¿ Lograr suscribir en Venezuela un Contrato de Trabajo Individual con sus
respectivas condiciones y requisitos exigidos por nuestro legislador como así lo estipula el artículo 59 de la L.O.T.T.T., sin perjuicio de que pueda probarse la existencia de la relación de trabajo en caso de celebrarse en forma oral, y pretender mucho menos que en el supuesto negado de que se realice el contrato escrito de trabajo individual, se le otorgue al trabajador un ejemplar en original ? Es algo muy engorroso, casi imposible, completamente maratónico y estadísticamente casi nulo; en virtud de que los hechos han demostrado que la gran mayoría de las empresas tratan de que no haya evidencia o prueba escrita y de hacerlo lo realizan como contratos a tiempo determinado. ¿ Que quedara para los contratos de trabajo Colectivos que se supone que superan todas las mejores condiciones de los trabajadores contenido en la L.O.T.T.T.? Ahora bien el legislador en su artículo 64 de la L.O.T.T.T. pauta únicamente 4 supuestos de contratos de trabajo individuales como son: a. Cuando lo exija la naturaleza del servicio. b. Cuando tenga por objeto sustituir provisional y lícitamente a un trabajador o trabajadora. c. Cuando se trate de trabajadores o trabajadoras de nacionalidad venezolana que prestarán servicios fuera del territorio del República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con lo establecido en esta Ley. d. Cuando no haya terminado la labor para la que fue contratado el trabajador o trabajadora y se siga requiriendo de los servicios, bien sea por el mismo trabajador o trabajadora u otro u otra. ¿Como se explica que estos son los contratos predilectos de las entidades de trabajo para justamente evadir la estabilidad laboral ? Y es que el mismo articulo en su único parágrafo para ironía patronal establece textualmente: “Será nulo el contrato de trabajo por tiempo determinado por causas distintas a las antes señaladas, en consecuencia, el trabajador o trabajadora se encontrará investido de la estabilidad prevista en esta Ley.” Se hace menester que en nuestro amado país con la situación actual que estamos viviendo de la Pandemia del Coronavirus, reflexionen en los valores y principios de vivir honestamente, no dañar a nadie y darle a cada quien lo suyo, como sabiamente Ulpiano lo estableció en sus Principios Generales del Derecho.