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Intervención en catástrofes desde

un enfoque psicosocial y comunitario


Pau Pérez-Sales1

encima de la media de 211 millones de prome-


L a definición más usual de catástrofe define
ésta como “una situación de amenaza
extraordinaria para una comunidad de una mag-
dio de la década anterior (ICRC 2001) y de los
117 millones estimados, como promedio, para el
nitud tan grande que desborda la capacidad de período 1967-1991 (Green, 1994). Los desastres
respuesta de ésta” (Hodgkinson & Stewart, 1998; naturales han sido responsables del fallecimiento
Cohen & Ahearn, 1989. ICRC, 1991). Esta defini- de 665.598 personas entre 1991-2000, el 83 por
ción pone el énfasis en la existencia de una ame- ciento de las cuales eran asiáticas y en propor-
naza que agrede a la comunidad. Desde esta ción mucho menor de América Latina y África.
perspectiva un desastre puede ser de causa Representan el 88 por ciento de las muertes por
natural (por ejemplo un terremoto, una inunda- desastre de la última década (ICRC-World
ción, un huracán) o provocado por el hombre Disasters Report 2001).
(por ejemplo un accidente de ferrocarril o el
incendio de una planta química...). La guerra y la
violencia política se consideran formas de catás- En el norte: el papel del Estado.
trofe provocadas por el hombre (ICRC, 1991).
Una definición alternativa (Martín-Beristain Existen diversos modelos de intervención en
2000) sería considerar que una catástrofe es catástrofes que tienen en cuenta algunos aspec-
aquella situación de amenaza puntual (por ejem- tos de carácter psicosocial. Pero la mayoría de
plo un huracán) o repetida (por ejemplo el ham- estos modelos están diseñados desde centros de
bre o la violencia política) que provoca una des- investigación o intervención en países europeos
estructuración y una ruptura importante del teji- o en los EUA y Canadá, siendo de difícil aplica-
do social impidiendo a la población afectada ción en otros contextos. Por un lado porque par-
continuar funcionando con normalidad. El énfasis ten de estudios sobre las consecuencias indivi-
en esta definición no estaría tanto en si las per- duales y comunitarias de los desastres ajenos a
sonas y comunidades afectadas necesitan ayuda los modos de afrontamiento individual y colecti-
externa para salir adelante, como en si es nece- vo propias, por ejemplo, del mundo latino o asiá-
sario reorganizarse y el modo en que es preferi- tico. Y, sobretodo, porque se basan en modelos
ble hacerlo para conseguir salir adelante. En esta de articulación y coordinación de estructuras
segunda definición, cambia por tanto quién es el dependientes del Estado con frecuencia inexis-
protagonista y dónde se pone el foco de la tentes. Así sucede, por ejemplo, con los servicios
acción. Congruente con un enfoque psicosocial y de Protección Civil, que son el pilar de la res- 1
Psiquiatra. Centro de Salud
comunitario en catástrofes. puesta inmediata en la mayoría de los países del Mental de Parla. Madrid.
En el año 2000, alrededor de 256 millones de Norte, las redes de Servicios Sociales con recur- Referente Técnico en Salud
Mental y Programas
personas resultaron afectadas por desastres sos económicos para programas de acogida o de Psicosociales de Médicos
naturales, catástrofes y guerras, una cifra por alojamiento temporal, los sistemas de seguro Sin Fronteras (España).

