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De Maria A Un Mar de Cana. Imaginarios D PDF
De Maria A Un Mar de Cana. Imaginarios D PDF
DE CAÑA
Gestión editorial
Vicerrectoría de Investigaciones y Desarrollo Tecnológico
Coordinación de edición
Paula Andrea Abadía Ruiz
Diagramación
Javier González Montaño
Impresión
CARGRAPHICS S. A.
Cali-Colombia
Este libro no podrá ser reproducido en todo o en parte, por ningún medio impreso o de
reproducción sin permiso escrito del titular del Copyrigt.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN..................................................................................21
Evocaciones..........................................................................................137
Los usos de la tierra...............................................................................142
Transporte.............................................................................................145
Calidad de vida......................................................................................147
La violencia partidista..............................................................................150
Las grandes transformaciones................................................................152
Lecturas del cambio...............................................................................156
Nostalgia y futuros posibles.....................................................................158
Naturaleza y conservación......................................................................162
Pág.
Tabla 1. Cobertura de los principales cultivos de la planicie
vallecaucana en 1954 y 1974 (en hectáreas)……….....................................48
Por esto en buena hora llega la publicación De “María” a Un Mar de Caña, como
fruto principal de una paciente y rigurosa investigación que ofrece una visión
diferente y bien documentada sobre el período más frenético de transformación
del valle del alto Cauca, que pasó de ser el paraíso de América del sabio Alejandro
de Humboldt a un paisaje homogéneo de monocultivo de caña de azúcar,
carreteras, ríos muertos y urbanismo desordenado.
Y digo que es en buen momento, porque es una historia muy reciente cuyos
protagonistas humanos viven aún y todavía es posible escuchar las versiones de
sus testimonios contrastantes, aunque la mayor parte de los bosques,
humedales, huertos campesinos y llanuras arborizadas fueron desterradas de
golpe del paisaje y la cultura sin ninguna reflexión diferente al monótono salmo
por el lucro inmediato. La anestesia colectiva sobre el pasado inmediato de la
planicie vallecaucana que tienen sus habitantes es asombrosa y se acentúa
peligrosamente hacia el olvido y el desarraigo acicalado por la mediocridad
educativa, el inmediatismo económico de la dirigencia regional y la pobreza de
valores esenciales sobre la vida humana, el largo plazo y las relaciones con la
naturaleza.
Por otra parte, ese imaginario define en gran medida la configuración del
entorno en el que se desenvuelven las sociedades, en una relación dialógica, ya
que en la relación de los humanos con su entorno,
Sin embargo, los colectivos sociales raramente existen aislados de otros y por
lo tanto las construcciones simbólicas locales convergen históricamente con
otras lecturas del mundo surgidas de contextos diferentes y eventualmente
entran en conflicto con ellas. Por lo tanto la transformación gradual de los paisajes
producida por las actividades e intervenciones humanas en un territorio
determinado puede interpretarse como la consecuencia de las relaciones de
diferentes estamentos sociales y lo que cada uno de ellos concibe como
“naturaleza”.
4 Ulloa 2002. De acuerdo con esta idea, Castoriadis (1989) afirma que “Toda sociedad es una
construcción, creación de un mundo, de su propio mundo. Su propia identidad no es otra cosa
que ese sistema de interpretación. Ese mundo que ella crea”.
5 Angel Maya, 2000.
6 Worster 1994:388.
7 Palacios & Safford, 2002.
8 Aunque no se sabe a ciencia cierta la antigüedad de la ocupación humana del valle
geográfico del Río Cauca, el hallazgo de una punta de proyectil de marfil asociada a restos
óseos de un mastodonte del género Stegomastodon en el municipio de Toro sugiere que el
arribo de los primeros pobladores a la región debió ocurrir, como mínimo, hace 9,790 años
(Rodríguez 2002:28-29).
hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. Durante los siguientes
cuatrocientos años, la transformación del paisaje tuvo lugar a un ritmo
relativamente lento, pero los patrones dominantes de uso de la tierra en ese lapso
sufrirían un cambio drástico a mediados del siglo XX.
9 O'Riordan, 1989.
búsqueda a éste, limitando las referencias a centros urbanos a aquellos
fenómenos que canalizaron el cambio general de los ecosistemas. En esta
reconstrucción articulamos las distintas lecturas del paisaje rural a lo largo de un
relato que combina citas textuales y evocaciones de distintas fuentes.
El capítulo 3, consiste en una revisión de las noticias sobre el campo del medio
ambiente rural vallecaucano publicadas en el diario “El País” de la ciudad de Cali
entre 1950 y 1970. Seleccionamos una muestra estratificada al azar de
periódicos del período de referencia, consistente en 252 ediciones de tal manera
que la revisión incluyó 12 periódicos por año. Un equipo de tres estudiantes de
Comunicación Social, adscritas a nuestro proyecto a través del “Semillero de
investigación” de la Universidad Autónoma de Occidente, revisó los periódicos
transcribiendo cada una de las noticias que hicieran referencia a temas de medio
ambiente rural, naturaleza y conservación, identificando las fuentes, las
problemáticas planteadas, las inferencias presentes y otras variables.
Historia de un paisaje
E l valle geográfico del Río Cauca es una de las regiones de Colombia más
intensamente transformadas por la actividad humana desde la época de la
conquista española. A partir de las avanzadas conquistadoras de Juan de
Ampudia, Sebastián de Belalcázar y Jorge Robledo, entre otros, cuando casi la
totalidad de la población indígena en la planicie fue desplazada o exterminada, se
desarrollaron grandes haciendas ganaderas y se establecieron los primeros
trapiches para la molienda de la caña de azúcar cerca de las primeras poblaciones
fundadas entre 1536 y 1559.
Comparada con otras regiones de los Andes, el paisaje de esta planicie aluvial
de 420,000 hectáreas, comprendida grosso modo entre los municipios de
Santander de Quilichao en el sur (Departamento del Cauca) y La Virginia en el
norte (Departamento del Risaralda) (fig. 1), sufrió una lenta transformación
durante los siguientes cuatro siglos a pesar de haber sido considerada desde su
descubrimiento y exploración por los españoles como una región promisoria. La
deforestación en el valle fue un proceso que tuvo lugar desde el siglo XVI hasta
finales del XIX para dar paso a los núcleos pioneros del cultivo de la caña de azúcar
y la mayor parte de las transformaciones a que dio lugar la apropiación social y
económica del territorio ocurrieron apenas en la segunda mitad del siglo XX.13 En
este lapso, el avance de la agricultura altamente tecnificada, el retroceso de la
ganadería, la expansión paulatina de los centros urbanos y la industrialización,
fueron responsables por la transformación de los ecosistemas en esta región.
13 Márquez, 2001.
14 Escobar, 1995.
15 Ídem.
25
Universidad Autónoma de Occidente
26
De “María” a un mar de caña
Aunque para el año 1950 el paisaje del valle geográfico del Río Cauca ya había
sufrido dos grandes procesos de transformación ocasionados por la acción
humana (el poblamiento indígena de hace aproximadamente 10,000 años 18 y la
apertura masiva de pasturas por los españoles en el siglo XVI), la panorámica que
podía vislumbrarse desde las laderas occidentales de la Cordillera Central aún era
semejante a la que describió el viajero norteamericano cien años antes. Las
grandes haciendas dominaban la vasta planicie comprendida entre Santander de
Quilichao y La Virginia y la banda oriental del río todavía estaba ocupada por
extensas ciénagas, pantanos y madreviejas.19
27
Universidad Autónoma de Occidente
durante casi medio siglo y los enfangados caminos de herradura que transitara
Holton ya habían sido reemplazados por el ferrocarril y por la red de carreteras que
ahora conectaba los numerosos pueblos y ciudades.
En el centro del valle, las zonas bajas entre San Pedro y Guacarí estaban
ocupadas por las grandes ciénagas del Conchal y de Sonso.21 Más complejos
que los anteriores, estos humedales tenían extensos espejos de agua y una
sucesión de distintos tipos de vegetación desde el centro hacia las orillas. Estas
últimas estaban bordeadas en algunos sectores por extensos juncales (Scirpus
sp., Typha angustifolia), zarzales (Mimosa pigra) y bosquecillos cada vez más
ralos de mantecos (Laetia acuminata), burilicos (Xylopia ligustrifolia), sauces
(Salix chilensis), chambimbes (Sapindus saponaria) y chamburos (Erythrina
glauca).
28
De “María” a un mar de caña
En el sur, el conjunto de
ciénagas y pantanos de El
Po n d a j e limitaba el
crecimiento urbano de Cali en
su límite suroriental y un vasto
conjunto de lagunas someras
ocupaba gran parte de la orilla
oriental del río entre Puerto
Te j a d a y S a n t a n d e r d e
Quilichao. En general, estos
humedales eran más
semejantes a los del norte de la
planicie que a los del centro del Laguna de Sonso o del Chircal .
valle, aunque algunos sectores
del Pondaje tenían una avanzada sucesión vegetal y por lo tanto estaban
poblados por juncales, matas de zarza y grandes chamburos.
La rica y diversa avifauna acuática de la planicie era uno de sus atributos más
reconocidos, como lo atestiguan las numerosas referencias en la literatura
regional a las garzas de varias especies, a las espátulas rosadas (Ajaia ajaja), al
buitre de ciénaga (Anhima cornuta) y a las grandes bandadas de patos. A
mediados de siglo y hasta comienzos de la década de 1970, la caza de aves
acuáticas era un entretenimiento muy popular en el valle geográfico, practicado
tanto por hacendados como por habitantes de los centros urbanos. En esta
29
Universidad Autónoma de Occidente
23 Borrero, 1958.
24 Salazar et al., 2002.
25 Ramos, 2003.
30
De “María” a un mar de caña
31
Universidad Autónoma de Occidente
La mayor parte del ganado en el valle del Río Cauca era todavía de origen
criollo, aunque para esta época se había extendido el mejoramiento genético de
los hatos iniciado desde 1928 con el cruce del ganado “hartón caucano” con razas
introducidas como Pardo Suizo, Ayrshire, Jersey, Guernesey, Durham y Holstein.35
En este sentido, una de las experiencias más revolucionarias en la industria
pecuaria del valle geográfico fue el desarrollo de la raza Lucerna por Carlos Durán
Castro en la Hacienda del mismo nombre en Bugalagrande, extendida luego a la
Hacienda El Hatico en Cerrito por Ciro Molina Garcés.36 Además de crear una raza
de doble propósito (carne y leche) adaptada a las condiciones locales de la región,
32 Chardon, 1930.
33 Ídem.
34 Justo Ramón, 1964.
35 Patiño, V. M., 1970.
36 Mejía Prado, 1997.
32
De “María” a un mar de caña
esta fue una de las primeras iniciativas ganaderas que buscó una alternativa a los
modelos pastoriles rudimentarios prevalecientes hasta entonces, basada en la
especialización de la producción.
Entre 1950 y 1960, el cebú43 y los híbridos del mismo desplazaron poco a
poco a otras razas en el valle del Río Cauca, excepto en los establecimientos
dedicados a la producción láctea y en pequeñas áreas de Roldanillo, Bolívar y La
Unión en el norte, en donde se criaba el ganado en condiciones rústicas.44 La
propagación de estos animales en la región fue promovida por iniciativas locales
de cría como la de la Compañía Agrícola Caucana,45 lo mismo que por la
introducción masiva de animales desde las ganaderías de la planicie del Caribe a
la feria de Cartago a través de la compra de ganado flaco en la feria de Medellín. El
volumen de este comercio lo ilustra el hecho que de 6601 cabezas de ganado
que ingresaron a la feria de Medellín el viernes 18 de febrero de 1953, 5902
37 Crist, 1952.
38 Pinzón, 1948.
39 Chardon, 1930.
40 Patiño, V. M., 1970.
41 Ídem.
42 Revista Semana 101:31, Patiño, ídem.
43 Procedente de Jamaica, de Brasil en donde se seleccionaban grupos genéticos de la India,
de Estados Unidos, o de la planicie costera del Caribe (Patiño, V. M., ídem).
44 Enrique Murgueitio, comunicación personal.
45 Patiño, V. M., ídem.
33
Universidad Autónoma de Occidente
34
De “María” a un mar de caña
Por otra parte, la década de 1940 trajo consigo a la región una mecanización
progresiva de la producción azucarera, con el uso cada vez más frecuente de
tractores, iniciado alrededor de 1930 por la colonia japonesa asentada en Corinto
(Cauca) y en el municipio de Palmira. Por esa época se inició también el reemplazo
de la producción de panela y de panes de azúcar por la de azúcar centrifugada
(fig. 2) que diez años antes alcanzaba apenas el 20% de la producción
vallecaucana.58 Esta sustitución determinó un incremento notable en la
producción azucarera con la consiguiente demanda de mano de obra para la zafra
y el acarreo de la caña y para el procesamiento industrial del azúcar. Poco a poco
los campesinos vallecaucanos se convirtieron en asalariados de los ingenios
azucareros,59 lo cual favoreció el cambio de una economía familiar de
subsistencia hacia la economía de mercado.
