Después de trabajar durante largas y fatigosas horas, unos pescadores no habían
logrado atrapar pez alguno. Por más que lanzaban sus anzuelos esperando que algún pez picara, no lograban pescar nada. Parecía que los peces habían desaparecido de aquellas aguas. Decepcionados y cansados, se echaron en la cubierta del bote para recuperar fuerzas. Mas tarde –se dijeron-volverían a la faena. En esas estaban cuando, de pronto, les cayó encima un enorme atún. Este había estado saltando y saltando en el agua sin darse cuenta de lo que hacía, y en un descuido cayó dentro del bote.
Felices por este inesperado regalo, los pescadores se levantaron
rápidamente, cogieron al atún y muy contentos lo llevaron a vender al mercado.