Átopos 5
El énfasis no estaría tanto individual o colectivo que cubran parte de las dos desde la óptica de la prevención y de la
en si las personas
pérdidas, las medidas extraordinarias de protec- atención inmediata que desde la de la recons-
y comunidades afectadas
necesitan ayuda externa ción social o las ayudas económicas tras la decla- trucción.
para salir adelante, como ración de zona catastrófica etc. En el terreno de En suma, teniendo en cuenta que la inmensa
en si es necesario
reorganizarse y el modo en la salud la diferencia viene dada no sólo por con- mayoría de catástrofes ocurren en países del sur
que es preferible hacerlo tar con unidades de emergencia o hospitales de y que allí se producen las consecuencias más
para conseguir salir campaña sino simplemente por la existencia de devastadoras a todos los niveles, puede consi-
adelante
niveles definidos de atención primaria, secunda- derarse que estos esquemas americanos y euro-
ria y terciaria en salud suficientemente podero- peos son formas de respuesta de lujo y por tanto
sos y que lleguen a todos los lugares del país inaplicables en lo inmediato, con escaso énfasis
como para que puedan desplazarse equipos en la reconstrucción, y por tanto insuficientes
cualificados a la zona sin que deje de funcionar el desde una perspectiva de desarrollo y de traba-
resto del sistema. jo sobre las vulnerabilidades individuales y
Todas estas cosas no son parte de la realidad comunitarias.
cotidiana de la mayoría de los países del sur, es
decir, del 97% de víctimas por catástrofes.
Además, los esquemas de trabajo que se En el sur: el papel de las agencias.
manejan desde los servicios de Protección Civil
de los países del Norte tienen un enfoque muy Cuando ocurre una emergencia en países del
centrado en la misma emergencia, con escasa sur, el gobierno local y las agencias (ONGs)
atención al seguimiento posterior. Las graves nacionales e internacionales ponen en marcha
repercusiones psicológicas y sociales, evidentes planes urgentes de intervención. Pese a los múl-
incluso décadas después, de los afectados por el tiples intentos de coordinación (ReliefWeb, 2002)
Síndrome del Aceite Tóxico en el Estado Español cada uno acude por lo general con su propio
(CISATER, 2002) o de las comunidades costeras método, no siempre bien coordinado con otros
afectadas por la marea negra tras el hundimien- que ya están o van llegando. Suele, por lo gene-
to del petrolero Eppson Valdez en Alaska (PWS- ral, realizar un análisis de las necesidades de la
RCAC (2001) son ejemplos de ello. Pasada la pri- población y fija sus prioridades de actuación,
mera emergencia y excepto ocasionales apari- que dependiendo de su origen, su formación o
ciones en televisión, suelen convertirse en pobla- sus recursos, podrán ser muy diversas y seguirán
ciones olvidadas. El Norte dispone de excelentes o no las líneas que suelen intentar fijar el gobier-
protocolos para intervención en emergencias, no y los organismos de coordinación internacio-
pero escasa tradición de trabajo en procesos nales. En este proceso la voz de la población
post-catástrofe, es decir, con una perspectiva de suele tener un papel generalmente escaso
reparación y reconstrucción social y humana. (Harrell-Bond, 1985).
Este tipo de esquemas emergencistas parten Frente a este enfoque basado en la determi-
El Norte dispone de
excelentes protocolos para de un modelo centrado en la atención indivi- nación de los daños, los recursos, las prioridades
intervención en dual de casos, teniendo como unidad de acción y la elaboración subsecuente de planes de
emergencias, pero escasa
tradición de trabajo en
el individuo o en todo caso la familia. Desde acción, existen alternativas, ya formuladas en los
procesos post-catástrofe, esta perspectiva se analizan las consecuencias ochenta (Woodrow & Anderson,1981) que con
es decir, con una de la catástrofe y se arbitran las medidas de diferentes nombres, pretenden un enfoque cen-
perspectiva de reparación y
reconstrucción social auxilio y paliación. Como su nombre indica, los trado en un análisis de vulnerabilidades y capaci-
y humana servicios de Protección Civil están más pensa- dades comunitarias. Este tipo de enfoque es el

6 Átopos
que se entendería desde una perspectiva psico- 5. Socio-políticos: actitud de las autoridades y La mayor parte de la ayuda
de emergencia enfrenta
social del trabajo en catástrofes. posibilidad de participación democrática de la
necesidades y no
población en política, compromisos financieros vulnerabilidades, y por esta
internacionales etc. razón no fortalece –a veces
puede, de hecho,
Trabajar fortaleciendo: el análisis 6. Clima social y elementos culturales: actitud debilitar– las capacidades
de vulnerabilidades y la perspectiva de la población y modo en que enfrenta las situa- de una población para
comunitaria. ciones críticas. Los grupos donde predomine el valerse por sí misma
durante y sobretodo
desencanto, el escepticismo, la falta de motiva- después de la emergencia
Existen numerosas definiciones de la idea de ción el fatalismo o la desesperanza serán más
vulnerabilidad. La consideraremos aquí como el vulnerables ante desastres.
conjunto de factores de larga evolución que En su texto clásico Rising from the Ashes, De-
hacen a una comunidad más frágil ante la adver- velopment Strategies in Times of Disaster, An-
sidad y que dificultan su desarrollo. En este sen- derson y Woodrow (1998) consideran que las di-
tido se distinguiría de las necesidades, entendi- ferentes vulnerabilidades pueden resumirse den-
das como requerimientos inmediatos para la tro de tres grandes componentes:
supervivencia o la recuperación de una crisis. La 1. Vulnerabilidad física y material: son más vul-
mayor parte de la ayuda de emergencia enfrenta nerables las personas que viven en áreas de ries-
necesidades y no vulnerabilidades, y por esta go, que viven en la pobreza o en situaciones de
razón no fortalece –a veces puede, de hecho, privación, con pocos medios, sin acceso a la edu-
debilitar– las capacidades de una población para cación, a la salud y a los recursos productivos.
valerse por sí misma durante y sobretodo des- 2. Vulnerabilidad social y organizativa: son
pués de la emergencia (Pirotte et alt. 2002). más vulnerables las personas marginadas de los
La vulnerabilidad depende, entre otros, de al sistemas económicos, políticos y sociales debido
menos seis tipos de factores. a procesos de exclusión basados en razones polí-
1. Geográficos y climáticos derivados tanto ticas, económicas, religiosas, de raza, género,
de la vulnerabilidad intrínseca de la zona, como clase, casta u otras. También son más vulnerables
de la acción del hombre (deforestación, empo- las personas y las comunidades cuyas institucio-
brecimiento de las tierras cultivables, erosión...). nes son ilegítimas e ineficaces, y están minadas
El Salvador es ejemplo de zona con una alta vul- por la corrupción, y se insertan en sociedades
nerabilidad geológica y Mozambique o el África desarticuladas y sin redes de solidaridad.
Subsahariana de alta vulnerabilidad climática. 3. Vulnerabilidad motivacional y actitudinal:
2. Estructurales: construcciones y red de ser- son más vulnerables las personas y las comuni-
vicios, acceso a medios de comunicación, me- dades con actitudes fatalistas y con barreras cul-
dios de transporte... turales y religiosas desfavorables al cambio, la
3. Capacidad de reserva ante los problemas participación o la solidaridad.
que van a venir, es decir, capacidad para acumu- De acuerdo con este enfoque, un trabajo de
lar excedentes (semillas, alimentos, ahorros....) fortalecimiento deberá tener como objetivos las
para enfrentar las épocas futuras de carestía. mismas tres áreas (ver tabla 1):
4. Urbanísticos y medio ambientales deriva- En suma, existen enfoques limitados en el tra-
dos de las migraciones económicas o por la vio- bajo en un contexto de catástrofe centrados en
lencia (p.e. villas de miseria, favelas, asentamien- las necesidades inmediatas y que ponen el foco
tos de personas desplazadas por la violencia en los aspectos físicos y materiales. Un enfoque
política...). psicosocial y comunitario va más allá para:

Átopos 7
Considerar el 1. Poner el foco en las vulnerabilidades y no estas situaciones se ha venido centrando en las
fortalecimiento social
y organizativo y el
en las necesidades. últimas décadas en el concepto del Trastorno de
fortalecimiento en las 2. Considerar el fortalecimiento social y orga- Estrés Post-Traumático (TEPT), lo que ha supues-
actitudes y habilidades de nizativo y el fortalecimiento en las actitudes y to un empobrecimiento de la reflexión fenome-
las personas y las
comunidades como habilidades de las personas y las comunidades nológica, existencial, clínica y humana que repre-
elementos básicos que como elementos básicos que puedan romper la sentaban esfuerzos anteriores. Cualquiera que
puedan romper la espiral espiral de vulnerabilidad de las poblaciones haya leído la trilogía de Primo Levi sobre su
de vulnerabilidad de las
poblaciones afectadas por afectadas por desastres. experiencia como superviviente de Auschwitz, y
desastres Esto es especialmente así en el caso de las muy especialmente su obra póstuma Los hundi-
poblaciones refugiadas (Muecke, 1992; Harell- dos y los salvados (1986) puede observar que la
Bond, 1986). En ellas el trabajo en salud mental complejidad y la hondura de la respuesta del ser
sólo puede entenderse desde una perspectiva humano ante las catástrofes no puede ser reco-
psicosocial. La mayor parte de las fuentes de gida por la aparición o no de un puñado de sín-
desestructuración, ansiedad, o anomia proceden tomas esencialmente de corte neurovegetativo.
de elementos comunitarios que requieren de En lugar de buscar las llamas, diagnosticamos
respuestas comunitarias. En condiciones de refu- por el humo.
gio el papel de un trabajador de salud mental Pensar el trauma o la resistencia. Del mismo
puede tener más que ver con hacer trabajo de modo en que es posible pensar el trabajo comu-
lobby y desarrollar estrategias de autoorganiza- nitario no desde las necesidades, sino desde las
ción que faciliten su consecución, que con reali- vulnerabilidades y capacidades, es posible re-
zar talleres de relajación, repartir benzodiacepi- pensar el trauma desde la fortaleza y la resisten-
nas o realizar los cada vez más cuestionados gru- cia. Si se han obtenido valores de prevalencia-vi-
pos de debriefing (Littrell, 1998; Van Emmerik et da de hechos traumáticos superiores al 50%
alt., 2002). (Breslau, Davis & Andreski, 1995) y la prevalen-
cia-vida estimada de TEPT es del 1-3% en pobla-
ción general (5-15% si se incluyen formas menos
De la comunidad al individuo. severas) (Kessler et alt, 1995), debería ser priori-
Respuestas traumáticas a las catástrofes. tario prestar mucha más atención en la investiga-
ción a los factores de afrontamiento positivo y de
Las catástrofes provocan innegables conse- resistencia al trauma (Avia y Vazquez (1998) y al
cuencias sobre las personas que las padecen. modo en que puede partirse de ellos para enfo-
Una buena parte de la literatura existente sobre car la respuesta clínica que debe darse.

Tabla 1.
Perspectiva psicosocial en el trabajo
en catástrofes. Análisis de capacidades.
1. Fortalecimiento físico y material: dotación de recursos económicos y materiales, incluyendo las rentas e ingresos, el acce-
so a los recursos productivos, la dotación de infraestructuras y el acceso a la educación y la salud.
2. Fortalecimiento social y organizativo: existencia de instituciones locales y nacionales representativas, eficaces y legítimas;
de organizaciones sociales efectivas y de amplia base y de redes de solidaridad y apoyo mutuo, y de valores y prácticas que
aseguran la plena participación de la población sin que existan situaciones de discriminación.
3. Fortalecimiento de habilidades y actitudes: las aptitudes, conocimientos y formación que amplían las opciones de las per-
sonas y las comunidades, y los valores y comportamientos favorables a la solidaridad, la innovación, la participación y la tole-
rancia.

