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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

DERECHO DE FAMILIA
LA TUTELA Y LA PATRIA POTESTAD.
LA CURATELA Y EL CONSEJO DE FAMILIA

ACTIVIDAD N° 15

DOCENTE:

Carlos Diez Canseco Solano

ALUMNA:
OSORIO GAVIDIA, Diana

CHICLAYO - PERU
2020
LA TUTELA Y LA PATRIA POTESTAD.
LA CURATELA Y EL CONSEJO DE FAMILIA

LA TUTELA

a) Definición: Es una institución del Derecho de Familia, parte de las


instituciones de amparo del incapaz, que entra, en defecto de la Patria
Potestad, para cuidar la persona y, si fuera el caso, el patrimonio del menor
de edad, a fin de garantizar su normal desarrollo hasta que pueda valerse
por sí mismo.

b) Tutela y Patria Potestad:

La Tutela es una figura supletoria de la Patria Potestad, por lo tanto, no


pueden coexistir ambas instituciones, pues si existe Tutela es porque no
hay Patria Potestad, y si se está ejerciendo Patria Potestad, no cabe bajo
ninguna norma la existencia de la Tutela. Ahora bien, si la Tutela entra en
defecto de la Patria Potestad, resulta pertinente preguntarse si ambas
instituciones tienen idéntico contenido, y si en buena cuenta no vienen a ser
lo mismo, pero con distinto nombre. Existen entre ambas instituciones:

LA PATRIA POTESTAD LA TUTELA


Los padres ejercen sus En la tutela las responsabilidades
atribuciones más que un imperativo son asumidas por el tutor como una
legal como un imperativo de orden carga publica creada por la ley.
moral que viene de la naturaleza.
Es una institución eminentemente La tutela siendo una institución
familiar pues su ejercicio descansa familiar no necesariamente su
en los padres del menor. ejercicio debe recaer en parientes
del menor, pudiendo ser ejercida
No se requiere la fiscalización ya por personas extrañas al menor.
que se sobrentiende que los En la tutela se requiere de la
padres quieren lo mejor para con fiscalización permanente que se
sus hijos. hace al tutor.
Existe un usufructo legal. No existe un usufructo legal.

c) Características:

La institución de la tutela tiene particularidades, características propias que


la hacen una institución autónoma, pero todos esos rasgos propios se
ubican dentro del marco de protección al incapaz, pues no olvidemos que la
tutela existe en función a atender a las necesidades del niño o adolescente
cuyos padres no ejercen patria potestad. Entre las características tenemos.

1. Interés Colectivo en la Institución


La tutela está pensada en función de los intereses del menor, en
atención a su incapacidad, y por ello, quien viene a cuidarlo debe ejercer
el cargo a favor del niño o adolescente, y no en su propio beneficio.
Estas necesidades por satisfacer, hacen que la sociedad no este de
espaldas al ejercicio del cargo, sino que, a través de sus autoridades
pertinentes, vigíele constantemente el desempeño del tutor, a la par de
convertir el cargo en obligatorio, tal como lo manda el artículo 517 del
Código de los Niños y Adolescentes, en su artículo 100, refiere que el
juez especializado es el responsable de supervisar periódicamente el
cumplimiento de su labor.

2. El cargo otorga representatividad


Recordemos que el pupilo es una persona incapaz de valerse por si
mismo, no puede cuidar sus intereses y requiere de asistencia, cuidado
y protección permanente, sin embargo, esta incapacidad va a ir
desapareciendo lenta, pero seguramente, conforme avance el desarrollo
del menor según su edad. En esa medida resulta pertinente que aquel
que cuide al menor tenga suficiente poder para representarlo en lo actos
de su vida diaria y en particular cuando se trate de los interese
económicos del menor, y es así como el artículo 527 del Código Civil
refiere que el tutor representa al menor en todos los actos civiles, norma
que debemos concordarla con el artículo 45 del Código Civil, referido a
los representantes legales de los incapaces quienes ejercen los
derechos civiles de estos, según las normas referentes a la patria
potestad, tutela y curatela, sin embargo el articulo 527 citado tiene una
segunda parte donde señala una excepción, esto es, se faculta a los
menores que por disposición de la ley puedan ejecutar actos por si
solos, aludiendo a la edad alcanzada por el menor, en la que ya goza de
ciertos discernimiento y, por lo tanto no requieren del tutor para ejercer
determinados actos.

3. El cargo es obligatorio
Es importante que este cargo sea obligatorio ya que así no se puede
rechazar, sino que debe asumirse obligatoriamente, no otorgando al
convocado la mínima posibilidad de repudiar tal cargo. Su asunción es
obligatoria, en atención a que detrás de la tutela existe un deber social,
que se traduce en el cuidado del incapaz, por lo tanto, se hace
necesario que los llamados a la institución no eludan tal compromiso
(salvo excepciones).

