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LA DIVINA COMEDIA

(REFLEXIONES DEL CANTICO DEL INFIERNO)

PRESENTADO POR:
ANA YURIAN

DOCENTE:
WILLIAM DE JESÚS ARBOLEDA

ASIGNATURA:
LITERATURA MODERNA I

SEMESTRE V

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FLORENCIA-CAQUETÁ
REFLEXIÓN DE CANTICO DEL INFIERNO

Primer y segundo canto

Me hacen pensar acerca de cómo esta movida nuestra vida, de cómo los pecados nos rondan y
nos hacen caer en ellos, desviando nuestro camino del bien, por ejemplo cuando mentimos para
salir bien librados de alguna situación, estamos obrando mal y caminamos por esa selva oscura a
la que se refiere Dante en este capítulo.

Tercer y cuarto canto

Cada vez que colocamos en práctica los antivalores, para ser más especifica la envidia y el
egoísmo, estamos convirtiendo nuestra vida en un infierno, aunque estemos vivos sufrimos por
causa de estas conductas negativas; así como vive una persona que es egoísta con sus
semejantes, que no se interesa por los beneficios de los demás, incluso ni en los de su misma
familia, y sus actos son regidos por una conducta que busca solo su conveniencia, por tanto, estas
persona viven su propio infierno puesto que con esas conductas aleja a la gente de su alrededor y
poco a poco se va quedando en la completa soledad.

Quinto y sexto canto

Al leer estos cantos, se me viene a la mente las situaciones que se evidencian en nuestro país, en
cuanto a las personas tienen algún tipo de poder o autoridad sobre alguna entidad que le
pertenezca al Estado o algún ente de cualquier índole religiosa, lo usan como medio para obtener
sus fines carnales que son provocados por el pecado de la lujuria, este deseo como lo dice en este
canto; el pecado carnal somete la razón a sus lascivos apetitos. Es lo que he venido recalcando
desde el inicio, pues este deseo en ocasiones puede ser más fuerte que nuestra moralidad,
también es muy evidente y conocemos en nuestro diario vivir a algunas individuos que son
cegadas por la gula, por el placer de la comida en cantidades excesivas, sin importar si otras
personas de su misma comunidad les hace falta un bocado de comida para sus familias.

Séptimo, octavo y noveno canto

En primera instancia, la lectura realizada de estos cantos me hizo estremecer al conocer el severo
castigo que se recibe al cometer alguno de los pecados que mencionare más adelante, todo esto
me pone a reflexionar acerca de cómo manejamos nuestros dinero, nuestro carácter;
la avaricia es sentida desde las clases comunes hasta las personas con cargos religiosos como lo
indica en el capítulo séptimo cuando hace alusión a los clérigos, papas y cardenales, que si bien
hoy en día también nos enteramos de religiosos de distintos dogmas, que se dejan corromper por
este pecado, conozco el caso de varias personas que incluyendo una pequeña parte de mi familia,
son guiados por el deseo de acumular e invertir mal el dinero que han ido ganando durante sus
vidas y aun así quieren seguir aglomerando sus bienes sin un fin provechoso para ellos.
Décimo y undécimo canto

Al ir transcurriendo la lectura me iba imaginando la situación en el que se encontraba Dante,


cuando hablaba con Farinata, pues como es descrito en el libro es un ambiente horrible,
escalofriante, en donde se castigan los tipos de violencia, así como en algunos casos se hace en
nuestro país, las sentencia que reciben estas personas que cometen estos actos delictivos
dependen de la gravedad del caso, un ejemplo claro que se está viviendo en Colombia es la
violencia al prójimo (a la mujer), como desafortunadamente es el caso de una amiga a quien le
fue arrebata su vida de la manera más cruel, por su pareja, quien muy seguramente su vida se ha
convertido en un infierno como el que describe Dante Alighieri y además tendrá que enfrentar
el mismo tormento por el que pasan las almas cuando se van de esta vida terrenal, por eso
debemos dejar de violentar a quienes nos rodean e incluso a nosotros mismo, de lo contrario nos
sucederá los mismo que vivió el protagonista del libro, ya que soy una persona que profesa la
religión católica y creo fijamente en el infierno, el purgatorio y el paraíso.

Duodécimo y decimotercer canto

Al realizar esta lectura relaciono el sufrimiento que sentían las almas que ahí se encontraban, con
la forma en la que nos sentimos cuando tenemos baja autoestima en algunas situaciones,
asemejo la ruptura de las ramas de aquellos troncos con los comentario hirientes que suelen
hacer acerca de nuestro aspecto físico como por ejemplo cuando estamos pasados de kilos o
cuando nos vemos delgados, también sobre nuestra actitud en cualquier entorno, y deberíamos de
pensar en la salud mental de las demás personas porque este tipo de comentarios nos pueden
llevar a acabar con nuestra propia vida.

Decimocuarto y decimoquinto canto

Muchas veces hacemos injurias en contra de Dios, porque a veces le pedimos que nos ayude con
algún problema que tenemos y no conseguimos el objetivo que queríamos, ya que no lo
hacemos con devoción sino por la necesidad que estamos pasando, y nos llenamos de ira y
pensamos que Dios no es el ser piadoso que dicen que es, pero vivimos obrando mal y nos
estamos condenando a sufrir en los ríos infernales del séptimo circulo.