8 Átopos
La intervención post-catástrofe como víctimas de tortura y violencia política y solicitan-
determinante de las consecuencias tes de asilo, las dificultades para conseguir legali-
psicosociales. zar su situación, el aislamiento, el desempleo cró-
nico y la dependencia son factores que predicen
Se ha sugerido que los desastres naturales pro- mejor la aparición de síntomas postraumáticos
bablemente no tengan unas consecuencias tan que la propia experiencia de persecución y tortu-
indeseables como los sucesos traumáticos induci- ra vivida en el país de origen. Un dato que ya era
dos por humanos (e.g., guerras, violencia interper- esperable a partir de los estudios clásicos de resi-
sonal, homicidios, etc.), por cuanto no comportan liencia en niños de Rutter (1987) y las investiga-
el componente de intencionalidad en el daño que ciones posteriores sobre afrontamiento positivo al
quiebra las asunciones básicas de vivir en un mun- trauma (Glantz & Jonson, 1999; O’Connell, 1994;
do justo y predecible (Burt, 1987; Janoff-Bulman, Norman, 2000).
1992). Pero no cabe duda que tienen consecuen- Teniendo todo esto en cuenta, las interven-
cias devastadoras en otros sentidos. Por ejemplo, ciones post-catástrofe deberán tener en cuenta
su aparición brusca e inesperada podría favorecer los factores de dignidad y fomento del control
condiciones psicológicas de indefensión y vulnera- sobre la propia vida de los que hablábamos en la
bilidad (Hodgkinson y Stewart, 1998, Weaver y introducción, y venir determinadas por el marco
Clum, 1995). Además, las pérdidas que ocasionan cultural en que ésta se produce.
estos sucesos suelen ser múltiples en un sentido
individual (pérdida del hogar, las pertenencias, el
trabajo, e incluso de seres queridos) y sobretodo El problema de las diferencias culturales.
colectivo (ruptura del tejido social, desestructura-
ción comunitaria, pérdida de las redes de apoyo Las diferencias culturales no sólo promueven
mutuo…) (Eisenbruch, 1990; 1991) colocando a la diferentes construcciones del yo, sino diferencias
mayoría de ciudades, barrios y comunidades fren- en cómo los individuos piensan, sienten y actúan
te al reto de reconstruir su estructura social y orga- (Chang, 1996, 2000; Matsumoto, 1996). Por tanto,
nizativa (Martín-Beristain, 2000a, 2000b). es importante desarrollar métodos de evaluación
Existe un notable consenso en admitir que la in- que eviten asumir presupuestos etic respecto a lo
tensidad de la respuesta traumática depende de la que es normal y anormal en la consecuencias y los
naturaleza del estresor (e.g., grado de amenaza modos de afrontamiento individual y comunitario
para la vida, cronicidad) (Saporta & Van der Kolb, frente a desastres (Oliver-Smith, 1996). Por ejem-
1991) y de factores concomitantes de vulnerabili- plo, una percepción fatalista de los desastres (Vo-
dad relacionados con el individuo (historia psi- luntad Divina, Destino etc) puede ser mal enten-
quiátrica previa, rasgos de personalidad, historia dido desde modelos euroamericanos como pasi-
previa de traumas, etc.) –(Scott & Stradling, 1992, vidad o falta de energía interna. La experiencia en
Ballanger et al., 2000), pero cada vez más se reco- contextos no occidentales muestra en cambio, co-
noce la importancia de los factores post-catástrofe. mo esta actitud puede ser una herramienta pode-
La tabla 2 resume algunos trabajos que aportan a rosa de resistencia frente a desastres, promovien-
esta idea, agrupados en seis ejes básicos. do un enfoque de supervivencia orientado-a-la- las intervenciones
Si tomamos, por ejemplo, los trabajos del tarea (ODHAG, 1999). La falta de expresión verbal post-catástrofe deberán
grupo de Silove, en Australia (Silove et al., 1997; de emociones puede ser malentendido como tener en cuenta los factores
de dignidad y fomento
Silove, Steel et al., 2000) vemos que en estudios dureza emocional e insensibilidad (Pérez-Sales, del control sobre
longitudinales con refugiados de países asiáticos 1998; Martín-Beristain, 2000a). En un contexto la propia vida

