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INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACIÓN PÚBLICO

“TÚPAC AMARU” – TINTA

INVASIÓN DE EUROPA A AMÉRICA

La llamada conquista de América.

Fue la exploración, invasión, ocupación y colonización de parte del continente americano por algunas
potencias europeas, de las cuales las principales fueron España, Portugal, Inglaterra, Francia y
Holanda, a partir de la llegada de Colón a América el 12 de octubre de 1492 y que se mantuvo
principalmente durante los siglos XV, XVI y XVII, aunque aún permanecen algunos enclaves
coloniales en el presente.

Los gobiernos coloniales, organizaron las economías de las sociedades americanas bajo su dominio
dentro de un sistema de comercio mundial, con el fin de que proveyeran metales preciosos y
materias primas a las economías de Europa, hasta conformar el mercantilismo, como política para el
desarrollo de las naciones europeas.

La conquista de América impuso sistemas de trabajo servil para los indígenas, y un extendido
régimen esclavista que se alimentó del secuestro de personas en África y su traslado forzoso a
América.

Culturalmente, la conquista de América impuso las características de la civilización europea,


imponiendo el uso de lenguas europeas, principalmente del idioma español, el inglés, el portugués y
el francés, extendiendo la escritura y la economía mercantil, convirtiendo a la población al
cristianismo muchas veces con variadas formas de sincretismo en las que persisten las religiones
precolombinas y africanas, y la erradicación del canibalismo y los sacrificios humanos en las culturas
americanas que los practicaban.

La invasión europea se realizó a partir de enclaves urbanos y no penetró o fue rechazada, en


amplias áreas del continente que no poseían el grado de civilización de Aztecas o Incas. Así, varios
pueblos originarios mantuvieron el dominio sobre vastos territorios hasta finales del siglo XVIII o del
siglo XIX, cuando sufrieron una nueva ola de conquista por parte de los estados americanos
independizados: la Patagonia, la llanura pampeana, el Gran Chaco, el Mato Grosso, la Región
Amazónica, la Región del Darién, las grandes llanuras del oeste norteamericano y Alaska entre otras,
permanecieron bajo el dominio de naciones como los Mapuche, Het, Ranquel, Wichí, Qom,
Amazónicas, Algonquina, Hopi, Comanche, Inuit y muchos otros.

Si bien es clara la fecha de inicio de la invasión de América (1492), la fecha de finalización es menos
clara. En el caso español, en la década del 70 del siglo XVI un decreto del rey Felipe II prohibió los
actos de conquista, denominándose a partir de entonces los actos llevados adelante por los
españoles con la palabra pacificación.

CONSECUENCIAS
Entre las consecuencias a resaltar sobre la Conquista de América están:

 Desaparición de los sistemas políticos y organizativos de los pueblos amerindios.


 Pérdida definitiva de su soberanía.

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 Desaparición de numerosas lenguas autóctonas y casi extinción de otras. Las lenguas
indoamericanas pasaron a un segundo plano y se impusieron definitivamente los idiomas
europeos.
 Destrucción de las obras culturales de los pueblos originarios (textos, obras de arte, religiones,
templos, ciudades, obras artesanales, monumentos, caminos, memoria, etc.).
 Interiorización y desprecio por las culturas originarias.
 Interiorización y desconocimiento de la naturaleza humana de los pueblos originarios al ser
reducidos a la categoría de "encomendados" sometidos a colonizadores europeos, en el caso de
la conquista española. En el caso de otras experiencias coloniales también fueron en muchos
casos desconocidos como seres humanos con los mismos derechos que los europeos.

EL 12 DE OCTUBRE ES EL DÍA DE LA INVASIÓN EUROPEA A AMÉRICA

Por: Vladimir Acosta | Viernes, 19/10/2007 10:58 AM |


Programa “Temas sobre el tapete” del 17 de octubre de 2007 en RNV canal 91.1. (Transcripción libre
de Mariela Sánchez Urdaneta). Especial para Aporrea.org.

Hoy conversaré sobre la equivocación de celebrar el 12 de octubre como Día de la Resistencia


Indígena. Hablaré como historiador, como revolucionario y como defensor de una historia distinta (y
no de la historia manipulada que nos han enseñado e impuesto por siglos las clases dominantes).
Muchas veces en este programa en particular he defendido una historia diferente de la “oficial”, he
defendido nuestra identidad americana y la revisión de nuestra historia y nuestras luchas, y hoy
manifiesto aquí nuevamente mi rechazo a que se quiera convertir el 12 de octubre en una fecha
distinta de lo que es.

