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EL MINISTERIO SUMO-SACERDOTAL DE CRISTO

EN EL SANTUARIO CELESTIAL
ACERQUÉMONOS CONFIADAMENTE AL TRONO DE LA GRACIA

INTRODUCCIÓN
1. Los tronos de las casas reales.
a. El salón del trono del Palacio Real en España.
El salón del trono del Palacio Real en España era llamado “Salón de
Embajadores” o “Salón de Reinos” en el siglo XVIII. Conserva el carácter de
la época en que se decoró, en el reinado de Carlos III. Bajo el dosel del trono,
dos sillones de talla dorada tapizados también en terciopelo rojo con el mismo
bordado, y con los retratos tallados de SS.MM. los Reyes de España, copia
exacta del primitivo sillón del trono de época de Carlos III. A ambos lados de
las gradas, tapizadas también en terciopelo rojo, cuatro leones de bronce
dorado, obra del italiano Mateo Benicelli, hechos en el año 1651 para el Rey
de España.
b. El trono del rey Salomón.
En el trono del rey Salomón, había un león a cada lado de cada una de las
seis gradas lo que le hacía parecer impresionante a la vista de súbditos y
representantes de otros reinos. El texto bíblico dice que “en ningún otro reino
se había hecho trono semejante” (cf. 1 R 10,1-20).
2. El trono de Dios en la Biblia.
En pasajes del AT se revela el trono de Dios situado en diferentes lugares. Se
presenta establecido en los cielos (cf. Sal 11,4; 103,19; Is 66,1 y passim); en
Jerusalén (Jer 3,17; cf. Ez 43,7); y en Ezequiel, viniendo del norte con una
apariencia de arco iris alrededor (1,4.26-28; 10,1.18-19). En todos los casos tiene
el mismo significado; el trono de Dios representa el centro de su actividad, de su
gobierno y de su juicio. “Dios ‘sentado en su trono’ es una expresión que
comprende la soberanía, el gobierno y el juicio de Dios” (J. Paulsen, “Sanctuary
and Judgment”, en F. B. Holbrook, (ed.), Symposium on Revelation – Book II.
Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992, 278).

I. EL TRONO DE DIOS EN EL SANTUARIO


1. El lugar del trono de Dios en el santuario celestial.
a. La presencia de Dios en su trono.
La presencia de Dios en su trono justifica la realidad del templo o santuario. El
templo de Dios es un lugar santo, un santuario, porque constituye la morada de
Dios que es Santo, el Santo por excelencia (cf. Ex 3,1-5; Jos 5,13-15; 1 P 1,16).
Jerusalén es llamada la ciudad santa (cf. Dn 9,24; Ap 21,2.10), porque allí
estaba el santuario, el lugar de la presencia de Dios entre los hombres.
b. El trono de Dios está en el santuario.
El Señor en su santo Templo.
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• “Yahvéh en su Templo santo,


Yahvéh, su trono está en los cielos;
ven sus ojos el mundo,
sus párpados exploran a los hijos de Adán”.
Sal 11,4; Biblia de Jerusalén.
• “Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su
templo” (Ap 7,15).
• “sobre el altar de oro que estaba delante del trono” (Ap 8,3).
• “salió una gran voz del templo del cielo, del trono” (Ap 16,17).
• “Cuando en visión se le mostró al apóstol Juan el templo de Dios que está en
el cielo, vio allí ‘siete lámparas de fuego’ ardiendo‘delante del trono’” (PP,
370).
• “En el templo celestial, la morada de Dios, su trono está asentado sobre el
juicio y la justicia” (CS, 467).

2. Cristo sentado a la diestra del trono de Dios.


a. Una aproximación al Nuevo Testamento.
• La visión de Esteban (Hch 7,55), tres años y medio después de la
resurrección, al final de las setenta semanas determinadas para el pueblo de
Dios.
• El apóstol Pedro (1 P 3,22), en el año 65 aprox.
• Declaraciones del apóstol Pablo (Rom 8,34), en el año 58 d C; (Col 3,1), en el
año 62 d C; (Ef 1,20), en el mismo año; (Heb 1,3; 8,1; 10,12; 12,2), en los
años 64-66 aprox.
b. Una aproximación a la epístola a los Hebreos.
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• “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Heb 1,3).


