En el texto se hace una breve exploración de la situación por la que atraviesa la
globalización en la actualidad, bajo la premisa de que estamos experimentando una crisis económica que involucra las transnacionales, pilares productores y perpetuadores de la globalización. Para el autor, la globalización es comprendida como un sistema económico que transciende las esferas tanto de la vida doméstica como estatal y se caracteriza por el dominio de las “burocracias privadas”, nombre que le ha dado a las trasnacionales puesto que estas con el desarrollo industrial y las redes de comercio, se sobrepone a las burocracias públicas y determina radicalmente como se comprende el mundo en términos geopolíticos. El autor, después de brindar las anteriores conceptualizaciones, describe la denominada “Empresa de producción mundial”. Primero aclara que este tipo de empresas no es la primera de tipo mundial, pues las empresas de compra y venta existían desde antes de la revolución industrial, la diferencia entre las empresas con este tipo de sistema y las empresas de producción mundial es que esta última está localizada en un punto específico del globo. Este tipo de empresa data hasta después de la Segunda guerra mundial, con la aparición de factores importantes que permitieron su estructuración: el primero es la comunicación cablegráfica, puesto que facilitaba la comunicación instantánea en cualquier parte del mundo, la segunda es los cálculos baratos y el último, el transporte que también se prestaba bajo precios muy bajos. Posteriormente, con el crecimiento exponencial de las medianas y grandes empresas se empiezan a hacer exigencias a los gobiernos sobre la fluidez del mercado, oponiéndose al intervencionismo político-estatal, cambiando el dogma capitalista que predominaba en la época. Para que desde el surgimiento de este tipo de empresa se logré evolucionar al estado en el que se encuentran actualmente, se presentaron 3 avances que modificaron estructuralmente la sociedad: la apertura casi ilimitada del capital financiero, el cambio de un Estado social a un Estado militar policial, ya que esto facilita la privatización de propiedades públicas; y, por último, la flexibilización de la fuerza de trabajo que posteriormente pone en juego diversos derechos fundamentales. Estos avances se ven con mayor claridad en Latinoamérica por características como el terrorismo de Estado. El autor nombra un factor que podría considerarse el cuarto avance, el cual consiste en la mentalidad del poder y la competitividad que motiva a las personas a “auto-explotarse”. Estos avances no solo facilitaron que este tipo de empresas logre lo que son en la actualidad, sino que limpiaron y siguen limpiando en algunas partes del mundo, el campo de batalla, eliminando posibles disrupciones y distorsiones, buscando así, la mayor fluidez posible en el mercado. En este caso, el Estado intervencionista y las políticas estrictas, eran disrupciones, distorsiones que limitaban la fluidez del mercado y así, con las exigencias que sobreponían las corporaciones privadas sobre las públicas, las empresas privadas de producción se volvieron el fuerte económico mundial. Posteriormente, el autor habla de cómo estas burocracias privadas empezaron a influir políticamente en los estados, con el fin de, además de dinamizar el mercado con los postulados planteados anteriormente, sustentar la democracia como fuente de impulso capitalista neo-liberalista. Retomando que las burocracias han acabado con derechos fundamentales como lo son los derechos del trabajador. Organizaciones como el FMI y el BM, han sido de los más fuertes promotores dela privatización, siendo burocracias públicas que deberían promover que los derechos fundamentales que han sido reemplazados por “personas jurídicas” y que mantienen estructuras de explotación y dominación, vuelvan a ser recuperados. Es más, lo que era el ciudadano en la anterior estructura, ahora ha sido reemplazado por el cliente, el consumidor, etc. Con la fuerza que han adquirido en este momento los mercados, la cual cabe resaltar que es una fuerza totalitaria que incluso domina lo que se consideraba público, se puede contemplar que la burocracia privada utilice como instrumento la democracia. La burocracia privada determina los espacios en donde se puede desarrollar la política, creando así, un tipo de gobierno parlamentario donde el poder de las empresas determina las formas de gobierno, este parlamento a pesar del poder que tiene, no cuenta con las obligaciones que el Estado de representación sí, y, aun así, tiende a ser más poderoso y de orden mundial. Básicamente, se plantea una paradoja sin alternativas ya que la única forma de regular las burocracias privadas es a través de la regulación del mercado, mercado y regulación que solo se puede lograr con la intervención de estas burocracias privadas. Socialmente se visualiza un panorama de resignación, o como lo menciona el autor “una cultura de la desesperanza”. Esto se logró con el juego psicológico de la determinación, momento en donde entran las categorías del sistema-mundo centro-periferia, y esta categorización del lenguaje que determina que la pobreza está en el tercer mundo y se reproduce en este. Sin embargo, en diferentes esferas sociales, principalmente en esferas intelectuales y foros en donde se propone obligar al sistema mundial a reformular la estrategia de acumulación de capital y responder a la desesperanza. Y así paulatinamente, se van integrando cada vez más persona de diferentes clases sociales e influencias políticas, surgiendo un extenso grupo anti-globalización. Creando pequeñas semillas de esperanza entre la desesperación que causa la desesperanza. Al principio del texto se afirma que las trasnacionales están a travesando una fuerte crisis, pues las semillas de esperanza que surgen de las décadas de imposición reaccionan de formas diversas como el atentado del 11 de septiembre. Esta crisis no asoma un poco el fin dela globalización, pero si hace que se replantee la acumulación dispar del capital, las injusticias que se han originado en pro al capitalismo, y la responsabilidad social y medio ambiental. Es por esto que, como lo propone el autor la responsabilidad social con el mundo, no puede seguir siendo a través de violencia y muertes como lo han hecho los grupos anti-imperialistas terroristas, debe ser ampliando el discurso a grupos cada vez más consolidados, esperando el momento oportuno para hacer un cambio interno en este sistema.