54 Ídem.
55 Patiño, V.M., 1969.
56 Ver capítulo 2 para mayores detalles acerca de la creación y funciones de esta estación.
57 Ramos, 2003.
58 Ramos, ídem.
59 Valencia & Londoño, 1994.
35
Universidad Autónoma de Occidente
de los minifundios localizados en las orillas del Cauca y en gran parte del sur de la
planicie entre Jamundí y Santander de Quilichao.
200000
180000
Área cultivada (en plazas)
160000
140000
120000
Caña para azúcar
100000
Caña para panela
80000
60000
40000
20000
0
52
60
62
66
70
72
64
68
74
19
19
19
19
19
19
19
19
19
Año
36
De “María” a un mar de caña
37
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1800000
1600000
1400000
1200000
No. habitantes
400000
200000
0
1938 1951 1964 1974
Año
62 Vásquez, 1994.
63 Esta tendencia hay que interpretarla con cautela, pues el concepto de población urbana y
rural a lo largo del período señalado no es exactamente el mismo y por lo tanto, los
porcentajes de población rural referidos a estas fechas, no son estrictamente comparables
(DANE-SNIE 2005:21). Además hay que tener en cuenta que la aceleración del crecimiento
de la población urbana puede atribuirse, más que a la dinámica demográfica y a los
desplazamientos internos en el Departamento, a la afluencia desde otras regiones del país.
64 Mejía Prado, 1997.
38
De “María” a un mar de caña
Sin embargo, estas esperanzas resultaron frustradas por varias razones que
se discuten a continuación.
39
Universidad Autónoma de Occidente
Sin lugar a dudas, los conflictos de intereses entre los terratenientes y los
campesinos durante esos años fueron el germen de la violencia política que
habría de iniciarse en los albores de la década de 1950. De hecho, una de las
reacciones más fuertes en contra de la Ley 200 de 1936 sobre la reforma agraria
correspondió a la propuesta de “reconquista” de la tierra por sus propietarios
hecha por el líder conservador Laureano Gómez.71 El desplazamiento forzado de
muchos campesinos del valle geográfico entre 1949 y 1955 sería una primera
manifestación de dicha reconquista y pocos años después la concentración de la
propiedad rural en la región mediante la inversión de capitales en la adecuación
de tierras y en el uso de tecnología agrícola sería una vez más la respuesta de los
latifundistas a las distintas propuestas de reforma agraria.
70 Crist, ídem.
71 Santacruz Medina, ídem.
72 Safford & Palacios, 2003.
73 Valencia & Londoño, 1994.
74 Vásquez, 1994.
75 Rojas, 1983.
40
De “María” a un mar de caña
Demografía e industria
El principal foco de este desarrollo industrial tuvo lugar en Cali y Yumbo, lo cual
explica el desmesurado crecimiento urbano en la capital a mediados de siglo;
entre 1944 y 1951 esta área metropolitana concentró el 60% del empleo
departamental.79 Sin embargo, algunas poblaciones intermedias de la planicie
concentraron la actividad de procesamiento industrial de productos agrícolas, lo
cual contribuyó en gran medida a la configuración del paisaje rural de sus
alrededores. La primera de estas empresas fue Cicolac S.A., establecida en
Bugalagrande en 1940 para aprovechar la creciente industria lechera
desarrollada por Carlos Durán Castro en el centro del Valle y aquella de las
ganaderías de ladera por encima de los 2000 m de elevación en la Cordillera
Central, en los bosques y páramos de Barragán y Santa Lucía.
76 Vásquez, ídem.
77 Ramos, 2003.
78 Vásquez, ídem.
79 Vásquez, 2001.
80 En 1952 se registró la primera importación de pollitos a la región, según se comenta en el
capítulo 3 de este trabajo.
41
Universidad Autónoma de Occidente
Finca S.A. en 1953, Soya S.A. en 1955 y Purina en 1961).81 Por la misma época
se crearon trilladoras y fábricas de concentrados para animales en Tuluá y en
Cartago y una desmotadora de algodón en Zarzal, lo cual fomentó el reemplazo
paulatino de la ganadería por los monocultivos en el norte de la planicie.
La revolución verde
81 Vásquez, 1994.
82 Cubillos, 1971.
83 Cubillos, ídem.
84 Enrique Murgueitio, com. pers.
85 Escobar, 1996.
86 Machado, 1986.
42
De “María” a un mar de caña
87 BIRF, 1950:97.
88 Machado, ídem.
89 Escobar, 1998.
90 Machado, ídem.
91 Kalmanovitz, 1978.
43
Universidad Autónoma de Occidente
Al otro lado del río, en la margen occidental, la situación era la opuesta pues en
ella la disponibilidad de agua era muy reducida, lo que se agravaba en las épocas
de sequía, limitando el aprovechamiento de la tierra para la agricultura. Como
resultado, esta región fue principalmente ganadera hasta los comienzos de la
década de 1940, cuando se estableció una estación vitícola en Bolívar con la
92 Crist, 1952.
93 Ramos, 2003.
94 Patiño, 1992.
95 Revista Semana, 1948.
96 Kalmanovitz, 1978.
97 CVC, 2004.
98 Restrepo & Naranjo, 1986.
44
De “María” a un mar de caña
99 Ramos, 2003.
100 CVC, 2004.
101 Citado en CVC, 2004:97.
45
Universidad Autónoma de Occidente
Naturaleza domesticada
46
De “María” a un mar de caña
Esta última medida entró en boga hacia 1955, cuando los propietarios de las
tierras adyacentes a la Laguna de Sonso o del Chircal levantaron un dique
cerrando la entrada del agua de los Ríos Sonso y Cauca durante las crecientes de
invierno,107 lo cual afectó seriamente los procesos ecológicos de estos
humedales. El incremento en las tasas de sedimentación, la proliferación de la
vegetación flotante, la reducción paulatina de la profundidad y la transparencia del
agua y la alteración en los movimientos migratorios de los peces nativos fueron
algunas de las consecuencias directas e indirectas de la construcción de
jarillones.108 En otros sectores, los proyectos buscaban la conversión de áreas
anegadizas para la agricultura o para el desarrollo urbano. Solamente el Proyecto
Aguablanca, ejecutado entre 1959-1961 habilitó 5600 hectáreas en el oriente de
Cali con la construcción de un jarillón y varios canales de drenaje.109
47
Universidad Autónoma de Occidente
En sólo veinte años, el área cultivada en la planicie se había triplicado (tabla 1).
Estas cifras son bastante elocuentes en cuanto al cambio en los modelos de
producción asociados a una nueva configuración del paisaje. Por una parte, es
bastante llamativo que los “otros cultivos” se incrementaran casi diez veces en
extensión. Al respecto es importante señalar que mientras en 1954 esta
categoría sumaba una proporción importante de plantas tradicionales en la región
como el tabaco y el cacao, para 1974 consiste principalmente en cultivos
industriales de algodón, soya y sorgo. La reducción proporcional de cultivos
sembrados en pequeñas propiedades ilustra además la tendencia generalizada a
la disminución de la heterogeneidad de la agricultura, incluyendo especies tan
usadas en la alimentación como el fríjol, el plátano y la yuca.
Año
a
1954 1974b
Caña 40,000 96,051
Arroz 9000 10,100
Fríjol 7000 1580
Maíz 10,000 13,300
Otros cultivos 13,000 118,246
Total 80,954 241,251
a
CVC 2004:75
b
Gobernación del Valle 1974:157
48
De “María” a un mar de caña
1400000
1200000
1000000
Cabezas de ganado
800000
600000
400000
200000
0
1951 1960 1964 1970 1977
Año
49
Universidad Autónoma de Occidente
En 1970, una vista panorámica del valle geográfico del Río Cauca ofrecía un
aspecto bien diferente al que tuvo apenas veinte años antes. La larga cinta del Río
Cauca era mucho más visible, en medio del mosaico multicolor de los
algodonales, los cultivos de millo, maíz y soya, los cañaduzales y las encogidas
fincas ganaderas. La banda occidental del valle estaba ahora cultivada
intensivamente y además de los campos de cereales en donde las torcazas
nagüiblancas (Zenaida auriculata) se habían hecho plaga, los viñedos trepaban
por las laderas en donde antes pastaba el ganado.
Las ciénagas habían sido confinadas a unos pocos sectores y los antiguos
bosques de galería estaban reducidos a los guaduales a lo largo del curso de los
afluentes. De las grandes haciendas sobrevivían algunas de las edificaciones
mayores y el recordatorio de su opulencia en las carreteras bordeadas por los
samanes centenarios. A lo largo de la vía férrea y de la carretera pavimentada en
la banda oriental del río, las numerosas aldeas se habían convertido en pueblos
densamente habitados y los huertos familiares antes distribuidos ampliamente
estaban ahora concentrados en las estribaciones de las cordilleras y en el sur de la
planicie. Los largos trenes cañeros se habían convertido en una imagen típica en
las carreteras y los tractores, combinadas113 y avionetas de fumigación eran tan
vallecaucanos como lo habían sido hasta 1950 las grandes vacadas, los coclíes y
los palmares. El valle geográfico del Río Cauca había sido finalmente domesticado
y su población, mayoritariamente urbana, formaba ahora parte de la compleja
sociedad civil colombiana de finales de siglo.
50
Capítulo 2
A l detenernos a observar el cambio del paisaje del valle geográfico del Río
Cauca entre los años 1950 y 1970, queda claro el reemplazo de los
grandes humedales, los extensos bosques y los sistemas de ganadería
extensiva por el paisaje repetitivo y continuo de los monocultivos propios de la
agricultura mecanizada y por el tránsito de las comunidades rurales a la
urbanización. La industrialización y la unificación social y del paisaje durante el
siglo XX se había iniciado a finales del siglo XIX, cuando el modelo de desarrollo
campesino básicamente comunitario se enfrentó con aquél promovido por los
hacendados, los comerciantes extranjeros y los empresarios vallecaucanos y
antioqueños, articulado a la agricultura comercial y a la agroindustria azucarera y
de aceites vegetales.114
Tal concepto de desarrollo, impuesto al tercer mundo por los países del norte,
procuró emular
Si bien es cierto que todo ser vivo transforma el entorno que habita, ninguno lo
hace con la intensidad y el impacto de los humanos. La posibilidad de la especie
de construir simbólicamente su mundo en una dimensión espacio temporal
determinada, le permite establecer acuerdos, significados y representaciones
que se leen como imaginario social.116 Por otra parte, cada cultura
52
De “María” a un mar de caña
Entre 1950 y 1970, el entorno del valle geográfico del Río Cauca dio cuenta de
las luchas por el rumbo que habría de tomar el desarrollo. En ellas confluyeron
procesos, valores y reglas en conflicto (tabla 2) que agudizaron la disminución de
la diversidad biológica hasta condiciones preocupantes pero que también
hicieron posible que en los albores de 1970 circulara, tímidamente aún, frente a
un paisaje degradado, el concepto de conservación como un imaginario posible
de naturaleza. Pues si bien los imaginarios sociales conservan un orden (social,
político, económico), también pueden ser la fuente de su propia trasgresión.
53
Universidad Autónoma de Occidente
54
De “María” a un mar de caña
Empeñada en hacer del agro un polo de desarrollo nacional, esta joven clase
terrateniente promovió la visita de varias misiones de expertos al país para que
trazaran los posibles derroteros. Algunas recomendaciones prosperaron, otras
ampliaron el abanico de conflictos, pero en cualquier caso legitimaron el
imaginario de naturaleza asociado a la producción extensiva e intensiva, al
monocultivo y a la industrialización agropecuaria, decisivamente modernizante.
55
Universidad Autónoma de Occidente
Trayectorias singulares126
Las características del paisaje vallecaucano que nos ocupa son fruto de
innumerables acciones que empiezan a tejerse muy temprano en la historia. Pero
tal como lo afirma Bourdieu127 la acción y la historia sólo son posibles,
Las historias que aquí relatamos hablan de tales agentes, cuyos nombres
aparecen referidos una y otra vez en los diferentes documentos y testimonios
recopilados y que tienen en común su participación activa en el juego129 de
diseñar el valle del Río Cauca desde ciertos imaginarios de naturaleza que
responden a un contexto modernizante de sociedad.
