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Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 1

¡Sal de la Olla!
2 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 3

¡Sal de la Olla!
Y vive como
verdadero
hijo de Dios

VÍCTOR DANIEL RAMÍREZ R.


4 ¡SAL DE LA OLLA!

Tercera Edición
Copyright © 2004; Víctor Daniel Ramírez R.
Publicaciones Dios con Nosotros

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cubierta, puede ser reproducida, almacenada y transmitida
por ningún medio sin autorización expresa del autor.

Impreso en Colombia - Printed in Colombia


Santiago de Cali - Junio de 2006

Asesoría editorial y diseño de carátula:


Julio César Perdomo Rubio

ISBN: 958-33-6528-9

E-mail del autor: valleparajesucristo@telesat.com.co


Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 5

A la fuente de inspiración,
al único Dios verdadero,
Todopoderoso y Santo,
Padre de amor.
Él fue quien en realidad lo hizo,
yo sólo me limité a escribir lo que
su Santo Espíritu puso en mi corazón.
¡Te amo Jesucristo!
6 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 7

AGRADECIMIENTOS

Honro la memoria de mis padres, Rafael y Enelia,


agradeciendo los valores con los que nos ins-
truyeron.
A mi amada esposa Giovanna y a mis hijos, Da-
niel David, Laura Isabela y Sara, por sus oracio-
nes y comprensión; a mis hermanos Alicia y
Fernando por su apoyo incondicional; a Carlos
Alberto por la motivación para escribir este li-
bro; a Edilia por su silencio que clama a gritos
delante de Dios por mi vida.
A Laura López; sus oraciones y lágrimas con-
vencieron a Dios de acortar el tiempo de desier-
to en mi vida.
A los pastores Ricardo y María Patricia Rodrí-
guez; su ministerio fue el canal que Dios usó
para la restauración de mi hogar y mi vida, y
por enseñarme en tan poco tiempo a conocer y
tener una relación íntima con la persona más
importante y poderosa del universo, el Espíritu
Santo.
Al pastor Arley Güazá por invitarme a compartir
este tema en su iglesia, y hacer realidad, a partir
8 ¡SAL DE LA OLLA!

de allí, este libro. Al pastor Pedro Rojas y a su


familia por su apoyo, al pastor Eduardo Mahecha
y a su familia por enseñarme a través de la pa-
ciencia, cómo obtener las promesas de Dios.
Al pastor Farid Larrahondo por su apoyo incon-
dicional en mi proceso de restauración, por cada
llamada y por prestarme su hombro para llorar.
A mi amigo Norman Obando, quien se adelantó
al encuentro con el Señor, porque sin su mano
sosteniendo la mía no hubiese podido. A los
pastores Harold y Cynthia de la Comunidad de
Fe en Barranquilla, allí en su casa nació esta
idea.
A Diego Gordillo, amigo incondicional, por apo-
yar cada sueño que Dios a colocado en mi cora-
zón, para hacerlo realidad.
Al ministerio Misión el Valle para Jesucristo, y a
la Iglesia Cristiana Dios con Nosotros de las
Asambleas de Dios, al cual pertenezco, por creer
a lo que Dios nos ha llamado, gracias por soñar
conmigo, y por creer que Dios hará.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 9

Estimado lector:
Si tiene este libro en sus manos es porque tiene
necesidad y está decidido a dar un giro de cien-
to ochenta grados a su vida.
Debo ser responsable y revelarle que el primer
paso para salir verdaderamente de la olla, es
recibiendo en su corazón a Jesucristo como Se-
ñor y Salvador.

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno


oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cena-
ré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20)
Y si lo quiere aceptar, haga por una sóla vez la
oración que sigue; como a mí, también le cam-
biará la vida; pasará a ser Hijo de Dios y here-
dero de todas sus promesas y bendiciones, y lo
mejor, dará salvación a su alma garantizándole
una vida eterna después de la muerte:
10 ¡SAL DE LA OLLA!

Oración de fe
Amado Dios:
Vengo a tí, a recibir a Jesucristo
como mi Señor y Salvador,
creo en mi corazón que Jesús fue levantado de los muertos,
y confieso con mi boca que Jesucristo es el Señor.
Gracias por perdonar mis pecados,
hacerme una nueva criatura,
e inscribir mi nombre en el Libro de la Vida,
y sellarme con el Espíritu Santo para redención,
Te doy gracias Señor por hacerlo. Amén
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 11

CONTENIDO

Introducción 13
1. En la Olla 17
2. Quitando la tapa de la olla para salir 21
3. Dar 29
4. Enemigos del Dar y cómo derrotarlos 35
5. Administrar 57
6. Buen Administrador de la Vida Espiritual 63
7. Administradores de buen testimonio 73
8. Buen testimonio con el Prójimo y la Sociedad 95
9. Recibir 111
10. ¿Por qué no recibimos? 115
11. Pasos para ser libre de deudas 139
12. Conclusión 147
12 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 13

INTRODUCCIÓN

El tema de las finanzas es un asunto bastante


polémico. Cuando se aborda, las opiniones se
dividen y se polarizan los bandos, algunas per-
sonas estarán de acuerdo y otros en total oposi-
ción. En mi corazón creo con firmeza, que la
seguridad económica es tan importante como
cualquier otro tema en la vida de las personas:
sanidad, liberación, etc..
Mi vida ha sido tratada en el área de las finanzas
y quiero compartir mis experiencias. Como a
mí, a usted también le servirán para dar un rum-
bo diferente a su destino económico.
Debemos saber que no es pecado hablar del
tema; Dios nos ha dejado en las Sagradas Escri-
turas un faro de luz abundante para guiar nues-
tra vida. Permitamos que la luz de su Palabra
alumbre nuestro camino para vivir de verdad
como hijos suyos.

"Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a


mi camino" (salmo 119:105)
14 ¡SAL DE LA OLLA!

EL TÍTULO DEL LIBRO


Carlos, un amigo de Popayán, tenía un papá
rico, y cada vez que estaba en un apuro econó-
mico, lo llamaba para pedirle ayuda, un
“empujoncito” como solemos decir en mi país.
En una de esas llamadas el diálogo se desarro-
lló así:
Carlos: Hola papá, ¿cómo estás?
Papá: Bien ¿y tú?
Carlos: Aquí papá, en la olla.*
Papá: Pues no te salgas de ahí, porque afuera
está peor, hijo.
Carlos: ¡¡...!!
Y se le acabaron los empujoncitos.
Un día caminaba con mi hermana por los pasi-
llos de un centro comercial de la ciudad, cuan-
do leí un anuncio que decía Sal de la olla; en-
tonces el Espíritu Santo trajo a mi memoria el
diálogo de mi amigo y su padre y di gracias al
Señor, ese sería el título del libro.

* Expresión popular usada en Colombia para denotar escasez


económica
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 15

Dime cómo estás dando


y te diré cómo estás viviendo
16 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 17

1. EN LA OLLA

Así, “en la olla”, en diferentes circunstancias,


nos hemos sentido alguna vez. De hecho, mu-
chas personas permanecen así todo el tiempo.
Pero Dios no desea que vivamos así, por el con-
trario Él quiere que disfrutemos de bendición y
provisión abundantes, porque esto hace parte
de un buen testimonio.
Infaliblemente cosechamos lo que sembramos,
y por nuestra desobediencia hemos sembrado
deudas, aflicción, depresión y zozobra; pero tran-
quilo,

“Si el hijo os libertare, seréis verdaderamente li-


bres” (Juan 8:36)

si ha llegado hasta aquí, ha dado el primer paso


para su libertad económica. Continúe; los pasos
bíblicos planteados en el libro son realizables y
18 ¡SAL DE LA OLLA!

están escritos en un lenguaje sencillo, inspirado


por el Espíritu Santo para nuestra bendición.
Toda la Escritura es inspirada por Dios.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para


enseñar, para redargüir, para corregir, para ins-
truir en justicia. (2 Timoteo 3:16)
Todo para nuestra vida se encuentra en las Sa-
gradas Escrituras (La Palabra de Dios). La Biblia
es el manual de funcionamiento para la huma-
nidad dejado por el Creador, para que disfrute-
mos de una vida de bendición.

"Yo he venido para que tengan vida ,y para que


la tengan en abundancia ." (Juan 10:10)
Es a esta clase de vida, a la que estamos llama-
dos a disfrutar en Jesucristo nuestro Señor.
Muchos cristianos se han acostumbrado a vivir
una vida escasa y permanecen en estado de es-
clavitud, en lo que al tema del dinero y la provi-
sión se refiere; se justifican a sí mismos con in-
terpretaciones equivocadas de la Palabra, con-
cluyendo que Dios quiere que vivan así, pero
esto no es cierto, Dios quiere todo lo contrario.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 19

"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta con-


forme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
(Filipenses 4:19)
Aceptemos sin vacilar nuestra nueva condición
porque en Dios, somos nuevas criaturas,

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva


criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí to-
das son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17)
somos hijos legítimos,

"Mas a todos los que le recibieron, les dio potes-


tad de ser hechos hijos de Dios." (Juan 1:12)
con todos los derechos que ello conlleva.

"Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo,


también heredero de Dios por medio de Cristo."
(Gálatas 4:7)
Está muy claro: no está en el plan de Dios que
vivamos una vida de escasez, así que cambia de
mentalidad y… ¡sal de la olla!

"No os conforméis a este siglo, sino transformaos


por medio de la renovación de vuestro entendi-
miento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de DIOS, agradable y perfecta."
(Romanos 12:2)
20 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 21

2. QUITANDO LA TAPA DE LA OLLA


PARA SALIR

Ahora que es claro, que no es voluntad de Dios,


vivir una vida de ruina, que ello no hace parte
de su plan para nosotros, y que en Cristo Jesús
estamos llamados a una vida de bendición,

"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor


Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo po-
bre, siendo rico, para que vosotros con su po-
breza fueseis enriquecidos." (2 Corintios 8:9)
depende de nosotros aceptarlo y renunciar a
los conceptos y las malas interpretaciones que
hasta hoy han regido nuestro destino como, “lo
que me pasa es una prueba de Dios, o un ata-
que del diablo”. Permítame decirle que la po-
breza y la ruina no son una prueba sino una
condición, y que depende en gran parte de cada
quien, cambiar esa condición o quedarse en la
olla.
22 ¡SAL DE LA OLLA!

Nos sentimos así, en la olla, cuando no tenemos


para lo necesario: arriendo, comida, servicios
públicos, mensualidad de colegios, salud, etc. y
la preocupación y el desaliento invaden nuestro
diario pensar y vivir.

"Porque cuales son sus pensamientos íntimos, tal


es él." (Proverbios 23:7)

Pero lo más delicado se da cuando aceptamos y


nos acostumbramos a esta situación, y los pen-
samientos que rigen nuestra vida, se convierten
en fortalezas:
● Esta es mi condición y punto

● Yo nací así y así viviré el resto de mis días

● Los pobres somos así

● Quién me mandó no haber estudiado, o naci-

do en familia rica,
● Quién nace para peón, del cielo le llueve aza-

dón
pero ¡basta ya, no más!, se acabaron de nuestro
vocabulario las palabras de derrota, Dios no
quiere que nos sintamos así, Él nos dio libertad
en Cristo Jesús
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 23

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará li-


bres" (Juan 8:32)
Él prometió la bendición para todos sin acep-
ción de personas.

"Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y


Señor de señores , Dios grande, poderoso y te-
mible, que no hace acepción de personas."
(Deuteronomio 10:17)
Esta promesa y las bendiciones que incluye tam-
bién son para usted, porque en Cristo Jesús pa-
samos de maldición a bendición y de muerte a
vida,

"Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de


Abraham sois, y herederos según la promesa."
(Gálatas 3:29)

y recibimos herencia de esas bendiciones en


Cristo.

"Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te


maldijeren maldeciré, y serán benditas en ti to-
das las familias de la tierra." (Génesis 12:3)
Y si es así, ¿porqué no recibo? ¿porqué vivo como
vivo?
24 ¡SAL DE LA OLLA!

Así como hay leyes físicas que rigen el universo


–si suelto un objeto en el aire, este siempre cae-
rá al suelo; si acerco las manos al fuego, me
quemo– así también hay leyes establecidas por
Dios en la dimensión espiritual. Jesucristo lo
manifiesta en el evangelio.

"Así que, todas las cosas que queráis que los


hombres hagan con vosotros, así también ha-
ced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas." (Mateo 7:12)
La principal razón por que no recibo, no de-
pende de lo que pase afuera, la verdadera cau-
sa está en nosotros, por dentro.

"El hombre bueno, del buen tesoro de su cora-


zón saca lo bueno; y el hombre malo , del mal
tesoro de su corazón, saca lo malo; porque de
la abundancia del corazón habla la boca." (Lucas
(Lucas 6:45)

En lo que respecta a la provisión y al dinero


esta ley se aplica al cien por ciento; no es dife-
rente: lo que doy recibo; si siembro costumbre
de pobreza, eso mismo recogeré; como deseo
que le vaya a mi prójimo, así mismo me irá.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 25

"No os engañéis, Dios no puede ser burlado:


pues todo lo que el hombre sembrare, eso tam-
bién segará." (Gálatas 6:7)

Muy claro está, como mido se me medirá.

"Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con


la medida con que medís, os será medido, y aun
se os añadirá a vosotros los que oís."
(Marcos 4:24)

Entramos en aprietos cuando desobedecemos


una norma. Con mayor razón, si desobedece-
mos la palabra de Dios. Si infrinjimos sus princi-
pios, debemos atenernos a las consecuencias.
Quizá pensemos, yo no sabía,

"Mi pueblo fue destruido, porque le faltó cono-


cimiento." (Oseas 4:6)
pero ahora que lo sabemos, preparémonos para
cambiar. Los principios para el bienestar econó-
mico y la prosperidad están en la Palabra, y en
este libro vamos a estudiarlos y a aprenderlos
para entrar en bendición, pues es la voluntad
de Dios para su vida y la mía.
Dios en su palabra establece para el área de las
26 ¡SAL DE LA OLLA!

finanzas unas pautas de comportamiento muy


definidas.

"Dad, y se os dará, medida buena, apretada,


remecida, y rebosando darán en vuestro rega-
zo; porque con la misma medida con que me-
dís, os volverán a medir." (Lucas 6:38)
Y Corintios lo ratifica

"Pero esto digo: El que siembra escasamente,


también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también sega-
rá. Cada uno dé como propuso en su corazón:
no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios
ama al dador alegre." (2 Corintios 9:6-7)
El Dar es un principio espiritual que actúa en
positivo mucho más de lo que podemos imagi-
nar. En este libro vamos a profundizarlo, para
que influya no sólo en el área de las finanzas,
sino en todas las áreas de nuestra vida.

Dar
Administrar
Recibir
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 27

Como doy, administro y así mismo recibo. Como


está dando usted, así mismo está recibiendo.
Parafraseando el conocido refrán se puede de-
cir “Dime cómo estás dando y te diré cómo es-
tas viviendo”

¿Cómo estás dando hoy?


