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Caminar Al Paso de Los Niños
Caminar Al Paso de Los Niños
Es mejor que mi señor se adelante a su siervo, que yo seguiré al paso de la manada y de los niños,
La vorágine de nuestros días, que nos presiona para realizar todo a mayor velocidad, todo tiene un
plazo que vence y nos insta a correr para llegar a tiempo. En esa premura podemos olvidar que
como hogar, como iglesia y como sociedad no caminamos solos, junto a nosotros van nuestros
niños, el peligro es que nos olvidemos de esto y recordarlo demasiado tarde, y ellos estén tan
atrás que no nos puedan alcanzar. Hay riesgos que ellos enfrentan en la vida actual. La Biblia nos
invita a caminar al paso de los niños, recorrer el camino junto a ellos. Ellos requieren de adultos
que los amen, cercanos e interesados en sus necesidades, que dedican tiempo para compartir de
Hoy los niños enfrentan riesgos en su crecimiento. Situaciones difíciles, muchas de ellas complejas
horrible que somete al miedo y al dolor a los niños. Ésta se encuentra presente para algunos en
todos lados, pues conviven con ella en su hogar, vecindario, colegio, en el país, en los programas
que ven en la televisión, por ello socialmente es aceptada en algunos estratos de la comunidad,
sintiéndola como una defensa para enfrentar la vida. Niños violentados física, mental, social y
“humanidad”.
La segunda situación de riesgo para los niños es cercana a esta, diríamos que es una violencia
considerar a aquellos padres que por razones de las autoexigencias sociales, trabajan los dos en
casa, todos los días de la semana y hasta bien tarde, es válido preguntarnos ante esta realidad,
¿quién forma a nuestros hijos cuando no estamos en casa? Posibles respuestas pueden ser la
tecnología, internet con toda la variedad que trae, salas de chat, juegos online, y las comunidades
como facebook, twitter, los blogs, fotolog. Además el peligro asociado a los contenidos y las
personas que acechan en la web. Los videojuegos son otra práctica común entre los niños y
a que nuestros hijos sean dañados en el medio que se desarrollan, por ello algunos padres limitan
exageradamente todo contacto de los suyos con sus semejantes, produciendo en la práctica
asfixia social, algo así como una burbuja, como resultado de esta actitud encontramos niños
socialmente invisibles, muy tímidos, sin pensamientos propios, sin carácter y personalidad. La
sobrevaloración también es una exageración, de las virtudes de los niños, haciéndole sentir como
la única persona del mundo. Fruto de todo esto encontramos niños altivos, desafiantes, ególatras,
futuro.
El texto bíblico nos plantea un desafío dado por Jacob, caminar al paso de los niños. Entender esto
caminar, nuestros niños no requieren que los empujemos a caminar, tampoco que los
abandonemos en su caminar, ni que caminemos por ellos o que nos quedemos admirando su
caminar.
El Señor nos mostró en su actuar como hacerlo. El primer factor protector es el amor,
manifestado en nuestro Salvador, fruto del Espíritu Santo, el principal regalo de Dios en nuestra
comunión con él. El amor dará a la familia paz, armonía, afecto, felicidad que se transmitirá en las
cosas cotidianas. Caminar al paso de los niños requiere un amor profundo por ellos, de manera
honesta, cariñosa, alegre. Hará la experiencia cotidiana algo bello, cálido y feliz.
Caminar al paso de los niños también requiere cercanía, así como Jesús vino al mundo a salvar a
los perdidos, se acercó para compartir nuestra humanidad. Los menores requieren que estemos
cerca, caminar juntos la vida. La seguridad que brinda a un niño la presencia de un adulto
experiencias juntos, puede ser el culto familiar, una tarea, un campamento de conquistadores, una
caminata, un juego en el parque, etc. Hay tantas oportunidades para estar cerca de ellos,
debemos aprovechar la mayor parte, una madre o un padre, ambos o un adulto que está a cargo
de niños si es cercano desde pequeño a un ser humano, tendrá la bendición de ser siempre parte
de su vida.
El último elemento a destacar es el ejemplo, cuando caminamos al paso de los niños, ellos nos
miran como caminamos, la imitación de nuestros pasos es inevitable. Es por esto que somos
responsables ante Dios por el ejemplo que legamos a nuestra descendencia o a aquellos de
Estos elementos protectores son válidos para los hogares, para los profesores, capellanes,
pastores, preceptores. Para todo aquel que esté interesado en caminar al paso de los niños.