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ANALISIS DE SENTENCIAS

PRESENTADO POR:
DAYANNA RODRIGUEZ PERDOMO
YERLI TATIANA NUÑEZ

PRESENTADO A:
FERNANDO BOLAÑOS DAZA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


CONTRATACIÓN ESTATAL
POPAYÁN – CAUCA
2020
ANALISIS DE SENTENCIA DE UNIFICACIÓN
Debemos tener en cuenta principalmente que los derechos humanos son aquellos
que se refieren al reconocimiento de que toda persona humana, por el hecho de
serlo, es portadora de atributos autónomos que deben ser reconocidos y
protegidos por el Estado. Ellos son inherentes al ser humano y no requieren de
ningún título específico para adquirirlos. No resultan de una adjudicación o cesión
del Estado, cuya función con respecto a ellos es de reconocimiento, respeto y
protección. Basta con ser persona humana para ser titular de los derechos
humanos y toda persona humana es titular de esos derechos.
Según Pedro Nikken “El Estado de Derecho y la sociedad democrática son
indisociables de un marco jurídico y político signado por la supremacía de los
derechos humanos. No tan sólo porque el ejercicio del poder no debe menoscabar
de manera arbitraria el efectivo goce de los derechos humanos, sino porque,
dentro del constitucionalismo democrático, el norte de la actividad gubernativa
debe estar enderezado hacia la preservación de los derechos humanos de todos.
El Estado es el garante de los derechos humanos, tanto en la esfera doméstica
como frente al derecho internacional.” Por tal razón es importante señalar que la
función del Estado como garante de los derechos humanos es cardinal en el
concepto de Estado Social de Derecho.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha descrito los deberes del
Estado expresando que: Es obligación de los Estados partes organizar todo el
aparato gubernamental y en general, todas las estructuras a través de las cuales
se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos.
En razón de la anterior, debemos señalar que el estado es negligente a la hora de
vigilar a los cuerpos de seguridad de nuestro país y a quienes se les ha atribuido
el uso legítimo de la fuerza, y el respeto por los derechos de quienes se
encuentren bajo su jurisdicción ya que se han evidenciado casos como el
expuesto en la sentencia que funcionarios del estado realizan actos de corrupción
utilizando su ejercicio de función pública para cometer un acto contrario a la ley
con el fin de obtener un beneficio personal y por lo cual lesionan los derechos de
sus conciudadanos por tal razón nos encontramos de acuerdo con la decisión que
adoptó el consejo de estado en no desligar la actuación de los miembros o
agentes estatales de la producción del daño ya que como lo expuso la misma
corporación:
La responsabilidad del Ejército se ve comprometida en la medida en que un grupo
de sus miembros activos a quienes se les hace exigible de manera general el
deber de seguridad, protección y garantía de los derechos de los ciudadanos,
especialmente el de la vida se sirvieron de su condición de autoridad para obtener
beneficios personales, al emplear los medios e instrumentos institucionales para
cercenar las garantías fundamentales del ser humano.

