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PARTE III Las actitudes de mediados de siglo Leer desde la pagina 171 0 188 249 0317 5 El progreso y sus instrumentos Liss tuchas politcas dentro de la clase gobernante chilena durante la struccién de la repablica parecen haber sido lo suficientemente cloras 2's derrotados y revitaizados Liberales en disputa con los Canservadores otiosos; los campeones de la libertad contra los defensores del orden muchos sentidos, sin embargo, Conservadores y Liberales siempre lamaron un terreno ideolégico similar, pesar de las feroces disputas entre sy usaron un lenguaje comiin al atacarse mutuamente, como hemos notado 2 propaganda electoral de 1851, Ciertamente las grandes palabras claves period —"ibertad”,“reforma’,"democracia’, ‘progres’, ‘lizacion" entre 2— fueron usadas con una frecuencia similar por ambos Iados, aunque so hecho de ellas por Conservadores y Liberales fue a veces ligeramente stinto! Hubo muchas ocasiones en que los desacuerdos no calzaban cesariamente con las lineas partidistas y esto se constata particularmente en aso de las discusiones por las reformas practicas y mejoras que ambos bandos seaban ver en el Chile del periodo, Toda la evidencia sugiere que la clase 1c, como un todo, claramente favorecié politicas como la promocién de la «eaci6n y el incentivo a la inmigracién europea. Cuando hubo posturas eentes ala aplicacién practica de dichas politicas, Conservadores y Liberales jan ser encontrados en ambas partes del debate y el sustento que hizo esto sible fue la idea de progreso, No necesitamos recordar en profundidad aqui atl pala cave uth porn nes picasso aan misc mens enna ig id hasta hy augers ie nao oar ede ale ca ms erin ela gu pte rere sui can madera y ‘via’ sn ara ls doin hspolenan mais iby Le (nu sei pric es ung prose oa Cares del en pet, es exacted mundo." alr, recast su anna gaa io ye sna un sinned goin reps cémo este concepto esencialmente moderno tomé forma (luego de primeras agitaciones en el siglo diecisiete durante la Ilustracién euro especialmente durante la llustracin tardfa) y vino a sostener la versi6n: siglo diecinueve de modernidad, que fue recogida por la totalidad del mut occidental. En su forma del siglo diecinueve, la idea de que el progreso est ligado a la nocidn de un proceso evolutivo permanente —Ia que fue refo mis tarde por la revolucionaria perspectiva de Darwin—, y asociada a mes con el liberalismo politico, puede ser descrita como relativamente compleja. En el siglo veinte, con toda su violencia apocaliptica, la idea aunque ciertamente retuvo mucho de su significado en la mentalidad pops Hlegé a ser inevitablemente més cualificada, y en todo caso, con un mayor de diferencia en su significado PROGRESO Casi todos los chilenos educados durante la repaiblica temprana pare que hubiesen crefdo que el progreso era la clave (€ incluso el “tema cent de los tiempos que estaban viviendo. El concepto habfa sido asimilado det del panorama politico chileno durante el perfodo de independencia, a ment en la forma de visiones resplandecientes del futuro de la nacién’, pera transformé en un tema més frecuente en las décadas siguientes. Es revel que el primer periddico de publicacién diaria de Santiago eligié lamarse a mismo El Projreso —ejos el titulo mas popular para los nuievos periéd ccreados en el siglo siguiente. ¢Cémo veian los chilenos el progreso? “Si atraccién es la constitucién universal dada por e! Creadora todos sus mun declaré El Progreso en su primera editorial, “el progreso puede decirse que reglamento interno de cada uno de ellos". Un periédico Conservador 1853 lo definié como “la fermentaci6n esponténea, la elaboracién natural los elementos propios de la sociedad; Ia sucesi6n constante de las 6 hhumanas en una via siempre ascendiente...”. En la era de Tennyson (com ‘visién del mundo y todo lo maravilloso que seria”) y Victor Hugo (com ‘Nef magique et supréme" navegando a un majestuoso y sublime futuro), era p ser incluso més rapsédicos. Jacinto Chacén, en un largo poema de present6 una visién de progreso en la que el siglo dieciséis en Europa erm punto de partida con su regalo de “libertad e inteligencia al mundo”. Amé debido a la conquista espafola habia sido menos afortunada, “Gran Felipe Segundo / Tu sombra sepulcral marchita un mundo!". Sin embargo, "Albs 2 ais op. 18188 2) Bogs, denon de 1882 4 Menge, 22d rvenre e185 jorma (luego de sus llustracién europea stener la versién del otalidad del mundo 1c el progreso estaba la que fue reforzada asociada a menudo clativamente poco liptica, la idea (que mentalidad popular) caso, con un grado ;emprana pareciera sso el “tema central") sido asimilado dentro ndencia, a menudo 2 nacién’, pero se entes. Es revelador 20 cligié lamarse a sf nuevos periddicos el progreso? "Si la todos sus mundos", de decirse que es el Conservador de boracién natural de stante de las cosas Tennyson (con su Victor Hugo (con su uturo), era posible poema de 1846, scis en Europa era el sal mundo". América, Gran Felipe el mbargo, "Albi genio del Norte’, con su “laboriosa cohorte” habia plantado la democracia en el continente americano y finalmente gracias a Francia, "el Aguila moderna’ estaba reviviendo Hispanoamérica. Chile habia entrado al mundo del progreso La humanidad que avanza te enrola" por lo que los chilenos necesitaban estudiar “el libro de la historia’, cuyas leyes estaban siendo descubiertas por nobles espiritus europeos como el de Guizot y Hegel (Ob Patriat en ese libro tw porvenir mi 4germen una lucha en tu interior se agita, Lo viejo va muriendo, lo nuevo va dentrando, Tu gatico eificio la Europa va minando’ En un poema més tardio, Chac6n, quien era un hombre mas bien dado a la versificacién, prolongé su perspectiva histérica, comenzando esta vez con la cafda del Imperio Romano y el nacimiento de las naciones que lo sucedieron, len un proceso que se estaba repitiendo ahora en Hispanoamérica A Pueblos cayendo, pueblos l ina del mundo, tando, a bumanidad va renovando Asta De tempo on tempo, esprit fecundo, Y ast as ealizando (GEOMETRA CREADOR tu pla profindo En ningiin caso es concebible que todos los chilenos educados hayan apreciado el nebuloso componente espiritual del retrato de Chacén, debido a que la estructura de pensamiento del poeta era fuertemente metafisica, Sin embargo, muchos de ellos deben haber visto la historia como un encabezamiento en “una direccién indefinidamente progresiva’. Como la disertacién del autor cexplica, ‘una linea recta, no un circulo, como Vico pensaba, es la ruta trazada a la humanidad en el grandioso plan de la creacisn”, Sin embargo la linea recta encontraba obstaculos a menudo y la raz6n para esto, de acuerdo al poeta Liberal Salvador Sanfuentes, fue la interaccién de dos impulsos sociales planteados por el “Supremo Regulador’: la “necesidad de adelantamientos’ y “el instinto de conservacién de lo que existe’. El triunfo inact, Biante can mai de pid it de soy Lina dl lint Maa. 3298. Ins Wno Po veri pr arta eA’ en vie tal (16D. 228 Fall Fernandez Conch, Memo ena ac ou inspocin 3 Ftd de Ley Cece Palisa a definitivo" del progreso, crefa Sanfuentes, estaba todavia muchas generaciones por delante?, pero cualquiera fuera la demora, habia buenas razones para tener esperanzas al respecto. ‘El pasado gravita sobre las espaldas del hombre, el presente es resbaladizo” observé El Progreso, “mas el porvenir siempre es risuefo’, Incluso catéstrofes como la Revolucién Francesa, de acuerdo a El Progreso, tenfan su lugar en la marcha hacia adelante: “Atrds, es cierto, se verén cadaveres y sangre, mas adelante se verd vida, esplendor y perfeccién’ De hecho la perfeccién era concebida como el fin fundamental del progreso lo que era respaldado por Martin Palma, un distinguido periodista que mas tarde se convirtié en un novelista anticlerical, y para quien la perfecci6n era el impulso clave para la humanidad, “una mano invisible” que empujaba a la raza humana hacia arriba y adelante’ ‘Como quiera que se concibiera el progreso en términos abstractos, la mayoria de los chilenos educados estaban de acuerdo en que el progreso Progresos materiales es la palabra sin mayor aprobacién en 1852, adoptaba una forma visible y material tambii fascinadora del dia” indicé la Revista Calc la que forma todas las ilusiones de los periodistas y Ilena de entusiasmo su tivo. Aquellos que se oponian a los ', Jo que era ciertamente avances materiales fueron denunciados por el periédico pro-gobierno El Ferrocaril, que se preguntaba “qué vale més... la barbarie que la civilizacién, la pobreza que la riqueza, el hombre ignorante que el hombre ilustrado, el cafre 0 el hotentote que el inglés o el francés’ y Manuel Miquel, en uno de los pocos tratados econdmicos serios que se escribieron durante la repiblica temprana manifesté en el mismo tono que el oponerse a las méquinas, “es combatir los adelantos del espiritu humano’, al mismo tiempo que "defender la ignorancia, la rutina, la pereza y la barbarie"” Como sabemos, una de las razones para el triunfo de la idea del progreso. durante el siglo diecinueve, fue el reforzamiento continuo del mismo por intermedio de manifiesto avance cientifico y técnico. Los periddicos chilenos, atrapados en el entusiasmo del mundo occidental por las innovaciones tecnolégicas, tomaron nota de los nuevos desarrollos tecnolégicos, incluso de aquellos que resultaban frustrados como el globo acrostético a vapor de WH. Henson en Inglaterra, que provocé una editorial lirica en El Mercurio acerca del “inmenso porvenir que ofrece la navegacién del aire”. La llegada del barco a vapor y del ferrocarril fueron saludados con un sincero deleite 8 “Cie ee tte Csaba hs ade Map, Briann Vt Male, ign ais d ne 4. Popes, ie septentre ce 1K, 10 Worin Pans, Eesinie police ofan bw amb yr soctdes, 1 Le se Cia, 20 onion 1852 9.48. 12 fom e ire de 88M oc, 18 13 dna, 3 te ii de 154 como queda Joaquin Valle nuevos vapor linea de ferrox Ja Megada de | a glorificaci despedida de edad’, se mo ferrocarriles c Es sumar época una eri escuchada alg publicacién, | el progreso no insensato” qui de.un progres la humanidad algunos fildso Papa Pio IX, k como el prin materialment Iglesia Catdlic tecnolégico, | inauguraci6n 1863, y haya k de la ceremoni camino a un si del camino a tecnologia, el ingenieros con a vapor muche punto que se I en Llay-Llay. 1 Aner pe OR kl 8 La ic oi, 28 17 Ls i Ce, 20 "Raman rt, ichas generaciones nes para tener idas del hombre, el venir siempre es de acuerdo a El s,s cierto, se verén dor y perfeccién ental del progreso, eriodista que mas n la perfeccién era © empujaba a la minos abstractos, la en que el progreso lesesla palabra sprobaci6n en 1852, na de entusiasmo su se oponian a los sdico pro-gobierno © que la civilizaci6n, hombre ilustrado, el Miiquel, en uno de los durante la repablica » a las méquinas, “es lempo que "defender cla idea del progreso “inuo del mismo por s periédicos chilenos, cnolégicos, incluso ostético a vapor de | lirica en El Mercurio del aire". La legada in un sincero deleite, sen os apie de Ce como queda claro en uno de los dos ensayos cautivadores escritos por José Joaquin Vallejo en los que revela el placer que sintié al viajar abordo de los nuevos vapores de paleta de la PS.N.C. Al comentar la construccién de la linea de ferrocarriles entre Caldera y Copiap6, un almanaque de 1851 aclamé la llegada de los ferrocarriles como “la obra més osada del genio moderno. la glorificacién del genio humano". El presidente Bulnes, en su discurso de despedida de 1851 junto con alabar “las maravillas que ha sido testigo nuestra edad", se mostré orgulloso al enumerar los planes de construccién de ferrocarriles como “uno de los blasones’ de su gobierno" Es sumamente dificil encontrar entre los ehilenos que escribian en esa época una critica seria a las mejoras materiales, aunque una voz disidente fue escuchada algunas veces de parte de la Iglesia Cat6lica a través de su propia publicacién, la Revista Catdica, en donde en forma repetitiva se sefialaba que el progreso no era todo. La Revista Catélica vitupers en contra del “materialismo insensato” que estaba invadiendo a Chile y protest6 sefialando que "la idea de un progreso indefinido’ y la eliminacién de "las miserias que afligen hoy a la humanidad’ no eran més que una fantasfa “en las cabezas delirante’ de algunos fildsofos de nuestra época’"*. Anticipando ligeramente el silabo del Papa Pfo IX, la Revista Catélica identificé abiertamente la "nodera civilizacin’ los y materialmente progresistas’ pudiesen ser verdaderamente civilizados”, la Iglesia Catdlica chilena aparenté usualmente estar de acuerdo con el progreso tecnolégico, lo que explica que el arzobispo de Santiago haya estado en la inauguracién del ferrocarril que unié Santiago y Valparaiso en septiembre de 1863, y haya besado la locomotora ademas de haber sido el orador principal de la ceremonia antes de que el Presidente y sus acompafiantes emprendieran camino a un suntuoso banquete en Llay-Llay, localidad ubicada en la mitad del camino a Valparaiso, como el principal enemigo. Aunque negé que los "hombres inc! ndo deferente hacia el gran logro de la alta tecnologia, el arzobispo no pudo resistir bajarle los humos a los politicos ¢ ingenieros congregados, sefialando que Dios podria haber revelado la maquina a vapor mucho antes si es que hubiese querido". Este no fue precisamente un punto que se le haya ocurrido a ninguno de quienes pronunciaron discursos en Llay-Llay. Of ve. 78 vis Ca, 28 oi de 157 Avis Cas, 20d nimi de 852 onde iat a tis aca an Seay Veo, 1 18 CAPITALISMO Y ESTADO El progreso, de acuerdo al periédico Conservador de 1853 El Mensajero, ‘se realiza... independientemente de todo esfuerzo humano”*. Esto constituia una doctrina conveniente, pero la mayoria de los chilenos asumieron que habia formas de estimular el progreso con mejoras especificas, por lo que aceda’ expresaron ideas como la personas como el senador Manuel José Balm: de que “las mejoras son buenas...; demuestran el progreso de la nacién’ Al mismo tiempo hubo un reconocimiento generalizado de que la pobreza en Chile demandaba el alcance de las reformas progresistas. Chile era para El Ferrocarril una hacienda que, aunque fértil, esté completamente inculta, tun fundo en que tenemos que empezar por hacer grandes adelantos™, pero la pregunta era qué tipo de adelantos. Lo que hoy en dia seria considerado obviamente fundamental y por eso, “comercio, como desarrollo econémico era La Cronica en. industria, poblacién, inmigraci6n, educacién publica’, sugeria 1849, eran "los verdaderos intereses de los pueblos y el blanco de una politica sabia, justay provechosa”®. El Mercurio concordaba al sefialar que el comercio y la industria” tenfan “una influencia altamente moralizadora... Vigorizar... el espiritu mercantil es civilizar’ destacaba en sus Iineas*. Fue as{ como la empresa privada fue vista como el mayor instrumento de progreso, 0 lo que el ministro del Interior Manuel Montt llamé en 1845, “el espiritu de asociacién, germen de las grandes empresas de utilidad’™*. Al incluir editoriales acerca de la rnecesidad de caminos, El Mercurio enfatiz6 que “estas obras siempre se hacen con més perfeccién y con muchos menos costos cuando se hacen por empresas lan con més asiduidad y empeito que los Sin embargo, El Mercurio admitié lo que era un tema particulares, cuyos interesados vel agentes subalternos del gobierno’ tristemente que faltaba “espiritu de empresa" en Chile es estaban frustrados por el lento recurrente entre politicos y escritores, quien *. El Ferrocarril se quejaba en 1859 crecimiento de un etbos capitalista apropiado’ apuntando que “sin asociacién, nada de grandes empresas’, y que sin ellas, ion, 22 70 Manuel ot Fedde 7 4 Mano Braces Presa ol nv 286 1860 ay e138 indus manacure, 25 Mera, Wee Scion 2602.38 Bnd cnt va svi vison pil z Dale cote Fancino Eee cre Msi. es cori) Necture pc ntl opr a qv 8 att parol pa nl Ata Ors (cone y rat deemed ue isa, dee nada de del Inter ferrocan pats... d quien fu *en Chil Ia inerci Estado d acerca d a paises habia pre dos cate Ia “coop. Mit luego de como Ie del gobie poniend acaso los que no, p cso que acciénes para el p mantenie sea posi dl Estado Nuc sido el cl a adela V8 5.80 sate. S 353 El Mensajero, Esto constitufa asumieron que To que cas, por lo a ideas como la de la nacién’ que la pobreza Chile era para nente inculta clantos™, pero ria considerado La Crdica en ) de una politica qui el comercio Vigorizar..el como la empresa ) que el ministro jes acerca de la jempre se hacen en por empresas empeiio que los tercurio admiti6 re era un tema ados por el lento quejaba en 1859 Chile en 188 180) eT) alte Matas Cust a iractn gow ns sale prepa. nada de répido y palpable incremento en la vida de una nacién™, El ministro del Interior Antonio Varas se lamentaba en 1855 de que quienes se oponfan al ferrocarril de Santiago a Valparaiso eran "hombres sin fe en el porvenir del ais.... dominados por el espiritu rutinero”, mientras Ramén Luis Irarrézaval quien fuera ministro del Interior con anterioridad deploré el hecho de que ‘en Chile... la sociedad todavia lo exige todo de la ley y la autoridad", Dada {a inercia existente, hubo un acuerdo generalizado en el sentido de que el Estado debia estimular el espiritu de empresa y es asf como hablando en 1851 acerca del tema de los ferrocarriles, el sentador Diego José Benavente comparé a paises como Inglaterra 0 los Estados Unidos, donde la empresa privada habfa producido *magnificos resultados’, con aquellos paises como Alemania cuyo “régimen administrativo” desarrollado le habfa permitido al Estado actuar como empres: apuntando que Chile no cabia dentro de ninguna de las dos categorias, por lo que recomend6 “un sistema mixto" en el cual existier {a “cooperacién del gobierno" combinada con “el interés particular”! Mirando en retrospectiva el tema del ferrocarrl de Santiago a Valpara‘so, luego de que el gobierno adquitié las acciones de los inversionistas privados (como lo hizo en 1858), El Ferocarril estuvo de acuerdo en que la abstencién del gobierno en temas econémicos poda lograr maravillas en paises avanzados, Poniendo como ejemplo (tal vez no felizmente) "la dominacién politica y econémica de la India por una simple compaiia de comercio’. ¢Pero podfan acaso los intereses privados completar por si mismos un proyecto como el del ferrocarnl de Santiago a Valparaiso? La respuesta del periddico fue obviamente que no, porque habfa adelantos materiales por los que ‘la nacién entera" debia asumir responsabilidad”. En general habia consenso en esta materia y es por és0 que Manuel Miquel en su tratado econémico de 1863 distinguié entre ‘la accién espontinea de los particulares’ que él vefa como el factor fundamental para el progreso, y el papel del gobierno, que era el de “facilitar esa accién, manteniendo el orden y “multiplicando los ferrocarriles, mejorando en cuanto sca posible las vias de comunicacién, y difundiendo extensamente la nstrucci6n primaria”. Esto estaba cie el Estado chileno asumié efectivamente amente de acuerdo con el papel que Nuestra preocupacién aqui no esté centrada tanto en las decisiones econémicas durante el periodo Conservador, sino en lo que parece haber lo el clima de las ideas en general. Los gobiernos desde la independencia n adelante cifraron la mayoria de sus esperanzas en la prosperidad por Pv Vp 26 OP vl. 21 Para les aguas en an elec nel Sanaa s 147, simi sq se oresarn muchos os poe, vase Bares Aan, U keno. lp 150 2 NS, Boe age 85 oe apa 188, intermedio de la expansién del comercio exterior, pero sus politicas, por otra estaban p: parte, fueron altamente pragmaticas y no dejaron de lado el proteccionismo crear el (0 el intento proteccionista) de los que eran vistos como intereses vitales manufact para la nacién. Al mismo tiempo es también lo suficientemente claro que el Reyes per punto de vista econémico que se desarroll6 entre los chilenos educados (en podria pr abstracto) fue més bien favorable al libre comercio incluso antes de la llegada al menos en 1855 del economista francés Jean-Gustave Courcelle Seneuil, a quien a necesidad menudo se le atribuye el haber esparcido la doctrina liberal econémica en Elter Chile, lo que fue cierto, pero en una forma bastante mas moderada de lo que en el Cong Ia leyenda le atribuye. El Mercurio, que estaba a menudo en armonia con el ala seda e cardcter distintivo de Valparaiso, afirmé en 1856 que, “las teorfas del libre preguntar comercio han sido probadas entre nosotros, y hemos visto précticamente protegia si que son buenas, son de fécil aplicaci6n, [y] de seguro resultado", Un ano industrias mas tarde, el mismo periddico declaré que en teorfa econémica tanto sistema pr Conservadores como Liberales compartian la misma postura: "El comercio taller... que libre es ya doctrina nacional...: los torys en Inglaterra eran partidarios de las carrera del leyes proteccionistas, y los whigs de la emancipacién del comercio; entre ideal y lo j nosotros todos estén por el buen principio’ debate en Con respecto al rumbo general de las ideas, El Mercurio debe haber estado. exportados, cn lo correcto, pero exageré en el grado de consenso porque como Sergio Varas obser Villalobos y Rafael Sagredo han demostrado, tanto las medidas como las ideas de la indus proteccionistas tuvieron sus exponentes en la repiblica temprana, tal como lo aplicar las hace