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10 DISCURSOS tenerse tranquilos. Y dividié el discurso en dos partes: en la primera decia que se permitiera a los quiotas y a los demas ser auténomos, y en la segunda que se abandonara la hege- monia maritima. Se dice que a esta tiltima parte Aristides opuso su discurso Refutacién de ta paz. Este es el argumento. El fun- damento del discurso es la utilidad y es una obra practica porque es un conscjo sobre la paz. Si alguna vez te vieras obligado a pronunciar un exordio general, emplea en él una afirmacion particular, como la que aparece en el Sobre Ia paz de Isécrates, cuando dice: «Venimos a hablar de cosas importantes: de Ja guerra y de Ia paz». Lo més hermoso en estos discursos es el método, que metédica- mente hagamos hincapié en unas mismas cosas, por més tra- dicional que sea el tema. Todos los que legan aqui tienen por costumbre afir- mar que van a aconsejar sobre los asuntos mas impor- tantes y mds dignos de cuidado para la ciudad. Aunque tal advertencia fue adecuada también a algunos otros asuntos, me parece que conviene empezar asi a tratar sobre la situacién actual’. Porque venimos a deliberar en asamblea sobre la guerra y la paz, asuntos que tie- nen la mayor influencia en la vida humana. Quienes deliberan correctamente sobre ellos es forzoso que acttien mejor que los demas. Tal es fa importancia del asunto por el que nos hemos reunido. Veo que vosotros no concedéis idéntica audiencia a todos los oradores, sino que a unos les prestdis aten- cién, y de otros, en cambio, ni soportais la voz*. Y no hacéis nada sorprendenie. Pues ya antes solfais expul- sar a todas menos a quienes hablaban de acuerdo con vuestros deseos. Cuaquiera os censuraria con razén esta 7 Lugar comin, empleady también pur Demdsr., en Contra Timécrates 4. 8 Lo misino en Sobre ef cambio de fortunas 22.

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