Es importante tener en cuenta que la conducta del demandado debe ser la causa
directa, necesaria y determinante del daño, el cual estuvo debidamente
demostrado con el estudio de conexidad que se realizó por lo cual el
comportamiento de los agentes estuvo ligado al servicio público, lo cual hace
imputable patrimonialmente a la administración pública
Cuando se configura una violación grave de los derechos humanos se debe tener
en cuenta el derecho de reparación integral a las víctimas el cual  por vía
administrativa es propia de contextos de justicia transicional, en los que se
pretende asignar una compensación económica a un gran número de personas,
atendiendo a criterios de equidad.
Con relación a las compensaciones pecuniarias, la Corte IDH ha sostenido que
ésta procede por dos conceptos: el “daño material” y el “daño inmaterial”. Según
dicho tribunal, el daño material abarca “la pérdida o detrimento de los ingresos de
las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias
de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso”. Por
su parte, el daño inmaterial “puede comprender tanto los sufrimientos y las
aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de
valores muy significativos para las personas, así como las alteraciones, de
carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la víctima o su familia”
y sobre el cual los jueces podrán decretar indemnizaciones hasta la suma de
1.000 SMMLV, según el artículo 97 del Código Penal, “siempre y cuando en el
proceso obre la prueba idónea que permita establecer que fue la conducta punible
la que desencadenó el daño antijurídico, y que ese hecho ilícito ya fue objeto de
una investigación y sanción penal contenida en una sentencia ejecutoriada, tal y
como se aprecia en el caso concreto, así como los factores objetivos que rodearon
la producción del daño antijurídico, para determinar la valoración del perjuicio en
cada caso concreto y además teniendo en cuenta el vínculo familiar el cual está
dado no sólo por nexos consanguíneos sino por un modo de existencia económico
y social común, con sentimientos afectivos que unen a los miembros de esa
institución, es decir, la familia.
En razón de lo anterior y con fundamento en los tratados de derechos humanos,
derecho internacional humanitario y derecho penal, en los supuestos en que el
daño antijurídico tiene su génesis en la grave violación a derechos humanos el
Juez de lo Contencioso Administrativo podrá decretar todo tipo de medidas de
justicia restaurativa encaminadas a la restitución de las garantías mínimas
afectadas, y en esa lógica y orden se procederá
Finalmente queremos resaltar lo que se expone en la sentencia C-344/17 que los
derechos a la verdad, la justicia y la reparación adquieren una dimensión especial
tratándose de graves violaciones de derechos humanos. Esto se explica por
cuanto existe una obligación internacional de los Estados de respetar y garantizar
los derechos humanos, lo cual implica que en caso de violación deban adelantar
investigaciones para determinar lo sucedido, juzgar a los responsables, imponer
las sanciones proporcionales a la vulneración y reparar adecuadamente a las
víctimas.  Esa importancia especial que adquieren los derechos de las víctimas de
graves violaciones de derechos humanos fue reconocida por el Acto Legislativo 01
de 2012, de acuerdo con el cual los instrumentos de justicia transicional
“garantizarán en el mayor nivel posible, los derechos de las víctimas a la verdad,
la justicia y la reparación”. Así, estos derechos, tratándose de víctimas de graves
violaciones de derechos constitucionales, en la actualidad cuentan con
reconocimiento constitucional expreso.
La jurisprudencia constitucional ha entendido que los derechos a la verdad, a la
justicia y a la reparación están estrechamente relacionados y son
interdependientes, a tal punto que la protección de alguno contribuye a la
realización de los otros. Así, tratándose del derecho a la reparación integral,
haciendo suyas las consideraciones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, ha sostenido la Corte Constitucional que: “Es de reiterar que la
jurisprudencia de la [Corte IDH] ha destacado la conexión intrínseca existente
entre el derecho a la reparación y el derecho a la verdad y a la justicia, señalando
en reiteradas oportunidades que el derecho de las víctimas a conocer lo que
sucedió, a conocer los agentes de los hechos, a conocer la ubicación de los restos
de sus familiares, así como también el derecho a la investigación de los
respectivos hechos y la sanción de los responsables, hace parte de la reparación
integral de las víctimas y constituye un derecho que el Estado debe satisfacer a
las víctimas, a sus familiares y a la sociedad como un todo”.
ANALISIS JURIDICO
Nuestro argumento jurídico de acuerdo al tema analizar es:
En primer lugar debemos tener en cuenta que El daño, en general, y sobre todo, el
que se irroga en la persona humana, mermándola en sus capacidades físicas y/o
intelectivas, puede adquirir diversa connotación, según que sus efectos recaigan en
el patrimonio de la víctima, ya sea porque provocan la disminución de los activos o el
incremento del pasivo (daño emergente); debido a que impide la consecución de
ganancias (lucro cesante).
Pero también puede ocurrir que las consecuencias de la conducta dañosa se
materialicen en el ámbito puramente extra patrimonial del afectado, lo que acontece
cuando la incidencia se produce en derechos o intereses desprovistos de
significación económica, como los sentimientos, las satisfacciones personales y las
relaciones con los demás o con el entorno mismo.
El daño objeto de reparación debe ser cierto, pero no necesariamente debe ser
actual, porque el daño cierto y futuro, como igualmente se ha sostenido, también
es indemnizable, tal como ocurre con las lesiones o secuelas que afectan la
integridad física personal y exigen una atención médica o quirúrgica. Estas
lesiones o secuelas son el daño mismo, por ende cierto. Desde luego que el daño
futuro, cierto e indemnizable es tal en tanto sea susceptible de avaluación en el