ademis la prensa, que no ignoré dichas ideas". El periddico pro-gobiemo isto en el | El Mensajero, expres6 en 1854-1855 que las manufacturas en Hispanoamérica abandonar. estaban en un estado de "verdadera dependencia, una esclavitud’ respecto de politicas co Europa y urgié por la creacién de una industria textil del Estado”. Diez afios antes, el inteligentfsimo Conservador Antonio Garcfa Reyes, objetando las concesiones hechas a Gran Bretaia en un tratado comercial recientemente firmado, bosque}é elocuentemente un plan para una “Liga Comercial Americana con la intencién de desarrollar la industria manufacturera y los mercados Un me necesarios para liberar la economia de Hispanoamérica del "yugo europeo que fe Chile en Ia oprime”, Dado el largo perfodo de paz que habja existido, él pensaba que las reguntaba manufacturas podfan desarrollarse fuertemente en Hispanoamérica, pero el industria. mc problema, apuntaba, era que ‘los artefactos rudos y groseros de nuestra industria! por ‘hasta ak 2 educacién J otro hem ec 4 enn 2 educacién Sidon Bt Sap eminem er Chg, 338. Vo sens id Bl mocratiza Pa Fl Va, et Ste Jan Be, rl Goze y Cl ale Seo Ral Sag Meri, mac 154772 ema 1S. dno oe ll » sus politicas, por otra estaban pobremente Posicionados para compet ado el proteccionismo crear el ingenio humano’ como intereses vitales manuf entemente claro que el Reyes chilenos educados (en tircon ‘cu especialmente en Euro, as estaban ahogad, fe una zona de libre com Nar una estructur: lantos inventos pueda Pa, por lo que las las “en su nacimiento". Gareta rcio protegida en Hispanoamérica @ para el crecimien l punto en que éstas pudiece necesidades domésticas* iberal econdémica en El tema del Podria proporcio: so antes de la llegada al menos hasta le Seneuil, a quien a to de las manufacturas, 1 satisfacer la mayorfa de lay batido algunas veces moderada de lo que 7 £1 Conateso, en donde seintrodujonn, Propuesta para rebajar los impuca, do en armonia con el pet S288 en 1854; que provoes que elon ee del Interior Antonio Vase g “las teorias del libre Prot 8 ate Chile'no debla emulere ne Estados Unidos, pais que visto pricticamente Protegia sus industrias, “En mvc stra patria", arguments, Vay astan por sf mismas. | fala Protector, y equé porvenir deja as, “slo hay dos * asricultura y la minerta. Quitese ef pos entonces al artesano, al hombre de wstura: “El comercio taller. que mo tene un pedazo de suelo que cultivars Le dejaremos abierta la a parntaeeyae deal 2 C21 Ban?" Varas estaba sumamentc conscien » del comercio; entre {ital ¥ lo préctica en términos de poline bate en 1852 acerca del increment jue habia sido denun > resultado", Un aio industrias que se by: ria econémica tanto nte de la tensién entre lo ‘a6 comerciales, al punto que en un de los impues iciado como antim ve Ojalé pudieran dejarse libres de toe gteso, un aprendizaje mas recomendable por sus ” una propuesta de control le acci6n relativo al método sentarfa una grandiosa Mientras Monte, cuando fue Pr ‘residente, se ma creacién de nuev: nifest6 perseverante en la as escuclas primarias, el e Spacio inmenso” del que habia hablado ba que el Estado debfa Portales se mantuvo tan inmenso como siempre algo que se reflej6 en la retérica comendaba al Congreso oficial. Como ministro de Justicia, Silvestre Och acional y en su informe no Portales subrayé las agavia informé en 1853 que el ia edad adulta ‘sin haber adquirido Kin germen de civilizaci6n’ 'stros medios de produccién y ‘aba consciente del escepticismo de muches *¥ Se pregunts con un fuerte tono irdnico "venta por ciento de la sociedad alcanzaba | hinatin género de conocimientos, ning explicaba para él “la inferioridad . de nuestra industria”, Ochag. 1enso que tenemos acerca de la educ oda la extensién lo que de nue elatraso avia est acién de los pobre nds pobre hasta Nuestros hombres de los arrab: licor y en la mas a ocar este ltimo Han salido ac mos, por més distante ales y de los campos..., anegéndose en e80n viciosos por que saben lee parece necesario ibyecta degradacién, 50 de las escuelas distinguen el bien del mal, por que son abandonados a los instintos y pasiones saly la educacién, apode: ? No: es0s son los hombres que no incultos, por que estén ajes que solo puede corregir indose del corazén, ilustrando y fortificande la >a fuera del alcance de az6n hasta hacer triunfar sus preceptos® Portales, que se convirtig cuando a pried Como ha mostrado S. ol Serrano en un excel lente estudio, hubo un notable 0, el discfpulo de srado de consenso dentro de la clase politics acerca del control y el contenido de Eprincipio bésico era Yel is educacién, El Articulo I de la ley de 1860 establecia que la educacién primarig ¢ les dé instruccién debia estar abierta para todos “bajo la direccion del xy as a pensar que la provisi6n tenfa un “cic temiendo que siel Estado estaba oblig ra un “elemento esencial ado” cuestién que llevé erto sabor a socialismo, les esa instruccién" 2 Antonio Var -oitias) por cada dos mil ado a educar en vi rtud de que la educacién de la sociedad’ eventualmente estarfa también de jai 650, i dl ii de sic 1859, Oval 9 35, 161 obligado a alimentara la poblacién sobre la misma base". El control indirecto sranifde del Estado sobre las escuelas privadas a través de la Universidad de Chile estuvo Gonzéled exento de controversias y lo mismo ocurrié con el contenido de la educacién, mds civil puesto que nadie cuestion6 el principio de que debia incluir un elemento de demanufa instruccién religiosa®, aunque hubo debates acerca del papel del clero en el Unidos; cumplimiento de dicha instruccién®. El consenso sélo se rompié en la década de trabaj ide 1870 cuando por primera vez la educacién se transformé en un tema divisivo ayudarian ‘enlo politico. Hay que sefalar enféticamente que esto no implica que no haya del orden, habido criticas al estado de la educacidn. En su tratado, Dfaz Prado identified Cier siete problemas serios: la falta de profesores apropiados, falta de textos de inmigraci Estudio, bajos salarios para los profesores, la tendencia de algunos profesores a articulo de negarse a admitir alumnos més pobres, la naturaleza dispersa de la poblacién, tratdos p Ia falta de deseo de los pobres por adquirir educacién y Ia falta de financiamiento névesitih adecuado, Para resolver los tltimos dos problemas, Diaz Prado propuso un ta introd impuesto especial a la propiedad y sugirié que la educacién primaria se hiciese difusién d obligatoria, pero la ley de 1860 no hizo més que establecer el principio de educaci6n Garcfa Re primaria libre para todos, a que sélo en 1920 se transform6 en obligatoria inmigraci Hubo dudas también sobre si el tipo de educacién proporcionada en la iferbdaar repuiblica temprana era la apropiada, El tratado econémico de Manuel Miquel sencilla p {que se constituyé en uno de los escritos en que se traté el tema con mayor el artesan profundidad, daba por sentado que la prosperidad del pais dependfa del su taller p ‘desarrollo de sus fuerzas productoras” y que la forma "primordial" de estimulo percbncie estaba en la educacién, pero ésta no posefa una orientacién de carécter técnico, 2 artesanc lo que explicaba lo fécil que era encontrar “literatos y abogados distinguidos eitcanjerc que han adquirido el renombre de celebridades’, pero lo difcil de encontrar aunque ay ilustrados agricultores, ingenicros, financistas’, lo cual Miquel atribuys a la Benavente predileccién de sus compatriotas por seguir carreras juridicas antes que entrar saint Si mundo del comercio y la agricultura, en que “duefios de grandes fortunas, nimero ignoran como emplearlas en provecho suyoy bien del pais en general picaltan Es di . destino pr INMIGRACION colonizaci establecer Hubo un segundo elemento de progreso acerca del cual no hubo wna icente Pe controversia rea: Ia inmigracién, lo que significaba concretamente inmigracién europea. Habja “una conviccién undnime’ —de acuerdo a una publicaci6n periddica de 1856— de que la inmigracién cra “el gran resorte de nuestra Elcontrol indirecto sidad de Chile estuvo rnido de la educacién, cluir un elemento de papel del clero en el ompié en la década § en un tema divisivo implica que no haya do, Diaz Prado identified os, falta de textos de algunos profesores a spersa de la poblaci6n, alta de financiamiento Prado propuso un {én primaria se hiciese el principio de educacion siormé en obligatoria in proporcionada en la ico de Manuel Miquel «6 el tema con mayor is dependia del del p primordial’ de estimulo n de caricter técnico, abogados distinguidos lo dificil de encontrar al Miquel atribuy6 a la ridicas antes que entrar nos de grandes fortunas | pais en general” a del cual no hubo una .cretamente inmigraci6n serdo a una publicaciéa gran resorte de nuestra transformacién social" y este supuesto fundamental fue recogido por Marcial Go imés civilizacién que los mejores libros, més riquezas que mil naves cargadas zélez en un tratado de 1848, La inmigracién, argumentaba Gonzélez, trata de manufacturas' haciendo notar que "el desarrollo cuasi fabuloso' de los Estados Unidos, con sus hordas de inmigrantes sugeria que Chile no necesitaba fuerza, de trabajo adicional sino mas bien ejemplos de trabajo y habilidades que ayudarian a entrenara los pobres, “la chusma intl, ignorant: y ociosa, enemiga del orden, carcoma eterna de la riqueza y prosperidad del pais". Ciertamente, parece ser que hubo un acuerdo generalizado de que la igracién extranjera significaria progreso automstico, idea expresada en un articulo de El Mercurio producto del arribo de cuatrocientos australianos a Chile, atrafdos por las noticias del gran incendio de Valparaiso en marzo de 1843 y la necesaria reconstrucci6n de la ciudad. En dicho articulo El Mercurio aplaudi6 la introduccién de extranjeros de industria y buena moral” como un medio de difusién de las artes y oficios modernos*. Una de las esperanzas de Antonio Garcia Reyes expresadas en el documento citado con anterioridad, era que la inmigraci6n podia traer una "mayor cantidad de fondos y.... hombres ttiles para las manufacturas chilenas. Este punto fue desarrollado en forma més sencilla por el ministro de Interior Antonio Varas en 1854 cuando expresé que J clartesano extranjero tendria un efecto positivo en el artesanado chileno: “en } _sutaller principal principia a adiestrarse el aprendiz del pats hasta llegar a ser J patron o empresario por su propia cuenta, como més de una vez ha acontecido artesanos honrados y laboriosos, que a fuerza de estudio en esos talleres extranjeros han llegado a abrirse paso por entre la multitud”™. El mismo punto, aunque aplicado a los trabajadores rurales fue planteado por Diego José Benavente en un debate en el Senado de ese mismo afio, donde dijo que cada nmigrante que se estableciese trabajarla tierra, necesit contratar un ‘cierto nimero de peones", y que dichos peones aprenderian a ser “buenos gricultores' Es dificil establecer cudnt ete crefa seriamente que Chile constitufa un estino promisorio para la inmigracién masiva, De hecho, la primera ley de jonizacién del 18 de noviembre de 1845, que permitfa a los inmigrantes stablecerse en tierras del Estado, no atrajo una gran corriente inmigratoria icente Pérez Rosales, el incansable patrocinador de la pequefia inmigracién ta ot, nan de pues 206 Sion de 84, SL, UY. 68.53, 163 alemana que se ubicé en el sur desde fines de la década de 1840 en los alrededores de Valdivia y més tarde en el lago Llanquihue, estaba consciente de que:no habia tierras adecuadas para inmigrantes agricultores en el valle central, el que estaba dominado por las haciendas, y a pesar de lo cual sugirié (ivana esperanza!) que los hacendados podrian reservar parte de sus propiedades para arrendatarios extranjeros, una buena forma de mezclar “inquilinos extranjeros’ con inquilinos chilenos™. Juan Bautista Alberdi, el argentino cuyas ideas fueron tan influyentes en su tierra nativa, también favorecié la introduccién en Chile de “inquilinos curopeos™. Es interesante que Pérez Rosales también abogara por el uso de colonias penales como la base de futuros asentamientos. Pérez Rosales vio en Sidney, Australia, a “una fraccién de Europa transplantada como por encanto a 5.000 leguas de ella Indudablemente que Chile podia desarrollar una colonia penal en el Estrecho de Magallanes en la misma forma. Su ubicacién estratégica cra importante, como habia sido demostrado por “la Inglaterra, al ocupar las islas de Falkland: y fomentar... una colonia en ellas Mientras la visién general acerca de la inmigraci6n fue positiva, hubo algunos que cuestionaron si es que debia tener un cardcter indiscriminado y El Mercurio en uno de sus muchos articulos al respecto especulé sobre la posibilidad de que la inmigracién descontrolada pudiese despertar “el monstruo adormecido del fanatismo", lo que en la prictica ocurri6. Cuando Iegaron los primeros contingentes de alemanes al sur, la Revista Catélica hizo notar inmediatamente que habia demasiados protestantes entre ellos con lo cual Valdivia estaba destinada a transformarse en un “foco de la propaganda protestante"®. En medio de la discusiGn de un plan particular de colonizaci6n en el Senado en 1852, Pedro Nolasco Mena propuso que s6lo inmigrantes catélicos debfan ser admitidos, lo que provocé la mordaz respuesta de Diego José Benavente quien dijo: “e Vamos a buscar espatioles?, peor, italianos, ;Dios nos libre! ilrlandeses! miserables, oprimidos, vejados, tan ignorantes como nosotros...**, El ministro del Interior Varas se manifesté de acuerdo en un debate posterior en que “el interés del Gobierno es que vengan catélicos pero sugirié al mismo tiempo que no se estableciesen muchas presiones al respecto, lo que en la practica no sucedié 5 Pre Rose se sana clna erleel ash deMogeaa, vase pp. S472 ie 182 5 ON 1 deepened 18 os alrededores Lallglesia no se rindi6 y prorrumpié a intervalos regulares contra la amenaza { nte de que no protestante, indicando que Chile corria el riesgo “de perder completamente la Mle central, el nacionalidad... y quizés también la religién"®. La Revista Catélica enfatiz6 que sugiri6 (ana ‘no se oponia ala inmigracién como tal, "lo que no queremos... s qu con protestantes y con protestantes de raza tan distinta de la nuestra’®. (Como nos informa Vicente Pérez Rosales, la visién de la Iglesia estuvo hasta cierto e colonice s propiedades ar “inguilinos rgentino cuyas ; aie punto influida por un inmigrante alemén descontento que tomé la actitud de pore catblico perseguido')*. La Revista Calica hizo lo que més pudo para inculcar ra a, Ia idea del temor de Dios entre sus lectores a través de la explotacién dela idea na fraccién de de la ‘alianza’ entre el protestantismo y “los sistemas funestos del comunismo y jas de ella" socialismo'®, mientras que al hacer notar los obvios planes expansionistas de! | en el Estrecho que denominé como ‘el coloso del norte”, mantuvo la idea de que ‘la unidad -ra importante, catélica siempre conservada por la inmigracidn catdlica" era la mejor defensa sla de Falkland cn contra de la dominacién extranjera™ positiva, hubo siscinionny :TOLERANCIA RELIGIOSA? peculé sobre la ¢ despertar “el icurrié. Cuando ia Catélica hizo La clase politica tenfa sentimientos encontrados sobre ese tipo de argumentos y no estaba tan segura de que la tolerancia religiosa fuese un catdico nstrumento de progreso, Las posiciones al respecto nunca correspondieron ela von terioridad a la década de 1850 los principales patrocinadores de la libertad pie cole igiosa tendieron a ser los Liberales antes que los Conservadores, muchos de precisamente a la divisién entre Conservadores y Liberales, aunque con sélo inmigrantes spuesta de Diego 7 italianos, (Dios So ae gobierno siempre tuvo ojos ciegos ante las congregaciones de extranjeros os cuales estaban ligados fuertemente a la Iglesia. El Articulo 5 de la ‘onstitucién de 1833 establecié al catolicismo como la religién oficial de la niblica y prohibié el culto piblico por parte de otras iglesias, aunque el otestantes en Valparaiso (no hubo servicios religiosos en espafiol en el pais ra protestantes antes de fines de los afios sesenta). En muchos sentidos la manda por tolerancia religiosa en Chile crecié lentamente y fue El Mercurio, engan catélicos", chas presiones al siempre tuvo simpatia por las comunidades de comerciantes extranjeros, primer periédico en abogar por ella, aunque en forma bastante cautelosa en comienzo, Comentando en 1839 el mensaje al Congreso del Presidente ans se pp. YATE ai, 6 i | tz fs, Res pos, B62 43043 26 de 152 paramos snes ecuatoriano Vicente Rocafuerte, destacé "el élocuente trozo" del mensaje, en donde expresaba su ruego por la libertad de culto, algo que El Mercurio consideré recomendable”, Dos aos més tarde, el mismo periédico imprimié tn ensayo anénimo en favor de la libertad religiosa escrito por un estudiante del Instituto Nacional, el que no generé mayor revuclo”, Las continuas alusiones a la tolerancia religiosa por parte de El io provocaron comentarios hostiles de otros medios, pero este peri6dico, respondiendo a las criticas de la Gaceta del Comercio, afirmé que no estaba haciendo més que sugerir que el asunto se discutiera en el futuro, aunque afiadié: "[No] conocemos pafs alguno en donde la tolerancia de cultos haya producido la ruina del Estado Los lectores de prensa chilenos fueron mantenidos al tanto de las controversias religiosas fuera del pats e incluso El Siglo publicé una serie de articulos en 1844 sobre el culto religioso en los Estados Unidos, sin dejar de dar informacién explicita acerca de las doctrinas de! Unitarismo”. Los incidentes emanados de los matrimonios mixtos se transformaron en causes cdebres, como cl de 1845 en el que la Iglesia hizo un secuestro forzado de una mujer que se habja casado con un inglés a bordo de un buque de guerra 0 el de 1848 en el que el chargé d'affaires de los Estados Unidos fue virtualmente expulsado del pais por las presiones del Arzobispo luego de realizar su matrimonio de tito protestante con una chilena”. La prensa comenz6 a tomar esia Catélica, como en el caso nota de los incidentes de intolerancia de la de El Progreso que conden6 abiertamente la prohibiciGn del obispo de La Serena de una larga lista de libros, que inclufan la totalidad de los trabajos de Voltaire, Rousseau, Diderot, y Lord Byron, trabajos seleccionados de d’Holbach, Condorcet y Lamennais, casi todas las novelas de Madame de Staél y el libro de Gibbon, Decline and Fall of the Roman Empire tanto en su versién en inglés como en francés”, La oposicién constante de la Revista Catdlica a la libertad religiosa en ocasiones tocé puntos sensibles, lo que explica que un periddico de corta duraci6n de 1845 la criticara por sus actitudes rigidas: “eVivimos en el siglo XIX 0 en el pontificado de Alejandro VI2" se preguntaba”. Aunque es dificil de trazar su derrotero, hubo ya a mediados de la década de 1840 una 138 Te Vis untd unig Anu Slt tv Aca bs aes dor Mana ay 1G, 153.183. 1 Morano 8 centre e142 eral nan sero hac el isin catia ce agin yen deni. Yd bli wae eros delaslcas edens en ipannancs,"ecistnina cain io al 27 de sat B44, ono lane bccn els eis ispaaanucon Mara, 3 5:11 bd 84, es dl Uta, Bd abr Be 16 corriente a en la politi Cone El Mercurio batalla con intransige regularmen en los Esta catélico cor y el Diario de Luther ys embrujamie al atefsmo™ siniestras ide dogmatisme 1850 "de cr apostélica y afirmacién ¢ ‘olerancia de de la Univer suficienteme Ia historia y legando inc! La dem favorable en | 1854, el fuert ia intoleranci Varas ciertam 2 la inmigraci tun espfritu de misi6n auto-i rezquita del pagoda del « wpe lm 220, echt He Le fs Cot 7 del mensaje, en que Fl Mercurio sdico imprimid or un estudiante Las continuas rio provocaron espondiendo 2 sciendo mas que s afadié: "[No} sya producido la 5 al tanto de las ic una serie de Jos, sin dejar de Initarismo™. Los ro forzado de una que de guerra 0 el s fue virtualmente sgo de realizar st 5 comenzé a tomar 3, como en el C280 bispo de La Serena tajos de Voltaire, dos de d'Holbach, de Staél y el libro xs version en inglés islca a 1a libertad ca que un perisdico sgidas: “¢Vivimos en aba”. Aunque &s “década de 1840 una ene don Ma corriente anticlerical emergente en Chile, la que jugaria un importante papel en la politica no mucho tiempo después, como veremos més adelante™ Con el resurgimiento del Liberalismo como fuerza politica a fines de los afios cuarenta, la demanda por tolerancia religiosa se torné més pablica y El Mercurio una vez més lider6 la tendencia conduciendo una interminable batalla con la Revista Ci i6lica, cuya posicién se mantuvo consistentemente intransigente. Desde sus primeros ntimeros, la Revista habia reiterado regularmente su visi6n sobre la tolerancia, que aunque fuese justificable © no cn los Estados Unidos o Inglaterra, era simplemente inapropiada en un pais catélico como Chile”. ‘La tolerancia que incesantemente predican El Mercurio. yeel Diario de Valparaso", seRal6 con estruendo en 1852, “es la misma que predic Luther y sus secuaces, la que ensefé Voltaire y su comparsa...; es el cembrujamiento moral que conduce directamente a a irreligi6n, al materialismo, al atefsmo"™. En respuesta a la exposicién dada por Francisco Bilbao a las siniestras ideas de Lamennais en 1850, su postura se endurecié hasta un extremo dogmatismo: "Todos los chilenos tienen la obligacién’ planted en julio de 1850 “de creer y profesar interior y exteriormente la religién catdlica, apostélica y romana, la inica que en realidad es’. Continuaba a partir de esta afirmacién diciendo que los chilenos ni siquiera tenfan el derecho de “pedir la tolerancia de los otros cultos"™. En una disertaciGn para la Facultad de Teologta de la Universidad tres afios més tarde, el padre Pedro Ovalle Ibarra fue lo suficientemente lejos como para afirmar que la posicién (nica de la Iglesia en la historia y "su cardcter exclusivo" eran tales “que le es imposible ser tolerante’ llegando incluso a tener palabras cordiales para la Inquisicién" La demanda creciente por tolerancia pronto encontré una audiencia favorable en los circulos oficiales. Al discutir la cuestiGn de la inmigracién en 1854, el fuertemente subsidiado periédico pro-gobierno El Mensajero describié la intolerancia religiosa como un “absurdo” obvio y el ministro del Interior \Varas ciertamente simpatiz6 con esta visi6n, oponiéndose a las restricciones la inmigracién en el Senado como “una especie de notificacién publica de Jn espiritu de intolerancia™. Esto en ningtin caso desvié a la Iglesia de su misién auto-impuesta de defender a Chile contra el arribo inminente de "la ezquita del mahometano, la sinagoga del judio, la capilla del protestante, la goda del chino, etc.""