar los conflictos que fueran planteados contra las propias
actuaciones de la Asamblea.
El 25 de agosto de 1999, fue, también, promulgado en la
Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 36.772, el
Decreto de la Asamblea Nacional Constituyente que reguló
las funciones del Poder Legislativo Nacional (Poder
constituido) suspendió́ las sesiones del Congreso de la
República y lo redujo a su Comisión Delegada, creo una
Comisión Legislativa de la Asamblea Nacional
Constituyente, creó una Comisión de Investigación de las
actuaciones de los miembros del Congreso de la República,
revocó la inmunidad de los parlamentarios, entre otros. Este
decretó significó la desarticulación del Congreso de la
República, órgano que ejercía el control político además de
ser el competente en materia legislativa.

Con ello, se concentraron en la Asamblea Nacional


Constituyente todos los poderes públicos, y se dio, desde el
Estado mismo, un golpe de Estado cometido mediante vías
de hecho con apariencia de legalidad jurídica y política, de
aprobación popular.

Sin embargo el Decreto que reguló las funciones del Poder


Legislativo Nacional fue impugnado ante la Corte Suprema
de Justicia el 30 de agosto de 1999, por Henrique Capriles
Radonski, actuando en su propio nombre y en su condición
de presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la
República, quien interpuso acción de nulidad por
inconstitucionalidad y solicitud de amparo cautelar contra
dicho Decreto de la Asamblea Nacional Constituyente,
dictado el 25 de agosto de 1999, que reguló las funciones del
Poder Legislativo Nacional, y del Decreto de fecha 30 de
agosto de 1999, publicado en Gaceta Oficial N° 36.776 de
fecha 31 de agosto de 1999, aduciendo, entre otros, que estos
“viola(n) las Bases Comiciales Octava y Novena contenidas
en el Referéndum consultivo de fecha 25 de abril de 1999,
(...) Que la Asamblea Nacional Constituyente es un órgano
con potestad de transformar las instituciones político-
constitucionales y el orden constitucional existente, dentro
de los límites establecidos de respeto al sistema de las
libertades públicas, y siempre que dicho nuevo orden sea
aprobado por los electores mediante referéndum; Que la
Asamblea Nacional Constituyente, en ningún caso, puede
ejecutar actos que vulneren total o parcialmente el
ordenamiento constitucional vigente y las competencias de
los Poderes Públicos en él previstas y que, cualquier
trasgresión de esos límites es violatoria a la soberanía
popular expresada en la aprobación de las Bases
Comiciales, mediante el referéndum de fecha 25 de abril de
1999; Que la Asamblea Nacional Constituyente, por
naturaleza, debe y tiene que respetar el orden constitucional
vigente, así como los límites que le impuso el poder
soberano mediante referéndum, límites contenidos en la
pregunta No 1 del Referéndum y las Bases Comiciales
aprobadas el 25 de abril de 1999; Que la Asamblea
Nacional Constituyente no es, ni puede pretender serlo,
órgano de ejecución ni de gobierno y, por lo tanto, no puede
asumir ni sustituirse en los órganos del Poder Público, ni en
el ejercicio específico de las atribuciones que le han sido
conferidas a los mismos; que la Asamblea Nacional
Constituyente no puede asumir ni limitar la función
legislativa ejercida por el Congreso de la Republica, no
puede ordenar a su solo criterio, sin que se apruebe una
nueva Constitución mediante Referéndum, reorganizar y
reestructurar el Poder Legislativo, y menos aún modificar el
proceso de formación de las leyes; Que el Decreto
impugnado constituye una usurpación de las funciones
...”(Copia textual de la respectiva sentencia)

La Sala Plena, en sentencia de 14 de octubre de 1999 9, en


ponencia de Iván Rincón Urdaneta - designado después por
la Asamblea Nacional Constituyente presidente del Tribunal
Supremo de Justicia- convalidó tales actuaciones, declarando
improcedente la acción ejercida, y declaró la "supra
constitucionalidad" de las actuaciones de la Asamblea
Constituyente, contradiciendo la doctrina de la misma Corte
sentada en las sentencias referidas supra, con el voto salvado
de cinco de los quince magistrados que integraban la Sala.

Con tal acto, la Corte Suprema de Justicia “subsanó” para el


partido de gobierno, el “inconveniente” que había sido
creado pretendiendo impedirle establecer unilateralmente las
bases comiciales que regirían la elección. Con fundamento
en su "supra constitucionalidad" Asamblea Constituyente
actuó en todo discrecionalmente y sin limitación alguna,
excediendo inclusive el mandato que le había sido otorgado
y el término de su duración.