I. El 12 de octubre no fue el día de la Resistencia Indígena. El 12 de octubre es el día de la


Invasión Europea a América, día a partir del cual se inicia la Conquista y el Período Colonial.

El día 12 de octubre de 1492 no hubo ninguna resistencia indígena. Este es el hecho descarnado. El
12 de octubre de 1492 llegaron las tres carabelas de Colón provenientes de España. Llegaron a una
pequeña isla del Caribe. Tomaron posesión de la tierra (de una tierra que no era de ellos, que no les
pertenecía) en nombre del Rey de España (su rey) y de Dios (su dios cristiano). Los indígenas
habitantes de esa isla, de la manera más inocente, salieron alborozados a recibirlos y a festejarlos en
la creencia de que habían llegado unos extraños dioses en unas casas flotantes, vestidos
extrañamente, blancos, con barbas. En ese momento no hubo resistencia alguna, lo que hubo fue
admiración, ingenuidad, inocencia porque los indígenas de ahí, de las islas vecinas y de los que
vivían un poco más al Este, en el continente, no tenían la más remota idea de lo que se les venía
encima: la Conquista, la esclavitud, la servidumbre, la sujeción, las enfermedades, la Colonia, la
explotación pues.

Sin ninguna oposición ni resistencia por parte de los indígenas comenzó la Invasión Europea, sobre
todo a partir del segundo viaje de Colón, cuando ya no se trataba de tres carabelas sin rumbo cierto
sino que Colón vino con diecisiete barcos (con semillas, animales, etc.) en una auténtica expedición
de conquista. Y esa Invasión Europea se tradujo, como acabo de decir, en dominio colonial, en
saqueo, esclavización y explotación sistemática de los indígenas y en el comienzo de esa matanza
genocida atroz que fue la Conquista de América.

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Por eso he dicho que el 12 de octubre tiene un solo significado: es el día de la Invasión Europea a
América, día de la llegada de los europeos a imponer su dominio en este continente; a esclavizar a
los indígenas y a saquear estas nuevas tierras en nombre de su pretendido derecho a apoderarse de
territorios ajenos en nombre de su Rey y en nombre del Papa y a imponer su religión, el cristianismo,
considerado por ellos como la única religión, como la religión verdadera.

Se le han dado pues diversos significados y los latinoamericanos sobre todo hemos terminado
asimilando de forma pasiva esas falsas significaciones de la fecha. La primera ha sido el Día del
Descubrimiento. Soberano disparate. Porque puede haber descubrimiento en las ciencias físicas,
químicas o biológicas por ejemplo cuando un investigador, combinando unos conocimientos, genera
un resultado o producto diferente o cuando ve a través de un microscopio por primera vez un
microbio que produce tal o cual enfermedad. Se puede admitir que hay un descubrimiento en esos
casos.

Pero en el contacto, en el encuentro (generalmente choque violento) de sociedades que no se han


conocido entre sí previamente no hay descubrimiento o en todo caso, el descubrimiento es recíproco,
mutuo. Cada uno descubre al otro y, por lo general, el más fuerte se impone. De tal manera que si el
problema se reduce a esa expresión ridícula de quién vio primero al otro, es evidente que nuestros
indígenas ya estaban esperando a los españoles perdidos en la playa y que nuestros indígenas
vieron primero a los europeos; los europeos fueron los descubiertos por nuestros indígenas desde la
costa.

El Día del Descubrimiento es una forma de manipulación: colocar al indígena como el descubierto,
como el Objeto e inmediatamente convertirlo en Objeto de Conquista. El Descubrimiento no se hace
para traerle regalos a los pretendidos descubiertos sino para someterlos, colonizarlos, convertirlos en
siervos y esclavos. De tal manera que el Descubrimiento es el paso previo para la Conquista e
implica la “declaración de inferioridad” del continente descubierto. El descubridor es el protagonista,
como el investigador con el microscopio, y el descubierto es como el microbio que ha sido visto por el
científico. Absoluta falsedad refutada con frecuencia pero que todavía continúa vigente en varios
ámbitos.