126 En su texto sobre el nuevo capital, Bourdieu (1997) plantea que la trayectoria describe la
serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un agente.
127 Bourdieu, (citado por Wacquant 1995:25) dice que acción e historia son las acciones
tendientes a la conservación o a la transformación de las estructuras.
128 Ídem
129 Bourdieu, (1990) compara el campo a un juego en el que se hacen apuestas que son el
resultado de la competencia entre los jugadores.
130 Económico, cultural y social.
56
De “María” a un mar de caña
Santiago Eder llegó a Colombia hacia 1861. Entró por Buenaventura, donde
se estableció como comisionista e importador de vinos y mercancías en general.
Sus primeras visitas al valle se registran desde el año 1864, cuando fue conocido
como “negociante en mercancías en cantidad apreciable”,132 lo que nos va
dando una idea de su trayectoria y prácticas.
57
Universidad Autónoma de Occidente
Una vez Eder se instaló en el Valle del Cauca, desplegando los capitales que
poseía, las semillas del capitalismo agrícola y del desarrollo como crecimiento
económico ya estaban sembradas. Sus acciones fueron imitadas por otros
vallecaucanos que las vieron posibles y rentables. La resistencia al cambio se
había vencido.
58
De “María” a un mar de caña
59
Universidad Autónoma de Occidente
60
De “María” a un mar de caña
137 Según la definición de la Food and Agriculture Organization (FAO): "Existe seguridad
alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias". La
seguridad alimentaria implica el cumplimiento de las siguientes condiciones: 1. Oferta y
disponibilidad de alimentos adecuados, 2. La estabilidad de la oferta sin fluctuaciones ni
escasez, 3. El acceso a los alimentos o la capacidad para adquirirlos, 4. La buena calidad e
inocuidad de los alimentos.
61
Universidad Autónoma de Occidente
Empeñado en hacer realidad este proyecto invitó al Valle del Cauca a John Mc
Cloy, primer presidente del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
BIRF (hoy Banco Mundial) a reunirse con los más importantes personajes de la
economía vallecaucana y en este encuentro Mc Cloy estuvo de acuerdo con
apoyar la iniciativa para lo que sugirió conformar una junta que se encargara, con
base en datos reales, de elaborar la solicitud de crédito.
Gustavo Rojas Pinilla accedió a invitarlo. Fue así como en 1954 Lilienthal arribó
a Buenaventura “y se entregó de lleno a viajar, volar, observar los problemas y a
cambiar puntos de vista con los más altos elementos representativos del
Gobierno y de la Economía”.139 El resultado de casi seis años de gestiones,
recopilación de información y establecimiento de datos estadísticos, es el
llamado Plan Lilienthal que como su nombre lo sugiere hizo uso de la planificación
como una técnica para enfrentar cualquier programa con un criterio funcional.
David Lilienthal declaró sin ninguna duda que la primera corporación que se
implementara en Colombia debería establecerse en el Valle del Cauca como una
planta piloto. Reunió en siete puntos las necesidades del país: comida más
62
De “María” a un mar de caña
abundante y barata; más electricidad para las fábricas, casas y fincas; más y
mejores escuelas, hospitales, sanidad y suministro de agua; mayor control de las
aguas para irrigación de la tierra cultivable; control de las inundaciones para tener
más tierra disponible para el cultivo; más pastos y ganadería en las pendientes y
como consecuencia más tierra disponible para cultivo intensivo en las áreas
planas en donde pasta el ganado; más y mejor transporte aéreo, fluvial y
terrestre, incluyendo el ferrocarril y, por último, mejores terminales marítimos,
aéreos y ferroviarios.
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Universidad Autónoma de Occidente
los tractores durante las 24 horas del día mientras que los propietarios de la
región, con excepción de Santiago Eder, seguían empleando arados de tracción
animal. En 1938 poseían veinticinco tractores y eran para la época el paradigma
de la producción agraria no sólo en el Valle sino en el país. Otra innovación que se
atribuye a los japoneses es la creación de la primera cooperativa de producción
agrícola, mediante la cual lograron organizarse y regular el mercado interno de los
cereales.
Este proceso de configuración del paisaje del valle geográfico no se logró sin
generar conflictos de intereses. Por un lado, la concentración de la propiedad rural
produjo choques inevitables con el campesinado de la región, que para esta
época empezaba a desplazarse hacia los centros urbanos. En segundo lugar, la
implementación del nuevo modelo de desarrollo requería otros esquemas
financieros y los propietarios tradicionales se enfrentaron a la nueva burguesía en
torno al pago de los impuestos necesarios para financiar la transformación de los
sistemas productivos.
El cambio radical de la naturaleza vallecaucana tuvo más que ver con la clase
industrial asociada a la burguesía agrícola emergente que con la terrateniente a la
que pertenecían los estamentos más conservadores de la región dedicados casi
exclusivamente a la ganadería. Esto creó enfrentamientos entre ambos agentes,
que tenían capitales económicos y culturales similares, por lo que la lucha fue
dura y tuvo que ser reforzada con la participación de entes organizados. Por lo
tanto aunque se reconoce en los agentes su capacidad para proyectar y gestionar
ideas haciendo uso de la combinación de capitales disponibles que los dotaban
de un cierto poder para diseñar estrategias de lucha, es claro también que todas
sus iniciativas fueron consolidadas mediante la creación de instituciones que
legitimaron las acciones emprendidas, fueran éstas gubernamentales,
educativas, cooperativas, asociativas, gremiales, o corporativas como en el caso
de la CVC.
Acompañamiento Institucional
Los agentes que hemos destacado lograron desarrollar sus acciones con el
concurso de otros agentes y de instituciones141 que les dieron apoyo. En este
análisis seleccionamos las instituciones que aparecen mencionadas
recurrentemente tanto en los documentos históricos como en las narraciones de
los entrevistados.
141 Bourdieu (1990, 1997). Las instituciones hacen parte, junto con los agentes, de un campo
específico, participan en las tensiones propias del campo, hacen apuestas y lo que hemos
encontrado en el campo del medio ambiente es que ellas representan los intereses de los
agentes.
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De “María” a un mar de caña
El desarrollo del agro fue concebido por la SAC desde una perspectiva
modernista de explotación de los recursos naturales y de crecimiento
económico, vigilando muy de cerca los intereses de los latifundistas en relación
con los enfrentamientos campesinos:
142 Nuestra utilización del término indica la sinergia resultante de la unión de los capitales de
los agentes.
143 Valencia y Londoño, 1994.
144 En el sentido de Bordieu.
145 Sánchez, 1984.
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146 La SAC entabló una demanda ante el Tribunal Contencioso Administrativo del Valle del
Cauca que buscaba la nulidad del aumento del 4 por mil al impuesto predial, establecido para
financiar la CVC (CVC 2004).
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De “María” a un mar de caña
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De “María” a un mar de caña
Puede decirse que fueron estas las bases para la creación en 1954 de la CVC.
A partir de ellas, la organización estuvo orientada en sus inicios hacia la
industrialización del campo, el desarrollo energético, el control de las
inundaciones provocadas por el Río Cauca y sus tributarios, a la mecanización, el
estudio y ejecución de proyectos de desarrollo y a la institucionalización de un
sistema financiero, de crédito y fomento que garantizara los recursos de las
obras.
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Universidad Autónoma de Occidente
Hay que anotar que con la CVC la conservación empezó a ser parte del ámbito
institucional, por lo menos al nivel discursivo. Comenzando la década de 1970 su
vocación pasó a ser predominantemente ambiental, lo que no deja de parecer
una paradoja toda vez que al mismo tiempo promovía la producción intensiva y
extensiva de la tierra mediante el control de las inundaciones, la desecación de
pantanos y la electrificación rural.
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De “María” a un mar de caña
El cambio del paisaje rural en el valle geográfico del Río Cauca no puede
atribuirse entonces a un hecho aislado. Lo que observamos entre 1950 y 1970
es el resultado de varios años de planificación y estudio, período en el cual el
imaginario colectivo de naturaleza aparece asociado a la visión moderna de
industrialización y productividad aunque en el imaginario personal subyacen otras
dimensiones de lo natural.158 Lo que sí puede afirmarse es que la creación de la
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Universidad Autónoma de Occidente
“Había pues ese comunero, donde la gente tenía sus caballos y tal…
sino tenía potrero propio junto a su casa, llevaba el caballo a comer,
nadie se lo robaba, al otro día iba por el caballo y allá estaba, la leña la
traían de ahí o sino de las fincas, nadie talaba, se cosechaba la leña de
los árboles secos ya.. casi todos tenían su pequeña finca…..”. 161
Todavía hasta la década de 1920, la mayor parte del uso que se hacía de la
naturaleza en el valle geográfico del Río Cauca estaba orientada a satisfacer las
necesidades alimentarias básicas de la población. En este sentido la
159 Según Fals Borda (1994), el campesinado se define como el conjunto de clases sociales
con cuya fuerza de trabajo se hace producir la tierra de manera directa, estableciendo formas
diversas de relaciones de producción. Históricamente su racionalidad ha ido variando de la
satisfacción de necesidades propia de la era precapitalista, a la acumulación de excedentes.
160 En la literatura revisada se hace muy poca referencia a nombres propios de campesinos
en el Valle. Aparecen casi todos unidos a instituciones.
161 Aníbal Patiño, entrevista realizada el 9 de octubre de 2004.
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De “María” a un mar de caña
Hay que advertir que por esta época el impacto sobre los recursos naturales se
hacía a una escala muy pequeña debido no solamente a la menor densidad de la
población sino también a la estructura del minifundio. No obstante no podemos
afirmar si tal imaginario se habría mantenido en el hipotético caso de que la
tenencia de la tierra hubiese sido otra.
162 Para más detalles acerca de este aspecto, ver el capítulo 1 de este trabajo.
163 Tulio Campo, entrevista realizada el 13 de mayo de 2005.
164 Valencia & Londoño, 1994.
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Universidad Autónoma de Occidente
Muchos fueron los mecanismos utilizados por los terratenientes para someter
a los campesinos y asegurar mano de obra para la explotación de sus haciendas.
El terraje con obligaciones fue uno de ellos. Exigía el pago del arrendamiento de
las tierras en dinero o en especie. Prohibía la siembra de determinados cultivos,
obligaba la venta de la cosecha al patrono lo mismo que la compra de los insumos
en la tienda de éste.
165 Colonato se refiere a la explotación de las tierras por medio de colonos que las invaden,
las mejoran y luego son reclamadas por los dueños (DRAE). Fals Borda (1994) define la
aparcería como una especie de sociedad entre propietario y plantador para poner a producir la
tierra y después compartir la cosecha. Arrendatario, según el mismo autor, era el campesino
que pagaba una proporción acordada al dueño de la tierra bien fuera en especie o en dinero.
166 Valencia & Londoño, Op. Cit.
167 Fals-Borda, Op. Cit.
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De “María” a un mar de caña
La agitación social del campo disminuyó con la Ley 200 de 1936 que trató de
definir la propiedad de la tierra y de los títulos, al tiempo que obligaba a los dueños
a mantener la tierra productiva. Sin embargo no se dio una redistribución de la
gran propiedad y por el contrario la interpretación de la ley que hicieron los
grandes propietarios les permitió expulsar arrendatarios, aparceros y colonos.170
Con esta ley el movimiento campesino empezó a deteriorarse. Políticamente no
pudo continuar la lucha y el partido liberal, aliado de los terratenientes, inició un
proceso de institucionalización y control reconociendo legalmente sindicatos y
ligas campesinas. Con esto detenía el descontento, mientras que por otro lado
fortalecía el latifundio, y con su ambivalencia sirvió cabalmente a los intereses de
la clase dominante.
Los conflictos resurgieron con fuerza hacia mediados del siglo XX. En 1945,
doscientas familias invadieron propiedades de la familia Eder. A comienzos de los
años 1960, como consecuencia de la revolución cubana, la participación del valle
en el mercado internacional del azúcar se intensificó, el precio de la tierra se elevó
y las luchas se recrudecieron. En 1967 nació la Asociación Nacional de Usuarios
Campesinos - ANUC - que revitalizó el movimiento pero que finalmente claudicó
ante los enfrentamientos internos y la burocracia a la que la sometió la Reforma
Agraria.
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Universidad Autónoma de Occidente
Así mismo la creación de las Juntas de Acción Comunal (JAC) en 1959, por
iniciativa del gobierno, fue otro intento para organizar a los campesinos alrededor
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De “María” a un mar de caña
ASGRINOV además apoyó a los campesinos del valle en sus luchas salariales
especialmente en el sector algodonero, pero su influencia fue minada
paulatinamente por la falta de recursos y la persecución de los hacendados y
terratenientes, contra sus socios y líderes.