La sentencia comentada, convalidó el establecimiento de un


gobierno de facto, aunque la aparente legitimidad formal de

9
Sentencia de la Sala Plena de la entonces Corte Suprema de Justicia, dictada el 14 de octubre de
1999, caso Henrique Capriles Radonsky
la constitución de la Asamblea, con la participación
mayoritaria de la alianza gubernamental y el
desconocimiento de la mayoría de la población de la forma y
modo en que ella se extralimitó en sus funciones, aunadas a
la concentración de poder, contribuyeron a darle una
apariencia de legitimidad, aunque dudosa, a las actuaciones
del nuevo gobierno constituido en la Asamblea Nacional
Constituyente.

El Magistrado de la Sala Político Administrativa de la Corte


Suprema de Justicia, Humberto La Roche, quién había sido
el ponente de la sentencia que dio paso a la realización del
referéndum consultivo a efectos de iniciar el proceso
constituyente, consignó en la sentencia que se viene
comentando, su voto disidente arguyendo, entre otros que
“ ... omissis ...2) En segundo lugar, resulta evidente para
quien suscribe, que en el fallo sustentado por la mayoría
existen elementos tendentes a tergiversar el contenido de la
sentencia dictada por la Sala Político-Administrativa por
unanimidad, en fecha 19 de enero de 1999 (caso
Fundahumanos), con ponencia de quien suscribe como
disidente del presente fallo, el cual pretende utilizar como
fundamento de la decisión en el caso concreto. La confusión
reside ... omissis...en atribuir a la Asamblea Nacional
Constituyente el poder soberano que reside en el pueblo y
sólo en éste, el cual, aunque puede ejercerlo a través de
representantes, ordinarios como el Congreso de la
República o extraordinarios como la Asamblea Nacional
Constituyente, jamás se desprende de él o, en otros
términos, identificando las nociones de Poder Constituyente
y Asamblea Constituyente. ... omissis ...Conviene observar
que, precisamente, siendo el pueblo el titular de la
soberanía en el marco del Estado Democrático de Derecho,
su poder –el Constituyente- es el único verdaderamente
originario. ... omissis... 3) En lo que respecta a las
limitaciones de la actuación de la Asamblea Nacional
Constituyente consagrados en las Bases Comiciales,
comparte quien suscribe el criterio de la Magistrado
Hildegard Rondón de Sansó en su voto salvado de este
mismo fallo(...) 4) A más de lo anterior, quien disiente
considera que la sentencia adolece del vicio de absolución
parcial de la instancia, al no pronunciarse respecto de la
alegada violación a las bases comiciales, a las cuales
indudablemente se somete la actuación de la Asamblea
Nacional Constituyente. ... omissis..." (Copia textual de la
respectiva sentencia)

El núcleo de los fundamentos de la anterior decisión fue la


consideración de que la Asamblea Nacional Constituyente
gozaba de poder constituyente originario absoluto e
ilimitado, no delegado y sin subordinación a ninguna
normativa o límite para ninguno de sus actos, por lo que
nunca podría extralimitarse en sus funciones, de manera que
los actos que algunos calificaron de extralimitación de
atribuciones con relación a los cauces fijados por el
referéndum consultivo, no podrían ser juzgados con relación
a ninguna normativa preexistente, lo cual contraría las bases
comiciales aprobadas, y la jurisprudencia específica
anteriormente dictada además de no corresponder a ninguna
doctrina jurídica preexistente. El pretendido fundamento de
esa "tesis" de supra constitucionalidad de la Asamblea
Constituyente en todo aspecto, derivaría de considerar la
tesis de la soberanía popular absoluta de cada individuo
integrante del grupo social y la de la soberanía de la nación
como ente distinto de las individualidades que la componen,
asi como la aceptación de la transferibilidad integra e
ilimitada del poder originario, lo que equivaldría a admitir el
carácter de soberano de tal Asamblea, que gobernaría como
un rey de la antigüedad, sin sujeción a ley alguna y pudiendo
determinar a discreción quienes están y cómo, sujetos a su
soberanía.

