El Epipaleolítico/Mesolítico se refiere al periodo que transcurre desde el final
del último periodo glacial (hace unos 12 000 años) hasta el comienzo
del Neolítico (hace unos 5000 años). Actualmente se discrimina entre grupos epipaleolíticos (aquellos que mantienen el modo de vida propio del Paleolítico, sin cambios sustanciales, como ocurre con el Aziliense, por ejemplo) y grupos mesolíticos (aquellos que muestran una tendencia propia a evolucionar hacia la sedentarización y otros rasgos propios de lo que luego será el Neolítico, como podría ser el caso del Tardenoisiense).
El Neolítico en Europa
El Neolítico llegó a Europa en el sexto milenio a. C., procedente del Oriente
próximo y a través de la península balcánica y la cuenca Mediterránea, aunque hay constancia ya en el VII milenio a. C. de cronoculturas protoneolíticas en los Balcanes: se trata de pueblos acerámicos, con una agricultura rudimentaria e itinerante, con ganadería y numerosas pervivencias mesolíticas (caza, pesca y recolección, hábitats en cuevas, sin hachas pulimentadas, etc.). Aunque los primeros poblados sedentarios son muy pequeños, pronto se desarrollaron yacimientos como Sesklo o Nea Nikomedia, ambos sobre elevaciones del terreno, con murallas y bastiones y, en su interior, construcciones rectangulares con un vestíbulo de acceso, en las cuales se han hallado cerámicas pintadas y figurillas femeninas. En el Mediterráneo occidental se cree que hubo una fase precerámica fundamentalmente ganadera y relacionada con hábitats en cueva, previa a la aparición de unos grupos de carácter agrícola y ganadero identificados tradicionalmente por un elemento característico, la cerámica cardial. Estas típicas cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho (Cardiidae) aparecen tanto en la orilla africana como en la europea del Mediterráneo, desde Dalmacia a la península ibérica (verde claro en el mapa). La neolitización penetró hacia el centro de Europa durante el quinto milenio a.C. y a través del Danubio; su fósil director es la llamada cerámica de bandas (pardo claro en el mapa), cuya influencia se extendió desde lo que hoy es Hungría hasta los actuales Países Bajos. La cerámica de bandas está decorada en frisos superpuestos con motivos diversos, destacando los meandros, las volutas y las formas angulosas. Los grupos que la utilizaban habitaban en poblados fortificados, algunos de gran tamaño (hasta 40 hectáreas).
Molino neolítico de vaivén
Cerámica de bandas (Neolítico Danubiano)
Hachas de piedra pulimentada
Poblado palafítico tipo Lagozza
Hacia el 4000 a. C. casi toda Europa estaba neolitizada. Por esas fechas empezaron a aparecer en varias regiones atlánticas (desde Portugal a Dinamarca) y de manera más o menos simultánea, unas estructuras colosales de carácter mayoritariamente funerario (pero no únicamente), englobadas en un fenómeno denominado megalitismo. Este nuevo fenómeno cultural sobrepasó el ámbito neolítico, perdurando durante el Calcolítico y la Edad del Bronce, hasta el 1500 a. C.. Hacia los momentos finales se llegaron a construir algunos de los monumentos más impresionantes (como las últimas fases de Stonehenge). Los monumentos megalíticos han sido interpretados como centros simbólicos y/o rituales de las poblaciones de su entorno, de las cuales se conocen muy pocos datos: algunas cabañas dispersas de madera o piedra, acumulaciones de sílex, fosas y hogares, son las evidencias halladas. La excepción la constituye el interesante poblado de Skara Brae, en las islas Orcadas (Escocia). También se han encontrado en el norte y noroeste de Europa ciertos recintos delimitados por fosos sucesivos, terraplenes y empalizadas, denominados campos atrincherados, que funcionarían, posiblemente, como espacios rituales complementarios de los megalitos.31