171 Es importante recordar que, en esta época, aún estaba vigente el concordato entre el
Estado Colombiano y la Santa Sede, el cual permitía la ingerencia de la Iglesia en las
actividades del Gobierno.
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Universidad Autónoma de Occidente
inicios fueron los campesinos de la zona plana, pero más tarde se unirían a ellos
los de las laderas para hacer de la asociación un mecanismo de presión ante el
gobierno que una vez más no dio cumplimiento a las promesas, lo que propició
de nuevo el fomento de estrategias de invasión al nivel nacional.
Posiciones y disposiciones
Entre los dos grupos dominantes los capitales son compartidos por los
agentes. No obstante disponer de recursos para inversión, la condición de
propietarios de la nueva burguesía industrial se veía obstaculizada por la negativa
de los terratenientes a vender. De cualquier forma la tierra, en ese primer
momento del cambio tenía muy poco valor económico, no así simbólico. Ingrid
Bolívar y Alberto Flórez en su investigación sobre el consumo de carne bovina en
Colombia, advierten que ser ganadero y propietario daba sobre todo prestigio:
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De “María” a un mar de caña
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Capítulo 3
Naturaleza registrada174
174 Este capítulo fue elaborado a partir del trabajo realizado por las estudiantes de
Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Occidente, Claudia González, Luisa
Panteves y Catalina Cruz, integrantes del semillero de investigación de la Facultad de
Comunicación Social con la dirección de Carmen C. Rivera, una de las autoras de este trabajo.
Los resultados en extenso de dicho estudio se pueden consultar en la Vicerrectoría de
Investigaciones y Desarrollo Tecnológico de la Universidad Autónoma de Occidente.
De “María” a un mar de caña
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Universidad Autónoma de Occidente
Las fuentes son una base de gran relevancia para analizar discursos escritos,
pero hay que tener en cuenta lo que el historiador de origen mexicano Edmundo
O'Gorman denunció con respecto a la costumbre de ir a las fuentes históricas
Para comprender mejor las fuentes hay que aceptar primero que existe un
“distanciamiento temporal”, es decir,
176 Haidar.
177 Galindo, 1998.
178 Ibíd.
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De “María” a un mar de caña
Las inferencias se hacen evidentes durante las actividades de uso del lenguaje
y responden a relaciones de significación. La buena comprensión de la lectura de
un texto es el resultado de lograr realizar una gran cantidad de las mismas.
Igualmente, las inferencias están relacionadas con la forma como está construido
el texto y con sus condiciones de producción, ya que no existe enunciado que
pueda ser identificado con una sola persona. De ahí su naturaleza social.181
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Las preguntas
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De “María” a un mar de caña
¿Cuál es el modo discursivo del texto? (Quien escribe el texto, ¿está dando su
opinión, o toma la voz de otros para estructurar su discurso?)
Las secciones
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De “María” a un mar de caña
Otros de los cubrimientos noticiosos eran los congresos realizados por los
gremios en los cuales se discutía acerca de los intereses de sus miembros según
fuera el negocio que los agrupara. Como instituciones, los gremios estaban
dotados de poder para tomar decisiones que protegieran los sectores a los cuales
pertenecían, les daba estructura organizativa y eran un sistema de presión para el
gobierno, como se puede observar en la siguiente declaración que apareció
publicada el 29 de mayo de 1952: “…la federación no ha descuidado los
intereses de los arroceros, sino que lo que ha sucedido es que ha venido
careciendo totalmente de fondos como sucedió hasta fines de 1951 en que el
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Universidad Autónoma de Occidente
Local, era otra sección donde tenían cabida los temas de naturaleza o
relacionados con ella. La distribución de productos que hacían instituciones como
el INA (Instituto Nacional de Abastecimiento), la situación geopolítica, o las
transformaciones urbanísticas de los departamentos de la región, eran temas de
noticia, lo mismo que hechos de interés nacional como la relación de los
caficultores con Fedecafé y de nuevo, como aparece en otras secciones, las ferias
de exposición. Aunque algunas noticias de interés nacional eran publicadas en
todo el periódico, la mayoría de ellas eran agrupadas en una sección llamada El
País.
Tendencias en la Información
Con base en los conceptos de naturaleza y conservación discutidos en el
capítulo 1 de este trabajo,190 clasificamos la información en las siguientes
189 Diario El País, 1952. Elegida la delegación de Ibagué al congreso de arroceros de Cali.
190 El análisis y la interpretación de los datos recopilados en este estudio sobre los imaginarios
promovidos por el periódico El País, se hizo con base en los resultados obtenidos del análisis
socio histórico de los imaginarios de naturaleza y conservación en el Valle del Cauca, los
cuales indican que el imaginario predominante de naturaleza, durante la época entre 1950 y
1970, estuvo asociado con la agroindustria, con la ciencia y la tecnología, con la idea de
progreso como crecimiento económico y, en general, con las ideas promovidas por el paradigma
modernizante.
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De “María” a un mar de caña
6%
9%
32%
Agropecuario
11% Comercialización
Ciencia y tecnología
Gobierno y dependencia
Gremios
Amenazas
Conservación
18%
12%
12%
Agropecuaria
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Al igual que los productos anteriores, el tabaco era uno de los cultivos
tradicionales en el Valle del Cauca, por ofrecer suelos y climas apropiados para su
siembra. Sin embargo, en esta revisión de noticias, nunca llegó a ocupar un buen
puesto en la economía del departamento debido a la intervención directa de los
resguardos sobre los cultivos, motivo por el cual no se vincularon grandes
capitales a la siembra de esta planta.
92
De “María” a un mar de caña
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Universidad Autónoma de Occidente
¡Es evidente que el “potrerismo” nos está matando! Nos está asfixiando. Dentro de pocos años no van a poder vivir en el Valle
del Cauca sino los muy bovinos, y los que tengan cuernos….”
“… ¡Y si sigue la cosa como va, y continúan arruinando la agricultura para sembrar pará, va a llegar el día en que vaya uno a un
hotel a pedir un almuerzo, y por toda respuesta lo arrimen… ¡a la canoa!
Es preciso, es indispensable que todos contribuyamos, en la medida de nuestras capacidades, al incremento de la agricultura.
됐ue los que tengan tierras las cultiven intensamente, y que los que tengan dinero lo faciliten a los agricultores en condiciones
benignas.”
“…seguramente no hay en todo el vasto territorio de Colombia una región más fértil y más rica que este valle feliz, que debiera
ser un emporio de riqueza, y que no lo es porque nosotros, con una incomprensión indisculpable, nos hemos empeñado en
mantenerlo de “paisaje” para que extasíen sus miradas, desde el postigo del vagón al descender de La Cumbre, los místeres
que vienen a visitarnos tras de nuestras grandes riquezas, que ellos codician y aprecian.”
Ciencia y tecnología
191 El contexto de la revolución verde aparece mencionado en los capítulos 1 y 2 de este texto.
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De “María” a un mar de caña
Gremios
En el caso particular del Valle del Cauca, para marzo de1962 ya se pensaba en
la construcción de una agrupación que concentrara todas las actividades
agrícolas vallecaucanas en vista de que la industria de esta región se mostraba
como una de las que más vinculaba capital y trabajo. El objetivo final de tal
organización era cooperar para crear más posibilidades de fomento, crédito y
asistencia técnica.
95
Universidad Autónoma de Occidente
Comercialización
El Valle del Cauca agroindustrial no podía ser posible sin una planificación que
permitiera abordar todos los frentes para el desarrollo. El transporte y las vías de
comunicación fueron algunos de ellos y por eso es importante anotar, como lo
muestra el periódico, que grandes extensiones de tierra fueron reemplazadas
para dar paso a la construcción de carrileras y caminos, a pesar de que no todos
los suelos eran aptos para ello.
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Gobierno y dependencia
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De “María” a un mar de caña
Amenazas y conservación
193 Sin embargo, la relación entre la crisis ambiental y la pobreza une con frecuencia estas
dos discusiones a una racionalidad economicista, para la cual la solución es un mayor
crecimiento económico. Esta es una perspectiva desafortunada, pues encierra el discurso de la
conservación dentro de la lógica del modelo de desarrollo imperante y quita fuerza a las críticas
al sistema económico en aras de un medio ambiente más sano.
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Universidad Autónoma de Occidente
Las repercusiones que tenían los químicos sobre el suelo, plantas y cultivos
también empezaron a ser una preocupación recurrente, especialmente a partir
de 1953 cuando se publicó uno de los estudios más importantes sobre este
tema. En el Efecto del tratamiento del suelo con DDT, hexacloruro de benceno y
toxafeno sobre tabaco, algodón y garbanzos el investigador Bondi F. Alem N.
mostraba cómo el uso de insecticidas repercutía sobre los suelos y las cosechas.
Según el estudio, en algunos vegetales el daño no era tan grave y sólo se notaba
en su apariencia y olor, sin embargo su utilización en áreas de alta precipitación
pluvial las convertía en terrenos temporalmente improductivos.
A todo esto hay que sumarle el registro detallado de uno de los proyectos más
ambiciosos para recuperación de suelos que se adelantaron en 1957 en todo el
mundo, para el cual se crearon comisiones de reforestación al nivel global, cuyos
objetivos eran mantener los bosques, señalar sistemas de repoblación forestal y
permitir el desarrollo de las zonas de reforestación en las cuencas hidrográficas,
entre otros. Se enfatiza la necesidad de crear
100
De “María” a un mar de caña
En las noticias del periódico El País las fuentes más consultadas son las
oficiales y las documentales. Las fuentes documentales se remitían a resultados
de estudios casi todos realizados en países extranjeros. Por su parte entre la
fuentes oficiales se citaba a menudo a José Mejía Palacios, Presidente de la
Asociación Nacional de Exportadores de Café; Alfonso Gálvez, Jefe de la Campaña
Anti-Aftosa en el Departamento del Valle; Londoño Villegas, Gerente de la ADEGA
(Asociación Colombiana de Ganaderos); el Gerente del Instituto de Reforma
Agraria (INCORA); Jaime Lozano, Presidente de la Asociación Nacional de
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De “María” a un mar de caña
196 Diario El País, 1955. La carta del café: Moderado el volumen de compras.
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De “María” a un mar de caña
Es conocido que los medios masivos fijan una política de información la cual
generalmente refleja los intereses de grupos sociales, económicos, políticos o
religiosos. Así como se convierten en voceros de gremios y organizaciones que a
la vez que les aportan credibilidad como fuentes y se sirven del periódico para
legitimar sus ideas. De ahí que la información sobre organizaciones y gremios
aparecida en la revisión sea tan representativa numéricamente. A esto debe
sumarse la importancia de los gremios y las organizaciones como grupos de
poder y por lo tanto con capacidad para ejercer presión e influir en las decisiones
sobre sus intereses.
Las noticias sobre vías de comunicación y transporte, así como sobre las
actividades del puerto de Buenaventura y el comercio marítimo se relatan unidas
a las actividades agropecuarias de la región, configurando con esto los frentes
temáticos promotores del desarrollo agroindustrial de la naturaleza.
105
Universidad Autónoma de Occidente
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Capítulo 4
“Niños muy amados de mi Patria, con esta nueva obrita, puesta al alcance de vuestro
desarrollo estudiantil, daréis un nuevo paso de conquista a vuestro reino.
Continuad con fervor su estudio, la aurora sonríe y presagia triunfos.
No olvidéis que siempre, y a cualquiera edad, estáis edificando un futuro;
que vivís las vísperas de un comienzo que toca en el umbral de un mañana.”200
108
De “María” a un mar de caña
207 Por ejemplo, a los terratenientes tradicionales vallecaucanos para quienes las propuestas
de industrialización de la producción agrícola significaban un cambio cultural muy abrupto se les
tildó de pertenecer a la “orden del bramadero”, término que se usó para señalar su resistencia a
la modernización y al cambio motivado por las nuevas generaciones Vallecaucanas (Guillermo
Barney en entrevista realizada el 14 de mayo de 2005).
208 En el Valle del Cauca se establecieron instituciones educativas técnicas de gran
importancia para la formación del capital humano necesario para su desarrollo agroindustrial: la
Estación Agrícola Experimental de Palmira, pionera en la región, fundada en 1928 con el aval
de la Secretaría de Agricultura del Valle, las Granjas Experimentales de Bolivar, Bitaco y el Bajo
Calima, la Escuela Superior de Agricultura creada en en Palmira en 1934 y convertida en 1944
en Facultad de Agronomía y posteriormente, la Universidad del Valle, el ICA y el CIAT. Todas
estas instituciones tuvieron el liderazgo en el proceso de transformación de la agricultura en la
región.
