Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por: James Martin, sj, Daniel Doran ofm, Elder Metropolitan John (Zizioulas) of Pergamon
Introducción
La Encíclica toma su nombre de la invocación de san Francisco, “Laudato si’, mi’ Signore”,
que en el Cántico de las creaturas recuerda que la tierra, nuestra casa común, “es también
como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos
acoge entre sus brazos” (1). Nosotros mismos “somos tierra” (cfr. Gn 2,7) (2).
El texto está atravesado por algunos ejes temáticos, vistos desde variadas perspectivas, que
le dan una fuerte coherencia interna: “la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del
planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma
y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de
entender la economía y el progreso, el valor propio/ intrínseco de cada criatura, el sentido
humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad
de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de
vida” (16).
El Papa a menudo:
Apela a los Evangelios y a la enseñanza social católica para criticar la exclusión de
cualquiera de los beneficios de los bienes de la creación.
Pide una apreciación por “la inmensa dignidad del pobre” (Nº 158).
3) Menos es más
El Papa Francis crítica:
El modo tecnocrático de pensar, en que “La vida pasa a ser un abandonarse a las
circunstancias condicionadas por la técnica, entendida como el principal recurso para
interpretar la existencia” (Nº 110).
Una confianza irreflexiva en las fuerzas del mercado antes de considerar cómo les va
a afectar el medio ambiente y “sin prestar atención a eventuales consecuencias
negativas para el ser humano” (N° 109).
La idea de que cada aumento en la tecnología es buena para la tierra y para los pobres.
“Un mecanismo consumista compulsivo” en el que la tierra es despojada y miles de
millones se quedan empobrecidos (Nº 203).
Zizioulas:
La búsqueda de la felicidad individual se ha convertido en un ideal.
La crisis ecológica va de la mano con la difusión de la injusticia social. No podemos
enfrentar con éxito el uno sin tratar con el otro.
Esto exige una ética ecológica y una práctica ascética (aceptación difícil).
5) Las discusiones sobre la ecología pueden estar iluminadas por la Biblia y la Tradición
de la Iglesia
En el capítulo dos se vuelve al “Evangelio de la Creación”, incluyendo el Libro de
Génesis, donde la humanidad fue llamada a “cultivar y mantener” a la tierra,
“responsabilidad de todos” (95).
Se puede resumir su punto de vista en que ha habido demasiada cultivación y no lo
suficiente mantenimiento (67).
Dominar la tierra: “…algunas veces los cristianos hemos interpretado
incorrectamente las Escrituras…” (67).
Los seres humanos actúan como sus sacerdotes en lugar de propietarios de la creación
(Zizioulas).
Centralidad de Relaciones Justas: “… la existencia humana se basa en tres
relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el
prójimo y con la tierra” (66). El pecado es la ruptura.
Interconexión: “creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos
unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, [...] que
nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde” (89).
La centralidad de Jesucristo, el corazón de la revelación cristiana: el “Jesús
terreno” con su “relación tan concreta y amable con las cosas” está “resucitado y
glorioso, presente en toda la creación con su señorío universal” (100).
Nos recuerda que Dios, en Jesucristo, pasó a formar parte del mundo material.
Jesús mismo tuvo aprecio para el mundo natural.
Nos recuerdan los puntos de vista de los santos, sobre todo de san Francisco de Asís.