• “el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Heb 8,1).
• “se ha sentado a la diestra de Dios” (Heb 10,12).
• “se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb 12,2).
Evidentemente, estos textos deben hacer referencia al lugar santo del santuario.
3. Revelaciones de Apocalipsis desde el santuario.
a. Las tres primeras revelaciones de Apocalipsis desde el santuario.
1) El Hijo del Hombre en medio de los siete candeleros (Ap 1,4.10-16).
2) La adoración celestial en el lugar santo (Ap 4 y 5).
En Apocalipsis se deja clara la idea de que existe “un trono establecido en el
cielo” (4,2), exaltado sobre todos los demás tronos. Es muy significativo que
solamente en el capítulo 4 se mencione 14 veces, siendo este término (“trono”)
la palabra clave de este capítulo.
3) El ángel ante el altar con un incensario de oro (Ap 8, 2-5).
b. Cristo en medio del trono.
En Apocalipsis el término cordero se menciona 28 veces. Esta forma de
referirse al Redentor enfatiza sin duda el valor del sacrificio realizado en la
cruz. El énfasis llega a ser apoteósico en los caps. 4 y 5.
“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en
medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía
siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados
por toda la tierra” (Ap 5,6; cf. vv. 9-12).

II. EL TRONO DE DIOS EN EL LUGAR SANTO


1. La Deidad representada en el lugar santo.
a. El altar del incienso.
“El incienso, que ascendía con las oraciones de Israel, representaba los méritos
y la intercesión de Cristo, su perfecta justicia, la cual por medio de la fe es
acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer el culto de los seres
humanos aceptable a Dios” (PP, 366).
b. El candelabro.
El candelabro situado al lado sur en el lugar santo (Ex 25,31-40; 37,17-24;
40,24-25), parece evidenciar una representación de la persona y obra del
Espíritu Santo. “Nunca debía apagarse el candelero de oro de siete brazos,
colocado en el lado sur del lugar santo […] Las lámparas estaban llenas con el
mejor aceite de oliva –símbolo del Espíritu Santo– […] Así como el candelero
daba luz en el santuario de la antigüedad, el Espíritu Santo ilumina
espiritualmente a los hombres para que puedan percibir con claridad el plan de
salvación” (cf. CBA, t. 2, 466).
c. La mesa de los panes de la proposición.
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¿A qué persona de la Divinidad debería representar este mueble o tipo del


santuario terrenal?
1) Los panes debían estar colocados en dos hileras.
2) Puestos delante del Señor.
3) Cubiertos de incienso.
4) Renovados cada día de sábado.
5) Como “pacto perpetuo” (Lv 24,8).
6) Eran comidos por los sacerdotes en lugar santo (Lv 24,5-9).
Si este mueble representaba a Dios Padre, debía simbolizar su trono; y,
consecuentemente, la noción de sustentación del universo (cf. Job 36,31; Sal
104; 111,5; Hch 17,24-25; El Camino a Cristo, 85), y la de dependencia de sus
criaturas.
2. El mueble que debía estar “al lado del norte”.
a. La mesa de los panes debía estar “al lado del norte”.
“Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la mesa al lado
sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte” (Ex 26,35; cf. 40,22).
b. El norte como referencia al trono de Dios.
1) El sacrificio del holocausto se hacía “al lado norte del altar” (Lv 1,11).
2) El monte de Sion se presenta “a los lados del norte” (Sal 48,2).
3) La ambición de Lucifer: “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo
alto … levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los
lados del norte” (Is 14,13).
4) En Ezequiel se representa a Dios viniendo en su trono desde el norte (Ez
1,4.26-28).
5) En Daniel vienen noticias (divinas) del norte (cf. Dn 11,36 y 44).
3. Una “corona de oro” en los muebles del santuario.
a. Una expresión hebrea muy original: zër zähäb säbîb . Esta expresión
hebrea [bybis' bh'z" rzE] se encuentra ocho veces en el AT, siempre en relación
con los muebles del santuario.
b. Dos “coronas de oro” en la mesa de los panes.
1) En relación con el arca de la alianza (Ex 25,11; 37,2).
2) En relación con el altar del incienso (Ex 30,3; 37,26).
3) En relación con la mesa de los panes (Ex 25,24-25; 37,11-12).
Es muy significativo observar que, mientras los dos primeros muebles tenían
“una ‘moldura’ de oro alrededor”, la mesa de los panes tenía dos.
4. La “mesa de los panes” en Apocalipsis.
a. Los muebles del santuario en Apocalipsis.
Los muebles del santuario celestial que se mencionan en Apocalipsis son:
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1) El candelabro (4,5; cf. 1,4.12).