CONSEJO DE FAMILIA

a) Concepto

Si bien el Consejo de Familia está ubicado como tal en el artículo 101 del
Código de los Niños y Adolescentes (CNA), no encontramos allí ninguna
definición de dicha institución jurídica, por lo tanto, es necesario acudir a la
Doctrina para comenzar a conocerle.
Así tenemos a CALIXTO VALVERDE quien lo define como un "Cuerpo de
potestad ejecutiva compuesta de cinco o más personas designadas por el
padre o por la madre, o en su defecto por la ley, para procurar el exacto
cumplimiento de los deberes del Tutor, resolver los asuntos de tutela más
importantes y ejercer la alta inspección de la misma".

Por su parte PERALTA ANDIA lo considera como "una institución de


Derecho de Familia que consiste en un cuerpo consultivo familiar que tiene
por finalidad velar por la persona e intereses del menor o del incapaz mayor
de edad que no tengan padre ni madre, o cuando la ley lo disponga así".

Y para HECTOR CORNEJO CHAVEZ es "un organismo consultivo y a


veces ejecutivo que controla a los tutores y curadores, y excepcionalmente
a los padres, en el ejercicio de sus atribuciones, en orden de garantizar los
derechos e intereses del incapaz".

De estas concepciones podemos inferir que el Consejo de Familia cobra


vigor cuando nos encontramos frente a un escenario problemático o
controversial: la ausencia, física o jurídica, de los progenitores. La patria
potestad no puede ser ejercida por los padres del niño, del adolescente o
del incapaz adulto, pues aquellos no se encuentran expeditos para cubrir
las exigencias que la ley les impone; de tal manera que dichas exigencias
deberán ser transferidas a parientes más lejanos e incluso a extraños, por
lo que será necesario constituir un ente rector que controle, vigile y hasta
corrija el ejercicio de dichas funciones. De aquí que se califique al Consejo
de Familia como INSTITUCION SUPLETORIA DE AMPARO.

b) Oportunidad

El CNA, en su artículo 101, prescribe que el Consejo de Familia se


constituirá cuando el niño, el adolescente o el incapaz mayor de edad no
tenga padre ni madre (artículo 619 del C.C.). Sin embargo, esta regla
general puede quebrantarse por situaciones muy concretas previstas por la
ley, de las cuales podemos nombrar algunas a modo de verbigracia:
 Cuando se tenga que decidir si los padres, después de haber
contraído nuevas nupcias, pueden seguir administrando los bienes
de sus hijos del matrimonio anterior.

 Cuando el Tutor Legítimo del menor es al mismo tiempo Curador de


los progenitores.

 Cuando haya que nombrar Curadores Especiales (art. 606 C.C.).

 Cuando se tenga que nombrar Curador Procesal para el hijo en cuyo


juicio se decidirá la destitución de la Patria Potestad de sus
progenitores.

 Otras circunstancias que también establece el C.C.

Como se puede observar claramente, el Consejo de Familia, por


disposición expresa del C.C., puede constituirse aun cuando los
progenitores del menor o del incapaz existan; sin embargo, no queda duda
que la antonomasia de esta institución es EMINENTEMENTE
SUPLETORIA.

Es preciso acotar que el cargo de miembro del Consejo es gratuito e


inexcusable y debe desempeñarse personalmente salvo que el Juez
autorice, por causa justificada, la representación mediante apoderado (art.
633 C.C.)

LA CURATELA

La Curatela es, según nuestra legislación, una institución supletoria de amparo


familiar.

Etimológicamente algunos señalan que proviene del latín curo que significa
"cuidar" o "cuidador", y por tanto tiene otros significados como cuidar,
administrar, dirigir, etc.
Guillermo Borda, tratadista argentino, la define de la siguiente manera: "se
llama curatela a la representación legal de los incapaces mayores de edad,
tratase de dementes, sordomudos que no saben darse a entender por escrito o
penados; y a la administración de cierto bienes abandonados o vacantes".

El jurista Arturo Yungano indica que "la curatela es inherente a la incapacidad


de mayores de edad; y se da curador al mayor de edad incapaz de administrar
sus bienes; agregando que son incapaces de administrarlos el demente,
aunque tenga intervalos lúcidos, y el sordomudo que no sabe leer ni escribir.
Considera que, si un mayor de 14 años bajo tutela es declarado incapaz, se
sustituirá aquella por la curatela sin perjuicio sin perjuicio de la identidad de las
reglas.

Prescribe que las leyes sobre la tutela de los menores se aplicaran a la


curaduría de los incapaces, sin olvidar que en la tutela hay un menor que
llegara a la mayoría de edad y con ello a la libre administración y disposición de
sus bienes; en cambio, en la curaduría hay un enfermo, siendo obligación
principal del curador procurar que aquel recupere su capacidad.