momento en que se formula la pretensión y sea desarrollo de un daño presente.
El daño que sufrió el neonato por consecuencia de una negligencia médica, su
integridad psicofísica y su salud, disminuyeron las posibilidades de desarrollar
normalmente su personalidad en el ambiente social
El perjuicio debe ser reparado en toda la extensión en que sea cierto. No sólo el
perjuicio actual es cierto, sino también el perjuicio futuro; pero no lo es el perjuicio
simplemente hipotético. La jurisprudencia califica el perjuicio futuro de cierto y
ordena repararlo, cuando su evaluación es inmediatamente posible, al mismo título
que el perjuicio actual
Los actos médicos constituyen todos aquellos actos cuyo cumplimiento presenta
serias dificultades y requieren conocimientos adquiridos a costa de estudios
prolongados; entre los cuales están los diagnósticos, exámenes complejos,
interpretación de resultados, tratamiento, medicamentos, prestación del servicio
completo, lo cual el medico de turno que atendió al neonato conforme su
experiencia no vio que la enfermedad que padecía el neonato en ese momento
era riesgosa y mortal para su salud y desarrollo de vida, además que el
diagnostico que dio sobre el estado del neonato y las recomendaciones a la hora
de darle salida fueron erróneas.
El que tiene una profesión u oficio: abogado, médico, agricultor, mecánico, etc.,
ejerce una actividad productiva cuyos rendimientos actuales se conocen más o
menos exactamente. Muerta la persona o inutilizada total o parcialmente para
seguir trabajando y explotando la ocupación de que vivía, la ganancia o utilidad
futura de la víctima o del lesionado es susceptible de cálculo y por ende de
avaluación, teniendo por base cierta la utilidad actual. Mas el que todavía carece
de ocupación u oficio productivo, como el menor de edad, que apenas está
recibiendo los primeros grados de instrucción, y que ni siquiera ha elegido la
profesión u oficio a que consagrará su actividad económica, no ofrece elementos
que sirvan para determinar las pérdidas patrimoniales que en el porvenir recibirá
como consecuencia de una relativa incapacidad.
La afectación sufrida por el neonato, pone en evidencia el ostensible e injustificado
quebranto, por parte de las aquí accionadas, de su derecho a la salud, entendido
como “la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica
funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de
restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y
funcional de su ser. Implica, por tanto, una acción de conservación y otra de
restablecimiento
El inadecuado manejo de las situaciones médicas que se presentan por parte de
los entes hospitalarios junto con el personal especializado (médicos –
enfermeros), afectan de manera irreversible la vida de las personas que están
siendo atendidas por estos profesionales.
La falla en el servicio se desprende de la prestación de un servicio, que al no ser
prestado en la forma debida genera un daño, derivándose que el Estado tenga
que responder directamente por ese daño ocasionado cuando sea causado por
una falla en el servicio, lo cual se configura como nexo causal, lo cual este nexo
tiene dificultades para probarse
El derecho a la salud tiene pleno reconocimiento legal, y es objeto de especial
protección, en la Constitución Política de 1991, toda vez que Colombia “en el respeto
de la dignidad humana” (art. 1), que reconoce “sin discriminación alguna, la primacía
de los derechos inalienables de la persona” (art. 5º) y que tiene como finalidad, entre
otros objetivos, “garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes” que
ese mismo estatuto superior prevé (art. 2º, inc. 1º.), lo que explica que sus
autoridades estén “instituidas para proteger” a todos los residentes en el territorio
nacional “en su vida, honra y bienes, creencias y demás derechos y libertades y para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”
(art. 2º, inc. 2º.), sin que nadie pueda “ser molestado en su persona” (art. 28.).
Se destaca, adicionalmente, que a voces del artículo 44 de la obra en cita, en el caso
“de los niños”, la “salud” es uno de sus derechos fundamentales y que tal
prerrogativa, como las demás del mismo linaje establecidas en favor de ellos,
“prevalece” sobre las “de los demás”.
Desde el punto de vista meramente legislativo, se advierte que de conformidad con
el numeral 3.5. del artículo 3º de la Ley 1438 de 2011, reformatoria de la Ley 100 de
1993, es “obligación de la familia, el Estado y la sociedad en materia de salud,
cuidar, proteger y asistir a las mujeres en estado de embarazo y en edad
reproductiva, a los niños, las niñas y adolescentes, para garantizar su vida, su
salud, su integridad física y moral y su desarrollo armónico e integral”
En la actualidad, el régimen de responsabilidad civil se compone de dos
presupuestos que son: (i) la existencia de un daño que debe ser probado y (ii) su
atribución a un sujeto determinado en virtud de un título de imputación proveniente
de una norma particular y su objetivo y fundamento principal es indemnizar el daño
que se ha causado a partir de un riesgo que la víctima no tiene que soportar o
porque quien lo ha causado ha sido negligente en su actuación.  
Para entender la magnitud del daño que se le causo al neonato debemos tener en
cuenta que Las obligaciones de los prestadores de salud consisten en brindar al
paciente todas las herramientas de las que dispongan de conformidad con la lex
artis de la materia, con el objetivo de curarlo, así en todos los casos no se pueda
cumplir. En razón a lo anterior, en principio, la responsabilidad civil de la prestación
de tales servicios se exige solidariamente a las entidades prestadoras de salud, a las
instituciones prestadoras de dichos servicios y al personal médico y la
responsabilidad será de carácter contractual o extracontractual  si el daño surgió del
incumplimiento de una obligación establecida en un contrato o por la violación del
deber genérico de no dañar, por un hecho u omisión del responsable.