2) El altar del incienso (8,3.5; 9,13; 14,18; 16,7).
3) Y el arca de la alianza (11,19).
4) Es significativo que la “mesa de los panes” no se mencione ni una sola vez.
b. El lugar del trono de Dios en el santuario celestial.
1) El trono de Dios se menciona 39 veces en Apocalipsis.
2) Está situado en frente del “candelabro” (Ap 1,4; 4,5; cf. 8,3).
3) Sin duda alguna, su posición es “al lado del norte”.
c. El apóstol Juan recibe la revelación en Patmos.
En Patriarcas y Profetas, 370, se describe la revelación que Dios le dio a Juan
de los lugares santos del santuario celestial. Se mencionan todos los muebles
equivalentes a los del santuario terrenal, excepto la mesa de los panes de la
proposición, en cuyo lugar se describe el trono de Dios situado en el lugar
santo.
Cf. El Conflicto de los Siglos, 467.
5. Del lugar santo al santísimo en 1844.
a. El apóstol Juan vio el trono en el Lugar Santo.
• “Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es el ‘ministro del santuario, y de aquel
verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre’ (Heb 9,9 y 23; 8,2).
Cuando en visión se le mostró al apóstol Juan el templo de Dios que está
en el cielo, vio allí ‘siete lámparas de fuego… ardiendo delante del trono’. Vio
también a un ángel ‘teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho
incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar
de oro que estaba delante del trono’ (Ap 4,5; 8,3). Se le permitió al profeta
contemplar el lugar santo del santuario celestial; y vio allí ‘siete lámparas de
fuego ardiendo’ y ‘el altar de oro’, representados por el candelero de oro y el
altar del incienso o perfume en el santuario terrenal. Nuevamente ‘el templo de
Dios fue abierto en el cielo’ (Ap 11,19), y vio el lugar santísimo detrás del velo
interior. Allí contempló ‘el arca de su testamento’, representada por el arca
sagrada construida por Moisés para guardar la ley de Dios” (Patriarcas y
Profetas, 370).
• “Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar
santísimo, al interior del velo, y se sentó. Entonces Jesús se levantó del trono,
y la mayoría de los que estaban prosternados se levantó con él…
• “Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego,
llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. Él entró en el carro y fue
llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a
Jesús, el gran Sumo sacerdote, de pie delante del Padre” (Primeros Escritos,
55).
b. El testimonio del profeta Daniel.
• “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía
uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron
acercarse delante de él” (Dn 7,13).
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• “Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta
que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó
el tiempo, y los santos recibieron el reino” (Dn 7,21-22).
• Este segundo pasaje (7,21-22) es cronológicamente anterior al v. 13. Daniel
hace una pregunta respecto a lo que había visto en la visión (vv. 2-10), antes de
lo relatado en el v. 13, pero que no lo entendía.

