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RIO DE JANEIRO (Reuters) - En América Latina, donde vive la mitad de los católicos
del mundo en medio de injusticias sociales crónicas, una mayoría lamentó la elección de
un papa conservador que podría abrir más la puerta al éxodo de fieles.
Aunque algunos consideran que Joseph Ratzinger podría adoptar posiciones más
abiertas al frente de El Vaticano, como las que sostenía antes del Concilio Vaticano II,
el nuevo pontífice es señalado como un ultraconservador.
"Esperábamos un cambio del péndulo que estaba a la derecha. Pero se vio que los
cardenales estaban todos inclinados por la continuidad," dijo a Reuters el obispo
brasileño Tomás Balduíno, presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra y partidario
de las ideas de la TL.
"Ratzinger fue más allá de Juan Pablo II en el sentido del control de la Teología de la
Liberación y de los teólogos. Se espera más conservadurismo," agregó.
Brasil, el mayor país católico del mundo, fue una de las cunas de la Teología de la
Liberación de la mano del teólogo Leonardo Boff, que fue sancionado por el Vaticano y
decidió colgar los hábitos.
Boff, quien recientemente dijo que los cambios propugnados por la TL no provendrían
del Vaticano, sino de las bases de la Iglesia, declaró que Ratzinger tendrá que mirar a
América Latina.
"Es un teólogo inteligente, se va a volver hacia América Latina, donde están 540
millones de los católicos del mundo y donde se dan los grandes enfrentamientos de la
evangelización y las cuestiones sociales," afirmó.
"Amplios sectores de la Iglesia, a nivel de los sacerdotes, estaban esperando otra cosa,
por lo menos un determinado espacio de apertura," dijo a Reuters.
Agregó que los fieles continuarán abandonando la Iglesia Católica en América Latina
por su falta de apertura, lo que contrasta con la actitud de las iglesias evangélicas y
sectas, que han registrado un fuerte crecimiento en las últimas décadas.
"Es evidente que (la elección) es el triunfo de una derecha completamente dogmática,
capitalista (...) Ratzinger expresa directamente la inquisición, la censura," agregó.
En Lima, donde como en otras ciudades de Perú repicaron las campanas de la Catedral
al anunciarse "habemus papam," el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana,
Monseñor Hugo Garaycoa, estimó que Ratzinger tendrá un estilo diferenciado al de
Juan Pablo II.
"Creo que siempre cada uno marca una manera diferente de llevar la Iglesia Católica,
cada Papa tiene un estilo, no podemos ponerlo todo esterotipado," afirmó.
El padre Pedro Hugues, misionero católico del Instituto San Bartolomé de las Casas de
Lima, estimó que no habrá un gran cambio en la cúpula católica y, como Juan Pablo II,
Benedicto XVI, como eligió llamarse Ratzinger, defenderá a los pobres y "a la vida en
todos los sentidos."
En las calles de la capital peruana, también se saludó al nuevo Pontífice, aunque, como
dijo Filomena Gonzalez, de 34 años, "me hubiera gustado un papa latino, porque en
Alemania hay mucho racismo."
"En parte estoy decepcionado, debería haber sido de un país católico de América, yo
pensaba que de México o de Argentina," dijo Juan Méndez, de 90 años, en coincidencia
con la comerciante Zoyla Mejía, de 41, sobre la esperanza de un papa latinoamericano.
PAPA DE LA TRANSICION
"Marcará en algunos aspectos continuidad con Juan Pablo II y en otros ciertamente que
tendrá su propio sello personal," dijo al considerar que uno de los aspectos que deberá
replantear es el contacto con la gente, puesto que su actividad pastoral ha sido breve y
se ha dedicado más a ser profesor y a trabajar en la curia romana.
Pero dijo que habrá que esperar que nombre a sus colaboradores y a que defina lo que
será su línea y su sello. Lo calificó como un "hombre muy sencillo" y con "una enorme
experiencia de lo que son los problemas de la iglesia."
"El papa Juan Pablo II fue pastoral y creo que pensando y definiendo bien la fe, el
nueva papa va a tener un resultado más positivo que si fuera otro papa pastoral," agreñó.
(Con colaboraciones de Ana Laura Mitidieri desde Buenos Aires, María Pia Parlemo
desde Río de Janeiro, Gabriela Donoso desde Santiago de Chile, Pablo Garibian en
Ciudad de México, Luis Jaime Acosta en Bogotá, y de Eduardo Orozco, Monica Vargas
y Robin Emmott en Lima)