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Tabla 2.
Factores Post-catástrofe relevantes en la respuesta traumática.
Dimensiones Ejemplos
1. SENSACIÓN DE PERTENENCIA - Creación de una identidad colectiva entre los refugiados hutus que se
(identificación con endogrupo -real refugiaron en Tanzania con reelaboración de la historia antigua a efectos
o como narrativa personal construida-). cohesionadores. Los mitos proporcionan un sentimiento de identidad
a. Sentido de Comunidad vs aislamiento. que moviliza a la acción y la resistencia en condiciones muy difíciles
b. Construcción de narrativas colectivas (Voutira, Benoist, Piquard, 2000)
basadas en estereotipo de supervivientes / - Dificultades para la elaboración del duelo en familiares de detenidos-
fortaleza vs víctimas / vulnerabilidad desaparecidos y ejecutados políticos en América Latina (Pérez-Sales et
alt 1998, 2000)
- Rasgos comunes bloqueadores en la narrativa de supervivientes del
Holocausto (Shalev, 1994; Lipton, 1973)
2. CLIMA SOCIAL - Las creencias culturales sobre la violación condicionan directamente el
(relación con exogrupo de referencia) pronóstico del superviviente (i.e. Lebowitz & Roth, 1994).
a. Visibilización y reconocimiento vs dinámi- - Mal ajuste de los veteranos holandeses de la II Guerra Mundial, por el
cas de silencio clima social de ambivalencia, la moral calvinista y la actitud guberna-
b. Validación del sufrimiento versus rechazo mental de indiferencia (Op den Velde, 1994)
social, estigmatización o humillación - Alrededor del 10% de los veteranos argentinos de las Malvinas han inten-
(Blaming the victim) tado o consumado suicidios en los años posteriores. Pese a sufrir condi-
ciones inhumanas, a su regreso experimentaron un estigma social dentro
de una maniobra gubernamental de descalificación mediática como “fra-
casados” (INJP, 1995).
- El silencio y el aislamiento por parte de familiares y amigos secundario
al miedo ha sido señalado de manera consistente como el principal fac-
tor perpetuador del duelo y el trauma en familiares de personas deteni-
das-desaparecidas o ejecutadas por razones políticas en Argentina y
Chile (Lira & Castillo, 1991, Pérez-Sales P. Durán T, Bacic R, 2000)
3. CONSERVAR EL CONTROL SOBRE - Los planes de autogestión de los damnificados por el Terremoto de
LA PROPIA VIDA Ciudad de México (1985) y la autorganización contrastan con la baja pre-
Autoeficacia y Autodeterminación vs valencia de consecuencias psicológicas reportados (Gavalya, 1987;
Indefensión y Dependencia VVAA, 1997)
- Los supervivientes de la erupción del Volcán Nevado del Ruiz presentaron
cifras inusualmente altas con incrementos consistentes en la prevalencia de
TEPT en la siguiente década que han podido correlacionarse con la estruc-
tura de los programas de ayuda tanto externa como gubernamental.
Durante los primeros cinco años las decisiones eran tomadas por agentes
externos. (Saavedra M. R, 1996; Anderson & Woodrow, 1998).
4. RECUPERACIÓN DE RUTINAS - Comparación de la situación de los damnificados en Ciudad de México
a. Recuperación de la sensación de (1985) y Armero (1985).
seguridad psicológica vs Incertidumbre. - 80% de bajas por causa psicológicas israelies en la guerra del Líbano tra-
b. Actitud activa de tensión vs Parada forza- tadas según los principios de proximidad, inmediatez y expectativa de
da y alejamiento. retorno a primera linea no sufren TEPT, versus 29% con otras modalida-
des (Solomon & Benbenishty, 1986)
5. ELEMENTOS INSTRUMENTALES - En solicitantes de asilo en Australia, las dificultades para legalizar su situa-
a. Apoyo social vs Aislamiento y ción, los interrogatorios, el maltrato, el aislamiento o el desempleo poste-
Marginalización rior son mejores predictores de síntomas postraumáticos que las expe-
b. Condiciones de vida con respeto a la dig- riencias de detención o tortura previas a la solicitud de asilo (Silove, Silove,
nidad personal vs Condiciones denigratorias. Steel et al, 2000).
- En 84 refugiados políticos iraquíes en Suecia, el soporte social percibido
es mejor predictor a corto término que los hechos traumáticos pre-exilio
(Gorst-Unsworth &. Goldenberg, 1998)
6. PERSPECTIVAS DE FUTURO - La falta de perspectivas políticas y la visión pesimista respecto al futuro
personal ha sido hallado repetidamente en diferentes estudios como
uno de los principales factores implicados en la presencia de trastornos
de conducta y síntomas post-traumáticos en adolescentes palestinos
(Qouta, Punamäki & El Sarraj, 1995).

10 Átopos
crónicamente adverso –como en zonas muy vul- expresión de emociones) pueden acabar siendo
nerables o en un contexto de guerra o represión más una barrera que una ayuda para acercarnos a
política duraderas– ésta puede ser vista como una la comprensión de la persona en su medio.
estrategia prudente de supervivencia y las inter- La tabla 3 intenta resumir algunos componen-
venciones forzadas de debriefing al estilo occi- tes relevantes que pueden determinar significa-
dental pueden hacer más daño que ayuda (Littrell, dos y soluciones idiosincrásicos en desastres
1998; Van Emmerik et alt (2002)). El silencio puede comunitarios (Lavelle et alt., 1996; Martín-
ser también una consecuencia de intentar no per- Beristain et alt., 2000a; Paez, Fernández, Martín-
turbar al resto de personas de la familia o la comu- Beristain, 2001; Perez-Sales, 1999, 2002).
nidad, asumir que nadie puede entender los sen- Todos estos elementos (que no pretenden ser
timientos y el sufrimiento, el estigma asociado a la un recuento exhaustivo) señalan puntos poten-
situación en este contexto o esta cultura o algunas ciales de desencuentro entre ayudados y ayuda-
reglas idiosincrásicas referidas a lo que es correc- dores en un contexto de catástrofes.
to o no respecto a la expresión pública de emo-
ciones. La confianza asienta sobre la comprensión
cultural y la aceptación entre pares, y las herra- Estructura organizativa y respuesta
mientas diseñadas siguiendo las concepciones comunitaria.
occidentales (como algunos cuestionarios de
TEPT) o determinados conceptos (como la alexiti- El trabajo en catástrofes contempla muchos
mia para designar las aparentes dificultades en la escenarios posibles que dependen de la magnitud

