Comentario crítico, La Belle Époque Chilena, Santiago y la élite nacional.

El autor en este capítulo nos presenta a un Chile dividido en dos partes: la nación en su
conjunto reconociéndonos todos como chilenos y por otro lado, el Chile pequeño, una
pequeña sociedad oligárquica que controla y maneja el funcionamiento y la organización
de nuestro país. Las ubica en cuatro cuadras en el centro de la capital, donde se producen
los vínculos de parentesco y compadrazgo que refuerzan el poder y los privilegios de esta
comunidad. También hace alusión a una reproducción social de clase donde las mujeres
en su rol de madres perpetúan un status social en base a vínculos como el matrimonio,
además que estos vínculos servían para unir familiar y apaciguar rivalidades, por otro lado
estas uniones familiares generaban una diversificación económica donde este grupo social
intervenía en distintos focos de la economía exportadora chilena de materia primas.

También se menciona en el capítulo que durante los siglos XIX y XX se comienza a

desarrollar un consumo conspicuo de productos europeos y se busca emular la sociedad
europea. Viéndola como foco de status social y mediante esta apropiación cultural
europea de la élite chilena se va produciendo un hedonismo y un gasto excesivo que
busca la ostentación para demostrar una supremacía socioeconómica de este pequeño
grupo oligárquico chileno.

Como postura personal, recalco esta aspiración europea de la elite chilena, que en base a
esta idea de las líneas temporales de las culturas, en Chile se veía a Europa como una
sociedad adelantada a nosotros (desde la línea temporal europea) por lo tanto, se
buscaba llegar a esa “sociedad ideal” llena de excentricidades, siguiendo la moda y los
modales recatados de Europa, además de protocolos que eliminan costumbres de la élite
chilena, como que las mujeres dejen de escupir y la supresión de los escupideros. Estas
apropiaciones culturales dan forma a la construcción social de esta oligarquía chilena con
supremacía económica y política por sobre el otro Chile, el que no proviene de los
terratenientes poscoloniales, el Chile que no tiene control sobre las zonas rurales, el Chile
común.