Decimosexto y decimoséptimo canto

Cuando decimos mentiras estas nos van haciendo hundir hacia el pecado, como si nos
encontráramos en suelos movedizos, ya que cada vez que inventamos una mentira esta nos lleva
decir otra para seguir manteniendo esta red intacta, también debemos abstenernos de decir la
verdad cuando tenga aspectos de mentira porque nos exponemos a avergonzarnos sin tener
culpa de que esta sea verdad, aunque no sea bueno decir mentiras.
Decimoctavo y decimonono canto

Me causo asco, compasión y angustia el estado en el que se encontraban los pecadores que ahí
estaban, y el conocer los severos castigos que se les dan a las personas que son avaras y a
quienes idolatran a diferentes dioses, también reflexiono sobre las acciones que hacen algunas
personas que creen que con dar grandes cantidades de dinero a las iglesias ya han ganado un
lugar en el paraíso, sin embargo siguen cometiendo malas acciones en contra del prójimo, pues
para poder llegar al cielo no debemos ser indiferentes con nuestros semejantes y compartir lo que
a nosotros nos sobra ya sea alimentos, vestidos, etc. con ese tipo de buenas obras es que se puede
lograr ganarlo.

Vigésimo, vigésimo primero y vigésimo segundo canto

Se castiga fuertemente, a quien hoy en día son personas que se dejan ganar por la avaricia y
quieren más de lo poseen sin importarles los medios por los cuales tengan que usar para lograr
esas metas. Me pregunto cuántos políticos hemos visto con estas características; no solo políticos
sino personas que están detrás de cargos públicos, que crecen de la nada y se convierten en
poderosos, haciendo negocios personales aprovechando el poder que tienen en sus cargos, hasta
que se convierten en personajes ofensivamente ricos de la noche a la mañana. Estoy de acuerdo
con las fuertes penas que se le dan a los corruptos como lo son estar sumergidos en un rio de
agua hirviendo o que sus cuerpos se deformen.

Vigésimo tercero y vigésimo cuarto canto

A los hipócritas se les castiga con dolorosas mortificaciones, ya que estas personas simulan
actitudes rectas, son capaces de fingir empatía por los demás, engañan a cualquier persona para
cometer sus objetivos, conozco el caso de sacerdotes de otros países que bajo la idea que son
devotos de Dios y buscan enseñar sus obras, se aprovechan para saciar sus deseos carnales con
los infantes ( cometen pederastia); por eso creo que se hace bien en castigar a estas personas
cargado esas pesadas capas con capuchas. También para los ladrones hay un suplicio aterrador
desde mi perspectiva porque ser mordido por serpientes y sentir la agonía de ver arder tu cuerpo
y luego convertirte en cenizas es agonizante.

Vigésimo quinto y vigésimo sexto canto

Tener astucia no es bueno, porque la usamos en contra de la sociedad en busca de nuestros


beneficios, también es incorrecto moralmente dar un consejo con malas intenciones cuando se
nos pide, porque nosotros usamos a nuestro favor la necesidad que tiene la otra persona, no
debemos sacar ventaja porque nos estamos condenando a vivir envueltos en las llamas del
infierno.

Vigésimo séptimo y vigésimo octavo canto

Al ir transcurriendo la lectura cada vez me iba impactando más cada detalle que Dante hacia
acerca de cuál era el castigo que recibían las personas que buscan crear discordia entre la
sociedad, la familia, con comentarios que hieren a la otra persona implicada y esta se deja
conducir por la ira y como consecuencia se tiene que las personas se alejan y se acaban los
vínculos afectivos que tenían antes, por eso el castigo que tienen este tipo de personas es el de
separarse de sus extremidades, como lo hicieron con las personas a quienes separaron. Este
castigo en mi opinión ha sido el más doloroso y traumante que leído hasta el momento.

Vigésimo nono y trigésimo canto

Cuando iba siguiendo la lectura y me iba dando cuenta del castigo que reciben las personas
falsificadoras, sentía en mi cuerpo la sensación de picazón al imaginar las pústulas que cubrían
los cuerpos de los ahí se encontraban.

Trigésimo primero y trigésimo segundo canto

Los gigantes simbolizan el orgullo y otros defectos y antivalores o acciones erróneas que suelen
cometer los traidores, por eso en mi opinión el castigo recibido a los familiares que traicionan a
su familia está bien impuesta porque asocio el frio que sufren, con la soledad y la tristeza que
tienen que cargar las personas que no les importa el bienestar y la unión familiar.

Trigésimo tercero y trigésimo cuarto canto

Los traidores del estado y las entidades políticas como la gran mayoría de gobernantes que tiene
Colombia, mientras están en busca de obtener el poder prometen falsos y cuando han obtenido su
propósito traicionan la confianza que depositamos los ciudadanos; por eso bien merecido es el
sometimiento a tan bajas temperaturas.
También se castiga fuertemente a las personas que no son agradecidas con el prójimo que les
tendió la mano en algunas situaciones difíciles.

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