Una segunda significación para el 12 de octubre se le dio hace alrededor de un siglo, el Día de la
Raza. Disparate enorme. En primer lugar, ¿cuál raza? ¿La raza europea que vino a imponerse o la
raza indígena que fue sometida y explotada? ¿O la raza africana que fue traída para reemplazar el
trabajo de los indígenas y ser esclava? (Además de que el concepto de raza está totalmente
devaluado, hoy no explica nada). Otro disparate utilizado con frecuencia en las escuelas y en los
libros para referirse al 12 de octubre.

Una tercera significación, a partir de 1992 en el quinto centenario, se impuso para disfrazar la fecha,
el Día del Encuentro de Dos Mundos o del Encuentro de Dos Culturas, nada más que un producto
edulcorado causado por la protesta sistemática de los pueblos indígenas del continente. (La pregunta
que nos hicimos los historiadores fue si se trataba de un Encuentro o más bien de un Encontronazo).
Porque eso fue exactamente. Un choque, como ha sido todo choque entre culturas que no se
conocían en el cual la cultura más fuerte, mejor armada, más poderosa, mejor parada militar y
técnicamente, esclaviza y domina a la otra cultura. Así es que los Encuentros no explican nada
tampoco. Los mongoles del siglo XIII descubrieron a Europa y la saquearon. (Afortunadamente para
Europa los mongoles regresaron porque murió el kan supremo e iban a elegir uno nuevo).

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Los europeos del siglo XV se encontraron también con África y durante los siglos siguientes se
dedicaron a saquear y a esclavizar a sus habitantes. Los israelíes tienen medio siglo encontrando
palestinos... y los matan para robarles su tierra y robarles sus derechos. Estados Unidos tiene cuatro
años encontrando iraquíes, matándolos también para robarles su país y su petróleo. En
consecuencia, el disparate del Encuentro es cínico y grotesco. ¿Acaso el 12 de octubre de 1492, en
el Encuentro de Dos Culturas, se desarrolló como una suerte de congreso de antropólogos
comparando sus culturas con visión amplia y discutiendo los respectivos aportes? Al contrario, fue un
proceso sanguinario y genocida en el que una cultura se impuso a la otra.

Otro nombre manipulador que se le ha dado al 12 de octubre es el Día de España, el Día de la


Hispanidad, el Día del Imperio Español, pues. En España la Fiesta Nacional es el 12 de octubre. Y
los españoles tienen históricamente todas las razones para celebrarla como Fiesta Nacional porque
es el punto de partida de su Imperio Colonial; es el punto de partida de su Siglo de Oro, el punto alto
de su período de dominación, que pasó hace tiempo. Visto desde Europa (y no desde América) es el
día de la Gloria Imperial de España, Día del Colonialismo Español, fecha amada por la derecha y
particularmente por el franquismo, factor decisivo en destacar esa grandeza española.

¿Que los españoles celebran el 12 de octubre? Allá ellos, particularmente allá los colonizadores
modernos, porque tampoco es cierto que todos los españoles lo celebran.

¿Tenemos nosotros los americanos que celebrar ese día? ¿Somos acaso españoles? ¿Somos
acaso colonizadores de nuestros propios pueblos, como se han creído y actuado aquí las élites
dominantes a lo largo de varios siglos? y los herederos de nuestros indígenas masacrados,
explotados y humillados, casi exterminados, ¿es que acaso son masoquistas que deban celebrar el
Día de España? ¿Los herederos indígenas tienen acaso que celebrar el día que comenzaron sus
antepasados a ser explotados y humillados por los europeos? y los herederos de los africanos
traídos a este continente como esclavos, ¿deben celebrar el sometimiento de sus ancestros? y los
mestizos que somos casi todos nosotros, ¿debemos celebrar la violación de nuestras tatarabuelas
por los brutales invasores extranjeros?

Por cierto, los estadounidenses que nunca se sintieron colonizados, o por lo menos hace mucho
tiempo dejaron de sentirse colonizados, empezaron a sentirse y a actuar ellos mismos como
colonizadores (ahora como imperialistas), esos estadounidenses que se han sentido siempre Pueblo
Elegido, Nuevo Israel, dueños del mundo, del Destino Manifiesto, hace tiempo que se sacudieron el
problema. En Estados Unidos se celebra, muy de paso, con un desfile, el Día de Colón, día que no
los compromete. Además, en 1892, Estados Unidos decidió de una vez por todas que América del
Norte había sido descubierta por los vikingos, vale decir, que los estadounidenses fueron
descubiertos por rubios nórdicos y no por morenos españoles y con ello borraron el problema de
identidad.