En los siguientes capítulos, con fundamento en
la palabra de Dios, vamos a cambiar nuestra vida
económica, y a pasar de la estrechez a la ampli-
tud, de la escasez a la abundancia, de lo poco a
lo mucho en todas las áreas de nuestra vida, en
nuestra relación personal con Dios, con nuestra
familia y con el prójimo.
28 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 29

3. DAR

"Dad, y se os dará, medida buena, apretada,


remecida, y rebosando darán en vuestro rega-
zo; porque con la misma medida con que me-
dís, os volverán a medir." (Lucas 6:38)

El Principio del Dar es una llave que abre puer-


tas para recibir bendición. Es muy importante
tenerlo claro, pues está escrito:

"No os engañéis, Dios no puede ser burlado:


pues todo lo que el hombre sembrare, eso tam-
bién segará." (Gálatas 6:7)
Jesucristo en su prédica había dejado el funda-
mento para esta palabra:

"Así que, todas las cosas que queráis que los


hombres hagan con vosotros, así también ha-
ced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas." (Mateo 7:12)
En conclusión, lo que doy, eso mismo voy a
30 ¡SAL DE LA OLLA!

recibir, esta es la ley, así de simple y así de cla-


ro. Sin embargo, una confusión –que debemos
aclarar antes de seguir– nos impide compren-
derla: queremos entender a un Dios sobrenatu-
ral con nuestra mente natural y esto es imposi-
ble, intentamos ponerle lógica a todo, nos pre-
guntamos cómo suceden los milagros, cómo vie-
ne la provisión, pero en nuestra mente natural
nunca lo vamos a entender.
Acostumbrémonos a que Dios es Dios, el Ser
todopoderoso que puede hacer lo que prome-
tió, por caminos y en formas que nuestra mente
limitada no puede comprender. Su majestad y
su poder se verifican en el Principio del Dar;
una ley espiritual real que opera en nuestra di-
mensión natural, tanto, que puede ser medida y
cuantificada; Jesucristo lo sabia y lo dejó claro
en el pasaje de Lucas 6:38.
En este capítulo estudiaremos todo lo relacio-
nado con el Dar, cuáles son sus medidas, los
enemigos que lo bloquean, y cómo enfrentar
esos enemigos y derrotarlos para ser cambiados
en los dadores que Dios quiere que seamos.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 31

Las Medidas del Dar


Según la Biblia el principio del Dar tiene cuatro
medidas:
1. Medida Buena
"Dad, y se os dará, medida buena…" Lucas 6:38
La medida buena, como su nombre lo indica, es
buena. Quienes han comprado en graneros o
plazas de mercado lo entienden mejor, cuando
las amas de casa dicen “péseme diez libras, pero
deme medida buena”. No es la mejor, pero es
una medida aceptable. Avanzando en la lectura
comprenderemos, que muchos de nosotros no
damos ni siquiera esta medida, siendo la más
escasa de las cuatro.
2. Medida Apretada
"Dad, y se os dará …medida apretada…" Lucas
6:38
Mejor que la medida buena, lo singular de esta
medida es que se aprieta y se echa más, una
medida buena se aprieta y se da más, "échele
otro poquito que ahí le cabe” por eso es mejor
que buena.
32 ¡SAL DE LA OLLA!

3. Medida Remecida
"Dad, y se os dará…medida remecida…" Lucas
6:38
Es mejor que buena y apretada, pues esta medi-
da las incluye a ambas, tanto a la buena, como
a la apretada y resulta de la medida buena que
se aprieta y luego se remece para dar más.
4. Medida Rebosante
"Dad, y se os dará…medida rebosando…" Lucas
6:38
Incluye las tres anteriores buena, apretada y
remecida hasta que el contenido rebose los bor-
des del recipiente, hasta que se bote. Es la me-
jor de todas, esa fue la medida que Dios dio por
usted y por mí.

"El que no escatimó ni a su propio hijo, sino que


lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas.?" (Romanos 8:32)
El principio del Dar implica y toca todo lo que
hacemos en la vida; como juzgo seré juzgado,
como condeno seré condenado, como perdone
seré perdonado. Si doy medida buena voy a
recibir medida buena, si doy medida apretada,
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 33

medida apretada recibiré, si la medida que doy


es remecida, así también vendrá a mí, y si mido
rebosante todo aquello que doy a mi prójimo,
rebosante será todo lo que a mí llegue. Es un
principio establecido por Dios y por lo tanto
inviolable y de obligatorio cumplimiento.

"Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con


la medida con que medís, os será medido, y aun
se os añadirá a vosotros los que oís." (Marcos
(Marcos 4:24)
34 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 35

4. ENEMIGOS DEL DAR


Y CÓMO DERROTARLOS

Hay fortalezas que impiden que seamos buenos


dadores, y que demos la medida que Dios quie-
re que demos; por esto debemos conocer los
enemigos del dar y sobre cómo vencerlos.

El Temor
El enemigo de la medida buena (Lucas 6:38)
es el temor. El diablo lo usa para atacar, pues
sabe que con el temor nos esclaviza, nos mete
en prisión, nos oprime y nos hace vivir una vida
miserable, convenciéndonos que debemos co-
mer las migajas que caen de la mesa.

"El temor del hombre le pone trampas; el que


confía en Jehová está a salvo." (Proverbios 29:25)

Por lo general nos sucede aquello que tememos


–Yo presentía que esto iba a pasar, sabía que
36 ¡SAL DE LA OLLA!

esto acontecería tarde o temprano– y nos con-


vertimos en imanes que atraen todo lo malo, o
mejor, todo lo que tememos.

"Porque el temor que me espantaba me ha ve-


nido, y me ha acontecido lo que me temía" (Job
(Job 3:25)
El temor atrae lo que nos atemoriza o preocupa
y de generación en generación, hemos permiti-
do que este espíritu de temor guíe nuestra vida;
pues desde niños hemos crecido en el temor.
Hay frases que nos pueden resultar familiares: –
no preste el juguete porque se lo dañan, no use
la ropa buena porque se le acaba– o costum-
bres en el uso de muebles y vajillas, de los cua-
les había dos juegos; uno bueno para la visita,
que no podían usar los niños, y otro deteriora-
do o de baja calidad, que sí podía ser utilizado
por los niños.
En un ambiente de temor sólo podemos dar
medida de temor, pues si damos de lo que tene-
mos se nos acaba, y si usamos lo bueno, se
daña. Pero lo más grave de todo es que sin dar-
nos cuenta, replicamos un modelo parecido con
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 37

nuestros hijos, y sin pensarlo permitimos que


ese espíritu de temor siga como herencia.
Si vivimos una vida de temor, cosechamos te-
mor, pues de forma inconsciente es lo que sem-
bramos. Eso hemos recibido y aprendido.
Pero en el Señor Jesucristo todo es diferente.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos


por medio de la renovación de vuestro entendi-
miento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Roma
(Romanos 12:2)

Llegó la hora de decir no más, es hora de cam-


biar de mentalidad y de renovar nuestro enten-
dimiento.
Mientras el temor nos impida dar, nuestra cose-
cha será escasa.

" En el amor no hay temor, sino que el perfecto


amor echa fuera el temor; porque el temor lleva
en sí castigo. De donde el que teme , no ha sido
perfeccionado en el amor." (1 Juan 4:18)

Permitir que el temor gobierne nuestra vida, es


desconocer lo que Dios hizo por nosotros en la
cruz del calvario, es vivir en esclavitud.
38 ¡SAL DE LA OLLA!

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdadera-


mente libres." (Juan 8:36)

Cómo derrotar el temor


Desterramos el temor de nuestro corazón cuan-
do comprendemos que todo lo que tenemos es
de Dios,

“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y


los que en él habitan” (Salmo 24:1)
por mucho que nos esforcemos nada es nues-
tro, todo le pertenece a Dios; y si Él es nuestro
proveedor ¿a qué vamos a temer?

"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar bue-


nas dádivas a vuestros hijos ,¿Cuánto más vues-
tro padre que está en los cielos dará buenas co-
sas a los que le pidan?" (Mateo 7:11)
Desechemos el temor de nuestra vida, Dios nues-
tro padre sólo nos dará lo mejor,

“Toda buena dádiva y todo don perfecto des-


ciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación”
(Santiago 1:17)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 39

Él es nuestra provisión, nuestro ayudador y nues-


tro protector.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta con-


forme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”
(Filipenses 4:19)
Las palabras, no temáis, se encuentran 365 ve-
ces en la Biblia; una promesa de protección para
cada día; para vivir una vida libre de temor; una
vida de total confianza en el Señor.
El temor se apartará de nuestra vida tan pronto
aceptemos en nuestro corazón que Él, nuestro
Señor, lo es todo.

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién te-


meré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién
he de atemorizarme?” (Salmo 27:1)

Cuando el temor huye de nuestro corazón, da-


mos medida buena y hacemos campo en nues-
tra vida para recibir de la misma manera.
40 ¡SAL DE LA OLLA!

El Egoísmo
El enemigo de la medida apretada (Lucas 6:38)
es el egoísmo. Cuando hay egoísmo en nuestro
corazón, no damos porque se nos acaba; esco-
gemos de primeros porque se puede agotar u
otro puede escoger lo mejor. El egoísmo nos
ciega y nos induce a pasar por encima de los
demás, incluso de la autoridad o de quien nos
ayudó antes, y todo para verificar al final, que
escogimos la peor parte.
La regla del egoísta es “primero yo, segundo yo,
tercero yo, y después, si alcanza, para los de-
más."
Un pasaje bíblico nos instruye al respecto: “y
alzó Lot sus ojos…” (Génesis 13:10). Quienes
hemos leido el relato, conocemos el triste final
de Lot, sobrino de Abraham, a cuya sombra ha-
bía recibido bendición y adquirido muchas ri-
quezas, tantas, que no podían ya estar juntos y
debían separarse; pero al hacerlo, el egoísmo
guió a Lot.
"También Lot, que andaba con Abraham, tenía
ovejas, vacas y tiendas." (Génesis 13:5)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 41

Todo lo que tenía lo había adquirido gracias a


la protección y ayuda de Abraham; pero al es-
coger no tuvo ésto en cuenta, ni siquiera tuvo
en cuenta su autoridad; el egoísmo lo cegó y
escogió primero; tampoco consultó a Dios para
que lo guiara;

"Hay camino que al hombre le parece derecho,


pero su fin es camino de muerte." (Proverbios
(Proverbios 14:12)

"Y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella


era de riego, como el huerto de Jehová, ...antes
que destruyese Jehová a Sodoma y Gomorra."
(Génesis 13:10)
él creyó que estaba escogiendo lo mejor; con
corazón egoísta comparó ese camino con el
huerto del Señor, pero no vio que era camino
de muerte.

"Más los hombres de Sodoma eran malos y pe-


cadores contra Jehová en gran manera." (Géne
(Génesis 13:13)

Si Lot hubiese consultado a su tío ¡cuántos pro-


blemas se habría evitado! pero tal vez pensó "si
42 ¡SAL DE LA OLLA!

le consulto a mi tío, me la quita" y al final, de no


ser por la intervención de su tío Abraham, se
hubiera perdido en esa región.
El egoísmo nos ciega, su fin es camino de muer-
te, bloquea el corazón del dador de medida
apretada y tapona los canales espirituales por
donde recibimos bendición y prosperidad.

Cómo derrotar el egoísmo


Sabemos adonde fue a parar Lot por su egoís-
mo. Cuando el egoísmo guía nuestras decisio-
nes, elegimos con nuestros propios ojos aque-
llo que parece lo mejor, pero que al final solo
nos trae tristeza y soledad. Así debió sentirse
Lot cuando vio a su mujer convertida en estatua
de sal, sus hijas sin esposos y sin una moneda
en el bolsillo.
Para derrotar el egoísmo y ser dadores de medi-
da apretada debemos tener confianza plena en
el Señor, y ser desprendidos como lo fue
Abraham.

"¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te rue-


go que te apartes de mí. Si fueres a la mano
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 43

izquierda, yo iré a la derecha, y si tú a la dere-


cha, yo iré a la izquierda." (Génesis 13:9)
Abraham sin apegos, le dio a escoger primero a
su sobrino y una vez se separaron, adoró y con-
sultó a Dios.

"Al lugar del altar que había hecho allí antes; e


invocó allí Abraham el nombre de Jehová." (Gé
(Génesis 13:4)

Cuando somos desprendidos y depositamos la


confianza sólo en el Señor, Él escoge por noso-
tros

"Y Jehová dijo a Abraham, después que Lot se


apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el
lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al
oriente y al occidente. Porque toda la tierra que
ves la daré a ti y a tu descendencia para siem-
pre." (Génesis 13:14-15)
Cuando nuestra confianza está puesta en Dios,
no sólo recibimos lo bueno, sino lo mejor.

"Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a


su ancho; porque a tí la daré." (Génesis 13:17)
Aún hoy estamos recibiendo las bendiciones del
corazón generoso y confiado de Abraham.
44 ¡SAL DE LA OLLA!

"...Y serán benditas en tí todas las familias de la


tierra." (Génesis 12:3b)
Dios sabe que puede dar todo a un corazón
desprendido, porque los dueños de corazón
confiado en Él, siempre compartirán con su pró-
jimo.
Confiemos en nuestro Señor y demos medida
apretada. Si así lo hacemos, Dios mismo esco-
gerá por nosotros.

La Envidia
El enemigo de la medida remecida (Lucas 6:38)
es la envidia. La expresión popular lo dice con
acierto, “la envidia es el cáncer del alma”, nos
ciega y nos impide disfrutar de lo mucho que
tenemos o podemos llegar a tener, pensando
en que el otro tiene más sin merecerlo.
Un hermoso relato en la palabra de Dios nos lo
explica mejor: La Parábola del Hijo Prodigo.

“También le dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el


menor de ellos dijo a su padre: padre, dame la
parte de los bienes que me corresponde; y les
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 45

repartió los bienes. …y levantándose, vino a su


padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su pa-
dre y fue movido a misericordia, y corrió y se
echó sobre su cuello y le besó. …pero el padre
dijo a sus siervos: sacad el mejor vestido y vestidle;
y poned un anillo en su mano y calzado en sus
pies. Traed el becerro gordo y matadlo, y coma-
mos y hagamos fiesta, porque este mi hijo muer-
to era y ha revivido; se había perdido y es halla-
do. Y comenzaron a regocijarse.
El hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino
y llegó cerca de la casa, oyó la música y las dan-
zas; y llamando a uno de los criados le preguntó
qué era aquello. El le dijo: tu hermano ha veni-
do, y tu padre ha hecho matar el becerro gor-
do, por haberle recibido bueno y sano. Enton-
ces se enojó y no quería entrar. Salió por tanto
su padre y le rogaba que entrase. Mas él, res-
pondiendo, dijo al padre: he aquí tantos años
hace que te sirvo, no habiéndote desobedecido
jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para
gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este
hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con
rameras, has hecho matar para él el becerro
gordo. Él entonces le dijo; hijo, tu siempre estás
conmigo, y todas mis cosas son tuyas” (Lucas
(Lucas 15:11-31)
Tomemos esta parábola desde una perspectiva
diferente de la que tradicionalmente la hemos
estudiado, o nos la han compartido; la del her-
46 ¡SAL DE LA OLLA!

mano mayor que no disfrutó, por envidia, lo


que tenia. En la tradición del pueblo judío, el
hijo mayor (primogénito) siempre ha tenido al-
gunos privilegios que no tienen los hermanos
menores. El primogénito, por ejemplo, recibía
el sesenta por ciento de la herencia y el resto se
repartía entre los demás hermanos.
En la parábola del hijo pródigo, la herencia se
repartió de acuerdo con esa tradición. En Lucas
15:12 dice que les repartió los bienes, se lee “y
el menor de ellos dijo a su padre: padre dame
la parte de los bienes que me corresponde; y les
repartió los bienes” El plural (les repartió…) in-
dica que así como el menor recibió, el mayor
también recibió lo suyo, su sesenta por ciento,
más de lo que le correspondió al menor; pero al
hermano mayor la envidia no lo dejó disfrutar
lo que tenía de sobra en la parte que le había
correspondido como herencia. Envidió el bece-
rro gordo que el padre le había dado a su her-
mano por el regreso.
La envidia nos ciega y nos impide disfrutar de
lo que tenemos de sobra. Al hermano mayor
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 47

del relato bíblico, la envidia no lo dejó ver que


todo lo que tenía el padre era de él.

“Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás con-


migo, y todas mis cosas son tuyas.” (Lucas 15:31)

Cómo derrotar la envidia


La envidia impidió al hermano mayor, en la pa-
rábola del hijo pródigo, vivir como el hijo del
rey; él también había heredado, pero la envidia
bloqueó su corazón para el disfrute de lo pro-
pio.
Para derrotar la envidia debemos aceptar nues-
tra nueva condición de hijos de Dios, y despo-
jarnos de todo lo que nos separa de nuestra
nueva vida. Usted y yo somos reyes y sacerdo-
tes en Cristo.

“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de


los muertos, y el soberano de los reyes de la tie-
rra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pe-
cados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdo-
tes para Dios, su Padre, a él sea gloria e imperio
por los siglos de los siglos amén.” (Apocalipsis
(Apocalipsis 1:5-6)
48 ¡SAL DE LA OLLA!