209 Parra-Sandoval, 1996: 3.
109
Universidad Autónoma de Occidente
Los espacios educativos y las dinámicas que allí se gestan y se alimentan son
cruciales en la conformación de los aspectos simbólicos y míticos que
construyen y fundamentan la cultura. En lo concerniente a esta investigación se
hace entonces necesario considerar que, desde nuestra perspectiva, la
naturaleza y sus imaginarios se conciben como una construcción social
íntimamente ligada a los valores y dinámicas culturales.
110
De “María” a un mar de caña
La escuela modernizante
En primer lugar y a partir de esta época, ésta procuró ampliar su cobertura con
el ánimo principal de atender las demandas de formación de capital humano para
el proyecto de modernización y desarrollo del país. En estos esfuerzos se
intensificó la presencia de la escuela en las zonas rurales, si bien promoviendo
una cultura y unos valores eminentemente urbanos.213
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De “María” a un mar de caña
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240 Para ampliar esta discusión, ver detalles sobre la construcción del Tercer Mundo a partir de
la construcción del discurso del desarrollo en Escobar 1995; ver también Sachs 1999 y Harding
1998).
241 Guillermo Barney, en entrevista realizada el 14 de mayo de 2005.
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De “María” a un mar de caña
“Un día del mes de marzo, se escogió una semilla. Éramos unos
granitos compañeros de otros muchos, que habíamos nacido
juntitos, unidos por los lados, en una hermosa mazorca amarilla.
Crecimos alimentados por la savia de una mata, madre de tres
mazorcas…
254 Desde una perspectiva ética de la relación ser humano-naturaleza O'Riordan (1989)
identifica dos posiciones opuestas: una el homocentrismo, a través del cual la naturaleza se
construye y se define con referentes humanos, y en ellos, las necesidades humanas están en el
centro de los cuidados que como sociedad debamos tener con la naturaleza. Por el otro lado, el
ecocentrismo, pone a la naturaleza misma en el centro de estas concepciones y
preocupaciones, concibiendo la especie humana como parte de la naturaleza (O'Riordan, 1989).
255 Ídem:43.
121
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124
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En el Valle del Cauca, al igual que en el resto del país, esta racionalidad se
tradujo en el territorio a través de proyectos y propuestas de acción con los
planteamientos de la revolución verde, del Programa de Desarrollo Rural
Integrado (DRI) y del ICA y con el establecimiento del Centro Internacional de
Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira (ver capítulos 2 y 3). Por otra parte, es muy
probable que la confianza en las tecnologías de punta de la época para la
manipulación de los recursos naturales fuera incentivada desde la enseñanza
primaria, como lo sugiere el siguiente texto:
125
Universidad Autónoma de Occidente
Y también:
'La escuela debe ser visitada por los padres de familia con la
mayor frecuencia posible (por lo tanto se hace la siguiente):
INVITACIÓN
'La Directora de la escuela saluda a usted muy cordialmente y se
complace en invitarla a una reunión que se verificará en el local
de la escuela, el próximo viernes, de las 3 p.m. en adelante.”274
126
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275 Merchant 1990, Warren 1997, Harding 1998, Di-Chiro 1987, Gough 1999.
127
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El nacimiento de la conservación
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De “María” a un mar de caña
Los efectos nocivos de la ciencia que, hasta ese momento, sólo había sido vista
por sus efectos positivos para la sociedad.279 A partir de estas críticas
emergieron los cuestionamientos sobre la supremacía de la especie humana
sobre el resto de la naturaleza. Las investigaciones y publicaciones de científicos
tales como la famosa Primavera Silenciosa publicada en 1962 por Rachel Carson
como una denuncia de los efectos devastadores la contaminación y en especial
de los pesticidas
129
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130
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Los vínculos familiares de Lehmann con las altas esferas de la sociedad del
suroccidente colombiano, su encanto y su facilidad expresiva permitieron que
sus estudios y propuestas fueran escuchados y difundidos ampliamente:
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290 Ídem.
291 Ídem.
292 Patiño, 1991:11.
293 Ídem.
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Uno de los vehículos más efectivos de este cambio fue la educación con el
fomento de discursos modernistas que auguraban el progreso, mirando hacia el
futuro y borrando con su actuar el pasado. Estos discursos se fundamentaron en
una ciencia occidental racionalista e instrumental que fomentaba el control sobre
la naturaleza y el individualismo, íntimamente vinculada a la economía capitalista.
Bajo esta racionalidad, las representaciones y los discursos locales - la gran
mayoría de Colombia en esta época - perdieron toda validez, por corresponder a
una racionalidad diferente.
134
Capítulo 5
Huellas y testimonio
Sin embargo, existe todavía una memoria viva de dichos cambios. Quienes
nacieron antes de 1950 en la región o llegaron a ella por esa época fueron
testigos de excepción de los múltiples impactos que la llegada de la modernidad
trajo al valle del Río Cauca. Sus evocaciones de los paisajes perdidos, de los
estilos y calidad de vida en distintos momentos de la segunda mitad del siglo XX,
su lectura de la transformación de los ecosistemas y su interpretación de las
relaciones causales y contingentes de estos procesos son piezas claves del
rompecabezas de la reconstrucción de la historia ambiental de la región en ese
periodo.
Teniendo en cuenta que cualquier lectura del entorno está limitada espacial y
temporalmente y corresponde a un acervo cultural local afincado en un territorio
específico,296 cabe preguntarse hasta qué punto encajan entre sí dichas piezas
y cómo se expresan en un imaginario colectivo que reconstruya el complejo
mapa de sus relaciones con el mundo externo, habida cuenta de los diferentes
orígenes y trayectorias de sus protagonistas. En este capítulo exploramos estos
interrogantes, a partir de entrevistas y conversaciones con siete personas que
habitaron, como adultos, el valle del Río Cauca en el período considerado.
Evocaciones
137
Universidad Autónoma de Occidente
“Si uno quiere ver lo que era el Valle del Cauca antes en la parte
plana, cuando uno viaja por la carretera a Rozo, después de que
uno pasa [el pueblo] hay una propiedad a mano derecha en donde hay unos
potreros con árboles de guásimo. Yo recuerdo que así eran casi todas las
haciendas del valle en la parte plana. Cuando yo paso, miro ese potrero y digo
que es lo que llamamos ahora un proyecto silvopastoril… y le digo a mi
señora: mire el Valle del Cauca, era como ésta finca, con
guásimos, pastos, ganadería,así era casi todo el Valle del
Cauca” (Efrén Salcedo).297
297 Efrén Salcedo es un ingeniero forestal nacido en Buga en 1945. Después de terminar sus
estudios universitarios en el Tolima, regresó al Valle del Cauca en 1976 y trabajó desde
entonces, hasta jubilarse, en la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca.
Entrevistado en Buga el 13 de noviembre de 2004.
298 Ca., 1935.
299 Guillermo Barney Materón nació en San José, finca cercana a Palmira en 1925. Estudió
Derecho en Bogotá y desde los 23 años ha vivido la mayor parte del tiempo en el Valle del
Cauca aunque cuando fue gerente de Corpoica, en 1972, vivió en Tibaitatá, con responsabilidad
en territorios del Magdalena medio, Cundinamarca, Amazonas, Putumayo y Caquetá. Ha
ocupado numerosos cargos públicos, entre ellos la Alcaldía de Palmira, la Secretaría de
Agricultura del Departamento, la Secretaría General de la CVC, la Presidencia de la junta de la
SAC y la Dirección de INCIVA. Entrevistado en Palmira el 14 de mayo de 2005.
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De “María” a un mar de caña
no tuviera que asentarse sobre la arena en una parte honda, de las más hondas
para él arrimar a cargar la leña...”(Tulio Campo). 300
“Cuando crecía el Cauca se metía por aquí, por este bajío que se ve aquí, iba a
dar arriba por la otra carretera que pasamos, o sea de la carretera vieja que queda
más arriba. Hasta allá llegaba el agua, toda esa tierra se perdía, no era sino
rastrojo, al dueño de la tierra le decían vea doctor porque no limpia esos potreros
que están llenos de zarza y él decía: no, Cauca viene y los limpia”
(Joaquín Cabrera).302
300 Tulio Campo nació en la Finca La Esperanza, en el municipio de Guacarí, en 1908. Trabajó
en las labores del campo toda su vida, entre los municipios de Guacarí, Buga y Restrepo.
Entrevistado en Buga el 13 de mayo de 2005. Don Tulio falleció en Buga en el mes de abril de
2006.
301 Aníbal Patiño nació en Zarzal en 1920. Hizo estudios de Pedagogía en Bogotá y tiene una
extensa trayectoria profesional como docente en la Universidad del Valle, como investigador en
la dinámica ecológica de los humedales y la piscicultura y como líder de movimientos
ambientales en la región. Entrevista realizada en Cali el 9 de octubre de 2004.
302 Joaquín Cabrera es un agricultor oriundo de Prado (Tolima). Llegó a la región de Buga en
1941, a la edad de 18 años y desde entonces ha trabajado la tierra primero como empleado,
luego como arrendatario y finalmente como propietario de campos agrícolas y ganaderos a
orillas del Río Cauca. Entrevistado en su finca de Aguasalada en Yotoco, el 13 de noviembre
de 2004.
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Universidad Autónoma de Occidente
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De “María” a un mar de caña
“La orilla [del Cauca] tenía mucho monte, había de todo: zancas de araño,
guásimos, había mucho árbol, había mucha guadua en toda parte” (Tulio Campo).
“[En las orillas de Cauca] había muchos árboles: manteco y burilico, eritrinas,
chamburos, písamos, caracolíes: que aguantaban las inundaciones, daban
sombrío y servían para hacer canoas. [Había también] mucha
Guadua, hasta chontaduro… Al frente de la finca había unos
llanos de pastoreo de ganado muy bonitos, con árboles y allí fue donde yo
conocí el famoso coclí. Por las tardes, cuando uno venía hacia Buga, eso era la
cantidad de coclíes en los llanos.
Pero sin lugar a dudas, y como era de esperarse para un valle aluvial con una
gran riqueza de recursos hidrobiológicos, las referencias a la explotación
pesquera son aún más contundentes. Los campesinos del centro del valle eran
también pescadores y los ciclos de inundaciones señalaban épocas de bonanza
para los pobladores locales. “A los pocos meses de haberse desbordado el río y
llenado estos bajos, formando una laguna, la cantidad de peces era
impresionante. El bocachico era capturado, era una época que la gente esperaba
ansiosa porque sabía que en esa época había pescado por semanas o por meses.
Yo vi como el pescado subía, no era sino meterse dentro de la canoa a orillas del
río en la época en la que subían esos cardúmenes y golpear la canoa con una
piedra, el bocachico se asustaba y caía a la canoa, no había necesidad de
pescarlo, era así de ese tamaño la abundancia de pescado que se criaba en esa
ciénaga” 303 (Aníbal Patiño).
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“Había pescado, claro, en Cauca el agua era muy limpia en esa época, los
paseos los domingos eran al Río Cauca para bañarse en esas playas. Yo ví
tortugas por ahí, en el río no, en la ciénaga” (Joaquín Cabrera). “Yo me acuerdo
que había mucho barbudo en Cauca - Uno lo veía al pie de la carretera, veía la
cantidad de pescadores vendiendo pescado: los barbudos, o los bocachicos, los
bagres. De la gente que vivía a las orillas del Cauca en esas finquitas, algunos eran
pescadores. Me acuerdo que hacían unas jaulas de guadua, ahora que he visto
los proyectos de cultivo de pescado con los anjeos y las mallas y todas esas
vainas, esto era casi lo mismo que se hacía antes con la diferencia de que las
jaulas eran en guadua. Hacían unas cajas de guadua muy grandes con unas
tapitas para echar y sacar el pez y las metían en el agua allí echaban los barbudos,
o los bocachicos, los bagres y ahí los dejaban, los sacaban, los pescaban pero
para que duraran frescos los metían en las cajas de guadua y los metían en el río al
pie del bote o los amarraban a un palo, así como hacen en la costa” (Efrén
Salcedo).
304 Oscar Gerardo Ramos nació en Cali, en donde vivió su infancia y adolescencia. Estudió
por fuera de la región y fue profesor en Estados Unidos. Ha trabajado desde la década de 1950
en temas culturales, particularmente como historiador, como Secretario de Educación y como
académico en la Universidad del Valle y la de San Buenaventura. Actualmente es asesor de
ASOCAÑA. Entrevista hecha en Cali el 1 de octubre de 2004.