Hoy se trata de hacernos creer gringos. No. Nosotros no somos gringos ni europeos. Nosotros
somos otra humanidad, como decía Bolívar a comienzos del siglo XIX. Y celebramos todavía el 12 de
octubre porque aún nos creemos conquistadores a cuenta de ser blancos o mestizos. Tienen que
venir entonces los descendientes de las poblaciones indígenas o los descendientes de los africanos
traídos como esclavos a poner en evidencia lo contrario, a hacernos ver lo que realmente fue el 12
de octubre.

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¿Qué habría que celebrar el 12 de octubre? ¿La lengua? ¡Se ha repetido mucho que el 12 de octubre
nos trajo el español como “regalo”! ¿Cuál lengua? ¿Es que los indígenas eran mudos y no tenían
lenguas? ¿Estaban mudos esperando que llegaran los españoles a enseñarlos a hablar? (Por
supuesto que algunos indígenas sí terminaban mudos porque los europeos le cortaban la lengua por
rebeldes). Sabemos que en el continente americano había una riqueza extraordinaria de lenguas
para esa fecha y discutir cuál lengua es superior, si el español es más bello que el náhualt, el maya o
cualquier otra, es otro disparate. Las lenguas son sencillamente diferentes y corresponden a sus
mundos, de tal manera que afirmar que una lengua es superior a otra es padecer una visión
eurocéntrica y justificadora de la Conquista y la Colonia.

Pero sí trajeron el cristianismo. Mejor: los españoles trajeron un seudo capitalismo envuelto en
mantos de cristianismo. Se ha argumentado que la imposición del cristianismo fue, según la historia
oficial, la Conquista Espiritual de América. Otra falsedad enorme que encubre a aquellos misioneros
que vinieron a este continente a demostrar la superioridad de su religión, haciéndolos ver y
considerar como personas que convencían pacíficamente a los indígenas de que la religión cristiana
era la mejor... Es cierto que hubo algunos misioneros relativamente pacíficos (aunque siempre
envenenados con su superioridad ideológica, su eurocentrismo, siempre considerando las demás
religiones como diabólicas), pero el hecho real es que la conquista material, la matanza, el genocidio,
logró la destrucción de los templos y la desorganización de las culturas para poder imponer a sangre
y fuego el cristianismo a los indígenas. Esta es la realidad. Esa Conquista Espiritual mediante la cual
los españoles llevaron el cristianismo a América, justifica y convalida el genocidio de la Conquista de
América. Una lectura más falsa y cínica del 12 de octubre.

La pregunta que uno se hace nuevamente: ¿es el cristianismo la religión verdadera? En pleno siglo
XXI, ¿todavía vamos a creer que el cristianismo es la verdadera religión? ¿es que acaso existe
alguna religión que sea verdadera? ¿La verdadera religión? y las demás religiones, ¿son falsas
entonces? ¿y qué piensan hoy sobre esto los budistas, qué creen hoy los shintoistas, los
musulmanes y los judíos sobre que el cristianismo sea la verdadera religión? ¿Todas sus religiones
entonces son falsas y la verdadera es el cristianismo? Por la visión imperial que tienen (así como los
estadounidenses tienen su Destino Manifiesto), el cristianismo cree que tiene el derecho a dominar el
mundo completo porque esa es la verdadera religión. ¡Y ni siquiera es la religión mayoritaria del
mundo!

¿Hasta cuándo repetiremos los disparates justificadores de matanzas, cruzadas y genocidio? ¿Hasta
cuándo, para imponer una religión supuestamente verdadera, justificaremos el genocidio perpetrado?
Porque lo cometido durante el siglo XVI en América es el mayor de todos los genocidios en la historia
de la Humanidad.

Ahora examinemos lo siguiente. El genocidio no fue siempre sistemático. Los españoles no vinieron
a matar a los indígenas, vinieron a esclavizarlos, a ponerlos a trabajar para enriquecerse ellos pero,
eso sí, a quienes se resistían, los mataban. La primera fase de la Conquista fue absolutamente brutal
y bárbara. Aparte de que también trajeron enfermedades frente a las cuales los indígenas no tenían
resistencia como el sarampión, la viruela, la gripe, provocando epidemias que aniquilaron a millones
de indígenas.

