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En los últimos años el tema del cambio climático como determinante de los factores

ambientales y por lo tanto de la salud de las poblaciones, se ha instalado con fuerza en las
agendas sanitarias de la mayoría de los países y de los organismos internacionales. Parece que
existe un consenso entre todos los estudiosos de este tema al afirmar que los elementos que
determinan la salud de las poblaciones son un conjunto de factores complejos (entre los que
se incluyen los factores ambientales y concretamente la contaminación y la calidad del aire)
que al actuar de manera combinada modifican los niveles de salud de las personas.

Aunque el calentamiento global tiene numerosas consecuencias que ponen en riesgo la salud,
tales como: los fenómenos meteorológicos catastróficos, la variabilidad de los climas, que
afecta a los suministros de agua y alimentos, los cambios de la distribución de los brotes de
enfermedades infecciosas o las enfermedades emergentes relacionadas con los cambios de los
ecosistemas, en esta web y con la realización de tres monográficos nos centraremos en los
impactos, debidos a la mayor concentración de algunos contaminantes atmosféricos, sobre la
calidad del aire y por tanto sobre nuestra salud.

La contaminación atmosférica sigue siendo un problema importante de salud pública. Según la


OMS en el mundo 1,3 millones de personas mueren en un año a causa de la contaminación
atmosférica urbana; más de la mitad de esas defunciones ocurren en los países en desarrollo.

En los países más desarrollados, dada la reducción de los niveles de SO2 y de CO por mejoras
en los procesos de combustión en industrias, calefacción y automóviles, los contaminantes
cuyos efectos sobre la salud preocupan más en la actualidad son las partículas en suspensión,
el ozono y el dióxido de nitrógeno.

A pesar de los avances en el control de la contaminación atmosférica, el impacto de la


exposición a contaminación atmosférica en Europa sigue siendo muy importante.

Así, la OMS de la Región Europea estima que:

Las elevadas concentraciones de partículas en suspensión en Europa se asocian con alrededor


de 300.000 defunciones prematuras anuales, de manera que disminuyen la esperanza de vida
de cada europeo en, al menos, un año como promedio;

La contaminación por ozono causa irritación al respirar, desencadena síntomas de asma, es


causa de enfermedades respiratorias y del corazón, y está asociada con cerca de 21.000
defunciones prematuras al año.

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