Aceptémoslo, es verdad, y ya no tendremos que


desear lo de otros, porque en Él tenemos de
sobra y de primera calidad.
La misma parábola nos provee elementos para
discernir acerca de cómo derrotar la envidia:
1. El hermano mayor había recibido el sesenta por
ciento de la herencia, más que su hermano, pero
cegado por la envidia no se acordaba.

“Y el menor de ellos dijo a su padre: padre dame


la parte de los bienes que me corresponde; y les
repartió los bienes” (Lucas 15:12)
En Cristo Jesús usted y yo también hemos reci-
bido nuestra herencia, así que no reparemos en
las bendiciones de otros (ministerio, propieda-
des, familia etc.) disfrutemos las nuestras, no
sea que se pase y se acabe el tiempo para ha-
cerlo, por estar anhelando lo de otros.
2. Cuando el hermano mayor escuchó la músi-
ca, no le preguntó al padre sino que buscó a
un criado. En forma frecuente, la envidia
distorsiona la visión y nos lleva a tratar con
las personas no indicadas,
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 49

“El hijo mayor estaba en el campo; y cuando


vino y llegó cerca de la casa, oyó la música y las
danzas; y llamando a uno de los criados le
preguntó qué era aquello.” (Lucas 15: 25-26)

olvidamos que en Jesucristo tenemos entrada


directa al Padre.

"Porque por medio de él los unos y los otros tene-


mos entrada por un mismo Espíritu al padre.
...somos conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios." (Efesios 2:18-19b)

3. El hermano mayor se conformó con poco, re-


clamó apenas por un cabrito.

“Mas él, respondiendo, dijo al padre: he aquí


tantos años hace que te sirvo, no habiéndote
desobedecido jamás, y nunca me has dado ni
un cabrito para gozarme con mis amigos.”
(Lucas (Lucas 15:29)
La envidia siempre nos hace pedir poco; ven-
dernos barato, y nos impide disfrutar de lo que
ya tenemos, de lo que Dios nos ha entregado.

"Él entonces le dijo; hijo, tu siempre estás conmi-


go, y todas mis cosas son tuyas” (Lucas 15:31)
Es hora de tomar posesión de lo nuestro, de
50 ¡SAL DE LA OLLA!

quitar toda envidia de nuestro corazón, de acep-


tar que todo lo del padre nos pertenece en Cris-
to Jesús, para disfrutar sin preocuparnos por lo
que otros tienen. Gocemos con alegría las ben-
diciones de los demás. Oremos para que los
demás alcancen sus sueños, logren metas; sólo
así limpiaremos de envidia nuestro corazón y
podremos disfrutar todo lo que Dios tiene para
nosotros. Entonces seremos capaces de dar
medida remecida y habrá lugar en nuestro cora-
zón para recibir en la misma medida.

La Codicia
El enemigo principal de la medida rebosante
(Lucas 6:38) es la codicia, la cual sólo conduce
a la muerte. En la Biblia, Ananías y Safira son
ejemplo de ello:

“ Y dijo Pedro: Ananías ¿por qué llenó Satanás tu


corazón para que mintieses al Espíritu Santo y
sustrajeses del precio de la heredad? Retenién-
dola, ¿no se te quedaba a tí? y vendida ¿no es-
taba en tu poder? ¿por qué pusiste esto en tu
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 51

corazón? No has mentido a los hombres, sino a


Dios. Al oír Ananías estas palabras cayó y expiró.
…entonces Pedro dijo a Safira: Dime ¿vendisteis
en tanto la heredad? y ella dijo: sí, en tanto. Y
Pedro le dijo: ¿por qué convinisteis en tentar al
Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies
de los que han sepultado a tu marido, y te saca-
rán a tí. Al instante ella cayó a los pies de él, y
expiró.” (Hechos 5:3-5, 8-10)
Ellos habían prometido entregar el precio de su
heredad para el bien de la iglesia, pero la codi-
cia llenó su corazón y los llevó a la muerte. Qué
tristeza que sus nombres hayan servido para
registrar este mal ejemplo en la palabra; a dife-
rencia de otros miembros de la iglesia por me-
dio de los cuales Dios hizo señales y prodigios
(Esteban, Felipe, Bernabé…).
La codicia además de matar la medida rebosan-
te, impide que recibamos en medida rebosante.
El codicioso siempre quiere “pan y pedazo”.

Cómo derrotar la codicia


Un personaje Bíblico de gran renombre, el Rey
David, nos enseña cómo morir a la codicia y,
52 ¡SAL DE LA OLLA!

cómo en obediencia, dar medida rebosante para


recibir en abundancia:
1.- Ungido como rey:

“Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió


en medio de sus hermanos; y desde aquel día
en adelante el espíritu de Jehová vino sobre
David. Se levantó luego Samuel y se volvió a
Rama” (1 Samuel 16:13)

2.- Después de matar a Goliat:

“Y cuando David volvía de matar al Filisteo, Abner


lo tomó y lo llevó delante de Saúl, teniendo Da-
vid la cabeza del filisteo en su mano” (1 Samuel
(1 Samuel 17:57)

3.- Contando con el apoyo del pueblo:

“Y salía David a dondequiera que Saúl le envia-


ba, y se portaba prudentemente. Y lo puso Saúl
sobre gente de guerra, y era acepto a los ojos
de todo el pueblo y a los ojos de los siervos de
Saul, aconteció que cuando volvían ellos, cuan-
do David volvió de matar al filisteo, salieron las
mujeres de todas las ciudades de Israel cantan-
do y danzando, para recibir al rey Saúl, con
panderos, con cánticos de alegría y con instru-
mentos de música. Y cantaban las mujeres que
danzaban y decían: Saúl hirió a sus miles, y Da-
vid a sus diez miles.(1 Samuel 18:5-7)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 53

Tenía todo a su favor para ser rey, pero en nin-


gún momento permitió que la codicia invadiera
su corazón, y esperó su oportunidad. Y aunque
Saúl lo perseguía para matarlo, en ningún mo-
mento levantó su mano contra él y respetó su
autoridad. Dio medida rebosante.
4.- Protegió a Saúl:

“Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de


hacer tal cosa contra mi Señor, el ungido de Je-
hová. ¡No extenderé mi mano contra él, porque
es el ungido de Jehová! Con estas palabras repri-
mió David a sus hombres y no les permitió que
se abalanzaran contra Saúl” (1 Samuel 24:6-7)
5.- Salvó a Saúl por segunda vez.

“Entonces dijo Abisai a David: hoy ha entregado


Dios a tu enemigo en tu mano; ahora pues,
déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré
en la tierra de un golpe, y no le daré segundo
golpe. Y David respondió a Abisai: no le mates;
porque ¿Quién extenderá su mano contra el
ungido de Jehová, y será inocente? Dijo ade-
más David: vive Jehová, que si Jehová no lo
hiriere, o su día llegue para que muera, o des-
cendiendo en batalla perezca, guárdeme Jeho-
vá de extender mi mano contra el ungido de
Jehová” (1 Samuel 26 8-11ª)
54 ¡SAL DE LA OLLA!

David sabía quién lo había llamado, y también


que el mismo que lo llamó, le daría todo lo que
le había prometido, así que esperó su momen-
to; no codició, y por ello recibió recompensa
rebosante. De David viene nuestro Señor Jesu-
cristo. Depuso la codicia en su corazón y alcan-
zó un reinado eterno.

“Hay quien todo el día codicia; pero el justo da y


no detiene su mano” (Proverbios 21:26)

¿Qué medida voy a dar?


Ahora que conocemos el Principio del Dar y
sus medidas; ahora que entendemos que nada
es nuestro, que todo es del Señor, y que cuanto
más demos más recibiremos… ¿qué medida va-
mos a dar?

“Porque ¿quién soy yo y quién mi pueblo, para


que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas
semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido
de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14)

Hoy el Señor nos hace libres de todo temor,


egoísmo, envidia y codicia, para que nuestro
corazón dé la mejor medida.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 55

“Hay quienes reparten, y les es añadido más; y


hay quienes retienen más de lo que es justo, pero
vienen a pobreza” (Proverbios 11:24)
El Señor quiere limpiarnos, para que llevemos
fruto:

"Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo qui-


tará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para
que lleve más fruto." (Juan 15:2)
En nosotros está la decisión de ser dadores de
la mejor medida para así mismo recibir. Si usted
quiere ser dador alegre de la mejor medida le
invito a hacer la siguiente oración:
Amado Dios:
Vengo a tí en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
a pedirte que me perdones
por no haber sido un buen dador.
En el nombre de Jesús, hoy renuncio
y hecho fuera todo espíritu de temor
para ser dador de medida buena;
me despojo de todo egoísmo para que Tú Señor,
escojas por mí y para ser dador de medida apretada;
retiro toda envidia de mi corazón
para dar medida remecida;
y renuncio y echo fuera toda codicia de mi vida,
para ser dador de medida rebosante.
56 ¡SAL DE LA OLLA!

Gracias Señor;
hazme desde hoy el dador que tu quieres que yo sea.
Con acción de gracias, en el nombre de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo, amén.
¡Empieza ya! da buena medida y… ¡sal de la
olla!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 57

5. ADMINISTRAR

La palabra Administrar viene de la raíz latina


Ministrare, que significa servir. Esta acepción
es la misma para todos los libros de la Biblia, y
por consiguiente, el administrador en el contex-
to bíblico es, ante todo, un siervo.
De otra parte, la cualidad fundamental asociada
al buen siervo es la fidelidad; y por esto, en la
Palabra, el buen administrador debe ser fiel.
Nuestro Señor Jesucristo nos lo hizo saber de
forma magistral:

“Y su señor le dijo: bien, buen siervo y fiel; sobre


poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, en-
tra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21)
La administración y la fidelidad hacen parte in-
tegral del principio espiritual del Dar, y tal como
este principio se expresa en la frase “dad y se os
dará”, igual está contenido en la expresión “tal
58 ¡SAL DE LA OLLA!

como administremos, así mismo recibiremos”.


Si muchas veces no recibimos, es porque no
hemos sido buenos administradores y no he-
mos sido fieles en lo poco. Muchas veces, por
no decir todas, somos nosotros mismos los res-
ponsables de no recibir. Nuestra pésima admi-
nistración, en cualquiera de las áreas de nuestra
vida: en lo personal, en nuestra relación con
Dios, con la familia, el cónyuge, los hijos, en el
trabajo, en la sociedad, con el prójimo, etc., fre-
na la bendición como lo deja claro la palabra de
Dios.

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo


más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto,
también en lo más es injusto” (Lucas 16:10)
Podemos engañar a otros, y decir que estamos
mal porque estamos en prueba, o que es un
ataque del enemigo; pero al Señor, que nos dejó
el manual con las instrucciones claras para que
recibamos, no le podemos mentir.
"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis
lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y
oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién
es semejante. Semejante es al hombre que al
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 59

edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fun-


damento sobre la roca; y cuando vino una inun-
dación, el río dio con ímpetu contra aquella casa,
pero no la pudo mover, porque estaba fundada
sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, seme-
jante es al hombre que edificó su casa sobre tie-
rra, sin fundamento; contra la cual el río dio con
ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de
aquella casa" (Lucas 6:46-49)
Las excusas y los aplazamientos no funciona-
rán,

"No os engañéis, Dios no puede ser burlado:


pues todo lo que el hombre sembrare, eso tam-
bién segará." (Gálatas 6:7)
Llegó la hora de asumir la responsabilidad de
nuestros actos. No sigamos explicando nuestra
situación en factores externos,

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no


pasarán” (Mateo 24:35)

Hay un pensamiento popular albergado en el


corazón de muchas personas que dice “estoy
esperando mi oportunidad para demostrarle al
Señor mi fidelidad”. Si usted forma parte de este
grupo, debo decirle que la oportunidad ya está
en sus manos.
60 ¡SAL DE LA OLLA!

Sí, con lo poco que tiene; ¡esa es su oportuni-


dad! la mejor de su vida para ser hallado admi-
nistrador y siervo fiel.
No habrá mejor oportunidad que ésta que tene-
mos hoy en nuestras manos, para demostrar que
somos fieles en lo poco, y para que nos ponga
el Señor sobre lo mucho.
Quienes llevan mucho tiempo en escasez, sin
cambios sustanciales ni de bendición en su vida;
algo están haciendo mal como administradores,
porque la prosperidad es una promesa de Dios,
y Él cumple lo que promete.

“Porque yo Jehová, no cambio” (Malaquías 3:6)

“Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no


puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13)

Pero siempre, Dios nos da otra oportunidad; si


hemos cometido errores de administración en
nuestra vida, hoy podemos empezar de nuevo;
y con la ayuda del Señor revisar en qué hemos
fallado para corregir, y pasar a ser fieles en la
administración de lo mucho que Dios tiene para
cada uno de nosotros.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 61

Recuerde, no vamos a ascender a la gerencia de


una empresa, cualquiera que sea, si como por-
teros o aseadores lo hacemos mal.

“El le dijo: está bien, buen siervo; por cuanto en


lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez
ciudades (Lucas 19:17)
En los siguientes tres capítulos revisaremos, paso
a paso, cada una de las áreas en la vida del
buen administrador y lo que se nos pide para
ser hallados fieles.

En la Vida espiritual En el hogar Con el Prójimo


Obediencia Como esposo(a) En el trabajo
Oración Como proveedor Manejo del tiempo
Fe (confianza en Dios) Como administrador En el lenguaje
Cuidado del cuerpo Como padres Frente a la autoridad
Congregarse Como hijo(a)
62 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 63

6. BUEN ADMINISTRADOR
DE LA VIDA ESPIRITUAL

Lo primero en que debemos ser hallados fieles


o buenos administradores es en nuestra rela-
ción personal con Dios:

Vida espiritual
Obediencia a su Palabra
Diálogo Permanente (Oración)
Confianza en Dios (Fe)
Cuidado del Templo (Cuerpo)
Congregarse

1. Obedecer su Palabra.

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la


Ley, sino que de día y de noche meditarás en el,
para que guardes y hagas conforme a todo lo
que en el está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
(Josué 1:8)
64 ¡SAL DE LA OLLA!

La obediencia es el fundamento de la bendi-


ción, sobran las explicaciones.

"Si permanecéis en mí, y mis palabras permane-


cen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os
será hecho" (Juan 15:7)
¿Medita usted diariamente en la Palabra, de modo
que sea su lámpara?

"lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a


mi camino" (Salmo 119:105)
Debemos deleitarnos en la Palabra de Dios, ella
es llave que abre bendiciones para nuestra vida.

“Sino que en la Ley de Jehová está su delicia, y


en su ley medita de día y de noche. Será como
árbol plantado junto a corrientes de aguas, que
da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y
todo lo que hace, prosperará.” (Salmo 1:2-3)

No busquemos en otro lugar lo que la palabra


nos declara a gritos; apliquemosla y enseñemosla
a los de nuestra casa para que hagan lo mismo
y las bendiciones no se hagan esperar.

"Estos pues, son los mandamientos, estatutos y


decretos que Jehová, vuestro Dios, mandó que
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 65

os enseñara para que los pongáis por obra en la


tierra a la que vais a pasar para tomarla en pose-
sión, a fin de que temas a Jehová, tu Dios, guar-
dando todos los estatutos y mandamientos que
yo te mando, tu, tu hijo, y el hijo de tu hijo,
todos los días de tu vida, para que se prolon-
guen tus días. Oye, pues, Israel, y cuida de po-
nerlos por obra, para que te vaya bien en la tie-
rra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como
te ha dicho Jehová el Dios de tus Padres.
Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno
es.
Amarás a Jehová tu Dios, de todo tu corazón,
de toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les
hablarás de ellas estando en tu casa y andando
por el camino, al acostarte y cuando te levantes.
Las atarás como una señal en tu mano, y esta-
rán como frontales entre tus ojos; las escribirás
en los postes de tu casa y en tus puertas."
(Deuteronomio 6:1-9)

Y Jesucristo nos lo ratifica


"Si me amáis, guardad mis mandamientos." (Juan
(Juan 14:15)

"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis


en mi amor; así como yo he guardado los man-
damientos de mi Padre y permanezco en su
amor." (Juan 15:10)
66 ¡SAL DE LA OLLA!

