Los problemas generados de los suelos en las construcciones están estrechamente relacionados

por no realizar previamente un estudio técnico de suelo la cual permite conocer las propiedades
físicas y mecánicas del suelo, y su composición estratigráfica, y por cierta ubicación de napas de
agua (freáticas), si las hubiere.

Un claro ejemplo se observa en nuestra ciudad de Lima que tiene gran parte del crecimiento y ha
sido invasivo y originado con la llegada de migrantes rurales que se han asentado en los arenales
de la periferia, en quebradas de las estribaciones andinas (cerros) y esto ha incrementado
exponencialmente los problemas de urbanismo de Lima.

Todas estas personas están en riesgo, debido que las construcciones de sus viviendas están
ubicadas en un tipo de suelos que no son favorables, un movimiento sísmico podría colapsar la
zona eso es inevitable y acá, en nuestro país, no existe gestión de riesgo. Todas estas zonas son
vulnerables, frágiles; son construcciones empíricas, y en suelo arenoso y más la lluvia, que es otro
problema para esa clase de terrenos, la situación se agudiza.

En la foto adjunta del distrito de ATE- Santa Clara (sector Las Américas) se observa viviendas
ubicadas sobre terrenos inestables (antigua cantera), con un desnivel de 20 m que posteriormente
fue rellenada con desmonte. Este tipo de suelo en caso de un sismo de fuerte magnitud o por la
sobrecarga debido a la construcción de viviendas puede lograr ocasionar activación de una
superficie de falla y produciendo un deslizamiento del talud.