El resultado directo e indirecto de esa Conquista, el resultado querido o no, fue la muerte de cerca de
ochenta millones de indígenas del continente americano, lo que representa casi la cuarta parte de la

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población mundial de aquel entonces (que apenas sobrepasaba los cuatrocientos millones). Esa fue
la realidad.

Algo más antes de terminar de revisar estas lecturas falseadoras de la conquista europea: el
mestizaje. Resulta ahora que el gran mérito de la Conquista, lo que la justifica, es el mestizaje. Otra
farsa. ¿Es que los españoles vinieron aquí a “mestizarse”? ¿Acaso llegaron con un proyecto de
integración para unirse a las culturas que encontraran? ¿Dónde ha pasado eso? El mestizaje ha sido
la realidad de la historia de la Humanidad. No hay pueblo “puro”. Todos los pueblos son mestizos
porque se han mezclado a través del comercio, de violaciones, de invasiones, generalmente de
coexistencias violentas. Dejemos claro que todos los pueblos se han mezclado en todas partes del
planeta. (Cuando los pueblos parecidos se mezclan, se nota menos; cuando unos pueblos se
mezclan con otros de piel diferente, con facciones distintas, se nota más; por ejemplo, la mezcla de
los pueblos europeos blancos se nota menos que cuando se trata de poblaciones blancas con
poblaciones negras o cobrizas, se nota mucho más).

El mestizaje es la norma de la Humanidad. Toda la Humanidad es mestiza. Y hay que estar


orgullosos de esa mezcla porque ha enriquecido las culturas.

Sin embargo, ¿los españoles vinieron a enriquecer culturas y mestizarse o simplemente vinieron
armados con un proyecto de dominación? Y recordemos que como no vinieron con sus mujeres
(como lo hicieron los colonizadores de América del Norte, que sí fueron a exterminar y a masacrar a
los indios), se mezclaron con las mujeres indias primero y más tarde con las mujeres negras. (Como
pasa siempre que han estado hombres solos, aventureros, en países extranjeros).

Otra pregunta. El mestizaje en América ¿fue voluntario o fue forzoso? ¿Quién imponía el
emparejamiento mestizo? ¿Es que acaso los indios o los negros escogían a las mujeres españolas o
portuguesas para casarse con ellas? ¿o era al revés? ¿no eran justamente los hombres europeos
quienes violaban y se apoderaban de las mujeres indias o de sus esclavas negras y tenían hijos con
ellas? Hubo sí excepciones al comienzo de la Conquista, sobre todo en México y Perú porque, en
términos de la visión monárquica europea, eran considerados grandes imperios y, como en los
imperios hay nobleza y aristocracia, los invasores ignorantes querían casarse con princesas indias
mexicanas o peruanas. Pero fueron pocos casos porque tampoco había muchas princesas. De
manera que el modelo del mestizaje fue el de la sujeción, el de la violación, la dominación
sistemática y el sometimiento de las mujeres indígenas.

El modelo de mestizaje fue Paraguay, llamado por los propios españoles del el siglo XVI, el “Paraíso
de Mahoma” porque ahí se practicaba la poliginia o la poligamia en todo caso. Los conquistadores
tenían harenes de treinta o cuarenta mujeres indias, que eran sus sirvientas. Generalmente las viejas
y consideradas feas eran sólo sirvientas y las más jóvenes –además de ser sirvientas- eran amantes
de los conquistadores. Hasta que hacia la mitad del siglo llegó la Iglesia a imponer orden (a acabar
con ese relajo, como decían los misioneros) y a imponer que los conquistadores se casasen con
mujeres españolas, que habían traído. Aunque el mestizaje continuó de manera solapada,
clandestina.

Mestizaje equivale en este caso a sujeción, a imposición. Salvo algunos momentos en el que las
mujeres indígenas pudieron sentirse deslumbradas por la armadura de algún conquistador por
ejemplo, el mestizaje era uno de los pocos mecanismos de ascenso social que se podía dar en esa
sociedad colonial que se estaba construyendo. La relación concubinaria de una indígena o de una

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negra con un conquistador significaba la posibilidad de liberarse de la esclavitud, sobre todo en la
persona de sus hijos, y sobre todo de hijos varones que pudieran ser otra cosa que esclavos o
liberarse de la servidumbre.