"Pero el que mira atentamente en la perfecta ley,


la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este
será bienaventurado en lo que hace." (Santiago
(Santiago 1:25)
2. Diálogo Permanente
La oración es el pilar de la buena relación con
el Señor,

"Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De maña-


na me presentaré delante de ti, y esperaré." (Sal
(Salmo 5:3)

"Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo


recibiréis." (Mateo 21:22)

"Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad,


y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, reci-
be; y el que busca, halla, y al que llama, se le
abrirá." (Mateo 7:7-8)
Muchos pasajes de la Biblia nos hablan de la
importancia de tener una vida de oración, y de
hombres exitosos que la practicaron:
El rey David

"Siete veces al día te alabo, a causa de tus justos


juicios." (Salmo 119:164)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 67

Los buenos ejemplos hay que imitarlos, y David


no tomaba una decisión por pequeña que fuera
sin consultar a Dios.
(Lea 1 Samuel 23:1-14; 1 Samuel 30:7-8; 2 Samuel 2:1)
Hemán Ezraíta lo declara

"Oh Jehová, DIOS de mi salvación, día y noche


clamo delante de ti." (Salmo 88:1)

Daniel lo confirma

"...Daniel... se arrodillaba tres veces al día, y ora-


ba y daba gracias delante de su Dios, como lo
solía hacer antes." (Daniel 6:10b)
Isaías nos da ejemplo.

"Con mi alma te he deseado en la noche, y en


tanto que me dure el espíritu dentro de mí, ma-
drugaré a buscarte." (Isaías 26:9ª)
El apóstol Pablo lo aconseja

"Orad sin cesar." (1Tesalonicenses 5:17)

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas


vuestras peticiones delante de Dios en toda ora-
ción y ruego, con acción de gracias." (Filipenses
(Filipenses 4:6)
68 ¡SAL DE LA OLLA!

El rey Salomón nos insta

"No te apresures a irte de su presencia..."


(Eclesiastés 8:3ª)

¿Cómo está su vida de oración hoy?


Orar es hablar con Dios, es permanecer y cami-
nar con Él. Por medio de la oración se logra
comunión con Dios, y sólo a través de la ora-
ción conoceremos cuál es su voluntad para nues-
tra vida.
La actitud y el lenguaje diferente de quienes
pasan el tiempo suficiente con el Señor, confir-
man los dichos populares "Dime con quien an-
das y te diré quien eres” y “el que anda en la
miel, algo se le ha de pegar”.

3. Confiar en Dios

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque


es necesario que el que se acerca a Dios crea
que él existe y que recompensa a los que le bus-
can” (Hebreos 11:6)

La palabra es de claridad contundente; una cosa


es creer en Dios, y otra muy diferente es creerle
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 69

a Dios. Lleguemos a Dios confiados en que Él


hará a nuestro favor.

“Encomienda a Jehová tu camino y confía en él;


y él hará.” (Salmo 37:5)

"Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque


él tiene cuidado de vosotros." (1Pedro 5:7)

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y car-


gados, y yo os haré descansar." (Mateo 11:28)
Un ejemplo claro de confianza se da cuando
encargamos a una empresa transportadora el
envío de un paquete a otra ciudad. Confiamos
de tal forma en que nuestra encomienda llegará
a su destino sin contratiempos, que muchas ve-
ces ni siquiera llamamos para confirmar si lle-
gó. Es muy raro que alguien pierda el tiempo
preguntando por dónde va el paquete.

"Pero pida con fe, no dudando nada, porque el


que duda es semejante a la onda del mar, que
es arrastrada por el viento y echada de una par-
te a otra. No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor." (Santiago 1:6-7)

Si podemos tener tal grado de confianza en una


70 ¡SAL DE LA OLLA!

empresa secular y terrenal, cuanto más debe-


mos tenerla en el creador de todo lo que existe,
en el Dios todopoderoso que nos promete que
Él hará, si confiamos en Él.

4. Cuidar el templo
Nuestro cuerpo es templo de Dios. Sin embargo
abusamos de el comiendo con exageración ali-
mentos muy condimentados o con altos conte-
nidos de grasa, comidas pesadas a altas horas
de la noche, muchas veces con el argumento de
que Dios nos guarda; pero con esta actitud ten-
tamos al Señor.

"Y estas cosas les acontecieron como ejemplo ,y


están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los siglos."
(1 Corintios 10:11)
Es nuestra responsabilidad y decisión cuidarnos
para el Señor,

"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del


Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"
(1Corintios 6:19)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 71

"Por lo tanto, hermanos, os ruego por las miseri-


cordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos
como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que
es vuestro verdadero culto."(Romanos 12:1)

Nuestro cuerpo es prestado, cuidémoslo.

"Porque habéis sido comprados por precio; glo-


rificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y vuestro
espíritu, los cuales son de Dios." (1 Corintios 6:20)

5. Congregarnos
Las reuniones para alabar y conocer la Palabra
de Dios, son garantía de bendición; pues allí
está la presencia gloriosa del Señor.

"Porque donde están dos o tres congregados


en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
(Mateo 18:20)

"Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, habitar


los hermanos juntos en armonía !...Porque allí
envía Jehová bendición, y vida eterna." (Salmo
(Salmo 133:1 y 3ª)
Es un misterio de Dios, cuando nos reunimos
con otros creyentes, allí Él nos envía bendición
y vida eterna; es por ello que lo debemos hacer.
72 ¡SAL DE LA OLLA!

Cuando dejamos de congregarnos nos pasa


como al tizón que se retira de la hoguera: …se
apaga.

“No dejando de congregarnos, como algunos


tienen por costumbre sino exhortándonos; y tan-
to más cuanto veis que aquel día se acerca" (He
(Hebreos 10:25)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 73

7. ADMINISTRADORES
DE BUEN TESTIMONIO

No basta con decir que somos cristianos, debe-


mos demostrarlo. Agustín decía con insistencia
a sus seguidores: "Vayan prediquen, y si es ne-
cesario hablen".
El testimonio más importante es el testimonio
de nuestra propia vida; una expresión popular
lo confirma con otras palabras: "lo que haces
habla tan fuerte, que no me deja oír lo que
dices".
No hablemos más, demostremos con nuestra vida
lo que predicamos. El primer requisito para el
ministerio y una vida de fidelidad, es el Buen
Testimonio.

“Buscad, pues hermanos, de entre vosotros a sie-


te varones de buen testimonio, llenos del Espíri-
tu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos
de este trabajo” (Hechos 6:3)
74 ¡SAL DE LA OLLA!

Servir a las mesas y atender a las viudas, son


servicios de poco valor a nuestros ojos, pero en
cambio a los ojos de Dios, quien aspirara al car-
go, debía llenar tres requisitos:
1. Ser de buen testimonio
2. Estar lleno del Espíritu Santo
3. Sabiduría.
Debe llamarnos la atención que el primer requi-
sito, antes de cualquier otro, es el Buen Testi-
monio.
¿Es nuestra vida una vida de buen testimonio? Si
la respuesta es afirmativa, también deben ser
afirmativas las respuestas a estas tres preguntas:
¿Impacta mi vida a los que me rodean?
¿Quieren ser como yo soy?
¿Quieren vivir como yo vivo?
Si alguna respuesta no es afirmativa, quiere de-
cir que nuestra vida no es coherente y no es de
buen testimonio. Debemos hacer un alto en
nuestro camino para reorientar nuestra vida a la
senda de la fidelidad por la que transitan los
buenos administradores.
Hay personas que aparentan vivir como cristia-
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 75

nos pero no pueden porque no asumen un com-


promiso firme, ni un buen grado de fidelidad
para cambiar.
¿Por qué no, la llenura del Espíritu Santo como
primer requisito? …un cuadro en la oficina de
un amigo dice: "Lo que el hombre construye
con la unción, lo derriba con el testimonio."
Revisemos en nuestro diario vivir, a la luz de la
palabra, los aspectos que tocan directamente con
el testimonio.

Buen testimonio en el hogar


Una cosa no puede ir separada de la otra, si soy
buen creyente, debo por consiguiente ser un
buen esposo o esposa, un buen padre, un buen
hijo y un buen proveedor.

En el hogar
Como esposo - esposa
Como proveedor
Como administrador
Como padres
Como hijo - hija
76 ¡SAL DE LA OLLA!

1. Como esposo

“El que halla esposa halla el bien, y alcanza la


benevolencia de Jehová” (Proverbios 18:22)

Amemos el bien que Dios nos ha dado.

“Marido de una sola mujer… el marido cumpla


con la mujer el deber conyugal” (1Corintios 7:2-
(1Corintios 7:2-3ª)
Es muy claro, debemos tener una sola esposa y
en matrimonio delante del señor.

"Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho


sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros
los juzgará Dios." (Hebreos 13:4)
Para eliminar dudas en el uso de los términos:
Fornicarios son quienes conviven y mantie-
nen relaciones sexuales sin estar casados; en
palabras corrientes, quienes viven en unión li-
bre. Adúlteros son aquellos que sostienen rela-
ciones por fuera del matrimonio; usando la ex-
presión común, los llamados amantes. Cualquiera
que sea el motivo, si te encuentras sosteniendo
alguna de estas relaciones, arregla las cosas por
tu bien, y arrepiéntete delante de Dios.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 77

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son:


adulterio, fornicación, inmundicia… acerca de
las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas no here-
darán el reino de Dios.” (Gálatas 5:19ª,21b)
El cumplimiento del deber conyugal en el ma-
trimonio, es un tema incluido en la Palabra; y
por ningún motivo el esposo se puede negar a
la mujer.

" Ni tampoco tiene el marido potestad sobre su


propio cuerpo, sino la mujer" (1 Corintios 7:4b)

Si la mujer lo busca, que lo encuentre. ¡Cero


disculpas! Evítele y evítese innecesarias tenta-
ciones. Sólo es aceptado un receso por tiempo
de oración y en mutuo acuerdo.

"A no ser por algún tiempo de mutuo consenti-


miento, para ocuparos sosegadamente en la ora-
ción, y volved a juntaros en uno, para que no os
tiente satanás a causa de vuestra incontinencia."
(1 Corintios 7:5)
Muchos hombres, una vez casados con su espo-
sa, se olvidan de amarla y consentirla, pero la
Palabra nos lo recuerda,
78 ¡SAL DE LA OLLA!

"Así también los maridos deben amar a sus mu-


jeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a
su mujer, a sí mismo se ama." (Efesios 5:28)
y debe tratarla como a vaso frágil,

"Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas


sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, …para que vuestras oraciones
no tengan estorbo." (1 Pedro 3:7)
Es lamentable que muchos cristianos no le den
a la relación con sus esposas la importancia que
requiere, pero me atrevo a decir y sostener que
es una de las principales razones por las que
muchas oraciones de esposos no son contesta-
das.
Es hora de analizar cómo estamos tratando a
nuestra esposa; recuerde, depende del trato para
con ellas, que tengamos abiertos o cerrados los
cielos en cuanto a respuestas se refiere.

"Por lo demás, cada uno de vosotros ame tam-


bién a su mujer como a sí mismo…" (Efesios
(Efesios 5:33a)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 79

2. Como esposa

“Y así mismo la mujer con el marido, cumpla su


deber conyugal… la mujer no tiene potestad
sobre su propio cuerpo, sino el marido”
(1Corintios 7:3b-4ª)
Las reglas también son para las mujeres, y de-
ben cumplir el deber conyugal con sus esposos
todo el tiempo. Cada vez que el esposo la bus-
que, que la encuentre; las disculpas no tienen
fundamento. "Estoy muy cansada, tengo dolor
de cabeza…" no pueden hacer parte del léxico
de una esposa.
Las esposas deben estar sujetas a sus esposos

"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos,


como al Señor… Y la mujer respete a su mari-
do." (Efesios 5:22,33b)
En el matrimonio el punto débil del hombre es
el amar, y para la mujer es el sometimiento y el
respeto. La mujer ama, es su condición, pero
además debe someterse al marido y respetarlo
porque esto agrada al Señor.
Para las mujeres que tienen maridos no creyen-
tes, en sus manos está la conversión de su espo-
80 ¡SAL DE LA OLLA!

so; es una tremenda responsabilidad que les dejó


el Señor.

"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vues-


tros maridos; para que también los que no creen
a la palabra, sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas, considerando vuestra
conducta casta y respetuosa." (1 Pedro 3:1-2)

Muchos hombres inconversos o no creyentes,


tardan en llegar a los pies del Señor por el mal
testimonio de sus esposas; pues el común de-
nominador de muchas de ellas es la falta de
respeto hacia sus maridos.
–Ahí le dejo la comida, me voy para la iglesia.
–Para mí primero la iglesia y después el marido.
–Qué quiere, ahora estoy leyendo la Biblia.
–Mas tarde mijo, primero déjeme orar.
Frases como las anteriores, pronunciadas por
mujeres cristianas, no son de buen testimonio.
Esposas, recuérdenlo, lo primero es el buen tes-
timonio, ganado sin palabra, como lo recomien-
da el apóstol; sólo a través de su conducta cas-
ta, respetuosa y de sometimiento.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 81

"Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a


sus esposos y a sus hijos, a ser prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus ma-
ridos, para que la palabra de Dios no sea
blasfemada." (Tito 2:4-5)
La mujer casada edifica o destruye su casa, de-
pende de su dedicación y administración.

"La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con


sus manos la derriba." (Proverbios 14:1)
Esposas, en sus manos está, lean Proverbios
31:10-31 allí hay ejemplo y guía santa.
En lo relacionado con las finanzas del hogar, de
mutuo consentimiento, la esposa puede conve-
nir con el esposo trabajar o hacer una labor ex-
tra, para ayudar al sostenimiento u obtener in-
gresos adicionales; sin arrogancia y conservan-
do siempre, una condición de respeto y someti-
miento a él, pues él es su autoridad.

3. Como proveedor
El hombre de Dios debe ser quien provea para
el sostenimiento de la casa y de la familia.
82 ¡SAL DE LA OLLA!

"Manda también estas cosas, para que sean


irreprensibles; porque si alguno no provee para
los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo."
(1Timoteo 5:7-8)
Quien no esté cumpliendo con este mandato,
debe examinarse. La falta de empleo no es una
disculpa, porque Dios no prueba a nadie deján-
dolo sin trabajo, pues no puede ir en contra de
su Palabra.

"Porque también cuando estábamos con voso-


tros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma." (2 Tesalonicenses 3:10)

Si no tiene trabajo pídalo a Dios, a Él no le gus-


tan los desocupados. Pídale y entre en bendi-
ción.

"Y aquel que es poderoso para hacer todas las


cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros." (Efesios 3:20)

"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar bue-


nas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vues-
tro Padre que está en los cielos dará buenas co-
sas a los que le pidan?" (Mateo 7:11)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 83

Ahora la provisión no solo se refiere a lo mate-


rial, también DIOS nos llama a proveerle a nues-
tra familia una visión de bendición, enfocarlos
en que serán en la vida mas adelante, para don-
de va nuestro hogar y familia a corto, mediano
y largo plazo, en otras palabras proveerles me-
tas y entre todos proyectarnos a cumplirlas para
el beneficio mútuo, no solo darles comida y es-
tudio, también metas, proyectarlos, ¿Sabe a don-
de va su hogar en 1 año, en 5 años, o en
diez años? Puesto que si no tienen un puerto a
donde llegar entonces divagarán en el mar de la
vida y nunca lograrán nada, sólo frustraciones,
es nuestra responsabilidad proveerles una vi-
sión, miremos el consejo del SEÑOR.

“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión,


y declárala en tablas, para que corra el que leyere
en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiem-
po, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá;
aunque tardare, espéralo, porque sin duda ven-
drá, no tardará.” (Habacuc 2:2-3)
Y lo mejor es que todos tengamos clara la vi-
sión o la meta en la casa para que así empuje-
84 ¡SAL DE LA OLLA!

mos para un mismo lado, escribámosla y pon-


gámonos tareas puntuales para entre todos lo-
grarla.