Al comentar la sentencia del 14 de octubre de 1999, Roberto


Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, el primero de los
cuales ha sido coordinador de programas de seguimiento de
la asambleas constituyentes de Ecuador y de Venezuela y el
segundo, quien formó parte del equipo técnico de la
Asamblea Nacional Constituyente venezolana en 1999,

expresan para defenderla, 12 sin análisis y erradamente, que,


al dictarla, la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia,
regresó a las posiciones que se habían defendido en la
sentencia de la Sala Político Administrativa de 19 de enero
de 1999, ya referida y comentada “supra”, al declarar ella
que “la pregunta n°1 del referendo Consultivo Nacional,
aprobado el 25 de abril de 1999, y la Base Comicial Octava
del mismo Referendo, consagra la supra constitucionalidad
de sus prescripciones, ya que en ningún momento remite a
la Constitución de 1961, sino a la tradición de cultura.”
Dicha opinión contraría lo expresado por el ponente de
aquella sentencia de fecha 19 de enero de 1999, magistrado
Humberto La Roche, en el texto de su voto disidente
parcialmente transcrito con anterioridad. Tampoco coincide
con las apreciaciones consignadas en el presente trabajo al
comentar, anteriormente, la dicha sentencia de 19 de enero
de 1999 y, asimismo, obvia considerar el carácter vinculante
que para los poderes constituidos y la Asamblea
Constituyente, tenían las resoluciones del Consejo Nacional
Electoral, las sentencias dictadas, en el caso específico, por
la Corte Suprema de Justicia, y las bases comiciales
aprobadas por el referendo del 25 de abril, cuya base Octava
no se refería directa ni indirectamente a transferencia de
poder originario ilimitado alguno y cuyo texto había sido
reformulado por la Sala Político Administrativa del Supremo
Tribunal, como anteriormente se indicó.

El 15 de diciembre de 1999, en cumplimiento de la base


comicial “Novena”, se produjo el referéndum por el cual se
aprobó́ el proyecto de Constitución redactado por la
Asamblea Nacional Constituyente. Cabe mencionar, que un
análisis del texto aprobado para dar a conocer a la ciudadanía
su contenido sería pertinente antes de someterlo a
aprobación.

El texto aprobado en Venezuela, de una lectura superficial


aparece como muy garantista de los derechos humanos, sin
embargo, un análisis mas profundo arroja que por las
indefiniciones y contradicciones entre sus normas y por el
enorme poder que otorga al Presidente de la República,
permite establecer un gobierno centralista y autoritario que
podría ir desde el libre mercado hasta el socialismo marxista
soviético al mismo estilo de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, lo cual desconocía la sociedad civil
venezolana cuando lo aprobó.

Cumplido el cometido de la delegación popular y el tiempo


que le fue otorgado para realizarlo, debió́ cesar ella en sus
funciones. Pero su desaparición habría significado la pérdida
del control de los poderes públicos por la alianza
gubernamental, la muerte del “dictador” y el fraude
continuó, utilizándose vías de hecho, desde la Asamblea
Constituyente, para mantener la concentración de poder
fraudulentamente adquirido, fundamentalmente mediante la
extralimitación en las funciones y competencias que le
habían sido atribuidas a la Asamblea Constituyente quien,
como se expresó antes en este trabajo, bajo la pretendida
justificación de transitoriedad, suspendió la normativa
pertinente de la nueva Constitución aprobada, para designar
ella misma discrecionalmente, autoridades previstas en la
nueva Constitución, que resultaban fundamentales para
mantener el control de los poderes públicos en manos del
Poder Ejecutivo: los jueces del ahora Tribunal Supremo de
Justicia, quien juzga y a cuyas salas Constitucional y
Electoral se les otorgó la competencia exclusiva de conocer
de acciones de amparo contra actuaciones de los altos
funcionarios públicos y en materia de impugnaciones
electorales respectivamente; los Rectores del ahora
denominado Poder Electoral que controlarían y normarían
los procesos electorales que debían desarrollarse para
realizar elecciones por primera vez después de la vigencia de
la nueva Constitución de 1999; el Fiscal General de la
República a quien se le otorgó el monopolio de la acusación
penal; el ahora Defensor del Pueblo; y el Contralor General
de la República, con lo cual se mantuvo la ausencia de
equilibrio y de la separación de poderes.