*. Un impreso de provincia apoyé la posicién respec lane vs tb i 1 en Rcd Hitt od, Fed pa, La is Cc, 8 1844, ni ge 182 ei de 90 Fai eel, Y2 sion do 1853, e AUD XN eer de BSNS, 28 ce septeme de 1, ea, 3 eed 56. “Beijos Featon, Caen an icra in i lig te Mot Coty Safran, 7 307, 25328, oblicuamente, afirmando que si el islam era permitido en Chile, todos los quel cchilenos entregados a la poligamia defacto sostendrian inmediatamente que de ap ellos eran musulmanes®. A mediados de la década de 1850, el nuevo periédico teme El Ferrocarril se sumé a El Mercurio en su campaiia por la libertad religiosa y una" de hecho sus articulos al respecto se multiplicaron. El hecho de que la Iglesia const estuviese por entonces tratando de distanciarse del Estado (ver capitulo 9) mom intensifies los ataques de la Revista Catélica a los apdstoles de la tolerancia, Ja que regularmente y en forma sensacionalista a veces, reiteré ‘el principio Chil religioso” como la dinica barrera a la “civilizacién puramente materialista’™ dese {que derivaria de las incursiones del protestantismo en Chile: "El defsmo, el brill atefsmo, el escepticismo, el racionalismo, el panteismo, el comunismo y el ate socialismo, he aqut las siete cabezas de la gran bestia engendrada por el ate protestantismo, y que amenaza devorar las sociedades y hundir al mundo debe en la barbarie””, En 1858 la Revista comenz6 por primera vez a dirigir el polit fuego contra la francmasoneria, especulando que Inglaterra (“que tan encarnizada guerra hace al catolicismo en todas partes), estaba detras de Jos francmasones, quienes junto a los "protestantes Sud-americanos” eran casi con certeza instrumentos de ‘la politica de Lord Palmerston”. La fayoria de los chilenos educados y no sélo los pocos que por entonces eran francmasones tenfan una mejor opiniGn de ‘Pam’ de la que tenfa la Revista Catélica Estimulado por las repetidas acusaciones de que en el clero eran fandticos", la Revista Catdlca invit6 a sus lectores a recordar el Paraguay de los Jesuitas, donde hubo “un corto ntimero de sacerdotes estableciendo una repablica tan perfecta que en sus ensuefios de gloria no crearé la imaginacién mis brillante”. Se puede poner en duda si es que el argumento caus mayor impacto, Mientras los sentimientos de la clase politica sobre tolerancia religiosa eran todavia moderadamente ambivalentes en las décadas de 1850 y 1860, la corriente de opinidn estaba emanando fuertemente discursos a su favor En 1858 El Ferrocarril pugné por la creaci6n de una nueva ley para “interpretar el Articulo 5, el cual, de acuerdo a dicho medio, estaba siendo usado como un arma de fanatismo” por ‘ciertos catdlicos de profesién™. Justo al final del periodo que consideramos, las sesiones parlamentarias de 1865 se hicieron Cargo del asunto en forma directa, con debates para enmendar dicho articulo, con lo que se convirtieron, posiblemente, en los debates de més alta calidad n Chile, todos los mediatamente que el nuevo periddico ibertad religiosa y ho de que la Iglesia do (ver capitulo 9) es de la tolerancia, eiter6 “el principio ente materialista’™ hile: "El deismo, el comunismo y el engendrada por el y hundir al mundo nera vez a dirigir el nglaterra (“que tan ), estaba detrés de d Palmerston". La 5 que por entonces de la que tenia la c en el clero eran dar el Paraguay de explicita a idea de que I a ‘son incapaces de gobernar’, una tarea reservada para quienes el Presidente Bulnes (zhaciendo eco inconscientemente dde Edmund Burke?) alguna vez denomin6 como “los hombres de uicio y squito™. _gobernante (ellos mismos), los Conservadores nunca plantearon una propaganda de carécter aristocratica. Hubo pelucones que en forma individual se abalanzaron hacia la defensa de las familias de raigambre colonial que posefan titulos y mayorazgos, y que fueron calificados de “retrégrados” por ciertos Liberales, Manuel Antonio Tocornal hizo recordar a la cémara de diputados en 1850 (con imprecision) el papel sobresaliente de “los mayorazgos, los marqueses y los ondes" en la revolucién por la independencia, y manifests en defensa de su orgullo que, “sia esa conducta noble se da ahora el nombre de vetustez, silos Que la observaron fueron retrégrados, yo lo soy también como ellos”. Sin embargo, la propa Conservadora no apelé al sentimentalismo dicionalista, sino que prefirié enfatizar (especialmente cuando estaban: jando politicamente a los artesanos) que “los ricos por herencia son m pocos en comparacién de | 1 ricos por el trabajo", aunque esto no. fuese més verdadero en Chile que en cualquier otro lugar, por entonces y ahora sis Mo, it. 45 La ase Bules fobs dt te mec ght 2d etn (en glaera’ is on si sr a eat eS De hn es quitnes psn tr may de qe eon mays obi ih Ars dl Oy, Year de 188 By cxashcort’l El énfasis Conservador en la idea del orden, implicé una clara tendenciaa es exta hen Considerar cualquier movimiento de oposicién como potencialmente conducente Denner erty al caos y, es por esto que la imagen de desorden tan cominmente evocada por los Congreso inclutan felucones, parece haber sido lo suficientemente veridica, al menos en las mentes bierno por haber de algunos de ellos, mientras que para los mas cinicos, no era mas que una carta por haber logrado politica dtl de jugar en contra de la oposicin "El orden social es como uno de 30s grandes diques que represan un torrente” adviti6 el medio pro-gobierno Se oeerasl EI Mevsajero en 1853, "y en los cuales una grieta.. es el principio de st és en el orden. "En dlesmoronamiento, de su ruina" Esta imagen tan gréfica era repetida en muchas asi lo dispone la formas, especialmente en tiempos de agitacin, cuando la prensa Conservadora S isieeeaniecka llegé a ser extremadamente tajante en sus juicios, como se demuestra en un > cuando el orden impreso de 1840 que condené a los Liberales por promover ‘conmociones y del orden es interés desorden, asonadas y trastomnos, licencia y anarquia’ acusando a sus Iideres de umentoe que ti ser ‘una caterva de atrevidos sans-ulotes"?. Ese tipo de retérica no estuvo ren el gobierno, inada a la prensa solamente; el coronel Bernardo Letelier, quien disens la F que hizo explicita estrategia de los esluerzos electorales del gobiemno en Talca, en 1840, introdujo bernar, una tarea diligente y absurdamente la idea de que una victoria Liberal llevarfaa “la més mnconscientemente espantosa fevolucién’”. Cuando los poderes de emergencia eran impuestos sejuiioystuito™ los Conservadores los saludaron con entusiasmo como en el caso del estado de ear con una clase sitio de noviembre de 1850, que fue aclamado porque se proponia terminar con ronuna propaganda todos los temores por Ia suerte de la repaiblica.. Hoy el sto va a librar la dual se abalanzaron Republica de una complea dsolacén social" J posefan titulos Como esta hipérbole sugiere, no cabe la menor duda que los temores de or ciertos Liberales los Conservadores por el desorden incluyeron el miedo a los levantamientos stados en 1850 (con sociales, aunque ellos no estuviesen convencidos de que un levantamiento de ee masqueses Sale ese tipo pudiese ocutrir en forma espontinea. Como afirmé el periddico La I en defense dal Tribwnc en 1850, no era “un movimiento revolucionario' lo que era temido porque re de vetustz, silos con rotos no se hace revoluciones’. Lo que estaba en discusién era “un amago n como ellos”. Sin la propiedad’ de parte de “los enjambres de vagos que se anidan en nuestros 1 sentimentalismo rrabales". Dichas explosiones de inestabilidad social, segan la vision nte cuando estaban Conservadora, eran invariablemente provocadas por los oponentes al régime, Pherencka soni sienes eran inescrupulosos por definicién. Luego de la rebelién mineta de 2", aunque esto 0 Chafarcillo en 1851, al subdelegado local le parecta obvio que los ‘autores’ del por entoncesy ahora mmulto tuvieran una motivaci6n politica, “pero en su estupidez no vieron que canalla de que debian valerse en el momento del desorden’, no podria ser ontenida"*. Durante las elecciones de 1858 el Intendente de Valparaiso not dos, 3 doe ES, amis do hit a yd abr de 80, a nc 3 Lo, I debe de 1840. ayons hatin da ny os, ovine 150s eit, ion mae a. satin de 1860. Jagd de hater inane Kaan, 3 eave 8 «que “los industriosos y amantes del trabajo’ siempre eran sobrepasados en nimero porla “clase desvalida, sobre todo en este puerto de transecintes’, y que ese tipo de gente podia ‘ser alucinada de un momento a otro y precipitarse en una conmocién, tomando por pretexto el més frivolo motivo’ En la medida que transcurrié el tiempo, el concepto de orden de los Conservadores vino a ocupar un lugar primordial en la visi6n que ellos tenfan de la historia reciente de Chile. Para 1850, después de todo, ya habjan transcurrido veinte aos de paz, por lo que el contraste entre el orden Conservador y la ‘anarquia” Liberal de la década de 1820 resultaba ser un tema légico de la propaganda Conservadora y, efectivo ala vez porque contenia una cuota de verdad, motivo por el cual los Conservadores muchas veces hicieron tuso del contraste entre antes” y “después’. Todo To acontecido con anterioridad ‘2 1830, como manifest6 un periddico de 1852, habia sido “incierto y precario’ con el comercio y la agricultura "destruida... y.. paralizada’ y las finanzas nacionales “en banca rota’. Felizmente, los Conservadores habian llegado al rescate de "los pueblos, aleccionados por sus propias calamidades’ manifest6 cen 1840 un medio de prensa, porque “aprendieron a conocer sus verdaderos intereses,[y] cerraron sus ojos a la insidiosas sugestiones de los anarquistas"” El “‘argumento desde el éxito” fue preponderante en la propaganda Conservadora, y trascendié al manifiesto de 1851, el cual enfatiz6 que “el partido conservador... no necesita de programas que den a conocer su espirit. EI pais lo ha visto marchar durante veinte afios, imperturbable ante las tempestades ...de la anarqufa”. Las auto-felicitaciones de este tipo estaban ligadas aun creciente sentimiento de orgullo nacional, toda vez que los chilenos educados eran conscientes de la positiva reputacién que Chile estaba logrando en el exterior debido a su estabilidad, de la cual los Conservadores fueron los primeros en sacar provecho. En 1841, el ministro de Interior lrarrézaval, haciendo notar el “cuadro lamentable” ofrecido por otras repiblicas hispanoamericanas, indicé que Chile resultaba ser “un espectéculo nuevo en Obviamente que las convulsiones de 1850-1851 estas regiones iebido a lo cual se menoscabaron brevemente este sentimiento de orgullo, expresaron los temores de que Chile podia reducirse al nivel de otros desacreditados y semisalvajes estados’ de Hispanoamérica™, pero la victoria del gobierno en la guetta civil termin6 por disipar el pesimismo al respecto, por lo que poco después de concluido el conflicto, un periddico Conservador 1 noms de Vie iva dele, 1d mo de 158, AML 2 da mayo 1850 at. i184, O8 ab Lp. 18 proclam Aly los peluco sido imp Constitu notoriam manifiest como el lo que « hispanoa sugirieror filas, adu constituc ministro ¢ tres siglo: ‘espiritu obviamen politico: republicai nteligenc impreso E ue las ins posible”. sugirienda de la tierr Los ( 9 ningdin ropagand haber esta Conservad que amade xpresaron ser parte d eco, 20 nso Men proclamé orgullosamente que “Chile volver a marchar a la vanguardia de las Sine naciones americanas, volveré a ser lo que antes era’. weil coceslog Alreflexionar acerca de su éxito en el mantenimiento del arden, casi todos los pelucones estuvieron de acuerdo en que derivaba de las instituciones que habfan sido impuestas con posterioridad a 1830, y en particular de la excelencia de la de orden de los Fee nce ellos tenian Constitucién de 1833. La reverencia Conservadora por la Constitucién crecié Bein gue clos notoriamente en la medida que fueron pasando los aos, como lo deja claro el — Babee manifiesto de 1851, que declar6 que la Consttucién era ampliamente reconocida Bose como el “cédigo mas perfecto que se conozca en la América Espatiola’ Esto cra srque contenia una lo que constitufa la razén del porqué los chilenos eran los Gnicos va hicerott hispanoamericanos "perfectamente constituidos", Toda vez que los Liberales sugirieron enmendar la Constitucién, la reaccién Conservadora fue la de cerrar con anterioridad = filas, aduciendo el argumento comtinmente expresado de que el cambio ia! y las finanzas constitucional seria muy prematuro. ¢Podia resultar cre‘ble, se preguntaba el sada! y las ministro del Interior Irarrézaval en 1844, que luego de “la inmensa duracién de habian legado al s habian lew {fetiaigiédanisélojun corto|perfado de ¢goblermoypopularirepreseiitisivoed vidades’ manifest cer sus verdaderos : bE “incierto y precario” spiritu democratico” se hubiera enraizado en Chile?, La pregunta era Je los anarquistas™. sbviamente ret6rica, Chile no estaba preparado atin para un dréstico cambio cn la propagand: cual enfatizé que s conocer su esprit politico: "nuestra faz exterior, nuestras instituciones son democriticas, son ‘epublicanas’ observé El Mercurio en 1843, “nuestras costumbres, nuestras nteligencias, las condiciones todas de nuestra situacién actual no lo son”®. El mpreso El Orden, uno de los medios mejor escritos de su tipo, insistié en 1845 ple ante las mperturbable ant uc las instituciones Conservadoras le habian dado al pais la tinica democracia staban ge este tipo estaba toda vez que 105 satacién que Chile estaba sal los Conservadores trinistro de Interior para que la marcha sfirmacién no parece eraun ideal articulado mas a menudo por los Liberales, aunque no hay duda de que los Conservadores utilizaron constantemente el concepto de progreso en su retorica. En la apertura del Congreso en 185: ¢l presidente Montt afirmé que la “marcha progresiva regulada por la prudencia" era “la situacién normal de la repablica’, la que se estaba adaptando a sf misma “a una ley de las sociedades nunca més imperiosa que en los presentes tiempos: avanzat"™ Claramente, la més elocuente de las “literaturas de campafa" en favor de Monit en 1850-1851, fue escrita por su amigo argentino Sarmiento, quien present a Montt en una prosa seductora como un verdadero progresista debido a su ahinco por el progreso material”. Montt estuvo de acuerdo en proyectar su imagen de progresista, tal como lo hizo en un banquete realizado justo antes de que asumiera la presidencia. En esa instancia Montt manifest6 que Lo que hoy celebriis, sefiores, es el triunfo de un principio, el del partido conservador, es el triunfo de las instituciones, a cuya sombra ha de obrarse el mejoramiento moral y material del pueblo, por medio de las artes industrialesy de la instruccién piblica.. Habéis querido ponerme ala cabeza de una falange de obreros, para que todos juntos... construyamos en la repablica el templo de la paz, y el monumento de la prosperidad. {Dios sea ccon los trabajadorest™ Una observacién notable acerca de su discurso fue publicada una pocas semanas después en un periédico pro-gobierno: Lo que se debe buscar, pues, es a creacién de una sociedad de trabajadores, de lo 4 se puede Hamar tna nacin industrial... Lo que llamaremos nacién rial es aquella en que las clases dominadoras han acabado por refundirse en las clases laboriosas, 0 que las clases laboriosas han adquirido un predominio decisivo sobre las clases dominadoras; en que las poblaciones: cn lugar de disputarse y luchar por apoderarse de las riquezas existent, aplican simulténeamente sus fuer Puede ponerse en duda si todos los pelucones fueron capaces de entender | verdadero sentido de dicha declaracién, pero es llamativo que hubiese sido parte de una postura publica. Sin embargo, a pesar de que muchos LV p78 vanes putin mana? Mene Asin sone desea? Mont née ent ecntes? Mio 80; Cad 9 pn de hp Sf Men (TN Mul Mon, cy ohaes 28). Gagan de 881 aid, orb 181 itido que Conservadores invocaron la idea de progreso, nunca estuvo el énfasis en el orden. La frase "progreso gradual’ citada anteriormente, es en si reveladora, porque las reformas, propuestas tanto por Conservadores como por Liberales, aunque anheladas, el sei necesitaban ser puestas en efecto con extrema cautela. El cronograma de impre reforma de los Conservadores estipulaba avances més pausados que en el caso punto de los Liberales, y consideraba las fortalezas de la tradicién ("El peso de la de res noche” de Portales) en una forma que tal vez los Liberales no tomaron en les dio consideracién. Como sefalé un periédico Conservador en 1853, las reformas alare pedidas... por la opinién, discutidas y depuradas en el laboratorio de la ue lo discusién sensata y razonada, sancionadas por el apoyo del espiritu piblico sus fig pueden ser introducidas sin la "desconfianza" o “las contrariedades y poder resistencias" que las medidas excesivamente imprudentes podrian provocar* ton an Tal vez la expresin mas liicida de la posicién Conservadora al respecto, en posibil toda la literatura del perfodo, puede ser encontrada en un ensayo publicado Ts en El Orden en 1846: en sup: colorial Hay en las naciones ciertos habitos,ciertas preacupaciones, ciertos hechos imprud. que se tiene mucho apego, y que sélo la accién lenta y gradual de I quien f ivilizacién puede hacer desaparecer.Sise les quiere arancar por la fuerza, exagera puede sobrevenir una reaccién peligrosa que entorpezca o paralice el simplen movimiento de progreso que Hlevan, La mano conservadora no toca estas impreso preocupacién que ha hecho parte del bien comin seré destruida 0 public desapareceré sino cuando la generalidad esté convencida de ello. Elsistema a elecci conservador favorece la organizacién gradual del cuerpo social, respeta los ste mor «elementos constituivos dela asociaci6n, y prepara por los medios de accién romanas ¥y por los medios indirectos el desatrollo progresiva de toda ela de Gengi Este Con sus referencias a los abusos y prejuicios, este pérrafo nos recuerda quellas con fuerza a Edmund Burke, aunque no hay evidencia de que los escritos Conserva politicos de Burke fuesen bien conocidos por entonces en Chile, a pesar de ctubre d ‘que los més pensantes entre los pelucones parecieran haber sido en algiin sentido I parti burkeanos" de sus as Repaiblic: berto Bl falar: “E 180 ee deteee LIBERALISMO: REPUBLICA, LIBERTAD, REVOLUCION se *propreso iberal, mient ss reformas, ¢ anheladas s ntinuidad que los Conservadores evocaron en forma snograma de mpresionante en su propaganda. Amedrentados por Portales y hasta cierto ue en el caso punto reconciliados con el régimen de Bulnes, los Liberales mostraron signo es0 de la rgimiento s6loafines dela déc 840, con la ruptura vials, la cual as les dio una nueva cohorte sustancial. Los*nuevos' Liberals, aunque arrastrados eee ala rebelidn en 1851, fueron liderados por una generacién més joven, (de la nes que los futuros presidentes Federico Errézuriz y Domingo Santa Maria fueron situ piblico’ sus figuras prototipieas), cuyo proyecto en los anos cincuenta fue el de ganar el rariedades ¥ poder constituidos en tna sélida fuerza politica independientemente de que aC con anterioridad al inesperado reordenamiento politico de 1857-1858, sus erates posibilidades al respecto parecfan escasas n ida, por lo que serfa interesante poser un estudio de los epitetos coloridos ¢ insultantes que se dedicaron unos a otros, a veces con notable ayo publicado a imprudencia en esta competencia en la que seria muy dificil declarar con certeza Te le quien fue el ganador, aunque posiblemente fueron los Liberales. Si las la fuera, cxageraciones en la propaganda tendieron a ser cada vez més drésticas fue alice el simplemente producto de la desesperacién, la que queda en evidencia en un faccién iberticida,sanguinara, raidora, hipécrita,egoista, maquiavelica, ani sida © republicana, anti-social, terrorsta de los [iltimos] 20 anos". En la vispera de Elsie a eleccién de Mont, El Progreso afirmé absurdamente que “Chile presenta en eens este momento el espectéculo singular que debieron ofrecer las poblaciones ore omanas o de la China, cuando invadidas por los barbaros de Atila y las hordas de Gengis Kan quedaron sometidas a la dura ley del vencedor"! os de acci6n _ Este tipo de declaraciones pintorescas no debieran distraer la atencién de recuerdl aquellas critics més serias formuladas por otros Liberales en contra del régimen ee Conservador, la que fue simbolizada en una sola palabra. En su manifiesto de siteaeretit sctubre de 1849, Federico Errézuriz y José Victorino Lastarria sefalaron que hile, a pes PRTG ltl temporal de los iberaes) amma steming enalgan us aspiraciones la REALIZACION I PUBLICA en Chile". La amada “verdadera reptblica’era una expresion qu fa na menu unciamientos Liberales, que en 1859 el novelista berto Blest Gana ironizé tomdndole el pelo en forma elegante a dicho término al falar ica... es algo como el huemul de nuestro escudo isnt tr sf ans 2 eve 182 de armas, que casi nadie ha visto y cuya existencia ponen en duda la mayor parte. No obstante, a esa voz, todos se sienten electrizados™. Fue en consccuencia una palabra clave con una enorme carga emocional. ‘La repablica es la ciudad de Dios’, proclam6 EI Progreso en 1850, y “nuestro deber es trabajar por hacer que la ciudad de Dios o la repuiblica baje a la tierra y viva en toda almay todo pueblo"®. Aquella palabra fue usada en clave en una enorme variedad de contextos. ‘La republica... esté dispuesta a rehusar un dngel’, profesé un impreso de la oposicién en 1850 al discutir sobre los candidatos presidenciales, ‘siel gobierno lo propone’; y Diego Barros Arana, en un “banquete de protesta que tuvo lugar en octubre de 1858, afirmé resonantemente que “es imposible toda transaccién entre la repiiblica y el gobierno actual. Ejemplos como estos podrian ser fécilmente multiplicados Lo que “reptiblica” significaba en este sentido era simplemente el programa Liberal, que buscaba, esencialmente, la eliminaci6n de las pricticas autoritarias del régimen, la reduccién del poder del ejecutivo, y lo que fue siempre una condicién sine qua non para los Liberales, a reforma de la Constitucién de 1833, "Ninguna cosa desea més Chile que la reforma de la Constitucién...", le expres6 Federico Errézuriz al Congreso en 1850, "porque le impide a la repiblica marchar adelante en la carrera de la civilizacién"®, Lastarvia y Errézuriz sugirieron en su manifiesto que habia cinco derechos jue constituian el corazdn de las demandas Liberales 1 igualelad ante la ley, incluyendo un impuesto igualitario sobre la propiedad yeeleapital con el fin de la abolici6n de las [tarifas de] aduanas’ y también la democratizacién de la guardia civica ibertad individual, incluyendo libertad de movimiento, de asociacién (no mencionada en la Constitucién de 1833), “de profesar una creencia religiosa’ y de prensa “sin censura previa ni. enjuiciamiento posterior’ 2. “inviolablidad de todas las propiedadtes' (‘Las disposiciones actuales sobre este punto deben conservarse’, hicieron notar los autores aqui 4. “la instruccién primaria gratuita y la liber incluyendo “una instruccién superior industrial gratuita para los pobres 5. “la proteceiéin dela industria’, con los autores insistiendo que la industria en sf misma debiera siempre ser ‘libre e independiente” y no manejada directamente por el gobierno’ {5 Soman, pn de 1858, 47 Pages, de xe de 150. 