4. Como buen administrador del hogar


Hay algo de suma importancia que debemos
corregir puesto que la mayoría de nosotros cae-
mos por desconocimiento en este error, y es
que nos da miedo planear, pero JESUCRISTO
nos lo enseñó en la oración del PADRE NUES-
TRO…

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”

(Mateo 6:11)
Y para aclararlo debo hacerte una pregunta ¿Sa-
bes cuanto vale tu pan diario? Si, cuanto su-
man los gastos diarios de tu casa, puesto que
nos equivocamos al pensar que el pan diario
solo es comida y JESUCRISTO se refería a algo
mas, cuanto valen los servicios, el arrendo, el
desgaste de la moto o el carro, enviar los hijos
al colegio, etc. Si, debemos tener claro cuanto
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 85

vale un día en nuestro presupuesto para que en


la oración se lo podamos pedir al SEÑOR y que
así ÉL nos responda, puesto que solo nos limi-
tamos a pedir por el alimento y ¿Los demás gas-
tos que?.
Debemos planear los gastos del hogar con nues-
tras esposas y discernir en profundidad toda
inversión que implique crédito.

"Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar


una torre, no se sienta primero y calcula los gas-
tos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
No sea que después que haya puesto el cimien-
to, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiéncen a hacer burla de él, diciendo: Este
hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar."
(Lucas 14:28-30)

Las deudas quitan la paz y esclavizan al deudor.


Cuando no se pueden pagar, inducen a mentir
–Mijo diga que no estoy, que me fui de viaje. O
se convierten en tesoros que inducen a idola-
tría, al punto de llevarnos a pensar que sin ellas
no es posible vivir, o que no conseguimos nada
sin endeudarnos; pero la palabra dice que no-
sotros somos enriquecidos en Cristo.
86 ¡SAL DE LA OLLA!

"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor


Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo po-
bre, siendo rico, para que vosotros con su po-
breza fueseis enriquecidos." (2 Corintios 8:9)

Es hora de aceptar lo que Cristo conquistó para


nosotros. Dejemos de mentir y vivir una vida de
migajas que no nos corresponde.
El buen administrador planea cuidadosamente
los gastos y los créditos.
Erradiquemos de nuestro lenguaje frases del mal
administrador:
–No importa, si es fiado echémosle mano.
–Mijo cómprelo; después vemos como se paga.
Cambiándolas por el decir sensato del buen ad-
ministrador:
–Hagamos primero la provisión y compremos
después de contado.
Antes de comprometerse en deudas; debemos
responder cuatro preguntas que nos ahorrarán
preocupaciones y dolores de cabeza futuros:
● ¿Es necesario?

● ¿Es indispensable?

● ¿Se justifica o puede esperar?

● ¿Puede el ingreso familiar asumir esta obliga-


Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 87

ción?
Al respecto de las deudas la recomendación del
apóstol Pablo es categórica:

"Pagad a todos lo que debéis… No debáis a


nadie nada." (Romanos 13:7ª,8ª)

El crédito puede convertir toda gran ilusión en


una terrible pesadilla, que trastorna la tranquili-
dad del hogar. Por falta de planeación muchos
deudores han perdido sus ahorros, su patrimonio
y hasta su matrimonio. El caso de las obligaciones
hipotecarias en Upac* o Uvr en Colombia, son el
mejor ejemplo de las prisiones de angustia en que
se convierten las deudas; con casos de deudores
que han muerto sin poder salir de ellas, u otros
que duran más de 15 años pagando.

"…quien su dinero no dio a usura ni contra el


inocente admitió soborno. El que hace estas
cosas, no resbalará jamás." (Salmo 15:5)

* Upac: Sistema de financiación hipotecario, que arruinó miles


de deudores en Colombia en la década de 1990.
88 ¡SAL DE LA OLLA!

Sigamos el camino que la palabra de Dios nos


muestra,

"Prepara tus labores fuera, y dispónlas en tus


campos, Y después edificarás tu casa." (Prover
(Proverbios 24:27)
Primero: Planee, invierta y siembre.
Segundo: Cuide su inversión, riegue su siembra.
Ahorre.
Tercero: Ahora sí, edifique su casa.
Siga la regla de no endeudarse sin antes invertir:
Adquiera un crédito sólo después de hacer la
inversión que se lo pague.
El mejor consejo: mantengamos como familia la
buena costumbre de consultar juntos al Señor toda
decisión sobre las finanzas del hogar, o sobre cual-
quier compromiso que vayamos a adquirir.

“Porque si alguno de vosotros tiene falta de sabi-


duría, pídala a Dios, el cual da a todos abundan-
temente y sin reproche, y le será dada.” (Santia
(Santiago 1:5)

"Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan


los que la edifican" (Salmo 127:1)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 89

5. Como padres

“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa


de estima el fruto del vientre. Como saetas en
manos del valiente, así son los hijos habidos en
la juventud. Bienaventurado el hombre que lle-
nó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuan-
do hablare con los enemigos en la puerta.” (Sal
(Salmo 127:3-5)
Los hijos son bendición del Señor y es nuestra
responsabilidad su educación.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando


fuere viejo no se apartará de el.” (Proverbios 22:6)

La Palabra declara que nosotros como padres,


tenemos la obligación de entregar hombres de
bien a la sociedad. Y nuestros hijos serán perso-
nas de bien o delincuentes según sean la edu-
cación y los valores que les enseñemos como
padres. Pero la educación de los hijos no es
tarea del colegio, ni de la iglesia, ni de los ami-
gos, la responsabilidad es sólo nuestra como
padres. Desde luego contamos, como en todas
las áreas de nuestra vida, con la guía santa y de
plena sabiduría de la palabra de Dios,
90 ¡SAL DE LA OLLA!

“La vara y la corrección dan sabiduría".


(Proverbios 29:15a)
Los argumentos de la sicología moderna, sostie-
nen que a los niños de hoy no se les debe aplicar
castigo físico; que sólo se les puede corregir con
prohibiciones; pero en la Biblia la reprensión físi-
ca es un correctivo válido. Lo indebido es aplicar-
lo con rabia; los padres, si es necesario, deben
contar hasta mil para que la ira se disipe, y des-
pués explicar al niño de buena forma, su error,
entonces sí, proceder con la corrección en las nal-
gas, no donde le caiga. Es un misterio cómo lo
hace, pero funciona de una manera sorprendente.
Si no ejercemos disciplina sobre nuestros hijos para
su bien, en la calle lo harán para su mal. Consentir
hoy demasiado a los hijos, expone a los padres a
vergüenza en el mañana.

"pero el muchacho consentido avergüenza a su


madre." (Proverbios 29: 15b)
Cuidado, que por creer hacer un bien, no este-
mos haciendo un mal.

"El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;


Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 91

mas el que lo ama, desde temprano lo corrige."


(Proverbios 13:24)
Tenemos hoy en día muchos ejemplos, o como
dirían los viejos, “muchos espejos” de personas
que rehusaron corregir a sus hijos para sufrir
luego consecuencias nefastas.

"No rehuses corregir al muchacho; porque si lo


castigas con vara, no morirá." (Proverbios 23:13)
Los hijos dependen de nosotros. Su vida, su
educación y su futuro, dependen de la correc-
ción oportuna que los salva de la muerte.

“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará


alegría a tu alma.” (Proverbios 29:17)

Hagamos la corrección de nuestros hijos a la


manera del Señor, sin ir a los extremos de la
reprensión esclavizante y continua; la palabra
de Dios también exhorta a los padres al respeto
hacia los hijos, sembrando en ellos los valores
de su Palabra.

“Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vues-


tros hijos, sino criadlos en disciplina y amonesta-
ción del Señor” (Efesios 6:4)
92 ¡SAL DE LA OLLA!

En nuestra sociedad actual, en extremo


permisiva; en la cual prácticamente nada es pe-
cado, en la que marcan la pauta los antivalores;
la autoridad escasea en los hogares, el divorcio
es una moda, y muchos padres compran en el
mercado los anticonceptivos de sus hijos… para
tal sociedad hay una advertencia

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo


bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de
las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dul-
ce, y lo dulce por amargo! " (Isaías 5:20)
La guía y la instrucción de los padres, pue-
den representar para los sueños de sus hi-
jos, cheques en blanco para que los reali-
cen, o lápidas para que los entierren.
Las palabras de los padres deben ser de bendi-
ción para sus hijos, porque todo lo que declare-
mos sobre su vida se cumple, de la misma for-
ma como Isaac lo declaró a Jacob,

"Jacob se acercó y lo besó, Olió Isaac el olor de


sus vestidos y lo bendijo, diciendo: Mira, el olor
de mi hijo, como el olor del campo que Jehová
ha bendecido. Dios, pues, te dé del rocío del
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 93

cielo y de los frutos de la tierra, y abundancia de


trigo y de mosto. Sírvante pueblos y las naciones
se inclinen delante de tí. Sé señor de tus herma-
nos y ante ti se inclinen los hijos de tu madre.
Malditos sean los que te maldigan y benditos los
que te bendigan." (Génesis 27: 26-29)
Jacob tomó el ejemplo y bendijo luego a cada uno
de sus doce hijos, y su bendición fue profecía so-
bre la vida de ellos como se puede confirmar en
las mismas escrituras. (Lea Génesis 49: 1-27)
Todo lo que declaramos sobre nuestros hijos sea
de bendición o de maldición, se les cumplirá.

6. Como hijos o hijas


Los padres son profetas de parte de Dios para
nuestra vida, por eso, no importa si somos adul-
tos o si estamos casados, debemos honrarlos.
Hacerlo nos evitará muchos desaciertos en el
camino.
Debemos además, proveer y ayudarles aun en
su vejez

"El hijo sabio recibe el consejo del padre, pero el


insolente no escucha las reprensiones." (Prover
(Proverbios 13:1)
94 ¡SAL DE LA OLLA!

"Escucha a tu padre, que te engendró; y cuan-


do tu madre envejezca, no la menosprecies."
(Proverbios 23:22)
Obedecer y honrar a padre y madre es el único
mandamiento con promesa de “larga vida so-
bre la tierra, llena de bien y bendición.”

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,


por que esto es justo. Honra a tu padre y a tu
madre que es el primer mandamiento con pro-
mesa; para que te vaya bien y seas de larga
vida sobre la tierra.” (Efesios 6:1-3)

El Señor les ha dado sabiduría para dar instruc-


ción, por lo tanto, obedecerlos y respetarlos nos
garantiza una vida libre de maldición, escasez y
ruina.
Si ha incumplido este mandamiento, está a tiem-
po de cambiar, arrepiéntase, pida perdón, y entre
en la bendición del fiel y buen administrador
para que disfrute de largos días sobre la tierra, y
para que le vaya bien en todo lo que emprenda.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 95

8. BUEN TESTIMONIO CON


EL PRÓJIMO Y LA SOCIEDAD

Creen algunos cristianos que quien sigue a Je-


sucristo como salvador, debe olvidarse de la
sociedad y de todo a su alrededor. Algunos se
encierran y evitan participar en cualquier activi-
dad porque todo se convierte en pecado. Pero
están equivocados, el verdadero pecado es no
participar activamente de la vida en comunidad.
En esta parte vamos a tratar algunos aspectos
importantes de nuestra vida relacionados con la
responsabilidad de vivir en sociedad para ser
hallados fieles y buenos administradores y para
ser puestos sobre lo mucho.

Con el Prójimo
En el trabajo
En el manejo del tiempo
En el lenguaje
Frente a la autoridad
96 ¡SAL DE LA OLLA!

1. En el trabajo
Dios bendice la diligencia y la solicitud en el
trabajo; pues todo trabajo, por humilde que sea
es el canal que por gracia de Dios, permite lle-
var provisión a la casa. El trabajo es un espacio
para ser hallado fiel.

"¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delan-


te de los reyes estará. No estará delante de los
de baja condición." (Proverbios 22:29)
Sin embargo son comunes en el ambiente labo-
ral, las frases de queja y murmuración:
–Yo ya hice mi trabajo, eso no me toca a mí.
– Por eso no me pagan, que lo haga otro.
– El sindicato me apoya, no me pueden echar.
Y aún entre creyentes…
– No me dejan congregar, no puedo ir a la iglesia.
– Mis compañeros de trabajo son muy groseros.
– Este trabajo no es de bendición, es una carga.
– Esos patrones míos son miserables.
La solicitud, el acomedimiento y la buena vo-
luntad para servir, son condiciones para bendi-
ción en el trabajo, por eso toda frase de queja y
murmuración debe ser eliminada de nuestro
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 97

vocabulario, porque en nuestro trabajo también


demostramos fidelidad al Señor. Aún allí debe-
mos ser hallados fieles para que se nos dé una
oportunidad mejor.

“Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales


con temor y temblor, con sencillez de vuestro
corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo como
los que quieren agradar a los hombres, sino
como siervos de Cristo, de corazón haciendo la
voluntad de Dios, sirviendo de buena voluntad
como al Señor y no a los hombres, sabiendo que
el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del
Señor, sea siervo o sea libre.” (Efesios 6:5-8)
Teniendo una buena actitud

"Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos,


que agraden en todo, que no sean respondones.
Que no roben, sino que se muestren fieles en
todo, para que en todo adornen la doctrina de
Dios, nuestro Salvador." (Tito 2:9-10)
¿Es fiel en su trabajo? ¿Son de abundancia o es-
casez sus pensamientos?

"Los pensamientos del diligente ciertamente tien-


den a la abundancia." (Proverbios 21:5)

Si sus pensamientos son de abundancia, es us-


ted un hombre diligente,
98 ¡SAL DE LA OLLA!

"El indolente ni aun asará lo que ha cazado" (Pro


(Proverbios 12:27ª)
¿Cuánto tiempo lleva en su trabajo sin ser promo-
vido? ¡Cuidado! Quizá no ha sido diligente. O qui-
zá con su proceder tiene enterrados sus talentos

"El reino de los cielos es como un hombre que,


lléndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus
bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos y a
otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos. El que recibió cinco talentos fue
y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Así mismo el que recibió dos, ganó también otros
dos. Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la
tierra y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo regresó el señor de
aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. Se
acercó el que había recibido cinco talentos y tra-
jo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco
talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado
otros cinco talentos sobre ellos. Su señor le dijo:
Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu
señor. Se acercó también el que había recibido
dos talentos y dijo: Señor, dos talentos me entre-
gaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos
sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y
fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré. Entra en el gozo de tu señor. Pero acer-
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 99

cándose también el que había recibido un talen-


to, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro,
que siegas donde no sembraste y recoges don-
de no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y
escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que
es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo
malo y negligente, sabías que siego donde no
sembré y que recojo donde no esparcí. Por tan-
to, debías haber dado mi dinero a los banque-
ros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mio
con los intereses. Quitadle, pues, el talento y
dadlo al que tiene diez talentos, porque al que
tiene, le será dado y tendrá más; y al que no
tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al sier-
vo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí
será el lloro y el crujir de dientes." (Mateo 25:14-
(Mateo 25:14-30)
Recuerde que los talentos han sido colocados
en su vida de acuerdo con su capacidad, no los
entierre con las acciones, recuerde la última fra-
se del anterior texto bíblico.

"La mano de los diligentes señoreará; mas la


negligencia será tributaria" (Proverbios 12:24)

"Pero haber precioso del hombre es la diligen-


cia." (Proverbios 12:27b)

"El alma del perezoso desea y nada alcanza. Mas


100 ¡SAL DE LA OLLA!

el alma de los diligentes será prosperada." (Pro


(Proverbios 13:4)

"La mano negligente empobrece; mas la mano


de los diligentes enriquece." (Proverbios 10:4)
Cuando tenemos jefes creyentes, igual y aún me-
jor, debemos servir con solicitud y diligencia,

"Y los que tienen jefes creyentes, no los tengan


en menos por ser hermanos, sino sírvanles me-
jor, por cuando son creyentes y amados los que
se benefician de su buen servicio." (1 Timoteo (1
(1 Timoteo 6:2)
Y el empresario o jefe, debe cumplir con fideli-
dad sus obligaciones:
Debe ser justo y pagar lo justo.

