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SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

(Eduard De Bono, 1985)

El asesinato de líderes sociales es un hecho real y palpable ocasionado en un


89.03% de autores desconocidos. Los informes de INDEPAZ afirman que sus
principales causas son por conflicto de cultivos de coca y pactos de restitución
de tierras o erradicación de cultivos ilícitos. Estos hechos se han presentado
en un 90,62% del territorio nacional y en el 2019 hay 155 casos registrados
en 89 municipios de 23 departamentos, siendo los pioneros los departamentos
del Cauca y Antioquia.

El asesinato de los líderes sociales marca un precedente es la historia del


país puesto es una forma de silenciar a quienes intentan reclamar los
derechos colectivos de la gente, es una forma de callarnos, de intimidar a
quienes intentan defender nuestra tierra, nuestros derechos, de proyectos y
esperanzas colectivas, además de ser actores claves para la democracia.

Porque se ve claramente que quienes tienen las armas tienen el poder de


decidir, de oprimir y violentar, de acorralar y discernir toda forma de protesta y
rechazo hacia sus intereses personales y egoístas.

No se puede defender lo defendible.

Mientras todos ellos han dado su vida para luchar por los derechos, intereses
y por la dignidad de los demás, nosotros seguimos restando importancia a la
forma en la que los están silenciando. Y el gobierno sigue haciéndose en de la
vista gorda ante esta situación.

El gobierno nacional no ha hecho todas las investigaciones del caso, no ha


protegido eficazmente la vida de los líderes sociales, no ha garantizado la
seguridad en las zonas más vulnerables y donde circulan los grupos armados.

Toda vez que se centralice y no se gobierne de forma igualitaria para todos


los sectores y clases sociales, cada vez habrá mayor desigualdad económica,
mayor pobreza de la población oprimida que dan paso a la delincuencia y
vulnerabilidad de los derechos humanos. El riesgo que de aumenten las cifras
de homicidios sigue en aumento toda vez que no se tomen medidas efectivas
a favor de los líderes sociales.

Pero ante toda la problemática y asesinatos en los años anteriores, en el 2019


los líderes sociales debieron ser más mesurados, haber exigido mayor
seguridad, por lo tanto las cifras seguirán en aumento.
Es posible reducir el número de asesinatos, si el gobierno brinda mayor
seguridad a los líderes sociales, si garantiza políticas públicas en contra de la
ilegalidad.

Ya se ha llevado a cabo acciones de solidaridad de sectores de la sociedad


civil, que no se han quedado de manos cruzadas antes el actual desangre de
defensores de derechos humanos, y han realizado múltiples acciones para
denunciar y sensibilizar sobre esa tragedia. Hay instituciones y
organizaciones nacionales e internacionales que investigan y hacen frente a
esta problemática.

Este precedente debe tomarse como una oportunidad de mejora en función de


garantía de los desechos humanos por parte del gobierno nacional, la
aplicación de leyes efectivas en contra de los

El problema de los asesinatos a los líderes sociales, según INDEPAZ, tiene su


inicio en la lucha de intereses, por un lado, de quienes quieren apoderarse de
tierras de los campesinos y delinquen, y aprovechan la clandestinidad para
sus negocios ilícitos y por el otro de quienes se ven afectado y reclaman sus
derechos.

Este fenómeno viene en aumento y sin medidas efectivas no va a cambiar de


la noche a la mañana. Aunque se tienen diferentes cifras desde 2016 al 2019,
en lo único que se coincide es que estos asesinatos son reales y son
cometidos de manera sistemática.

El asesinato de líderes sociales debe tomarse como una situación de fondo


para transformar y reconstruir una ciudadanía en decadencia, como una
fuerza innovadora de valores éticos y morales como garantía de los derechos
humanos, para recobrar la fe y la confianza gubernamental.

Una posible alternativa a esta problemática es la creación de organizaciones


garantes de los derechos humanos, La aplicación equitativa de una justicia
restaurativa.

Ejercer mayor control y vigilancia a quienes ejercen liderazgo político y social.

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