48 fnmo, 8st B50 Lo sua, 1G cue 188, 490N/0, 28 ce ps de 1850 Muc Puntos 3, Puntos 1 y los Liberal Aung ala idea de Politicos d duros ataq un articulo dabala sup ‘con una ho y Enrézuric inteligente argumentos Acepta delosh de clase lascuesti Sten C haciend: eleceién sehallan seria de| queen el Lavision una imagen Ds sucesos de precisamente como escribig reaccién cont) rogresos que i ‘olucién que Feu, fe duda la mayor dos". Fue en |, ‘La repablica eber es trabajar y viva en toda norme variedad profesé un presidenciales, ete de protesta’ c “es imposible plos como estos implemente el de las practicas 10, y lo que fue reforma de la a reforma de la n 1850, "porque ,civilizacién™®. cinco derechos ropiedad ia propie cuales sobre s Ios pobres’ fea industria no mancjada Muchos Conservadores no hubiesen tenido mayor dificultad en aceptarlos Puntos 3, 4y 5, aunque el tltimo punto con algtin grado de discusién, Pero los Puntos | y 2 abogaban por una mayor libertad politica, la aspiracién esencial de los Liberales, que porlo demés no resultaba ser una aspin Aunque los Liberales pueden haberest raci6n de cardcter radical ‘ado menos apegados emocionalmente a la idea de jerarqufa social que los Conservad. ores, su idea acerca de los derechos Politicos de la ciudadanta era sustancialmente similar. En el curso de una serie de duros ataques al gobierno en marzo de 1846, la Liberal Gacea del Comercio, dedieé tun articulo publicado en dos partes para denunciar el sufragio unive dabala supren I, el cual ‘aalaignorancia’ y era considerado tanto “un almacén de pélvora su puerta’ como ‘una loteria popular". Por su parte, Lastartia y Errézuriz abogaron por lo que ellos denominaron como “sufr intel con una hogu gio universal te’. Su explicacién acerca de dicha expresién con una mezcla de argumentos generales ¢ instrumentales merece ser citada in extenso. Aceptamos el sulragio universal, pero s6 de los hombres que son capaces de ejercer sus derechos pol de lases.. Todos os hombres son iguals.. Pero ene orden politico no pueden ‘ener todos una participacién igual, porque el bien de la sociedad no se realiza sino cuando los hombres que participan del poder tienen la inteligencia de las uestiones social voluntad de resolverlas en sentido del interés general. Si en Chile ejercen el derecho electoral ls gafianes y ls sinvientes de las haciendas,el resultado de las clecciones seré muy diferente del que cleccién hecha por los artesanos de las ciudadesy los demas ciudadanos que sehallan en posesin de ls cualidades exigidas. Enel primer caso. lacleccién seria de los patrones de esa multitud que no tier voluntad propia, mientras ‘que en el segundo nos daria la expresién libre de la voluntad nacional Lavisién de los Liberales de la historia reciente de Chile fue el equivalente una imagen ante el espejo de aquella de los Conservadores, Para los Liberales, s sucesos de 1829-1830 marca jon un quiebre profundo que no habia sido ecisamente para mejor, sino enféticamente para peor. Fue en ese momento, ‘omo escribié el activista Liberal Manuel Antonio Carmona en 1846, que ‘la accién contra-revolucionaria.... corté en poco tiempo la serie de gloriosos ogresos que iba haciendo la repiblica"®. "Hemos sido detenidos en medio de carrera’, seftal6 Pedro Félix Vicufa en 1849, "pero nadie es capaz de anularla ‘olucién que principiamos en 1810". En vez de una verdadera reptblica, Como, 17 y 8d mo Ge 4 rt a tp. 1218, Amn amor, anf de Aaa Chile tena ahora tn sistema altamente autoritario, bajo un presidente que de 1833 porce acuerdo a una publicacién Liberal de 1840, era“un coloso omnipotente investido el-cual en k de facultades ilimitadas’. Una editorial publicada en un periédico de la Un as oposicién con ocasién del ditcioco de 1858, presenté una conversaci6n indulgente imaginaria entre los Liberales de 1858 y los padres de la independencia: "Hemos diametralm traicionado la revolucién’ se lamentaban los Liberales de 1858, "y.. nos hemos Esta actitud echado en brazos del sistema politico que derrocasteis.. Los intereses materiales, a ser una ¢ es verdad, se desarrollaron a la sombra de ese sistema” —pero nada mds lo ba parecen hat becho—; "La repiblica no existe’, a lo que los padres de Ia independencia los gobiern replicaban diciéndole a ellos: "Vosotros sois indignos de ser nuestros hijos™* en ningiin c Por otra parte, una de las primeras caricaturas politicas en la historia chilena, Diego José que fue impresa en la edicién ndmero catorce de Fl Correo Literario en 1858, logis la cu muestra dos dibujos: el primero con un epfgrafe que decia “Republica de 1810 este sentim muestra a una figura femenina alzando el vuelo sobre un difuso paisaje de Los acciones ilu ‘Andes con su mano izquierda (anacrénicamente) empurtando la bandera chilena revoluciones El segundo, “Repiiblica de 1858", muestra a la misma mujer con sus manos sino desead: cencadenadas y sentada en una columna rota (parte de la cual habia caido al presencia de piso) con una inscripcién que decia "Libertad el clisico de El disgusto Liberal por la Constitucién de 1833, debido a su “ideal de europeo) no ccentralismo y represién’”, fue acompafado de una nostalgia por la desdichada en 1850 (me Constitucién predecesora de 1828 —'un monumento’—, que de acuerdo a XIV, Carlos Manuel Antonio Carmona, simbolizaba “el dltimo triunfo de la libertad, por legislacién, c o que sélo unos pocos Liberales concedieron que esta pudiese no haber sido peri6dico, u perfecta. Un obituario del ex-presidente Francisco Antonio Pinto (responsable Jefferson de | de la Constitucién de 1828) lego en ese sentido a admitir que dicha Constitucién en tiempo, fue“la ensefia de un partido politico que se avanz6 quiz demasiado a su época™, De acuerdo pero esta fue una visién minoritaria entre los Liberales. La nostalgia Liberal por sentimientos la Constitucién de 1828 logré su expresin mds seria en un ensayo hist6rico casi siempre escrito en 1861 por Federico Errézuriz, quien eligié los atos de 1828-1830 las agitacione como su t6pico, creyendo que esto iluminaria “la legalidad, la justicia, y la hecha por Di conveniencia de nuestras instituciones fundamentales’. Aunque observando la reciente impecablemente los cénones de la narracién historia, Errézuriz se aseguré que Benavente fue cl ensayo cumpliese dicho objetivo, y lo hizo fundamentado en su visién de la dijo que las g Constitucidn de 1828, que de acuerdo a su parecer habfa estado basada en ‘los entre caballer més sanos principios de la ciencia democratica’ y su derogacién habia implicado tuna restriccidn reaccionatia de la libertad. Para Errézuriz, el documento de gee Aint . Posse, 250 NS. 04 sete sidente que de 1833 por contraste, habia dado “una preponderancia excesiva al poder ejecutivo stente investido el cual en la practica “anu... los demds poderes del Estado" seriédico de la Un aspecto final de la propaganda Liberal que sobresale fue la acti onversacion indulgente hacia los disturbios y agitaciones, lo que constituyé una posicién os beni Esta actitud particular fue intensificada por la frustracién de verse condenados reses materiales, a ser una oposicién aparentemente de carécter eterno, Muchos Liberales ro nada mds lo ba parecen haberse convencido que las agitaciones eran inevitables, siempre que | independencia los gobiernos se manifestaran en contra de las aspiraciones Liberales, lo que nuestros hijos™ en ningtin caso implicaba que ellos no le dieran la bienwvenida a las agitaciones historia chilena, Diego José Benavente, quien nunca se despojé de su liberalismo més temprano, iteraio en. 1858 elogié la cualidad del “ntusiasno revolucionaro",sugiriendo que “la eneria de ciblica de 181¢ este sentimiento sostiene las rvoluciones y hace que sean tan fecundas en so paisaje de Los acciones ilustres"*. Juan Nicolis Alvarez creia en forma similar que “las "bandera chilena revoluciones que nacen del desarrollo del pueblo... deben ser no temidas, con sus manos sino deseadas, como beneficios de la providencia..ellas nos anuncian... la al habia caido al presencia de la DIVINIDAD en la tierra". Era natural para los Liberales invocar : él clisico derecho a la rebelidn (con su perfectamente respetable ancestro Jo a su “ideal de europeo) no sélo para “contener los abusos del poder’ como explicé La Reforna por la desdichada cen 1850 (mencionando los casos de Carlos I Jaime Il en Inglaterra y de Luis que de acuerdo a XIV, Carlos X y Luis Felipe en Francia), sino también *paraiderribar una mala es legislacién, cuando la tirania ha logrado organizarla en su interés”. El mismo Ta hberrad™, por i aise cor no haber sid periédico, unos aios antes, habia citado en tono aprobatorio la idea de into (responsable Jefferson de la necesidad de regar el érbol de la libertad con sangre de tiempo en tiempo, por lo que incluso las guerras civiles podian tener un lado positivo. De acuerdo a El Jicha Constitucién sjado a su €p0ca™, Progreso (en su fase Liberal), una guerra civil “despierta sia Liberal pom sentimientos generosos, ilustra el pais con hechos gloriosos, [y] conquista ayo htc Casempresldorenes prs humanidad'. Esta stud ot fol fos de 1828-1830 las agitaciones fue tal vez resumida en una forma més vivida en la observacién 2d, la justicia, y la hecha por Diego José Benavente en 1852 en el Senado, en el sentido de que uunque observando la reciente guerra civil habia sido mas bien “un duelo entre caballeros’ ruriz se asegur6 que Benavente fue increpado por el futuro presidente José Joaquin Pérez, quien le jo en su vision de la dijo que las guerras civiles eran infinitamente més rencorosas que un duclo ado basada en “los ntre caballeros" iGn habia implicado ., el documento de bic i, Ci gine de conde 9.5 sine 19% 8 atc, be 1838 sma, 2 ge maya de 148, EL GRUPO MARGINAL RADICAL Hubo oca ideas cercanas a El ala més radical del Liberalismo se transformé en politicamente significativa por primera vez con la Sociedad de la Igualdad de 1850, y resurgié Un pais dor durante la agitacin de 1858-1859. (Cuéles, si es que los hubo, fueron sus y ligera. Us argumentos distintivos? Como vimos, la campafia de Arcos y Bilbao para miscrables promover la educacién de los artesanos de Santiago fue répidamente fusionada scons... Un con la oposicién general a la candidatura de Manuel Montt, lo cual fue recogido ccuna,, Lat en forma consistente por los periécicos El Amigo del Pueblo y La Barra. El Amigo de frac y compr Pucblo no se refiri6 a la Sociedad de la Igualiad bajo ese nombre, y s6lo en raras pero existe ocasiones aludié a las revoluciones francesas de 1789 y 1848; en su diltimo cn la miseri rimero afirmé el haberse concentrado “casi exclusivamente" en las necesidades instituciones especificas de los artesanos, y aunque incluye un fiel ejemplo de tales demandas, la lectura de sus cincuenta y tres nimeros no confirma lo que se sostiene en el Qué poltt titimo de ellos. Lo que hizo fue hacer resonar una nota distintivamente radical Deploré la esca con un mensaje Liberal intensificado y tenido de un sentido igualitario inusual duetios de tiend: para la época llamé al gobie José Zapiola nos informa que a aquellos que buscaron ser admitidos en la moneda basada « Sociedad de la Ijualdad se les solicitaba (en una f6rmula sugerida por Bilbao) los sectores més reconocer la soberania de la razén como autoridad de autoridades, la soberanfa n contra de los del pueblo como base de toda politica; y el amor y fraternidad universal como n favor de la ex vida moral’. Los igualitarios ciertamente hicieron un juego, que bajo las de las guardias circunstancias del momento fue peligroso, con el término “revolucién’ proteccionistas f Proclamemos en alta voz la revolucién’, declaré en su primer ndmero El Amigo Moneda habia del Pueblo, *y aceptemos el titulo de revolucionarios”. El periédico aclar6, sin gastado veinte n embargo, que esto no implicaba "la revolucidn por la violencia" y que su niga ando el trabs objeto era "el progreso de las ideas con la ayuda de la propaganda escrita y roporcionéndol hablada’. “Revolucién’, como “repiblica’, no fueron entonces més que iédico manife metéforas para la implementaci6n del programa Liberal, que de todos modos subida” en los imy incluy6 un lado adicional de reforma social impetir con lao El pueblo de hoy, a cuyo frente marcha la clase obrera, aguarda su dia de ran vistos como triunfo... para arrojar a las hogueras de la libertad los cédigos bérbaros, las erifas proteccio instituciones que oprimen al pobre, el fanatismo de los fariseos, las defendia la idea d preocupaciones de la ignorancia, el orgullo de la aristocracia, la indolencia de los servidores dela repaiblica, y hasta los recuerdos de las €pocas de absolutism, Con el triunfo del pueblo se levantaré la repiiblica con humanas y equitativas iP leyes, con instituciones que abran al pobre el camino de la educacién y de la ma abundancia, con la raz6n por soberana, con la igualdad en la ley Pt 18 pl Aig de Sd. oo 99 noeisca dla gc |e 6 este ee G0 Arig a Pt, de june de 850, fe 85 186 politicamente 850, y resurgid hubo, fueron sus 5 y Bilbao para famente fusionada al fue recogido arva. El Amigo del. re, y sdlo en raras 848, en su diltimo n las necesidades ales demandas, e se sostiene en el stivamente radical alitario inusual er admitidos en la cerida por Bilbao) Jades, la soberania ad universal como go, que bajo las ino “revolucién’, er niimero El Amigo riddico aclar6, sin cia” y que su Ginico opaganda escrita y entonces mas que e de todos modos | aguarda su dia de ddigos barbaros, las c los fariseos, las a, la indolencia de 2cas de absolutismo, manas y equitativas educacién y de la Ia ley. Hubo ocasiones también cuando El Ar go del Pueblo pudo hacer resonat ideas cercanas a la lucha de clases, como cuando describié Chile como: Unp bre severa y rigurosa, y al rico blanca igera, Un pats en donde a pesar de la fecundidad del terreno viven miserables cien fami '$ cuyos trabajos son mal recompensados por sus sere... Un pais donde el talento no surge si no se ha mecido en noble ‘cuna... La trana no existe para los poderosos} no existe para los que gasten frac y comprenden los derechos que la repblica concede como ciudadanos, Pero existe con insoportable peso para esas clases desvalidas, que ignoran cen la miseria las garantias de que gozan por haber nacido en un pafs con nstituciones democriticas’ lamayordomia mnipotente” que idades de acci6n: nzosa 0 una ida parlamentaria rasco Albano fue s tenian mejores 833: "Ese pueblo Je una leccién de 1 cllos como para snes caprichosas, 1e prematura privé que tanto Lastarria es politicas en la spa (Paris, 1859), Montt, prescindié la politica en-un todas los cuales wocos que incluso robacién Antonio ra escuadra naval le la armada y el le, sewiin él, estaba Je nuestras leyes Y ilenos, de acuerdo | eran navegantes Je sostenga nuestra ‘una escuadra para nna locura, “pero sf “por lo que crelal arril de Santiago @ econ sombre enc fs “apc. N92 Valparaiso”. A pesar del pobre estado de la armada durante la repdi temprana, sus naves de guerra podian a veces causar una buena impresién como ocurrié con la corbeta Constitucién de 644 toneladas, construida en Valparaiso fen 1853 y que mientras estaba en Guayaquil, y al ser comparada por "jueces competentes” con un buque de la armada briténica, como escribié Carlos Bello hhijo de Andrés), se determiné que el buque briténico no era “ni més hermoso ni mejor mandado y tripulado” que el chileno™ La politica exterior durante la repiiblica temprana puede ser descrita como minimalista, tal como lo fueron la armada y el ejército del perfodo®. El maltrato de chilenos en el exterior, o episodios como el filibusterismo de William Walker cen Centro América en los aos cincuenta, trajeron demandas para una posicién ‘més activa o incluso una intervencién armada, pero éstas fueron fantasfa pura y siempre cayeron en oidos sordos®, En el parlamento en 1850, Lastarvia, al criticar el interés del gobierno de tener una politica exterior prescin ceufemismo estaba cargado de la idea de “inactividad sefialé que el por lo que demandé una aproximacién mas coherente y conscientemente "basada sobre un solo principio, el comercio’. En el mismo debate parlamentario, Marcial Gonzélez no vefa mportancia al una en cualquier tipo de diplomacia recordando que “ella nos rajo entre otras cosas la guerra con el Pert, en que se perdieron 300.000 pesos y 3.000 brazos™. Algunos encontraron que la diplomacia inerte era un hecho que podia ser de utilidad para criticar al gobierno, y es asf como los adversarios del presidente Montt lo castigaron por haber perdido ‘el justo prestigio que Chile se habia conqui do en el extranjero" y, no haber hecho nada para poner a Chile en el ‘puesto elevado" que el pais merecfa, mientras se habia mostrado complaciente en gestos sin sentido como la declaracién de neutralidad chilena en la guerra de Crimea. En-1860 el periodista Manuel Blanco Cuartin atacé fuertemente la tradicién de “absoluta prescindencia’, la ual podfa ser apropiada para San Marino o Andorra o "las tribus barbaras del )rinoco", pero no para Chile, que necesitaba jugar un “papel decoroso y no’ en Hispanoamérica, por lo que “prescindencia” en los casos de las laciones con Bolivia y Argentina, serfan singularmente inapropiados debido concn acs prmannts dtl are eta or: Land. Pa, Wasting, in yard 5 ode pd T84 pcionoeLocas esto vce mes de dnd 180 y a Gr del 1 rela quer de 186-1839 ave gr cota Epa en 16165, dona her coil rtm de nde elie depts ere, enna de medion ene Posy Bia oes ds cat 34. na fli Bai 1853 yea mom inkacuna Rana pt eal nt patna on 147148, 1852 i mpl, Mera, 8 uni e147 evar: Mego, 78 spon do 185 (Bi ora, 20 857 esq te aps e180 epi 158; Boos Asa, af, Compu. oi pp. 24,288 a que los limites chilenos con esos paises no habian sido determinadaa cuarenta afios después de la independencia!