Debido a la insuficiencia de recursos humanos y de suministro de materiales e


instalaciones para la salud conlleva a la frecuente presentación de fallas en el
servicio de salud y a configurar las demandas por reparación directa y sus
consecuencias.

En conclusión y para ser coherentes, podemos afirmar que en este tipo de


responsabilidad como en cualquiera otra, deben concurrir todos los elementos o
presupuestos materiales para el éxito de las pretensión, empezando por supuesto
con la prueba del contrato que fue adquirido con la prestadora de servicios, que es
carga del paciente. Igualmente, corresponde al paciente, probar el daño padecido
(lesión física o psíquica) y consecuentemente el perjuicio patrimonial o moral cuyo
resarcimiento pretende. Ahora, probado este último elemento.

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRACION
SECCIÓN TERCERA
Bogotá D.C., catorce (14) de septiembre de dos mil once (2011)
Radicación número: 05001-23-31-000-2007-00139-01(38222)
Consejero ponente: ENRIQUE GIL BOTERO
Actor: JOSE DARIO MEJIA HERRERA Y OTROS
Demandado: NACION-MINISTERIO DE DEFENSA-EJERCITO NACIONAL
Referencia: ACCION DE REPARACION DIRECTA

Debemos tener en cuenta que el daño a la salud en Colombia se define en


diversidad Si la muerte es un daño en sí mismo, Si la afectación a la esfera
psicofísica es un daño derivado de la lesión al derecho constitucional que le sirve
de fundamento. Si lo que se indemniza son las manifestaciones externas, sociales
y relacionales que se producen. Como se tasa el daño inmaterial de cada una de
las afectaciones de ella. En Colombia no hay reglas claras para tasar los perjuicios
inmateriales diferentes al daño moral. El Juez debe establecer si se indemniza el
daño en sí mismo o se indemnizan las consecuencias exteriores de dicho daño.
Cuales bienes, derechos o intereses legítimos tienen cabida en el plano de la
responsabilidad.
Teniendo en cuenta si en esta sentencia planteada asumimos una responsabilidad
extra contractual del estado, sabemos que esto se cumple La responsabilidad
extracontractual del Estado se traduce en la búsqueda de soluciones tendientes a
otorgar los ciudadanos una adecuada protección legal frente a los daños sufridos
en su persona o propiedad derivados de la actividad jurídica y material de la
Administración y del Estado en general. Ya que por estos asuntos debió
Modificase la sentencia apelada, esto es, la proferida el 3 de agosto de 2009
Una afectación de tal naturaleza puede surgir de diferentes hechos, y no
exclusivamente como consecuencia de una lesión corporal. Tal afectación puede
tener origen en cualquier hecho virtualmente posible para provocar una alteración
a la vida de relación de las personas (acusación calumniosa o injuriosa,
sufrimiento muy intenso, muerte de un familiar e incluso una afectación
patrimonial) teniendo en cuenta que En la decisión de la cual me separo
parcialmente, se encontró demostrado que el daño antijurídico infligido a los
demandantes debido a las lesiones sufridas por Fabián Andrés Mejía Arias por
una afectación permanente en la columna que lo dejó parapléjico y con una
incapacidad laboral del 100% mientras prestaba servicios como soldado regular.