Señala que existe una curatela general- testamentaria, legítima o dativa- y otra
especial, a lo que hay que agregar tutela emergente de la curatela; la curatela
de los inhabilitados y la curatela a los bienes (YUGANO).

Héctor Cornejo Chávez sostiene que "la curatela es una figura protectora del
incapaz no amparado, en general o para determinado caso, por la patria
potestad ni por la curatela, o de la persona capaz circunstancialmente impedida,
en cuya virtud se provee a la custodia y manejo de los bienes o intereses de
dicha persona y eventualmente a la defensa de dicha persona y al
restablecimiento de su salud o normalidad".

El profesor Óscar Requejo indica que "el curador es la persona física capaz,
que suple la falta de capacidad de ejercicio de un mayor de edad".
La definición del maestro Cornejo Chávez es interesante ya que actualmente la
curatela no solamente protege a la persona y a los bienes de los incapaces
mayores de edad, sino también administra los bienes de menores de edad
sujetos a la patria potestad, cuyos padres tienen intereses contrarios a los de
los hijos o éstos adquieren bienes cuya administración de los bienes de los
hijos. También la curatela procede en el caso de los menores sujetos a tutela.

La curatela, en toda su amplia gama de posibilidades, consiste en un derecho


de carácter personal que, evidentemente, tiene –de acuerdo con las
circunstancias- consecuencias patrimoniales.

La curatela presenta analogías y diferencias con la patria potestad y la tutela.


En efecto, las tres instituciones son consideradas como instituciones del
Derecho de Familia de carácter eminentemente tutelar, cuya finalidad es
proteger la persona y los bienes del menor de edad en el caso de patria
potestad y la tutela, y de la persona mayor de edad incapaz, en caso de la
curatela, y específicamente los bienes de los menores cuyos padres, por
algunas de las causas señaladas en el Código Civil o el Código de los Niños y
Adolescentes, no pueden o no deben hacerlo.

Caracteres jurídicos

La curatela se caracteriza porque constituye una institución supletoria de


amparo familiar desde que tutela el estado de desprotección en que puede
encontrarse una persona para ejercer sus derechos, y cuidar de sus intereses
personales y patrimoniales. También, porque cumple con una función
representativa del incapaz, si bien es cierto, que el cargo es mayormente
asistencial.

También la curatela es una función personalísima e intransferible, lo cual


significa que no es posible delegar funciones a otras personas lo que no impide
para que el curador se valga de servicios de otros auxiliares como abogados,
contadores, cobradores, gestores, etc. Por tanto, no es posible transferible
dicha función a otras personas por ninguna razón que la justifique, salvo los
casos previstos por la ley.

Se entiende que la curatela es obligatoria y permanente, en razón de que el


designado deberá asumir y ejercer el cargo necesariamente durante todo el
tiempo señalado, exigiéndose el desempeño personal porque de su ejercicio
derivan algunas responsabilidades de naturaleza civil, penal y administrativa.

Asimismo, la curatela es una institución orgánica y publica ya que se advierte la


presencia de un interés colectivo y no solo individual, sobre todo por la
supervigilancia que ejerce el estado vía consejo de familia, el Ministerio Publico
y órganos jurisdiccionales.

Por último, la curatela es una institución importante cuya función es casi


siempre remunerada, porque –en la actualidad- ninguna persona quisiera
ejercer dicho cargo debido a las responsabilidades que conlleva, por un lado, y
por el tiempo, esfuerzo y dedicación que requiere dicho ejercicio, por otro.

En relación, a la representatividad del guardador. Si bien, en efecto, ya no se


puede aceptar con la rotundidad del antiguo Derecho que el tutor representa a
la persona del pupilo, en tanto que el curador sólo asiste o complementa a la
del curado, sigue dándose e esta materia una diferencia, que puede ser sutil
cuando se trata, por ejemplo, de persona total y absolutamente privada de
discernimiento, pero que es bastante perceptible cuando se trata, del pródigo o
de mal gestor. De ello resulta que la curatela no tiene siempre no con la misma
intensidad el carácter de representatividad que ordinariamente se le reconoce
en la tutela, pero que tampoco está siempre y por entero ausente tal carácter

CONCLUSIONES:
En el precedente vinculante: “En los procesos de familia, como en los de
alimentos, divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades
tuitivas y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas
procesales como los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad,
preclusión, acumulación de pretensiones, en atención a la naturaleza de los
conflictos que debe solucionar, derivados de las relaciones familiares y
personales, ofreciendo protección a la parte perjudicada, ello de conformidad con
lo dispuesto en los artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que
reconoce, respectivamente, la protección especial a: el niño, la madre, el anciano,
la familia y el matrimonio, así como la fórmula política del Estado Democrático y
Social de Derecho”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Matos Barzola. Derecho Perú. Recuperado de: https://derechoperu.wordpress.com/about/

Código Civil Peruano.

Código de los Niños y Adolescentes.

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