® UNA INCIPIENTE MEMORIA NACIONAL La historia lleg6 a ser inusualmente una parte preponderante del panorama cultural de ls reptiblica temprana, en parte porque hbo wn estate ottctalal respecto, como en el caso de la ley que cre6 la nueva Universidad de Chile, que en sw articulo 28, el que no generé ningtin reparo en la Cémara de Diputados”, estipulé que deberta haber una sesién anual solemne del Consejo de la Universidad, con la presencia de su autoridad maxima (el Presidente de la repdblica) en donde se escucharia un ensayo 0 menoria académica sobre algtin episodio de la historia de Chile. En la primera sesién de ese tipo, realizada en septiembre de 184, José Victorino Lastarra,invitado por Andrés Bello, present tina memoria titulada "Investigaciones sobre la influencia social de la conquista y del sistema colonial de los espafioles en Chile’. Lastarria present6 su trabajo Sdlo unas pocas semanas luego del famoso juicio a Francisco Bilbao y su linea dde argumentacién fue en muchos sentidos una reminiscencia de la de Bilbao, Sunque articulada de manera més sobria, lo que no evité que la audiencia espondiera asus palabras con un fr‘ silencio, Sus argumentos en favor de una proximacién "filos6fica’ de la historia lo cual implicaba dar cabida a grandes Generalizaciones que sostuvieran su agenda politica Liberal, provocaron una polémica entre ély Bello, dela cual se puede afirmar que Bello fue el vencedor Los historiadores chilenos que comenzaron a dejar su huella en las décadas de 1850 y 1860 (una generacién brillante) siguieron a Bello en su estrcta adherencia a investigacién basada en documentos y la narracién, aunque en términos politicos casi todos ellos eran més cercanos a Lastarria” Este no es el lugar para examinar la creciente literatura historica de ese momento, mucha de la cual es de fécil acceso todavia, pero esta claramente reflejé e influyé en la incipiente "memoria nacional” de los chilenos educados Un punto de discusi6n entre Bello y Lastarria en 1844 (dejando las cuestiones fue la visién profundamente negativa del legado colonial de método aparte| fendi6 en forma mesurada como: espafiol por parte de Lastarria, el cual Bello del ra habitual en él®. Los fieros sentimientos anti-coloniales y anti-espafoles spin lenis, 8 icine TD ine Chey Boivin en 2 a oon HE ora tero en 86 conn emi ni cles nea his mae y que cr ilo determinados ain, que habian surgido al momento de la independencia"!, pueden haberse mitigado en las décadas posteriores, aunque podian ser revividos muy facilmente, como sucedié producto de las agresiones del escuadrén naval espafiol en la costa del Pacifico, Al momento de la firma del tratado entre Chile y Espafia, en abril de NAL 1844, aquellos sentimientos no estaban activos, pero si latentes, A veces hubo afirmaciones orgullosas acerca de linaje espaitol de los chilenos. “Somos nderante del panorama espaiioles, legitimos herederos de nuestros padres en el orgullo de raza, en el > un estimulo oficial al fanatismo religioso, en la intolerancia politica y en todos sus defectos”, declaré iversidad de Chile, que El Ferrocaril en 1857, ‘pero también lo somos en la inteligencia, en el patriotism mara de Diputados y en el amor innato a nuestras libertades ne del Consejo de la En general, sin embargo, la visién chilena del pasado colonial se caracteriz6 a (el Presidente de la por una fuerte desaz6n, tal como fue expresado en el libro de historia del padre académica sobre algiin Guzmén, de 1834, el cual contenia una letania de cargos en contra de Espatia c ese tipo, realizada en de cardcter esténdar: las atrocidades de la conquista, el sulrimiento de los Andrés Bello, presenté indigenas, el monopolio comercial espaol, la discriminacién en contra de los. social de la conquista y riollos, entre otros". Un texto escolar de Miguel de la Barra, de 1858, que fue ria present6 su trabajo aprobado por la Universidad de Chile, destacaba, “la avaricia y un despotismo cisco Bilbao y su linea frio y calculado" del periodo colonial y “la permanencia de las masas en la ncia de la de Bilbao, ignorancia y la desigualdad de las clases". Los trabajos académicos que t6 que la audiencia comenzaron a aparecer en las décadas de 1850 y 1860 en el Ambito de la historia, mentos en favor de una reflejaron el mismo tipo de visi6n, tal como sucedié con el limitado nimero de »a dar cabida a grandes trabajos de ficcidn historica que aparecié por aquellos afios (antes de mediados ral, provocaron una de la década de 1860 las novelas c historias cortas de ficcién podian ser contadas Bello fue el vencedor'* facilmente con los dedos de dos manos). Hubo también un sinntimero de lla en las décadas de expresiones privadas de disgusto por el legado espaiol, como en el caso de su estricta adherencia Eusebio Lillo, quien luego de contemplar las fortificaciones de Corral durante aunque en términos su ‘relegamiento’ al suren 1851, qued6 maravillado de “la energia y el poder de la raza espafiola’, pero se lament de que estas no hubiesen sido empleadas atura hist6rica de ese como “monumentos titilesa la industria y a a humanidad’®, Pedro Félix Vicufa, pero esta claramente escribiendo durante su exilio temporal en Perti, no pudo resistir el reflexionar »s chilenos educados. que “los Almagros y Pizarros’ habjan destruido el Imperio Inca, ‘un imperio dejando las cuestiones formado mas bien por la civilizacién que por las armas’, reemplazdndolo con a del legado colonial un “despotismo militar que habia esclavizado “una raza apacible"*. Por su parte ma mesurada como uno de los poemas de Guillermo Matta, castigaba a Francisco Pizarro como un niales y anti-espafioles de peda corazén pigmeo, / indigno aventurero sin conciencia”™”. ue 2 ad son 868 1 aia as. ‘4 qu ds Bar, Copan ds soci iden Asc. 18 15 -Apmesde un al Chl er 5 en Ans Saag, mo 1855.5. 32 ory ie soda Los chilenos estaban siempre preparados, sin embargo, para hacer una excepcién en relacién al conquistador local, Pedro de Valdivia, por lo que no a extrafia que en 1842, El Senanario de Santiago alentara la erecci6n de un monumento Sa a "este ilustre caudillo espanol” con lo que su simpatia por los araticanos fue lid sobrepasada porla admiracién por el conquistador. El libro de historia del padre Ra Guzmén, mientras alababa la resistencia araucana, describja a Valdivia como Bad tun personaje “dotado de dnimo incomparable y de grandes talentos politicos y din militares’. En 1850, cuando el gobierno dispuso dinero para comprar y preservat deb la casa de Valdivia en Santiago, el debate parlamentario evidencié también un Teed considerable respeto por su persona” ae Las hazafias de la nacionalidad chilena que elevaron la figura de ciertos Frei personajes, fueron encontradas en las luchas heroicas por la independencia, las ‘cuales mantendrfan el principal foco de atencién de la memoria nacional de la repiiblica, Para El Mereurio, la revolucién de 1810 "brillé para nosotros con una luz tan pura como el primer dia dela creacién’®. Los héroes de la independencia, escribié Hermégenes Irisarri, habjan dado “las prucbas mas inequivocas de valentia y de arrojo y la Batalla de Maipt habia conferido “una inmarcesible aureola de gloria’ en la bandera tricolor de Chile”. Los aniversarios de todas las batallas principales de la independencia llegaron a ser parte de las lstas mensuales impresas en los cerca de noventa almanaques publicados en Chile entre 1830 y es asi 1864. Un vistazo a ejemplos representativos de estos, da la impresién de que Para « los aniversarios patridticos (en comparacién a los dias de los santos, que siempre Migue Diego de 18: Mena dejado con qu fueron el mayor componente de las listas), crecieron en néimero en los afios ccuarenta y cincuenta, lo que contrasta con algunos almanaques de los primeros aftos de la repiiblica en donde no aparece ningtin aniversario patriético”!. En todo caso, en almanaques posteriores, los aniversarios del perfodo de la independencia estén mezclados con una confusa miscelinea de otras fechas En otro ambito, la saga de la independencia no tuvo un mayor efecto en la colocacién de nombres a los barcos chilenos, como queda claro al considerar coraz6i las 190 naves registradas en la marina mercante en 1848, de las cuales sélo siete aprobé 1 Freire, General O'Higgins y Lord Cochrane”, Como saben los erigidas filatelistas, la primera estampilla de correos chilena de 1856, muestra un retrato de 185% de Cristébal Colén y no el de alguno de los héroes nacionales. reputaci Alempar bargo, para hacer una aldivia, por lo que no dehistoria del padre cvidencié también un nla figura de ciertos la independencia, las ‘emoria nacional de la Bérocs dela independencia, Seas més inequivocas de soferido “una inmarcesible niversatios de todas las ede las listas mensuales ‘en Chile entre 1830¥ da la impresin de que os santos, que siempre son en mimero en los anos naques de los primeros aque Sniversario patriético”. En ssarios del periodo de la -sceldnea de otras fechas” sro un mayor efecto en la mo queda claro al considerar 14548, de las cuales solo siete avenian de las guerras rane’. Como saben los 856, muestra un retrato Pasaron varias décadas antes que los héroes de la independencia fuesen conmemorados en monumentos, y la historia de las primeras estatuas en Santiago esté entreve ada con las rivalidades politicas del momento: El primer lider patriota inmortalizado en bronce, en septiembre de 1856, fue el general RamGn Freire, cuya némesis, por supuesto, habia sido el régimen Conservador: Esculpida y moldeada en Inglaterra, la hermosa estatua fue pagada por donaciones, casi todas correspondientes a opositores del presidente Montt debido a que Freire resultaba ser un recordatorio del abolido Liberalismo de la década de 1820. El poema que declamé Guillermo Matta durante la inauguraci6n de la estatua fue el remache final de la campafia que presenté a Freire, en contraste con Mont, como un: vuncai siempre ciudadano, u vida la ambici6n menguada. Nunca dunmieron ex su pura almobad Ante los honores a Freire, el gobierno no se queds de brazos cruzados, y asi como la municipalidad de Santiago trat6 de organizar una colecta publica para erigir no menos de cinco estatuas en honor a Bernardo O'Higgins, José Miguel Carrera, José de San Martin, el erudito colonial Juan Ignacio Molina y Diego Portales, aunque no se log 5 el objetivo propuesto a cabalidad, En agosto de 1857 la Cémara de Diputados acord6 en una votacién de 36 contra 7, ahadir veinte mil pesos para dicha campana mientras que el senador Pedro Nolasco Mena sugirié en un estilo pericleano, que el esfuerzo, aunque loable, debia ser dejado para “otra época més propia que el presente; contentémonos por ahora con que los nombres y los hechos de estos hombres ilustres se conserven en el ‘oraz6n de los ciudadanos”, A pesar de las objeciones de Mena, el Senado aprobé por 9 votos contra 5 un subsidio de veinte mil pesos y agreg6 otros diez mil al presupuesto para un nuevo reloj pablico. En definitiva, las tinicas estatuas rigidas en los aiios siguientes fueron las de José Miguel Carrera en septiembre de 1858 y la de Diego Portales que se erigié en septiembre de 1860, cuya eputacién estaba siendo magnificada por el gobierno en ese momento. La estatua de Carrera pareciera no haber generado controversia alguna, pero en el aso de la de Portales, el asunto fue distinto, y es asi como Domingo Arteaga Alemparte por ejemplo, cuestion6 si es que la figura de un hombre que ain generaba odio al mismo tiempo que veneracién, debia tener prioridad por sobre otros grandes héroes”. La inauguracién solemne de la estatua de Portales fue tuna demostracicn politica, tal como lo fue el homenaje Liberal al general Freire Al momento en que las primeras estatuas fueron erigidas, habia una toma de conciencia amplia de que la generacién que habia luchado por la independencia estaba desapareciendo rapidamente, lo que explica que en un acto de devocién patri6tica, apareciera entre 1854 y 1856 un espléndido compendio impreso de dos voliimenes con grabados de los retratos y breves biograffas de los principales patriotas, Los grabados, de alta calidad, fueron hechos por Narciso Desmadryl Un artista francés, quien se encontraba trabajando en Chile por aquellos afos, ¥ las mini biograffas por destacados chilenos del momento. La muerte del libertador OHiggins en 1842, estuvo marcada por tributos en la prensa”, luego de afios de silencio algo vergonzoso con respecto a su figura. Asimismo la muerte de otros fue debidamente resaltada, como en el caso del fallecimiento del ex-presidente Francisco Antonio Pinto en 1858, que gener6 el comentario de Guillermo Blest Gana de que, “bien pocos quedan ya: iltimos restos de la generacién de los grandes”. La muerte en 1860 de Juan Agustin Alealde, el tltimo sobreviviente de los participantes del hist6rico cabildo abieto del 18 de septicmbre de 1810, no! pasé inadvertida tampoco”. Los periédicos compilaron ocasionalmente listas de sobrevivientes de la era heroica:treinta y seis oficiales de la batalla de Chacabuco algo asi como cincuenta de la batalla de Maipéy cincuenta y nueve veteranos de |a expedici6n al Pert de 1820 (en este caso con una nota del paradero actual de dichas personas)". El retorno a Chile en 1858, luego de veinticinco afios de ausencia, del general William Miller, un inglés quien fuera el ayudante de campa del libertador José de San Martin, pareciera haber generado algo de curiosidad® No todas las figuras de la era heroica escaparon de las controversias, Ia que se ejemplifica con la opinién acerca del papel politico de O'Higgins, que imarchité sus laureles", de acuerdo a un impreso de 1843”, y con la aparicidm de un ensayo hist6rico acerca del régimen de O'Higgins escrito por Miguel Luis Amundtegui, titulado La dictadura de O'Higgins (1853), en el que su blanca predilecto era mas bien Manuel Montt que el propio Bernardo O'Higgins Una guia de libros de 1847 expres6 que era entendible que las guerras de Independencia hubiesen hecho a O/Higgins ‘una especie de dictador’ pero qua su “coraz6n sano" daba cuenta de que nunca habja sido un “tirano” genutino Semple Meri, 20 feb do 182 red 650. eer de 858 (0 ez (ap Po, 20 de spre ene e158 de ops 18 rial cl cmeaoe 8, Monetize an pero era contro! 2 Unive elob st Ga tua de Portales fue La memoria acerca de la profunda rivalidad de O'Higgins con los hermanos ral al general Freire. Carrera todavia persistia, déndose el caso de que José Miguel Carrera tendié a s, habia una toma de ser mas venerado por los Liberales que por los Conservadores. Una apasionada or la independencia y controversial defensa de Carrera fue incluida en la segunda de las memoras de in acto de devocién la Universidad en 1845, por parte del viejo carrerino Diego José Benavente, quien npendio impreso de no escatimé esfuerzos para alterar el texto de una de las cartas de O'Higgins fas de los principales con el objeto de difamarlo, algo que no fue descubierto sino hasta 1916: Alberto Narciso Desmadry| Blest Gana se mofé caballerosamente de la rivalidad entre los héroes de la por aquellos aos, y independencia en su divertidisimo bosquejo acerca de los banquetes politicos muerte del libertador 2, luego de afios de Senores dice don Tito; ‘a Carrera, Higgins, San Martin, esos grandes o la muerte de otros Estos tres nombres no deben ir juntos’, exclama un partdario de Carrera to del ex-presidente os dos segundos fueron unos tiranos o de Guillermo Blest Carrera fue un ambicioso y un malvado" grita un OHigginista, “ahi esté a generacién de los Rancagua para probarl imo sobreviviente ‘San Martin fueun cuyano laden’, vocfer oto frenetic, subiéndose sobre ssi tiembre de 1810, no "Y OHigginsun guacho trano’afade otro carerista, con los ojos inflamados* sionalmente listas de atalla de Chacabuco, Alescribir para los albumes de Desmadryl, de 1854-1 16, Guillermo Matta y nueve veteranos de describié al guerrillero patriota Manuel Rodriguez como “un aventurero de jel paradero actual de g nio’, y no pudo resistir incluir unas pocas observaciones detalladas sobre veinticinco afios de OHiggins, al mismo tiempo que imploré por un fin de las rivalidades: “{Que] sJayudante de campo cada hombre traiga sus lauros’ escribié, porque los dos héroes fueron juntos “el algo de curiosidad" monumento de nuestra independencia™. Por los afios sesenta, tanto O'Higgins las controversias, lo como Carrera estaban bien encaminados para llegar a ser mitos nacionales. 10 de O'Higgins, que Diego Portales no se habia convertido atin en un mito nacional por y con la aparicién entonces, y una de las razones para que esto fuera asi, es que a diferencia de 6 escrito por Miguel O'Higgins y Carrera, él todavia era una persona muy bien recordada, en el que su blanco especialmente luego del gran tributo que se le concedié después de su muerte. Bernardo O'Higgins, EI Mercurio, en forma conveniente por ser un periédico de Valparaiso, fue asiduo je que las guerras de cn su intento de conservar una memoria viva de Portales conmemorando el de dictador’ pero que aniversario de su muerte con saludos, como el de 1838, al “lustre Portales, prez un “tirano! genuino®. gloria del pueblo chileno’, o el de 1843, al "mas habil hombre de Estado’ legando incluso a regafar a otras publicaciones periédicas por no hacer lo mismo". Sin embargo, los comentarios expresados en la prensa o el Parlamento acerca de Portales en los afios que siguieron a su muerte, son sorprendentemente ee 1082 i Fi, 20 de aos de il apc, 50-88 Pra iain su dete eu ls Lis Voc, en gi bn 2 9.18 sng pais, Sams, 6 ane 1859 ay on. 1 swine. BT cat, 8 iid 88; 8nd 169; anid 162 escasos ¢ intermitentes. En su mensaje de despedida de la presidencia de 1841 1 Presidente Prieto lo menciona solo una vez al repasarla década de 1830y ni siquiera por su nombre, refiriéndose a él como “ilustre victima’ del motin de 1837, y no como organizador de la repiiblica!™, Al hacer un recuento de los eventos de 1829-1835, una nota necrolégica de 1842 del flopolita Manuel Jose Gandarillas pas6 por alto el papel de Portales, dejéndolo en silencio™, tal come hace la corta biografia del ex ministro de Hacienda Manuel Rengifo, hecha em 1846 por su hermano Ram6n Rengifo, Una goleta fue bautizada con el nombre de Portales, aunque se traté de una de las embarcaciones més pequefias de i flota mercante™. (Ningiin buque de guerra chileno ha llevado el nombre de Portales). La nota biogréfiea acerca de Portales incluida en el élbum Desmadryl y escrita por su viejo colaborador, Fernando Urizar Garfias, fi simplemente la més corta de toda la colecci6n”, pero todo lo anterior no imphieg que haya habido una conspiracién de silencio en contra de la figura de Portales aunque la ausencia de comentarios es extrafia Sélo en la década de 1850 el silencio se rompié. Esto ocurrié, en gram medida, debido a que el presidente Montt y su ministro de Interior Vara tendieron a presentarse a si mismos como continuadores de la obra de Portales como en el Congreso en 1853, cuando Varas alabé a Portales como el hombemy que “se consagré a luchar contra las facciones... y a afianzar el orden, 2 dam estabilidad a las instituciones y a preparar la situacién presente de i repiiblica”®, Las apreciaciones sobre Portales publicadas en la prensa partidati del gobierno llegaron a ser més frecuentes.a fines de los afios cincuenta; “Aqua hombre a quien todos reconocen como el fundador del presente orden i cosas", fueron las palabras escogidas para elogiarlo por El Ferrocaril, el cual vio como el forjador de un ‘vasto plan politico, y en nuestro concepto liberal La auto-identificacidn de Montt y Varas con Portales fue inevitablementi explotada por sus adversarios, para quienes “el presente orden de cosas’ estaba lejos de ser el ideal, debido a lo cual la oposici6n, o al menos algunos de sus escritores, adoptaron una téctica impredecible en la que en vez de condense a Portales, como habrian hecho antes, aceptaron stt grandeza con expresiones como “era un genio..., era audaz’, como expresé Domingo Santa Marfa €m 1857, 0 la de que “tenia una rara fuerza de voluntad, y... un desprendimienta ejemplar en el servicio ptblico”’. Siguiendo dicha téctica, varios lideres Liberales, incluyendo a Santa Marfa y Federico Errézuriz se suscribieron para > lo hi rales pos a ide cia de 1841 de 1830 y ni Jel motin de uento de los Manuel José 0", tal como ifo, hecha en on el nombre squefias de | nombre de el album de - Garfias, fue jor no implica ade Portales wrid, en gran sterior Varas; ade Portales, noel hombre Horden, a dar esente de la nsa partidaria wuenta: “Aquel inte orden de iril, el cual lo epto liberal”. -vitablemente » cosas estaba JIgunos de sus : de condenar sn expresiones anta Marfa en prendimiento varios Iideres cribieron para colaborar con la estatua de Portales”. La idea de grandeza podia utilizarse, como lo hizo un periédico de la oposicién en 1858, para contrastar las figuras de Portales y Montt, negando que el iltimo fuese un “continuador de Portales’ © que poseyera el "genio" y "patriotismo” de su figura, y del bien Ia idea de la “ineptitud” de Montt™, 0 como \diendo mas seialé otro periddico, que Montt era una simple “caricatura’ de Portales” Elcontraste se convirtié en el tema de cuatro a los notables de Benjamin Vicuiia Mackenna que fueron publicados en los impresos El Ciudadano y La Asamblea Constituyene, aunque dejacios inconclusos por cuanto ambas publicaciones sufrieron Ta clausura por orden de Montt. Para Vicuria Mackenna, P ortales tenia “el instinto- de lo grande" y su gobierno habia sido fértil en sus logros, siendo Montt-un hombre de menor peso, “el inspector de colegio, el catedrético de la universidad En 1860, para conmemorar la inauguraciGn de la estatua de Portales, Manuel Blanco Cuartin publicé un buen poema sobre este tema; deni, pus, se opus a