El 12 de octubre es, en todo caso, el Día de la Inocencia Indígena, Día del Sometimiento Pasivo de
los Indígenas, eso fue lo que pasó el 12 de octubre. Basta leer el Diario de Colón, conservado por el
Padre de Las Casas, para encontrar las descripciones que hacen de la ingenuidad, la gentileza de
los indígenas con los europeos y también de lo que ya empieza el propio Colón a pensar en relación
con esos indígenas pasivos, tranquilos, domésticos, ignorantes (se les muestran las espadas y las
agarran por los filos cortándose los dedos), que son cobardes -dice él- como unas gallinas, que unos
diez españoles pueden dominar a diez mil indígenas, ya los ve esclavos, ya los ve sometidos; y los
indígenas por otro lado tratando de ayudar gentilmente a los europeos sin saber lo que se les estaba
viniendo encima... Eso fue el 12 de octubre, día que queremos convertir ahora en día de la lucha y la
rebelión, de la Resistencia Indígena.

Claro que hubo Resistencia Indígena pero vino después. Y es justamente lo que debemos revaluar,
redescubrir y exaltar: la fecha real en que comenzó la Resistencia Indígena.

II. Hay que contar cuándo y cómo empezó la Resistencia Indígena.

La Resistencia Indígena empezó meses después. La carabela principal de Colón, la Santa María,
encalló prácticamente el Día de Navidad de 1492, cerca de la costa de Haití. Era la isla que él había
bautizado abusivamente La Española. Y como no podía regresar con todos sus hombres en las otras
dos pequeñas carabelas, recogieron lo que se salvó del naufragio, sacaron todo de la carabela
(Colón apunta que los indios dieron un ejemplo de honradez) y por orden de Colón, construyeron un
fuerte. Como era el día de Navidad lo llamaron el Fuerte de Navidad, dejando ahí a treinta y nueve
de sus hombres con todo tipo de alimentos y pertrechos para que fueran la primera avanzada de los
europeos en estas tierras, con instrucciones de que demostraran que eran los nuevos amos, que
trataran de conseguir oro y que lo pusieran a resguardo. Así se formó el primer fuerte español en
tierra americana.

Cuando regresó Colón en su segundo viaje, en noviembre de 1493, casi un año más tarde, intuyó
que algo raro pasaba, se acercaron a la zona, encontraron unos cadáveres con barbas (españoles)
flotando putrefactos, los indios no salieron a recibirlos, en la noche no se atrevieron a desembarcar.
Al día siguiente una canoa se acercó al barco y después de que vieron a Colón, subieron. Según la
descripción conservada en diarios de ese segundo viaje, en la canoa venía un primo de
Guacanagarix (cacique de la isla que había sido el más servil con los españoles, traicionando a sus
hermanos indígenas: el primer cipayo americano pues) y ese indio tranquilizaba a Colón diciéndole
que en el Fuerte no había pasado nada, únicamente que unos españoles habían peleado y se habían
entrematado y otros se habían ido hacia el interior llevándose a unas mujeres indias. Fueron a
buscar a Guacanagarix, llegaron donde estaba, vieron la aldea un poco destruida y a él en una
hamaca con el muslo de la pierna amarrado. Se convencieron los invasores de que algo pasaba al
revisar la herida y encontrar una irritación de piel.

Y descubrieron la verdad. Uno de los caciques más combativos y valientes de la isla (hoy Haití)
Caonabó, cacique de Maguana que se hacía respetar, había organizado a todos sus hombres y
encabezado una expedición que enfrentó a los españoles, los fue eliminando en diversas
escaramuzas y terminó quemando el Fuerte de Navidad y matando a los invasores que estaban

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dentro. Y como Guacanagarix –el primer cipayo- se mantuvo en contra de lo que hacía Caonabó, le
quemó la aldea.

Ése fue el comienzo de la Resistencia Indígena en el continente americano a mediados de enero de


1493. ¿Las razones del asalto al Fuerte de Navidad? Que los treinta y nueve españoles (la primera
colonia en América) se dedicaron a explotar a los indios, a robar y violar a las mujeres, a arrancarles
el oro y algunos se fueron al interior a buscarlo ellos mismos, prefigurándose así lo que sería la
política de la conquista europea en América.