III. EL MENSAJE DEL TRONO DE DIOS


1. Revelación de una disposición.
a. Panes versus leones.
Demostrar ciertas formas de poder ha sido posible para muchos de los reyes
que han gobernado los imperios más destacados en la historia de nuestro
mundo; pero, afirmar y demostrar que se puede sostener todo el universo, sólo
ha sido posible, y lo seguirá siendo por la eternidad, para nuestro Dios.
b. Dios se revela con el arco de la promesa sobre el trono.
• “Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono
que parecía de piedra de zafiro… Como parece el arco iris que está en las
nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor” (Ez 1,26-
28).
• “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el
cielo, y en el trono, uno sentado… y había alrededor del trono un arco iris,
semejante en aspecto a la esmeralda” (Ap 4;2-3; cf. Gn 9,12-13).
2. “El pan nuestro de cada día”.
a. Significado del término “pan”.
En el santuario terrenal, tanto la mesa de los panes como los mismos panes
eran tipos “de las cosas celestiales” (Heb 8,5).
b. El lugar del Padrenuestro en el Sermón del monte (Mt 6,9-13).
Es el mensaje más importante del Sermón del monte, se encuentra en el centro
del quiasmo de Mt 5; 6; y 7.
c. El lugar de la petición.
“El pan de nuestro de cada día dánoslo hoy”, en la oración que Jesús enseñó,
se encuentra en el centro del Padrenuestro.
“Como hijos, recibiremos día tras día lo que necesitamos para el presente.
Diariamente debemos pedir: ‘El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy’. No
nos desalentemos si no tenemos bastante para mañana. Su promesa es segura:
‘Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado’. Dice David: ‘Joven fui, y
he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que
mendigue pan’. El mismo Dios que envió los cuervos para dar pan a Elías,
cerca del arroyo de Querit, no descuidará a ninguno de sus hijos fieles y
abnegados” (El Discurso Maestro de Jesucristo, 95).
d. El peligro de descuidar la oración.
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“Las tinieblas del maligno envuelven a quienes descuidan la oración. Las


tentaciones solapadas del enemigo los incitan al pecado. Y todo porque no se
valen del privilegio divino, que el Señor le ha concedido, de encontrarse con él
en oración” (El Camino a Cristo, 169).
e. La oración de David Después de su pecado.
“Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por
completo. Feliz el hombre que no es malintencionado y a quien el Señor no
acusa de falta alguna” (Sal 32,1-2 DHH).
“Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis
culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! […] Purifícame
con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Lléname de gozo y alegría, alégrame de nuevo, aunque me has quebrantado.
Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. Oh Dios, ¡pon en mí
un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu
presencia ni me quites tu Santo Espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu
salvación, sostenme con tu espíritu generoso […] y anunciaré con cantos que tú
eres justo” (Sal 51,1-14 DHH).
f. La oración es el aliento del alma.
• “La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual […] La
oración pone al corazón en inmediato contacto con la Fuente de la vida, y
fortalece los tendones y músculos de la experiencia religiosa” (Obreros
Evangélicos, 268).
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mt 6,11 es la cuarta petición del
Padrenuestro).
• “La oración por el pan cotidiano incluye no solamente el alimento para
sostener el cuerpo, sino también el pan espiritual que nutrirá el alma para vida
eterna. Nos dice Jesús: ‘Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que a vida eterna permanece’. ‘Yo soy el pan vivo que descendió del
cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre’. Nuestro Salvador
es el pan de vida; cuando miramos su amor y lo recibimos en el alma,
comemos el pan que desciende del cielo” (El Discurso Maestro de Jesucristo,
96).
• En Cristo, Dios nos ha dado todo. “Yo soy el pan de vida” (Jn 6,48). “Yo soy
el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo” (v. 51).
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Mt 6,11; enseña nuestra
dependencia constante de Dios.
• “Al enseñarnos a pedir cada día lo que necesitamos, tanto las bendiciones
temporales como las espirituales, Dios desea alcanzar un propósito para
beneficio nuestro. Quiere que sintamos cuánto dependemos de su cuidado
constante, porque procura atraernos a una comunión íntima con él” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, 96).
• “Al enseñarnos a pedir cada día lo que necesitamos, tanto las bendiciones
temporales como las espirituales, Dios desea alcanzar un propósito para
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beneficio nuestro. Quiere que sintamos cuánto dependemos de su cuidado


constante, porque procura atraernos a una comunión íntima con él” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, 96).

A MODO DE CONCLUSIÓN
1. El trono de Dios hoy y ahora está en el lugar santísimo del santuario.
• Esto es así desde 1844.
• Sin embargo, el significado de la mesa de los panes de la proposición,
permanece inalterable...
• Igualmente permanece inalterable el mensaje de Ap 5,6: Cristo como un
Cordero inmolado “en medio del trono”.
• El arco de la promesa sigue significando la inalterable palabra de Dios: “No
olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios” (Sal 89,34).
2. Dios quiere tener un trono en el corazón de cada uno de sus hijos.
• “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a
él, y haremos morada con él” (Jn 14,23).
• “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?” (1 Cor 3,16).
Por todo esto, el mensaje final es: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Heb 4,16).

Texto del material presentado esquemáticamente en ppt por José A. Ortiz

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