la coven Y la mavetriunfantederepente Delos escollosy hon remolino Azar ooliéorgullosa La bandera gloiosa, Signo inmortal de nuestro gran destino, Y caminando alegre, vest en papa Cruzd e Y fis tas miradas dela Europa ar del Pacifico admirado, Sobre wn pueblo ignorado ‘Moriste, pues, Portal Y a nave preciosa Sin mds pilot que tu mismo enpuje si ui atinada, més al cabo ruge La tempestad airada, arrecia el vient, Los méstilesdeshace, al fin zozobra, rota ya tan portentosa obra, Encalla en ta ribe ec iene e186 a Ai, 2 da sein de 188. cu 1 ld 18 Pres y Man Ct, 17,2024 novo ina da Poa’, Maso, 6 ace eB 213 Debiera afadirse en honor a la verdad, que en ningtin caso la totalidad de Jos Liberales (Blanco Cuartin era Conservador) compartieron ese tipo de declaraciones sobre el “ministro omnipotente”. El conocido ensayo de Lastarria de 1861, sobre Portales, fue eminentemente hostl hacia su persona, por lo que sus ideas fueron reproducidas en un sinntimero de escritos Liberales que siguieron apareciendo para contrarrestar la especial reverencia de los scritos Conservadores en favor de Portales! En definitiva, fue el gran trabajo biogrstico sobre Portales escrito por Vicufia Mackenna en 1863 —que generé criticas de varios Liberales®"—el que més contribuyé para posicionarlo por sobre el partido Conservadory las atin recordadas persecuciones y conflictos desu propio tiempo, Jo que hizo posible que Portales fuera cobijado en el imaginario chileno en igualdad con los héroes de la independencia. Este proceso estaba todavia incompleto en la década de 1860, pero la semilla sembrada por Vicuta Mackenna results ser rt ARAUCANIA INDOMABLE En 1854 el padre José Manuel Orrego, quien habia visitado recientemente el territorio mapuche (o araucano) ubicado al sur del rio Bio-Bio, le transmitié sus impresiones de la experiencia a la Sociedad Evangélica, una sociedad isionera que habia sido creada cinco afios antes por la Iglesia Catdlica. Orrego opiné que era tragico el hecho de que a pesar de que los araucanos fueran ‘obustos..., vivos e inteligentes ... y hospitalarios’, estuvieran viviendo “en la ociosidad, en la ignorancia y embrutecimiento, vietimas de las més absurdas supersticiones". Orrego se pregunt6 al mismo tiempo si es que los cristianos chilenos habjan hecho algo por esa gente “que tan sitiles podrfan ser, si se ivilizasen’, siendo su respuesta, “nada, 0 cuasi nada" Los araucanos eran en gran medida parte del presente de Chile, tanto. como de su pasado hist6rico, y es asf como hasta la década de 1850 el gobierno continué la vieja politica colonial hacia los mapuches, con un sistema de Vigilancia a lo largo de la frontera, el establecimiento de contactos con los indigenas a través de oficiales intermediarios y subsidios a caciques amigos, como Lorenzo Colipi, quien de hecho recibié el mayor subsidio del gobierno por un total de 204 pesos en 1846 El boom agricola de mediados de siglo impulsé a muchos habitantes a instalarse al sur del rio Bio-Bio (14 mil ya lo habian hecho en 1858). La nueva provincia de Arauco, que fue creada en 1853, colon¢ provin colonc los asu L espaio que ins hasta c facilme senalab hecho legs a bienvei Fl Arau Javier B placera Mira a 1859 co Espano present, un poen Hu tipo dee han pret la totalidad de in ese tipo de yo de Lastarria, ona, por lo que ‘Consenadores o sobre Portales ticas de varios obre el partido x propio tiempo, ileno en igualdad incompleto en la resulté ser fértil Jo recientemente Bio, le transmitié za, una sociedad Catélica, Orrego sn viviendo "en Ia Tas més absurdas que los cristianos podrfan ser, si S© te de Chile, tanto ¢ 1850 el gobierno ‘on un sistema de contactos con los 2 caciques amigos, psidio del gobierno mediados de siglo o-Bio (14 mil ya lo fue creada en 1853, cubria teéricamente la totalidad del territorio mapuche, aunque la llegads de colonos alemanes mas al sur, garantiz6 el establecimiento en 1861 de la nueva provincia de Llanquihue. Esto planteé el dilema de cémo manejar el enclave araucano, que se encontraba entre la frontera y los nuevos asentamientos de colonos de més al sur, por lo que este se transforms inevitablemente en uno de los asuntos politicos més importantes del momento La resistencia de la “Araucanfa indomable” presentada a los conquistadores espafioles, les habia dado a los patriotas de la independencia un mito apropiado que inspirara su lucha contra Espaia, por lo que se identificaron a si mismos, hasta cierto punto, como araucanos™ Este habito de identidad no desaparecié fécilmente, si es que desaparecié en absoluto (una cancién popular de 1962 sefialaba que el éxito de Chile en la Copa del Mundo de fitbol de ese afio habia hecho vibrar nuestra roja sangre araucana’). Cuando el victorioso general Bulnes llegé 2 Valpara‘so desde Peri, en noviembre de 1839, uno de los discursos de bienvenida fue lefdo por un escolar “vestido a lo araucano del modo mas excelente y costoso"". El periédico oficial del gobierno recibié el nombre de Fl Araucano y, como lo sefialé en 1835 el ministro de Guerra y Marina, José Javier Bustamante, ‘todo chileno siente en el fondo de su coraz6n el més grato placer al escuchar... las antiguas y modernas proezas de los héroes araucanos"™ ‘Mira a nuestros hermanos de Arauco’ exclamé un impreso de la oposicién de 1859 como un ejemplo de quienes “a 4s dovlaron [sic] su zervis [sic] al fiero Espafol. IMITEMOSLOS TODOS...""”. Para muchos, los araucanos se mantuvieron como un sfmbolo poderoso de libertad, y es asi como fueron presentados en el libro de historia del padre Gi un poema de Hermégenes Irisarri en 1853 man", tal como ocurrié con Libres el len en las quebradas bondas Y libre entre sus riscos el buemul, Cua condor libre en la regin azal!™. Hubo algunos quienes reconocieron abiertamente su impaciencia ante este po de expresiones. "No somos araucanos’, insistié El Ferrocarrl, “como algunos han pretendido en el atolondramiento de la revolucién"®. Hubo otros quienes Vas ole, 22 Be, . Hanoi lind Guay Maina 195). OF v9.3 25 creyeron que los mapuches ya no eran los nobles guerreros de antafo, idea reafirmada por un viajero alemén quien tras recorrer la Araucania, lleg6 al convencimiento de que los mapuches se habian degenerado en un “estado de barbarie y estupidez No hubo indicio alguno de “relativismo cultural’ en las percepciones de muchos chilenos con respecto a la Araucania, De acuerdo a El Mensajero, Chile fue ‘una repiblica culta, europea’ mientras la Araucania habia sido “salvaje” desde los primeros dias de la colonizacién espafiola’". Una guia de libros de 1841 alabé la psique y el amor a la libertad de los araucanos, pero hizo notar que ‘a la par de supersticiosos adolecen de todos los vicios anexos al estado salvaje en que se hallan’”, mientras que para el ministro de Guerra y Marina Bustamante, ellos ceran “una raza carnicera enemiga"''. Hubo algunos alborotos ocasionales en la prensa debido a supuestas atrocidades cometidas por mapuches;el caso mas famoso fue el naufragio del bergantin Joves Danie en la costa de'la Araucania en 1849, que hirié los sentimientos de mucha gente en Santiago, y marcé el comienzo de la ‘cuestidn araucana’ como un tema politico. Se dijo que los pasajeros del bergantin y la tripulacién habfan sido asesinados por un cacique local, pero lo més seguro es que hayan muerto ahogados'. Las pocas personas que realmente viajaron a la Araucania fueron un tanto mas imparciales en sus juicios, como es el caso de Ignacio Domeyko, quien con respecto a la vida doméstica y al confort material sefial6 que "Ios indios araucanos no son saloajes, y tal vez son més civilizados que un gran parte de la plebe chilena y muchos de sus civilizadores de la frontera’!® Hubo un acuerdo generalizado en el sentido de que era imposible dejar a Jos mapuches abandonados a su suerte, por lo que Antonio Varas, quien fue comisionado por el Congreso para estudiar la posibilidad de llegar a arreglos politicos en la Frontera, concluyé que era "inhumano, inmoral’ dejarlos “en la oscuridad en que yacen", Varas no encontré evidencia de que a los mapuches les faltara ‘el carécter perfectible de nuestra especie’ y sefial6 que era deber de los estados modernos el ‘civilizar y convertir.., preparar esos barbaros para la introduccién del régimen constitucional ... De otra manera se trastorna el orden de las cosas, Se dejaria de lenar la misién civilizadora”"”. Otros vieron el 20. 6.188 9 shinee apd wove ins el aris anes ayn i Maven, en cute de 18 lacie Doreo, Ae Tone Va, pro ley: cult dese de k log penis tambi 1853, despo Mena pod biibare P indigen, que dec! deo qu mplicab | minist jel “gran Menge, ama. A WS. 24 tao, idea 1, legs al estado de pciones de Chile fue €' desde los 341 alabé la ‘la par de Je en que se mante, ellos jonales en la o mis famoso en 1849, que smienzo de la del bergantin més seguro €8 e viajaron a la es el caso de snfort material, civilizados que + la frontera” sposible dejar a ras, quien fue legar a arreglos " dejarlos “en la a los mmapuches ue era deber de ipirbaros para la rastorna el orden Otros vieron el sis 9. 1631088 problema en términos més rigidos, como El Progreso, que expresé que habia una ley inmutable que implicaba que ‘las razas imperfectas y por tanto incapaces de cultura" debian ser reemplazadas por otras con "el poderoso germen de desenvolvimiento"*, Un periddico pro-gobierno de 1854 llamé a una "cruzada de la civilizacién chilena contra la barbarie indigena" Guando se traté de ideas practicas para la incorporacién de los mapuches, a lo que Domeyko llamé la “nacionalidad catdlico-republicana”™", no hubo un acuerdo generalizado, surgiendo por una parte opiniones que abogaban por una invasién militar directa, entre las cuales se puede mencionar las aparecidas en periédicos como El Mercurio, El Progreso y El Ferocarrl, medios que en distintos momentos defendieron esta posibilidad. Dicho plan de acci¢ fue respaldado también por Diego José Benavente, quien lo propuso ademas en el Senado en 1853, por cuanto estaba confiado en que los arauicanos no serian asesinados ni despojados de sus tierras y que “en cuatro 0 cinco afios més se habré conseguido civilizarlos, cuando de otro modo, no se haré més que hacer continuar el estado miserable en que se encuentran esos pobres indios’. El senador Pedro Nolasco Mena, sugirié que el “caracter proverbialmente belicoso" de los mapuches haria, a muerte de muchos de ellos inevitable, a pesar de que Benavente suponia que se podrian evitar las muertes, pero no la necesaria toma de prisioneros, lo que era bétbaro, pero menos que ‘mantenerlos trescientos afios en tn estado salvaje" Por otra parte, para Antonio Varas era impensable que una repuiblica moderna pudiera organizar un asalto militar a gran escala sobre la Araucanfa’” ‘cuesti6n por la cual el padre Orrego pensaba que seria incluso mejor dejar a los indigenas solos en vez de intentar “civilizarlos por medio de la espada y el "5. La oposicién més consistente a una opcién militar vino de la Iglesia, ‘que declaré a través de la Revista Catélica "no seamos socialistas ni comunistas" expresando ademés que ‘ni civilicemos al bérbaro comenzando por despojarle de lo que justamente tiene adquirido’, lo que de acuerdo a la Iglesia Catélica implicaba tomar una postura radical de “o te civilizo 0 te mato”™. La Iglesia cif en cambio sus esperanzas en Ia acci6n misionera y en la conversién gradual de los mapuches, objetivo que fue apoyado por el gobierno, como dejé entrever | ministro de Justicia, Mariano Egafia, quien declaré en 1840 que eso era parte del "gran plan’ del gobierno para “incorporara los indios al seno de la patria’. ‘Page, 28 ¢¢ mara 1883. fe oven 155 Dome. Aran. 108 (8, 24 egos 183. enn eho oe dT oie eis Ci, dei e580 onal ini 0 een (140 Ov ever Graz Ae ona "gation chlo ya ot isont de ex, 13286, e Asi ni.) op. -218 La formacién de la Sociedad Evangélica, en 1849, fue vista por la Iglesia como — un "proyecto muy digno de corazones cristianos y patriotas", como resultado en del cual “tal vez en pocos aos” los mapuches erfan conquistados porla ‘pacifica ala aparic religién de Jesucrsto”™ Aqu La evidencia de que los mapuches habian respondido bien a los esfuerzos pees misioneros no era precisamente contundente, y ¢s asf como miltiples viajeros como que se dirigieron al sur fueron testificando acerca del fracaso de la Iglesia de aa convertir més que un puftado de araucanos, los cuales casi nunca provenian de con faers zona alejedas de la Frontera, En au visita de 1854 ala Araucanta el padre Orreg a quedé perplejo por la resistencia empedernida de los indigenas hacia la pines cristiandad, lo que él atribuy6, en parte, ala "vida poco edificante” de los chilenos serfan ven que se habfan asentado entre ellos, los que alcanzaban un nimero de entre mil Y chilenos es y quienes eran dificilmente una quinientos y dos mil segtin sus estimacior iasceare buena propaganda de civilizacién. Sin embargo, Orrego apunté a una razén one mas fundamental que tenia que ver con que los indigenas "no aborrecen, es de tipo mi verdad, a la gente civilizada, pero recelan mucho de ella, temiendo quieran rabiers usurparles sus terrenos y esclavizarlos, como me han dicho sabfan porla tradicién arenes de sus mayores lo habian hecho en otro tiempo los espaitoles mae ‘Aquellos que pensaron mas seriamente en el problema —Varas y Domeyko Mapuches entre ellos— tendieron a estar de acuerdo en que resultaba vital mejorar el oficial leve estado de “la poblacién cristiana limitrofe"™*, tal vez, como sugirié Varas, a esta histor ravés de la implementacién de colonias militares-agrarias en las que los veteranos finalizando recibieran una asignacién de tierras, las que serian complementadas més tarde independen (aqui aparecen los viejos argumentos en favor de la inmigracién) con la presencia de ‘colonos estranjeros industriosos’, cuyo ejemplo podria “infundir mas actividad y mejores habitos" entre indigenas y chilenos. Varas abog6 también por un control estricto del comercio fronterizo para eliminar a un gran ntimero de comerciantes de dudosa reputacin, quienes operaban en la zona, junto ala monopolizacién de la compra de terrenos indigenas por parte del gobierno para prevenir la manipulacién de los indfgenas por parte de hacendados locales inescrupulosos. Al mismo tiempo, concibié una nueva estructura politica con caciques que pasariana ser oficiales del Estado, no obstante, bajo una supervision ‘paternalista"”. Domeyko compartié la visién de Varas acerca del comercio ¥ la compra de tierras, pero fue mucho mas escéptico acerca de los colonos extranjeros industriosos, defendiendo en cambio la idea del establecimiento de tuna serie de asentamientos misioneros en los que se podria impartr la instrueci6n religiosa ¢ inculcar el respeto por las autoridades nacionales, y en donde cada or la Iglesia como asentamiento comenzaria con la construccién de una iglesia, de la casa para el ", como resultado sacerdote y cuartos para un juez 0 capitin de amig dos por la ‘pacifica lo que llevaria prontamente ala aparicién de una tienda de comercio, una herreria y un taller de carpinteria Aquellos con algin grado de experiencia de vida en la Frontera se sna los esfuerzos mostraron proclives a opinar del asunto en una forma similar la de Domeyko, , miikiples viajeros como en el caso del padre Victorino Palavisino, quien compartia el escepticismo so de Ia Iglesia de acerca de lo apropiado de la presencia de colonos extranjeros, pero defendia i venfan de uinea prove con fuerza la idea de! monopolio del Estado sobre las ventas de tierras, porque nia el padre Orrego era parti de este asunto que la civilizacién de los mapuches debia comenzar ndigenas hacia la debido a que por intermedio de las compras justas y limpias de tierras que inte” de los chilenos serfan vendidas a colonos, el Estado podrfa comenzar a mezclar a los araucanos imero de entre mil y chilenos en el sur", Un residente de la nueva provincia de Arauco impuls6 la sn diffcilmente una idea anterior atin mas lejos, a través de una publicacién de 1861, al sugeri un spunt6 a.una razén proceso comedido de infiltracién con el establecimiento de colonias (tal vez s ‘no aborrecen, ¢ de tipo militar en un comienzo) en tierras compradas a los indigenas por el temiendo quieran gobierno, tras lo cual la poblacién indigena se comenzaria a dispersar, por lo bjan porla tradicién due “en vez de enemigos araucanos, tendremos siibditos chilenos”®. La tinica es"? voz ausente en todas estas discusiones fue por supuesto la de los propios —Varas y Domeyko mapuches, que tampoco serfa escuchada en la década de 1860, cuando la politica aba vital mejorar el oficial llev6 al empuje de la Frontera més al sur (iniciando una nueva fase de mo sugirié Varas, a esta historia que no puede ser analizada apropiadamente en este trabajo), que los veteranos final ando con esto veinte aiios més tarde, el largo perfodo de orgullosa mentadas més tarde independencia araucana $n) con la presencia dria “infundir mas faras abogs también la zona, junto ala parte del gobierno hacendados locales ructura politica con bajo una supervisi6n erca del comercioy rca de los colonos establecimiento de mpartirla instruccién sles, y en donde cada Nowe “aones sob rin de wns yarn de 219 8 Mirando hacia afuera CHILE Y LAS REPUBLICAS HERMANAS “SEMI-SALVAJES: Si para los chilenos educados de la repablica temprana los araucanos eran unos salvajes’, sus vecinos latinoamericanos eran al menos “semi-salvajes de acuerdo a un impreso de 1850'. Las visiones de los chilenos de los otros paises latinoamericanos estuvieron invariablemente tefidas por el complejo de superioridad que hemos sefalado, y es asi como Hispanoamérica resultaba ser para El Mercurio, en 1841, un “naufragio universal... desde Méjico hasta Buenos Aires" y para una revista del mismo afio, “un circo de gladiadores”. De acuerdo a El Ferrocarril en 1859 (aio no muy bueno para que los chilenos se jactaran en este tema), cada vapor trajo noticias a Chile del “caos revolucionario” en las repaiblicas hermanas'. Este tipo de percepcién general ‘an en Chile, como en el caso de un sacerdote ecuatoriano, quien en un sermén en la Catedral de Santiago para las celebraciones del dicciocho en 1854, present6 un retrato fue a menudo respaldada por extranjeros que vi deprimente de los estados hermanos, "muchos... con més recursos que vosotros’ y con “borrascosas oleadas de la anarquia’ que los golpeaban y con “tiranuelos sin nombre” El punto que presenté el sacerdote ecuatoriano Noboa se acercaba a la realidad por cuanto las otras repiblicas hispano: americanas estaban pasando por tiempos turbulentos con sus historias marcadas regularmente por revoluciones de palacio, guerras civiles, disputas regionales, gobiernos dictatoriales y en algunos casos atrocidades represivas, todas las cuales hicieron aparecer al régimen Conservador como un parangén cri, Ge avira de 180 Moca, 5d gan de wa de Samsag, a psa 18 Frac, 8 cab de 858, Tamdsit ote, divs pune apsbine nds HA asia d ingens ese de 5,0. 