Quise resumir la gesta de Caonabó, cacique haitiano de la Maguana, primer héroe de la Resistencia
Indígena y primer vencedor de los españoles porque, si queremos conmemorar la Resistencia
Indígena, es importante que en lugar del 12 de octubre celebremos la fecha aproximada en que tuvo
lugar la quema del Fuerte de Navidad, encabezando Caonabó a los indios rebeldes, revolucionarios,
defensores de su tierra y de su manera de vivir. Tenemos que reencontrarnos con Caonabó,
debemos recuperar su figura y su lucha heroica contra los españoles.

Como era de esperarse, Caonabó tuvo un fin trágico. Al año siguiente, cuando los españoles se
instalaron en la isla nuevamente, se dedicaron a buscarlo para capturarlo. Alonso de Ojeda
(conocedor de toda triquiñuela y trampa), fue el encargado de la misión. Y lo logró de una manera
ingenua (hasta un indígena valiente y combativo como Caonabó se dejaba apabullar por la
superioridad tecnológica de los españoles) cayendo en la trampa. Ojeda le ofreció un pacto.
Caonabó acudió. Ojeda le ofreció unas esposas de latón (aleación que estimaban mucho los
indígenas) pintadas de dorado, vistosas, y le dijo que eso usaban los Reyes de España en sus
fiestas. Ingenuamente Caonabó puso las manos, Ojeda (montado en un caballo porque iba a haber
un desfile) lo atrapó y arrancó a galopar con él esposado. Prisionero Caonabó, Ojeda se lo entrega a
Colón.

Cuentan los historiadores y lo recoge el padre de Las Casas, que el cacique estuvo un tiempo preso
en la casa donde vivía Colón y que, cuando éste llegaba al lugar, los conquistadores y los indígenas
ya sometidos, se levantaban y le hacían una reverencia a Colón por ser el Almirante, el líder político.
El único que no se levantaba era Caonabó pero en cambio sí se levantaba cuando entraba Ojeda.
Interrogado un día sobre por qué se levantaba frente al vasallo, respondió que ese vasallo había
tenido el valor de salir a pelear con él mientras que el jefe se había quedado en su casa. Finalmente
Colón, dispuesto a dar una lección, lo hizo embarcar a España encadenado pero el barco naufragó y
Caonabó murió ahogado y encadenado.

Caonabó fue el primer resistente indígena, el primer héroe de la Resistencia Indígena, el primer
vencedor de los españoles, uno de los primeros indios capturados alevosamente por los invasores y
el primer indígena que murió ahogado, justamente por la crueldad de los conquistadores. Este es el
héroe indígena que he tratado de reivindicar en frecuentes oportunidades y quisiera que se le
comience a dar el merecido reconocimiento a Caonabó en el proyecto actual de reivindicar la
Resistencia Indígena y a sus protagonistas.

Que el 12 de octubre lo siga celebrando la España oficial, realista, reaccionaria y franquista que vive
de los sueños imperiales de Carlos V y Felipe II; que lo celebren ellos. Ojalá el Pueblo español en
algún momento cambien esa fecha a otra que podamos compartir y no este 12 de octubre que
significó para América el avasallamiento de pueblos enteros imponiéndoles su voluntad explotadora.

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Si se argumenta que no se conoce el día exacto de la destrucción del Fuerte de Navidad (sólo
aproximadamente sabemos que ocurrió hacia mediados de enero de 1493) se le puede responder
que la fecha del 12 de octubre tampoco está clara históricamente hablando. ¿Fue el 11 o 12 de
octubre? Lo he contado en otras ocasiones: los Reyes Católicos de España habían ofrecido un
premio de diez mil maravedíes al primero de la expedición que viera tierra. Y todos hemos
escuchado desde niños que el primero que vio tierra fue un marino de Triana, llamado Rodrigo, y que
gritó tierra la madrugada del 12 de octubre. En consecuencia, de acuerdo a la promesa de los Reyes,
Rodrigo de Triana se había ganado el premio de diez mil maravedíes. Pero resulta que Colón,
místico y religioso pero profundamente ambicioso, le robó el premio a Rodrigo. Conservado por el
padre de Las Casas, Colón dijo que la noche del 11 de octubre, a golpe de diez u once de la noche,
él había visto a lo lejos unas candelitas que subían y bajaban. Resulta que con el cuento de las
candelitas le robó el premio al marinero Rodrigo de Triana. Si bien el premio no era por ver candelitas
sino por ver tierra, Colón lo cobró. ¿Qué día habría que celebrar según los hechos: el 12 cuando
Rodrigo vio y gritó ¡tierra! en la madrugada o el 11 cuando Colón en la noche vio unas candelitas que
subían y bajaban? Nótese pues que el 12 de octubre tampoco es una fecha “segura”.