Ahora bien la sentencia citada nos trae a refacción como se afectó el daño a la
salud y la responsabilidad de estado
responsabilidad extracontractual del estado - fuerza pública / fuerza
publica - conscriptos / conscriptos - títulos de imputación aplicables / titulos de
imputacion aplicables - daño especial, riesgo excepcional y falla del servicio.
Precedente jurisprudencial
“En relación con los títulos de imputación aplicables a los daños causados a
soldados conscriptos, la Sección Tercera de esta Corporación, ha avalado la
posibilidad de que sean, en primera medida, aquellos de naturaleza objetiva, tales
como el daño especial o el riesgo excepcional y, de otro lado, el de la falla del
servicio, siempre y cuando de los hechos y de las pruebas allegadas al proceso se
encuentre acreditada la misma. (…) En consecuencia, frente a los perjuicios
ocasionados a soldados regulares, conscriptos, en la medida que su voluntad se
ve doblegada por el imperium del Estado, al someterlos a la prestación de un
servicio que, no es nada distinto, a la imposición de una carga o un deber público,
es claro que la organización estatal debe responder bien porque frente a ellos el
daño provenga de i) un rompimiento de las cargas públicas que no tenga la
obligación jurídica de soportar; ii) de un riesgo excepcional que desborda aquel al
que normalmente estaría sometido, y que puede tener origen en el riesgo
actividad o en el riesgo de la cosa, o iii) de una falla del servicio, a partir de la cual
se produce el resultado perjudicial.
En el caso concreto, se encuentran estructurados lo citados elementos o
presupuestos de la responsabilidad comoquiera que el daño está plenamente
demostrado las actas de la junta médico laboral del Ejército Nacional y del
Instituto de Medicina Legal; éste tuvo su origen en una actividad que desplegaba
el soldado al interior servicio militar obligatorio y esa lesión representa un
resquebrajamiento de las cargas públicas, pues no está demostrado que haya
tenido su génesis en una falla del servicio o en la concreción de un riesgo
excepcional al cual se le hubiere sometido. Por lo tanto, a los demandantes les
bastaba acreditar la existencia del daño, su concreción durante la prestación del
servicio militar obligatorio y a causa del mismo, mientras que, desde el otro
extremo, le correspondía a la entidad demandada a efectos de exonerarse de
responsabilidad, establecer la configuración de una causa extraña que desvirtuara
la imputación jurídica del daño en cabeza del Ministerio de Defensa – Ejército
Nacional, circunstancia que se echa de menos en el proceso. Así las cosas, el
daño deviene imputable en el plano fáctico y jurídico a la entidad demandada
porque fue producido durante la prestación del servicio militar obligatorio, durante
una actividad u operativo militar y la lesión resquebraja la igualdad frente a las
cargas públicas, por lo que el daño reviste la connotación de especial y anormal
Resulta oportuno señalar que no todo daño causado a un soldado que presta el
servicio militar obligatorio es imputable de manera automática al Estado; por el
contrario, sólo lo serán aquellos que sean atribuibles a la administración pública
en el plano fáctico y jurídico. En consecuencia, habrá que reparar las lesiones
antijurídicas que sean atribuibles en el plano fáctico a la prestación del servicio
militar –porque se derivan de su prestación directa o indirecta– y se puede
constatar la existencia de un título jurídico de imputación que le brinda
fundamento a la responsabilidad. Entonces, si opera una causa extraña o si la
parte demandante no logra establecer la relación fáctica (imputación) entre el
daño y el servicio militar obligatorio, la responsabilidad se enerva y, por lo tanto,
habrá lugar a absolver a la entidad demandada en esos eventos. Ahora bien, en el
caso concreto se estableció que la lesión sufrida por Fabián Andrés fue
ocasionada durante un patrullaje, resulta incuestionable que el daño antijurídico
tiene su génesis material en la prestación del servicio militar obligatorio, además
esa afectación no fue producto de una falla del servicio, ni provino de la
concreción de un riesgo excepcional, razón por la cual el fundamento jurídico se
encuentra enla connotación de especial y anormal que padece el joven que
estaba compelido a la prestación de un servicio público como lo es la protección
de la organización estatal.
Ahora bien la corte se ha pronunciado en la misma sentencia teniendo en cuanta
por qué se debía modificarse de total la sentencia proferida