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De “María” a un mar de caña
Por otra parte, es claro que entre las décadas de 1940 y 1950 la ganadería de
la planicie conservaba prácticas tradicionales, tales como la de incluir árboles
forrajeros y de sombra en los potreros. “Las haciendas tradicionales del valle
eran potreros con guásimos, pastos y ganado: en términos modernos un
305 José Solón Calero nació en Palmira el 29 de mayo de 1922. Filólogo de formación, ejerció
diversos oficios, entre los cuales se cuenta una larga vinculación con la comercialización del
tabaco vallecaucano en distintas regiones del país. Entrevista realizada en Cali el 27 de
noviembre de 2004.
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proyecto silvopastoril. Por lo que yo conocí, uno viajaba desde aquí al Cauca y
había cultivos de maíz, fríjol y pasto, yo considero que había más ganadería que
agricultura en esa época. [Había] ganadería en los alrededores de la laguna [de
Sonso] y el río [hasta los años] 70, cuando se empezó la adecuación de tierras”
(Efrén Salcedo).
“Todo el mundo tenía finca. Eso duró hasta mediados del siglo pasado. [La
tierra] era agrícola, pero por supuesto también había ganadería, que recuerdo en
esa época en que yo estaba muchacho, hasta los 13 o 14 años cuando nos
vinimos a Cali. La finca de mi papá no era de más de dos plazas y media, pero esa
finca tenía de todo, traían los racimos de plátano y traían la yuca y no solo era para
nuestra familia, para nosotros…no.... era para los vecinos, los vecinos tenían
finca y también repartían con nosotros” (Aníbal Patiño).
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De “María” a un mar de caña
“En algunas zonas como en el Bolo había propiedades de media hectárea, una
hectárea, cinco hectáreas, generalmente eran fincas mixtas, es decir, tenían
cacao, tenían café, plátano, yuca, maíz, fríjol, entonces era de subsistencia, pero
a la vez tenían, gallinas, cerdos y a veces los sacaban al mercado” (Guillermo
Barney).
Transporte
Una de las primeras lecturas del cambio del paisaje rural en el valle geográfico
en los relatos de los entrevistados aparece asociado a los medios de transporte y
a la movilidad de los pobladores y de los productos agropecuarios a lo largo de la
planicie. El paso de los barcos de vapor a los trenes y posteriormente a los
vehículos automotores, señala el tránsito paulatino de una economía rural que
casi se podría calificar como de subsistencia, a la economía de mercado que se
instauró de manera definitiva en el período analizado.
306 El relato se refiere al naufragio del vapor Cabal, ocurrido el domingo 7 de diciembre de
1924, a las 10:30 p.m. (El País, domingo 11 de julio de 2004, página A7).
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Universidad Autónoma de Occidente
Bogotá en esa época uno pasaba por Zarzal, de allí arrancaba el ferrocarril,
después el autoferro hasta Armenia, tomaba uno un bus en Armenia, para ir a
Ibagué y luego tomaba de nuevo el tren en Ibagué, uno gastaba un día y medio,
casi dos días para ir a Bogotá” (Aníbal Patiño). “Había muchas partes donde
paraba el tren y siempre había gente ahí esperándolo. O paraba en los corrales
para embarcar ganado, caballería, tenía facilidad… usted por ejemplo tenía una
propiedad grande cerquita a la carrilera y ahí tenía su puesto de embarcadero de
ganado o de bestias” (Tulio Campo).
“El camino de la gente que viajaba hacia Tuluá, hacia Buga, era una vía no
carreteable, era un camino. Después, cuando yo tenía 8 o 10 años, ya había
carreteable, destapada por supuesto. Recuerdo mucho el primer bus que llegó a
Zarzal. Toda la carretera desde allá hasta Cali, era destapada, yo recuerdo mucho
haber viajado de Zarzal a Cali en bus, eran como 12 o 14 horas y uno llegaba
literalmente cubierto de polvo, había que bañarse inmediatamente” (Aníbal
Patiño). “La carretera era hecha a pico y pala. Se empezó a pavimentar en el año
de 1949, el único tramo que había en cemento era de Candelaria a Cali” (Joaquín
Cabrera). “Por la carretera, había muy poquito carro. Era [una vía] destapada y
todo era cultivo a la orilla de la carretera” (Tulio Campo).
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De “María” a un mar de caña
Pero el estilo de vida rural y pueblerino era acorde con lo que hoy pudiera
parecer rudimentario en los medios de transporte: “...salíamos de la Victoria por
ejemplo, caíamos a Zarzal, de Zarzal a la Paila, entrábamos a Bugalagrande,
salíamos de Bugalagrande, entrábamos a Andalucía de Andalucía entrábamos a
Tuluá y de Tuluá a San Pedro, Buga... había que entrar a todos los pueblos. En esa
época no era fastidioso, provocaba gusto y si se varaba el carro, había que
esperar sin rabia… el temperamento de la gente en esa época era más calmado”
(José Solón Calero García).
“Como nosotros no teníamos carro, entonces nos tocaba irnos a pie desde
Buga hasta la finca y nos tocaba bajar el Cauca en canoa porque la finca quedaba al
otro lado. La finca pertenecía al municipio de Yotoco y aquí por este lado de
Paloblanco y Tiacuante no existía puente. Entonces uno se iba a pie y se gastaba
como una hora más o menos. Como no había puente a este lado, entonces nos
tocaba dar la vuelta por Mediacanoa, por la carretera que va de Ríofrío a
Mediacanoa que en ése tiempo era destapada y nos tocaba contratar las famosas
berlinas, que eran unos carros muy grandes y antiguos. Existía la carretera
antigua de Mediacanoa y Buga a Yotoco, ésa era la de Buenaventura. De Buga a
Cali, uno se gastaba dos horas más o menos en bus, porque las carreteras no
eran como ahora. La carretera Buga - Palmira era en una sola vía y era muy
estrecha, entonces uno se demoraba más tiempo para ir de aquí a otro sitio,
digamos a Pereira, si queríamos ir a Santuario era casi un día viajar de Buga a otro
sitio” (Efrén Salcedo).
Calidad de vida
307 En 1941.
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Universidad Autónoma de Occidente
“Casi todas las personas tenían su chagrita, sembraban yuca, arracacha, piña,
por comida no sufrían, tenían gallinas, marranos. En ese tiempo la gente pobre,
casi la mayoría tenía su parcelita, dos, cuatro, cinco placitas de tierra. [A mí] me
tocó trabajar común y corriente, madrugar, ir a traer la leche, el agua que se
recogía en cantinas y a caballo del río.” (Tulio Campo).
“Todo era rústico, yo venía a comprar la panela a donde Clímaco Bueno que
tenía un trapichito entrando a Palmira, la leche donde don Alejandro Torres, que
tenía un ordeño al lado, todos esos recuerdos de infancia son relacionados con
el campo, íbamos a coger las naranjas, los zapotes y los mameyes para el dulce,
todos eran grandes árboles” (Guillermo Barney).
“Había bellas haciendas con sus caserones antiguos. Toro era pujante por el
tabaco, sobre la banda occidental, todos los fabricantes llegaban a Toro a buscar
en las calles tabaco. Llegaban cartagüeños, de San Pedro, de Tuluá, de Palmira.
Mi padre tenía su fabriquita de tabaco, nosotros éramos muy pequeños y
aprendimos hacer tabacos, teníamos mucho espíritu de colaboración, éramos
diez y había que buscar como echarle algo a la olla, entonces estudiamos y
trabajamos, cuando llegábamos al trabajo, nos decían, allí hay tres bultos, para
que los abran y le entreguen material a los obreros y había que hacerlo, eso era en
Palmira” (José Solón Calero García).
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De “María” a un mar de caña
Mire cosas de ese tipo, un tío tenía chivos. Pues bueno, se sacrificaba un
chivo de esos y comía casi todo el vecindario con eso, era una vida tan solidaria,
todo se repartía, todo se compartía y yo digo: mire, nosotros paupérrimos y sin
embargo nunca pasamos hambre. Nunca bebíamos leche, hasta que un vecino
que se condolió mucho de mi mamá, viéndola viuda y con tanto hijo, le dijo:
Doña Clemencia, vaya todas las mañanas, vaya que yo tengo unas vacas allá,
cada vez que yo vaya a ordeñar, vaya usted por su leche, yo tengo mucho gusto
en regalarle leche. Yo digo… esa manera de vivir, de compartir, esa manera tan
sabia de saber que todo debe ser para todos, que los bienes y la vida hay que
compartirlos y que así todo el mundo sale ganancioso” (Aníbal Patiño).
Una vez más aparecen en los relatos recogidos las menciones a las pequeñas
parcelas familiares, tan comunes hasta el inicio de la agricultura industrializada en
la región. Evidentemente los sistemas de producción de estos huertos jugaban
un papel fundamental en la economía local, puesto que sus ocupantes derivaban
de ellos buena parte de su sustento e incluso pequeños excedentes que
permitían algunos lujos.
“Mi papá tenía una “Chagra” al pie de Cauca, más o menos a unos cinco
kilómetros de Buga. Era una finquita de esas tradicionales, [de las que] de pronto
algunas todavía persisten aquí en el valle. Tenía cacao, café, frutales, tenía hasta
palmicha, chontaduro… bueno en fin… , era una finquita muy pequeña, pero
prácticamente fue con lo que él nos crió a nosotros, nos dio el estudio y toda esa
cosa. Mi papá en ese tiempo nos llevaba a la finca a echar azadón, a limpiar. Uno le
decía que iba para cine (en ese tiempo la entrada al teatro María Cristina valía 70
centavos) y como a uno en la casa no le daban para ir a cine, entonces sabe que
nos tocaba hacer? vender limones y pepas de pan. Mi papá decía… si quieren ir a
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Universidad Autónoma de Occidente
cine ahí están los limones que se pierden y las pepas de pan, las venden en
Buga. Los limones en ésa época se vendían a cinco centavos cada uno y
entonces nosotros llevábamos los limones y las pepas de pan de la finca y con
eso levantábamos para ir a cine” (Efrén Salcedo).
La violencia partidista
Al igual que sucede con el resto del país, la imagen de un valle casi idílico
muestra sus primeras grietas a partir del inicio de la pugna entre liberales y
conservadores. Si bien es cierto que en el departamento la violencia de la década
de 1950 azotó principalmente las zonas de ladera de las dos cordilleras, sus
efectos se sintieron también en la planicie en distintas formas.
Primero, fueron los desplazados de las regiones circundantes: “En esa región
el cliente tenía su finca y entonces llegaban los pájaros a decirle que tenía que
venderle a determinada persona, le hacían una escritura o un documento y
firmaban eso y ellos decidían cuanto le daban y tal día se le da el resto. Al tiempo
de cumplirse el contrato, llegaban allá y le decían, bueno… se fue…” (Tulio
Campo).
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De “María” a un mar de caña
los minifundios les tocaba callarse, comer callados, porque por allí iban a botar los
muertos y al que hablara lo mataban” (Guillermo Barney).
“La violencia fue la que remató con todo, eso fue lo que acabó. Por ejemplo,
yo estoy aquí por la violencia, yo me tuve que venir de allá308 porque no lo
dejaban trabajar a uno, entonces yo ya me tuve que venir con la violencia de
Rojas Pinilla” (Joaquín Cabrera).
“Eso fue terrible lo que pasa es que no nos cuentan, ellos tragan entero todo.
Yo por ejemplo, estuve durmiendo dos años por fuera de la casa por no
abandonar la finca y quedarme afuera hasta que pusieran una bomba y me
volaran, en el Líbano. Ese puente de allí era un puente de tabla y eso se oían pasar
los carros que venían de Buga y al rato se veía el vislumbre de las casas que
estaban quemando allá.
De manera que la cosa no era fácil. Recuerdo que un día venía de Balboa
porque teníamos unas rozas allá y el caballo se me asustó en la vuelta del
cementerio, en frente del anfiteatro. Yo vi una pila así [de grande], pero no sabía
que era, el caballo se asustó y no quería arrimar hacia allá... yo lo obligué hasta
que se acercó y resulta que era una volquetada de gente que habían tirado allá.
Eran campesinos que habían traído de las lomas, porque tenían los alpargates con
barro colorado” (Joaquín Cabrera).
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Universidad Autónoma de Occidente
Aunque los cambios del paisaje rural en el valle del Río Cauca entre 1950 y
1970 no se dieron en una secuencia lineal, aparecen reconstruidos en las
entrevistas como una serie de hitos entrelazados desde el paisaje ganadero hasta
el monocultivo que habría de dominar el paisaje desde entonces. El primero de
estos fenómenos, fue el incremento de la concentración de la propiedad de la
tierra en manos de los ingenios azucareros, a expensas de los pequeños
agricultores.