(Se cuenta una simpática historia -probablemente sin mucha base- según la cual Rodrigo de Triana,
al saber que Colón le robó el premio de diez mil maravedíes (un premio muy digno en aquella época)
se fue de España al norte de África –dominado por los musulmanes-, se quedó a vivir ahí y se
convirtió al Islam. Con lo cual quedaría entonces que el verdadero descubridor de América -en el
enfoque europocentrista- no fue un cristiano sino un moro; alguien que era musulmán y no cristiano).

Con estos comentarios adicionales (complementarios a los que he expuesto en otras ocasiones)
llamo de nuevo a que nos despeguemos definitivamente del 12 de octubre y a que combinemos la
lucha por rescatar y reivindicar la Resistencia Indígena con una fecha que sí le corresponda, que
tenga significación real.

El aniquilamiento continúa, la rebelión también.

Negros e indios fueron utilizados en la primera línea de combate en la guerra de independencia y en


las luchas fratricidas posteriores. Tanto Argentina como Paraguay contaban con una gran población
negra hoy casi inexistente, fruto de ese exterminio sufrido al que aportaron también numerosas
epidemias.

Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca premio Nóbel de la Paz, afirmó tiempo atrás que: “En los
últimos veinte años, he recorrido todos los países con pueblos indígenas. Y por doquier encontré la
misma realidad: nadie quiere darnos voz... Hace poco estuve en
Canadá: indígenas de esas tierras, fueron despojados de todo por las empresas multinacionales que
talan los bosques. Actualmente, hay ocho de estas firmas en plena actividad. Allí pudimos ver lo que
está haciendo nada más que una de esas compañías: en un año talaron bosques por una extensión
que supera el millón doscientos mil metros cuadrados por lo que serán necesarios doscientos o
trescientos años para que esa tierra recupere su ritmo natural”.

No es muy distinto el panorama de los pueblos indígenas de toda América, los sobrevivientes del
genocidio continúan hoy sufriendo crímenes, despojos, atropellos y represión cuando intentan
manifestarse en defensa de sus derechos.

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Durante los primeros años de la gesta emancipadora latinoamericana, los oprimidos vieron que sus
reclamos se vinculaban con las causas nacionales. El general Simón Bolívar abolió la esclavitud,
Juan José Castelli liberó a los indígenas del Alto Perú de las encomiendas y José Gervasio Artigas
redistribuyó tierras entre los pobres.

La opresión que siguen sufriendo indios, negros, mulatos y mestizos no es muy distinta a la que
sufren obreros, jornaleros y los millones de marginados. El sistema capitalista, con su versión
globalizada, continúa acumulando víctimas.

La lucha por la liberación del sojuzgamiento dependerá de que las crecientes víctimas puedan resistir
y El sistema de dominación imperante y los gobernantes funcionales a ese status quo son los
responsables del empobrecimiento generalizado, del hundimiento de las economías y de la
descomunal entrega del capital social. Ellos son los causantes de que 180 millones de niños, mujeres
y hombres latinoamericanos padezcan hambre, miserias, marginación y desesperanza.

En los nuevos días de aniversario de la llegada europea a tierras americanas, encontrará a los
gobernantes de nuestros países nuevamente como los promotores de las celebraciones, no es
casual, ellos son los que abren las puertas a la colonización, entregan las riquezas, someten al
pueblo trabajador a cada vez mayores sufrimientos y explotación, generan aumento de la mortalidad
infantil y disminución del promedio de vida de los más pobres, y eliminan todo rasgo social
progresista.

Ayer como hoy la sangre, el sudor y las lágrimas que corren son de los oprimidos.

ftb/isepta-t.

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