“En efecto, se observa que los testimonio practicados dentro del proceso
describen actividades cotidianas que realizaba la señora Mariane Valois Palacios
antes de sufrir la herida, tales como las labores del hogar –lavar la ropa–,
actividades de índole familiar como jugar con sus hijos o cargarlos, o actividades
recreativas como nadar. Igualmente, los testigos hacen alusión a las secuelas
estéticas que implicó la herida para el demandante y narran que el aspecto físico
de la señora Valois Palacios se vio considerablemente alterado como
consecuencia de las lesiones. 33.3 Por ello, encuentra la Sala que la pérdida del
miembro superior implica en forma genérica –para cualquier persona– una
disminución en la posibilidad de realizar todas las actividades cotidianas y,
además, una situación de alteración física que implica consecuencias diversas –
de orden físico y psicológico– en la forma como el sujeto se relaciona con el
mundo, alteraciones que se encuentran demostradas en el caso concreto, según
acaba de revisarse.”
Como se aprecia, en este último pronunciamiento se reconoce de manera expresa
la importancia de la noción de “perjuicio fisiológico” o daño a la salud, toda vez
que “además de facilitar la prueba en relación con este particular tipo de perjuicio
–de origen psicofísico–, también proporciona al juez mejores criterios para
establecer la tasación del perjuicio.”; no obstante, a continuación, la Sala señala
que ese perjuicio se encuentra incluido dentro de la “alteración a las condiciones
de existencia”, lo que genera un problema hermenéutico y de aplicación jurídica,
pues, se insiste, al margen de reconocer la relevancia del daño a la salud se
retorna de inmediato a la denominación tradicional. Como se desprende de los
anteriores pronunciamientos, la línea jurisprudencial que se ha trazado en torno a
la tipología del perjuicio inmaterial, diferente al moral, ha supuesto una naturaleza
dual, consistente en que se indemniza la lesión a la integridad corporal del sujeto
– daño evento– (artículo 49 C.P. derecho a la salud), así como las consecuencias
que el daño produce tanto a nivel interno (alteración a las condiciones de
existencia) como externo o relacional (daño a la vida de relación).

Pero aun así leyendo los salvamentos de votos nos incertidumbre saber porque
decían que por qué e perjuicio fisiológico no era correspondiente al caso
concreto, pero en la jurisprudencia actualmente cita
“La nueva jurisprudencia Al enmarcar los perjuicios sicofísicos en el concepto de
daño a la salud, el Consejo siguió el camino que ha venido trazando desde hace
casi dos décadas: evolucionar en la doctrina de la reparación al perjuicio
inmaterial provocado por el perjuicio fisiológico. Que cambie un concepto por otro
no es novedoso. Basta ver que del simple daño fisiológico pasó al de daño a la
vida de relación, para luego acoger el de alteración grave a las condiciones de
existencia, el cual acaba de ser desechado por el de daño a la salud. La
transformación radical está en que el derecho a la salud concentra todas las
categorías dispersas que se indemnizaban bajo el concepto anterior de alteración
grave de las condiciones de existencia. Mientras que bajo la anterior tesis se
reparaban por separado el perjuicio fisiológico y daños externos como el estético y
el daño a las relaciones sexuales, familiares y sociales, el nuevo concepto
erradica esa clasificación” concluyendo que esta unificación, según el Consejo,
evita el subjetivismo judicial que conlleva al enriquecimiento sin causa de las
víctimas. Al eliminar la multiplicidad de categorías indemnizatorias, también se
aseguran indemnizaciones más respetuosas del derecho a la igualdad,
puntualizan los nuevos fallos Y sobre el tema probatorio, las incapacidades
médicas pasan a ser la gran prueba en esta clase de procesos, con el fin de evitar
pruebas más subjetivas, como los testigos. De los nueve consejeros de la Sección
Tercera, solo dos salvaron su voto. Para los disidentes, estos perjuicios deben
repararse de forma más integral, con criterios subjetivos que aumenten los montos
de las reparaciones, según cada caso.”

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