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4.1 Definición de competencias cognitivas.

Las capacidades cognitivas son aquellas que se refieren a lo relacionado con el


procesamiento de la información, esto es la atención, percepción, memoria, resolución
de problemas, comprensión, establecimientos de analogías entre otras.
Las competencias cognitivas sugeridas por la Unión Europea forman parte de la
arquitectura mental del ser humano, integrada por los procesos que tienen como
finalidad preferente comprender, evaluar y generar información, tomar decisiones y
solucionar problemas. Estos procesos, de diferente nivel de complejidad e idealización,
no pueden observarse directamente, sino que se infieren de las conductas, de aquello
que dicen y hacen los individuos.
Las competencias cognitivas pueden clasificarse en grupos formando, entre todos
ellos, un perfil completo del pensamiento humano; se añade en este trabajo otro grupo,
denominado recursos cognitivos, indispensable para la buena práctica de las demás
competencias; a su vez, cada uno de estos grupos está integrado por competencias o
habilidades más específicas.
4.2 Citar los diferentes tipos de competencias cognitivas a evaluar.
A continuación, se describe el perfil de las competencias cognitivas y metacognitiva.
 Competencias para interpretar la información (pensamiento comprensivo), los
conceptos que se aprenden, los hechos que suceden y los problemas de la vida
y de la persona misma. Las habilidades son: comparar, comparar, clasificar,
analizar, sintetizar, secuenciar y averiguar razones y extraer conclusiones.

 Competencias para evaluar la información y cuantas ideas y juicios se elaboren


(pensamiento crítico). Las habilidades son: investigar fuentes, interpretar causas,
predecir efectos y razonar analógica y deductivamente.

 Competencias para ampliar o generar nueva información (pensamiento creativo).


Las habilidades son: elaborar ideas, establecer relaciones, producir imágenes,
crear metáforas y emprender metas.

 Competencias para tomar decisiones relevantes. Las habilidades son:


considerar varias opciones, predecir sus consecuencias y elegir la mejor.
4.3 Definición de competencias procedimentales.
Las competencias procedimentales son aquellas que se forman por las acciones que
van a mejorar el objetivo de un fin ya propuesto, es aquella forma donde el estudiante
será el actor principal en la realización de los procedimientos que demandan los
contenidos, ósea que va a desarrollar la capacidad de saber hacer.
En otro orden de ideas encontramos que son aquel tipo de instrumentos los que debe
añadir el estudiante para conseguir toda esa información, hallarlos, estructurarlos,
mezclarlos, conocerlos, implementarlos, entre otros; pues también deben conocerse
exponencialmente.
4.4 Citar los diferentes tipos de competencias procedimentales a evaluar.
La competencia procedimental se refiere a la habilidad y destreza para realizar una
tarea determinada, es una acción que se concreta. También es denominada
competencia operativa porque es definida como enunciados que identifican destrezas
que alcanzar, objetivos que conseguir desarrollar en plazos relativamente próximos y
en situaciones de enseñanza aprendizaje definidas y concretas.
No es fácil elaborar una clasificación de las competencias debido a su reciente
incorporación al campo educativo, por lo mismo no tiene un planteamiento sólido que lo
sustente, esto hace que exista varias propuestas por diversos autores, instituciones o
programas.
Las competencias profesionales son las que sirven para desempeñarse en alguna
profesión. Las cuales son adquiridas tanto en procesos de formación como en los
enfrentamientos de situaciones cotidianas en el trabajo.
Las sistémicas: son habilidades y destrezas vinculadas e interrelacionadas con la
totalidad de un sistema. Su desarrollo requiere de las competencias instrumentales e
interpersonales.
Las competencias transversales son definidas como generadoras de habilidades y
capacidades que puedan ser aplicables o trasladadas a otras situaciones en otros
contextos. Son reutilizables para diversos casos específicos; este tipo de competencia
se caracteriza por ser transferible y formar parte de otras competencias para que en
conjunto solucionen algún caso particular al que se enfrente el individuo.
Las Competencias básicas están relacionadas con las competencias para la vida; las
primeras resultan necesarias para sobrevivir en el contexto de la sociedad actual,
porque al individuo le dan las herramientas necesarias para desenvolverse y
desempeñarse en la realidad que le toque vivir y de participar en las soluciones de
problemas que aquejan a la sociedad contemporánea.
4.5 Definición de competencias actitudinales.
Las competencias actitudinales se relacionan directamente con el saber-ser o saber-
actuar frente a una situación determinada. Por esta razón son competencias
extremadamente útiles para nuestro desempeño profesional y sin las cuales muchos de
nuestros conocimientos no podrían ser aprovechados.
Las competencias actitudinales constituyen manifestaciones de nuestra salud
emocional y nuestra habilidad para interactuar con los demás y llevar a cabo nuestras
tareas.
No sólo incrementan la productividad, sino que brindan mayor satisfacción personal y
profesional.
4.6 Citar los diferentes tipos de competencias actitudinales a evaluar.
Orientación a resultados: Ser capaz de emprender transformaciones y reformas, para
alcanzar logros concretos y al corto plazo.
Diálogo efectivo y articulador: Capacidad para definir directrices, articular relaciones,
crear redes, negociar acuerdos y vincularse efectivamente a todo nivel, para el logro de
metas. Asimismo, tener capacidad para escuchar y comunicarse de manera fluida y
directa.
Relación con su entorno: debe relacionarse con firmeza y amabilidad, siendo capaz
de integrar y conformar equipos. Busca generar capacidades en las personas.
Tolerancia y flexibilidad: valorar las diferencias personales, negocia las discrepancias
y cambia de idea cuando identifica oportunidades.
Liderazgo: Capacidad para convocar, legitimarse y conducir a los equipos hacia los
objetivos propuestos. Asimismo, tomar decisiones, lograr resultados y promover un
clima positivo y alentador.
Sentido de urgencia: Percibir la urgencia real de determinadas tareas y actuar de
manera consecuente para alcanzar su realización en plazos muy breves de tiempo.
Capacidad de organización: Se trata de optimizar nuestro tiempo y esfuerzo a través
de la planificación y la sistematización de las tareas. La organización es la capacidad
de desempeñarnos de un modo más inteligente, que no sólo beneficia a la empresa,
sino que fundamentalmente nos ahorra un gran desgaste físico y emocional.
Responsabilidad profesional: Actuar con el conocimiento de los diferentes deberes y
obligaciones legales y éticos para trabajar de manera profesional, tolerante,
asegurando que los derechos y creencias de los diferentes individuos o grupos no se
vean comprometidos y sean respetados.
Gestión y prevención del estrés: Capacidad para aplicar de manera efectiva y
organizada los conocimientos y habilidades adquiridos. Actuar con el conocimiento del
fenómeno del estrés y cómo afecta a un mismo: sus síntomas, sus riesgos y los
mecanismos que se pueden utilizar para gestionar los momentos o situaciones
estresantes.
4.7 Cuáles son los objetivos de estas competencias.
Este plan de estudios tiene como finalidad fundamental que los estudiantes adquieran
las competencias necesarias para ejercer la profesión docente según los criterios más
aceptados y de acuerdo con lo regulado en la normativa aplicable.
En el marco de la justificación del título, realizada anteriormente, se considera que la
formación inicial debe proporcionar al futuro profesorado conocimientos teóricos,
habilidades, actitudes y el suficiente contacto con la profesión y su práctica, de tal
forma que constituyan la base necesaria sobre la que construir su desarrollo
profesional.
Este desarrollo dura toda la vida activa del profesorado y está influido por la formación
inicial recibida. En tal sentido hay que indicar que este programa de formación tiene un
carácter eminentemente profesional, aunque sin olvidar la promoción de tareas
investigadoras en el ámbito de la educación. Se resalta así la importancia que la
dimensión investigadora, desde la propia práctica, tiene en el desarrollo profesional de
los docentes.

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