“Por esa época entraron los japoneses y ya no cogieron cinco plazas para
sembrar maíz y fríjol, sino que tenían 400 o 500 plazas, estos tipos le enseñaron
a Palmira y a muchas regiones del valle a sembrar en forma extensiva,
152
De “María” a un mar de caña
grande….La llegada de los japoneses fue una cosa muy benéfica para Palmira,
esas gentes engrandecieron y le dieron un empujón muy fuerte a la agricultura.
Ellos traían mucha maquinaria” (José Solón Calero García).
“Me acuerdo que yo casi lloraba, de ver como todos esos potreros de guinea
los tiraban y a los dos meses estaban sembrados totalmente de fríjol... sí, porque
habían acabado con lo que ya había nacido,310 con la comida de las vacas, en esa
finca teníamos un ordeño y a mí me tocaba ir a arrear al ganado desde las cinco,
llevarlos después del ordeño, entonces uno se familiariza con eso, con el potrero,
con la vaca, con el ternero, con el caballo y ver que rompen todo eso.... yo no
entendía cómo era ese proceso....” (Guillermo Barney).
“[Con la mecanización empezó la] epidemia del bulldozer: arrasaron con todo,
frutales y todo, volteaban todo, daba pesar pero no había nada que hacer. En las
lomas tumbaban cantidad de árboles llenos de orquídeas, una belleza de
orquídeas” (Joaquín Cabrera).
“El valle era famoso por los cultivos de algodón: [en toda] la parte plana del
Valle [del Cauca] existían cultivos. Entonces hicimos un curso de control de
plagas de algodón, la Federación Nacional de Algodoneros llamó a un poco
muchachos de aquí de Buga e hicimos un curso aquí. Nos tocaba recorrer los
cultivos, eso fue más o menos en 1964, para hacer el inventario de plagas de
algodón. De acuerdo con el inventario que se realizara, se hacía la famosa
fumigación” (Efrén Salcedo).
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Universidad Autónoma de Occidente
“Los terratenientes se fueron a vivir a Buga, Palmira y Cali. Solo cuando llegó el
ferrocarril del pacífico el valle empezó a poblarse. El norte del valle fue colonizado
por los paisas a fines del 19 y comienzos del 20. La primera inmigración masiva
es esa. En los 30 que empezó la industrialización hubo un cambio de modelo
económico y empezaron a llegar las multinacionales, en los 40 y la
mecanización, [luego] llegó gente del Cauca y Nariño, los azucareros iban a traer
gente de otras partes en avión” (Oscar Gerardo Ramos).
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De “María” a un mar de caña
“Con Salvajina se terminó el control del río. Aun faltan algunos aspectos, ya
que los ríos tributarios, por la deforestación, traen mucha agua y aluvión y causan
inundaciones porque se represan al entrar al Río Cauca” (Oscar Gerardo Ramos).
“Las inundaciones son más separadas desde que existe Salvajina. [Ahora] el río
está regulado. Yo me sorprendí cuando a finales de la década del 70 recorrí lo que
conocí antes y vi la cantidad de diques y jarillones en las propiedades que antes
eran potreros y llanos, para sembrar de caña” (Efrén Salcedo). “[Antes] el valle
se inundaba en los meses de invierno entre 50 a 70 mil hectáreas; con la
canalización del Cauca esa tierra se volvió de cultivo” (Oscar Gerardo Ramos).
155
Universidad Autónoma de Occidente
producir energía. Yo, como soy más realista, les decía vea, ni haciendo una
tupia311 de Buga a Yotoco resolvemos el problema, porque todo eso se llena de
agua y el resto tiene que seguir su curso. Que la Salvajina es para controlar el agua
allí, cuando viene la época de verano se larga y cuando se necesita retener se
retiene, a mí no me convencieron, no me han convencido y no me convencen
ya” (Joaquín Cabrera).
“Se cambia por la CVC, por la deforestación. La expansión azucarera fue lenta,
era más rentable sembrar. En los 60 Castro asume el poder,312 Estados Unidos le
quita la cuota y Colombia tiene la posibilidad de exportar. En los 60 es cuando
ocurre la gran expansión azucarera y empieza a cambiar el paisaje de ganadería y
maizales. Empieza a crecer el Valle [del Cauca] y las exportaciones crecen.
Cierran ingenios en otras partes, la inseguridad en el campo hizo que se
cambiara. Hubo un cambio de modelo económico” (Oscar Gerardo Ramos).
“Los terratenientes tuvieron que ver mucho con la CVC, porque se creó en el
gobierno de Rojas Pinilla y resulta que eso era una dictadura, no nos metamos
mentiras. Y aquí se enojaron los terratenientes, porque les impusieron un
impuesto del tres por mil, se reunieron en Cali, y como a mí me gusta oír todas
estas cosas me fui para allá, yo no tenía tierra pero me gustaba escuchar esas
vainas. Allá se reunieron a trabajar el decreto y lo echaron por tierra y por
311 Embalse.
312 Se refiere al ascenso al poder de Fidel Castro en Cuba.
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De “María” a un mar de caña
“[A la orden del bramadero] la llamaron así porque los ganaderos bramaban
contra la CVC porque les querían montar el impuesto y para ellos era más como
tener tierras muy grandes sin muchos trabajadores, tener el ganado suelto como
la ganadería extensiva. Los agricultores eran muy poquitos, cómo le digo, cuando
vino el gobierno de Restrepo fue cuando despegó la cosa. El señor que era
terrateniente, con esa voz de presidente, les dijo que la tierra era de quien la
trabajara, entonces cual más se iba donde el señor que no estaba metido en la
agricultura y le decía bueno, yo le alquilo esa tierra o me da un porcentaje o lo que
sea y póngale mano, entonces para eso fue que necesitamos maquinaria. Era una
cosa difícil porque lo que se le hacia a esta tierra, se le iba metiendo en defensa,
en jarillones, eso costo un poco de plata, aunque los artículos parecían baratos,
pero todo lo que producía había que metérselo a los jarillones, a las defensas, así
hasta que se adquiría toda esta propiedad” (Joaquín Cabrera).
313 Se refiere al General Jaime Polanía Puyo, gobernador del Valle del Cauca designado por la
Junta Militar en 1957 (Ramos 2003).
157
Universidad Autónoma de Occidente
“Yo creo que una de las cosas que se han perdido en el valle, y que yo creo
que es el motivo de que ahora se esté fomentando tanto, es el cultivo de la
guadua, los famosos guaduales que existían en el valle. Como yo les decía, al pie
del Río Cauca casi todos eran guaduales. Las transformaciones [también
afectaron] las finquitas tradicionales que existieron aquí en el Cauca. En ese
tiempo no se hablaba de la agroforestería, había menos plagas y menos
fertilizaciones. En la finca nunca los utilizamos, porque se inundaba el Cauca y
quedaba todo el abono y era muy rico en nutrientes... entonces ahora a uno le da
como pesar que eso haya cambiado tanto” (Efrén Salcedo).
“Yo quisiera ver el valle con la ganadería y los cultivos de pancoger, con la
comida, la yuca, el arroz, todo... Es que monocultivo de la caña se apoderó de
todas las tierras, pues es que en el valle, usted sale de aquí para Cali y no ve si no
caña, no se ve yuca, plátano, ni nada” (Tulio Campo).
“Yo quisiera ver el valle con árboles en los cercos, las zonas protectoras de los
ríos arboladas, que se respetaran esas zonas y no que los cultivos lleguen hasta
las orillas del río. Yo me imaginaría al valle de una riqueza bastante buena, si
lográramos por lo menos que se hiciera un programa intensivo de cercos vivos,
con árboles. Al menos eso y que lográramos conservar los poquitos bosques
relictuales que todavía nos quedan y que son contados” (Efrén Salcedo).
Pero lo que se deplora con mayor insistencia, es el cambio drástico del tejido
social en la región, atribuido a la pérdida de algunos valores con la implantación de
la modernidad y al crecimiento de la población. “Ahora no se vive en vecindad, ni
en comunidad. Yo no digo que entonces la vida fuera perfecta, tenía también
lunares muy grandes, por supuesto. [Pero hoy] estamos enfermos de
individualismo y a nadie le importa la tragedia que esta viviendo el país. En esa
época se podía compartir y vivir plácidamente al estilo paraíso, porque eran unas
pocas personas, Zarzal tenía en esa época 2000 a 3000 habitantes, era una
aldea, ahora hay 40,000 habitantes..... Entonces, a medida que la población
humana aumenta, obvio que la competencia también, dado que los recursos son
limitados. La educación ahora alienta a la competencia y la competencia es a
muerte, es la que genera todos estos vicios, todas estas deformaciones, todas
estas perversiones de comportamiento. Yo creo que eso no es correcto y no es
158
De “María” a un mar de caña
Por otro lado, la publicidad que se le inyecta uno con sólo abrir un periódico,
una revista, ver televisión, salir a los almacenes a ver y provocarse de miles de
cosas que se nos ofrecen, que le meten a uno por los ojos.... y toda la generación
y el deseo de comprar y comprar a veces cosas inútiles, toda esa enfermedad del
consumismo, yo creo que también está influyendo negativamente.” (Aníbal
Patiño).
“Otro programa que tenían, que usted debe conocerlo, que iban a sacar el Río
Cauca por el otro lado de la carretera, en pie de loma, para aprovechar el agua y
hacer irrigación del valle, para meterlo por un canal.314 Yo le dije, vea doctor,
dígame una cosa: ¿y esas aguas de esos ríos que vienen para acá, se las van a
incorporar al río allá al pie de loma?... claro, no ve que se va a aprovechar todo…
Bueno y dígame una cosa ¿y ustedes qué van a hacer para los materiales que se
necesitan para la construcción, piedra, balastro, arena, si, todos esos ríos se van
a morir? Inclusive el Río Cauca se va morir con todo el sedimento que le van a tirar
allá ¿y quien vuelve? Se caen los pajaritos por allá a 200 metros de altura…. y no
me dio la respuesta. Más cosas ilógicas, yo creo que ustedes tienen historias de
eso...” (Joaquín Cabrera).
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Universidad Autónoma de Occidente
“Lo que sucede es que antes de 1994 la CVC era una entidad de desarrollo.
Entonces era juez y parte, era una entidad que estaba con los proyectos de
adecuación de tierras y tenía también el manejo ambiental. Yo creo que eso hizo
que la CVC tuviera una cantidad de dificultades para manejar los recursos
naturales en el valle. A partir del 94, cuando se creó el Ministerio del Medio
Ambiente, entonces la CVC vino a ser eminentemente ambiental. Yo conceptúo
que esa ha sido la situación que tuvo la corporación para el manejo de los
recursos en el Valle del Cauca, era muy difícil para una entidad de desarrollo,
manejar las áreas en esta forma” (Efrén Salcedo).
“Yo creo que [una de las causas de] la situación actual en el Valle del Cauca, es
el costo de la tierra, porque yo veo que hay un enfrentamiento entre el sector
ecológico y el sector económico. A pesar de que en estos últimos años, de
pronto se ha ido tomando una conciencia ecológica entre el sector económico,
yo veo que la gente se hace matar por un metro de tierra. El costo de la tierra hace
presión sobre los recursos, es muy complejo aunque no imposible ir cambiando
esta conciencia. Si nosotros no le mostramos al sector económico los beneficios
que pueden tener ellos con conservar el recurso, [no solamente] desde el punto
de vista de beneficio ecológico o beneficio ambiental, sino de pronto de un
beneficio económico muy intangible....” (Efrén Salcedo).
160
De “María” a un mar de caña
Una cosa es la que uno piensa, digamos ecológicamente y otra cosa es lo que
se puede económicamente, tener una ventaja comparativa o nicho ecológico.....
En el futuro van a quedar sólo cinco ingenios, ya los ingenios no solamente van a
producir azúcar, si no que van a industrializar todo y van a producir además otras
cosas como por ejemplo... los humedales, están mirando ya no solamente el
aspecto ecológico sino también el aspecto turístico, de producir plata. Entonces
eso es una machera porque no sólo se produce caña, sino que estoy
aprovechando lo que tengo y entre eso están los cultivos de heliconias. Ya se
tiene un proyecto de mil hectáreas con el CIAT, el ICA, mil hectáreas aquí para
hacer un corredor biológico y para hacer un parque tecnológico.… (Guillermo
Barney).