2223. sty aya del Pre. Ln Hever prism este mn benevolencia. Los chilenos con educacién podian leer informes de de b virtualmente cada lugar de Latinoamérica (aunque muchos més de Europa) en la prensa y la mayor parte de su atencién, a juzgar por los articulos petiodisticos y debates parlamentarios, estuvo enfocada a enterarse de la situacidn de los vecinos inmediatos: Argentina, Peri y Bolivia. México gener6 un cierto grado de interés al momento de su guerra con los Estados Unidos, asi como la expedicién filibustera de William Walker en Centroamérica a mediados de la década de 1850, que provocé mucho debate y comentarios, aunque menos acerca de Centroamérica per se, que acerca de la amenaza del expansionismo yankee, un asunto que sera examinado més adelante El pais vecino que se asomé con mayor frecuencia en el horizonte de Chile fue lejos Argentina, que de acuerdo a El Mercurio en 1839, demand6 ‘con preferencia la atencién de todo escrito liberal"®. Los numerosos exiliados argentinos que llegaron a Chile debido a la larga dictadura “federalista’ de Juan Manuel de Rosas, se mostraron gustosos de poder ventilar sus sentimientos acerca de la politica argentina a través de la prensa chilena. El libro clésico Facundo de Domingo Faustino Sarmiento aparecié primero como un folletin en El Progreso en 1845 bajo cl titulo de ién y barbarie, que més tarde pas6 a ser el subtitulo, El titulo Hlegé a ser una verdadera consigna | Progreso la utiliz6 para describir con posterioridad la, chilena y de hecho E indola con la de “la disputa entre la oposicidn y el gobierno en 1850, compara civilizacién contra la barbarie"®, El papel de Sarmiento en el periodismo chileno de la década de 1840 fue importante’, al punto que casi Ilegé a convertirse en ciudadano chileno, aunque él junto a otros exiliados siempre magnificaron la imagen de Argentina en Chile ‘Como consecuencia de las influencias de los exiliados argentinos, ningdin personaje extranjero fue més detestado en Chile durante la repdiblica temprana que Rosas, contra quien se usaron epftetos como “sanguinario y atro2", “el Nerén, el Tamerlin, el Robespierre del siglo XIX’, “[el] més sanguinario monstruo"*y otros por el éstilo.ad infinitum. En algunas ocasiones se plantes que seria la historia laque determinar‘a de mejor forma si es que era “un tirano vulgar, un monstruo, oun héroe maravilloso”. La defensa del herofsmo maravilloso de Rosas descans6 cen sus resistencias a los bloqueos navales franceses y anglo-franceses, tras los cuales habria dado “una leccidn bastante elocuente”, de acuerdo a un escritor, de Mean, 36 cambra de 188 esa lions end te ilu Pres, AI, Tie aun vn si. Gwen park y Fens Msi 5, Samins tof ao Bao Caf 184, Moana ome 12 Miso de Abas Ans, 19842, 28; ec? ecb de Lov ri oases inpesns nel ia de Sarg on 145146 urn ads ere vials ona psig nna at ond Go lc respec a lo que puebl hostil unitan lejos « cjerce repeti verdac pareci del "ri politic en 185 con Ro haba s El batalla que Ar forma gener Mercurio una esp banquet cuanto § division 2 alines Confede gobiern¢ oposicis informes de lo que los gobiernos podian hacer cuando eran “apoyados y defendidos por el s de Europa pueblo". El periédico de Valparaiso, La Gaceta del Comercio, fue especialmente [eeeicilee hostil alos bloqueos, argumentando que latirania no era una justficacién para la eerarse de la intervencién extranjera y que esta s6lo fortaleceria el poder de Rosas y, que los Jéxico gener tuitarios (liberales) argentinos eran por tanto negligentes al apoyar a los ados Unidos, extranjeros'"!. Incluso sobre este punto la solidaridad con la nacién hermana fue rtrommérica & lejos de ser una cuestién undnime. En la Plata’, sefialé El Mercurio, "la Europa anrentarion ‘erce un ministerio de civilizacién contra la barbarie", por lo que la afirmacién ‘amenaza del repetida por los propagandistas de Rosas de que él estaba defendiendo los ae verdaderos valores “americanos’ contra aquellos "extranjeros” de Europa horizonte de parecieron nunca Mlegaron a tener mayor asidero en Chile. El Mercurio se mof6 139, demand6 del “ridiculo, ridiculo [sic] americanismo" contrasténdolo con “el verdadero -0508 exiliados americanismo, la libertad”. EI nombre de Rosas fue usado también en argumentos federalista’ de politicos domésticos en Chile como lo hizo un medio de prensa de la oposicién ; ventilar sus en 1858 que declaré que no seria honroso para el presidente Montt compararse nsa chilena, El con Rosas, cuyo despotismo habia sido “osado y valiente’, mientras el de Montt primero como, habja sido "solapado y cobarde"™ y barbaric, que El derrocamiento de Rosas por el general Justo José de Urquiza en la sdera consigna batalla de Caseros, en febrero de 1852, fue saludada con deleite en Chile osterioridad la como en el caso de La Civilizacién, un medio pro-gobierno que se regocijé de sla con la dela que Argentina no estaba ya "borrada de la lista de las naciones cultas” y en el periodisetg forma condescendiente sefialé que dicha nacién buscaria en adelante su ue casi legs a regeneraci6n tomando en cuenta la ‘elevada situaci6n" de Chile", mientras El iliados siempre Mercurio aclamé la liberacién de Argentina luego de “mis de 20 aftos... [de] tuna espantosa dictadura’'®. El general Urquiza acaparé los brindis en los entinos, ningiin banquetes"”, a pesar de que las opiniones acerca de él estaban divididas por iblica temprafa cuanto sus politicas constructivas satisfacfan sélo a algunos', porque con la 102", el Nerd, divisi6n politica de Argentina que siguié a su triunfo, la opinién Liberal tendid rio monstrustl a alinearse con el Estado secesionista de Buenos Aires y no con la seria la historia Confederacién Argentina de Urquiza, la tinica Argentina’ reconocida por el . un menstrldil gobierno chileno (o cualquier otro). Urquiza, de acuerdo a un periddico de la f Roiac Oca oposicién, estaba librando otra “guerra de la barbarie contra la civilizacién". ranceses, tras los >a un escritor, de i 1 ema 18 ae sol e229 ay 2d apt eT. ‘eo de 148, ik y Fane Ma wi, 7 dec de ora ema 182 reonpl, Men 13 ema 182 oes rgeis a8 2 ian, 18 de yo de 52 Ata 31 de myo 1858 23 Buenos Aires atrajo a los Liberales debido a la apertura y vigor de sus politica muy distinta a la atmésfera del Chile de Manuel Montt— en donde, como un escritor sefalé irénicamente, habia prevalecido "la estrafalaria mania... de “organizar meetings politicos, [y] de elegir libremente los poderes paiblicos Los Liberales que fueron exiliados a Argentina por Montt, como Isidon Errazuriz, anhelaron poder tener su propia batalla de Caseros" Aunque Chile se involucré en una guerra con Pert y Bolivia en la décat de 1830, esto nunca implicé que hubiera mucho interés en Chile sobre ls politica interior de aquellos paises, sobre los cuales se discutfa en Chile « bastante menor frecuencia que sobre Argentina, Las disputas entre Peri y Bolivia a comienzos de los afios cuarenta generaron reacciones de compasiOn como la de El Mercurio, que con desdén expresé que estos eran Une Desgraciados pueblos! «Cuando empezarn a conocer sus intereses?”™ Al informar sobre una propuesta de los ciudadanos de Arequipa en el sentido de que Pera debfa llegar a ser una monarquia, una revista de 1843 sugirié que ie farsa republicana’ de aquel pais hacfa entendible una propuesta de estableces un sistema monérquico en Peri. Los chilenos que viajaban a Pert elaborabam comentarios despectivos, como fue el caso de Victorino Garrido, quien i consideré un “pats desgraciado”™’, aunque hubo excepciones como la de Ped Félix Vicufta quien estuvo exiliado en Peri y lo encontré un pais muc menos “aristocrético” que Chile, aunque esta fuese una visién excéntriea La situacién de Bolivia por su parte, era considerada incluso peor quell de Peri, recibiendo el calificativo de “tierra de inconsecuencias™ versatilidades’ de acuerdo a un impreso de 1841, y siendo descrito como pais que respiraba “la envenenada atmésfera de la anarquia’, como apuntaam periédico en 1858", Durante su breve permanencia en La Paz en 1853, €8im tinica misin diplomética a Bolivia durante la repiblica temprana, José Joa Vallejo reporté sus impresiones al ministro del Interior Antonio Varam seftalando “no puede Ud. formarse idea... de lo que es este gobiersaly cuestionando después’si es cierto que es gobierno”. Los bolivianos, le escaiiam incrédulamente a Varas, crefan que Chile habia sido "corrompido y perdi por los europeos, que Pert era incluso més pobre que Ecuador y que la tira de Rosas era un modelo para Hispanoamérica. Al dejar Bolivia, Vallejaiam regocijé de que él estarfa “otra vez en el mundo civilizado” y pronunckSiam™ veredicto final condenatorio acerca de sus recientes anfitriones, calificding te Asked 3 agus d 88 ge, 18d eea de 1848, igor de sus politica en donde, como falaria mania... de poderes piiblicos"™ ontt, como Isidoro olivia en la década s en Chile sobre la scutia en Chile con sputas entre Peri y nes de compasién estos eran unos sus intereses?™, Al pa en el sentido de 1843 sugirié que la uesta de establecer a Penticlaboraban Garrido, quien lo ss como la de Pedro tr6 un pais mucho ncluso peor que la as y descrito como un como apunté un » Paz en 1853, enla prana, José Joaquin x Antonio Varas, s este gobierno’, ivianos, le escribid mpido y perdido” lory que la tiranfa Bolivia, Vallejo se ¥y pronuncié un nes, calificandolos de ‘esos cholos y esos indios infinitamente més corrompidos, mas malvados y feroces que nuestros peores rotos No se puede afirmar que las visiones chilenas sobre las més remotas de las repiiblicas hermanas fuesen més halagadoras, porque la distancia no implicé encantamiento, lo que explica el porqué Paraguay (pais sobre el que poco se comentaba) fuese desdefiado como “un pueblo de la edad media™y que cuando un periédico de Bogoté afirmé que Nueva Granada (Colombia) era mas avanzada que Chile, El Ferrocarrl replicara contundentemente que “Chile se encuentra un siglo adelante de la Nueva Granada". Domingo Santa Maria quien pas6 por ahi en 1859 encontré que era una "disparatada reptiblica’. La fase “ultra-liberal’ de Nueva Granada de 1849-1853" no hizo mucho para mejorar la reputacién del pais, por lo que la mayorfa de los comentarios de Colombia continuaron siendo hostiles, especialmente en la prensa Catdlica, que condené a “los rojas” que ¢ aban imponiendo "el mas barbaro despotismo a nombre de la libertad". Manuel Ancizar, un distinguido neogranadino enviado a Chile, donde lleg6 a ser un buen amigo de Andrés Bello, publicé un panfleto para defender la reputacién de su pa’s, pero pronto aparecié un documento anénimo atin mas extenso para contrarrestar sus ideas”. Al mismo tiempo, un periédico publicado en inglés en Valparaiso, concluy6 con unas palabras de encomio hacia Chile y con el comentario de: iQue contraste con la Nueva Granada liberal México, que goz6 de una cierta simpatia entre los chilenos durante la guerra con los Estados Unidos, siempre recibié comentarios negativos por su politica como “pais desgraciado incapaz de darse una nacionalidad”, de acuerdo a un periddico de 1849, hasta el punto de que una anexidn por parte de Estados Unidos era perfectamente posible, y algo que “a decir verdad, da gana de desearla para aquel pais, vista su incapacidad incurable para Bobernarse"**. Hubo muchos veredictos similares acerca de México, como tierra “del despotismo, de la anarquia, de la riqueza inexplotada’, y como un inmenso festin de sangre, de pillaje y de barbarie"®. También existié una aA 1 16 de ay 1858, Valo, pit 28 ie bre 1843, 30M ie Amie 21 185 Arup Sol Aci pi po vl 9.68 1 Pr vsiones rum. wae Dovid Busha, Pe Moti of Men Ctr are, 123) gp. Frank at Mar aces, Camb. rene La Seo ae Yo, 202, p18 tah 2g de Vis aus Le vie Caticlan 18) plan has 53 Manuel ri Ana yin rh Gad 1853; maces soa jm ones Gade 8) anti fag se en Nee Gi Rie Co, ei 18 re 1 de gs 18 35a itr, 28 spine e188 536 linge, 1 6 tend 1855; Mal Geman, Fas snes in ido 65, 48 inclinacién a criticar la Compra de Gadsden de 1853 que demostraba ‘avidez' de los Estados Unidos, pero también se dijo que el verdaden responsable de las adquisiciones de territorio mexicano era el “criminal mandatario" Antonio Lopez de Santa Anna”. Benjamin Vicufia Macken quien viajé a México en 1853, visit6 algunos de los escenarios de la reciemtia guerra entre Estados Unidos y México, y sefialé que “mis simpatfas esta por los conquistadores’, expresando “admiracién por los invasores"™ ¢Por qué estaba Hispanoamérica (dejando a Chile aparte) en una situaciim tan mala? La respuesta que se dio frecuentemente fue la misma utilizada pam explicar los obstéculos para el progreso de Chile: el legado colonial, el qu ‘como hemos visto, fue generalmente considerado altamente defectuossl Espafia no habfa sido ‘una de las naciones més cultas de la Europa” en iil opinién de Pedro Félix Vicuna, por lo que resultaba inevitable que sus antiga colonias fueran ‘més atrasadas” en la escala de la civilizaciOnm™ Hispanoamérica, en la opinién de un periédico de Copiapé de 1856, hata sido simplemente debilitada por la “mezcla de fanatismo y tiran‘a"® del impexil espafiol, mientras que el periodista Martin Palma, quien hizo una reflex de carécter sociolégico, sugirié que la aristocracia colonial habfa siempam mirado al pasado en vez de fijar la vista hacia el futuro y que habia descansadie demasiado en "la abyeccién ... y el anonadamiento" de la gente‘, Oxmal Pusicron atencién a la militarizacién de Hispanoamérica durante los ahosiil la independencia: "Si el céncer de la Europa es el pauperismo', escribié Jas Arteaga Alemparte, “el céncer de la América espafiola son los matonesl Hasta que Hispanoamérica no redujera sus ejércitos no se pondrfa un fill las guerras civiles y los levantamientos, de acuerdo a Arteaga‘ cLINA UNION LATINOAMERICANA? Habja una cura posible para los males de Hispanoamérica que fa discutida en forma intermitente y con variados grados de confianza: la sda de una unién general de Hispanoamérica o incluso Latinoamérica, Lam referencias al ideal de unién aparecieron frecuentemente en mensajal presidenciales y en los reportes anuales sobre asuntos exteriores dados gat los ministros del Interior, La Hispanoamérica colonial hab/a sido una "pasa comtin' como hizo notar Antonio Varas en un reporte de 1860, porlo quell eciabl s "bull sdeniosiabilal nuevas repiblicas debfan formar una “gran familia de naciones" con el fin de * el verdadero llegar a la “civilizacién y prosperidad’. zNo fue acaso el Zollvereinaleman ra el “criminal tun ejemplo promisorio de lo que se podria lograr?®. Ninguna de las ia Mackenna, conferencias internacionales que se reunieron para avanzar en esta idea ise Lima (1847-1848), Santiago (1856)— tuvieron un efecto prictico, prueba npatias estaban deello esque el tratado firmado en Santiago en septiembre de 1856, estpulaba mores una alianza perpetua entre Chile, Peri y Ecuador con el establecimiento enna situacién permanente de un Congreso de Plenipotenciarios, proyecto que ena préctica = utlizada pa slo acumul6 polvo en los estantes, a pesar de que el Presidente Mont le colonial, el que dedicé palabras clocuentes al tratado, al inaugurarlas sesiones parlamentarias nte defectuoso en 18574, Sin embargo, la quimera de la unién continud intrigando a un 3 Europa” en Ta buen niimero de chilenos educados, tanto que a comienzos de Ia década de aque sus antiguas 1860 se habja convertido en algo asf como una obsesién civilizacton™ El tema de la unin era una vieja idea con importantes precedents durante de 1856, habla el transcurso del perfodo de Ia independencia™. Una de las primeras va del imperio declaraciones acerca del tema en los ahos posteriores, fue presentada en un zo una reflexion licido panfleto escrito por Pedro Félix Vicufa en 1837, en el que su punto de 1 habia siempre partda para la propuesta se fundamentaba en el peligro de que Europa pudiera ha deveanssall aprovecharse de la debilidad de Hispanoamérica del caos interno, ante lo y gente". Otros cual planteaba que se necestaba un poder extraordinaro,.. una palanca moral rante los anos de més fuerte que la que concibié Arquimedes para mover eluniverso’,destacando o*,escribis Justo ademas que ese poder extraordinario podia venir sélo de una uni6n n ils matonest" hispanoamericana. Vicufa eit6 el precedente de la Liga de Anfictiona de fa pondria um fini Grecia antigua y, dela Confederacién Germénica de 1815, por lo que bajo este # esquema las delegaciones nacionales formarian un "Gran Congreso Americano! el cual organizaria un “c6digo internacional’ y un ejército supranacional para hacer cumplir las decisiones de la unin, tras lo cual la unidn hispanoamericana podria llegar a ser decisiva en los “destinos del orbe civilizado™ La idea de la unién fue discutida regularmente en los anos posteriores vamérica que fue por politicos y a través de la prensa, El Mercurio, de hecho, apoyé y se opuso confianza: la idea a la iniciativa en distintos momentos segtin las circunstancias, sugiriendo en tinoamérica. Las luna ocasién que Hispanoamérica se presentaria como “una masa nada nte en mensajes despreciable” ante el resto del mundo", pero dudando en otra ocasién si es eriores dados por jue las necesidades hispanoamericanas podrian ser mejor satisfechas a través ‘a sido una “patria de las "bulliciosas discusiones" de un congreso supranactonal, El ministro ne (180. 0 vo VL. 6 6. E667 y SOAS: W/E, oun Manuel Camilo Vial, se mostré favorable al establecimiento de algtin zmericana de unién, siempre y cuando esta no implicara “menoscabar la independessime paraiso y la soberanfa de la repiblica’™. La Tribuna rest6 importancia a la opin cen pr de El Progreso (por entonces un periddico de la oposicién) por su defenss ai laid un Zollverein estilo hispanoamericano, sobre la base de que est al bida e contribuiria a las exportaciones de trigo de Chile: "Erasmo [sic] eres i do de Utopia... La oposicién ha creado su Progresspolis”. Esto constituys a Bscusion asentamiento de un t6pico, porque Sarmiento, quien contribs ment frecuentemente con La Tribuna (y tal vez incluso escribié este comentanail zocijé estaba pronto a publicar su libro Argirépolis, su programa de accién para ial inde paises del Rio de la Plata’ te el Desde comienzos de los afios cincuenta, un sinnimero de episodes internacionales reenfocaron la atencidn de los chilenos hacia la idea dela unién. El deseo aparente de Ecuador de ceder las Islas Galépagos 2m empresario de Estados Unidos en 1855, y de convertirse en un protectors de los Estados Unidos, las actividades filibusteras de William: Walker am Centroamérica en 1855-1857, la reincorporacién voluntaria de la Repabiaay Dominicana al imperio espafol, o lo que quedaba de él en 1861, y la invassim de Francia a México de 1862, generaron una indignacién generalizada aim estuvo bien representada en la prensa. “Es necesario que la América en mal proteste de lo que pasa en México", vociferé El Ferrocarril en julio de 1863 El incidente de la Reptblica Dominicana generé en agosto de 1861 uno los debates sobre asuntos de relaciones exteriores més serios que se hulbsesi escuchado hasta ese momento en el Congreso chileno, con diputadiall demandando una accién inmediata del gobierno y con Justo Arteaga Alemparte preguntandose si es que no habria reptiblicas hispanoamericaaay demandando la anexién por parte de “la Francia, la Inglaterra o (el) Gram Turco Juan Manuel Carrasco Albano, escribiendo en 1856, vio el peligro diy Europa o los Estados Unidos como “inmediato, inminente’, tras lo eal bosquejé un ambicioso plan para el establecimiento de un Cong Sudamericano (para incluir a Brasil), el cual ayudaria a crear una “nacionas sud-americana’, pero Carrasco Albano no pensaba a pequefia escala: su um tendria una moneda comtin con cardcter decimal, incentivaria la inmigraa por las razones usualmente mencionadas en la época), poseeria un sist educative comin, asf como una sociedad de “historia y de antigiedadiay {9 Monae isa de Relcores Erie (648 OF i 180 Po Apes a Ae Wo Stet, Ca, 108, 9.1 Frcs 1862 2 OW, 20d atc 6B nto de algtin tipo rlaindependencia ancia a la opinin por su defensa de e de que esto no cs [sc] ereé la sto constituyé el juien contribuia este comentario), de acci6n para los mero de episodios hacia la idea de la 1s Galépagos a un en un protectorado William Walker en sria de la Republica 1861, y la invasion n generalizada que a. América en masa en julio de 1862" sto de 1861 uno de os que se hubieran no, con diputados con Justo Arteaga hispanoamericanas aterra o [el] Gran 6, vio el peligro de ente’, tras lo cual o de un Congreso ar una "nacionalidad sofia escala: su unién’ aria la inmigraci6n y de antigiiedades americanas" y ‘una red de ferrocarriles... de Panama a Magallanes, de Valparaiso a Rio de Janeiro’. «Qué pais debia liderar este proyecto? No se ofrecen premios por adivinar la respuesta’ La idea de que Chile deba tomar el liderazgo fue naturalmente bien recibida en el pafs y retomada a comienzos de la década de 1860 cuando el tratado de 1856 entre Chile, Peri y Ecuador fue el pretexto para revivir la discusién del proyecto de la unién, a pesar de que nunca fue ratificado. En el Parlamento, en junio de 1861, el ministro del Interior, Antonio Varas, se regoeijé debido a que por el tratado Chile tendria “la gloria de haber iniciado’ la.unién de las “Reptiblicas Americanas”. E] més sorprendente de los discursos durante el debate vino de parte de Ambrosio Montt, para quien el asunto fundamental de la unién era el fortalecer el sentimiento nacional para proteger €l territorio y prevenir que pafses latinoamericanos invitaran a poderes extranjeros (como habia sucedido en Argentina) para intervenir en altercados domésticos con lo que se corrfa el peligro de “consumar la ruina de su patria, de su religién, de su lengua’. “Hemos asombrado al mundo con nuestras revoluciones’, sugitié Mont “y lo que es peor, por la falta de... un fuerte y noble nacionalismo’. Al mismo tiempo, Montt le recordé a la Camara de Diputados que el Congreso de Panamé de Bolivar en 1826 habfa sido disefiado para mantener a distancia la Santa Alianza de Europa y para asegurar la existencia de gobiernos de carécter republicano en América, argumentando que ambos objetivos habjan sido respaldados ("con mucha satisfaccién’), por la Doctrina Monroe (como ya estaba comenzando a ser llamada). Por lo tanto, cualquier tratado de unién, defendié Montt, debia iniciarse con el establecimiento del orden en los distintos paises latinoamericanos, escenario del cual se mostré escéptico. El anhelar una moneda comiin asf como estandares profesionales comunes, era “sin duda bello y bueno", pero dudaba de la factibilidad de ello por lo que concluyé que''la idea, el interés, la pasion locales prevalecerén siempre contra toda tentativa de asimilacién"™ El temor de Ambrosio Montt se comprobs en la prictica, pero no antes de que el sentimiento “Americanista” entre los chilenos de clase alta hubiese alcanzado su climax a comienzos de los afios sesenta, con politicos (incluidos los escépticos Federico Errézuriz y Domingo Santa Marfa) sumandose a ellos para abrazar Ia idea de la unidn. demas, Chile vio la formaci6n, en mayo de 1862, de la activa Soc lad de Uni6n Americana asi como la solemne y fallida fundacién del nuevo pueblo de la Unién Americana en el valle de Aconcagua rs ‘Wercria pura aa Foul de ayes de Universe de hil sb rtd yes Apoamarcans, lp. 251.272 Aung nd cebu en Ohi, Fano io también aoa nih Sanaa lu in Caran Abo, vans spt hat de And $0N/0. 