Tabla 3.
Moduladores culturales del afrontamiento.
Concepción del tiempo Circular Lineal
Ligado a ritmos de la naturaleza Cronológico
Pensamiento Analógico (basado en imágenes, metáforas,...) Lógico-formal
Comunicabilidad de las emociones Privacidad Publicidad
Cosmovisión (epistemologia) Integración persona-naturaleza- Compartimentos estancos
comunidad-universo
Construcción causal Externo (fatalismo; destino) Interno
(locus de control)
Patrones de expresión emocional Contención Dramatización
Rango de “normalidad” Restrictivo Amplio
Significado social del “síntoma” Señal Ruido
Permisividad individual y social de Alta Baja
“patología” (ej.: alucinaciones)
Pensamiento Repetitivo – Rumiación Supresión - Inhibición
Afrontamiento Aceptacion Orientado a la accion–
hiperactividad
Bloqueo
Culpa Daño comunitario – Por sobrevivir –
Vergüenza Culpa Interpersonal.
Rituales - Para restablecer el - Para restablecer el equilibrio
equilibrio comunitario personal
- Para acompañar a los que fallecieron - Para acompañar a los dolientes.
Formas de apoyo Familia ampliada Familia nuclear
Comunidad

Átopos 11
El papel de un de la misma, del contexto y los recursos económi- por lo general, repetirse. Existen al menos cinco
profesional de la salud
cos locales, del histórico previo de catástrofes de situaciones especialmente relevantes para un tra-
mental en estos contextos
puede más tener que ver una comunidad y su capacidad de respuesta etc. bajo psicosocial con supervivientes: criterios y
con velar por los factores El escenario de trabajo más común en un con- forma en el reparto de comida, criterios y forma
de participación,
control y dignidad texto de catástrofe son los alojamientos tempo- en el reparto de donaciones (ropa, ayudas, mate-
rales formales o espontáneos, en forma de cam- rial de reconstrucción...), habilitación y uso de las
pos, albergues o refugios. Es también en ellos letrinas, duchas y zonas de aseo, e información
dónde resultan más relevantes los elementos psi- confiable sobre lo que está ocurriendo en cada
cosociales. momento y control de rumores por parte de la
Ya Primo Levi decía en sus textos sobre Ausch- propia comunidad o de las autoridades.
witz (1986) que uno de los elementos clave para A ello cabe añadir tres elementos psicosocia-
prevenir actitudes de autoabandono y fatalismo es les más : (a) habilitación de espacios y condicio-
intentar conservar una cierta sensación de control nes que permitan realizar adecuadamente y con
sobre la propia vida. Aunque sólo sea, como expli- dignidad los procesos de duelo (b) acceso a vías
caba Bettelheim (1973) el espacio de hacer la ca- de contacto o reunificación familiar, (c) poder dis-
ma de manera metódica cada mañana. Rosencoff poner de algunos espacios de intimidad, para
describe ideas similares en su experiencia como poder desconectar temporalmente de la convi-
preso político de la dictadura uruguaya condena- vencia forzada (d) detección y manejo de situa-
do al aislamiento absoluto en un espacio mínimo ciones generadoras de miedo, y atención espe-
durante más de diez años (Ronsencoff, 1993). cial al tema de la seguridad.
En los alojamientos temporales (que general- A medio término pasan a ser centrales, desde
mente duran muchos meses, en muchas ocasio- una óptica psicosocial, la necesidad de recuperar
nes años, y en algunas se convierten en definiti- rutinas de vida y especialmente poder trabajar y
vos) resulta clave la gestión de los procesos de no depender completamente de la ayuda o poder
toma de decisión y los espacios de autonomía atender por uno mismo las necesidades familiares
personal y dignidad. Esto está en relación con el básicas (cocina, limpieza de ropa). Pasados los pri-
modo como las autoridades administran, cómo meros momentos de impacto, suele ser relevante
se realizan los procesos de organizativos (tabla 4). intentar evitar las gestiones centralizadas de servi-
El papel de un profesional de la salud mental cios (cocina, limpieza etc) aunque resulten, en
en estos contextos puede más tener que ver con apariencia, algo más coste-eficientes.
velar por los factores de participación, control y La tabla 4 considera algunos elementos de
dignidad. carácter psicosocial especialmente relevantes en
la gestión de albergues.

Dignidad y Resistencia.
Los riesgos de la participación comunitaria.
Los testimonios de los campos de concentra-
ción y los estudios en reclusos también han seña- Pero esto no debe hacer olvidar los riesgos de
lado, desde hace décadas, que la dignidad per- la participación cuando el objetivo no es la reso-
sonal es una de las piezas clave para evitar la vul- lución práctica de problemas desde una óptica
nerabilidad (Primo Levi, 1986) en zonas de convi- de responsabilidad y trabajo voluntario compar-
vencia forzada. En este sentido es importante tidos, sino la creación de estructuras formales
señalar que determinadas situaciones suelen, que por su escasa representatividad, por no estar