“A la sociedad civil hay que educarla, hay que domesticarla, comenzando por
los muchachos y sobre todo por las escuelas de los ricos, porque todo el mundo
le echa la culpa a los pobres, el gran problema es ese y el 'nicahuel' que decía mi
abuela aquí en una silla de estas….” (Guillermo Barney). En esta última
intervención, es llamativa la distinción entre educación y domesticación,
sugerente de un proceso formativo simultáneo con el adoctrinamiento.
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Naturaleza y conservación
“Pues se lo defino con una sola palabra en chiquito y es vida….. eso es con lo
que yo me crié, donde me vean ustedes a mí, estoy rodeado de naturaleza, de
flores y tal… yo mismo ando comprándome collares y tengo unos de semillas
bellísimos. Entonces la naturaleza es vida, es todo, es agua, para mí es todo,
entonces vivo” (Guillermo Barney).
Por otra parte, los demás personajes establecen una distinción entre
naturaleza y cultura en grado variable. Para Don Tulio Campo, campesino raizal, la
naturaleza reside en lo rural, por oposición a lo urbano y esta separación plantea
una profunda diferencia en la calidad de vida para los humanos: “¿La naturaleza?
¿de qué forma? En la finca la vida es sencilla y tranquila, en la ciudad es una vida a
la carrera y con zozobra a toda hora, en la finca no, allá pasa uno tranquilo”.
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hay que tener un equilibrio, digámoslo así, pero también encuentro el caso de la
conservación, que antes sin hablar de la Ecología, de la parte ambiental. Yo pienso
que es conservar los recursos para que uno los pueda utilizar en una forma
racional, de no ir a acabar con ellos, porque uno sabe que tienen que servirle
tanto a uno, como a las generaciones futuras que vengan” (Efrén Salcedo).
164
Capítulo 6
Raíces y ramificaciones
de los imaginarios
Una cosa, al menos, es cierta: ninguna sociedad humana ha vivido por completo
dentro de la naturaleza o por fuera del cambio medioambiental.315
319 Chávez-Navia, 2001. Según este autor, un territorio se caracteriza por estar constituido por
un área geográfica que contiene uno o varios ecosistemas, por estar habitado por personas que
por razones de vecindad y afinidad cultural comparten valores, necesidades e intereses
comunes y conforman comunidades con diversos niveles de organización económica y social,
por poseer una infraestructura económica y de servicios orientada a facilitar las actividades
económicas internas, procurar el bienestar de la población y facilitar el intercambio interno y con
el entorno, por tener sistemas productivos de bienes y servicios que interaccionan
económicamente con el entorno y una organización basada en normas y valores sociales que le
proporcionan una relativa autonomía en su funcionamiento interno. .
320 Aunque su delimitación es en gran parte arbitraria y limitada por el nivel de aproximación
de los investigadores, los ecosistemas son representaciones basadas en propiedades
relativamente homogéneas de segmentos espaciales y permiten la interpretación de las
dinámicas resultantes de la interacción de sus elementos componentes. Cada ecosistema es el
resultado de una larga historia de cambio, a lo largo de la cual desarrolla un cierto nivel de
autorregulación que le permite resistir hasta cierto punto las alteraciones impredecibles que son
producto de fuerzas físicas tales como las glaciaciones, el vulcanismo, los incendios, los
vendavales, las sequías prolongadas, las inundaciones y las avalanchas.
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321 A través de este trabajo utilizamos la palabra 'paisaje' de acuerdo con Coates (1998:110),
en el sentido de lugares que combinan el producto de fuerzas humanas y bio-geológicas.
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322 Puesto que la movilidad e historia individual de cada una de las especies son variables, las
comunidades pueden interpretarse como sistemas abiertos cuya composición varía
espacialmente a lo largo de gradientes ambientales (Ricklefs 1998) y a través del tiempo en un
proceso conocido como sucesión.
323 Ricklefs, 1998.
324 Tudge, 1998.
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325 Aunque Coates (1998:11) señala que algunos investigadores le restan importancia al
significado de la revolución agrícola como una división seminal en la historia del mundo, pues si
bien la agricultura es usualmente considerada como una actividad exclusivamente humana,
otras criaturas también manipulan a la naturaleza en su beneficio.
326 Tudge, 1998.
327 Miller, 1979.
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328 No obstante, Dubos (citado por Coates 1998:21) sostiene que si es cierto que los humanos
se han hecho cada vez más proclives a alterar la superficie de la tierra, no es por el hecho de
que hayan dejado de considerarse parte de la naturaleza sino simplemente porque su población
ha incrementado continuamente y los medios de destrucción se han hecho más poderosos.
329 Giddens, 1990:60.
330 Littlejohn, 1996.
331 Castoriadis, 1986:69.
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La forma como agrupamos las cosas depende entonces del uso de una
realidad social particular y la manera como entendemos los objetos332 y como
nos comportamos frente a ellos, depende en gran medida de la dinámica de
dicha realidad.333
Por otra parte, la aprehensión consciente de lo que nos rodea puede darse a
través de dos maneras de representación.334 En la representación directa, los
objetos parecen presentarse ante el espíritu como en la percepción o en la
sensación. Pero en la representación indirecta, aquella que se da cuando las
cosas no se presentan directamente a los sentidos, se llega a la imaginación
simbólica, en la que el significado no se reduce a una palabra exacta o a una
descripción única y lo que aprehendemos es más que una cosa, es uno o muchos
sentidos que pueden abarcar la expresión simbólica.335
332 Los integrantes del movimiento del construccionismo social (Berger & Luckmann 1966,
Schutz 1970, citados por Littlejohn 1996), sostienen que hay un número infinito de formas para
entender cada objeto y el lenguaje nos da las etiquetas para distinguir los objetos en nuestro
mundo.
333 Littlejohn, 1996.
334 Durand, 1971.
335 Ídem.
336 Silva, 1992.
337 Castoriadis, 1989.
338 Védrine 1990, citada por Carretero 2001:123.
339 Carretero, ídem.
340 Durand, ídem.
341 Angel-Maya, 2000.
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La historia no se mueve siempre impulsada por la razón, sino por los intereses
y mientras más fuertes sean los conflictos de orden social, más importancia
reviste el mito como conector ideológico.343 Por ejemplo, lo que caracteriza el
mito de la modernidad es la exagerada racionalización de la economía, apoyada
en un imaginario aparentemente racional que se expresa en nuevas necesidades
de consumo, así como en la confusión del sujeto con el objeto. Lo básico en el
imaginario de la modernidad es el predominio de un modelo racional regido por la
eficacia y por lo instrumental, que se divorcia en últimas del sentido y la finalidad
de las acciones.344
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De “María” a un mar de caña
De acuerdo con las posiciones que tanto los agentes como las instituciones
ocupan, podemos establecer las tensiones que dinamizan el campo ambiental
para identificar las representaciones de los imaginarios de naturaleza y
conservación, como las configuraciones espaciales y ecológicas del territorio
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¿Qué es naturaleza?
351 Ídem.
352 Real Academia Española, 2001:1568.
353 Instituto Geográfico Agustín Codazzi, 2002:174.
354 Groves, 2003.
355 Instituto Geográfico Agustín Codazzi, ídem.
356 Serje, 2002.
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“El espacio deja de ser el lugar natural que acoge la vida para pasar a ser
la localización en la que se despliega el movimiento. Las señas de
identidad forjadas por la historia que se cristalizan en una idiosincrasia
local y que ayudan a solidificar la memoria colectiva, quedan
anuladas”.370
Naturaleza y conservación
Cada época tiene una visión diferente del mundo o una diferente estructura
conceptual que determina las características del conocimiento en ese período,
las cuales se conocen como formación discursiva372 e incluyen, sin duda, la
percepción, la conceptualización y la construcción social de la naturaleza, si bien
es cierto que en un mismo escenario social pueden coexistir diversas nociones
de naturaleza de acuerdo con situaciones históricas particulares.373 La
conservación puede considerarse como una formación discursiva en el sentido
de Foucault, ya que después de 1945 empieza a configurarse un lenguaje donde
convergen elementos del pasado y del futuro para representar de una forma
particular lo que conocemos genéricamente como naturaleza.
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Por una parte, en los testimonios obtenidos en las entrevistas aparecen con
frecuencia alusiones nostálgicas a algunos atributos presentes en el valle del Río
Cauca hasta la década de 1960 y que se han perdido con el paso del tiempo: la
abundancia de los recursos naturales y el carácter prístino de los ecosistemas,390
al igual que la vida campesina generosa y solidaria y las comunidades construidas
alrededor del respeto y el reconocimiento del otro. Por otra parte, e
independientemente de su origen y del papel que jugaron en el proceso de
transformación del paisaje vallecaucano, tanto los agentes identificados como
dominantes como los dominados coinciden en otorgar a la naturaleza, un atributo
principal: la provisión de bienes y servicios para la sociedad.
390 Como se señaló en el capítulo 1, para la época comprendida en este estudio, el paisaje del
valle del Río Cauca ya había sufrido un largo proceso de transformación antropogénica desde
mediados del siglo XVI. Por lo tanto, el carácter prístino de los ecosistemas al que aluden los
entrevistados refleja no tanto la condición original de los mismos en esa época, sino más bien
una larga estasis interrumpida por el cambio vertiginoso acaecido en la región en el breve lapso
de 20 a 30 años.
391 Ledrut (1987, citado por Carretero 2001) concibe lo real en dos sentidos: como realidad
empírica y como esencia que se proyecta en lo existente, siendo este último el terreno propio
de lo imaginario. La realidad social es una simbiosis de objetividad y subjetividad.
392 Concebida a distintas escalas: productividad para la subsistencia en el caso de los
campesinos y productividad asociada con la acumulación de capital para los grandes
hacendados y para quienes optaron por el modelo agroindustrial de uso de la tierra.
393 Maffesoli, 1976.
394 Bachelard.
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El ingreso a la modernidad
395 Según Worster (citado por Coates 1998:82), la mentalidad capitalista ha desatado una
devastación global comparable a la conmoción ocasionada por la revolución neolítica y no hay
necesidad de recurrir al pensamiento judeo-cristiano ni a la invención de los arados pesados del
siglo XVII para explicar estos cambios medioambientales. Basta con desplazar a Bacon y a
Descartes para hacerle campo a Adam Smith, para quien la búsqueda incansable del beneficio
personal era la ley más sagrada de la naturaleza.
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Figura 9. Factores subyacentes de la transformación del paisaje vallecaucano
entre 1950 y 1970.
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398 Bourdieu:63.
399 De acuerdo con Diamond (2005:57), sería simplista atribuir la adopción del nuevo modelo
de desarrollo a los intereses egoístas de las clases dirigente y empresarial del Valle del Cauca,
cuyos integrantes tenían unos antecedentes personales y valores diferentes a los que
prevalecieron en la región hasta mediados del siglo XX.
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Facilitando el tránsito
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Cuentas de cobro
402 Para una mayor elaboración de esta interpretación ver Balandier, 1988:220.
403 Ulloa, 2002.
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“El imaginario determina las condiciones bajo las cuales una sociedad
percibe y asume algo como problema o carencia y al mismo tiempo
alberga la capacidad de encontrarles una solución”.406
Después de 1970 y hasta finales del siglo XX, se podrán ver los resultados del
camino de “progreso” que se escogió para el valle del Río Cauca. Si bien algunos
sectores de la población han progresado en términos de los estándares
económicos definidos con base en referentes de vida del Norte, las fuentes
monumentales, documentales y testimoniales consultadas en este trabajo
indican que esa lectura de progreso es cuestionable en términos de la
configuración del territorio, de la composición de la biodiversidad y de la calidad
de vida de los habitantes de la planicie en el camino ciego hacia la aldea global.
404 En este sentido, el trabajo de Aníbal Patiño fue verdaderamente singular y pionero en la
región como se ilustra en el capítulo 5.
405 Ver Borrero, 1958 y Lehmann, 1970.
406 Castoriadis:165; ver también Maffesoli 1976, Ledrut 1987.
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Desde este punto de vista, también es necesaria una evaluación del papel que
jugaron algunas instituciones de la región, cuya orientación hacia la conservación
se empezó a configurar después de 1970. El desarrollo de la investigación
ambiental en la Universidad del Valle, inserta en los modelos académicos que se
promovieron en Latinoamérica a partir de escuelas foráneas, tuvo una influencia
marcada en la construcción de nuevos imaginarios de naturaleza en la región,
como señalamos en el capítulo 4. Lo que ignoramos todavía es la relación
existente entre esos imaginarios, la apropiación del territorio y el surgimiento del
movimiento ambiental vallecaucano, expresado en grupos de base,
organizaciones no gubernamentales y agencias estatales para el manejo de los
recursos naturales.
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