72 dun de en octubre de 1862, mientras que la consigna "Por la Unién Americana’ llega uno de los cinco puntos del programa del nuevo partido Radical creado am diciembre de 1863. El propio ex-presidente Montt presidié el Congres Americano de Lima en 1864, organizado bajo la sombra de la agresiGn nasal espaiiola en el Pacifico, en una conferencia que llev6 posteriormente a Antoni Varas a expresar que él tenfa una "tan pobre idea de los gobicrnos de las reptibiame hermanas’ que sentfa mucho que Chile tuviera que hacer causa comtin con elas El comentario de Varas reflejé la actitud solapada de Chile. Algunos habjan asim que la ola“Americanista’ de comienzos de la década de 1860 ("un delirio colectiay como lo llamé el historiador Mario Barros)*, habia de algtin modo debilitadolm politica exterior chilena, aunque es dificil comprobar si es que hizo alam diferencia real, debido a que por ese entonces no habia mucha politica exten que debilitar. En cualquier caso, cuando ocurrié el conflicto con Espafa en 186% 1866, la politica chilena se vio obligada a tornarse més 0 menos "Americanist EXTRANJEROS (NO HISPANOAMERICANOS) Las actitudes chilenas hacia los extranjeros que no provenian iim Hispanoamérica variaron dependiendo principalmente de la clase social, asi como la clase alta chilena les dio la bienvenida, especialmente a Iai comerciantes extranjeros que se congregaron en Valparaiso. “La palalim ‘extranjero! —dijo Antonio Varas— es una voz inmoral que deberé borrarse im todo diccionario””. Sin embargo, ocasionalmente se expres6 resentimicniiy debido a la presencia constante en Valparaiso de buques de guerra que 3m sumaban a los navios mercantes que se balanceaban anclados en el puerto. Oi acuerdo a un impreso de 1838, los buques de guerra ponian a Chile en “t situacién abyecta y degradada en Ia escala social de las naciones soberanas™ Este fue un comentario hecho en tiempos de guerra, cuando se sosped acertadamente) de la parcialidad curopea hacia la causa de la Confederac Peruano-Boliviana. La mayoria de las veces la presencia de buques de quer extranjeros no gener6 ese tipo de reacciones, aunque itritaban al Intendeni de Valparaiso, especialmente cuando se le solicitaba recapturar desertores, am hecho comiin que incluso llev6 a los franceses a claborar un formulario impresa na" Ileg6 ser comerciantes extranjeros estos no eran slo bienvenidos sino que su | creado en. participacién en la super aceptable. Durante una discusién parlamentaria en 1853 acerca de Ja in del comercio fue considerada perfectamente a | Congreso resién naval factibilidad de establecer nuevos tribunales comerciales, en los cuales fea Antonio cextranjeros podrian participar, Manuel Antonio Tocornal observé que los 2s reptiblicas comerciantes extranjeros en Valparaiso inclufan a hombres muy honorables n con ellas®. y dignos de ejercer estos cargos". La nacionalidad, dijo, era irrelevante en el habfan visto comercio, el que estaba basado en “las relaciones de intereses y de jo colectivo" conveniencia mutual debilitado la Sin embargo, las actitudes chilenas hacia los extranjeros siempre hizo alguna incluyeron un fuerte elemento de respeto propio a lo nacional, como quedé ica extetioll establecido en las politicas oficiales definidas privadamente por Portales en 1832. y piblicamente por el presidente Montt en 1861, en donde se defendié proteccién y seguridad’, pero no a tna “una proteccién especial y privilegiada’®', Notando en 1852 que la comisién del muelle de Valparaiso estaba compuesta por tres jja.en 1865: mericanistal la idea de que los extranjeros tenfan todo el derecho a extranjeros y un chileno, un periédico que apoyaba al gobierno seftalé que los extranjeros, a pesar de ser irrefutablemente un “elemento civilizador’, no rovenian de debian ser autorizados a ser parte de “un despotismo sofocador..., un 4 borrarse de que los demagogos podian usar esto como “una arma terrible que tarde o esentimiento temprano puede esgrimir sobre las cabezas de los amantes del progreso y de uetra que se los extranjeros mismos l puerto. De El punto era importante por cuanto la xenofobia popular ciertamente hile en “una existfa. De hecho durante los disturbios al momento de la toma del poder soberanas por parte de los Conservadores, en diciembre de 1829, una turba saqueé el sospech6 consulado francés en Santiago, por lo que resultaba lo suficientemente facil onfederaci6n como observé un periédico de 1849, incitar la “odiosidad de la muchedumbre ues de guerra contra los extranjeros®, Durante los debates por el tema de la inmigracién | al Intendente en 1852, un diputado llam6 a que los colonos fuesen dispersados en vez de sertores, Un concentrados en un solo lugar porque ‘nuestro pueblo es envidioso e inclinade 1 caso de los Anthony Paddock (un estadounidense quien probablemente era demente) i DCN, 3 juin | e810 a por un asesinato miiltiple en Valparaiso en 1833, que se llev6 a efecto a pesar de las siplicas del cénsul de los Estados Unidos y de comerciantes extranieros, puede ser interpretado solamente como resultado de un intento por apaciguar acho portefio, y por cierto Portales, quien fue responsable del hecho, 10s", El que los politicos usaran la xenofobia para lo concibié en esos térmi sus propios intereses fue evidente en la elecciGn de 1846 en Valparaiso, cuando Ia oposicién defendié Ia idea de que el gobierno y los ingleses estaban conspirando para despojar a los cocheros de su fuente de trabajo para introducir los ferrocarriles. Lin impreso afirmé durante la agitacién de 1858 {que "los inicos que tienen miedo en Valparaiso son los ingleses, porque temen corazén un gobierno como el de Rosas; al pueblo, y desean con todo Esto antes que perder una botella de aguardiente o una pieza de tocuyo"* fue algo mds que una retrica ceremoniosa, pero ¢s cierto que los comerciantes extranjeros, tal como los de todas partes, odiaban el desorden. Aquellos que se asentaron en Chile tenfan poco de que quejarse y en su mayoria vivieron tranquilamente, Incluso aquellos extranjeros de nivel popular, lograron (én de la cual provenian. desarrollar un sello distintivo producto de la civil En 1860 el cénsul de Hamburgo se quejé ante el Intendente de Atacama porque varias licorerfas en Caldera desplegaban habitualmente ‘la bandera hamburguesa como medio de atraer el pablico’ LA EUROPA DE HOY ES NUESTRO MANANA’ Las banderas de Hamburgo sobre las licorerfas de Caldera eran un simbolo de Europa en general, y si hay una parte del mundo exterior que realmente inspiré a los chilenos educados fue precisamente el vicjo continente: Las politicas del “rincén mas apartado de Europa’, afirmé La Tribuna en 1849) ‘Nueva Granada o Venezuela, por eran mejor sabidas en Chile que las de frecuentemente tomadas de las cjemplo"®., Las informaciones de Europa prensas europeas y reimpresas en Chile) dominaban la secci6n de noticias extranjeras en los periddicos chilenos y el piiblico seguia con mucha ansiedad Jos eventos europeos, como las revoluciones de 1848, la Guerra de Crimea el Resurgimiento italiano y otros. La Guerra de Crimea, el primer conflict cde mayor seriedad en el Ambito europeo durante la epiblica temprana, acarre 3, erry Fela vo pp 308305 Gime Bey Sno logan 12d 57 EN Puken Ci, 73d may 6 notablemente fa at Live,, la Crimea), qu de Dios Correa de § Los chilenos t europeos, y es por: hacia Hispanoamér declararla “una arrog: no le gustaba la pre mencionada con ante que los europeos ten Hispanoamérica anad todavia salvajes, mata sugeria que el conocit desde la independenc sido capaz de produ conseguir la libertad” chileno de viaje”' que f este registré una anéc ge agricola en pregunts: “Is it very chi ‘alguna Siberia meridi ue las nuevas repiiblic de publicidad (que del po de ignorancia entr A pesar de los eno inconscientemente la s ue Europa era la image mundo —con ee Hispanoamérica como ¢ A Mino Blase an ded nS 2, vale Msp, cast ives oot ein ten Bosna Ven Hu vs cto, encanta alg 16 a clecto a pesar antes extranjeros, nto por apaciguar sable del hecho, la xenofobia para Jalparaiso, cuando ingleses estaban, de trabajo para itacién de 1858 ses, porque temen pmo el de Rosas, de tocuyo"®. Esto n. Aquellos que ropular, lograron jente de Atacama nente ‘la bandera Caldera eran un ndo exterior que iejo continente. Tribuna en 1849, Venezuela, por tomadas de las ccién de noticias mucha ansiedad Suerra de Crimea, primer conflicto notablemente la atencién: "Todos estan ocupados en los sucesos de Oriente i.e., la Crimea], que aqui han sido muy celebradas’ escribié el senador Juai de Dios Correa de Sa a un amigo en Paris Los chilenos también criticaron acciones especificas de los poderes curopeos, y es por eso que hubo exasperacién por la arrogancia europea hacia Hispanoamérica, la que era lo suficientemente real como para declararla "una arrogancia insufrible”, como expuso la misma persona a quien no le gustaba la presencia en Chile de buques de guerra extranjeros, mencionada con anterioridad’, Los chilenos se quejaban en ocasiones de que los europeos tenian las “creencias mas absurdas y falsas' acerca de Hispanoamérica aadiendo El Progreso, en 1843, que “por alli se nos cree todavia salvajes, matindonos despiadadamente unos a otros’, con lo que se sugerfa que el conocimiento europeo de Hispanoamérica habia decrecido desde la independencia, especialmente porque Hispanoamérica no habia sido capaz de producir el “paraiso politico” que se esperaba luego de la libertad”. En sus Paginas de mi diario de 1856, el primer libro chileno de viaje”' que fuera escrito por el joven Benjamin Vicufia Mackenna, este registré una anécdota de cuando uno de sus compaferos de clase en agricola en Inglaterra, al enterarse de que venfa de Chile le pregunté: "Is it very chilly2” ("cEs muy frio2"), imaginéndose que venia de ‘alguna Siberia meridional”. Esta situacién Hlev6 a El Ferrocarril a sugerir que las nuevas repiblicas debfan patrocinar en forma conjunta una revista de publicidad (que debia ser publicada en Paris) para contrarrestar este tipo de A pesar de los enojos, casi todos los chilenos educados, confirmando inconscientemente la sentencia de Karl Marx, estuvieron de acuerdo en que Europa era la imagen de su propio futuro, la civilizacién més avanzada del mundo —con cerca de dos siglos de ventaja con respecto a Hispanoamérica como calculé El Mercurio alguna vez.”""Mal que nos pese 0A Man Banco Encl, 28 oven 185 Oa Cs c 7 18. Pra so, esol ge me weuiaabab,nd on ossnon, Veta Maca vi alo wy dtd depo ce suing ns qe sng at de prs a ina Visi, Napoleda an vitae Pes rane Yon Hab on Bain sa eng pa hac prog a anda en bua eM ues eos. Un i ain ai vst en 72 ah, ca Macana yao hace ats ts omit yee so un Nac Vit Molen, pnd ie, 9.398 Me 3 como predijo El Progreso, “Ilegara el tiempo en que seamos europeos hasta en la médula de nuestros huesos”®. Europa era un "continente privilegiado, apogeo actual del espiritu humano’, como destacé Marcial Gonzalez El ministro del Interior, Ram6n Luis Irarrazaval, pens6 que era admirable que los diplomaticos chilenos en Europa tuvieran la oportunidad de contemplar de cerca una civilizacién adelantada™’, opinién compartida por otras personas y que jugé un papel importante al debatirse en 1852 el pago a los diplomaticos chilenos, en la medida que el ministro del Interior, Antonio Varas, sefialé que el solo hecho de estar en Europa compensaba los salarios modestos"', Los conciertos del pianista austro-franeés, Henti Herz, aclamado internacionalmente, que causaron un gran revuelo en el Chile de 1850-1851 fueron una oportunidad, como puntualiz6 La Tribuna para ‘admirar lo que los grandes de la tierra acatan y admiran"® Los chilenos de clase alta que experimentaron Europa por su propia cuenta (lo que se hizo mucho més fécil con la Hlegada de los vapores), encontraron a veces una gran brecha entre los ideales que tenfan sobre Europa y la realidad. Carlos Bello, quien estuvo en Paris en 1847, noté que todos hablaban ‘del poderio y riqueza de Gran Bretafa” mientras los periédicos franceses estaban llenos de historias de "los que mueren de hambre en Irlanda y Escocia’ y de los asesinatos y robos en Francia". “Si este es el progreso de los paises protestantes’ escribié el joven Manuel José Irarrézaval luego de ver a los trabajadores industriales de Manchester, “por Dios, no se hable™. Es raro ofr a un inglés’ coment6 Domingo Arteaga Alemparte en 1859, “que sc lamenta del pauperismo y degradacién horribles de la plebe de Londres” Aunque nunca se dio en Chile un debate amplio acerca de la superioridad. de Europa, hubo quienes abogaron por una defensa del “republicanismo" de América, para establecer un contraste con la decadencia mondrquica de Europa. ‘Europa! ;Caduca Europat" decfa una carta enviada a El Mercurio en 1843, "la América no quiere el brillo de la ptirpura, No... La América prefiere ser salvaje con sus presidentes elegibles... que eminentemente civilizada con vuestros hombres coronados"*. Otros pusieron alerta en la aceptacién sin critica de todo lo que fuese europeo sefialando que "no debemos abrazar ciegamente las ideas perié¢ modas les adi pensar M model de los con Al elngla la hum: que dec Fue nivel de Manuel | Nos tal higjos Lap chilena ta publicaro: lta propo 849 eran ropeos hasta ideas extranjeras, ni sevilmente la civilizacién europea", como insistié un privilegiado, periddico de Concepcién™. El mentor intelectual de la repiblica, Andrés Be Gonzalez! vio en este servilismo un peligro desde el punto de vista de la literatura y las ra admirable modas culturales por lo que en una reunién con futuros historiadores en 1848, rtunidad de les advirtié del peligro del excesivo servilismo hacia Europa, instindolos a n compartida pensar por sf mismos y a aspirar a una independencia de pensamiento, que se en 1852 ¢1 era “la primera filosofia que debemos aprender de la Europa" y del Interton Mientras la civilizacién europea fue invocada frecuentemente como un y compensaba modelo, en realidad habia sdlo dos paises europeos que concitaron la atencién francés, Hem de los chilenos educados: Francia e Inglaterra (la notable fascinacién chilena n revuelo en el con Alemania comenz6 sélo después de la unificacién del Imperio). Francia aliz6 La Tribuna ¢ Inglaterra, como destacé El Mercurio en 1844, "son la cabeza y los brazos de an"® la humanidad..., ellas son las representantes de los dos poderosos elementos a por su propia que deciden de la suerte de los pueblos, la razén y el dinero”. Jacinto Chacén Je los vapores), expresé la admiracién chilena por dichas naciones en forma resonante fan sobre Europa not6 que todos Grecia moderna s los periécy Y ob, coloso romano, Gran Bretafa ambre en Irlanda es el progreso de zaval luego de is, no se hable’™* rte en 1859, "que Fue tal el impacto cultural ¢ intelectual de Francia en el Chile del siglo diecinueve que se justificaria un estudio particular del tem De hecho el nivel de influencia que aleanzé Francia por 1860 fue ilustrado graciosamente través de las observaciones de un padre de familia chileno imag tye de Londres!™ Manuel Miquel: de la superioridad publicanismo” de ado por No quiero que Carlitos vuelva @ mi casa con pretensiones de amueblarla irquica de Europa. ala Luis XV; y nose hable palabra sin que el salga a cada instante, cuand reurio en 1843, "la stuve en Paris... Ya que tenemos sombreros de Paris, hotas de Paris, muebles srefiere ser salvaje hijos a la P. ién sin critica de razar ciegamente las La publicacién en serie de novelas francesas fue muy popular en la prensa chilena tanto que incluso los peri6dicos radicales El Amigo del Pueblo y La Barra publicaron la recientemente publicada Le Collier de la Reine de Dumas pére, Una alta proporcién de los libros que una librerfa de Santiago tenia en oferta en 849 eran en francés, mientras la audiencia del teatro en Santiago en 1860 ic... tp. 2A Bote Sto... 0 { ine . Und Eps bya pedia “imés Francia y menos Espafia!’, como report6 El Ferrocarril®, Tanto el vestuario femenino, el estilo de los muebles, la moda literaria y la viticultura como las précticas de devocién de la Iglesia Catélica se vieron alteradas por ja influencia francesa en Chile y algo similar ocurrié con la politica, como se desprende de Ia opinién de Ambrosio Montt, quien escribiendo en un periédico publicado en francés en Valparaiso, manifesté que vefa la influencia francesa en la Camara de Diputados, donde “mesures libéales” eran "de Francia era vista en muchos sentidos como "la primera nacién del mundo” e indudablemente la nacién més civilizadora del universo" llegandose incluso a concebirla como "el foco de toda la luz [cuyos] reflejos... han de guiar nuestro paso al sendero de la perfeccién™. De hecho al escribirle al enviado chileno en Paris en 1854, Antonio Garcia Reyes le dijo: “Ud. se halla en la cumbre del énero humano..., rodeado de cuanto tienen de grande las artes y las ciencias’ ‘Apesar de la admiracién por Francia hubo también resentimiento tras el bloqueo francés a Buenos Aires a fines de la década de 1830 por lo que El Mercurio se mof6 de las ordres du jour del contralmirante francés Louis-Frangois-Jean Leblanc callficindolas de rimbombantes y habiendo parecido el ruido de sus naves no tantoun fuego de antilleria sino més bien algo similaral sonido de ‘algunos tapones de botellas de buen Champagne”. Ademés, mientras los chilenos Liberales pueden haber estado entusiasmados con la Revolucién de 1848, nunca le dieron mayor importancia a Napoleén Il: “No le envidiamos [a Francia] su gobierno’ declar6 El Progreso en 1853, puntualizando que “su civilizacién le envidiamos”” ‘Ocurrié sin embargo que el enviado chileno en Francia en la década de 1850, el almirante Blanco Encalada, fue una figura popular en la corte vulgar de Napoléon le Petit, tanto asf que Napoleén y la Emperatriz Eugénie fueron los padrinos de Teresa, la hija de Blanco Encalada, en su fastuoso matrimonio en Paris en 1856% Debido al peso de la civilizacién, los chilenos podian a veces pasar por alto los detalles escandalosos de la sociedad y politica francesas, pero no siempre. Ramén Luis Irarrézaval, quien se encontraba en Paris en 1846, se mostré impactado por “tanta corrupcién, tanto vicio... al lado de tanto saber y Se pregunt6 a sf mismo si es que la situacién de Hispanoamérica era en realida y la fal mantuy aalzars Mackei mitad ¢ humani tirano,, dado nt esperan tuvo un sulicien Fra mis visit promine incluido escuadré on las a contralm lo salude educados Albién, mundo Ila El imperie las distint carril®, Tanto el iteraria y la viticultura vieron alteradas por on la politica, como se n escribiendo en un 6 que veia la influencia ibérales’ eran “débattues sra nacién del mundo" ¢ 1" llegéndose incluso a han de guiar nuestro le al enviado chileno en halla en la cumbre del 1 artes y las ciencias’ imiento tras el bloqueo > que El Mercurio se mofé Frangois-Jean Leblanc ‘1 ruido de sus naves no ido de “algunos tapones. s los chilenos Liberales 1848, nunca le dieron a Francia] su gobierno’ sacién le envidiamos™” nla década de 1850, el orte vulgar de Napoléon fueron los padrinos de nonio en Parfs en 1856" .dian a veces pasar por ica francesas, pero no ba en Paris en 1846, se al lado de tanto saber Jispanoamérica era en realidad peor™. Francisco Bilbao también se mostré impact y la falta de igualdad que se podia ver en Paris en los mantuvo confiado en “el pueblo v ado por la pobr nal y vigoroso, francés siempre aalzarse al son de la trompeta por la liberta Mackenna, al llegar a P: y la gloria’. Benjamin Vicunia ‘aris en 1853, sinti6 que habia logrado “el suefio de la mitad de la vida" y que él estaba “en la capital del mundo, el corazén de la humanidad’, pero a pesar de que no dudaba de que Nap tirano, no le reproché su creencia en “la Gloria del seria extranto que algtin c poledn Ill fuese un Francia’, y planteé que no ‘ambio de suerte lo transformase en el verdadero sucesor de su legendario tio". En todo caso, Vicuiia Mackenna no le habris dado nunca el beneficio de la duda a Manuel Montt, en el sentido de eifrar esperanzas en un cambio de actitud de su gobierno. Por lo demas, Montt no tuvo un tio legendario, sino sélo un padrino muy rico que le dejé dinery suficiente como para comprar una buena hacien Francia irradié cultura y estilo mientras C tecnolégico y fortaleza sran Bretaha irradié poder, manejo econémica, lo que hizo posible que los brit mas visibles en Chile que los franceses. Los briténicos eran los ex Prominentes en Valparaiso dond icos fuesen mantuvieron sus tradiciones peculiares, incluido el cricket. Los buques de guerra de la Armad: escuadrén de Sudamérica estuvieron est Permanente en Valpar fa Real pertenecientes al acionados en forma relativamente ai80, por lo que sus oficiales gozaron de buenas relaciones Con las autoridades locales, a pesar de las fricciones ocasionales"®. Cuando un contralmirante briténico termin6 su recorrido de servicio en 1844 lo saludé como “digno representante de... la vicia | aterra"™*. Los chilenos educados se mostraron felices de expresar su admin racién por la "poderosa Albi6n..., aquel gra n teatro de los progresos humanos", como ‘la nacién que el ‘mundo llama ilustre por excelencia’, o simplemente como''la nacién modelo” El imperio briténico en expansién generaba un respeto definitivo por parte de las distintas naciones del mundo, tanto que El Mercurio encontré consuclo ante sal 104 8 Mie Lit rung pl. Ans Bol, 3 6 a 148, al. 2 Vind ack 5 dein... 28 y 850, La pn es ad pes i 1840 sti rol un quer bm. qu esa bag ta oo eet a od oni nhl ane ep pier es ces eri an WE 188 cada se me dene ingen et nc eso sic dcx suc en 853 camden in el bea inca ah nurs uci de 153. 237

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