“El obrero es digno de su salario” (Mateo 10:10b)


Y pagar lo que manda la ley con todas sus pres-
taciones.

“Por causa del Señor someteos a toda institución


humana…” (1 Pedro 2:13ª)
Pagar a tiempo, no demorar el salario, ni entre-
garlo como si estuviera haciendo un favor.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 101

“No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No re-


tendrás el salario del trabajador en tu casa hasta
la mañana.” (Levítico 19:13)

“En su día le darás su salario, y no se pondrá el


sol sin dárselo; Pues es pobre, y con él sustenta
su vida; para que no clame contra ti a Jehová. Y
sea en ti pecado.” (Deuteronomio 24:15)

“Hay quienes retienen más de lo que es justo,


pero vienen a pobreza” (Proverbios 11:24b)

“He aquí, clama el jornal de los obreros que han


cosechado vuestras tierras, el cual por engaño
no les ha sido pagado por vosotros; y los clamo-
res de los que habían segado han entrado en
los oídos del Señor de los ejércitos.” (Santiago
(Santiago 5:14)

2. En el manejo del tiempo


El manejo responsable del tiempo también hace
parte del buen testimonio. Debemos valorar el
tiempo de los demás como el nuestro, cumplir
con puntualidad las citas y hablar en todo mo-
mento palabras de bendición para que el tiem-
po que compartamos con otros sean de edifica-
102 ¡SAL DE LA OLLA!

ción. Gastar el tiempo en cosas que no aprove-


chan, nos hace necios a los ojos del Señor.

“Aprovechando bien el tiempo, porque los días


son malos.” (Efesios 5:16)

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no


como necios sino como sabios.” (Efesios 5:15)
Todo tiene su tiempo, por eso debemos invertir
y aprovechar el tiempo que se nos da. La manía
de dejar para mañana –aplasitis– es un enemigo
que impide la realización de nuestras metas.

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere


debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1)
La mejor hora para empezar a recoger es la maña-
na y bien temprano, puesto que muchos quieren
ser bendecidos pero se levantan a las 10 cuando
las mejores oportunidades han pasado, DIOS co-
nocedor de esto nos da una lección para imitar
con el pueblo de Israel, puesto que para proveer-
les el maná lo tenían que recoger bien temprano.

“Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo


que había de comer; y luego que el sol calenta-
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 103

ba, se derretía” (Éxodo 16:21)


En otras palabras se levantaban siendo oscuro antes
de salir el sol, para poder recoger su porción; si lo
hacían tarde lo encontraban derretido, que buena
lección, así que a madrugar ore y salga a recoger
bien temprano la bendición puesto que de lo con-
trario la puede encontrar derretida.

3. En la palabra
En la lengua y en la palabra están la vida o la muerte.
La palabra es más importante de lo que creemos.

“Del fruto de la boca del hombre se llenará su


vientre; se saciará del producto de sus labios. La
muerte y la vida están en poder de la lengua, y
el que la ama comerá de sus frutos.” (Proverbios
(Proverbios 18:20-21)
Lo que hablamos muestra quienes somos; el
refrán popular lo dice: ¿Quieres conocer a al-
guien? Escúchalo hablar.

“El hombre bueno, del buen tesoro de su cora-


zón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal
tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la
abundancia del corazón habla la boca.” (Lucas
(Lucas 6:45)
104 ¡SAL DE LA OLLA!

Cuando hablamos de más terminamos


involucrados en conversaciones que no tienen
ningún provecho.

"No os engañéis: Las malas conversaciones co-


rrompen las buenas costumbres." (1 Corintios (1
( 1 Corintios 15:33)
Cuantos dolores de cabeza nos evitaríamos si
habláramos menos,
"De una misma boca proceden bendición y
maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma aber-
tura agua dulce y amarga? (Santiago 3:10-12)
Salomón nos comparte al respecto

“El que guarda su boca guarda su alma; mas el


que mucho abre sus labios tendrá calamidad.”
(Proverbios 13:3)

“¿Has visto un hombre ligero de palabra? Pues


más puede esperarse de un necio que de él”
(Proverbios 29:20)
Y no se trata de esconderse y no hablar con
nadie, por el contrario, se trata de que nuestros
labios pronuncien palabras edificantes como
testimonio de nuestra comunión con el Señor.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 105

“Y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como


mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te con-
viertas a ellos.” (Jeremías 15:19b)
Y esas palabras deben ser de bendicion

"Hablando entre vosotros con salmos, con him-


nos y cánticos espirituales, cantando y alabando
al Señor en vuestros corazones; dando siempre
gacias por todo al Dios y Padre, en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo." (Efesios 5:19-20)

Mi padre solía decir con nostalgia: “Antes cuan-


do la palabra sí tenía valor, nada se hacia por
escrito, todo era de palabra”.
Hagamos que la palabra cobre valor de nuevo por
medio de nuestro testimonio como creyentes.

“Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Je-


hová esta cosa en la tierra. Al día siguiente Jeho-
vá hizo aquello…” (Éxodo 9:5-6ª)
Cuidemos atentamente las palabras de nuestra
conversación para que todos nuestros diálogos
sean de permanente bendición y edificación.

"Pero sea vuestro hablar: "Si, si" o "No, no", por-


que lo que es más de esto, de mal procede,"
(Mateo 5:37)
106 ¡SAL DE LA OLLA!

Quitemos lo que no aprovecha de nuestra palabra

"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra


boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes."
(Efesios 4:29)
Así mismo la Biblia enseña que no debemos
empeñar nuestra palabra en fianzas. No debe-
mos ofrecernos como fiadores de nadie, ni pe-
dir que otro nos sirva como fiador.

“Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empe-


ñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con
las palabras de tu boca, y has quedado preso en los
dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, y líbra-
te, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve,
humíllate, y asegúrate de tu amigo. No des sueño a
tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento; escápa-
te como gacela de la mano del cazador, y como ave
de la mano del que arma lazos.” (Proverbios 6: 1-5)

“Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de


un extraño; Mas el que aborreciere las fianzas vivirá
seguro.” (Proverbios 11:15)

4. En la obediencia a las autoridades


Hay que pagar impuestos porque cumplir los
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 107

compromisos agrada a Dios y nos trae bendi-


ción. Pero aún los creyentes somos dados a ex-
presiones como “Si es con Iva no compro, o si
me hace retención no le hago el trabajo”.

“Respondiendo Jesús les dijo: dad a César lo que


es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se
maravillaron de él.” (Marcos 12:17)
Las expresiones de evasión de los compromisos
tributarios no deben estar en el vocabulario del
buen administrador, por el contrario debemos
exigir que la norma se cumpla “Claro, hágame
la retención o cóbreme el Iva porque soy cre-
yente y estoy en bendición”

“Pues por esto pagáis también los tributos, por-


que son servidores de Dios que atienden conti-
nuamente a esto mismo. Pagad a todos los que
debéis: al que tributo, tributo, al que impuesto,
impuesto…” (Romanos 13:6-7)
Debemos someternos a la autoridad.

“Sométase toda persona a las autoridades supe-


riores; porque no hay autoridad sino de parte
de Dios, y las que hay, por Dios han sido esta-
blecidas." (Romanos 13:1)
108 ¡SAL DE LA OLLA!

Así pensemos que se roban la plata de los im-


puestos o no la invierten bien, hagamos lo nues-
tro, que Dios se encarga del resto. Ellos tendrán
que rendirle cuentas.

“Por causa del Señor someteos a toda institución


humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los
gobernadores, como por él enviados para casti-
go de los malhechores y alabanza de los que
hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios:
que haciendo bien hagáis callar la ignorancia
de los hombres insensatos; Actuad como perso-
nas libres, pero no como los que tienen la liber-
tad como pretexto para hacer lo malo, sino como
siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los
hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.”
(1Pedro 2:13-17)
Debemos orar por las autoridades e interceder
por ellas sin criticar ni murmurar en su contra,

"Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,


oraciones, peticiones y acciones de gracias por
todos los hombres, por los reyes y por todos los
que tienen autoridad, para que vivamos quieta
y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Esto es bueno y agradable delante de Dios, nues-
tro Salvador." (1 Timoteo 2:1-3)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 109

acatar lo que ellos mandan, respetar las normas


civiles, participar en las elecciones y dar ejem-
plo de civismo.

“De modo que quien se opone a la autoridad, a


lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos." (Roma
(Romanos 13:2)
A la luz de la palabra hemos visto lo que signi-
fica ser un buen administrador y cómo ser ha-
llados fieles a los ojos de Dios.
Sin embargo, nos hemos acostumbrado a predi-
car aplicando poco, y por eso muchos caen en
una vida de frustración, apegados a un esque-
ma religioso de cero resultados.
Pero hoy esta situación puede cambiar, porque
Dios no tiene preferidos, él bendice a los que le
obedecen.

“Sécase la hierba, marchitase la flor, mas la pala-


bra del Dios nuestro permanece para siempre.”
(Isaías 40:8)
Así que depende de nosotros ¡sí, únicamente de
nosotros!
110 ¡SAL DE LA OLLA!

“Así que, amados, puesto que tenemos tales pro-


mesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad
en el temor de Dios.” (2 Corintios 7:1)

Hoy es el día del cambio, ora conmigo y entre-


mos en bendición.
Padre de amor:
Vengo a tí, en el nombre de Jesucristo mi salvador,
te pido perdón porque he sido infiel
mientras Tú siempre has permanecido fiel.
Te pido perdón por mi mala administración
que ha impedido que yo reciba
todo lo que tienes para darme.
Te pido que grabes tus palabras en mi corazón,
para no pecar más contra Ti.
Pido que tu Santo Espíritu me guíe a toda verdad
y que yo sea hallado siervo fiel a partir de hoy.
En el nombre del Señor Jesús con acción de gracias.
Amén.

“Ahora bien se requiere de los administradores,


que cada uno sea hallado fiel.” (1 Corintios 4:2)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 111

9. RECIBIR

Recibir es tomar lo que nos dan o envían; y es


parte integral de la Ley espiritual del Dar:
Dar
Administrar
Recibir
Es también la parte del Dar más controvertida,
puesto que Recibir, desafortunadamente, no es
una realidad en la vida de muchas personas que
terminan buscando apoyo en argumentos con-
formistas, para justificar esa misma realidad:
● La dificultad que atravieso es una prueba.

● Esto es un ataque del enemigo.

● Ofrezco esta situación como ofrenda al Señor.

● Es voluntad de Dios que yo viva así.

● Son maldiciones generacionales sobre mi vida.

● Necesito una liberación…

Y la lista puede continuar porque resulta muy


112 ¡SAL DE LA OLLA!

cómodo creerle más a nuestros argumentos, que


a la palabra de Dios, y enfrentar nuestra res-
ponsabilidad en el asunto.
Se termina entonces, haciendo de la vida en
escasez una costumbre, un hábito, a tal punto
que llegamos a ver como algo normal vivir así.
Los creyentes en esta condición, comparten a
otros de las bendiciones de Dios y su gran po-
der, pero en realidad no lo conocen,

"De oídas te había oido" (Job 42:5ª)


Quienes así viven, deben revisar y analizar por
qué las promesas de Dios son tan lejanas para
ellos, y asumir su propia responsabilidad en el
asunto.
Creo que en la mayoría de los casos, no recibi-
mos por nuestra desobediencia:

“No os engañéis, Dios no puede ser burlado:


pues todo lo que el hombre sembrare, eso tam-
bién segará.” (Gálatas 6:7)
Eliminemos de nuestra vida todo aquello que
nos impide recibir, y empecemos a cosechar lo
que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 113

“Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no


os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os
vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal
recibe su salario en saco roto. Así ha dicho Jeho-
vá de los ejércitos: Meditad sobre vuestros cami-
nos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad
la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glo-
rificado, ha dicho Jehová.” (Hageo 1:6-8)
Busquemos respuesta a estas preguntas:
¿Cómo pido para recibir?
¿Cómo busco para poder encontrar?
¿Cómo llamo para que se me abra?
y una vez conozcamos con certeza la respuesta,
como Job, decir:

"…mas ahora mis ojos te ven." (Job 42:5b)


¿Por qué no recibimos?
Los cinco motivos más comunes por los cuales
no recibimos son:
– Por ser malos dadores
– Por ser malos administradores
– Por ausencia de perdón
– Por desobedecer el mandato del diezmo y las
ofrendas
– Por las deudas
114 ¡SAL DE LA OLLA!
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 115

10. ¿POR QUÉ NO RECIBIMOS?

1.Por ser malos dadores

“Dad y se os dará” (Lucas 6:38ª)


Las medidas y los enemigos del Dar, y acerca de
cómo enfrentarlos para corregir, han sido trata-
dos con amplitud en el primer capítulo; pues el
principio del Dar es el fundamento de este li-
bro. Al lector que en esta etapa, aún no tenga
claridad sobre el tema, le aconsejo volver a leer
en oración el primer capitulo.

“Sin falta le darás y no serás de mezquino cora-


zón cuando le des, porque por ello te bendecirá
Jehová tu Dios, en todos tus hechos y en todo
lo que emprendas” (Deuteronomio 15:10)
Debemos eliminar toda mezquindad del cora-
zón y dar con total confianza en Dios y él nos
dará más "abundantemente de lo que espera-
mos".
116 ¡SAL DE LA OLLA!

“El que da al pobre no tendrá pobreza; mas el


que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones”
(Proverbios 28:27)
Si la mezquindad es la razón por la que usted
no está recibiendo, ore al Señor para que le guié
a toda verdad, arrepiéntase y prepárese para
recibir en abundancia.

"Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con


la medida con que medís, os será medido, y aun
se os añadirá a vosotros los que oís." (Marcos
(Marcos 4:24)
Para quienes hemos oído la Palabra, es mayor
la responsabilidad. El Señor nos llama la aten-
ción al respecto –"Mirad lo que oís"– en otras
palabras, pongan atención a lo que oyen, para
que lo hagan como debe ser, y así no tengan
disculpas luego.

"Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le


es pecado” (Santiago 4:17)

El mandamiento es sencillo; dé para recibir. Es


egoísta quien espera que le den primero.

"Más bienaventurado es dar que recibir" (Hechos


(Hechos 20:35b)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 117

2. Por mala administración


La mala administración es la segunda causa, más
común por la que no recibimos.

“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre


poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; en-
tra en el gozo de tu señor" (Mateo 25:21)
En el capítulo concerniente al administrar,
concluímos que para el Señor, buena adminis-
tración es sinónimo de fidelidad. Este concepto
ha transformado varios aspectos de mi vida, y
espero que igual lo haga en la suya.
La fidelidad en la administración desvirtúa y quita
el sustento a la actitud contenida en la expre-
sión: “aquí… esperando mi oportunidad”; por-
que cada persona tiene en su presente, en sus
manos, aquí y ahora, su gran oportunidad, pues-
to que si es hallado fiel y buen administrador en
lo poco, o muy poco, como quisieran decir al-
gunos, el Dios Todopoderoso lo pondrá sobre
lo mucho; Él lo prometió y lo cumplirá.

"Porque todas las promesas de Dios son en él sí,


y en el Amén ." (2 Corintios 1:20ª)
118 ¡SAL DE LA OLLA!

"Porque yo Jehová, no cambio." (Malaquías 3:6ª)

Permitamos que el Espíritu Santo nos guié a toda


verdad y corrija cada área de nuestra vida, en lo
personal, la familia y la sociedad, y para que los
principios bíblicos de la administración se cum-
plan en nuestra vida y entonces ser hallados
fieles, justos y buenos administradores, y estar
preparados para recibir y pasar de lo poco a lo
mucho.