12 Átopos
Tabla 4.
Ejemplos de situaciones con trascendencia psicosocial no consideradas usualmente
en la organización de un centro de acogida temporal.
Decisiones/Consecuencias no siempre valoradas Alternativas/Transversalidad del enfoque psicosocial
- Disposición del albergue con estructura de campamento - ¿Es posible conjugar esto con espacios abiertos para ni-
militar. Facilita la organización, el censo, sistemas de drenaje ños, espacios para actividades lúdicas o deportivas,
de aguas etc. zonas de charla e intercambio?
Pero prioriza la vigilancia (de una mirada se ve quien va entre - ¿Es posible conjugarlo con una disposición por comuni-
las tiendas) sobre el contacto entre las personas. dades o barrios de procedencia?. ¿Es posible que cada
comunidad pueda personalizar su espacio?
- Los elementos de vigilancia ¿están visibles en todo
momento (sensación de campo de concentración) o la
propia comunidad va estableciendo sus normas y sus
límites y no se observan habitualmente uniformes o
armas?
- Bodegas de suministros en zonas seguras bajo estricto con- - ¿Es posible colocar las bodegas de suministros en un
trol policial. Se evita el riesgo de robos. lugar en el que pueda haber una gestión transparente
Pero pueden aparecer con frecuencia rumores a partir de con los líderes y la comunidad a través de un registro de
noticias de prensa de donaciones etc, de reparto arbitrario, entrada y salida y unos criterios de reparto pactados por
usurpación por autoridades o líderes etc. los propios beneficiarios con las autoridades?
- Centralización de la cocina en un punto. Se minimiza el ries- - ¿Es posible preveer pequeñas cocinas colectivas (una por
go de incendios. cada cinco, diez o veinte familias, por ejemplo), con res-
Pero las actividades de cocina son un elemento básico de la ponsabilidades compartidas?
vida del grupo familiar y del intercambio entre familias. Las - ¿Es posible evitar los esquemas de rancho de comida,
personas esperan pasivamente a la hora en que se les da la que si bien cumplen los requerimientos calóricos estable-
comida. cidos por las autoridades sanitarias pueden resultar des-
Se forman colas ante la cocina con cubos o recipientes moralizantes o vejatorios?. ¿Es posible suplir esto, con un
de plástico que resultan humillantes para la persona y en costo bajo, con la imaginación de los refugiados?
ocasiones agotadoras si las condiciones climáticas son
duras.
- Establecimiento de puntos de agua (burbujas, tanques etc). - ¿Es posible establecer cuotas de agua por comunidades y
Problemas de suministro y desperdicio (los niños juegan con que cada comunidad establezca sistemas de control y
ella, personas que utilizan grandes cantidades para lavar regulación del consumo de agua y sistemas de sanción
cosas innecesariamente...) que pueden hacer que haya cuando no se respeten?
corte de suministro y restricciones y enfrentamientos comu-
nitarios.
- Establecimiento de puntos de saneamiento (letrinas, lavade- - En ocasiones las duchas no se consideran elementos rele-
ros...). vantes. Con sistemas adecuados de ahorro de agua cons-
Mejoran la higiene del albergue y evitan los puntos de con- tituyen elementos muy importantes de dignificación per-
taminación séptica no controlados, pero con frecuencia se sonal.
deterioran rápidamente y, si no hay una preparación espe- - ¿Es posible que las mujeres intervengan a la hora de deci-
cial, acaban por surgir, con frecuencia situaciones de voyeu- dir el lugar y la forma de organizar los puntos de sanea-
rismo o abusos sexuales. miento que las afectan?
- Reparto de donaciones según una lista de personas necesi- - ¿Es posible evitar los sistemas de distribución en masa y
tadas. Se analiza caso por caso su situación. preveer canales comunitarios de distribución organizada?
Pero, se pueden formar con frecuencia largas colas, situa-
ciones de disputas y agresividad entre damnificados
etc, que resulten humillantes y hagan que personas necesi-
tadas renuncien a conseguir ropa, útiles de aseo u otras
ayudas.

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Átopos 13
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Tabla 4 (continuación)
Ejemplos de situaciones con trascendencia psicosocial no consideradas usualmente
en la organización de un centro de acogida temporal.
Decisiones/Consecuencias no siempre valoradas Alternativas/Transversalidad del enfoque psicosocial
- Se contrata a empresas de remoción de escombros y a cons- - ¿Es posible considerar dentro de los contratos firmados
tructoras, en ocasiones internacionales, para que levanten con las empresas de remoción o reconstrucción que
alojamientos precarios. deberá contratarse personal local y sólo cuando éste no
Pero los supervivientes, muchas veces ellos mismos albañi- exista o no tenga la cualificación requerida, personal
les, carpinteros o fontaneros, ven todo ello pasivamente externo?
desde sus albergues cuando carecen de trabajo y de ingre- - ¿Es posible fomentar las formas de autoempleo de los
sos económicos. supervivientes en las actividades de ocio, de educación
etc, aunque sea con salarios simbólicos, muy por debajo
de los considerados para esta actividad fuera de la cri-
sis?