12 Viciano Pastor, Roberto y Martínez Dalmau, Rubén. Cambio Político y Proceso Constituyente
en Venezuela (1998-2000). Instituto de Derecho Público Comparado “Manuel García Pelayo”.
Universidad Carlos III. Tirant Lo Blanch “Derecho Comparado” Valencia, España. 2001. P 248

II. CONCLUSIONES

La noción jurídica de fraude comprende aquel acto mediante


el cual se intenta realizar una operación ilícita ejecutando
una operación distinta, permitida por la ley, que viene a
esconder las verdaderas intenciones del ejecutante, lo que
conduce a que el acto ostensible, de hecho, solo sea tomado
en consideración a efectos de su apariencia, de manera solo
tiene eficacia el acto encubierto, lo que guarda similitudes
con el hecho cierto de que en Venezuela Hugo Chávez, si
bien promulgó una Constitución que consagra la democracia
participativa como sistema político, por efecto de la
aplicación de una estrategia fraudulenta ejecutada mediante
vías de hecho, entendiendo por estas actos ejecutados por
autoridades pero actuando fuera de la competencia que le ha
sido legítimamente atribuida por la Constitución o la Ley-
controló, bajo apariencia de legitimidad formal, todos los
poderes públicos en Venezuela: un golpe de Estado
moderno.

Del análisis de la secuencia de hechos referidos en el


presente trabajo, se desprende una estrategia preestablecida y
desarrollada ordenadamente para lograr los objetivos
propuestos-pero con flexibilidad suficiente para ajustarse a
las circunstancias que se fueran presentando- cuyas premisas
relevantes son las siguientes:

1. Conseguir la Presidencia de la Republica por vías


legales;
2. Crear y controlar –por cualquier medio de apariencia
legal- una Asamblea Constituyente a la que se le
reconozcan poderes absolutos;
3. La Asamblea Constituyente desarticula los poderes
públicos constituidos; primero el que ejerce el control
judicial y enseguida el que ejerce el control político y
legisla;
4. . El Poder Judicial controlado convalida las actuaciones
de la Asamblea Constituyente que actúa como un
soberano que detenta todos los poderes públicos.
5. Se aprueba la nueva Constitución;
6. No se dicta Ley de Transición ni se norma o reglamenta
la transición y, en cambio, se “prorroga” mas allá del
período otorgado por el pueblo, la actuación de la
Asamblea Nacional Constituyente, como gobierno con
poderes ilimitados;
7. Se designan a conveniencia, los funcionarios que
integraran al Poder Electoral o los funcionarios que
integraran el organismo que convoca. coordina, norma
y controla las elecciones y también a quien dirige,
controla y coordina al Poder Judicial y se le da a éste en
algún tribunal especifico, exclusividad en la
competencia para conocer de conflictos que afecten a la
Asamblea Constituyente y sus actuaciones;
8. Se designa por la Asamblea Constituyente, el Fiscal
General, el Defensor del Pueblo y el Contralor General
o los funcionarios encargados preferiblemente en
exclusiva, de la acusación penal, la defensa de los
derechos humanos de la ciudadanía y de controlar la
rectitud en el manejo de los gastos públicos.
9. Se eligen las autoridades de elección popular por
elecciones controladas.
Los actos y vías de hecho referidos, demuestran que con
posterioridad al 1 de agosto de 1999, después de la fecha de
instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, en la
que dictó sus estatutos, se instauró en Venezuela un régimen
político de corte dictatorial, absolutamente ajeno al orden
establecido por la Constitución en vigencia; que los procesos
por los cuales se designaron o se eligieron, los titulares de
los cargos a designar por la Asamblea Nacional o cargos de
elección popular en el año 2000, no se enmarcaron en el
régimen jurídico constitucional vigente para esa fecha; y
que los cargos correspondientes a los Magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, los Rectores Electorales y el
Fiscal General de la Republica, el Defensor del Pueblo y El
Contralor General fueron designados discrecional e
inconstitucionalmente por el gobierno de facto constituido en
la Asamblea Nacional Constituyente.

Bibliografía

BALAGUER CALLEJÓN, María Luisa. Interpretación de


la Constitución y Ordenamiento Jurídico. Editorial Tecnos
S.A. Madrid 1997.

VICIANO PASTOR, Roberto y MARTÍNEZ DALMAU,


Rubén. Cambio Político y Proceso Constituyente en
Venezuela (1998-2000). Instituto de Derecho Publico
Comparado “Manuel García Pelayo”. Universidad Carlos III.
Tirant Lo Blanch “Derecho Comparado” Valencia, España.
2001

BREWER CARIAS. Allan R. “Los candidatos


presidenciales ante la Academia” ciclo de exposiciones.
Presentación y organización de la edición: Anauco Ediciones
C.A. Caracas, 1998.

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