“Ahora bien se requiere de los administradores,


que cada uno sea hallado fiel." (1 Corintios 4:2)

3. Por falta de perdón


Por falta de conocimiento no hemos dado la
importancia que deberíamos dar a la acción de
perdonar. Creemos que es algo que se puede
obviar, pero ahora veremos la importancia real
que tiene para la vida próspera.
Por falta de perdón caémos en manos de verdu-
gos.
Una mejor comprensión de la parábola de los
deudores en Mateo 18: 23-35, se logra cuando
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 119

examinamos en detalle la definición del térmi-


no verdugos: Con tal nombre se denota a los
hombres siniestros que daban muerte a los
contradictores de los reyes de la antigüedad.
Vestidos de negro y cubierta la cara con capu-
cha, ejecutaban sin misericordia al condenado.
Un verdugo no se conmueve ni se pregunta si
la víctima es inocente, o sobre el sufrimiento de
su familia; nada, sólo aplica la pena y con cruel-
dad grita ¡el que sigue!
Veámoslo a la luz de la Biblia:

“Por lo cual el reino de los cielos es semejante a


un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
Y comenzando a hacer cuentas, le fue presenta-
do uno que le debía diez mil talentos. A éste,
como no pudo pagar, ordenó su señor vender-
le, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para
que se le pagase la deuda. Entonces aquel sier-
vo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten
paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El
señor de aquel siervo, movido a misericordia, le
soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel
siervo, halló a uno de sus consiervos, que le de-
bía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba,
diciendo: Págame lo que me debes. Entonces
su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba
120 ¡SAL DE LA OLLA!

diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pa-


garé todo. Más él no quiso, sino fue y le echó en
la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus
consiervos lo que pasaba, se entristecieron mu-
cho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que
había pasado. Entonces, llamándole su señor, le
dijo: Siervo malvado, todo aquella deuda te per-
doné, porque me rogaste. ¿No debías tu tam-
bién tener misericordia de tu consiervo, como
yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor,
enojado, le entregó a los verdugos, hasta que
pagase todo lo que le debía. Así también mi Pa-
dre celestial hará con vosotros si no perdonáis
de todo corazón cada uno a su hermano sus
ofensas. (Mateo 18:23-35)
El talento era una medida de peso, cada talento
equivalía a 34 kilos, por consiguiente los diez
mil talentos que el siervo malvado le debía a su
señor igualaban el valor de 340 toneladas de
oro, una deuda impagable.
Así mismo debemos tener muy claro que la deu-
da en pecados que teniámos con Dios, era
impagable en nuestras fuerzas, pero a pesar de
ello el Señor nos perdonó.

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros,


en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" (Romanos 5:8)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 121

No tenemos argumentos ni razón alguna para


no perdonar a quien nos ofenda, por grave que
haya sido su falta contra nosotros.
En la parábola bíblica, el siervo malvado (califi-
cativo dado por Dios a todo el que no perdona
a su prójimo) por no perdonar a su consiervo
unos cuantos denarios, algo muy poco, perdió
la amnistía que le había concedido su señor. La
dureza de su corazón, lo puso de nuevo ante el
tribunal de su señor para ser hallado culpable y
condenado.
Fue entregado con su familia y todo lo que te-
nía en manos de verdugos, hasta que pagara
todo lo que debía. Era una deuda inmensa, que
nunca podría pagar, luego estaba condenado a
permanecer en manos de sus verdugos para
siempre.
El verdugo es alguien sin sentimientos, cuyo
único objetivo es afligir y atormentar a quien
cae en sus manos. Los verdugos son demonios
que estorban y angustian con enfermedad, rui-
na y escasez a quien no perdona.
Cuando no se perdona, otorgamos derechos al
122 ¡SAL DE LA OLLA!

verdugo para afligir y atormentar nuestra vida.


Cuando sentimos que la bendición no llega y la
provisión es escasa, cuando esperamos y el día
no se llega; cuando las necesidades económicas
se acumulan sin solución y nuestros proyectos
se estancan, cuando hay queja y amargura en
nuestra vida, es que estamos en manos de ver-
dugos. Examinémos nuestro corazón, y si hay
alguien a quien aún no hemos perdonado; ha-
gámoslo, perdonemos para entrar en bendición
y excluir para siempre a los verdugos de nues-
tra vida.
El perdón no es un sentir, es una decisión.
La pena, el dolor o la decepción que una ofensa
nos pueda causar, son inevitables, son sentimien-
tos; pero sabedores de las consecuencias que
las cargas de odio o resentimiento nos pueden
causar, debemos tomar la decisión de perdonar
para entrar en bendición.
¿A quién: conyuge, madre, padre, hijos, hijas,
alguien de la familia o amigo? quizás nos hayan
hecho mucho daño; pero perdonemos, no nos
dejemos robar la bendición; cerremos la puerta
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 123

a los verdugos. Por muy grande que sea la ofensa


no vale la pena comprometer nuestra vida y la
de los nuestros, en manos de verdugos.
Con una decisión podemos pasar de la escasez
a la provisión y bendición abundantes.
Recuérdelo siempre: El perdón no es un sen-
tir, es una decisión.

"Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuer-


das de que tu hermano tiene algo contra ti, deja
allí tu ofrenda delante del altar, y anda, y recon-
cíliate primero con tu hermano, y entonces ven
y presenta tu ofrenda" (Mateo 5:23-24)
Cuando no hay perdón y cargamos resentimiento
en nuestro corazón, nuestra oración es estorba-
da, no es escuchada, así de simple y así de cla-
ro. Además se afecta mi salvación, por no per-
donar me puedo condenar.

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas,


os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas" (Mateo 6:14-15)

Y en la parábola de los dos deudores, Jesús lo


ratifica
124 ¡SAL DE LA OLLA!

“Así también mi Padre celestial hará con vosotros


si no perdonáis de todo corazón cada uno a su
hermano sus ofensas.” (Mateo 18:35)
En oración, pidamos a Dios que en el nombre
de Jesucristo nuestro salvador y por medio de
su Santo Espíritu, nos guíe a toda verdad y nos
muestre a quién debemos perdonar, para cerrar
las puertas a los verdugos y abrirlas a nuestra
bendición y crecimiento en el Señor.
Perdonando de verdad, sin decir “yo perdono,
pero no olvido", porque eso no es perdonar, y
porque Dios no nos condiciona el perdón; de-
bemos hacerlo sin condiciones y sin medida.

“Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete


veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepien-
to; perdónale." (Lucas 17:4)
Por su bien y el de los suyos, mantenga un co-
razón libre de resentimiento y una actitud
perdonadora.

4. Incumplir el pago de diezmos y ofrendas.


La cuarta causa por la que no recibimos, es por
nuestra desobediencia en cuanto a los diezmos
y ofrendas.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 125

El tema económico es un asunto delicado que


irrita a algunas personas.
–Por eso no me gusta ir a las iglesias, dicen, –
eso era en el antiguo testamento, argumentan;
pero la palabra de Dios va desde Génesis hasta
Apocalipsis, nos guste o no.

“El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no


pasaran." (Mateo 24:35)
Evadir el pago de los diezmos nos hace estar
bajo maldición,

"Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vues-


tros diezmos y ofrendas. Malditos sois con mal-
dición, porque vosotros, la nación toda, me ha-
béis robado." (Malaquias 3:8b-9)
La respuesta a la pregunta tan reiterativa de ¿por-
qué nos va mal? está en nuestra renuencia a
pagar el diezmo; el cual es uno de los manda-
mientos con derecho de ver los resultados, es
decir, permite el pago por ver. Dios en su pala-
bra lo afirma literalmente,

"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento


en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Je-
hová de los ejércitos" (Malaquías 3:10ª)
126 ¡SAL DE LA OLLA!

Él mismo nos da la autorización para hacerlo;


“Probadme ahora en esto". Así que cumplamos
y en seguida reclamemos la recompensa.

"Si no os abriré las ventanas de los cielos, y de-


rramaré sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde. Reprenderé también por vosotros
al devorador, y no os destruirá el fruto de la tie-
rra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice
Jehová de los ejércitos." (Malaquías 3:10b-11)

“Y todas las naciones os dirán bienaventurados,


porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los
ejércitos.” (Malaquías 3:12)

Diezmar es hacer socio de sus finanzas y pro-


yectos al Ser más rico del mundo entero, por-
que de Él es todo el oro y la plata;

“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de


los ejércitos.” (Hageo 2:8)
Cuando pagamos el diezmo, automáticamente
nos hacemos socios suyos y partícipes obliga-
dos de todas sus promesas.

"De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y


los que en él habitan." (Salmo 24:1)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 127

Volvamos al camino de la bendición

"Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha


dicho Jehová de los ejércitos." (Malaquías 3:7b)

Seamos agradecidos porque todo lo que tene-


mos viene de su mano. David nos dió ejemplo,

"Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo,


para que pudiésemos ofrecer voluntariamente
cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo re-
cibido de tu mano te damos." (1 Crónicas 29:14)

Hebreos nos ratifica a quien lo debemos entre-


gar aquí en la tierra

"Y aquí ciertamente reciben los diezmos hom-


bres mortales; pero allí, uno de quien se da testi-
monio de que vive." (Hebreos 7:8)
Lo que hacen con el diezmo quienes lo reciben,
es responsabilidad de ellos delante de Dios; us-
ted haga su parte, que Dios hará la de él.
Puesto que en este cumplimiento hay una gran-
de bendición.

“Y las primicias de todos los primeros frutos de


todo, y toda ofrenda de todo lo que se presente
de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdo-
128 ¡SAL DE LA OLLA!

tes; asimismo daréis al sacerdote las primicias de


todas vuestras masas, para que repose la ben-
dición en vuestras casas” (Ezequiel 44:30)
Recuerde que en el DAR reposa grande bendi-
ción, y más que una grande bendición es la cla-
ve para que esta permanezca en nuestras casas
y en todo lo que emprendamos.

Si hay fallas en esta área de su vida, arrepiénta-


se y prepárese para recibir, desde el mismo ins-
tante en que lo haga.
Las ofrendas son diferentes a los diezmos, y
debemos hacerlas a nuestra voluntad.

“Cada uno dé como propuso en su corazón, no


con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama
al dador alegre.” (2 Corintios 9:7)
El hacerlo nos trae recompensa incuantificable de
grandes beneficios. Lucas narra la sanidad del siervo
del centurion, y cómo el argumento que usaron
los ancianos para interceder por él ante Jesús, fue
la generosidad del centurion en sus ofrendas

"Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le


envió unos ancianos de los judíos, rogándole que
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 129

viniera y sanara a su siervo. Ellos se acercaron a


Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: –Es
digno de que le concedas esto, porque ama
a nuestra nación y nos edificó una sinago-
ga." (Lucas 7:3-4)
La generosidad del centurión, fue retribuida con
generosa bendición de sanidad para su siervo.
Otro ejemplo de bendición sobre las ofrendas
lo narra el libro de Hechos, en un pasaje en el
que el dador generoso es retribuido, nada más
ni nada menos, que con su propia resurrección.

"Había entonces en Jope una discípula llamada


Tabita, (que traducido es Dorcas). Esta abunda-
ba en buenas obras y en limosnas que hacía.
Aconteció que en aquellos días enfermó y mu-
rió. Después de lavada, la pusieron en una sala.
Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos,
oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos
hombres, a rogarle: no tardes en venir a noso-
tros. Pedro se levantó entonces y fue con ellos.
Cuando llegó, lo llevaron a la sala, donde lo
rodearon todas las viudas llorando y mostran-
do las túnicas y los vestidos que Dorcas ha-
cía cuando estaba con ellas. Entonces, sacan-
do a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y
volviéndose al cuerpo, dijo: ¡Tabita, levántate!.
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
130 ¡SAL DE LA OLLA!

El le dio la mano y la levantó; entonces llamó a


los santos y a las viudas y la presentó viva." (He
(Hechos 9: 36-41)
Un último ejemplo es el de Cornelio, quien ob-
tuvo respuesta por sus buenas ofrendas,

"Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio,


centurión de la compañía llamada "la Italiana",
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa,
y que hacía muchas limosnas al pueblo y ora-
ba siempre a Dios. Este vió claramente en una
visión, como a la hora novena del día, que un
ángel de Dios entraba donde él estaba y le de-
cía : ¡Cornelio!… Tus oraciones y tus limosnas han
subido para memoria delante de Dios." (Hechos
(Hechos 10 1-3)
Y Cornelio recibió testimonio personal del
Apostol Pedro como recompensa.
Como recibimos de gracia demos generosamente
de gracia,

"Toda buena dádiva y todo don perfecto des-


ciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación"
(Santiago 1:17)
Ofrendemos con generosidad.:
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 131

“A Jehová presta el que da al pobre y el bien que


ha hecho se lo volverá a pagar" (Proverbios (Pro
(Proverbios 19:17)

Primer testimonio personal


Atravesábamos una época muy difícil en nues-
tra familia; dos hermanos y yo viviamos “arri-
mados” en la casa de nuestra hermana mayor.
Yo estaba separado y no le podía ayudar a mi
esposa con los gastos del niño, pues no había
ni para mí, de verdad así era.
Después de un tiempo, un año para ser exac-
tos, mi hermana mayor y su esposo, con toda
razón, ante la incapacidad para ayudarnos más,
se fueron y nos dejaron la casa con el compro-
miso de pagar el alquiler a su dueño.
Todos los muebles y enseres que teníamos con-
sistían en una cama donde dormía Alicia mi her-
mana, y dos colchones, uno donde dormía Fer-
nando mi hermano, y otro para mí, un equipo
de sonido muy viejo, una estufa eléctrica de una
boquilla puesta en el piso, pues no había me-
són para cocinar, una nevera vieja, una mesa
132 ¡SAL DE LA OLLA!

con tres asientos y unas cuantas mudas de ropa;


eso era todo nuestro patrimonio.
Con el tiempo la situación se agravó, debíamos
tres meses de alquiler, y el dueño que vivía en
el piso de arriba, nos presionaba sin misericor-
dia; el teléfono estaba cortado con tres facturas
de cobro sin cancelar, y sin ningún ingreso.
En la búsqueda de ingresos, intentamos trabajar
como operadores de los eventos del Parque de
la Caña en Cali, ciudad donde vivimos. La pre-
sentación de las propuestas requería un trámite
documentario que incluía muchas fotocopias; las
que conseguíamos fiadas en un negocio del cen-
tro de la ciudad, a setenta cuadras del sitio don-
de vivíamos.
A menudo, al final de la caminata de ida y vuel-
ta, no había nada de comer, así que medio des-
cansábamos y de nuevo salíamos a la calle para
cumplir las citas con el presidente de la Corpo-
ración Para la Recreación Popular, entidad que
administraba el Parque cuya oficina estaba lo-
calizada a sesenta cuadras. Estas caminatas
maratónicas para hablar de dinero, sin nada en
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 133

el estómago ni en la nevera, debíamos realizar-


las tres o más veces por semana.
Fue una época muy dura, pero Dios es fiel. Re-
cuerdo que estuvo tan crítica la situación, que
mi padre, que en paz descanse, estando de visi-
ta, debió intervenir para evitar que la policía
cumpliera una orden de lanzamiento.
Necesitabamos una intervención sobrenatural o
nos enloquecíamos. Una tarde que no había
absolutamente nada de comida, a las dos y me-
dia de la tarde, y a punto de colapsar; tomé la
mejor decisión de mi vida –voy a encerrarme en
este cuarto, hasta que Dios me hable –le dije a
Alicia mi hermana –y no abra la puerta, ni me
haga ruido, que yo saldré sólo cuando él me
haya dado una respuesta –agregué.
Doy gracias a Dios porque sólo pasaron dos
horas y media antes de escuchar su voz,

"Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares tor-


cidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerro-
jos de hierro haré pedazos; te daré los tesoros
escondidos, y los secretos muy guardados, para
que sepas que soy Jehová, el Dios de Israel que
te pongo nombre." (Isaías 45:2-3)
134 ¡SAL DE LA OLLA!