basadas en una demanda de articulación o en el como veíamos, la creación de capacidades orga-


respeto a una tradición organizativa pre-existen- nizativas y sociales que ellos consideran que son
te, cristalicen sistemas que al final sólo sirven tan importantes como las instrumentales o de
como forma de aval o de manipulación por las supervivencia.
autoridades o por determinados grupos de inte- Los componentes psicosociales impregnan
rés, con el grave riesgo de fracturar aún más el toda la vida de las personas y los grupos tras una
tejido social de los afectados. La metodología catástrofe. Si la personas pueden recuperar sus
del denominado Desarrollo Rural Participativo rutinas en poco tiempo, las consecuencias se
implementada por el Banco Mundial en muchos atenúan. Cuando se requiere de procesos más
de sus proyectos es un buen ejemplo de este prolongados de reconstrucción, los elementos
tipo de situaciones. Algunos teóricos contempo- psicosociales que hemos ido desgranando pasan
ráneos están empezando a reflexionar sobre a cobrar una importancia decisiva. Es entonces
estos riesgos (Cooke & Kothari, 2001) y a enun- cuando, más que nunca, una catástrofe puede
ciar presupuestos para una participación comuni- convertirse en una oportunidad.
taria que sea un auténtico elemento de afronta-
miento colectivo ante desastres y no de mayor
división y descomposición. La participación Sociología de las catástrofes: reflexiones
requiere un proceso de construcción y no sólo la psicosociales desde el Norte.
creación de estructuras nominales.
Y el elemento que probablemente más esti- Para cerrar el círculo de estas reflexiones, vol-
mule la participación, como han señalado dife- vamos a las catástrofes de los países económica-
rentes trabajos (VVAA, 1997; Klandermanns, mente desarrollados, donde decíamos que exis-
1997; Javaloy, 2001) sea el comprobar que las ten costosos y bien estructurados programas
iniciativas comunitarias son tenidas en cuenta emergencistas y de protección civil, y menor tra-
por autoridades y gestores y generan decisiones dición en procesos a medio y largo término.
y cambios reales. Es lo que Bandura (1995) ha Cabría pensar que lo expuesto respecto a com-
denominado fomentar la autoeficacia comunita- ponentes psicosociales tiene menor sentido
ria y Anderson y Woodrow (1998) denominaban, cuando hablamos de catástrofes ocurridas en

14 Átopos
países industrializados. Pero, paradójicamente, ta del planeta, que levantó y consolidó el edifi- La psiquiatría más
biologicista del planeta
quizás resulte que haya mucho que aprender sí cio nosológico del estrés postraumático frente a
acabó plegándose a un
se realiza el proceso de mirada a la inversa: del la oposición durante mucho tiempo de la psi- impresionante despliegue
Sur hacia el Norte. Mirando hacia atrás, el primer quiatría europea, acabó plegándose a un im- de recursos y estrategias
colectivas
año tras la catástrofe del 11 de septiembre en presionante despliegue de recursos y estrategias
Nueva York y la avalancha de artículos que apa- colectivas desarrollados eminentemente desde
recieron sobre el papel de los psiquiatras en este niveles políticos. Probablemente, como es de
tipo de situaciones, el tiempo parece que va suponer, no siempre fueran criterios de salud
aquilatando las cosas. Una primera oleada de mental lo que guiaran estas acciones y carece-
trabajos metodológicamente polémicos habla- mos de estudios longitudinales que avalen su
ron de una epidemia de Trastorno de Estrés eficacia. Pero se trata, probablemente, de un
Postraumático que estaba asolando al país y que buen ejemplo de cómo, más allá de los debates
requeriría de la intervención de miles de psi- académicos, la realidad impone la interrelación
quiatras y de la creación de centros especializa- entre los factores clínicos y comunitarios en las
dos para prevenir una catástrofe generacional actuaciones post-catástrofe.
(NYCBE, 2002), trabajos publicados en revistas Cuando ésta es, además –como en este último
tan prestigiosas como JAMA (Schlenger et alt., ejemplo– fruto de la violencia política, entrarán
2002) o New England Journal of Medicine en juego otros elementos de carácter ético y
(Galea S et alt., 2002; Schuster MA et alt., 2002). deontológico: contribuir a fomentar la no violen-
Discursos así ya se oyeron en Bosnia hace diez cia frente a la agresión, promover la tolerancia
años y la realidad se encargó de desmentirlos. El frente a la polarización, defender el derecho de
paso del tiempo ha desmontado las teorías del los supervivientes a no ser utilizados políticamen-
trauma masivo (Summerfield, 1999). Un reciente te ni ellos ni la memoria de las víctimas etc. En-
metanálisis (Van Emmerik et alt (2002) sobre 7 tramos en otra dimensión del trabajo psicosocial
trabajos publicados de debriefing postrauma en catástrofes que entronca con los derechos hu-
tras el 11 de septiembre en personas afectadas manos y con los componentes éticos y humanita-
por la conmoción social que supuso ha mostra- rios del trabajo médico, que constituyen nuevos
do que este tipo de intervenciones no sólo no retos de reflexión para el trabajo en catástrofes.
resultaron útiles sino que fueron iatrogénicas
para mucha gente. La realidad es que, asesora-
dos por psiquiatras o no, el núcleo real de las Bibliografía.
actuaciones post-catástrofe desarrolladas en
Estados Unidos ha sido mediático y psicosocial. Anderson MB, Woodrow. PJ. Rising from the
Desde la denominación de “zona cero”, las visi- Ashes: Development Strategies in Times of Disas-
tas guiadas a autoridades de otros países, los ter. Book News, Inc. Portland, Oregon, 1988.
actos conmemorativos rodeados de un senti- Avia MD, Vázquez C. Optimismo inteligente.
miento colectivo, la entrega de piedras y restos Barcelona. Alianza Editorial, 1998.
de los edificios a cada familia de fallecido, las Bandura A. Exercise of personal and collective effi-
celebraciones de aniversarios o los proyectos cacy in changing societies. Self-etticacv in Chan-
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