Llorando hice en ese mismo momento el pacto


del diezmo con él, y llorando pero feliz, salí con
una palabra profética en mi corazón. Debía diez-
mar tres meses y entonces nos sacaría a la abun-
dancia y nos anunció que iríamos a vivir cada
uno en su apartamento amoblado con todo nue-
vo. Salí gritando del cuarto –Alicia, Alicia me
habló, tengo la palabra –le conté en detalle y
juntos le dimos gracias a Dios.
Pero al momento saltó la pregunta ¿con qué iba
a diezmar? ¿de dónde? No teníamos qué comer,
mucho menos para pagar diezmos. Entonces
oramos al Señor y esperamos.
Sonó el timbre, era Héctor Cifuentes en su
bicicletica. Venía a saludar y a soñar con sus
proyectos.
Ya viene éste a hablar de millones y sin un peso
en el bolsillo –dije dentro de mi.
Saludó con su acento costeño, y en la conversa-
ción que siguió, saltó la pregunta de bendición.
–¿En cuánto me vende su neverita hombe?
Era el único objeto de valor y se refería a el de
esa forma tan folclórica.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 135

–Bueno… ciento cincuenta mil pesos –le dí mi


respuesta.
–Están locos –dijo, les doy cien mil y eso es
mucho –agregó.
No fue fácil tomar la decisión, pero recibimos
los cien mil pesos, entonces le dije a Fernando
mi hermano, –tenga los diez mil pesos del diez-
mo, busque una iglesia y entrégueselos, pero
váyase a pie para que no descomplete la plata –
le advertí.
Fernando entregó el diezmo en una iglesia de
la Cruzada Cristiana de la calle setenta, cerca
del barrio Siete de Agosto, donde vivíamos. El
pastor le preguntó si estaba seguro de que era
allí donde debía entregarlo. –Si, le contestó mi
hermano, es la respuesta a nuestra oración, los
necesitábamos para pagar una factura de los
servicios.
Una vez estuve seguro de que mi hermano ha-
bía entregado el diezmo, entré al cuarto de nue-
vo y clamé –ya hice mi parte, ahora haz la tuya
Señor, tu palabra dice, probadme ahora en esto.
Y de nuevo escuché su voz.
136 ¡SAL DE LA OLLA!

Primero, por medio de un amigo, en forma so-


brenatural, recibimos un negocio que fue una
bendición, y luego dijo que alguien me busca-
ría para otro negocio al cual debía decir que sí.
Al día siguiente sucedió. Esa fue la puerta para
la bendición.
No pasaron tres meses, a los dos meses sucedió
el milagro, y mis hermanos y yo, nos pasamos a
apartamentos amoblados con todo nuevo y com-
pleto.
Dios no es hombre para mentir, ni hijo de hom-
bre para arrepentirse.

"Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de


hombre, para que se arrepienta. ¿Acaso dice y
no hace? ¿Acaso promete y no cumple?"
(Numeros 23:19)

5. Las deudas
Una de las más fuertes razones por las que no
recibimos, son las deudas. Las deudas se han
convertido en un altar de idolatría en la vida de
muchas personas que no pueden vivir sin ellas.
Todo aquello que tenga nuestra total atención,
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 137

es por consiguiente nuestro tesoro. Al respecto


la Biblia declara:
"Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará tam-
bién vuestro corazón." (Mateo 6:21)
Esclavizan las deudas de tal forma, que muchos
se han suicidado por su causa; otros no pueden
dormir, y muchos hogares y sueños están des-
truidos por su culpa.
A pesar de esto, muchos creyentes persisten en
lo mismo, cambian de religión mas no de vida y
siguen en la misma idolatría, todo el fruto de su
trabajo lo dejan a los prestamistas usureros y a
los bancos, el dinero no les alcanza porque todo
lo pagan más caro por ser fiado.
Como hijos de Dios es hora de decir ¡basta ya!
dejemos atrás la esclavitud.

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdadera-


mente libres." (Juan 8:36)
Usted y yo somos llamados a vivir una vida en
completa libertad; porque así quiere Dios que
vivan sus hijos. Permitamos que él sea nuestro
138 ¡SAL DE LA OLLA!

pastor entonces nada nos faltará.

"Jehová es mi pastor; nada me faltará." (Salmo


(Salmo 23:1)

Esta es su voluntad para nosotros, que nada nos


falte, absolutamente nada.

"Él que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que


lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
dará también con él todas las cosas?" (Romanos
(Romanos 8:32)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 139

11. PASOS PARA SER LIBRE DE DEUDAS

1. Pedir perdón
Debemos pedir perdón al Señor por contraer
deudas, dejar la idolatría por ellas, y volver a
poner nuestra confianza en Dios.

“Encomienda a Jehová tu camino, Y con-


fía en él; y él hará." (Salmo 37:5)
Recibamos ese perdón y entremos en bendición;
nadie nos podrá acusar una vez pidamos per-
dón,
"¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica." (Romanos 8:33)

2. Cortar la maldición
Cuando contraemos deudas damos derecho
legal para la maldición

" Como el gorrión en su vagar, y como la golon-


drina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá
sin causa." (Proverbios 26:2)
140 ¡SAL DE LA OLLA!

Una vez se ha pedido el perdón, debemos cor-


tar la maldición,

" De cierto os digo que todo lo que atéis en la


tierra, será atado en el cielo; y todo lo que des-
atéis en la tierra, será desatado en el cielo." (Mateo
(Mateo 18:18)

3. Hacer pacto con el Señor


Nuestro Dios es un Dios de pactos. Lo hemos
conocido a través de las escrituras: pactó con
Noé, Abraham, Isaac, Jacob, David y otros más.
Igual nosotros, para salir de las deudas pacte-
mos con el Señor, al ciento por uno, para ben-
dición y provisión, como lo hizo Isaac.

" Y sembró Isaac en aquella tierra, y co-


sechó aquel año ciento por uno; y le ben-
dijo Jehová." (Génesis 26:12)
Cuando estamos en situaciones apremiantes,
necesitamos soluciones radicales,

"Pero parte cayó en buena tierra, y dio


fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál
a treinta por uno. El que tiene oídos para
oír, oiga." (Mateo 13:8-9)
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 141

"Y éstos son los que fueron sembrados en bue-


na tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y
dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno."
(Marcos 4:20)

"Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los


que con corazón bueno retienen la palabra oída,
y dan fruto con perseverancia." (Lucas 8:15)
El pacto del ciento por uno que nos enseña el
Señor en su Palabra, consiste en sembrar en la
iglesia donde asistamos, el uno por ciento del
total del valor de las deudas que tengamos; por
ejemplo, si mis deudas suman cien mil pesos,
debo sembrar mil, si suman un millón, debo
sembrar diez mil.
Pero atención; este pacto del ciento por uno
debe cumplirse,

"Cuando a Dios haces promesa, no tar-


des en cumplirla; porque él no se com-
place en los insensatos. Cumple lo que
prometes. Mejor es que no prometas, y
no que prometas y no cumplas."
(Eclesiastés 5:4-5)
Pensémoslo bien antes de hacer pacto con el
Señor
142 ¡SAL DE LA OLLA!

"No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se


apresure a proferir palabra delante de Dios; por-
que Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por
tanto, sean pocas tus palabras." (Eclesiastés 5:2)

No sea que por la angustia y la necesidad, nos


comprometamos para luego incumplir, y ter-
minar con un problema mayor al que teníamos
antes,

"No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas


delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué
harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que
destruya la obra de tus manos?" (Eclesiastés 5:6)
Antes de pactar piénselo, es con Dios que se
está comprometiendo.

Segundo testimonio personal


El 8 de noviembre de 1998, fue uno de los días
más duros de mi vida. Ese día, al final de una
gira de conciertos con el grupo musical que re-
presentaba, mi balance financiero era una ruina
desastrosa.
Con una cuenta en rojo desbordada, inmanejable
para el promedio de los comerciantes indepen-
dientes de mi país, me vi obligado a entregar
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 143

todos mis bienes, los carros y el apartamento


donde vivía con mi esposa y mi hijo. Recuerdo
que llegué a la una de la madrugada de ese día
triste, abrí la puerta del apartamento, caminé
directo hasta mi cuarto y lloré afligido hasta que
me faltaron las lágrimas.
Luego me fortalecí en Jehová, mi Dios. Yo esta-
ba en desobediencia, pero sabía que Dios es
misericordioso y recordé la palabra en 2 Timoteo
2:13 “Si fuéramos infieles, él permanece fiel.”
Yo no estaba diezmando en ese tiempo, así que
le pedí perdón al señor y pacté al ciento por
uno sobre mis deudas, y después de tres horas
en su presencia, oí su voz, esa voz de amor,
como la que había escuchado un tiempo antes,
en una situación similar –"He escuchado, la
oración de tu corazón, voy a proveerte, y te
restituiré lo que has perdido".
Al día siguiente, con su promesa en mi corazón,
me sentía muy tranquilo; entregué el apartamen-
to y los carros, e hice frente a todos los compro-
misos que me esperaban.
Dios es fiel, pasaron cuatro años y el Señor nos
144 ¡SAL DE LA OLLA!

sacó a bendición y libertad; he pagado todo lo


que debía, recuperé el carro, y a la fecha de
preparación de esta edición, noviembre de 2004,
el apartamento ya nos fue restituido. Dios nos
restituyó todo lo que habíamos perdido. Él es
fiel, Dios cumple su pacto.
Después de esto me retiré de los negocios secu-
lares y hoy en día, sirvo al Señor de tiempo
completo con mi familia, no podía hacer me-
nos.
El Señor le dice hoy:

"Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y


sea por testimonio entre nosotros dos." (Géne
(Génesis. 31.44)
Y usted debe responderle

"No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha sali-


do de mis labios." (Salmo 89:34)
El pacto es un camino a la bendición y a la
liberación económica. El pacto es diferente del
diezmo y de la ofrenda, no tienen que ver uno
con el otro, y todos deben cumplirse.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 145

"Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante


de todo tu pueblo; haré maravillas que no han
sido hechas en toda la tierra, ni en nación algu-
na, y verá todo el pueblo en medio del cual es-
tás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tre-
menda la que yo haré contigo." (Éxodo 34:10)
4. Ser buenos administradores y fieles.
Debemos orar y planear en familia para inver-
tir bien el dinero que Dios nos provee,
"Y si alguno de vosotros tiene falta de sa-
biduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será
dada." (Santiago 1:5)
Y no contraer deudas nunca más,
"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cris-
to Jesús" (Filipenses. 4:19)

"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor


Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo po-
bre, siendo rico, para que vosotros con su po-
breza fueseis enriquecidos." (2 Corintios 8:9)
146 ¡SAL DE LA OLLA!

Oremos para pactar con Dios sobre la libertad


financiera.

Amado Dios:
en el nombre de mi Señor y salvador, Jesucristo,
reconociendo tu fidelidad y misericordia,
te pido que me perdones
por la desobediencia que he cometido
al endeudarme y no confiar en tí como dice tu Palabra,
por lo tanto, renuncio a las deudas en mi vida
y corto toda maldición que por esto haya llegado sobre mí.
En el nombre de Jesucristo,
y por la autoridad delegada que tengo como hijo tuyo,
hoy pacto contigo al ciento por uno
sobre el valor de mis deudas,
para que en tu misericordia
me saques a libertad.
Dame sabiduría para administrar bien
todo lo que vas a proveerme, y para ser hallado fiel.
Con acción de gracias, en el nombre de Jesucristo
mi Señor y Salvador.
Amén.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 147

12. CONCLUSIÓN

Hasta aquí, he compartido con usted mi testi-


monio personal y las revelaciones que la Pala-
bra me ha dado acerca del principio del Dar;
junto con las recomendaciones prácticas para
aplicarlo de manera eficaz en nuestra vida.
Ahora usted ya sabe lo que tiene que hacer para
tener una mejor medida, y sobre cómo ser ha-
llado fiel y buen administrador; también sabe
que es necesario identificar y corregir sus fa-
llas, de modo que él Señor lo ponga sobre lo
mucho, por haber aprovechado de buena ma-
nera lo poco que hoy tiene.
También ahora, debe escoger el camino que
seguirá,

"A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy


contra vosotros, que os he puesto delante la vida
148 ¡SAL DE LA OLLA!

y la muerte, la bendición y la maldición; escoge,


pues, la vida, para que vivas tu y tu descenden-
cia." (Deuteronomio 30:19)
La decisión que tome, será trascendental para
su vida; pero a la vez, el referente para elegir es
simple y transparente: si obedecemos a la Pala-
bra seremos bendecidos, de lo contrario, traere-
mos a nuestra vida consecuencias dramáticas.

"Porque este mandamiento que yo te ordeno


hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.
No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subi-
rá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo
hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro
lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por
nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo
haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque
muy cerca de ti está la Palabra, en tu boca y en
tu corazón, para que la cumplas. (Deuteronomio
(Deuteronomio 30:11-14)

A lo largo del libro hay una afirmación perma-


nente: Si corrige aquellas áreas en las que
está en desobediencia, la bendición vendrá
a su vida. No he planteado esto como argu-
mento; por el contrario, sólo me he limitado a
transcribir lo que dice la palabra de Dios al res-
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 149

pecto. Por esto mismo, para evitar frustracio-


nes, debo aclarar que la bendición no se debe
asociar con una falsa prosperidad; Dios no le va
a abrir una cuenta ilimitada para que gire y
malgaste sin responsabilidad, sino con la pros-
peridad referida a la abundancia con alegría y
con libertad, dentro de una vida responsable y
con propósito; que es lo que llamamos vida de
bendición.
En el Señor estamos llamados a vivir esa vida de
bendición, para soñar y vivir en libertad por
medio de Jesucristo, lejos de cualquier tipo de
esclavitud.
Usted hace parte de la lista de escogidos, y tam-
bién es llamado a libertad gloriosa como hijo,

"Pues no habéis recibido el espíritu de es-


clavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adop-
ción, por el cual clamamos: ¡Abba, Pa-
dre! "(Romanos 8:15)

Por lo tanto disfrute y viva una vida de libertad

"De la libertad gloriosa de los hijos de Dios." (Ro


(Romanos 8:21b)
150 ¡SAL DE LA OLLA!

Porque el Señor nos dio todo en Cristo

"Como todas las cosas que pertenecen a la vida


y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que
nos llamó por su gloria y excelencia, por medio
de las cuales nos ha dado preciosas y grandísi-
mas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo
huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia." (2 Pedro 1:3-4)
depende de nosotros, entrar en esa bendición

"Así que, amados, puesto que tenemos tales pro-


mesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad
en el temor de Dios." (2 Corintios 7:1)

"Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y ten-


drá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene
le será quitado". (Mateo 13:12)

"Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo qui-


tará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,
para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis lim-
pios por la palabra que os he hablado. Perma-
neced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpa-
no no puede llevar fruto por si mismo, si no per-
manece en la vid, así tampoco vosotros, si no
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 151

permanecéis en mi. Yo soy la vid, vosotros los


pámpanos; el que permanece en mi y yo en él,
este lleva mucho fruto, porque separados de mí
nada podéis hacer.” (Juan 15: 2-5)

Ruego al Señor que todo lo expuesto en este


libro, sea de bendición para su vida, como lo ha
sido para la mía, y que su decisión sea poner en
obra los preceptos y la palabra de Dios en todas
las áreas de su vida.

"Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y


estarás encima solamente, y no estarás debajo,
si obedeciéres los mandamientos de Jehová tu
Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guar-
des y cumplas, y si no te apartares de todas las
palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a
siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles."
(Deuteronomio 28:13-14)

Ahora
¡Sal de la olla!
y vive como verdadero
hijo de Dios.
152 ¡SAL DE LA OLLA!

Oración

Amado Dios y Padre:


te ruego en el nombre de Jesús
que las palabras expuestas en este libro
fundamentado en tu palabra
sean de bendición para todo el que las lea,
y las guarde y las ponga por obra
para que puedan recibir
todo lo que tienes para cada uno de ellos,
que sean desde hoy buenos dadores,
buenos administradores y sean hallados fieles,
para que puedan recibir, para tu gloria,
y para que tu Espíritu Santo los guié a toda verdad.
Todo lo pido en acción de gracias
en el nombre de Jesucristo mi Señor y Salvador.
Amén.
Y VIVE COMO VERDADERO HIJO DE DIOS 153

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156 ¡SAL DE LA OLLA!

Dios con nosotros


P U B L I C A C I O N E S
UN CAMINO AÚN MÁS EXCELENTE

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